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(caps. 23 y 24). Despejando el V02 de la ecuación de Fick para la determinación del gasto cardíaco, se obtiene: V02mdx = Q,dx x Dif A-VO,mdx = =VE""" X FCmdx x Dif A-vo2mdx donde \i02máx es el consumo máximo de oxígeno; c¿,áx, el gasto cardíaco máximo; Dif A-V02máx' la diferencia arteriove- nosa entre el oxígeno que sale por las venas pulmonares y el oxígeno que llega por la arteria ~ulmonar; VEmáx' el volumen de eyección máximo, y FCmáx, la frecuencia cardíaca máxima. En función de este parámetro y para clasificar los esfuer- zos se consideran: • Esfuerzos submáximos: son aquellos que se desarrollan a un porcentaje inferior al V02máx · Cuánto más cerca se esté de este parámetro máximo, obviamente más rápido se correrá una determinada distancia, pero -naturalmen- te- mayor será la dificultad del organismo. • Esfuerzos máximos o supramáximos: son aquellos que se desarrollan con una potencia similar o superior al vo2máx' respectivamente. · • Esfuerzos intermitentes: son aquellos que se desarrollan con pausas de inactividad completa o incompleta. Tie- nen extraordinaria relevancia, en primer lugar, porque fi- siológicamente son de extraordinario interés y, en segun- do lugar, porque constituyen la base del entrenamiento. • Esfuerzos submáximos de duración prolongada Este tipo de esfuerzos demanda una gran producción de energía a una velocidad relativamente lenta, si se la compara con la correspondiente a un esfuerzo de velocidad (Tabla 15-5) . Su interés obedece a dos razones: • Es el tipo de esfuerzo que se aconseja cuando se considera al ejercicio físico como fuente de salud o de prevención de enfermedades. • Desde el punto de vista fisiológico, es la máxima expresión de rendimiento. La enorme proliferación de los esfuerzos de ultrarresistencia (triatlón, duatlón, etc.) ha aumentado el interés por este tipo de esfuerzos. Un análisis simple indica que la energía para este tipo e esfuerzos se puede obtener: a) del propio músculo (de- 100m 10 36 Supra máximo lisos (450fo> del vo,m,,l 1.500 m 215 24,5 Máximo lisos (80-90% del vo,m,,) Metabolismo en reposo y en ejercicio • pósitos de energía en forma de glucógeno y ácidos grasos) y b) de tejidos u órganos extramusculares (tejido adiposo e hígado). Asimismo, parece lógico que desde el punto de vista del rendimiento metabólico del músculo se produzca una «continuidad>> en la utilización de los diferentes sus- tratos. :: Combustibles empleados El hecho de que el tejido muscular disponga de glucóge- no le confiere una capacidad metabólica independiente de otros tejidos u órganos. No obstante, esta independencia no es absoluta sino relativa, pues los depósitos de glucógeno son finitos. Por otra parte, la baja actividad de la lipoproteína- lipasa de la fibra muscular determina que la utilización de los ácidos grasos se encuentre condicionada por el aporte del tejido adiposo. Estas dos condiciones -relativa independen- cia del metabolismo glucídico y baja actividad de la enzima lipoproteína-lipasa- obligan necesariamente a otros tejidos y órganos (tejido adiposo e hígado) a mantener una elevada actividad metabólica para suministrar combustible a la fibra muscular. La tabla 15-6 y la figura 15-4 muestran la contribución de determinados sustratos al rendimiento metabólico duran- te esfuerzos submáximos y de duración creciente. Conviene destacar diversos aspectos: l. A medida que avanza la duración del esfuerzo, se incre- menta la utilización de los ácidos grasos y disminuye la del glucógeno muscular. Un aspecto relevante es que, para reali- zar este tipo de esfuerzos, es necesario poseer en los músculos participantes una tipología de fibras musculares adecuada: mayor porcentaje de unidades de contracción lenta (tipo I o slow twitch) respecto a las de contracción rápida (tipo II o Jast twitch). La razón bioquímica es que las unidades tipo I poseen un complejo enzimático predispuesto a la oxidación de los sustratos. 2. El aporte de glucosa por parte del hígado se mantiene constante a lo largo del tiempo. 3. La interrelación entre los tejidos impide un «vacío me- tabólico, (v. Relaciones metabólicas entre tejidos y órganos, cap. 14). El último aspecto es trascendental. Teniendo en cuen- ta que la cantidad total de glucosa hepática disponible es de sólo 90 g, un maratoniano únicamente podría sostener el ritmo de carrera 20 minutos en el caso de que su sus- trato único fuera la glucosa que aporta el hígado (5 g de
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