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La inmunidad pasiva se confiere artificialmente al recibir suero inmune o gammaglobulina. La gammaglo- bulina se suele administrar tras la exposición a la hepa- titis. Otros sueros inmunes se utilizan para tratar las mordeduras de serpientes venenosas (antídoto), el bo- tulismo, la rabia y el tétanos (antitoxina), pues estas en- fermedades matarían a una persona antes de que la in- munidad activa pudiera establecerse. Los anticuerpos donados facilitan protección inmediata, pero su efecto es de breve duración (entre dos y tres semanas). Mien- tras tanto, sin embargo, las defensas del propio orga- nismo toman las riendas. Además de utilizarse para facilitar inmunidad pa- siva, los anticuerpos están preparados para su uso en investigación, pruebas clínicas con fines diagnósticos y para tratar ciertos cánceres. Los anticuerpos monoclo- nales utilizados para tales propósitos se producen a partir de descendientes de una sola célula, y son prepa- raciones puras de anticuerpos que muestran especifici- dad por un antígeno y no para otros. Además de su uso para enviar fármacos anticancerígenos al tejido cance- roso, los anticuerpos monoclonales se utilizan para diag- nosticar el embarazo, la hepatitis y la rabia. También se utilizan para facilitar un diagnóstico precoz y realizar un seguimiento de la extensión de los cánceres profunda- mente escondidos en el organismo. Anticuerpos Los anticuerpos, también conocidos como inmuno- globulinas, o Ig, constituyen la parte gammaglobulí- nica de las proteínas de la sangre. Los anticuerpos son proteínas solubles secretadas por las células B activadas o por su prole de células plasmáticas como respuesta a un antígeno y son capaces de enlazar específicamente con ese antígeno. Los anticuerpos se forman en respuesta a un gran número de antígenos diferentes. A pesar de su variedad, todos tienen una estructura básica similar que nos per- mite agruparlos en cinco clases de Ig, cada una con pe- queñas diferencias de estructura y función. Estructura básica de un anticuerpo Independientemente de su clase, cada anticuerpo tiene una estructura básica que consiste en cuatro cadenas de aminoácidos (poli- péptido) unidas entre sí por medio de enlaces disulfuro (de sulfuro a sulfuro) (Figura 12.15). Dos de las cuatro cadenas son idénticas y contienen aproximadamente 400 aminoácidos cada una; éstas son las cadenas pesa- Capítulo 12: El sistema linfático y las defensas del organismo 421 12 (b)(a) Zonas de enlace a antígenos Cadena ligera Cadena pesada Enlaces disulfuro V V C V V C C C F I G U R A 1 2 . 1 5 Estructura básica de un anticuerpo. (a) Imagen obtenida por ordenador. (b) Estructura simplificada en diagrama. La estructura básica (monómero) de cada tipo de anticuerpo está formada por cuatro cadenas polipéptidas (dos cadenas ligeras y dos pesadas) unidas entre sí mediante enlaces disulfuro. Cada cadena tiene una zona variable (V) (distinta en anticuerpos diferentes) y una constante (C) (idéntica en esencia en distintos anticuerpos de la misma clase). Las regiones variables son las zonas de enlace con el antígeno del anticuerpo.
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