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Filtración glomerular Como se acaba de describir, el glomérulo actúa como un filtro. La filtración glomeru- lar es un proceso pasivo, no selectivo, por el cual el fluido pasa de la sangre a la cápsula glomerular. Una vez en la cápsula, el fluido se llama filtrado y en esen- cia está compuesto por plasma sanguíneo sin proteínas. Tanto las proteínas como las células sanguíneas son normalmente demasiado grandes para atravesar la membrana de filtración y cuando alguna de estas apa- rece en la orina significa que hay muchas posibilidades de que haya algún problema en los filtros glomerulares. Mientras que la presión sanguínea sistemática sea nor- mal, el filtrado se formará sin problemas. Si la presión sanguínea arterial cae a un nivel bajo, la presión glome- rular se vuelve insuficiente para obligar a las sustancias de la sangre a que salgan de la sangre a los túbulos, y el filtrado se detiene. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO La producción anormalmente baja de orina re- cibe el nombre de oliguria si está entre los 100 y los 400 ml/día, y anuria si es menor de los 100 ml/día. Una pro- ducción baja de orina a menudo indica que la presión glo- merular es demasiado baja para llevar a cabo el filtrado, pero la anuria también puede ser el resultado de una reacción a una trasfusión y una inflamación grave a causa de alguna he- rida por aplastamiento en los riñones. ▲ Reabsorción tubular Además de los desechos y del exceso de iones que deben eliminarse de la sangre, el filtrado también contiene muchas sustancias que pue- den ser útiles (entre ellos el agua, la glucosa, los ami- noácidos y los iones), y que deben recogerse del fil- trado y devolverse a la sangre. La reabsorción tubular comienza al mismo tiempo que el filtrado pe- netra en el túbulo contorneado proximal (Figura 15.5). Las células tubulares son “transportadores”, que toman las sustancias necesarias del filtrado y las pasan al es- pacio extracelular, de donde son reabsorbidas por la sangre de los capilares peritubulares. Algunos tipos de reabsorción se llevan a cabo de forma pasiva (por ejemplo el agua, por ósmosis), pero la reabsorción de la mayoría de las sustancias depende de los procesos de transporte activo, que utilizan a los transportadores de las membranas y son muy selectivos. Existen nu- merosos transportadores para las sustancias que se ne- cesitan reabsorber, y muy pocos transportadores para sustancias innecesarias del organismo. Las sustancias que se necesitan (por ejemplo la glucosa y los amino- ácidos) se reabsorben completamente del filtrado en condiciones normales. Los desechos nitrogenados son raramente reabsorbidos, si se diese el caso. Estos desechos están compuestos por la urea, formada en el hígado como producto final de la descomposición de las proteínas cuando los aminoácidos se utilizan para producir energía; el ácido úrico, liberado del meta- bolismo de los ácidos nucleicos; y la creatinina, que se asocia con el metabolismo de la creatina en el tejido muscular. Las células tubulares disponen de pocos transportadores para estas sustancias, por lo que tien- den a permanecer en el filtrado y se encuentran en al- tas concentraciones en la orina que secreta el cuerpo. Algunos iones pueden ser reabsorbidos o eliminados en la orina, dependiendo de las necesidades particula- res de ese momento para mantener un pH adecuado y la composición de electrolitos en la sangre. La mayor parte de la reabsorción se lleva a cabo en el túbulo contorneado distal donde los conductos recolectores están también activos. Secreción tubular La secreción tubular es esencial- mente lo contrario a la reabsorción tubular. Algunas sus- tancias como los iones de hidrógeno y potasio y la crea- tinina también pasan desde la sangre de los túbulos peritubulares a través de las células tubulares, o bien desde las propias células tubulares, al filtrado para ser eliminadas en la orina. Este proceso parece ser impor- tante para deshacerse de sustancias que aún no están en el filtrado, como algunos fármacos, el exceso de pota- sio, o como un medio adicional de controlar el pH se la sangre (véase la Figura 15.5). Características de la orina En 24 horas, los maravillosos y complejos riñones fil- tran entre 150 y 180 litros de plasma a través de los glomérulos a los túbulos, que procesan el filtrado al extraer sustancias (reabsorción) y al añadir otras (se- creción). En las mismas 24 horas, sólo se producen entre 1 y 1,8 litros de orina. Obviamente, la orina y el filtrado son muy diferentes. El filtrado contiene lo mismo que el plasma (excepto las proteínas), pero al llegar a los conductos colectores, el filtrado ha per- dido la mayor parte del agua, y casi todos sus nu- trientes e iones necesarios. Lo que queda, la orina, contiene desechos nitrogenados y sustancias innece- sarias. Si tenemos en cuenta que no tenemos proble- mas de salud, nuestros riñones pueden mantener nuestra composición de la sangre bastante constante a pesar de las grandes variaciones en la dieta y la acti- vidad celular. La orina normal es por lo general clara y amarilla. El color amarillento normal se debe al ureocromo, un pig- mento que es el resultado de la destrucción de hemo- globina del organismo. Cuantos más solutos haya en la orina, más intenso es el color amarillo; por el contrario, cuánto más disuelta esté la orina más claro será dicho color. Algunas veces, la orina puede presentar otros co- lores. Esto puede ser el resultado de comer algunos ali- mentos (la remolacha, por ejemplo) o de la presencia de bilis o sangre en la orina. 524 Anatomía y Fisiología Humana 15
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