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Traumatismos de cráneo penetrantes 175 13 les directamente agredidas. La mayor parte de dicha energía se agota al atravesar las paredes craneales. La contaminación y posterior infección son, como vimos, también frecuentes. Se deben tener presente las posibles lesiones vasculares asociadas. Clínica, manejos médico y quirúrgico El estado neurológico variará según la topografía y extensión de la lesión causada, pero como en general la penetración es menos profunda que con las heridas por armas de fuego, el enfermo tiene más probabili- dades de alcanzar la atención médica con un score de Glasgow alto. En esa línea de pensamiento, siempre debe descartarse un hematoma intra o extraaxial, más aún si el enfermo deteriora el sensorio. No debe ex- traerse el cuerpo extraño penetrante sin antes haber estabilizado y estudiado con imágenes adecuadas al enfermo. Se indicarán profilaxis antitetánica, antibió- ticos de amplio espectro, y medicación anticomicial. Los estudios iniciales incluyen la radiografía simple y la tomografía computada. Debe recordarse que la madera es poco radio-opaca. En los casos en que el elemento agresor pudiera tener una relación con vasos importantes, es aconsejable la angiografía preoperatoria. El elemento agresor se extraerá en quirófano, me- diante craneotomía o craniectomía adecuadas a la topografía involucrada. Una vez expuesto de forma adecuada el cerebro, se procede a extraer el elemento agresor, disponiendo del instrumental y los insumos necesarios. Es conveniente la irrigación continua del lecho quirúrgico. El resto de los pasos son comunes con los referidos para las heridas de arma de fuego. Si cuando el enfermo ingresa al hospital ya se le ha extraído el elemento agresor y los estudios han descartado una complicación hemorrágica, la cirugía se limita al desbridamiento y reconstrucción de los planos anatómicos. Referencias 1. Andrews BT, Bederson JB, Pitts LH. “Use of intraopera- tive ultrasonography to improve the diagnostic accuracy of exploratory burr holes in patients with traumatic tentorial herniation”. Neurosurgery 1989; 24: 345-7. 2. Aarabi, B. “Causes of infections in penetrating head wounds in the Iran-Irak war”. Neurosurgery 1989; 25:923-6. 3. Aarabi, B. “Management of traumatic aneurysm caused by high velocity missile head wounds”. Neurosurg Clin N Am 1995; 6:775-98. 4. Agrawal A, Pratap A, Agrawal CS, Kumar A, Rupakheti S. “Transorbital orbitocranial penetrating injury due to bicycle brake handle in a child”. Pediatr Neurosurg, 2007; 43:498-500. 5. Amirjamshidi A, Abbassioun K, Rahmat H. “Minimal de- bridement or simple wound closure as the only surgical treatment in war victims with low-velocity penetrating head injuries. Indications and management protocol based upon more than 8 years follow-up of 99 cases from Iran-Iraq conflict”. Surg Neurol 2003; 60:105-11. 6. Benzel EC, Day W, Kesterson L. “Civilian craniocerebral gunshot wounds”. Neurosurgery 1991; 29:67-72. 7. Bonnet, E. Medicina Legal. Buenos Aires: López Libreros Ed., 1967; 135-51. 8. Brandvold B, Levi L, Feinsod M, George ED. “Penetrating craniocerebral injuries in the Israeli involvement in the Figura 13.20 a: Radiografía de cráneo que muestra la presencia de fragmentos de vidrio de parabrisa. b: Tomografía de control posoperatoria con brecha ósea frontal y la presencia de fragmentos de vidrio en cavidad pseudoporencefálica frontal y en asta occipital del ventrículo lateral homolateral a la lesión a b Figura 13.21 a: TAC que muestra elemento metálico que atraviesa el cráneo y penetra en masa encefálica. b: TAC con varias soluciones de continuidad ósea occipital y la presencia de aire intracraneano. c: TAC que muestra en parietal derecho metal intracraneano rodeado de halo hipodenso a cb
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