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Neurocirugía / Basso200 Tu m or es ces patognomónicas (el sueño del diagnosticador) y otras con información importante sobre pronóstico y sensibilidad para algunos tratamientos. Los aportes de la BM fueron en un comienzo refe- ridos a la patogenia y la descripción de los caminos moleculares de la oncogénesis. Es así que surgen la descripción, no aceptada de forma universal, de los glioblastomas primarios y secundarios como entida- des mutuamente excluyentes, con elementos clínicos y moleculares diferentes, 16, 17, 18 así como las des- cripciones de las alteraciones moleculares clásicas de los tumores astrocíticos y los primeros intentos de correlacionar estos datos con las clasificaciones morfológicas convencionales. 19 Los genes descritos en esta etapa descriptiva de la BM neurooncológica fueron la TP53, el receptor para el Factor de Crecimiento Epidérmico (EGFr), PTEN, p16, entre otros. Sin embargo, una segunda etapa incorporó el concepto de biomarcador. Un biomarcador es una pro- teína, un perfil epigenético, genético o proteómico cuya característica es la de proveer información específica de una patología. En general suplementan y no suplantan a la histopatología. Un prerrequisito para su utilización es la validación y optimización de la metodología técnica de detección. Se los ha clasificado 20 en diagnósticos (aquellos que ayudan en el reconocimiento de un tumor), pronósticos (proveen información referente a la historia natural de la enfermedad) y predictivos (aquellos que brindan información sobre la respuesta a una moda- lidad de tratamiento específica). Un mismo marcador puede brindar información diagnóstica, pronóstica y predictiva. Un ejemplo importante es la detección de la deleción en el brazo corto del cromosoma 1 y del bra- zo largo del cromosoma 19 en los oligodendrogliomas, dato que generó un impacto considerable, sobre todo al asociarlo con un mejor pronóstico y una mejor res- puesta a la quimioterapia. 21 Este hallazgo era paradojal, ya que la mayor parte de las alteraciones moleculares que se han descrito, en general, están asociadas a un peor pronóstico. En este caso, la pérdida combinada de ambos loci se vincula a un pronóstico global mucho mejor. Todavía la evidencia es confusa acerca de si esta deleción combinada es un marcador genérico intrínse- co de comportamiento más benigno, un marcador de quimiosensibilidad o una combinatoria de ambas. El ensayo clínico europeo randomizado brindó evidencia sobre el mejor pronóstico de los oligodendrogliomas con deleción 1p19q, sin poder atribuirlo de manera de- finitiva a la quimiosensibilidad. 22 De hecho, existe un subgrupo de pacientes que se puede beneficiar de la quimioterapia con 1p19q intacto. La determinación de la deleción 1p19q es hoy un estándar diagnóstico en la comunidad neurooncológica de USA. 23 Existen otros marcadores que comienzan su aplica- ción clínica en el manejo de los pacientes. El receptor para el Factor de Crecimiento Epidérmico (EGFr) es un blanco interesante para la definición molecular de una lesión y su eventual tratamiento específico. Existen varias circunstancias que lo convierten en una molé- cula atractiva para el diagnóstico y eventual blanco terapéutico: es casi específico de los gliomas, existe en niveles extremadamente altos y presenta sensibi- lidad, al menos in vitro a las moléculas inhibidoras. Asimismo, la presencia del EGFr define a la en- tidad astrocitoma de células pequeñas, entidad que puede confundirse en términos morfológicos con un oligodendroglioma. 24 La tercera determinación de importancia biológi- ca es la del estado de metilación de la enzima Metil- Guanina-Metil-Transferasa (MGMT). Se trata de una enzima reparativa del ADN que revierte la acción de los agentes alquilantes que constituyen gran parte de los quimioterápicos. Si el promotor de la enzima está metilado la enzima es ineficiente y su capacidad para generar quimiorresistencia disminuye de forma críti- ca. La detección entonces del estado de metilación del promotor de la enzima es un dato de laboratorio que predice la quimiosensibilidad del tumor. 25 Un estudio colaborativo demostró que el silenciamiento del gen de MGMT era un factor pronóstico beneficioso para pacien- tes con glioblastoma tratados con radio y quimioterapia. 26 Todavía no está claro si la determinación del estado del promotor debe hacerse con técnicas de Biología mo- lecular o de inmunocitoquímica, dado que los resultados no son completamente comparables u homogéneos. 27 En síntesis, existe un considerable flujo de infor- mación que plantea con claridad la posibilidad del tratamiento personalizado de los tumores cerebrales, sobre todo de la serie glial. Sin embargo, la aplicación de estos marcadores debe hacerse con responsabilidad y comprensión clara de los significados clínicos de las determinaciones. El análisis genómico en gran escala (microarreglos) El surgimiento de la tecnología de microarreglos plantea varios cambios conceptuales interesantes. Figura 16.11: Cordoma. Se observan las características células fisalíferas. HE 100 X
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