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Gliomas de alto grado II 237 19 comprobado, a mayor exéresis tumoral, mejor sería el efecto quimioterápico. Los agentes alquilantes son los principales fármacos utilizados contra los gliomas malignos, que actúan alterando la estructura del ADN y las proteínas de las células; los residuos del ADN conducen a roturas simples y dobles y a mutaciones del código genético. A su vez, dependen para actuar de la presencia de oxígeno, y el hecho de que los gliomas malignos pre- senten áreas de relativa anoxia e isquemia, contribuye a una resistencia a los mismos. A través de los años se utilizaron diferentes protocolos de quimioterapia sin buena respuesta; entre las drogas utilizadas se encon- traban la procarbazina, la vincristina y la limustina. 34 En la actualidad los agentes más utilizados son: 1. Temozolomida (TMZ): La temozolomida es una imidazotetrazina con una muy buena biodispo- nibilidad oral y una mínima mielotoxicidad, que ha sido aprobada por la FDA para su uso tanto en AA recurrentes como en GBM de reciente diagnóstico; observándose en el primer caso un rango de respuesta parcial del 27%, y total del 8%; con un periodo libre de enfermedad de 6 meses del 46%. 64 Para la recidiva del GBM los resultados fueron menos beneficiosos con una respuesta total del 5%, y un periodo libre de enfermedad de 6 meses en un 21%. 64 En el metanálisis de Hart et al. De 2008 24, en base a 900 pacientes, se llega a la conclusión de que la temozolomida es una terapia efectiva en GBM, que prolonga la sobrevida, y retrasa la progresión tumoral sin afectar la calidad de vida, con un bajo índice de efectos adversos. En los GBM recurrentes retrasa la progresión tumoral, pero no mejora el promedio de sobrevida. 24 Hay diferentes protocolos con respecto a las dosis de TMZ, entre ellos los siguientes: P Seis ciclos de 150 mg x m² x VO x día x 5 días, y se repite cada 28 días. P 75 mg x m² x VO x 42 días consecutivos. Luego 15 días de descanso, y nueva RM para verificar respuesta al tratamiento, si ésta fue positiva se repite el mismo esquema, que se continúa hasta evidenciar progresión de la enfermedad. Efectos Adversos: Los efectos adversos más fre- cuentes son la mielosupresión, náuseas, vómitos, y constipación. 64 2. BCNU (1,3-bis (2-chlorethyl)-1-nitrosourea): La quimioterapia con BCNU ha sido base del tra- tamiento de los gliomas de alto grado de malig- nidad por mucho tiempo, y algunas series afir- man que la mayoría de los pacientes con una prolongada sobrevida han recibido BCNU como quimioterápico. Los mejores candidatos a recibir quimioterapia con BCNU son pacientes de 40 a 50 años de edad, con un tumor recurrente que tuvo una buena respuesta a la cirugía y a la radioterapia. La do- sis es de 80 a 100 mg/m², vía EV, durante 1 a 3 días, repitiéndose el ciclo cada 8 a 10 semanas, en un total de 6 ciclos. Entre la 4ª y la 5ª semana del tratamiento, el paciente puede presentar una marcada trombocitopenia y leucopenia, como también fibrosis pulmonar. El BCNU también se puede aplicar en forma de preparados de uso local (wafers) en el lecho qui- rúrgico luego de la exéresis tumoral 3; éstos van a liberar la droga al tejido cerebral a lo largo de 2 a 3 semanas, exponiendo al lecho quirúrgico a una concentración de BCNU 113 veces mayor que la que se consigue por vía sistémica. 22 En un estudio, prospectivo y randomizado de 32 pacientes, Valtonen et al. 57 muestran una sobre- vida de 58,1 semanas en pacientes que recibieron Gliadel, en comparación a 39,9 semanas en el grupo placebo. En el 2004 el Gliadel fue aproba- do por la FDA para su uso como quimioterapia inicial en gliomas de alto grado. 3. Drogas en experimentación: En la actualidad hay algunas líneas de investigación trabajando con agentes antiangiogénicos (bevacizumab); este agente, asociado con irinotecan o carboplatino, tendría acción sobre gliomas de alto grado de malignidad recurrentes, sin conocer todavía si la respuesta se debe a cambios vasculares o, a efectos antitumorales. 2, 40 Recidiva tumoral La recidiva tumoral es un problema que enfrentan todos los pacientes tratados por gliomas de alto grado de malignidad. Se deben realizar controles clínicos periódicos, recomendándose realizar RM cada dos o tres meses para documentar la progresión tumoral, antes de que nuevos síntomas se instalen. Uno de los dilemas que los neurocirujanos enfrentan es diferen- ciar la recurrencia tumoral de la radionecrosis, que se hace más problemática cuando la RM muestra un aumento del refuerzo en el área del lecho quirúrgico, con ausencia de efecto de masa. Si bien el PET y la Espectroscopia suelen ser utilizados para diferenciar tumor de radionecrosis, sus resultados pueden no ser concluyentes, por lo que muchas veces se debe comple- tar con una biopsia por estereotaxia o a cielo abierto. Para los pacientes con una recurrencia local, la cirugía es una opción. El tratamiento adicional se pue- de realizar al momento de la exéresis con preparados de uso local de BCNU en la cavidad quirúrgica, o braquiterapia, o por vía sistémica con Temozolomi-
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