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Anatomía y fisiología del cuerpo humano240 ca de 5000 neuronas, cuyos cuerpos neuronales se encuentran en los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo. Estos axones atraviesan el tallo hipotálamo hipofisario, generando una conexión directa entre el hipotálamo y la neurohipófisis. Además de los axones antes mencionados existen también algunas escasas células de sostén denominadas pituicitos (Fig. 9.7). Existe una tercera región hipofisaria denominada lóbulo in- termedio que se atrofia durante el desarrollo fetal y es muy peque- ño en los adultos, inmigrando sus células a la adenohipófisis. Durante mucho tiempo, la hipófisis ha sido denominada como la «glándula directora del concierto endocrino» pues sus hormonas controlan a la «mayoría» de las otras glándulas endocrinas y a otros órganos. En realidad dicho título debe ser atribuido al hipotálamo, pues es éste quien ejerce control sobre las dos partes de la hipófisis. Sobre la neurohipófisis como acabamos de ver, a través de axones procedentes de centros hipotalámicos, que contienen los cuerpos celulares de las neuronas especializadas que sintetizan verdadera- mente las hormonas de la hipófisis posterior, de forma que ésta actúa como un mero reservorio de hormonas (Fig. 9.7) y sobre la adenohipófisis a través del sistema portal hipotálamo hipofisario. La hipófisis anterior también denominada adenohipófisis tiene dos tipos celulares fundamentales, los que tienen gránulos que producen hormonas y las células sin gránulos. Las que tienen gránulos se han dividido, según sus características histológicas en células acidófilas que producen fundamentalmente hormo- na de crecimiento y prolactina y células basófilas que producen LH, FSH, TSH y proopiomelanocortina, que son glucoproteínas. Aunque inicialmente se pensó que cada tipo de célula hipofisaria se encargaría de la síntesis de una hormona determinada, actual- mente se admite la posibilidad de que cada uno de ellos pueda sintetizar varias hormonas, que tengan alguna relación (Fig. 9.7). La hipófisis anterior está conectada al hipotálamo a través de una red capilar localizada en la eminencia media que se deno- mina sistema portal y que recorre el tallo de la hipófisis dando lugar a otra nueva red capilar en el lóbulo anterior hipofisario. La dirección de la sangre en este sistema portal entre el hipotálamo y la hipófisis es desde el primero a la segunda aunque en algunas situaciones especiales se puede pensar en la existencia de un cam- bio en la dirección del flujo. De esta manera las hormonas que se producen en el hipotálamo llegan a la hipófisis anterior sin diluirse en la circulación sistémica. Las hormonas hipotalámicas pueden ser de dos tipos fun- damentalmente: estimuladoras e inhibidoras. Existen hormonas de la hipófisis anterior que están bajo el control de hormonas estimuladoras hipotalámica y otras que están bajo el control de hormonas fundamentalmente inhibidoras como es el caso de la prolactina. Existe finalmente un tercer tipo de hormonas que es- tán sometidas a un control doble por parte de hormonas estimu- lantes e inhibidoras cuyo ejemplo fundamental es la hormona de crecimiento. 2.2. HIPÓFISIS POSTERIOR O NEUROHIPÓFISIS La neurohipófisis está constituida en realidad por una prolongación del sistema nervioso central ya que su origen embriológico es el sue- lo del tercer ventrículo y se encuentra unida al mismo a través de un largo tracto de fibras descritas por Ramón y Cajal a finales del siglo pasado. Hay dos hormonas que se secretan en la hipófisis posterior: la oxitocina y la hormona antidiurética (ADH) o vasopresina. Las neuronas secretoras de estos péptidos están en realidad localizadas en los núcleos supraóptico y paraventricular hipotalámicos que po- seen un cuerpo celular de gran tamaño lo que justifica su denomina- ción de «neuronas magnocelulares». Tanto la ADH como la oxito- cina son péptidos cíclicos con 9 aminoácidos. Ambas hormonas que se producen en los cuerpos celulares hipotalámicos migran, a través de los axones de las mismas, unidas a unas proteínas transportado- ras denominadas neurofisinas formando gránulos de neurosecreción (Fig. 9.7). Existen dos tipos fundamentales de éstas: la neurofisina 1 se une a la oxitocina y la neurofisina 2 se une a la ADH. De esta for- ma se produce su transporte a lo largo de los axones de las neuronas secretoras almacenándose en las varicosidades axonales de las neu- ronas hipotalámicas en la hipófisis posterior (cuerpos de Hering). 2.2.1. Efectos biológicos de la oxitocina La acción fundamental de la oxitocina consiste en la contracción de las células mioepitelioides que recubren a los alveolos mama- rios con la consiguiente eyección de la leche contenida en los mis- mos. Es pues una hormona que posibilita el amamantamiento al facilitar la salida de la leche de la glándula mamaria (Fig. 9.8). El otro efecto importante de la oxitocina es la contracción de la musculatura uterina en el útero gestante a término para permitir el nacimiento del niño que alberga en su interior. Tanto en el caso de la contracción de las células mioepiteliales mamarias como en el de las fibras musculares lisas uterinas, el mecanismo de acción de la oxitocina comienza con la unión de la hormona a los re- ceptores de membrana específicos que dan lugar a una entrada de calcio al interior de la célula estimulando de esta manera la contractilidad de las células musculares (Fig. 9.8). La regulación de la secreción de oxitocina ocurre a través de arcos neurohumorales. El estímulo del pezón mamario por la succión del niño determina un incremento de liberación de oxi- tocina que generará la contracción de las células mioepitelioides y la eyección láctea correspondiente. En el caso del útero, la pre- sión del feto sobre el cuello del mismo determina también un reflejo neurohormonal y la consiguiente liberación de oxitocina. El incremento de la contractura uterina determinará una mayor presión de la cabeza fetal sobre el cuello uterino, aumentando la secreción de oxitocina hasta que se produce la expulsión del feto en el parto (reflejo de Ferguson) (Fig. 9.8). La oxitocina juega también un papel importante en la con- ducta maternal de las hembras lactantes. 2.2.2. Hormona antidiurética (vasopresina) Su función más importante consiste en la regulación de la concen- tración de la orina, actuando sobre el túbulo colector renal (véase capítulo sobre función renal). La presencia de hormona antidiuréti- ca hace permeable al túbulo colector permitiendo la reabsorción de una importante cantidad del agua que llega al mismo. En ausencia de hormona antidiurética, el túbulo colector no es permeable al agua y toda la que le llega desde el túbulo contorneado distal será eliminada con la orina apareciendo una enfermedad que se deno- https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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