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Infecciones piógenas 633 hallazgos se asocian con un intenso edema cerebral adyacente. En la etapa de cerebritis tardía (días 4 a 9), el edema está en su punto máximo mientras que en el centro de la lesión comienzan a aparecer zonas de necrosis donde el pus se concentra. En la periferia de esta zona inflamatoria, los fibroblastos se acumulan y sirven como precursores de la cápsula de colágeno. La etapa siguiente es la formación de la cápsula tem- prana (días 10 a 13), cuando la matriz de colágeno se consolida, aislando al centro necrótico del resto del parénquima. Finalmente, en la etapa de cápsula tardía (día 14 en adelante) el absceso ya está maduro y posee cinco regiones bien diferenciadas: el centro necrótico, una zona periférica de células inflamatorias y fibroblastos, una cápsula de colágeno, un área de neovascularización y un área de edema reactivo. 8, 11, 29 La evolución complete de un absceso lleva entonces unas dos semanas en total. Los microorganismos hallados en un absceso son de predominio bacterias gram negativas, probable- mente debido al hecho de que el extendido uso de antibióticos ha limitado la aparición de infecciones estafilocóccicas. La mejora en las técnicas bioquímicas de aislamiento ha contribuido también a identificar con mayor frecuencia que antes especies anaerobias. 1, 13, 15, 19, 31, 48, 60, 73 Presentación clínica La mayor parte de los pacientes se presenta con clí- nica de hipertensión endocraneana, asociada o no con signos de déficit focal. Esto último dependerá de la localización, el tamaño, el número de lesiones, la virulencia de los agentes patógenos, la respuesta del huésped y el grado de edema cerebral adyacente. 60, 73 El signo predominante en el 70 al 97% de los pa- cientes es la cefalea 63, 67, 73, que es constante, pro- gresiva, y resistente al tratamiento. El vómito puede estar presente en 25 a 50% de los pacientes. La fiebre, casi siempre debajo de 39˚C (Figura 60.1), se verifica en más del 50% de los casos. 17, 19, 39, 67, 73 Un 75% de los pacientes presenta algún grado de afectación de la conciencia, que varía desde una obnubilación Ocurren en la unión corticomedular, donde el flujo sanguíneo es menor y poseen un pronóstico menos favorable, con una morbimortalidad elevada. Ocurren con mayor frecuencia en los lóbulos frontal y parietal 13, 14, 29, aunque otros sitios, como el tronco cerebral y el cerebelo, también pueden verse afectados. La fuente inicial de la infección suele encontrarse en el tórax en las enfermedades piógenas pulmonares como la neumonía, los abscesos pulmonares, las bronquiec- tasias y los empiemas. Otras causas son las pústulas cutáneas, osteomielitis, infecciones pélvicas o intraab- dominales, cardiopatías congénitas cianóticas, shunts derecha-izquierda, o malformaciones arteriovenosas pulmonares. La tetralogía de Fallot y la transposición de los grandes vasos son también causas muy comunes de abscesos cerebrales. 11, 19, 39, 73 Las infecciones que ocurren como complicación de un procedimiento neuroquirúrgico también pueden ser una causa de abscesos cerebrales, y su incidencia está incrementándose. El mecanismo es la contamina- ción directa durante una cirugía o una infección de la plaqueta ósea. Estas complicaciones mencionadas requieren un debridamiento extenso, la remoción del hueso y un cierre dural meticuloso para prevenir la formación de un absceso. 24, 67, 73 Cada vez más pacientes se presentan con un estado de inmunocompromiso como único factor predispo- nente. Las diferentes causas de inmunosupresión como el SIDA, las enfermedades crónicas debilitantes como la diabetes, la quimioterapia por cáncer, el transplante de órganos y el uso crónico de corticosteroides para el tratamiento de enfermedades inflamatorias o auto- inmunes suelen verse implicados. Estos pacientes se presentan no solo con abscesos piógenos bacterianos, sino también por otras causas como bacterias atípicas, hongos, o parásitos. 52, 67, 73 Histogénesis y microbiología Existen cuatro etapas bien diferenciadas en el desarro- llo de un absceso cerebral. 8, 11, 13, 14, 29 La cerebritis temprana (días 1 a 3) muestra un centro necrótico acompañado por una respuesta local inflamatoria que rodea a la adventicia de los vasos sanguíneos. Estos Figura 60.1: Típica febrícula en el absceso cerebral. Nótese el aumento de la temperatura final al drenar la colección. Figura 60.2 a: Absceso cerebral frontal. Nótese la zona central de necrosis. b: Absceso cerebral. Nótese el refuerzo de la cápsula. a b
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