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Infecciones piógenas 635 eficiente, en particular en pacientes con compromiso importante del estado general. Mayor precisión puede ser obtenida mediante guía estereotáctica o ultrasonido en tiempo real. Las lesiones múltiples pueden aspi- rarse a través de un solo agujero de trépano si están en el mismo hemisferio y no muy distantes unas de otras. Los abscesos profundos son mejor manejados mediante aspiración guiada por TC bajo estereotaxia. 7, 13, 17, 24, 36, 39, 49, 53, 60, 61, 67, 73 En algunas situaciones, la exéresis completa me- diante craniotomía es el procedimiento de elección, como por ejemplo en los abscesos de fosa posterior donde las recurrencias deben ser evitadas a cualquier precio. Abscesos traumáticos conteniendo cuerpos extraños, como fragmentos óseos, también suelen beneficiarse de un abordaje amplio. Las lesiones de origen micótico también son abordadas a cielo abierto debido a su baja sensibilidad al tratamiento médico y al hecho de que los gérmenes suelen localizarse dentro de la cápsula. 71, 73 Pronóstico Ha mejorado de modo sensible debido al diagnóstico temprano, la antibioticoterapia adecuada, y los proce- dimientos de drenaje quirúrgico mínimamente invasi- vos. Suelen conseguirse resultados excelentes cuando, al momento del diagnóstico, el estado neurológico es bueno. Debemos recordar que el absceso cerebral es una entidad de gravedad que compromete la vida del paciente y que las demoras en el tratamiento se pagan muy caras. Por ejemplo, el riesgo de hipertensión en- docraneana súbita debido a la ruptura y volcado de la colección al sistema ventricular se incrementa de forma notable si existen demoras en el comienzo del tratamiento. 17, 67, 73 La morbilidad en los pacientes que se han cura- do incluye convulsiones, déficit cognitivo y secuelas motoras o sensitivas. La epilepsia es tan frecuente como hasta en 30-50% de los casos, más en aquellos individuos que han sido tratados mediante cirugía a cielo abierto 50, 67, 73, aunque suele responder co- rrectamente a las drogas de uso habitual. Pacientes con dos episodios comiciales deben ser tratados por al menos un año luego de la normalización del EEG. La recurrencia ocurre en cerca del 5 a 10% de los casos, la mayoría dentro de las 6 semanas de co- menzado el tratamiento. Sus causas más frecuentes son elección inapropiada del antibiótico, técnica de aspiración inadecuada, presencia de cuerpos extraños, fístula y falla en la erradicación del sitio primario de la infección. 1, 19, 36, 39, 67, 73 Absceso subdural intracraneano El absceso subdural intracraneano, también llamado empiema subdural (ESD), es una colección purulenta que no se encuentra confinada al interior del cere- bro, sino que está diseminada en el espacio subdural. Constituye en torno al 20-33% de todas las infeccio- nes intracraneanas. 63, 68, 73 La incidencia varía entre los países desarrollados y los que se encuentran en desarrollo. 58, 73 La tasa hombre-mujer es 3:1. Se lo- calizan en la convexidad en el 70-80% de los casos, y en 10-20% a nivel de la hoz. 62, 73 La etiología es en la mayor parte de los casos una extensión directa de una infección local como sinusitis, otitis media, fractura complicada de cráneo o infección poscraniotomía, en especial si luego de la misma queda una cavidad. 58, 62, 68, 69, 73 En niños, la causa más frecuente es una efusión estéril posmeningitis. La mayoría de los casos tiene un curso clínico fulminante y requiere de un diagnóstico rápido y una evacuación quirúrgica de emergencia. 49, 58, 68, 73 No obstante, la aracnoides actúa inicialmente como barrera para la diseminación más profunda; el acceso irrestricto al espacio subdural supratentorial permite que una delgada capa de material purulento se deposite de manera difusa sobre la convexidad cerebral, la hoz o la tienda del cerebelo. Otra causa de ESD es la diseminación de una osteomielitis de la pared posterior de un seno aéreo. La progresión de la tromboflebitis genera compromiso de las venas corticales y los senos venosos, lo que provoca edema e isquemia de la corteza cerebral subyacente. Sin un tratamiento agresivo rápido, trombosis sinusal irre- versible e infarto venoso ocurren sin remedio. 58, 73 La presentación clínica incluye fiebre elevada en el 96% de los casos, alteraciones del estatus neurológico en 60-70%, déficit motor focal, mayormente hemipa- resia (80-90%), rigidez de nuca (80%), cefaleas (77%), convulsiones (55%), edema periorbitario y frontal (30%) y vómitos (20%). 34, 49, 58, 62, 68, 73 Los estudios por imágenes muestran la lesión. En la TC se demuestra una zona hipodensa (pero más densa que el LCR) en forma de semiluna extracerebral con un importante refuerzo de la membrana medial (Figura 60.3), desplazamiento interno de la interface sustancia gris-sustancia blanca; distorsión ventricu- lar y borramiento de las cisternas basales. La RNM evidencia una línea pialependimaria. 20, 34, 49, 58, 62, 68 Esta entidad constituye una verdadera emergencia médica y requiere tratamiento mixto médico y neuro- quirúrgico. La antibioticoterapia dependerá del germen causal, siendo los más frecuentes los estreptococos aeróbicos, estafilococos, Streptococo pneumoniae, Hae- mophilus influenzae, estreptococos microaeróbicos y anaeróbicos. Sin embargo, el cultivo puede resultar negativo si el paciente se encuentra bajo tratamiento antibiótico. Al igual que para los abscesos cerebrales, una combinación de vancomicina, metronidazol y ce- falosporina de tercera generación resulta el tratamiento más adecuado si no hay un germen aislado. 24, 58, 68, 69, 73
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