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NeuRociRugíA / Basso636 In fe cc io n es La cirugía tiene como objetivo drenar la máxima cantidad posible de pus. Existe un debate sobre si el mejor abordaje es una craniotomía o un agujero de trépano. Cualquiera sea la abertura, esta debe ser adecuada como para abrir los tabiques. La duramadre suele estar tensa y mostrar aspecto blanquecino por el pus subyacente. Luego de la apertura, el pus sale a presión, y el cerebro es empujado hacia afuera obstru- yendo la salida de más material. Con sumo cuidado, la corteza debe ser empujada hacia dentro para permitir una evacuación lo más completa posible. La cavidad debe lavarse con abundante fisiológico mezclado con vancomicina. 24, 58, 68, 69, 73 El pronóstico depende del estado previo al trata- miento y la rapidez con que se comience. La mortalidad es de 10-20% de los casos cuando se contemplan las medidas terapéuticas adecuadas. 48, 58, 69 La morbili- dad es alta, incluyendo convulsiones y hemiparesia. Absceso epidural intracraneano Fue descrito inicialmente en 1760 por Sir Percival Pott, quien también documentó su asociación con el edema de cuero cabelludo. Es la tercera causa de co- lección piógena intracraneana, luego del absceso y el empiema subdural. Se define como una supuración del espacio epidural. En cerca del 10% de los casos se asocia a un empiema subdural. Las causas son si- milares a las mencionadas para las otras entidades de este capítulo. 24, 30, 45 Su incidencia global no se conoce 59, 73, sin embargo el 90% de los abscesos epidurales ocurren en la columna, con mayor frecuencia en adolescentes o adultos. 8, 24, 40 Clínicamente, los pacientes se presentan con fiebre elevada, cefalea difusa o localizada hacia un lado y dolor en el cuero cabelludo. Supuraciones purulentas de los oídos o la nariz y edema periorbitario. (Figu- ras 60.4 y 60.5) Salvo que se encuentre un empiema subdural asociado, las convulsiones son muy raras. 3, 8, 24, 45, 59, 73 Los agentes patógenos comúnmente involucrados son el Stafilococo aureus, Stafilococo epidermidis, bacilos entéricos gram negativos (en especial Esche- ria coli), pseudomonas, bacteroides u otros anaero- bios. El Haemophilus influenzae también puede ser responsable, junto al Mycobacterium tuberculosis, Proteus penneri, Actinomyces, Aspergillus fumigates y Cladosporium. 3, 49, 59, 67 Los estudios de laboratorio muestran leucocitosis por polimorfonucleares, junto a velocidad de eritro- sedimentación elevada. Los hemocultivos pueden re- sultar positivos, y la hiponatremia ha sido reportada hasta en 30% de los casos. 24, 35, 59, 73 Los estudios por imágenes tienen, al igual que las entidades previamente descritas, una gran importancia. Las radiografías simples muestran sinusitis, mastoiditis u osteomielitis. La TC sin contraste evidencia un área lentiforme poco definida, de densidad baja o interme- dia. (Figura 60.6) También se observa destrucción ósea en pacientes con mastoiditis. Cuando se administra contraste, el lado interno convexo de la lesión de baja densidad contrasta con fuerza debido a la duramadre inflamada. La RNM es el estudio de elección, observán- dose la colección de fluido epidural con alta intensidad, tanto en T1 como en T2, que contrasta fuertemente con el gadolinio. Este estudio es útil en particular para hacer diagnóstico diferencial con el empiema subdural. La imagen típica incluye una lesión líquida por fuera del Figura 60.3 a: Empiema subdural. Nótese la lesión hipodensa que desplaza la línea media. b: Empiema parasagital y parietal Figura 60.4: Alta temperatura en un empiema subdural Figura 60.5: Tumor de Pott en un niño de 9 años de edad
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