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Tuberculosis del sistema nervioso central 657 los tuberculomas sugiere que luego de una disemi- nación a través del torrente circulatorio, al romperse el tubérculo en el espacio subaracnoideo, resulta en una meningitis tuberculosa, mientras que si se este se acantona en sitios profundos de los hemisferios, dará lugar a un tuberculoma. La reacción inmune produce inflamación vascular y, en consecuencia, una vasculitis rodeada de edema responsable de las complicaciones clínicas. Los tuberculomas típicos son masas sólidas y bien delimitadas con una firme cápsula gliótica que com- prime al parénquima circundante. En la superficie, el color es blanco cremoso y su centro es caseoso, lo que indica que el tuberculoma se encuentra maduro. 35 La forma inmadura consiste en múltiples tubércu- los pequeños diseminados en una región, uno cerca de otro y con parénquima edematoso en el medio. 35 Existen formas inusuales, que se escapan de esta descripción. 37, 38 El tamaño de un tuberculoma puede variar entre 1,5 a 8 cm, con algunos gigantes que pueden ocupar un hemisferio entero. 36 Diversas técnicas inmunohistoquímicas muestran tinciones positivas para anticuerpos y antígenos, pero sin bacilos en el directo. 39, 40 Los anticuerpos mono- clonales contra la proteína 38 KDa del Mycobacterium tuberculosis dentro de un tuberculoma demostraron 100% de positividad, mientras que en la misma mues- tra la tinción de Ziehl-Nielsen evidenció positividad en 36% de los casos. Por ende, la técnica menciona- da podría ser una herramienta muy útil a la hora de diagnosticar tuberculomas del SNC, siendo simple, confiable y altamente específica, y eliminaría la antigua técnica de administrar tratamiento empírico basado en presunciones clínicas y radiológicas. La reacción de cadena de polimerasa es otro método molecular de diagnóstico rápido en los casos de afectación tem- prana, cuando las otras técnicas diagnósticas suelen fallar. 22, 41, 42 Clínica El tuberculoma es una enfermedad de predominio en individuos jóvenes, siendo 70% de los afectados menores de 30 años de edad. 20 En nuestras series, la edad de los pacientes varió entre 17 meses y 80 años, pero 86% eran menores de 40 años. La distribución por sexo no muestra diferencias. El cuadro clínico es similar al de cualquier lesión ocupante de espacio intracraneana. Progresa lenta- mente, con un intervalo promedio entre el comienzo de los síntomas y el diagnóstico definitivo de unos 6 meses. 20 La sintomatología dependerá sensiblemente de la localización. Cefaleas, vómitos y convulsiones son frecuentes, junto a déficits focales y alteraciones visuales por edema crónico de papila debido a la hi- pertensión endocraneana. Tuberculomas localizados en el cerebelo o el tronco cerebral generarán síntomas acordes a dichos sitios16, así como los que se encuentran en la región selar o el quiasma óptico44, 45, 46, 47, 48, 59, que provocarán síndrome optoquiasmático o insuficiencia pituitaria. Esta última localización requiere un diagnóstico rápido para evitar secuelas permanentes. Las lesiones espinales también se expresan como déficit medular lentamente progresivo, con empeo- ramientos agudos como consecuencia de vasculitis asociada. 16 Algunos signos generales como pérdida de peso y fiebre pueden ayudar a distinguir a un tuberculoma de otros tumores cerebrales. Los dos signos coexisten en un 20 a 25% de los casos. 43 La infección por tuber- culosis en otro sitio diferente al SNC es otro criterio presuntivo importante35, así como un estrecho contacto con un paciente que sufra la enfermedad. Asimismo, una reacción de Mantoux positiva es muy sugestiva de tuberculosis. Sin embargo, en nuestra serie de 95 casos, 5 mostraron un resultado negativo. Aumento de la velocidad de eritrosedimentación fue positiva en sólo 37% de los casos, e hiponatremia en 18%. Hallazgos radiológicos Típicamente, los tuberculomas aparecen en la TC como una masa isodensa o levemente hiperdensa, con una hipodensidad periférica correspondiente a edema, con fuerte e intenso refuerzo poscontraste. (Figuras 62.1 a y b)9 La multiplicidad es común. (Figuras 62.2 a y b)49, 50 Una calcificación central es frecuente pero no patognomónica, ya que también se observa en la cisticercosis. 16 Es raro que el tuberculoma se presente Figuras 62.1 a y b: Tuberculoma en la tomografía: masa isodensa o levemente hiperdensa gangliobasal izquierda, con hipodensidad periférica correspondiente a edema e importante refuerzo poscontraste Figuras 62.2 a y b: Tuberculomas múltiples en TAC: lesiones talámica y cerebelosa
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