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CLÍNICA PSICOANALÍTICA CON ADOLESCENTES Ps. Stel/a M. Firpo Ps. Adriana lassalle Ps. Analía Ortega Ps Norberto Díaz Prof Cristina Prates Ps. Jorge Sansarricq serie psicoanálisis CAPÍTULO 111 Stellti M Fírpo NOCIONES INTRODUCTORIAS ACERCA DE ADOLESCENCIA. El trayecto que he ido puntuando se construye a partir de pre- 1n111tas que surgieron desde el trabajo con adolescentes (en el eje de l11s neurosis) y de los lextos que permitieron hacer un recorrido en 1elación con esos interrogantes. Se han tomado algunos textos y otros no (no porque no fuesen importantes) sino porque no estaban en ese trayecto en ese momen- 10; por lo tanto no es un camino recto ya que como plantea Kandinsky: el camino recto es a menudo el más largo, pues es el camino rqu1vocado siendo así que el que parece malo resulta frecuentemente rs el mejor". 1 Será por lo tanto un camú10 con idas y venidas, avan- <CS, retrocesos y sin unidad li bre de contradicciones. Cuanto más universal es un autor, más variadas son las in- terpretaciones posibles con respecto a su obra. Los giros diversificados y aún opuestos entre si, que han caracteri•..ado el revisionismo freu- tliano durante las últimas décadas, hablan del carácter de "obra abier- to• en que ha derivado el pensamiento psicoanalitico. Si al Psicoanáljsis se lo supone no como s umatoria textual y si como un estilo que en apariencia hace suma (que no es dogmático) In lectura la pensamos más cercana a la heterodoxia que a la ortodo- ~·ª· Clínica Psicoanalítica con adolescentes. Por qué con adoles- centes y no de adolescentes? porque no hay un psicoanálisis de ni· ños, de adultos o de adolescentes. El psicoanálisis es uno en su cuer· po teórico, pero como no es dogma no nos impide estar atentos a estas diferencias, sus posibilidades y sus riesgos. El adolescente no es un niño, pero aún no es un adulto, estú en Ltn pasaje no exento de desvíos, de tropiezos, de dificultades. El riesgo de taxonomizar detalladamente la psicopatalogin pro p1a de cada etapa ctividiendola y subdividiéndola es el de perder In 93 huS<¡ueda de los deterllllnantes de la organw1c1011 ps1qu1ca. Conoce mos qu~ hay adolescentes-adultos y adultos que persisten en ttlolescentes, que hay adolescencias que a ve<·es 11<' p1Tc1p11an J que 01ras se postergan, pero por alli nos extraviamos. -e nos escapa u 11oc1on de adolescencia con cierta rclac16n en una cronologia. Por otro lado s1 nos interrogamos que es un adulto, una defirución posi· ble es que es un ser vivo que ha llegado al termino del crec1m1ento, comenwndo en el hombre la edad adulta al fin ni de la adolescencia y terminando ni comienzo de la veJcz; s1 estn deíimc1ón no presenta ambigüedad para el crecimiento físico resulta sin embargo incierta para el crec1m1ento psíquico, o sea que se nos escaparía la relación a lo psiquico como antes a lo cronológico. Algunos d1ran que para djferenc1nr infancia y edttd adulta sir· ve como límite el crecimiento corporal, en cuanto a la vejez su defi· nic1ón es más v11ga: Ultimo período de la v1d11 que sucede a la madu- rez y que se caracteriza por la senescencm (S<' condensa la idea de longevidad, de declinación, de decrep1tudJ. Aqui tambien los cnterioa "On fis1ológicos, biológicos. Escntores, pmto!Ts, e1enl1ficos han he· cho importantes producciones al final de su vida en lo que se llama- nn de<"hnnc16n o d~rep1tud Esto constntn In 1nade<'uación de los cri- t~nos somáticos para definir las edades ps1<¡u1cas de la existencia. Hay adolescencias interminables, ndole'!Cenc1as resucitadas, ndole!ICencias prematuras, asi la esquema11zac1ón de la edad por loa numeros y el calendario se encuentra reemplazada por el úernpo ps1qu1co, Aquel que no quiere pasar, aquel que vuelve, el que se ade- lanta; pero la oposición por el tiempo reAI encuentra ciertos límites. F,s importante mantener la rica tensión chfer~1tcial y conllictiva en- tre el tiempo cronológico y el ta ntas veces nombrado tiempo lógico de la estructura, en lugar de aplastar uno con el otro. La entrada en la reproducción sexuada tmplica la puesta en ¡ue110 de la función sim- bólica de la palerrudad. Todo lo que el hombre tiene que hacc.-r como hombre o como mu¡er llene que aprenderlo enteramente del otro, por eso Ja anato- mía de ningun modo es destino. Que no se nace hombre m mujer (si anatóm1camentel pero no en cuanto a la posición Freud lo situa en vnnos textos, fundamentalmente en "Algunas consecuencias psiqu1- cns dt- las diferencias sexuales anátomícas" es d1"C1r que no se trata de las d1fcrenc1as anatómicas sino de las consecuencias psíquicas ck estns cl1íerenc1as. La anatomia m los cromosomns garantizan de 11rrn pos1c1ón masculina o femenina Lnn1n plantea que "con respecto n In mstnnc1a de la sexuah- ctud, todos los su¡etos están en igualdad ele cond1nont's, desde el ni ño 94 •tu el adulto, que sólo tienen que ver con lo que de la sexuaJ1dad, 1011a n las redes de la constituetón subjeurn, a la~ rc.-dcs del 111g111fi· nte la ~exuahdad se realiza sólo por la OjX'racion de las pu Is iones 11 tunto que son puls1ones parciales, parciale~ con respecto a la Orut' dad b1ologica de la sexualidad"'. Asi e-orno en el estadio del espejo hav prematurac1ón, faltan los 1n11duc10~. se ve total donde no lo está, se ve completo donde de mn· 1•111 modo lo es, en la pubertad hay un real que surge cuando aun no •• Ntmbohzado Lacan cruza dos hipótesis 1) Prematurac16n y 111 Capacidad I'"' 1luca. En la pubertad hay toda una hecatombe hormonaJ (impo- ~thh· esto de no ser reconocido, ni es a nodino) no porque garan tice 11• 11na defin ición de la adolescencia basada en un cr iterio e~uluciomsta, como botánico, psicomadurativo sino porque alli el •ujrlo (a 11dvc-111rl se confronta a algo que se anticipa a lo que como •lg111licante no tiene, con un reaJ que aun no es simbolizado. Esto es lr1111má11co, siempre lo real es traumático. Ln adole~nc1a se define entonces por esta entrada en el or- drn <le la reproducción sexuada que ímphca una reaJ muy diferente ~I •!el nu\o. La adolescencia no constituye un punto de referencia p.un un ps1coanaJ1sta se 01ra decU", pero lo es en tanto se lo cons1de- 1r como 1Tactualízac1ón del Edipo en la etapa de la cns1s puberaL S1 ~1 rntrnda en un anáhs1s se apoya en: ¿cómo llegué a esto? la entra· l.1 rn la adolescencia se apoyará en: ¿cómo ír hacia nlli? ¿hacia dón- de' he aquí un trayecto a realizar, siendo entonces las preguntas hah1luolcs del adolescente tales como: ¿qué hacer?, ¿qué hago?, ¿cómo ht1RO? Dcciamos clín ica psicoanalitica con ndolescentes, por qué cli· mm? "Climca es Psicoanalítica un término que procede de otro ám- b110, de un campo a partir del cuaJ el Psicoanálisis nació y del que dd>t· separarse interminablemente. Es probable que por esta causa 11e olfatee a veces el ligero aroma a medicina dejado por el vocablo"'· t 11scus1ón de casos es una expresión tomada también de la medici- na LAs discusiones de casos tan cuestionadas son sin embargo ri· r 1s en C"nscñanzas, cuando Laplan che habla de rreud plantea que 111 lrcc1ón es adnuur lo existente, el •caso• en su brutalidad, su atopia r hnsta su contradicción con la teoría (como lo recuerda precisa- 1111·ntc el titulo de un articulo), no para echar por la borda todos los 111 .. nes teóricos smo para obligar díalectícamente a la teoría a acep- tnr modifkaciones, estallidos o revoluciones No hay cl1mca sm ética, ética del ps1coané.!1sis quiere decir t111a ll'lnt1vn <11 deseo del analista, d<'seo dt>I annhsta que no es de· 95 huS<¡ueda de los deterllllnantes de la organw1c1011 ps1qu1ca. Conoce mos qu~ hay adolescentes-adultos y adultos que persisten en ttlolescentes, que hay adolescencias que a ve<·es 11<' p1Tc1p11an J que 01ras se postergan, pero por alli nos extraviamos. -e nos escapa u 11oc1on de adolescencia con cierta rclac16n en una cronologia. Por otro lado s1 nos interrogamos que es un adulto, una defirución posi· ble es que es un ser vivoque ha llegado al termino del crec1m1ento, comenwndo en el hombre la edad adulta al fin ni de la adolescencia y terminando ni comienzo de la veJcz; s1 estn deíimc1ón no presenta ambigüedad para el crecimiento físico resulta sin embargo incierta para el crec1m1ento psíquico, o sea que se nos escaparía la relación a lo psiquico como antes a lo cronológico. Algunos d1ran que para djferenc1nr infancia y edttd adulta sir· ve como límite el crecimiento corporal, en cuanto a la vejez su defi· nic1ón es más v11ga: Ultimo período de la v1d11 que sucede a la madu- rez y que se caracteriza por la senescencm (S<' condensa la idea de longevidad, de declinación, de decrep1tudJ. Aqui tambien los cnterioa "On fis1ológicos, biológicos. Escntores, pmto!Ts, e1enl1ficos han he· cho importantes producciones al final de su vida en lo que se llama- nn de<"hnnc16n o d~rep1tud Esto constntn In 1nade<'uación de los cri- t~nos somáticos para definir las edades ps1<¡u1cas de la existencia. Hay adolescencias interminables, ndole'!Cenc1as resucitadas, ndole!ICencias prematuras, asi la esquema11zac1ón de la edad por loa numeros y el calendario se encuentra reemplazada por el úernpo ps1qu1co, Aquel que no quiere pasar, aquel que vuelve, el que se ade- lanta; pero la oposición por el tiempo reAI encuentra ciertos límites. F,s importante mantener la rica tensión chfer~1tcial y conllictiva en- tre el tiempo cronológico y el ta ntas veces nombrado tiempo lógico de la estructura, en lugar de aplastar uno con el otro. La entrada en la reproducción sexuada tmplica la puesta en ¡ue110 de la función sim- bólica de la palerrudad. Todo lo que el hombre tiene que hacc.-r como hombre o como mu¡er llene que aprenderlo enteramente del otro, por eso Ja anato- mía de ningun modo es destino. Que no se nace hombre m mujer (si anatóm1camentel pero no en cuanto a la posición Freud lo situa en vnnos textos, fundamentalmente en "Algunas consecuencias psiqu1- cns dt- las diferencias sexuales anátomícas" es d1"C1r que no se trata de las d1fcrenc1as anatómicas sino de las consecuencias psíquicas ck estns cl1íerenc1as. La anatomia m los cromosomns garantizan de 11rrn pos1c1ón masculina o femenina Lnn1n plantea que "con respecto n In mstnnc1a de la sexuah- ctud, todos los su¡etos están en igualdad ele cond1nont's, desde el ni ño 94 •tu el adulto, que sólo tienen que ver con lo que de la sexuaJ1dad, 1011a n las redes de la constituetón subjeurn, a la~ rc.-dcs del 111g111fi· nte la ~exuahdad se realiza sólo por la OjX'racion de las pu Is iones 11 tunto que son puls1ones parciales, parciale~ con respecto a la Orut' dad b1ologica de la sexualidad"'. Asi e-orno en el estadio del espejo hav prematurac1ón, faltan los 1n11duc10~. se ve total donde no lo está, se ve completo donde de mn· 1•111 modo lo es, en la pubertad hay un real que surge cuando aun no •• Ntmbohzado Lacan cruza dos hipótesis 1) Prematurac16n y 111 Capacidad I'"' 1luca. En la pubertad hay toda una hecatombe hormonaJ (impo- ~thh· esto de no ser reconocido, ni es a nodino) no porque garan tice 11• 11na defin ición de la adolescencia basada en un cr iterio e~uluciomsta, como botánico, psicomadurativo sino porque alli el •ujrlo (a 11dvc-111rl se confronta a algo que se anticipa a lo que como •lg111licante no tiene, con un reaJ que aun no es simbolizado. Esto es lr1111má11co, siempre lo real es traumático. Ln adole~nc1a se define entonces por esta entrada en el or- drn <le la reproducción sexuada que ímphca una reaJ muy diferente ~I •!el nu\o. La adolescencia no constituye un punto de referencia p.un un ps1coanaJ1sta se 01ra decU", pero lo es en tanto se lo cons1de- 1r como 1Tactualízac1ón del Edipo en la etapa de la cns1s puberaL S1 ~1 rntrnda en un anáhs1s se apoya en: ¿cómo llegué a esto? la entra· l.1 rn la adolescencia se apoyará en: ¿cómo ír hacia nlli? ¿hacia dón- de' he aquí un trayecto a realizar, siendo entonces las preguntas hah1luolcs del adolescente tales como: ¿qué hacer?, ¿qué hago?, ¿cómo ht1RO? Dcciamos clín ica psicoanalitica con ndolescentes, por qué cli· mm? "Climca es Psicoanalítica un término que procede de otro ám- b110, de un campo a partir del cuaJ el Psicoanálisis nació y del que dd>t· separarse interminablemente. Es probable que por esta causa 11e olfatee a veces el ligero aroma a medicina dejado por el vocablo"'· t 11scus1ón de casos es una expresión tomada también de la medici- na LAs discusiones de casos tan cuestionadas son sin embargo ri· r 1s en C"nscñanzas, cuando Laplan che habla de rreud plantea que 111 lrcc1ón es adnuur lo existente, el •caso• en su brutalidad, su atopia r hnsta su contradicción con la teoría (como lo recuerda precisa- 1111·ntc el titulo de un articulo), no para echar por la borda todos los 111 .. nes teóricos smo para obligar díalectícamente a la teoría a acep- tnr modifkaciones, estallidos o revoluciones No hay cl1mca sm ética, ética del ps1coané.!1sis quiere decir t111a ll'lnt1vn <11 deseo del analista, d<'seo dt>I annhsta que no es de· 95 seo de ninguna persona sino el duro deseo de no desear. El deseo d annhsta es una catcgoria ebca, pero se trata de que sea operatorio sea técmco en la cura. Deseo que no se trata de liberarlo sino de resolverlo, de articular. En la chmca psicoanahuca con adolescentes, con el empuje lis1ológico de la pubertad se relanza el deseo a nivel de los genitales, sin embargo y a pasar de esto no se trata de un hecho natural evolu- tivo correspondiente exclusivamente al desarrollo sexual y si un hecho coacerrudo a la estructura misma del s1gnilicante. Si la lógica del s1gn11icante es central, esto de ningún modo excluye reconocer estos distintos momentos del cuerpo porque no ea lo 1IDsmo un ruño donde la posib1hdad de procreación no está, a la un adolescente donde esta posib1bdad surge, o en una mujer que está atravesando la menopausia donde esta pos1bthdad de procrear cesó En tanto el orden biológico de la reproducción sexuada se arti· cula a la cll'Culac1ón de los dones ordenada por el significante falico y la paterrudad una incidencia simbólica que nos conduce al estatu· t0 de una función que estaré presente en Preud que es la función del padre como padre aunbóhco, la procreación hacer surgir la necesi- dad de poner en juego algo que tiene estatuto biológico, que corres· ponde a la pregunta: ¿qué es un padre? "Los acontecimientos capitales de la vida orgánica de la mujer o de su lisiologla son ciertamente sus menstruaciones o reglas toda· vía llamadas pfrdidas y en segundo lugar en ~I tiempo: parto o sepa- ración•". Es en el pasaje de niña a mujer donde estos cambios por ejem- plo el surgimiento de las reglas surgen en la anorexia con un retraso o un no crecimiento del tejido mamario. Que es un tiempo lógico y cronológico (no cronológico exclusivamente) se verifica en los casos donde el mismo programa biológico de la pubertad experimenta una alteración profunda. La niña (histérica) puede diferir o prorrogar la metamorfosis natural de su cuerpo con un retraso considerable de los caracteres sexuales secundarios y tambil!n de la menarca. Ano- rexia y adolescencia se planteará como una dificultad si se lo piensa en una relación santagmAlica. A pesar del empuje puberal, la ano- rexia debuta alli para asombro de la lis1ologia con la postergación de un cuerpo que pretende contmuar siendo infantil. La cronologia queda alh sujeta a la lógica. Lo que supuesta- mente desde un esquema madurativo evolutivo deberia aparecer no surge, la lis1ologia (con su cronología) queda alh sujeta a la consntu· c1on parlante de: SUJeto. 96 La imagen del cuerpo no será por lo tanto un dato anatómico 11110 que se elaborara en la h1stona mismn de un sujeto. "El yo tiene que ser desarrollado" ' esta referencia es central, el" pie a Lacan a trabajar despues "El estadio del espejo como formador 1lr la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia onallllca", esa especie de escobilla con la que Lacan entraal Ps1coa- n~hs1s. es un tral)¡\¡o de 1936, aqui plantea que lo esencial no es la klra de estadio ni de observación sino que desde el nac1mient0 hay lnacabamiento, desamparo y se experimenta una discordancia mtraorgan1ca; el presenta este trabajo en el mismo momento que <11 New York, Hartman, Lowenstem y Kris consideraban que podían unificar Ja teoria de Preud a partir de esta concepción del yo como 111stancia central de la personalidad. Lo que Lacan va a aseverar es ¡10rque el yo que en Europa era la quinta esencia de lo juridico, poli· taro. lilosófico y moral.yo en estado de hbre albedno (yo pienso, voto y me caso) lo que propone Lacan es otra cosa, el yo no es nada de eso, 110 es como se reveló a lo filosófico, polil!co y jurídico. El yo se revela romo defensa, resistencia, negación, ostentación e idealización. $1 alguien viene y dice: •yo soy anoréxica" o •vo soy adicto• y le 11uponemos al yo un saber, no hay nada más que decir, si el yo es tlesconocunicnto se puede pensar algo como del diálogo analitico. Esta noción de yo como desconocimiento es el planteo de Preud rn "Introducción al narcisismo• también el de Lacan. Un yo que es objeto de la libado y Freud al yo nunca le dio propiedad de conocimien· •o e:s tan importante la idea del yo como desconocimiento que Ja h1stona del psicoanálisis la hizo relativa. El yo es desconocimiento, lo es a los seis meses y lo va a ser toda la vida, no hay arreglo, no hay rvolución. El estadio del espejo es la eficacia de una imagen que es válida universal y antropológicamente. Lo noción de yo como conocimiento rn occidente se convirtió en centro de todas racultades del ser hu- mano como ética, voluntad y responsabilidad. Lacan y Freud primero advierten el carácter engañoso del yo. Una dimensión de la hipóte· sis de Lacan es que el yo además de desconocimiento absoluto, irre- ductible, tiene una tarea que consiste en fabricar, fabncar y fabricar mentaras, que pueden ser compleJisimas. No hay modo de pesar del yo desconocimiento a una verdad de un modo d1rccto, si no es pasando por las formaciones del incons- ciente. Nacemos san yo, san cuerpo en sentido psicosomáuco. sm ima- gen, esa imagen, ese yo. ese cuerpo nos viene del otro y eso marcará una relación que put'de s1·r d11ic1I, C'On ese otro. 97 seo de ninguna persona sino el duro deseo de no desear. El deseo d annhsta es una catcgoria ebca, pero se trata de que sea operatorio sea técmco en la cura. Deseo que no se trata de liberarlo sino de resolverlo, de articular. En la chmca psicoanahuca con adolescentes, con el empuje lis1ológico de la pubertad se relanza el deseo a nivel de los genitales, sin embargo y a pasar de esto no se trata de un hecho natural evolu- tivo correspondiente exclusivamente al desarrollo sexual y si un hecho coacerrudo a la estructura misma del s1gnilicante. Si la lógica del s1gn11icante es central, esto de ningún modo excluye reconocer estos distintos momentos del cuerpo porque no ea lo 1IDsmo un ruño donde la posib1hdad de procreación no está, a la un adolescente donde esta posib1bdad surge, o en una mujer que está atravesando la menopausia donde esta pos1bthdad de procrear cesó En tanto el orden biológico de la reproducción sexuada se arti· cula a la cll'Culac1ón de los dones ordenada por el significante falico y la paterrudad una incidencia simbólica que nos conduce al estatu· t0 de una función que estaré presente en Preud que es la función del padre como padre aunbóhco, la procreación hacer surgir la necesi- dad de poner en juego algo que tiene estatuto biológico, que corres· ponde a la pregunta: ¿qué es un padre? "Los acontecimientos capitales de la vida orgánica de la mujer o de su lisiologla son ciertamente sus menstruaciones o reglas toda· vía llamadas pfrdidas y en segundo lugar en ~I tiempo: parto o sepa- ración•". Es en el pasaje de niña a mujer donde estos cambios por ejem- plo el surgimiento de las reglas surgen en la anorexia con un retraso o un no crecimiento del tejido mamario. Que es un tiempo lógico y cronológico (no cronológico exclusivamente) se verifica en los casos donde el mismo programa biológico de la pubertad experimenta una alteración profunda. La niña (histérica) puede diferir o prorrogar la metamorfosis natural de su cuerpo con un retraso considerable de los caracteres sexuales secundarios y tambil!n de la menarca. Ano- rexia y adolescencia se planteará como una dificultad si se lo piensa en una relación santagmAlica. A pesar del empuje puberal, la ano- rexia debuta alli para asombro de la lis1ologia con la postergación de un cuerpo que pretende contmuar siendo infantil. La cronologia queda alh sujeta a la lógica. Lo que supuesta- mente desde un esquema madurativo evolutivo deberia aparecer no surge, la lis1ologia (con su cronología) queda alh sujeta a la consntu· c1on parlante de: SUJeto. 96 La imagen del cuerpo no será por lo tanto un dato anatómico 11110 que se elaborara en la h1stona mismn de un sujeto. "El yo tiene que ser desarrollado" ' esta referencia es central, el" pie a Lacan a trabajar despues "El estadio del espejo como formador 1lr la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia onallllca", esa especie de escobilla con la que Lacan entra al Ps1coa- n~hs1s. es un tral)¡\¡o de 1936, aqui plantea que lo esencial no es la klra de estadio ni de observación sino que desde el nac1mient0 hay lnacabamiento, desamparo y se experimenta una discordancia mtraorgan1ca; el presenta este trabajo en el mismo momento que <11 New York, Hartman, Lowenstem y Kris consideraban que podían unificar Ja teoria de Preud a partir de esta concepción del yo como 111stancia central de la personalidad. Lo que Lacan va a aseverar es ¡10rque el yo que en Europa era la quinta esencia de lo juridico, poli· taro. lilosófico y moral.yo en estado de hbre albedno (yo pienso, voto y me caso) lo que propone Lacan es otra cosa, el yo no es nada de eso, 110 es como se reveló a lo filosófico, polil!co y jurídico. El yo se revela romo defensa, resistencia, negación, ostentación e idealización. $1 alguien viene y dice: •yo soy anoréxica" o •vo soy adicto• y le 11uponemos al yo un saber, no hay nada más que decir, si el yo es tlesconocunicnto se puede pensar algo como del diálogo analitico. Esta noción de yo como desconocimiento es el planteo de Preud rn "Introducción al narcisismo• también el de Lacan. Un yo que es objeto de la libado y Freud al yo nunca le dio propiedad de conocimien· •o e:s tan importante la idea del yo como desconocimiento que Ja h1stona del psicoanálisis la hizo relativa. El yo es desconocimiento, lo es a los seis meses y lo va a ser toda la vida, no hay arreglo, no hay rvolución. El estadio del espejo es la eficacia de una imagen que es válida universal y antropológicamente. Lo noción de yo como conocimiento rn occidente se convirtió en centro de todas racultades del ser hu- mano como ética, voluntad y responsabilidad. Lacan y Freud primero advierten el carácter engañoso del yo. Una dimensión de la hipóte· sis de Lacan es que el yo además de desconocimiento absoluto, irre- ductible, tiene una tarea que consiste en fabricar, fabncar y fabricar mentaras, que pueden ser compleJisimas. No hay modo de pesar del yo desconocimiento a una verdad de un modo d1rccto, si no es pasando por las formaciones del incons- ciente. Nacemos san yo, san cuerpo en sentido psicosomáuco. sm ima- gen, esa imagen, ese yo. ese cuerpo nos viene del otro y eso marcará una relación que put'de s1·r d11ic1I, C'On ese otro. 97 l 11 111 r1<:;:ila Z<•ológ1ca, el ser humano e:; el unico bicho de lre 1 r 1•tro11 anudados, tres que hacen uno: In esiruccura de su parlan l<', •unos \1n nudo. el rt:sultado de un unuddmu~nto, goce, cuerpo. 111g111fican1e, separados y anudados Tt'nu un cuerpo, una conqu1st <le lo imaginario y lo s1mbóhco eobrc lo real del organismo. Es frecuente (aunque no sintagmauco) encontrarnos en la pu lx-rtad a más tardar en laadolescencia con dificultades llamadas de orden de la alimentación. en momentos de reactualización o de en cuentro con la sexualidad. Ahora bien, la desestructuración 1magi· naria que la pubertad imphca, transforma el cuerpo y produce una nueva imagen, a veces dificil de subJetivar. C:s necesario diferenciar nutnci6n de erogeneidad y alimenta- ción de oralidad. E:n el eje de la nutnrión, altmentación, estamos en el discurso médico (endocnnólogos, nulric1onistas, dietistas). En la nutrición, alimentación estamos en el orden de la necesidad, la ne- cesidad no tiene ley n1 castración, si hablamos de erogeneidad, oralidad, esto va a estar en rela.cion a la ley y a la castración por lo tanto al 1uego del deseo rranz Kalka dirác ªAnte tu prescnclll yo siempre me recluía en mi cuarto, cri11ca al padre que exigla que a la hora de la mesa s;; llt'ntara bien, que cumpliera con las reglas de la mesa, cosa que el mismo no hacia y ... ru 110-.oarron, tus gntos•. • E:l alimento tiene valor s1mbóhro con otro, cuando la posibib • dad de mtercamb10 es acallada surge una economía del plato muy singular• pequeilas porciones de ... o simplemente nada". Desde la Antropología socml el alimento tiene valor en rela- ción con otros; el ser humano ha premiado, cnstigado, elog1ado con alimentos, et primer Olro ineludible es el Otro primordial que da sus ntmos ya desde la pnmera e><penem:ia de sallsfacción. Este concep- to, central en rreud Jo va a desplegar en tres te><tos como son. 1) Proyecto de una psicolog1a para neurólogos. ll) La interpretación de los sueños. Ul) Tres ensayos para una teona sexual... en el punto del hallazgo de objeto En el Proyecto (1895): "Hav una esumulac1ón mtema, la esti- mulac1ón solo puede ser abolida por medio de la intervención que suspenda transitoriamente el desprendimiento de cantidad en el mtenor del cuerpo y una mtervenc1ón de esta mdole requiere una alteración en el mundo externo (aporte de alimento, aproX1IDacíón sexual. .. ) que siendo una acción especifica solo puede ser alcanzada a mwcs de determinadas vias. ¡.;1 orgnmsmo humano es en un pnn- cipio incapaz de llevar a cabo esta ac~1011 especifica, realizandolo por 1ned10 de la as1stenc1a ajena al llamnr la atención de una persona 98 ,.,,,, ,. la indefensión originar1n del :-:er humunn C<)fl\.'1t·rrr•,;c ns1 <'JI f •11tc prunord1al de todas las moU\"Ocaonr-s tnorales·. ' RI s,.r humano es el unico cachorro Vl\1ente que nare dro¡."lm p11mdo v si no uene otro que lo asista 1x-rcce ltny un 111fans que tlebe nchrmr hablante y debe ad\'emr sc•uado, no es un hr•·ho nntuml p¡ira rl humano hablante advemr S<"XURdo F.M! mfans no e" &UJcto 11u1, es su¡eto rnltlco. A veces plantea rreud la Vivencia d<' satisfacción, y otrns ~x prrienria de satisfacción. Si es expenencUI de satisfacción es 1tl¡;o 'I"" eferttvnmente se ha dado. Es\<1 rxpc·rarnc1a que situamos <'n 111n 111umrntos iniciales de un aparato psíquico pero que no $<" poth m ¡i1111tuar precisamente el tiempo en que esto ocurrió, sin embnrgo l1·sdr: In clínica algo retoma, s1 fue unn ('X)ieril"ncia maqumica, <11• wl 1horrnmi1•nto, excesiva, no sera s1n const"'c\u!nc1as. U\ vivencia de satisfacción mdiC'Jl (!U<" la satisfacción qu«i- !'9 nnportnnte que haya existido, no es sat1sfricción en el sentido lisio· lo~co smo que alguien salga al encuentro, que haya alli una C-'<p<: r ,.ncia sub¡etivante. Freud le da el lugar de un verdadero aconlrct miento en el sentido de que no es un hecho fortuno o contmgent" (h•\\ un antes y un después que son diferentes). En un momento donde l11s necesidades corporales aparnen •UbJ<'llvadas, donde se da algo as1 como In npertura al psiquismo, «sin nvencia no es algo del orden biol6g1ro, fisiológico sino qur es 11n hordr donde la satisfacción deja una rnarctt, primera marca, prl '"""' forma de sub¡etivación. Le¡os de agotarse en un circuito d1• d1•scnrgn y le¡os de agotarse en el pinna fis1ológ1co tiene una funrmn l1urnu11í:eunte "81 proyecto ocupa un Jugnr emmcnle, es una especie de ba•o- nu·nto, lo vuelven ciertas formulacione8 precioso contranarncnt<" n lo aceptado creo que la oposición proceso primario, proceso secun l.mo son mas del orden de la cxpem·nna éhrn que d!.'I orden dr L1 psicotogm porque esboza dúerentes aparatos. El pro)ecto no es r.s:i "spec1e d«" ideal de reducción mecanic1sta sino que alli se perfila esa dimensión etica de la que Freud habla hoy". • Es bastante elocuente Lacan aqui en corno rcs1tüa el provc<:to )' rnmo In lectura de los momentos posteriores de su producción Ml ennquecen con la lectura de estos primeros momentos dondr. npru" c~n prefigurados conceptos fundamentalrs. Son los pnm!'ros mnmr11 ihs de un pensamiento creador cuyo desarrollo conduct' m11< hu n1 1B .tlkt La v1venc1a de satisfacción aparecP como condwmn 1"'"1 11111 SP n1once In corriente del deseo con10 ntovlnucnto d«I d1•Nt'lll, 111rr llll l 11 111 r1<:;:ila Z<•ológ1ca, el ser humano e:; el unico bicho de lre 1 r 1•tro11 anudados, tres que hacen uno: In esiruccura de su parlan l<', •unos \1n nudo. el rt:sultado de un unuddmu~nto, goce, cuerpo. 111g111fican1e, separados y anudados Tt'nu un cuerpo, una conqu1st <le lo imaginario y lo s1mbóhco eobrc lo real del organismo. Es frecuente (aunque no sintagmauco) encontrarnos en la pu lx-rtad a más tardar en la adolescencia con dificultades llamadas de orden de la alimentación. en momentos de reactualización o de en cuentro con la sexualidad. Ahora bien, la desestructuración 1magi· naria que la pubertad imphca, transforma el cuerpo y produce una nueva imagen, a veces dificil de subJetivar. C:s necesario diferenciar nutnci6n de erogeneidad y alimenta- ción de oralidad. E:n el eje de la nutnrión, altmentación, estamos en el discurso médico (endocnnólogos, nulric1onistas, dietistas). En la nutrición, alimentación estamos en el orden de la necesidad, la ne- cesidad no tiene ley n1 castración, si hablamos de erogeneidad, oralidad, esto va a estar en rela.cion a la ley y a la castración por lo tanto al 1uego del deseo rranz Kalka dirác ªAnte tu prescnclll yo siempre me recluía en mi cuarto, cri11ca al padre que exigla que a la hora de la mesa s;; llt'ntara bien, que cumpliera con las reglas de la mesa, cosa que el mismo no hacia y ... ru 110-.oarron, tus gntos•. • E:l alimento tiene valor s1mbóhro con otro, cuando la posibib • dad de mtercamb10 es acallada surge una economía del plato muy singular• pequeilas porciones de ... o simplemente nada". Desde la Antropología socml el alimento tiene valor en rela- ción con otros; el ser humano ha premiado, cnstigado, elog1ado con alimentos, et primer Olro ineludible es el Otro primordial que da sus ntmos ya desde la pnmera e><penem:ia de sallsfacción. Este concep- to, central en rreud Jo va a desplegar en tres te><tos como son. 1) Proyecto de una psicolog1a para neurólogos. ll) La interpretación de los sueños. Ul) Tres ensayos para una teona sexual... en el punto del hallazgo de objeto En el Proyecto (1895): "Hav una esumulac1ón mtema, la esti- mulac1ón solo puede ser abolida por medio de la intervención que suspenda transitoriamente el desprendimiento de cantidad en el mtenor del cuerpo y una mtervenc1ón de esta mdole requiere una alteración en el mundo externo (aporte de alimento, aproX1IDacíón sexual. .. ) que siendo una acción especifica solo puede ser alcanzada a mwcs de determinadas vias. ¡.;1 orgnmsmo humano es en un pnn- cipio incapaz de llevar a cabo esta ac~1011 especifica, realizandolo por 1ned10 de la as1stenc1a ajena al llamnr la atención de una persona 98 ,.,,,, ,. la indefensión originar1n del :-:er humunn C<)fl\.'1t·rrr•,;c ns1 <'JI f •11tc prunord1al de todas las moU\"Ocaonr-s tnorales·. ' RI s,.r humano es el unico cachorro Vl\1ente que nare dro¡."lm p11mdo v si no uene otro que lo asista 1x-rcce ltny un 111fans que tlebe nchrmr hablante y debe ad\'emr sc•uado, no es un hr•·ho nntuml p¡ira rl humano hablante advemr S<"XURdo F.M!mfans no e" &UJcto 11u1, es su¡eto rnltlco. A veces plantea rreud la Vivencia d<' satisfacción, y otrns ~x prrienria de satisfacción. Si es expenencUI de satisfacción es 1tl¡;o 'I"" eferttvnmente se ha dado. Es\<1 rxpc·rarnc1a que situamos <'n 111n 111umrntos iniciales de un aparato psíquico pero que no $<" poth m ¡i1111tuar precisamente el tiempo en que esto ocurrió, sin embnrgo l1·sdr: In clínica algo retoma, s1 fue unn ('X)ieril"ncia maqumica, <11• wl 1horrnmi1•nto, excesiva, no sera s1n const"'c\u!nc1as. U\ vivencia de satisfacción mdiC'Jl (!U<" la satisfacción qu«i- !'9 nnportnnte que haya existido, no es sat1sfricción en el sentido lisio· lo~co smo que alguien salga al encuentro, que haya alli una C-'<p<: r ,.ncia sub¡etivante. Freud le da el lugar de un verdadero aconlrct miento en el sentido de que no es un hecho fortuno o contmgent" (h•\\ un antes y un después que son diferentes). En un momento donde l11s necesidades corporales aparnen •UbJ<'llvadas, donde se da algo as1 como In npertura al psiquismo, «sin nvencia no es algo del orden biol6g1ro, fisiológico sino qur es 11n hordr donde la satisfacción deja una rnarctt, primera marca, prl '"""' forma de sub¡etivación. Le¡os de agotarse en un circuito d1• d1•scnrgn y le¡os de agotarse en el pinna fis1ológ1co tiene una funrmn l1urnu11í:eunte "81 proyecto ocupa un Jugnr emmcnle, es una especie de ba•o- nu·nto, lo vuelven ciertas formulacione8 precioso contranarncnt<" n lo aceptado creo que la oposición proceso primario, proceso secun l.mo son mas del orden de la cxpem·nna éhrn que d!.'I orden dr L1 psicotogm porque esboza dúerentes aparatos. El pro)ecto no es r.s:i "spec1e d«" ideal de reducción mecanic1sta sino que alli se perfila esa dimensión etica de la que Freud habla hoy". • Es bastante elocuente Lacan aqui en corno rcs1tüa el provc<:to )' rnmo In lectura de los momentos posteriores de su producción Ml ennquecen con la lectura de estos primeros momentos dondr. npru" c~n prefigurados conceptos fundamentalrs. Son los pnm!'ros mnmr11 ihs de un pensamiento creador cuyo desarrollo conduct' m11< hu n1 1B .tlkt La v1venc1a de satisfacción aparecP como condwmn 1"'"1 11111 SP n1once In corriente del deseo con10 ntovlnucnto d«I d1•Nt'lll, 111rr llll cect ,, la \1Vt·ntía de sahsfarr1ón el sujeto queda abrochado a un auxilio n,eno. 51 pensamos en el cslado de premaluración, en esa falta de ser con que nace el mfantc y la necesidad de un otro que lo mire, c¡ue vea un l'er ahi donde todavia no hay como posíb•lidad de unifica- ción, de poseer un cuerpo unificado, pensemos s1 ese otro ve alli un cuerpo debilucho, que debe ser alimentado excesivamente porque si no va a morir (esto no sera sin consecuencias), o si al llorar aparece como úmca respuesta desde el otro la comida. El bebé que muere de inanición muestra que la necesidad de aire y el deseo de comunica- ción con el prójimo por mecho de la mirada y la aud1C1ón son más escnetales que el llamado ºlnsunto Nutric1onal" S1 el otro no mviste, se mantendra indefenso al mecho que sin embargo atiende sus necesidades. Es decir que allí donde esperába- mos un mecanismo innato, aparecen desde muy temprano una se- rie de trastornos, por e;cmplo en el caso de que los müsculos de la boca no cJerc:en un efecto de csfinter, de corte En la anorexia ante la presencia asfünante del otro es necesa- rio comer •nada" a fin de que se mantenga viva la dimensión del deseo, más que consumir consumin;e, ante presencia tomar!!<!! au sencia. El cerramiento de In boca es tanto más hermético cuanto en la constelación familiar en que se realiza se puede tener respuesta lógica a todo y alimentar d~ un modo tal que no exista In posibilidad del hambre Cuando el comer y el hablar !!<!! encuentran disociados, la boca reducida a ella misma S<' nbre sobre •nocla". &1 sujeto se nutre de nada o se nutre de Ja carne del otro sin palabras del amor que dife- rencien la leche tragada de Ja presencia deseada. En cuanto a la h1stona de la anorexia, Lasegue y Gull casi en simultaneidad abren una polem1ca acerca de quien &e atnbuía la descnpc1ón inaugural Lasegue no vaciló en renunciar momentá- neamente a su saber para articular Jo que el veía con lo que ellas decían. Las dos funciones de Laségue: inspector de manicomios y médico de la prisión preventiva de policía son, cargos que hacen de él un representante "modelo" de las relaciones que se hab1an esta- blecido entre la psiqu1atria y la policia en In epoca del gmn encierro. Charcot en los casos de anorexia en pnmcr lugar empleaba su auto- ridad, ante el intento de mternarlas planteaba que lograr el consen · umiento de los padres no era nada fá.c1l a pesar de todas sus repri- mendas Unn vez obtenido ellas cedían y las anoréX.lcas no entraban al manicomio prop1amen1~ dicho smo a una suerte de clinicas aten- '\00 •l1das por rchg1osas (lu!(ar del bien) Charcot, el mismo S<' presentó <"omo precursor del il!Hlamicn· tu. subrayondo su prioridad, metodos de omenaza y seduc-c1on. la fi · nahdad recuperación de p<'SO, la recompens.'l.. siempre la v1s1ta d" los padres. Para J..allégue que Jamas prescribió el aislarmento como meto• do terapcul1co, la anorexia no era una enfermedad mona! smo mas luen resolutiva en un plazo mas o mcno:i breve. Para Charcot el final rra s¡empre fatal y estaba alh amenazante Es curioso que para quien utiliza Ja amenaza el final estara amenazante y para quien no, h<\ bra pos1bil1dad de sahda. El debate no será por adiud1ca~t' la propiedad de una descrip- nón inaugural sino que se sitlia en el eJt de clausura o no clausura, encierro o no encierro, he aqui la probll'matica de Ja anorexia, estar clevorado en una gran boca. •una gran boca de cocodrilo" plantearó lacan en rl Envés del psicoonól1S1s, •eso es la madre, una gran boca por alli se le ocurre cerrar el pico y si no hay alli algo duro como un rodillo eso puede rerrarse. Ese rodlllo es el falo.• Entre la madre y el /u.JO siempre hay que contar w1 intenned1ano, el símbolo fdllco. El falo como srgmficante que da la razón del deseo y es de la ley introducida por el padre de lo que depende su poruenir La piedra angular es la célula narcis1stica, sera la ba!!<!! sobre a que se arquitectará el SUJeto, siendo en la célula narc1sishca don· ae están los fundamentos más profundos de lo que lue~o resonará como deseo, deseo que si todo corre bien se normaltvizar~ en el Edt po (de a lli su función pacJ!icante) deseo que se perderti si In céluJa se fija irremediablemente "El sufrimiento no es una corona de gloria" sentenciará Jorge Luis Borges, en la anorexia la presencia de madres SRcrificadas y sacrificables dejara al hiJO como resto, de$hecho, de allí el intento de preservar un deseo propio a costa de una inmolación. Cuerpos anoréxicos, casi restos, cusi sin palabras. En el texto de "El artista del hambre• de Kafka, texto que como todo texto no es univoco, hay JUstamente un artista "del hambre• cuyo espectáculo en una Jaula era mostrar cuanto tiempo soportaria sm comer y al haber vencido el tiempo (40 dias más o menos} alquien que babia ~rgan1Z3do el espectáculo le pregunta: "Ayunas todavia? el ayunador dirá; ayuno porque no pucl!' encontrar comida que mc gustara si In hubiese encontrado puedes creerlo no habria hecho nin¡:l1n cumpli - do y me habria hartado como tú y como todos"'' Ha\ comida al termino del espcC'taculo, se la ofrrc~n . podría- 10\ cect ,, la \1Vt·ntía de sahsfarr1ón el sujeto queda abrochado a un auxilio n,eno. 51 pensamos en el cslado de premaluración, en esa falta de ser con que nace el mfantc y la necesidad de un otro que lo mire, c¡ue vea un l'er ahi donde todavia no hay como posíb•lidad de unifica- ción, de poseer un cuerpo unificado, pensemos s1 ese otro ve alli un cuerpo debilucho, que debe ser alimentado excesivamente porque si no va a morir (esto no sera sin consecuencias), o si al llorar aparece como úmca respuesta desde el otro la comida. El bebé que muere deinanición muestra que la necesidad de aire y el deseo de comunica- ción con el prójimo por mecho de la mirada y la aud1C1ón son más escnetales que el llamado ºlnsunto Nutric1onal" S1 el otro no mviste, se mantendra indefenso al mecho que sin embargo atiende sus necesidades. Es decir que allí donde esperába- mos un mecanismo innato, aparecen desde muy temprano una se- rie de trastornos, por e;cmplo en el caso de que los müsculos de la boca no cJerc:en un efecto de csfinter, de corte En la anorexia ante la presencia asfünante del otro es necesa- rio comer •nada" a fin de que se mantenga viva la dimensión del deseo, más que consumir consumin;e, ante presencia tomar!!<!! au sencia. El cerramiento de In boca es tanto más hermético cuanto en la constelación familiar en que se realiza se puede tener respuesta lógica a todo y alimentar d~ un modo tal que no exista In posibilidad del hambre Cuando el comer y el hablar !!<!! encuentran disociados, la boca reducida a ella misma S<' nbre sobre •nocla". &1 sujeto se nutre de nada o se nutre de Ja carne del otro sin palabras del amor que dife- rencien la leche tragada de Ja presencia deseada. En cuanto a la h1stona de la anorexia, Lasegue y Gull casi en simultaneidad abren una polem1ca acerca de quien &e atnbuía la descnpc1ón inaugural Lasegue no vaciló en renunciar momentá- neamente a su saber para articular Jo que el veía con lo que ellas decían. Las dos funciones de Laségue: inspector de manicomios y médico de la prisión preventiva de policía son, cargos que hacen de él un representante "modelo" de las relaciones que se hab1an esta- blecido entre la psiqu1atria y la policia en In epoca del gmn encierro. Charcot en los casos de anorexia en pnmcr lugar empleaba su auto- ridad, ante el intento de mternarlas planteaba que lograr el consen · umiento de los padres no era nada fá.c1l a pesar de todas sus repri- mendas Unn vez obtenido ellas cedían y las anoréX.lcas no entraban al manicomio prop1amen1~ dicho smo a una suerte de clinicas aten- '\00 •l1das por rchg1osas (lu!(ar del bien) Charcot, el mismo S<' presentó <"omo precursor del il!Hlamicn· tu. subrayondo su prioridad, metodos de omenaza y seduc-c1on. la fi · nahdad recuperación de p<'SO, la recompens.'l.. siempre la v1s1ta d" los padres. Para J..allégue que Jamas prescribió el aislarmento como meto• do terapcul1co, la anorexia no era una enfermedad mona! smo mas luen resolutiva en un plazo mas o mcno:i breve. Para Charcot el final rra s¡empre fatal y estaba alh amenazante Es curioso que para quien utiliza Ja amenaza el final estara amenazante y para quien no, h<\ bra pos1bil1dad de sahda. El debate no será por adiud1ca~t' la propiedad de una descrip- nón inaugural sino que se sitlia en el eJt de clausura o no clausura, encierro o no encierro, he aqui la probll'matica de Ja anorexia, estar clevorado en una gran boca. •una gran boca de cocodrilo" plantearó lacan en rl Envés del psicoonól1S1s, •eso es la madre, una gran boca por alli se le ocurre cerrar el pico y si no hay alli algo duro como un rodillo eso puede rerrarse. Ese rodlllo es el falo.• Entre la madre y el /u.JO siempre hay que contar w1 intenned1ano, el símbolo fdllco. El falo como srgmficante que da la razón del deseo y es de la ley introducida por el padre de lo que depende su poruenir La piedra angular es la célula narcis1stica, sera la ba!!<!! sobre a que se arquitectará el SUJeto, siendo en la célula narc1sishca don· ae están los fundamentos más profundos de lo que lue~o resonará como deseo, deseo que si todo corre bien se normaltvizar~ en el Edt po (de a lli su función pacJ!icante) deseo que se perderti si In céluJa se fija irremediablemente "El sufrimiento no es una corona de gloria" sentenciará Jorge Luis Borges, en la anorexia la presencia de madres SRcrificadas y sacrificables dejara al hiJO como resto, de$hecho, de allí el intento de preservar un deseo propio a costa de una inmolación. Cuerpos anoréxicos, casi restos, cusi sin palabras. En el texto de "El artista del hambre• de Kafka, texto que como todo texto no es univoco, hay JUstamente un artista "del hambre• cuyo espectáculo en una Jaula era mostrar cuanto tiempo soportaria sm comer y al haber vencido el tiempo (40 dias más o menos} alquien que babia ~rgan1Z3do el espectáculo le pregunta: "Ayunas todavia? el ayunador dirá; ayuno porque no pucl!' encontrar comida que mc gustara si In hubiese encontrado puedes creerlo no habria hecho nin¡:l1n cumpli - do y me habria hartado como tú y como todos"'' Ha\ comida al termino del espcC'taculo, se la ofrrc~n . podría- 10\ mos ficc1onar un poco el texto y decir que casi ms1st<"n ,. el no come, pero ademas de no comer dice: no hay comida, alimento en el senti- do mtersubjetivo que I<" gustara. Aparece en este texto todo lo social con sus recovecos, por la vi;i de la vigilancia Declnmos que Borges planten que el sacrificio no es una corona de gloria, lrnemos esto porque sacriíicar es dar y ofre- cer una cosa en reconocimiento de la divinidad, inmolación de una v1cllma ofrecida a ese Otro absoluto. La iglesia asegura que por el sacrificio se promete vida eterna. el psicoanálisis y su ellca van en sentido opuesto a una redención por el sufrimiento. Gmette Rrumbault, alumna de l..acan en la Sociedad Prancesa de Pans J que s1gu1ó siéndolo después de su exdus1ón cuando él runda la Escuela Freudiano de París, trabaja con cosos de anorexia donde constató la dimensión del sacrificio y sostiene que ha sido una especie de constante la ocupación del lugar del muerto en la economía libidina l del otro, sin embargo Dennis Vass1• planteará que esto no lo encontró; en la chnica psicoanalítica IRs generalizaciones son riesgosas. En el caso de Valérie Valere, su aislamiento en un gran hospi- tal de Pans nos penn1te constatar que las oons1gnns aplicadas ciega- mente por los médicos del siglo XX son casi 1dent1ras n los que si- guen Jos psiquiatras del sip,lo XIX. El gran psiquiatra de moda consul- tado por la madre de Valerte Valere res11tuye el discurso (sorprendentemente) de Charcot, las muy expertas religiosas son reemplazadas por eníermeras no menos expertas en el empleo alter- nattvo de Ja amenaza y la seducción. En Valerie Valere el cerra- miento de la boca se fue tornando cada vez más hermetico en tanto no había allí alguien que escucharse. El modo en que íue tratada no 1uvo un buen desenlace ya que una práctica sm ehca llene erectos devastadores y conduct' a lo peor. 102 \'\OREXJA. INTERROGANTES En la anorexía encontramos un cuerpo que desafia constante mente a la muerte, cuando el comer y el hablar se encuentran d1so nndos la boca reducida a ella misma se abre sobre nada. La boca, esa zona crogena que la puls1ón aisla del metabolismo de In íunción, funciona como el lugar de resonancia del gusto de las cosas. Es un esfinter que se npneta, se cnspa, se vuelve átono, se puede encontrar completamente desinvestida cuando se comprueba 1¡ue hablar no sirve para n11da Un analista relata una historia en fonna de chiste: Se trata de un niño que nunca habló, que nunca profirió palabra, sus padres consultan a un montón de gente y todo el mundo lo encuentra nor- mal, excepto que no habla y un dia en la mesa pronuncia una frase y dice: madre quisiera sal. Sus padres se sorprenden por qui! no ctijiste 11unca nada antes? Bien responde el niño, hoy es la primera vez que 110 está la sal en la mesa; algo de esto está en ju ego en la anorexia Si Ja boca íunc1ona como lugar de resonancia del gusto de las cosas, si la comida no gusta, gusto y comida están separados, siendo el gusto algo que viene de otra parte, sm gusto la comida es como demasiado real. Un analizante adolescente en relación a sus dificultades con In comida dirá: "Ulumamente yo e"toy muy CIMEMATOGRÁFICO" escansión en el discurso: s1-me-mato-grafico. Surge en el discurso esta betise, pavada, a lgo podnamos decir en princ1p10 nimio, irrele· vante, insignificante, sin embargoes central, surge un sign1ricnnte Esto surge desde un baldío de la razón, un despcrthdo del balclm rle la razón, un enunciado que ínlla y abre al enigma de la enunnn non. Aquí hay letra de su saber inconsciente Esto es dicho y el ~u¡cto no sabe que lo dice.-. En est('. anah;t;tnt< habia gran desphc:gue de s1gmficantes pero d!licultad en reconocer 103 mos ficc1onar un poco el texto y decir que casi ms1st<"n ,. el no come, pero ademas de no comer dice: no hay comida, alimento en el senti- do mtersubjetivo que I<" gustara. Aparece en este texto todo lo social con sus recovecos, por la vi;i de la vigilancia Declnmos que Borges planten que el sacrificio no es una corona de gloria, lrnemos esto porque sacriíicar es dar y ofre- cer una cosa en reconocimiento de la divinidad, inmolación de una v1cllma ofrecida a ese Otro absoluto. La iglesia asegura que por el sacrificio se promete vida eterna. el psicoanálisis y su ellca van en sentido opuesto a una redención por el sufrimiento. Gmette Rrumbault, alumna de l..acan en la Sociedad Prancesa de Pans J que s1gu1ó siéndolo después de su exdus1ón cuando él runda la Escuela Freudiano de París, trabaja con cosos de anorexia donde constató la dimensión del sacrificio y sostiene que ha sido una especie de constante la ocupación del lugar del muerto en la economía libidina l del otro, sin embargo Dennis Vass1• planteará que esto no lo encontró; en la chnica psicoanalítica IRs generalizaciones son riesgosas. En el caso de Valérie Valere, su aislamiento en un gran hospi- tal de Pans nos penn1te constatar que las oons1gnns aplicadas ciega- mente por los médicos del siglo XX son casi 1dent1ras n los que si- guen Jos psiquiatras del sip,lo XIX. El gran psiquiatra de moda consul- tado por la madre de Valerte Valere res11tuye el discurso (sorprendentemente) de Charcot, las muy expertas religiosas son reemplazadas por eníermeras no menos expertas en el empleo alter- nattvo de Ja amenaza y la seducción. En Valerie Valere el cerra- miento de la boca se fue tornando cada vez más hermetico en tanto no había allí alguien que escucharse. El modo en que íue tratada no 1uvo un buen desenlace ya que una práctica sm ehca llene erectos devastadores y conduct' a lo peor. 102 \'\OREXJA. INTERROGANTES En la anorexía encontramos un cuerpo que desafia constante mente a la muerte, cuando el comer y el hablar se encuentran d1so nndos la boca reducida a ella misma se abre sobre nada. La boca, esa zona crogena que la puls1ón aisla del metabolismo de In íunción, funciona como el lugar de resonancia del gusto de las cosas. Es un esfinter que se npneta, se cnspa, se vuelve átono, se puede encontrar completamente desinvestida cuando se comprueba 1¡ue hablar no sirve para n11da Un analista relata una historia en fonna de chiste: Se trata de un niño que nunca habló, que nunca profirió palabra, sus padres consultan a un montón de gente y todo el mundo lo encuentra nor- mal, excepto que no habla y un dia en la mesa pronuncia una frase y dice: madre quisiera sal. Sus padres se sorprenden por qui! no ctijiste 11unca nada antes? Bien responde el niño, hoy es la primera vez que 110 está la sal en la mesa; algo de esto está en ju ego en la anorexia Si Ja boca íunc1ona como lugar de resonancia del gusto de las cosas, si la comida no gusta, gusto y comida están separados, siendo el gusto algo que viene de otra parte, sm gusto la comida es como demasiado real. Un analizante adolescente en relación a sus dificultades con In comida dirá: "Ulumamente yo e"toy muy CIMEMATOGRÁFICO" escansión en el discurso: s1-me-mato-grafico. Surge en el discurso esta betise, pavada, a lgo podnamos decir en princ1p10 nimio, irrele· vante, insignificante, sin embargo es central, surge un sign1ricnnte Esto surge desde un baldío de la razón, un despcrthdo del balclm rle la razón, un enunciado que ínlla y abre al enigma de la enunnn non. Aquí hay letra de su saber inconsciente Esto es dicho y el ~u¡cto no sabe que lo dice.-. En est('. anah;t;tnt< habia gran desphc:gue de s1gmficantes pero d!licultad en reconocer 103 se en alguno de ellos. Si l..acan a esta "betise" que trabaja en el "E:nvés del Psicoaná- lisis• y que en el acto analítico le dedica un elogio, ºel elogio de Ja bétlse" porque me pregunto no darle a esto tres momentos? tres momentos de la bCtise: l. Esto puede ser dicho: si-me-mato-grafico. 2. Esto puede ser escuchado por el analizante (hay una escansión entre este Sgte y los siguientes). 3. Sobre esto ... asociaciones, movimiento de representan- tes. Poner en marcha el deseo es poner en marcha los represen- tantes. Estos tres momentos no son necesariamente uno porque como decíamos antes había en este analizante gran despliegue de signifi- cantes y diíicultad en reconocerse en algunos de ellos, no habia escanciones y menos aun asociaciones. Esta pavada (estamos en el campo de la pavada, el campo del Psicoanálisis1 ... esta pavada abre a toda una posición subjetiva del analizante en relación a su nombre propio, nombre propio que es lo menos propio que tenemos porque siempre nos viene del otro y pone de relieve ese tiempo otro del inconsciente que no es cronológico. Se pone en juego una memoria que como plantea Neruda nun- ca es fidedigna, menos aún fotográfica sino fragmentaria, que no es un archivo y que es una memoria en acto. No se lrata de encontrar la verdad ú ltima, la primera, la origi- nal, podemos sin embargo intentarlo como modo de desenmascarar finalmente algo que siempre tendrá una máscara más. Podemos suponer una verdad nítida, cristalina, solemne, pero si la verdad tiene una forma, esa forma es la forma de la boludez, pero si además el inconsciente no boludea, ¿cómo conciliar esto? En el •Envés del Psicoanálisis", Lacan pl.antea: "Se dieron cuenta que cuando se dice que alguien es un boludo, eso más bien quiere decir que es un no tan boludo"; tan importante es la boludez que como decíamos antes en el acto analítico Je dedica el elogio de la boludez, Freud también hizo sus elogios al chiste, al lapsus, al sueño, a esas formas del inconsciente que nos indican que estamos inmersos en un movimiento discursivo que no instrumentamos sino que nos instrumenta. Movimiento discursivo donde los efectos de cris- talización, de endurecimiento, de ilusión no son ajenos ni a la direc- ción de la cura, ni a los agrupamientos de analistas. No es lo mismo hacer un "acopio de datos" en las entrevistas preguntando por ejemplo sobre su nombre o a que familiar pertenece (en el caso de e6te analizante era el de un tiol sino que esto aparezca 104 ~n un momento de la direccion de Ja cura sorprestvo para el anali - zante pero también para el analista. El concepto que re modela toda la cuestión de Ja es1.ruclU ra es la noción de acto, no podemos pensar nuestra práctica si no es por •se decir donde es necesario que algo sea dicho, hay que decirlo no es cierto de antemano. El SI-ME-MATO-GRÁFICO-, abre a cuestiones de su lugar y una posición en la economía li bidinal de Ja madre, su nombre era el de un tío, hermano de la madre que tenía la particularidad de ser un desaparecido, de un día para otro se va ... era un artista que cuando estaba nunca se hablaba de él en esa llena de mujeres (casa de su madre y hermanas, una de ellas madre de este analizante cuando desapareció) "Todo giró discursivamente en tomo a él', estas son palabras de Federico. Este tío se va, nunca regresa, no se sabía don- de estaba, ni en que país, ni si estaba vivo o muerto. Había pasado un tiempo excesivo como para suponer su muerte, pero ¿en qué mo- mento? ¿en qué lugar? ¿en qué circunstancias? no había allí nada del orden de la sepultura, cuya función es señalar un corte entre Ja naturaleza y la cultura, entre lo animal y lo humano. El rito funerario introduce la mediación necesaria para simboli- zar la herida abierta por el duelo. La ausencia de simbolización de un antecesor provoca la necesidad de representacióndel desaparecido. El muerto no está muerto, pero el vivo no está vivo, nada es más real que la muerte. Como entender eslo de real de la muerte? cómo nadie hizo la experiencia de morirse, volver y contarlo, cómo es? si conviene estar acá o allá? no, sobre esto no hay representa- ción, es lo más real. Si el sujeto es efecto del significante, entonces estar muerto o estar desaparecido son dos estados diferentes del sujeto. La sepultura, el entierro es un acto simbólico del que jamás carece ninguna cultura, aunque podrán variar los ritos de cada cul- tura. En el caso de Federico, su nombre, el de un ascendente del que no se sabía si estaba vivo o muerto ... no es como hacer una grafia a costa de su propia vida? (además esto es lo que él dice) como ocupar el lugar de Antigona, vida que se confundia con la muerte, muerte vivida de manera anticipada. Recordemos que Anligona debe hacer el sacrificio de su ser para el mantenimiento de esa Até familiar, alrededor de la que gira esa tragedia. Federico relata en varias ocasiones sus dificultades con la comida, el comer casi nada, fundamentalmente en momentos de gran presión de los otros ... familia, casa, grupos Jos que participa- ba con motivo de su arte, porque el tambien era un artista. Estaba en 105 se en alguno de ellos. Si l..acan a esta "betise" que trabaja en el "E:nvés del Psicoaná- lisis• y que en el acto analítico le dedica un elogio, ºel elogio de Ja bétlse" porque me pregunto no darle a esto tres momentos? tres momentos de la bCtise: l. Esto puede ser dicho: si-me-mato-grafico. 2. Esto puede ser escuchado por el analizante (hay una escansión entre este Sgte y los siguientes). 3. Sobre esto ... asociaciones, movimiento de representan- tes. Poner en marcha el deseo es poner en marcha los represen- tantes. Estos tres momentos no son necesariamente uno porque como decíamos antes había en este analizante gran despliegue de signifi- cantes y diíicultad en reconocerse en algunos de ellos, no habia escanciones y menos aun asociaciones. Esta pavada (estamos en el campo de la pavada, el campo del Psicoanálisis1 ... esta pavada abre a toda una posición subjetiva del analizante en relación a su nombre propio, nombre propio que es lo menos propio que tenemos porque siempre nos viene del otro y pone de relieve ese tiempo otro del inconsciente que no es cronológico. Se pone en juego una memoria que como plantea Neruda nun- ca es fidedigna, menos aún fotográfica sino fragmentaria, que no es un archivo y que es una memoria en acto. No se lrata de encontrar la verdad ú ltima, la primera, la origi- nal, podemos sin embargo intentarlo como modo de desenmascarar finalmente algo que siempre tendrá una máscara más. Podemos suponer una verdad nítida, cristalina, solemne, pero si la verdad tiene una forma, esa forma es la forma de la boludez, pero si además el inconsciente no boludea, ¿cómo conciliar esto? En el •Envés del Psicoanálisis", Lacan pl.antea: "Se dieron cuenta que cuando se dice que alguien es un boludo, eso más bien quiere decir que es un no tan boludo"; tan importante es la boludez que como decíamos antes en el acto analítico Je dedica el elogio de la boludez, Freud también hizo sus elogios al chiste, al lapsus, al sueño, a esas formas del inconsciente que nos indican que estamos inmersos en un movimiento discursivo que no instrumentamos sino que nos instrumenta. Movimiento discursivo donde los efectos de cris- talización, de endurecimiento, de ilusión no son ajenos ni a la direc- ción de la cura, ni a los agrupamientos de analistas. No es lo mismo hacer un "acopio de datos" en las entrevistas preguntando por ejemplo sobre su nombre o a que familiar pertenece (en el caso de e6te analizante era el de un tiol sino que esto aparezca 104 ~n un momento de la direccion de Ja cura sorprestvo para el anali - zante pero también para el analista. El concepto que re modela toda la cuestión de Ja es1.ruclU ra es la noción de acto, no podemos pensar nuestra práctica si no es por •se decir donde es necesario que algo sea dicho, hay que decirlo no es cierto de antemano. El SI-ME-MATO-GRÁFICO-, abre a cuestiones de su lugar y una posición en la economía li bidinal de Ja madre, su nombre era el de un tío, hermano de la madre que tenía la particularidad de ser un desaparecido, de un día para otro se va ... era un artista que cuando estaba nunca se hablaba de él en esa llena de mujeres (casa de su madre y hermanas, una de ellas madre de este analizante cuando desapareció) "Todo giró discursivamente en tomo a él', estas son palabras de Federico. Este tío se va, nunca regresa, no se sabía don- de estaba, ni en que país, ni si estaba vivo o muerto. Había pasado un tiempo excesivo como para suponer su muerte, pero ¿en qué mo- mento? ¿en qué lugar? ¿en qué circunstancias? no había allí nada del orden de la sepultura, cuya función es señalar un corte entre Ja naturaleza y la cultura, entre lo animal y lo humano. El rito funerario introduce la mediación necesaria para simboli- zar la herida abierta por el duelo. La ausencia de simbolización de un antecesor provoca la necesidad de representación del desaparecido. El muerto no está muerto, pero el vivo no está vivo, nada es más real que la muerte. Como entender eslo de real de la muerte? cómo nadie hizo la experiencia de morirse, volver y contarlo, cómo es? si conviene estar acá o allá? no, sobre esto no hay representa- ción, es lo más real. Si el sujeto es efecto del significante, entonces estar muerto o estar desaparecido son dos estados diferentes del sujeto. La sepultura, el entierro es un acto simbólico del que jamás carece ninguna cultura, aunque podrán variar los ritos de cada cul- tura. En el caso de Federico, su nombre, el de un ascendente del que no se sabía si estaba vivo o muerto ... no es como hacer una grafia a costa de su propia vida? (además esto es lo que él dice) como ocupar el lugar de Antigona, vida que se confundia con la muerte, muerte vivida de manera anticipada. Recordemos que Anligona debe hacer el sacrificio de su ser para el mantenimiento de esa Até familiar, alrededor de la que gira esa tragedia. Federico relata en varias ocasiones sus dificultades con la comida, el comer casi nada, fundamentalmente en momentos de gran presión de los otros ... familia, casa, grupos Jos que participa- ba con motivo de su arte, porque el tambien era un artista. Estaba en 105 esos lugares de la cultura, como lugares prevalentes del campo de la crtt1nciación. El se quejaba de estar rodeado en esa casa Uena de mujeres donde lodo era más importante que él, su madre, hermanas, sus idilios. En un momento recuerda que su madre cuando era chico le decía: •s1 no lomás la leche te moris' (amenaza de muerte) y un peregrinar de la madre con su hijo de medico en médico: gastroenterólogos, pedia- tras, nutricionistas, clinícos, que le dieran alguna razón de la razón, no razones del baldio de la razón, no razones de lo inconsciente. Es típico el haber recorrido varios médicos; estaba realizado un diagnóstico en relación a la etiología (no era una anorexia producto de un tumor Je dice un médico), pero no de Ja estructura. No se tratará de la causa en el cuerpo anatómico, la causa no está alli, ellos (médicos) además se Jo decían, así que aquí no pode- mos poner el clisé: "Ah, la siempre omnipotencia médica• incluso uno de ellos la había derivado a la madre con su hijo a un psicoana- lista y no es que el tratamiento no funcionó por negligencia de ... sino que a las primeras entrevistas, el otro (en este caso Ja madre) lo sustrajo del tratamiento porque no era rapido, inmediato, eficaz a su entender No se podia soportar ninguna escanción. Ella había hecho su tour de especialista en especialista que le decepcionaban porque "no sabían•, no le daban razones en el cuerpo anatómico. Esto nos lleva a tener que pensar el tema de la interdisciphna, interdisciplina que no es posible desde la omnipotenciay que no in- tenta reducir un irreducible. "La mterdisciplinariedad que se ha con· vertido hoy en día en un sólido valor en la investigación, no puede llevarse a cabo por la simple confrontación de saberes especiales; la interdisciplinariedad no es una cosa reposada: comienza efectivamen· te( ... ) cuando se deshace la solidaridad de la antiguas disciplinas ... ••• En relación al análisis y al pago: complejidad en cuanto al pago de sesiones, dificultad en hablar de eso, ausencias reiteradas, que- rer recuperar sesiones que ya babia perdido, pagar algunas sesiones y otras no, una sesión y la mitad de Ja otra. En un momento dice: "Acá no pasa nada", el analista dice: •aca pasa nada", "usted come nada". Los señalamientos, puntualizaciones era rigurosamente expulsados (vomitados) todo lo que venía del otro era dificilmente aceptado, en otros momentos todo era masivamente aceptado. El traia nada de palabras no porque no hablara (hablaba mu- cho) smo nada de palabras en el sentido de implicarse allí, nada de dinero y se Uevaba nada .. . circulaba nada. 106 En un momento se le dice: •usted pagará antes d" cada se- •1on", se sorprende mucho, se enoja pero paga. No esta bien cobrarle a alguien antes de hablar; el bien aquí no t•sta. Como esto no es del orden de la cortesía ni de lo amable La.can tllantea que "se sueltan las amarras de la relación hablada, se rom- 1>e la relación de cortesía, de respeto, de obediencia al otro ... , lo que nosotros tratamos de cortar son las amarras de la conversación con r l otro. Desde entonces el sujeto, se halla en cierta movilidad res- t>~cto de ese universo del lcngua.ie donde lo internamos• 11 y nos mternamos como analistas en ese universo del lenguaje. Algo comienza a circular, deja algo, habla de algo y pareciera que algo puede llevarse, algo circula, puede abrir la boca. Hay salida ele esa dialéctica del todo o nada. En Emy Von N, ante el rechazo de la comida, Freud le explica que sus dolores se deben a su angustia y no a un exceso de comida. Ame el exceso de argumentaciones racionales Emy díra; "usted no me deja hablar", F'reud no continúa en el exceso de argumentacio- nes racionales, no implementa la amenaza y dira: "yo consiento•. Surge una regla, la regla fundamental del Psicoanálisis. Emy le enseñó a Freud la regla fundamental, en esa invitación a que diga lo que se le ocun-e, en poco tiempo no se sabe de que se está hablando, uno se pierde en el laberinto de palabras. F'reud no se sitüa en el lugar del exceso del Otro, advierte la insuficiencia de la argumentación racional, en tanto no se sitüa en el lugar del Otro absoluto, ella habla. En el Manuscrito O (Los orígenes del Psicoanálisis) la anorexia pasa a ser una linea para lela a la melancolía y la perdida de apetito hace ecuación con perdida de libido. No es lo mismo un fenómeno anorexico como efecto de un ritual obsesivo, como expresión de un deseo insatisfecho (histeria) o una anorexia que esté indicando la certeza de ser envenenado, pasa a ser más inquietante y plantea la importancia de un diagnóstico en cuanto a la estructura. Gregario Samsa, el personaje de "la Metamorfosis" dirá: "Se da- ría cuenta que no había probado la leche y comprendido que no había sido por falta de hambre, me trae ria alimentos más adecuados? pero sí no lo hacía prefería morirme de hambre antes que pedírselo"". Asi continua Gregorio Samsa en un cerrar su boca como un modo de sostener un deseo propio a costa de inmolarse. Ante mayor 111s1stencia, mayor resistencia. En el caso de Fedenco se abre la pregunta que si alguien (aqui la madre) pone a su huo el nombre de un hennano es porque hay alli un 107 esos lugares de la cultura, como lugares prevalentes del campo de la crtt1nciación. El se quejaba de estar rodeado en esa casa Uena de mujeres donde lodo era más importante que él, su madre, hermanas, sus idilios. En un momento recuerda que su madre cuando era chico le decía: •s1 no lomás la leche te moris' (amenaza de muerte) y un peregrinar de la madre con su hijo de medico en médico: gastroenterólogos, pedia- tras, nutricionistas, clinícos, que le dieran alguna razón de la razón, no razones del baldio de la razón, no razones de lo inconsciente. Es típico el haber recorrido varios médicos; estaba realizado un diagnóstico en relación a la etiología (no era una anorexia producto de un tumor Je dice un médico), pero no de Ja estructura. No se tratará de la causa en el cuerpo anatómico, la causa no está alli, ellos (médicos) además se Jo decían, así que aquí no pode- mos poner el clisé: "Ah, la siempre omnipotencia médica• incluso uno de ellos la había derivado a la madre con su hijo a un psicoana- lista y no es que el tratamiento no funcionó por negligencia de ... sino que a las primeras entrevistas, el otro (en este caso Ja madre) lo sustrajo del tratamiento porque no era rapido, inmediato, eficaz a su entender No se podia soportar ninguna escanción. Ella había hecho su tour de especialista en especialista que le decepcionaban porque "no sabían•, no le daban razones en el cuerpo anatómico. Esto nos lleva a tener que pensar el tema de la interdisciphna, interdisciplina que no es posible desde la omnipotencia y que no in- tenta reducir un irreducible. "La mterdisciplinariedad que se ha con· vertido hoy en día en un sólido valor en la investigación, no puede llevarse a cabo por la simple confrontación de saberes especiales; la interdisciplinariedad no es una cosa reposada: comienza efectivamen· te( ... ) cuando se deshace la solidaridad de la antiguas disciplinas ... ••• En relación al análisis y al pago: complejidad en cuanto al pago de sesiones, dificultad en hablar de eso, ausencias reiteradas, que- rer recuperar sesiones que ya babia perdido, pagar algunas sesiones y otras no, una sesión y la mitad de Ja otra. En un momento dice: "Acá no pasa nada", el analista dice: •aca pasa nada", "usted come nada". Los señalamientos, puntualizaciones era rigurosamente expulsados (vomitados) todo lo que venía del otro era dificilmente aceptado, en otros momentos todo era masivamente aceptado. El traia nada de palabras no porque no hablara (hablaba mu- cho) smo nada de palabras en el sentido de implicarse allí, nada de dinero y se Uevaba nada .. . circulaba nada. 106 En un momento se le dice: •usted pagará antes d" cada se- •1on", se sorprende mucho, se enoja pero paga. No esta bien cobrarle a alguien antes de hablar; el bien aquí no t•sta. Como esto no es del orden de la cortesía ni de lo amable La.can tllantea que "se sueltan las amarras de la relación hablada, se rom- 1>e la relación de cortesía, de respeto, de obediencia al otro ... , lo que nosotros tratamos de cortar son las amarras de la conversación con r l otro. Desde entonces el sujeto, se halla en cierta movilidad res- t>~cto de ese universo del lcngua.ie donde lo internamos• 11 y nos mternamos como analistas en ese universo del lenguaje. Algo comienza a circular, deja algo, habla de algo y pareciera que algo puede llevarse, algo circula, puede abrir la boca. Hay salida ele esa dialéctica del todo o nada. En Emy Von N, ante el rechazo de la comida, Freud le explica que sus dolores se deben a su angustia y no a un exceso de comida. Ame el exceso de argumentaciones racionales Emy díra; "usted no me deja hablar", F'reud no continúa en el exceso de argumentacio- nes racionales, no implementa la amenaza y dira: "yo consiento•. Surge una regla, la regla fundamental del Psicoanálisis. Emy le enseñó a Freud la regla fundamental, en esa invitación a que diga lo que se le ocun-e, en poco tiempo no se sabe de que se está hablando, uno se pierde en el laberinto de palabras. F'reud no se sitüa en el lugar del exceso del Otro, advierte la insuficiencia de la argumentación racional, en tanto no se sitüa en el lugar del Otro absoluto, ella habla. En el Manuscrito O (Los orígenes del Psicoanálisis) la anorexia pasa a ser una linea para lela a la melancolíay la perdida de apetito hace ecuación con perdida de libido. No es lo mismo un fenómeno anorexico como efecto de un ritual obsesivo, como expresión de un deseo insatisfecho (histeria) o una anorexia que esté indicando la certeza de ser envenenado, pasa a ser más inquietante y plantea la importancia de un diagnóstico en cuanto a la estructura. Gregario Samsa, el personaje de "la Metamorfosis" dirá: "Se da- ría cuenta que no había probado la leche y comprendido que no había sido por falta de hambre, me trae ria alimentos más adecuados? pero sí no lo hacía prefería morirme de hambre antes que pedírselo"". Asi continua Gregorio Samsa en un cerrar su boca como un modo de sostener un deseo propio a costa de inmolarse. Ante mayor 111s1stencia, mayor resistencia. En el caso de Fedenco se abre la pregunta que si alguien (aqui la madre) pone a su huo el nombre de un hennano es porque hay alli un 107 1'1ZO hbid1naJ importante. La pregunta es como alguien puede investir a un hijo st libidinalmente está en el ausente. ademas desaparecido. 1.,a pregunta de Federico es más o menos asi: si para estar in- vestido debía desaparecer lo que complica mucho todo, él desapare- cía del anahsis ... reaparecía. En un momento en que le dice a una joven con la que tenia una relación amorosa que iba a ir a estudiar a París con X ... ella le dice: "Sí andate tres meses, barbara tu idea", la pregunta que apare- ce allí es ¿cómo me quiere? ¿cerca, lejos? ¿qué me quiere?. Si el cuerpo del anoréxico pasa a ser resto, flacura extrema (como el artista del hambre) esto no sera un erecto ruinoso del otro? recordemos que en ese otro, hubo un duelo que no pudo ser realizado (ese hermano desaparecido podía sin embargo aparecer). Vomitar era ponerle un limite al otro, pero en este anahzante en este momento de la cura, no en todo anall2.allte y fundamental- mente por las asociaciones; si no fuese así estaríamos en una noción del ;eroglifico como imagen pictográfica y no como escritura jeroglifica. 'Nunca pude relacionar con coherencia (dice Franz Kalka en Carta al padre) el inmotivado sin sentido de pedir agua con el ex- traordinario temor que me produjo el castigo, años despues todavía padecía ante la tortuosa imagen del hombre gigantesco mi padre, que en última instancia casi sin motivo podía arrancarme de la cama para colocarme sobre el balcón, en el fondo yo no podía significar más que esa nada para él"13• Padres con imágenes demasiado "fuertes", autoritarias o pa- dres con imágenes debiles, desvalorizadas por la madre, aparente- mente en las antípodas, se reúnen ambas riguras por la impotencia de una íunción de interdicción". Al rin de cuentas, el mño, al negar- se a satisfacer la demanda de la madre no exige acaso que la madre tenga un deseo fuera de él, porque éste es el camino que le falta hacia el deseo?". "Es por tu bien, insistía la madre de Federico, que tomes leche, si no te morís" Él hacía el bien a sus compañeros, hermanos, fami- liares, y se sentía ... mal. En el responder a todo con comida o leche se estaría degradan- do el carácter simbólico del don como signo de amor y habría un re- baJamien to hacia la condición de una cosa alimenticia, asfixiante, 1ntragable. De allí que la anorexia con toda su cristalización como síntoma es todo un intento de restituir al objeto el valor de don. ya que no es que no come sino que •come nada". En la dirección de la cura, borrar el deseo del mapa no es la 111cjor continuación que se pueda dar a la lección de Freud". 108 "El analista que quiere el bien del sujeto repite aquello en lo que ha sido formado, incluso ocasionalmente torcido. La mas aberrante rducación no ha tenido nunca otro motivo que el bien del SUJeto". 13 La bondad no podría curar el mal que ella misma engendra y lebemos saber a cada instante cual debe ser nuestra relación con el deseo, de hacer el bien, el deseo de curar. Debemos contar con él como algo proclive a extraviamos. En la dirección de la cura de Federico, el situaba al analista en que hiciera el bien: no pagar, pagar menos, que recupere lo ya perd1- rlo. Mover este lugar transferencia! era dar lugar a otra posición sub- 1etwa de este analizante. lns.istentemcnte: •no puedo, no tengo, no voy a poder", lugar del inerme. Aqui que no pague las sesiones que faltó, no aumentarle los honorarios o disminuirlos, decididamente era ir en dirección del bien y confirmarlo en ese lugar de inermidad. Señalamos la importancia de la supervisión, no la supervisión como reglamento, como disposición (como ritual burocratizado) por- que si está la disposición a supervisar lo más probable es que se 1mule el estar dfapuesto a supervisar. No se tratará del saber del conocimiento sino que algo de la verdad pueda surgir, que puedan ser develadas posiciones en transferencia. Retomando la problematica del bien 'Desde hace tiempo he subrayado el carácter capcioso de ese pretendido altruismo que se satisface preservando el bien de quien? del que precisamente nos es necesario•••. En un dialogo de Valérie Valére con su psicólogo: Psic.:Dime, sabes porque te niegas a comer? V. V.:No Psic. :Tienes una pequeña idea? V. V.:No Psic: Estoy segura que si, no es verdad? V. V.:Esto pronto se va a convertir en un monólogo de usted Tenga cuidado de que no se acabe la cinta. No quiero hablar. No deseo que sepa absolutamente nada de mi. Rechazo su ayu- da. No estoy enferma y usted Lo sabe y por eso no tengo nece- sidad de hablar con usted Esta elocuencia y contundencia de Valerie Valére se acerca al planteo de Borges • ... es indiscutible aunque misterioso que la per- sona que conriere un favor supera de algún modo a quien lo reci- be"". Esta relación entre bien y poder es la que denuncia V. V; reci- bir es endeudarse, quien da se genera derechos sobre quien recibe aunque sea el derecho de agradecimiento. 109 1'1ZO hbid1naJ importante. La pregunta es como alguien puede investir a un hijo st libidinalmente está en el ausente. ademas desaparecido. 1.,a pregunta de Federico es más o menos asi: si para estar in- vestido debía desaparecer lo que complica mucho todo, él desapare- cía del anahsis ... reaparecía. En un momento en que le dice a una joven con la que tenia una relación amorosa que iba a ir a estudiar a París con X ... ella le dice: "Sí andate tres meses, barbara tu idea", la pregunta que apare- ce allí es ¿cómo me quiere? ¿cerca, lejos? ¿qué me quiere?. Si el cuerpo del anoréxico pasa a ser resto, flacura extrema (como el artista del hambre) esto no sera un erecto ruinoso del otro? recordemos que en ese otro, hubo un duelo que no pudo ser realizado (ese hermano desaparecido podía sin embargo aparecer). Vomitar era ponerle un limite al otro, pero en este anahzante en este momento de la cura, no en todo anall2.allte y fundamental- mente por las asociaciones; si no fuese así estaríamos en una noción del ;eroglifico como imagen pictográfica y no como escritura jeroglifica. 'Nunca pude relacionar con coherencia (dice Franz Kalka en Carta al padre) el inmotivado sin sentido de pedir agua con el ex- traordinario temor que me produjo el castigo, años despues todavía padecía ante la tortuosa imagen del hombre gigantesco mi padre, que en última instancia casi sin motivo podía arrancarme de la cama para colocarme sobre el balcón, en el fondo yo no podía significar más que esa nada para él"13• Padres con imágenes demasiado "fuertes", autoritarias o pa- dres con imágenes debiles, desvalorizadas por la madre, aparente- mente en las antípodas, se reúnen ambas riguras por la impotencia de una íunción de interdicción". Al rin de cuentas, el mño, al negar- se a satisfacer la demanda de la madre no exige acaso que la madre tenga un deseo fuera de él, porque éste es el camino que le falta hacia el deseo?". "Es por tu bien, insistía la madre de Federico, que tomes leche, si no te morís" Él hacía el bien a sus compañeros, hermanos, fami- liares, y se sentía ... mal. En el responder
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