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Lesiones traumáticas del plexo braquial en adultos... 989 drosis en la hemicara, que también forma parte del síndrome clásico, no está presente ya que las fibras que transmiten la sudoración en la cara se originan a niveles torácicos más bajos. La presencia de ese síndrome en lesiones del plexo braquial se debe a la interrupción de la inervación simpática para el ojo y la cara ipsilaterales y, dada su íntima proximidad, es sugerente de una probable lesión por avulsión de la raíz de C8 y en especial de T1. Una vez instalado el síndrome, en especial la ptosis, puede presentar regresión espontánea. 6 Un signo de Tinel obtenido a través de la percu- sión del triángulo posterior del cuello en la región supraclavicular puede ser útil en la diferenciación entre ruptura y avulsión radicular. 31 (Figura 95.5) Cuando es positivo, existe gran probabilidad de que haya formación de un neuroma y de que, por lo tanto, al menos parte de la lesión sea posganglionar, lo que significa que el cirujano podrá tener dadores intra- plexuales disponibles para injerto. El signo se confi- gura por la irradiación de parestesias dolorosas en la región lateral del hombro y brazo (raíz C5) y para la superficie lateral del antebrazo, con extensión para el pulgar y el índice (raíz C6) luego de la percusión supraclavicular. 6 Eventualmente la irradiación puede direccionarse hacia la cara anterior del tórax, indi- cando posible lesión del plexo cervical superficial. Las parestesias oriundas de la lesión de la raíz C7 no están bien definidas. 5 La búsqueda del signo de Tinel puede ser repetida en evaluaciones subsecuentes y cuando ocurre un avance del mismo en sentido distal, se presume que está habiendo regeneración axonal. Un signo negativo sugiere avulsión radicular. La pérdida funcional de músculos inervados por ramos originados directamente de las raíces formadoras del plexo es muy sugestiva de una ruptura radicular preganglionar. En la parálisis completa del plexo braquial, la clá- sica maniobra descrita para evidenciar una escápula alada como signo de lesión del nervio del serrato mayor no es factible, debido a la parálisis de la musculatura de todo el miembro, siendo más adecuado para ello la realización del test de antepulsión del hombro. El nervio del serrato mayor, o torácico largo, se origina de los nervios espinales C5, C6 y C7 en el espacio interescalénico e inerva al músculo homónimo. Las fibras provenientes de la raíz C5, que participan de la formación del nervio, son responsables de la an- tepulsión del hombro. 4, 19 En la ejecución de ese movimiento se le solicita al paciente que, posicionado en decúbito dorsal, mueva el hombro anteriormente, separando la escápula del plano del lecho, al mismo tiempo que el examinador opone resistencia al mo- vimiento con la mano posicionada en la superficie anterior del hombro. El paciente debe evitar elevar el hombro, movimiento en el que participa el músculo trapecio, inervado por el nervio espinal accesorio. Los hallazgos deben ser comparados con el lado sano. En el movimiento anterior del hombro participan también los músculos pectorales, pero estos por lo general están denervados en las lesiones completas, por lo que no entorpecen el examen. 51 La parálisis de los músculos romboides, provo- cada por la lesión del nervio escapular dorsal, tam- bién es considerada un signo de avulsión de C5. 18, 29 Esos músculos son responsables de la aducción de la escápula, con el auxilio del músculo trapecio. 54 La evaluación por palpación de esos músculos es difícil en las lesiones del plexo braquial, en particular cuando son completas. Los músculos romboides son inervados, además de por la raíz C5, por C434 y, por lo tanto, su parálisis indica una posible avulsión de ambas raíces. 6 Como se ha descrito, la evaluación electroneuro- miográfica puede brindar elementos importantes en la tentativa de localizar la lesión en el ganglio de la raíz dorsal, lo que incluye la identificación de la dener- vación de los músculos paravertebrales, romboides, serrato mayor y la determinación de la velocidad de conducción sensitiva. Como se ha mencionado, la evaluación por imáge- nes también puede evidenciar hallazgos indicativos de una avulsión radicular. Indicación del tratamiento quirúrgico La decisión sobre el momento adecuado para operar una lesión traumática del plexo braquial debe ser to- mada luego del análisis en profundidad de cada caso. Con el avance tecnológico alcanzado en las últimas décadas, hoy existe una indicación quirúrgica en la gran mayoría de los casos. Los resultados de este tipo de tratamiento, por lo general, son directamente de- pendientes del grado de lesión, del momento opera- torio, de la competencia técnica del equipo tratante y de la inserción del paciente en un buen programa Figura 95.5: Percusión de la región supraclavicular (triángulo posterior del cuello), procurando provocar el signo de Tinel
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