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NeuRociRugíA / Basso1046 N er vi os Algunos schwannomas resultan positivos a la prueba de detección de la proteína ácida gliofibrilar (GFAP) y otros contienen queratina y anticuerpos que reaccionan ante diversas queratinas –panqueratinas, cóctel de queratinas (CK) (AE1/AE3). Los dos mar- cadores resaltan las zonas celulares de Antoni A, en especial las adyacentes a la cápsula, las zonas mixoi- deas o degenerativas, y la perivascularización. En los últimos estudios efectuados con un gran número de schwannomas retroperitoneales, 84% de los tumores resultaron positivos en las pruebas de detección de AE1/AE3 y GFAP. La tinción inmunohistoquímica mediante anticuer- pos antiproteína S-100 revela coloración uniforme e intensa de las células de Schwann del tumor. Esta técnica constituye un método importante de diagnós- tico y, en los casos de schwannomas que presentan degeneración intensa, la tinción de la proteína S-100 es sumamente útil para confirmar el diagnóstico. La inmunomarcación de las proteínas mielínicas empleada para diferenciar los tumores de células de Schwann benignos de los malignos tiene resultados variables. A diferencia de los schwannomas, los neurofibro- mas carecen de la gruesa cápsula de colágeno que caracteriza a los primeros, pero están rodeados por perineuro o epineuro de grosor variable. Tampoco presentan las zonas de Antoni A y B ni los cuerpos de Verocay, que son característicos de los schwanno- mas, aunque están compuestos por una matriz que contiene axones mielínicos y amielínicos dispersos y células de diversas estirpes, tales como células de Schwann, fibroblastos y células perineurales. Por lo tanto, se observa inmunorreactividad de la proteína S-100 sólo en una porción de las células que compo- nen los neurofibromas, a diferencia de la reactividad uniforme que presentan los schwannomas. Diagnóstico El diagnóstico se confirma mediante ecografía, RM o TC (o una combinación de estos métodos), que per- miten definir la morfología de la lesión. La densidad intratumoral puede estar alterada debido a la pre- sencia de zonas de necrosis o quistes. La nitidez de los bordes de la lesión permite definir la estrategia quirúrgica y confirmar el diagnóstico. Asimismo, estos estudios permiten verificar la relación entre la lesión y las estructuras que la rodean, es decir, otros nervios, vasos y músculos. Consideraciones básicas respecto del tratamiento quirúrgico El tratamiento de estos tumores consiste en la resección quirúrgica, que implica efectuar una disección anató- mica de la región donde asienta la masa, identificar nervio sano a ambos lados (proximal y distal) de la lesión, e individualizar los fascículos que recubren la superficie del tumor. Un neuroestimulador suele ser útil para diferenciar los fascículos sensitivos de los motores, en los casos de nervios mixtos. La disec- ción debe ser cuidadosa, para lo cual es recomendable emplear magnificación óptica (lupas o microscopio). Los fascículos deben ser desplazados sin lesionarlos ni presionarlos en exceso mediante los instrumentos quirúrgicos. Por lo general, tras aislar el pequeño fas- cículo nervioso en el que se origina el tumor, se hace evidente la necesidad de resecarlo, en cuyo caso no resulta difícil separarlo del nervio. No es habitual observar daño funcional posoperatorio. Neurofibromatosis tipo I (NF-1) A mediados de la década de 1990 se identificó la ubicación exacta del gen de la NF-1, en el cromoso- ma 17. A partir de allí, fue posible clonar el gen y aún están en curso investigaciones que analizan su estructura. El gen de la NF-1 produce una proteína grande y compleja denominada neurofibromina, cuya acción principal se observa en las células del sistema nervioso, en las que tiene la función de regular la di- visión celular, en cierto sentido como una especie de freno que impide la multiplicación celular excesiva. Figura 101.1: Las zonas de Antoni A (izquierda) constan de células fusiformes en disposición densa, que tienen núcleo retorcido, bordes citoplasmáticos indefinidos y, a veces, vacuolas intranucleares transparentes. Las células están organizadas en pequeños grupos o fascículos entrelazados, que presentan empalizadas nucleares, remolinos de células y cuerpos de Verocay. Estos últimos están formados por dos hileras compactas de núcleos bien alineados y prolongaciones celulares dispuestas casi en óvalo. Es infrecuente observar figuras mitóticas. Los schwannomas contienen la proteína S-100, una proteína ácida de aparición frecuente en las células de sostén del sistema nervioso central y periférico, sobre todo en las zonas de Antoni A. Las zonas de Antoni B (derecha) son menos celulares y, a menudo, están desorganizadas. Las células fusiformes u ovaladas están dispuestas al azar en la matriz laxa que presenta cambios microquísticos, células inflamatorias y delicadas fibras de colágeno. El estroma contiene vasos sanguíneos prominentes separados por espacios irregulares. Además de las características descritas, los schwannomas psammomatosos melanóticos presentan depósitos de melanina y cuerpos con calcificaciones concéntricas (cuerpos de psammoma).
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