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CAPÍTULO 08 Tejido conectivo

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Tejido conectivo
"La constancia del medio interno es Ia condición de la vida Libre."
El teiido conectivo se denomina tam-
bién tejido de sostén, dado que representa
el "esqueleto" que sostiene otros tejidos y
órganos. Como el tejido conectivo confor-
ma una masa coherente entre el sistema
vascular sanguíneo y todos los epitelios,
todo intercambio de sustancias se debe
realizar a través del tejido conectivo, por
Io que se lo puede considerar como el me-
dio interno del organismo.
Ciertas formas muy especializadas de
tejido conectivo -adiposo, cartilaginoso,
óseo y sangre- se verán en los próximos
capítulos, en éste se estudiará sólo el teji-
do conectivo propiamente dicho.
El tejido conectivo se caracteriza por
contener células y también sustancias ex-
tracelulares, en su mayor parte secretadas
por uno de los tipos celulares (los fibro-
blastos) y que, en condiciones normales
representan una proporción del tejido ma-
yor que las células. En conjunto, las sus-
CIaude Bernard
tancias extracelulares se denominan ma-
triz extracelular, compuesta por fibras in-
cluidas en una matriz amorfa que contie-
ne Líquido tisular (fig. B-1). Las fibras del
tejido conectivo se dividen en tres tipos,
fibras de colágeno, reticulares y elásticas.
La matriz amorfa está compuesta por glu-
cosaminoglucanos y proteoglucanos que
forman geles muy hidratados en los cua-
les están incluidos los demás componen-
tes. En la matriz extracelular también hay
glucoproteínas adhesivas, como por
ejemplo fibronectina y laminina. Los nu-
merosos tioos celulares se clasifican en
células fijai (lat. fixus) o migrantes.
Los distintos tipos de células, las fibras
v Ia matriz amorfa aDarecen en cantidades
variables en distintás partes del organis-
mo, por lo que confieren a los diferentes
tejidos conectivos propiedades funciona-
les esoecíficas. como se verá más adelan-
te en óste caoítulo.
Macrófago
Fibras elásticas
Fibras de
colágeno
Mastocitos
Matriz amorfa (glucosaminoglucanos)
\
Célula del
músculo l iso
Célula plasmática
Adipocito
Vaso
sangurneo
TEJIDO CONECTIVO 197
Fig.8-1. Dibujo esque-
mático de los componen-
tes principales del teji-
do conectivo: células, fi-
bras y matriz amorfa
(Según Ham )
Célula del
endotel io capi lar
@
C A P I T U L O
Fibroblasto
Haces de fibras de colágeno
Fig. 8-2. Fotomicrografía de tejido conectivo
de colágeno denso en una glándula mamar¡a,
que muestra haces de fibras de colágeno.
Corte teñido con hematoxilina-eosina. x275
EI teiido conectivo se desa¡rolla a partir
del mesodermo embrionario. pero la ma-
yor parte del tejido conectivo de Ia zona
cefálica tiene origen en la cresta neural.
Matriz extracelular (MEC)
Fundamentalmente, son las propieda-
des de Ia matriz extracelular las que con-
fieren a cada tipo de telido coneciiuo sus
caracterÍsticas funcionales. Por su resis-
tencia a la tracción y su eiasticidad, las fi-
bras elásticas son la base de Ia función
mecánica de sostén; por su parte, debido a
su consistencia y contenido hídrico, la
matriz amorfa es el medio de transporte
de sustancias entre Ia sangre y las cé,lulas
de los tejidos, a la vez que amortigua y se
opone a las fuerzas de presión. Las gluco-
proteínas adhesivas fijan las células a la
matriz extracelular, actúan sobre la morfo-
logía de las células al influir sobre la orga-
nización del citoesqueleto y contribuyen
a orientar a la célula migrante, tanto du-
rante el desarrollo embrionario como. Dor
ejemplo. en los procesos de c icatr izac ión
(véanse también caps. 5 y 6).
Fibras de colágeno
Las fibras de colágeno son las fibras
más frecuentes del teiido conectivo. En
preparados en fresco no coloreados obte-
nidos, por ejemplo, de tejido conectivo la-
xo se distinguen las fibras de colágeno co-
mo hebras incoloras de recorrido ligera-
mente ondulado que se entrecruzan en to-
198 TEJIDO CONECTIVO
Fig. 8-3. Fotomicrografía de teiido conect¡vo
denso irregular de la cápsula que rodea el
ovario. Se distinguen numerosas fibras de co-
lágeno de color azul intenso. Tinción de Ma-
llory x275.
das direcciones (fig. B-1). El grosor de las
fibras es variable, de 1-10 mp, y con ma-
yor aumento se observa que las fibras más
gruesas presentan un rayado longitudinal.
Este se debe a que están compuestas por
fibras más delgadas, denominadas fibri-
l las, de 0,2-0,5 ¡rm de diámetro, que se
mantienen unidas en paralelo mediante la
matriz amorfa.
En los preparados teñidos con hemato-
xilina-eosina, las fibras de colágeno se co-
lorean de rosa claro con eosina (fig. B-2),
mientras que adquieren un color azul
fuerte con el método de Mallory (fig. B-3).
Las fibras de colágeno se tiñen de rojo con
el método de van Gieson (fig. B-¿).
Fig. 8-4. Foton
de tejido cone
so irregular de
que de la glánc
da, que muestr
de colágeno tr
rojo. Tinción dr
son x275.
C A P í T L
Fibras de colágeno
Fig. 8-5. lmagen de fi-
bras de colágeno en la
dermis. captadas con mi-
croscopio electrónico. En
Ia parte inferior a la dere-
cha se observan las mi-
crof ibri l las de colágeno
cortadas en sentido longi-
iudinal, que forman f ibr i-
llas de colágeno parale-
las. En el extremo inferior
a la izquierda de la ima-
gen las f ibr i l las están cor-
tadas en sentido transver-
sal; se observa con clari-
dad que forman parte de
una f ibra de colágeno
x10.000. (Cedida por F.
B ie r r ing . )
"#j
Microf ibr i l las de colágeno
(corte transversal)
Con la microscopia electrónica se ob-
serva que las f ibr i l las visibles con el mi-
croscopio óptico están compuestas por
microfibrillas paralelas de un diámetro
aprox imado de so nm ( f ig . B-5) . Las mi -
crof ibri l las son la unidad f ibr i lar del colá-
Beno; con el microscopio electrónico se
distingue que presentanun rayado trans-
ve¡so1 característico, que se repite cada
6s nm (f ig. 8-6). Investigaciones ulteriores
sobre Ia estructura molecular de las mi-
crofibrillas de colágeno demuestran que
están compuestas por unidades aun más
pequeñas, denominadas tropocolágeno
(gr. trope, girar, es decir, virar hacia el co-
lágeno), que son moléculas alargadas rígi-
das de unos 300 nm de largo y 1,5 nm de
espesor. Cada molécula de tropocolágeno
está compuesta por 3 cadenas pol ipeptídi-
cas, denominadas cadenas alfa, arrolladas
entre sí en una espiral tr iple, lo que con-
fiere a la molécula de tropocolágeno un
asoecto similar a un cordón. Las cadenas
alfa poseen una composición de aminoáci-
dos poco común, dado que alrededor del
30% corresponde a gl icina y el 30% a pro-
lina o hidroxiprolina. La hidroxiprolina
no se encuentru en cuntidades destacadas
en otras proteínas,lo cual es de importan-
cia clínica, dado que la degradación pato-
lógica del colágeno del organismo, por
ejemplo debido a aumento de la resorción
ósea, conduce a la eliminación de gran
cantidad de hidroxiprolina por la orina.
Eiild.
Microfibri l las de colágeno (corte longitudinal)
El colágeno también contiene cantidades
inusua les de h id rox i l i s ina .
Las tres cadenas alfa arrol ladas están
organizadas en la molécula de tropocolá-
geno de modo tai que las moléculas de gl i-
cina, que no t ienen cadenas laterales (y en
consecuenc ia ocupan menos espac io ) es-
tán orientadas hacia el interior de Ia espi-
ral, mientras que los grupos laterales de
prolina e hidroxiprolina (más volumino-
sos) se orientan hacia el exterior, lo cual
también vale oara las cadenas laterales de
otros aminoáóidos. Los anillos de prolina
e hidroxiprolina impiden la rotación de
Ias cadenas, dado que se rechazan, y con-
tribuyen a la estabilidad de la macromolé-
cula. Las tres cadenas alfa están unidas
entre sí mediante enlaces cruzados inter-
moleculares.
Si se calienta una solución salina fría de
moléculas de tropocolágeno hasta la tem-
peratura del organismo, las moléculas de
tropocolágeno se polimerizan espontónea-
mente a microfibrillas con bandas trans-
versales, con el aspecto antes descrito.
Con Ia polimerización, las moléculas de
tropocolágeno se ordenan en forma parale-
la y se superponen entre sí unos 28 nm.
Esta disposición desplazadade las moié-
culas de tropocolágeno, además del hecho
de que hay distancia (40 nm) entre sus ex-
tremos, resulta en las bandas transversa-
Ies con intervalos de 68 nm (fig. 8-6), da-
do que las moléculas de tropocolágeno se
{s\
[a-f '*
BC A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 199
iL-< É
+ { F
+(
-
iÉ-a .-
---+( .-<F
,'/ \ 
\------y-------,
Espacio Superposición Molécula de(4u nm) \zónm)) tropocolágeno
i ..]r (300 nm)
Período
(68 nm)
disponen alternativamente más o menos
unidas dentro del oeriodo de 68 nm.
En la actualidad se conocen más de 30
tipos distintos de cadenas offa, reconoci-
dos por diferencias en la secuencia de
aminbácidos y codificadas por su gen co-
rrespondiente. Las cadenas alfa se organi-
zan en diversas combinaciones dentro de
Ia espiral triple de la molécula de tropoco-
Iágeno; se conocen 20 tipos diferentes de
2OO TEJIDO CONECTIVO
Fig.8-6. Parte superior Dibujo esquemático de
la estructura del colágeno en el tejido conecti-
vo, desde el haz de fibras hasta la composición
molecular de las microfibrillas Parte inferior.
lmagen captada con microscopio electrónico
de una microfibrilla de colágeno, aislada de
tejido conectivo homogenizado y'teñido" con áci-
do fosfotúngstico. (Cedida por C.C. Danielsen.)
tropocolágeno, numerados mediante nú-
meros romanos del tipo I al tipo XX. Por lo
general, se dividen en dos grupos princi-
pales, donde las moléculas de tropocolá-
geno de uno de los grupos forma miofibri-
llas con bandas transtersales (que luego
pasan a formar fibrillas y fibras de coláge-
no), mientras que el otro grupo está com-
puesto por tipos de colágeno que no for-
ma¡r fibras, sino reticulados t'ilamentosos
de moléculas de tropocolágcno.
Los f.rpos de tropocológeno que forman
microfibrillas con bandas transversales
incluyen, por ejemplo, los tipos I, II, III, V
y XL Por lo general, las microfibri l las con-
tienen más de un tipo de moléculas de
tropocolágeno, por ejiemplo en las micro-
fibrillas de colágeno de la dermis se en-
cuentran moléculas de tropocolágeno de
tipo I y III, mientras que en las microfibri-
llas de Ia córnea se encuentran los tioos I
y V, entre otros.
EI colágeno tipo I es el que aparece en
mayor cantidad en el organismo, forma
parte de la dermis, los vasos sanguíneos,
los tendones y los huesos.
El colágeno tipo III también está muy
difundido y suele aparecer junto con el
colágeno tipo I. También forma parte de
Ias fibras reticulares (véase más adelante).
Los colágenos tipo I y III ( junto con el co-
lágeno tipo II, que se encuentra, p. ej., en
el cartílago) forman fibras visibles con el
microscopio óptico, mientras que la ma-
yoría de los demás tipos de colágeno sólo
se Dueden detectar mediante técnicas in-
munohistoquímicas con anticuerpos mar-
cados contra esos tioos.
Los colágenos tipb I, II y III también se
denominan colágenos "clásicos" formado-
res de fibrillas. Representan el ao-so% del
total de colágeno del organismo.
Los tipos de cológeno que no forman
microfibrillas con bandas transversales y,
por Io tanto, tampoco fibras, incluyen los
tipos IV y VI. Como se vio antes, las molé-
culas de tropocolágeno forman reticula-
dos filamentosos.
El colágeno tipo IV sólo se encuentra
en las láminas basales, donde las molécu-
las de tropocolágeno forman un reticula-
do tridimensional de tipo filamentoso co-
mo el descr i to (véase además lámina basal
en e l cap, 6, p. 169) .
El colágeno tipo VI es poco frecuente,
pero forma, por ejemplo, reticulados fila-
fr' {
C A P I T U
Fibras de colágeno
( 1 - 1 0 p m )
Fig. 8-7. Fotomicrografía
de tejido hepático, donde
se visual izan las f ibras
reticulares mediante tin-
ción con plata. Las fibras
reticulares forman un reti-
culado de f inas hebras
negras Corte teñido con
la técnica de Biels-
chowsky. x275
Escorbuto
En el escorbuto, enfermedad debida
a carcncia de vitamina C o ácido ascór-
bico, no se forman suficientes fibras de
colágeno normales. Esto se debe a que
el ácido ascórbico es un agente reduc-
tor necesario para la act ividad de la en-
zima prolilhidroxilasa, que cataliza la
hidroxilación de prolina a hidroxipro-
l ina. En consecuencia, la disminución
de la actividad enzimática por carencia
del ácido ascórbico hace ou-e sea insufi-
ciente la cantidad de hidroxiprol ina en
la hél ice tr iple de las moléculas de tro-
mentosos que rodean los nervios v los va-
sos sanguíneos.
Se verá la aparición de los demás tipos
de colágeno en el contexto correspondien-
te, en otros capÍtulos (para información más
detallada se susiere consultar libros de tex-
to de bioquímióa y de biología molecular).
Como se vio antes, la función de las f i-
bras de colágeno es, sobre todo. fortalecer
el tej ido conectivo. Las f ibras de colágeno
son f lexibles, lo que permite cierta movi-
l idad de l te j ido conec t ivo r ' , a l m ismo
t iempo presentan gran res is lenc ia a la
tracción en sentido lonsitudinal. Así. se
neces i ta una carga de va i ios c ien tos de k i -
los por centímetro cuadrado para aicanzar
el punto de ruptura de las fibras de colá-
geno humanas, cuando transcurren densa-
mente empaquetadas y en paralelo como
en los tendones. El colágeno es elást ico,
pero rígido, por lo que la prolongación en
el l ímite de ruptura sólo ronda el 15%. El
curt ido de cueros animales se basa preci-
samente en e l g ran conten ido de co lágeno
que presenta el cuero; mediante el proce-
pocolágeno. Éste últ imo no se estabi l i -
za, por lo que el colágeno presenta una
estructura más laxa. Los pacientes pa-
decen tendencia anormal a hemorra-
gias, por ejemplo cutáneas, art iculares
y gingivales, debido a que aumenta la
fragi l idad de las paredes de los vasos
sangíneos, en especial de los capi lares
y las vénulas, por ausencia del refuerzo
del colágeno. Otro síntoma esencial en
niños son los defectos en la osteogéne-
sis, con tendencia a deformaciones y
fracturas.
so de curt ido se fortalece aun más, al au-
mentar el número de uniones transversa-
les. Con la cocción se transforman las f i-
bras de colágeno en gelat ina; es la base del
proceso de t iernización de carnes duras
(con gran contenido de colágeno) en car-
nes más blandas por medio de la cocción.
El uso de gelat ina para fabricar pegamen-
tos le ha dado a las f ibras su nombre (gr.
kol1o, pegamento; gennoein, generar), f i la-
mentos generadores de pegamento.
El colágeno es Ia proteína más abun-
dante en el nr,rndo animal. Representa al-
rededor de la tercera parte del total de
proteínas del organismo humano.
Fibras reticulares
Las f ibras ret iculares son muy delga-
das y no forman haces como Ias f ibras de
colágeno, sino f inas redes, de al l í su
nombre (ret iculum es diminutivo de lat.
refe. redl. Las f ibras ret iculares no se dis-
t inguen en los preparados teñidos con H-
E, sino sólo con t inciones con plata, da-
do que f i jan la plata metál ica después de
un tratamiento con una solución básica
de una sa l reduc ib ie de p la ta . En es tos
p r e p a r a d o s . l a s f i b r a s r e l i c u l a r e s s e d i s -
t inguen como delgadas hebras negras
(f ig. B-7), mientras que las f ibras de colá-
geno adquieren una tonal idad más ama-
rronada. Las f ibras ret iculares se t iñen
también con eI método de PAS.
Con el microscooio electrónico se ob-
serva que las fibras reticulares están com-
puestas por escasas microfibrillas muy
delgadas con la misma estructura periódi-
ca que el colágeno (f ig. B-B); como se vio
antes, las fibras reticulares están compues-
tas en su mayor parte por colágeno tipo III,
pero también tipo L Las fibras reticulares
iien"n r.tru "cu6ierta" de proteoglucanos,
que se cree es Ia causa de la coloración po-
sitiva con PAS y, quizá también de la ten-
dencia a fijar las sales de plata.
Fibras ret iculares
C A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 201
Microfibri l la
30 nm
Fibr i l la
0 ,5 vm
Fig. 8-8. Dibujo esquemático de las f ibras ret i-
culares en la lámina ret icular de una membra-
na basal (parte superior). Las f inas microf ibri-
l las forman redes laxas, mientras que lasmicro-
f ibr i l las más gruesas de las f ibras de colágeno
(parte inferior) forman haces paralelos en for-
ma de f ibr i l las (Según Bloom y Fawceü )
Las fibras reticulares se encuentran co-
mo f inas redes muy relacionadas con las
células. Así, rodean los adipocitos y las
células musculares l isas y se encuentran
por debajo del endotel io de los capi lares,
a los que confieren cierta rigidez. También
forman el retículo del tei ido l infoide v la
médu la ósea y rodean las cé lu las pa ien-
quimatosas de las glándulas. Por últ imo,
fbrman parte de la lámina reticular de las
membranas basaies (f ig. B-B).
Fibras elásticas
En Ios preparados en fresco no colorea-
dos, Ias f ibras elást icas se dist inguen co-
mo hebras muy delgadas (de 0,2-1,0 ¡rm
de diámetro), muy refringentes. Se ramifi-
can y anas tomosan para fo rmar una red .
por lo que en genera-l es fácii diferenciar-
Ias de las fibras de colágeno, más numero-
sas (f ig. B-1).
En fresco, las fibras elásticas presentan
lrna tonalidad amarillenta oue sólo se ob-
serva cuando aparecen en g ian cant idad o
son muy gruesas, como por ejemplo, las
bandas elásticas (ligamenta flaval de la
columna vertebral.
Las fibras elásticas son difÍciles de de-
tectar en los preparados teñidos con he-
matoxilina-eosina (a veces se tiñen ape-
nas con la eosina y se ven muy refringen-
tesJ, pero se tiñen selectivamente, por
202 TEJIDO CONECTIVO
ejemplo, con orceína, que les confiere un
color marrón roiizo. a diferencia de las fi-
bras de colágeno, de color marrón más
claro (f ig. B-9).
En los ligamentos elásticos las flbras se
disponen en paralelo y son bastante más
gruesas que en el tejido conectivo laxo,
con un diámetro de 5-15 um. Además. - la
elast ina no sólo se encuenira como f ibras,
sino también corno membronas, por ejem-
plo, en las paredes arteriales (véase con
más detal le en el cap. 15).
Vistas con el microscopio óptico, las fi-
bras elásticas son hornogéneas. Con el mi-
croscopio electrónico se observa que las fi-
bras eLásticas contierren microfibrillas,
con un diámetro promedio de unos 10 nm.
Las microf ibri l lai se disponen en haces
inc lu ic los en mater ia l an lo r fo . compuesto
por la p ro te ína e las l ina ( f ig . B-10) . Las pr i -
meras f ibras elást icas inm¿duras que se
forman en el feto están comuuestas sólcr
p o r h a c e s d e n r i r : r o l i h r i l l a s . p e r o n l á s t a r ' -
de en ia vida fetal apareoe el componente
amorfo ( la elast ina arnorfa) en el centro de
las f ibras; cuando éstas están totalmente
desarrol ladas la elast ina reoresenta más
de l 90% de la f ib ra . Entonces se ve l l las
microf ibri l las como una capa periférica
alrededor de la elast ina, a veces con haces
aislados incluidos en el la. En apariencia.
las f ibras elást icas viejas carecen total-
mente de microfibrillas periféricas.
La elost ino no se degiada con las enzi-
rnas proteolÍticas habituales, corno por
ejemplo, Ia tr ipsina, ni tampoco con la
cocción o Ia hidról isis con ácidos di luidos
y bases. Sin embargo, es degradada por la
enzima pancreática elastasa. La insolubi-
l idad de ]a elast ina se debe a enlaces cru-
zados entre las moléculas de elast ina. Es-
tos enlaces se denominan desmosina e
isodesmosina y sólo se encuentran en la
elastina.
Fig. 8-9. Foton
de la dermis, e
demuestran las
elásticas por r
la coloración ¡
para elastina.
con orceína x2
C A P i T t )
Microf ibri l la
Fibras elásticas
Fig. 8-10. lmagen capta-
da con microscopio elec-
trónico de las fibras elás-
t¡cas de la dermis. Se ob-
servan f ibras elást¡cas
cortadas en sentidos lon-
gitudinal y transversal,
compuestas por microf i-
bri l las incluidas en un ma-
terial amodo. En compa-
ración, a la izquierda de
la imagen se observan
numerosas microf ibr i l las
de colágeno con las típi-
cas bandas transversales.
x27.O00 (Cedida por F
Bierr ing )
Las r r t i r - to l ' i l t r i l / rus t :u r t t ie l te t t ¡ , ra t t t a t t l i -
dad de l aminoác ido r : i s t ina v son degrac la -
d a s p o r l a s e n z i n r a s p r o t e o l í t i c a s . N o c o n -
t ienen h id rox ip ro l ina n i h id rox i l i s ina , pe-
ro son r ic¿is en aminoácidos polares. Las
mi r : ro f ib r i l l as son re la t i vamente inso ln -
b les , se c reo que deb ido a los en laces d i -
sulf tLro consecuentes al elevado conteni-
do de cist ina. Por lo tanto. las microf ibri-
l las no están relacionad¿rs con la elast ina
n i con e l co láseno. Cont ienen además una
glucoproteína denominada f ibr i l l ina. Las
m i t r o l i l r r i l l a q c o m p u ( ) s l a s p o r f i l r r i l l i n a
también se pueden encontrar sin relar; ión
c o n l a s f i h r a s e l á s l i r : a s . p o r e i e m p l o . a s o -
c iadas con las láminas basa les r , los p ro-
teochrr;anos de la matriz.
fas f ibras elást icas se forntan cuando
determinadas células (véase más adelan-
te) secretan moléculas de la proteína de-
nominada tropoelastina. Cuatro derirra-
dos de l isina de las moiéculas de tropo-
elastina se unen entre sí, por un proceso
catal izado por la enzima l isi loxidasa, y
forman la compleja unión transversal de
la desmosina con cuatro ramif i .caciones,
nor la cual se mantienen unidas cuatro ca-
denas de la proteÍna elast ina.
Todas las célt t las que se sabe sintet izan
las oroteínas de lcts fibras elósticas son de
origen mesodérmico. En los tendones y l i -
gamentos, que contienen fibras elásticas,
los fibroblastos forman las fibras elásticas,
mien t ras que en la tún ica lned ia de la aor -
ta v c le las a r te r ias nuscu ia res son las cé-
Iu las nuscu la res l l sas ias responsab ies de
sintet izar el conponente de las f ibras
elásticas y colágenas.
La función de determinados órganos re-
quiere que sean elást icos y cedan ante las
fuerzas de presión y de tracción, y luego
retomar la forma original, después de la
deformación. Por ejemplo, la onda del
pulso genera una distensión transitoria de
las arterias, por lo cual éstas t ienen abun-
dantes f ibras clást icas. Lo mismo ocurre
en los pnlmones, dado que se dist ienden
durante la inspiración y se retraen duran-
te la espiración, hasta volver al voh.rmen
original. Las f ibras elást icas se caracteri-
zan por poder estirarse hasta casi el 150%
d e l a l o n g i t u d o r i g i n a l y r e t o m a r é s t a
cuando cesa la tracción.
Matriz amorfa
Todos los espacios y hendiduras entre
las f ibras y las células están ocupados por
la matriz amorfa, que contiene agua, sa-
les y otras sustancias de bajo peso mole-
cular, además de glucoproteínas adhesi-
vas y pequeñas cantidades de proteína. El
componente principal son los proteoglu-
canos, que son complejos macromolecu-
lares de proteína y pol icáridos (véase más
adelante).
'ri.¡á' ..t)
t ) ' - ' , , a' i ' f , 
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a.-a. 4
Frbras elást icas
C A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 203
La matriz amorfa en estado fresco es
muyviscosa, debido al contenido de gluco-
saminoglucanos. Es soluble en los líquidos
histológicos de uso común, por lo que no
se distingue, por ejemplo, en los cortes co-
loreados con hematoxilina-eosina (el cartí-
lago es una excepción). Se puede preservar
la matriz amorfa con la técnica de congela-
ción y desecación o con cortes congelados
no fijados, que luego son coloreados con
métodos adecuados (véase más adelante).
Proteoglucanos. Estas sustancias están
compuestas por muchos tipos distintos de
cadenas de polisacáridos unidas a proteína
oor enlaces covalentes. El contenido de hi-
dratos de carbono puede alcanzar hasta el
95o/o, a diferencia de las glucoproteínas
-que como máximo contienen el OO%, si
bien en su mayoría, el porcentaje es muy
bajo- y los proteoglucanos tienen mós ca-
racterísticas de polisacárido que de proteí-
no. Las cadenas de polisacarido de los pro-
teoglucanos se denominan glucosamino-
glucanos (GAG) (glucano significapolisa-
crárido), dado que son todos polímeros de
unidades reoetidas de disac¡iridos. Se ve-
rán primero brevemente los 5 grupos prin-
cipales de GAG, antes de a¡raliza¡ la estruc-
tura de los proteoglucanos. Todos los glu-
cosaminoglucanos están suifatados (esteri-
ficados con sulfato), salvo el hialuronano.
El hialuronano (gr. hyalos, vidrio; el
hialuronano se demostró por primera vez
en el cuerpo vÍtreo del ojoJ (antes se deno-
minaba ácido hialurónico, ahora se modi-
ficó a Ia terminación -ano. de los oolisacá-
ridos) es el GAG más abundante én el tej i-
do conectivo. La molécula de hialuronano
es muy grande, de hasta 2,5 ¡tm de largo.
Salvo en el teiido conectivo laxo, en los
demás tejidos conectivos es muy escasa la
cantidad de hialuronano, pero esta sustan-
cia es de gran importancia para Ia forma-
ción de agregados de proteoglucano (véase
más adelante). Además, el hialuronano es
el componente principal del líquido sino-
vial de las articulaciones (véase cap. 12) y
el cuerpo vítreo del ojo (véase cap.24).
Los condroitinsulfatos sólo se encuen-
tran en pequeña cantidad en la matriz
amorfa del teiido conectivo laxo, pero son
muy abundantes en el cartílago, donde
han sido bien estudiados.
El dermatansulfato es una sustancia
muy relacionada con los condroit insul-
fatos.
El queratansulfato se aísla de la córnea,
del cartílago y del tejido óseo.
El heparansulfato se encuentra en la
aorta, el hígado y los pulmones. La hepa-
rina. oroducto de secreción de los masto-
citos álmacenado en los gránulos (véase
más adelante), también es una glucosami-
na y posee una estructura química muy si-
milar a la del heparansulfato.
204 TEJIDO CONECTIVO
b. Agregado de proteoglucanos
La composición de los proteoglucanos
varía de un teiido a otro. Sobre la base de
investigaciones realizadas en los proteo-
glucanos del cartílago se considera que es-
tas grandes moléculas poseen las siguien-
tes características: Ias cadenas de los glu-
cosaminoglucanos condroitinsulfato y
queratansulfato están unidos por enlaces
covalentes a una "columna vertebral noli-
peptÍdica" o núcleo proteico, y cada nú-
cleo proteico -con sus cadenas de gluco-
saminoglucanos adosadas- forma el pro-
teoglucano (fig. B-11a). La longitud de la
columna vertebral polipeptídica del pro-
teoglucano es variable, por Io que también
varía la cantidad de moléculas de con-
droitinsulfato y queratansulfato unidas
covalentemente; esto condiciona la varia-
ción del peso molecular de los proteoglu-
canos. A continuación, los proteogluca-
Querat¿
Proteínr
Zona dt
Condro
Hialuror
Proteíni
Querat¿
Condro
Proteíni
Proteog
F i g . 8 - 1 1 . D i b
mático que mu
estructura prc
para un prote<
y b, un agrege
proteoglucanr
(Según Rosen
a. Proteoglucano
C A P I T L
nos pueden formar agregados de proteo-
glucáno, en los cuales las moléculas de
proteoglucano están unidas por enlaces
no covalentes, a través de uno de los ex-
tremos del núcleo proteico, con un largo
filamento de hialuronano, lo que le con-
fiere un aspecto semejante a un cepillo
l impiabotel las (f ig. B-11b). Las moléculas
de proteoglucano se unen al filamento de
hialuronano frente a una región cercana a
uno de los extremos del núcleo proteico,
y en una proteína ligadora adicional.
Los agregados de proteoglucano son
muy grandes, con pesos moleculares de
hasta 200 mil lones. EI hialuronano repre-
senta sólo alrededor del 1%.
En los teiidos conectivos, todos los tipos
de GAG, salvo el hialuronano, están uni-
dos a una columna vertebral polipeptídica
baio la forma de moléculas de proteogiuca-
no. En la matriz amorfa viva de los tejidos
conectivos, los proteoglucanos y el hialu-
ronano conforman una estructura espacio-
sa, que ocupa un volumen de di¿ímetro
aproximado 0,5 ¡rm, denominado dominio'
Los dominios se superponen y forman un
reticulado tridimensional bastante cohe-
rente. Los espacios entre las cadenas de
moléculas arrólladas, dentro de cada domi-
nio están ocupadas por agua que contiene
iones disueltos y moléculas pequeñas,
mientras que las moléculas de mavor tama-
ño, como las proteínas, quedan excluidas.
Los proteoglucanos son grandes aniones
polivalentes, cuya c¿Irga negativa se debe a
grupos carboxilo y sulfato en las unidades
repetidas de disacáridos. Las cargas negati-
vas fiian cationes, por eiemplo Na*, K* y
Ca**, pero también gran cantidad de agua
en los espacios de cada dominio.
La capacidad de coloración de los glu-
cosaminogluconos está determinada por la
composición química. Debido a su carácter
de polianiones, todos los glucosaminoglu-
canos Dresentan tinción metacromótica
con colórantes como el azul de toluidina y
el azul de metileno (véase también cap. 2,
pág. a0). Los glucosaminoglucanos sulfata-
dos poseen acidez suficiente para teñirse
con hematoxilina, lo que no vale para el
hialuronano. Como se vio antes. Ios proteo-
glucanos se extraen durante la preparación
de los cortes histológicos comunes, pero en
el cartílago se colorea de azul intenso con
hematoxilina el elevado contenido de con-
droitinsulfato de la matriz amorfa, e inten-
samente metacromático con azul de tolui-
dina (véase cap.2, pág. 0). En cortes con-
gelados los GAG se tiñen con azul Aician,
incluso en teiido conectivo común.
Ni los proteog)ucanos ni los GAG se ti-
ñen con Ia rcacción de PAS, debido a que
la oxidación con ácido peryódico en el
método de PAS dura demasiado Poco
tiempo como para transformar los grupos
glicol en aldehídos. Pero las glucoproteí-
nas sí se tiñen con el método de PAS.
La importancia biológica de Ia matriz
amorfa depende en parte de la cantidad de
agua que retienen los proteoglucanos y el
hialuronano, para conferirle las caracterís-
ticas de viscosidad y semifluidez. El agua
retenida en los dominios y en las hendidu-
ras que los separan actúa como medio de
difusión para sustancias de bajo peso mo-
lecular (gases, iones y moléculas peque-
ñas) que atraviesan con facilidad las redes
de los dominios y así utilizan la vía más
corta para ir desde los capilares hasta las
células y viceversa. Por el contrario, Ias
moléculas de mayor tamaño son excluidas
de los dominios, que actúan como filtro
molecular; las moléculas grandes están
obligadas a utilizar las hendiduras llenas
de líquido que se encuentran entre los do-
minios. La movilidad disminuida de las
grandes moléculas es importante pata im-
pedir la diseminación de microorganis'
mos invasores. Así se inmovilizan casi por
completo las bacterias con dimensiones de
alrededor de 0,5 x 1 pm. Ciertas bacterias
muy invasivas poseen Ia capacidad para
producir Ia enzima hialuronidasa, que
despolimeriza el hialuronano y permite la
diseminación de los microorganismos en
una infección. Por esto se denomina a la
hialuronidasa factor de dispersión.
La eran viscosidad del hialuronano tie-
ne imporiancia para Ia función \ubilcante
del líquido sinoviai de las articulaciones.
Esta función posiblemente también sea im-
portante en e1 te;ido conectivo, cuando se
mueven las fibras de colágeno ubicadas en
sentido longitudinal, muy cerca una de
otra, como ocurre en los tendones' Ade-
más, Ia viscosidad de los proteoglucanos y
del hialuronano contribuye a la elasticidad
y la resistencia a la compresión del teiido
conectivo laxo. La consistencia muy firme
de la matriz amorfa en el cartílago se debe
a interacciones entre los agregados de pro-
teoglucanos y el colágeno. Por otra parte, Ia
gran cantidad de agua retenida por ósmosis
induce Ia formación de una "presión osmó-
tica". Las fibras de colágeno del gel se ex-
panden e impiden que el cartÍlago aumen-
te de tamaño. Este mecanismo permite a la
articulación cartilaginosa tetomar su espe-
sor después de haber sido comprimida.
Glucoproteínas adhesivas
Como ya se vio en el capítulo 6, en el te-
iido conectivo se encuentran distintos tipos
de glucoproteínas adhesivas, cuya función,
entre otras, es la de contribuir al anclaje de
los epitelios a la matriz extracelular y de
formar parte de las Iáminas basales'
La fibronectina es una glucoproteína
que adopta diferentes formas, todas codi-C A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 205
Aminoácidos
Glucosami-
noglucanos
ficadas por el mismo gen ( los dist intos t i-
pos se originan por recortes alternativos
del mRNA). Se encuentra en la matriz ex-
tracelular como f ibri l las insolubles y, en
forma soluble, en la sangre y otros l íqui-
dos tisulares, además de una forma inter-
media, relacionada l ibremente con las
suoerf icies celulares. Cada molécula de
fib^ronectina se comDone de dos subuni-
dades unidas mediante enlaces disulfuro
y en cada subunidad hay varios domi-
nios globulares con sit ios de unión para
colágeno, heparina, fibrina (que intervie-
ne en Ia coagulación de Ia sangre, véase
cap. 10) y determinadas proteínas, los re-
ceptores de f ibronectina, en la superf icie
celular. La capacidad que posee Ia f ibro-
nectina para unirse a las superf icies celu-
lares (al receptor de f ibronectina, véase
también cap. 6, pág. 164) y al colágeno
de la matriz extracelular le permite rete-
ner cé lu las dent ro de la mat i i z ex t race lu -
Iar. Respecto a Ia coagulación sanguínea,
Ia fibronectina fija las plaquetas a la fi-
brina (véase cap. 10). La f ibronectina de
la sangre circulante es sintetizada por los
hepatocitos y las células endotel iales ( las
células que recubren la superficie inter-
na de los vasos). Correspondiente a Ia f i-
bronectina, en el cartílago se encuentra
una condronectina y en los huesos una
osteonectina.
La laminina es otra glucoproteína ad-
hesiva. Posee una estructura en forma de
cruz v contribuve a la unión de los demás
componentes dó la lámina basal, donde se
encuentra en su mayor parte (véase cap. 6,
pág. 169). La laminina posee sitios de
unión para colágeno tipo IV (que sólo se
encuentra en la lámina basal), para entac-
tina y receptores de superficie celular (del
tipo de Ias integrinas, como el receptor de
la fibronectina, véase cap. 6, pág. 164). Al
igual que la fibronectina, también existen
varias isoformas de laminina.
206 TEJIDO CONECTIVO
-;'. Moléculas de tropocolágeno
,:a:-:-:-:-1:-a-= M ¡crof i b ri I la de colágeno
La entactina forma parte de la lámina
basa l , como la lamin iná ; se c ree que une a
la laminina con el colágeno tipo IV.
La tenascina está compuesta por 6 subu-
nidades, que irradian desde un centro de
unión como los ejes de una rueda. La tenas-
cina sólo se encuentra en escasa cantidad
en individuos adultos, pero se cree que es
muy importante en teiidos embrionarios,
para la orientación de las migraciones celu-
lares y el crecimiento de los axones.
Biogénesis de los componentes
extracelulares
Las fibras de colágeno y reticulares se
forman por polimerización de moléculas
de tropocolágeno secretadas por los fibro-
blastos. Estudios radioautográficos con
prolina tritiada demuestran que la vía de
síntesis para el colágeno es la misma que
para otros productos de secreción ricos en
oroteínas. Los aminoácidos necesarios in-
gresu.r en la célula (fig. B-12) y se integran
a la síntesis de una cadena alfa. Tres cade-
nas alfa se enrollan Iuego en una espiral
triple, que forma el procolágeno, un pre-
cursor de la molécula de colágeno defini-
tiva. La hidroxiprolina y la hidroxilisina
se forman por hidroxilación de prolina y
lisina, una vez que estos aminoácidos se
incluyen en cadenas peptídicas, dado que
no existe RNA de transporte para esos
aminoácidos hidroxilados. Las moléculas
de procolágeno son más largas que las mo-
léculas de tropocolágeno, dado que tienen
una prolongación peptídica adicional a
cada extremo de Ia espiral triple, y las mo-
léculas intracelulares de procolágeno no
están en condiciones de polimerizarse a
fibras de colágeno, debido a estas prolon-
gaciones. Después de pasar por el aparato
de Golgi, las moléculas de tropocolágeno
son liberadas de la célula por exocitosis.
Justo después de la secreción se separan
Monosacáridos
Sulfato
F ig .8 -12 . D ib
mático de la b
de las fibras <
no y los gluc<
glucanos del
nectivo.
C A P í T T
I
las dos prolongaciones peptídicas termi-
nales de las moléculas de procolágeno,
por Io que se transforman en tropocoláge-
no. La escisión es catalizada por la enzima
proco lagenopept idasa. A par t i r de es te
momento, las moléculas de tropocoláge-
no, ahora extracelulares, se pueden poli-
merizar a microfibrillas con bandas trans-
versales. Los glucosaminoglucanos influ-
yen sobre la polimerización, al igual que
sobre la orientación y la disposición de
las fibras de colágeno, por lo que contri-
buyen a la conformación del tejido conec-
t ivo respectivo. En algunos tej idos, esta
influencia de los glucosaminoglucanos
sobre la organización de las microfibrillas
de colágeno tiene especial importancia,
por ejemplo en la córnea, donde las mi-
crofibrillas están organizadas en forma
precisa y equidistante, condición para la
transparencia de Ia córnea (véase con ma-
yor detal le en el cap. 24).
El colágeno es degradado por colagena'
sas. Por ejemplo, se produce una notable
degradación de colágeno en el útero des-
pués del parto, con el iminación del exce-
so de coiágeno sintet izado durante el em-
oarazo.
Por lo general, las f ibras elást icas son
formadas por las células de músculo l iso,
pero en lós tej idos que carecen de estas
células, la producción está a cargo de los
f ibroblastos. Ya se vieron antes los deta-
l les referidos a la biogénesis de las f ibras
elásticas,
El contenido de glucosaminoglucanos
de la matriz arnorfa también es secretado
por los f ibroblastos. La porción proteica
es sintetizada en el retículo endoplasmáti-
co, donde t iene lugar una glucosi lación l i -
gada a N, mientras que Ia mayor parte de
los hidratos de carbono se integran me-
diante glucosilación ligada a O en el com-
plejo de Golgi (véase además guitar apara-
to de Golgi en el cap. 3, pág.71.).
Células
En el teiido conectivo existen diversos
tipos ceiulares. Algunos de ellos son ex-
clusivos del tej ido conectivo, mientras
que otros son células sanguíneas, que
también pueden aparecer como compo-
nentes normales del tejido conectivo. A
continuación se verán en detalle los tipos
celulares especiales del tejido conectivo,
mientras oue sólo se estudiarán breve-
mente los demás, que se analizarán con
mavor detalle en el capítulo 10.
Todos los distintos tipos celulares del
te j ido conec t ivo se pueden d iv id i r en dos
categorías: las células frias, fibroblastos,
cé lul a s reticu]are s, c é Lul a s me s e nquimóti-
cas y adipocifos, y las células migrantes,
monocitos, macrófagos, células dendríti-
cas, linfocitos, células plasmóticas, gra'
nulocitos eosinófilos y neutrófilos y mos-
tocitos. La cantidad de los distintos tipos
de células migrantes es muy variable, da-
do que migran al teiido conectivo desde el
torrente sanguíneo en cantidades cam-
biantes, para intervenir en distintos tipos
de reacciones de defensa. Muchos de los
tipos celulares tienen vida media corta y
deben ser reemplazados mediante nuevas
migraciones deJde la sangre de células del
mismo t ipo o de estadios inmaduros.
Fibroblastos
La célula más frecuente en el tei ido co-
nectivo es el f ibroblasto, ia "verdadera cé-
lula del tei ido conectivo". En los cortes te-
ñidos con H-E se dist inguen como células
bastante grandes, aplanadas o ahusadas,
con f inas prolongaciones (f ig. B-1). El ci to-
plasma es eosinófi lo, pero a menudo tan
débilmente teñido que apenas se visualiza
en estos cottes. Por lo tanto, en general só-
lo se ve el núcleo oval, a veces algo acha-
tado, que contiene 1-2 nucléolos y escasa
cromatina muy granulada (f ig. B-13).
Con el microscopio electrónico se obser-
va escaso RER y un pequeño aparato de
Golgi. Estos fibroblastos no son activos y
también se denominan fibrocitos (fig. B-14).
Si se los estimula, por ejemplo, por cicatr i-
zación de heridas, el citoplasma aumenta
en cantidad, se hace más basófilo y, con el
microscopio electrónico se distinguen mu-
chas cisternas de RER y un complejo de
Golgi bien desarrollado. El fibroblasto ad-
Fig. 8-13. Fotomicrografía de fibroblastos en
el tejido conectivo denso de la glándula mama-
ria.Sólo se visualizan los núcleos, rodeados de
haces densos de fibras de colágeno. Corte co-
loreado con hematoxilina-eosina. x440.
Fibroblastos Haces de f ibras de colágeno
C A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 207
cionadas con la red de las fibras reticula-
res. Las células reticulares tienen forma
semejante a una estrella y forman una red
celular (fig. 8-151. Los núcleos son gran-
des, ovales y claros, y el citoplasma es
abundante y algo basófilo. Las células re-
ticulares se asemejan a los fibroblastos y
posiblemente sean un tipo de ellos. Su
función principal consiste en producir las
fibras reticulares (véase con más detalle
en e l cap. 16J.
Células mesenquimáticas
En el feto se forman fibroblastos y adi-
pocitos por diferenciación de las células
emb¡ionarias del mesénquima (fig. B-16).
El mesénquima es el telido primitivo del
feto que deriva del mesodermo y que con-
tiene células poco diferenciadas, denomi-
nadas células mesenquimáticas. Sinteti-
zan malríz extracelular en el feto del mis-
mo modo que los fibroblastos lo hacen du-
rante el resto de la vida, y se diferencian a
fibroblastos. Las células del teiido conec-
t ivo que no se desarro l lan a par t i r de célu-
Ias mesenquimáticas migran al tejido co-
nectivo desde la médula ósea v el teiido
Iinfoide.
De acuerdo con la opinión de Ia mayo-
ría de los autores, también después del
nacimiento existe un pool de células me-
senquimáticas que permanecen relativa-
mente indiferenciadas durante toda la vi-
da. Son más pequeñas que los fibroblas-
tos, pero son difíci les de distinguir de
ellos en los cortes histológicos. Se caracte-
Fig. 8-14. lmagen captada con microscopio
electrónico de un fibroblasto en el tejido co-
nectivo denso de la dermis x10.000. (Cedida
por F. Bierr ing.)
quiere entonces el aspecto de una célula
glandular activa, ocupada en la síntesis y la
secreción de comoonentes extracelula¡es.
La estimulación también ouede inducir la
prol i feración de los f ibroblastos, con divi-
siones mitóticas, y es mediada por un factor
de crecimiento denominado FGF (ing.f-
broblast growth factor, factor de crecimien-
to de fibroblastos). El FGF es secretado por
los macrófagos, entre otros, y se une a re-
ceptores de superficie específicos sobre los
fibroblastos, para ejercer un poderoso efec-
to mitógeno. En los casos de cicatrización,
algunos fibroblastos incluyen miofibrillas y
se denominan entonces miofibroblastos,
dado que adquieren cierta similitud con las
células musculares. Algunas evidencias su-
gieren que los miofibroblastos están en con-
diciones de contraerse y así desempeñar un
papel en Ia contracción de Ia herida. Tam-
bién producen componentes de la matriz.
Células reticulares
Estas células se encuentran en el tejido
y los órganos linfoides, donde están rela-
2OB TEJIDO CONECTIVO
Fig .8-15 . D ibu
mático de célul
lares. Las célul
un reticulado cc
rodea la red de
cutares.
C A P i T U
Células Mesénquima
F¡9.8-16. Fotomicrografía de un mesénquima
en un feto humano. Las células mesenquimá-
ticas presentan delgadas prolongaciones y for-
man un retículo celular bastante comoacto. Tin-
ción con hematoxi l ina-eosina. x275.
r izan por estar alrededor de los vasos, por
lo que se denominan células perivascula-
res. Como son capaces de diferenciarse a
células de mírsc;ulo l iso con formación de
vasos sanguíneos , por e jemplo en casos de
c i c a t r i z a c i ó n . s e p i e n s a q r r e a l g r r n a s d e e s -
tas células perivasculares trenen caracte-
r i s t i c a s m e s e n q r r i m á l i r : a s . r : o n e s p e t . i a l
desarrol lo potencial.
Adipocitos
Son células f i jas del tei ido conectivo la-
xo, cuya función es Ia de almacenar l ípi-
dos. Los adipocitos son células muy gran-
des, redondeadas, con un reborde muy f1-
no de citoplasma que rodea una gran gota
de l ípidos almacenadas. El núcleo está
muy áchatado y se ubica en una zona en-
ff::^O^ 
del reborde periférico de citoplas-
En los cortes histológicos comunes, las
gotas de l ípido se disuelven por la acción
de los alcoholes y, en especial, el xi leno,
por lo que en estos preparados sólo se dis-
tingue un delgado reborde de citoplasma
que contiene el nÍrcleo en Ia zona engrosa-
da (f ig. B-1), 1o cual les ha val ido la deno-
minación de células en anillo de sello. Es
posible preservar las grasas por fijación
con tetróxido de osmio (f ig. B-17) o me-
diante cortes congelados fijados con for-
malina y luego coloreados con colorantes
Sudán, por ejemplo (f ig. 2-30, pá9. a2).
Cada adipocito está rodeado por una fi-
na red de células reticulares. Las células
adiposas pueden estar aisladas pero es
más flecuente que se encuentren en gru-
pos reducidos, en especial cerca de vasos
Fig.8-17. Fotomicrografía de adipocitos, en
los cuales se ha preservado el l ípido mediante
fijación y tinción con tetróxido de osmio.
x1 65
pequeños. En algunos casos los adipocitos
son el componente principai del tej ido,
que pasa a denominarse tej ido adiposo
(véase con más detal le en el cap 9)
Nunca se ha demostrado que los adipo-
citos sufran división rnitót ica, y se cree
q u e l o s a d i p o c i t o s u u e v o s s e o r i g i n a n a
par t i r de d i fe renc iac ión de cé lu las más
prin.r i t i r .as. los preadipocitos, que persis-
ten después de l nar ; im ien to (véase cap. 9 ) .
Monocitos y macrófagos
Los monocitos son capaces de diferen-
ciarse a macrófagos, por lo que se verán
ambos t ioos ceiulares iuntos.
Los mbnocitos se desarrollan en la mé-
dula ósea y se l iberan a la sangre, donde
representan alrededor del 5% de los leu-
cocitos (véase con mayor detal le en el cap.
10). El pool de reserva de la médula ósea
es relat ivamente pequeño, en especial si
se 1o compara con eI pool de reserva de
los granulocitos neutróf i los que, junto con
los macrófagos representan los "fagocitos
profesionales" del organismo. Después de
alrededor de 24 horas de permanecer en el
torrente sanguíneo, los monocitos lo
abandonan y atraviesan el endotelio de
los capi lares o las vénulas poscapilares
hacia el tej ido conectivo, donde se dife-
rencian rápidamente a macrófagos. Por lo
tanto, en condiciones normales se en-
cuentran en escaso número en el teiido
conectivo, donde se visual izan como cé-
Iulas con un diámetro de L2-L5 um. forma
de haba o de herradura y un núcleo excén-
trico. El citoplasma contiene gránulos que
son l isosomas primarios (véase f ig. 10-9).
mesenquimáticas
;
B
Adipocitos
C A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 209
+ l ' t .
,4
á
¡
:7&,.
:t
r { ' i ? '
. , r .
Fig .8-18 . lma,
macrófago del
nectivo laxo ca
microscopio el(
Se observan nr
lisosomas y fag
(l isosomas sec
en el citoplasm
(Cedida por S.t
man. )'o6\
a
:"9:f
' 1 "
Con Ia diferenciación a macrófago, el
monocito aumenta notablemente de ta-
maño. Incrementa el tamaño del aparato
de Golgi y también la cantidad de l isoso-
mas primarios. AI mismo t iempo, las cé-
lulas adquieren gran capacidad de fago-
c i tos is .
Los macrófagos desempeñan un papel
mr,ry importante en el sistema qne prepa-
ra las defensas del organismo contra par-
tículas extrañas invasoras. en esoecial
m i c r o o r g a n i s m o s . S e o r i g i n a n a p a r l i r d e
los monocitos, por 1o que de este modo
tiene lusar nna transformación continua
de tamaño bastante constante de los ma-
crófagos, que rr iven unos 2 meses. En con-
diciones normales, es decir, ausencia de
inf lamación en el organismo (véase más
adelante), están en un estadio de reposo
relat ivo, por lo que se encuentran como
macrófagos fijos o macrófagos libres, que
frente a una inflamación o una reacción
inmune se estimulan a macrófagos acti-
vados.
Los macrófagos fijos son células ahusa-
das o con forma de estrella. oue se extien-
den a lo la rgo de las f ib ras-de co lágeno
(f ig. B-1), a las que posiblemente se unen
por adhesión. Pueden ser tan numerosos
como los fibroblastos a los oue se suelen
parecer . S in embargo. los núCleos son a lgo
más pequeños y oscuros, con mayor canti-
dad de cromatinacondensada. Por lo ee-
neral. la mayorÍa de los macrófagos son f i-
jos o inmóviles. También se pueden en-
210 TEJIDO CONECTIVO
1..
contrar como macrófagos libres, que son
células grandes más redondeadas, con un
diámetro de 15-20 ¡rm. Los macrófagos l i -
bres t ienen movil idad activa y migran con
movimientos ameboides dentro del tei ido
conectivo. El patrón de movimiento apa-
rentemente aleatorio de los macróf'agos
puede ser dir igido hacia determinada zo-
na, donde por ejemplo ha ingresado un
microorsanismo infeccioso. Esta atracción
se denomina quimiotaxis (gr. foksis, or-
den) y puede ser desencaclenado por nu-
merosas sustancias relacionadas con la in-
f lamación o con ia activación de los ma-
crófagos (véase más adelante).
EI citoolasma más abundante de los
macrófagós libres contiene mayor canti-
dad de vacuolas y gránulos; con el micros-
copio electrónico se distinguen numero-
sos l isosomas y cuerpos residuales (f ig. B-
1B). Esto se debe a Ia gran tendencia fago-
cítica de los macrófagos, con captación de
partículas compactas por endocitosis
(véase también I isosomas y endocitosis en
el cap. 3, pág. 75),La capacidad de fagoci-
tosis se puede demostrar mediante la in-
yección de, por ejemplo, carmín de l i t io
en un animal de experimentación vivo,
tras lo cual los macrófagos fagocitan las
partíctr las de colorante (f íg. 2-12). De este
modo se distinsuen con certeza los ma-
crófasos de los fibroblastos.
Loi macrófagos libres y fijos no activa-
dos antes descritos también se denominan
macrófagos residentes y representan un
.t_'!
' { ,!3-' t I
.t.:;i;
Fagosornas LISOSOMAS
C A P I T L
Partículas de carbón
ao
' 
* 8 . ¡
I
. a . -
Fig.8-19. Fotomicrografía de macrófagos de
un nódulo l infát ico bronquial. Se observa que
los macrófagos están llenos de partículas de
carbón fagocitadas Tinción con hematoxil¡na-
eosina. x540.
grupo heterogéneo que aparece en distin-
tos tej idos con aspecto y función varia-
bles. como adaptación a la local ización
individual (en oiasiones recibieron deno-
minaciones diferentes por razones históri-
cas). Este t ipo de macrófagos consti tut ivos
presentes se encuentran en casi todos los
órganos de Ia economía. pero son espe-
cialmente numerosos cerca de las poten-
ciales puertas de entrada de microorganis-
mos invasores, donde constituyen parte
de Ia primera línea defensiva del organis-
mo contra cualquier agente. Son los ma-
crófagos fijos y libres de la piel y las mu-
cosas (se observa una cantidad muy abun-
dante en la mucosa intestinal) además de
los numerosos macrófagos del bazo, los
nódulos Iinfáticos y la médula ósea. Algu-
nos macrófagos recibieron denominacio-
nes especiales, como las células de Kupf-
fer en el hígado, los macrófagos alveola-
res en los pulmones y la microglia en el
sistema nervioso central. Estas células tie-
nen en común el origen monocítico, la
gran capacidad de fagocitosis y la presen-
cia de determinados receptores o marca-
dores de superficie, entre ellos, receptores
Fc, que fijan las moléculas de anticuerpo
del tipo IgG y los receptores del comple-
mento para C3 (se verán anticuerpos y sis-
tema del complemento más adelante y en
el cap. 16). Por otra parte, expresan todas
las moléculas clase II del CMH (ing. HCM,
maior histocompatibility complex, com-
plejo mayor de histocompatibilidad) en la
superficie celular, como parte de la fun-
ción como células presentadoras de antí-
geno (véase CMH con mayor detalle en el
cap. 16). Los osteoclastos de los huesos
están muy relacionados con los macrófa-
gos, pero carecen de varios de los marca-
dores de superficie y posiblemente repre-
senten una línea celular independiente
(véase os teoc las tos en e l cap . fz ) .
Iunto con los monocitos, todas estas cé-
lulas componen el sistema fagocítico mo-
nonuclear. La denominación mononu-
clear se utiliza para diferenciar este grupo
de los granulocitos neutrófiios, que po-
seen un núcleo dividido en lóbulos y que
en un principio se denominaban "polinu-
cleares". Al igual que ios macrófagos, Ios
granulocitos neutrófilos poseen gran ca-
pacidad fagocítica y se designan, junto
con los macrófagos, "fagocitos profesio-
nales", a diferencia de casi todas las de-
más células del organismo que no tienen
capacidad de fagocitosis, por lo que no
desempeñan ningún papel en la defensa
directa de los microorganismos mediante
ese mecanismo.
Los macrófagos residentes de las distin-
tas localizaciones funcionan como una es-
oecie de "células recolectoras de resi-
duos", que fagocitan activamente mi-
croorganismos, células dañadas o muer-
tas, restos celulares y partículas extrañas
inanimadas. En especial los macrófagos, a
diferencia de los granulocitos neutróf i los,
t ienen capacidad para fagocitar partículas
grandes, incluso protozoarios enteros. Los
macrófagos de los pr,rimones fagocitan así
las oartículas de carbón del humo inhala-
do [f lg. B-19), mientras que los de los nó-
dulos linfáticos eliminan las partículas
transportadas por la l infa. En ei higado y
el bazo los macrófagos eliminan las partí-
culas transportadas por Ia sangre, entre
ellas bacterias que ingresaron por el tracto
digestivo; pero los macrófagos t ienen
aquÍ, además, una función especial, sobre
todo en el bazo, al fagocitar los eritrocitos
"viejos" o dañados, por lo que se almace-
na el hierro para ser reutilizado (véase con
mayor detal le en los caps. 10 y 16). La fa-
gocitosis de las partículas, por ejemplo
bacterias, se acelera notablemente si éstas
han sido sometidas antes a opsonización.
es decir. si han sido recubierfas por molé-
culas de anticuerpo o con el complemen-
to (en especial C3), como se vio bajo l iso-
somas en el capítulo 3 (páS. 7B), dado que
las moléculas de anticuerpo o el C3 des-
pués se f i ian a los recepto ies Fc o C3, res-
pectivamente, sobre la superficie de los
macrófagos. IJna vez concluida Ia fagoci-
tosis se fusiona el fagosoma formado con
Ios lisosomas primarios, que en los ma-
crófagos contienen hidrolasas ácidas, pe-
róxido de hidrógeno, radicales libres, pe-
roxidasa y lisozima (enzima capaz de de-
gradar las paredes celulares de las bacte-
rias). En conjunto, estos componentes de-
C A P í T U t O TEJIDO CONECTIVO 211
gradan el material captado y por lo gene-
ral matan las bacterias. Por último se eli-
mina el material no antigénico (que suele
ser la mayor parte del producto de degra-
dación) por exocitosis hacia el espacio ex-
tracelular, mientras que el material antigé-
nico se adosa a moléculas clase II del
CMH para ingresar al mecanismo de pre-
sentación del antígeno a la superficie ce-
Iular (véase con más detalle más adelante
y en el cap. 16).
Si bien la actividad fagocítica de los
macrófagos constitutivos presentes es re-
lativamente inespecífica y primitiva, es
una parte muy importante de la inmuni-
dad inespecífica congénita; a esto se suma
que, al actuar como células presentadoras
de antígeno, los macrófagos tienen capaci-
dad para activar los linfocitos T helper y
así desencadenar una respuesta inmune
específica (véase con mayor detalle en el
cap. 16, sobre inmunidades específ ica e
inespecíf ica). De este modo se l iberan una
serie de estímulos oue conducen a la
transformación de los macrófagos residen-
tes en macrófagos activados y el recluta-
miento simultáneo de monocitos desde el
torrente sanguíneo, que después de la di-
ferenciación a macrófagos también se acti-
van. En consecuencia, esto causa un nota-
ble aumento de Ia cantidad de macrófagos
activados en Ia zona afectada.
Se activan los macrófagos como se vio
antes, a menudo relacionados con una res-
puesta inmune, pero también se pueden
activar debido al ingreso de partículas ex-
trañas y a la inflamación desencadenada
por el daño tisular sjn una reacción inmu-
ne ya iniciada. Durante la activación au-
menta el tamaño de los macrófagos y crece
notablemente la cantidad de lisosomas.
Entre los estímulos que activan Los ma-
crófagos se pueden nombrar la fagocitosis
(que actúa como primer estímulo), com-
ponentes de Ia pared celular bacteriana,mediadores de la inf lamación como la in-
terleuquina-4 y, uno de los estímulos más
potentes, el interferón gamma secretado
por linfocitos T helper activados. La inter-
leuquina-4 y el interferón gamma son
ejemplos de las sustancias denominadas
citoquinas, un grupo de proteínas regula-
doras de bajo peso molecular, secretadas
por linfocitos, monocitos y macrófagos,
entre otros, que actúan como moléculas
señal, en especial en relación con las reac-
ciones inflamatorias. El subgrupo más
grande de citoquinas comprende las inter-
leuquinas, denominadas así por su papel
en la comunicación celular mediada nor
leucoc i tos . Se conocen 18 , des ignadas in -
terleuquina-1 (L-1) hasta interleuquina-
18 (IL-18). Otras citoquinas importantes
son los interferones (IFN alfa, beta y gam-
ma) y los factores de necrosis tumoral
212 TEJIDO CONECTIVO
(TNF alfa y beta). Las citoquinas son muy
potentes, incluso en concentraciones muy
pequeñas y actúan especialmente como
mediadores locales, ya sea en forma auto-
crina o paracrina (véase también cap. 7,
pág. 1Ba), si bien también pueden actuar
como hormonas verdaderas a través del
torrente sanguíneo, por ejemplo, median-
te la producción de fiebre, al actuar sobre
el centro regulador de la temperatura en el
hipotálamo. En consecuencia, no está
bien definido el límite entre citoquinas,
factores de crecimiento y hormonas ver-
daderas, pero los dos últimos no se suelen
incluir entre las citoquinas. Al igual que
todas las moléculas señal, las citoquinas
actúan sobre sus células blanco mediante
la activación de receptores específicos pa-
ra la citoquina en cuestión (para las cito-
quinas siempre son receptores de superfi-
cie). Las principales células productoras
de citoquinas son los macrófagos y los lin-
focitos T helper, por lo que las citoquinas
intervienen en las reacciones inflamato-
rias e inmunes.
La activación de los macrófagos condu-
ce a mayor actividad fagocítica con mayor
expresión de los receptores Fc simultánea
en la superficie celular. Además, aumenta
la capacidad de los macrófagos activados
para desfrurr m ic roorgo n i sm o s.
Células dendríticas
Las células dendríticas reDresentan un
grupo celu lar muy re lac ionado con los
monocitos y los macrófagos, pero que
hasta ahora parecen constituir una línea
celular independiente. Se ha demostra-
do que tienen un origen común en una
célula madre de la médula ósea, que no
se ha identif icado con certeza, por lo que
tamDoco se ha aclarado si es idéntica a
la d-e la línea monocítica o si es una lí-
nea de diferenciación independiente
(véase con más detalle en el cap. 14).
Son las más importantes cé1u1as presen-
tadoras de antígenos que incluyen, ade-
más de las células dendríticas, a los ma-
crófagos y los linfocitos B, denominados
en conjunto "células presentadoras de
antígenos profesionales". Todas las cé-
lulas presentadoras de antígeno tienen
en común la expresión de moléculas cla-
se II del CMH, ademós de la molécula
coestimuladoro 87, en su superficie. És-
ta es una condición para la capacidad de
presentar el antígeno, dado que éste últ i-
mo. durante la presentación está unido a
un surco de Ia molécula clase II del CMH
orientado hacia el medio (véase con ma-
yor detalle en el cap. 16). Los macrófa-
gos captan el material antigénico por fa-
gocitosis, mientras que las células den-
dríticas lo hacen por pinocitosis y los
C A P i T I
Funciones de los macrófagos activados
Durante la fagocitosis, los macrófa-
gos sufren el denominado "estall ido
respiratorio" (ing. bursf, estall ido, ex-
plosión). Esto produce aniones superó-
xido y otras sustancias fuertemente
oxidantes, muy tóxicos para los mi-
croorganismos, y oxido nitroso (NO),
con efecto similar. Además de estos
mecanismos dependientes de oxígeno
relacionados con el estall ido respirato-
rio, Ios l isosomas de Ios macrófagos ac-
tivados contienen componentes inde-
pendientes de oxígeno, entre ellos l iso-
zima y ciertos péptidos citotóxicos de-
nominados defensinas, capaces de des-
truir distintos tipos de bacterias. Los
macrófagos activados también presen-
t-an aumento de Ia secreción de media-
dores de Ia inflamación y aumento de
Ia expresión de moléculas clase II del
CMH, lo cual incrementa la capacidad
de presentar antígenos y activar linfo-
citos T helper adicionales. Esta acción
se complementa con Ia secreción de in-
terleuquina-l (los macrófagos son los
pr inc ipales productores de IL-1) , e l
coestimulador necesario para la activa-
ción de los l infocitos T helper. La in-
terleuquina-l actúa junto con el factor
de necrosis tumoral alfa (también se-
cretado por los macrófagos activados),
otro de los mediadores de Ia inflama-
ción antes mencionados, dado que en-
tre sus acciones figura el incremento
de Ia permeabil idad de los capilares y
de las vénulas poscapilares, y estimula
el endotelio para que aumente la ex-
presión de las moléculas de adhesión.
Ambos efectos favorecen el recluta-
miento de células, sobre todo monoci-
tos y granulocitos neutrófi los (se verá
inflamación más adelante). Además, la
interleuquina-1 tiene efecto quimiotác-
tico sobre los macrófagos y los granu-
locitos neutrófi los, lo cual estimula
aun más su reclutamiento.
Los macrófagos activados también
secrctan sustancias citotóxicas (dado
que liberan el contenido de los l isoso-
mas primarios por exocitosis), que
contribuyen a eliminar numerosos mi-
croorganismos y bacterias intracelula-
res. En la mayor parte de las infeccio-
nes bacterianas, los microorganismos
se localizan por fuera de la célula, pe-
ro en determinadas infecciones, por
ejemplo, la tuberculosis, son intracelu-
lares, por lo que no son inaccesibles
oara los mecanismos destructivos de
ios anticuerpos. En estos casos, las cé-
lulas infectadas con su contenido de
bacterias son combatidas por una reac-
ción inmune celular mediada por un
tipo especial de l infocitos T (l infocitos
de h ipersensib i l idad retardada, un
subgrupo de los l infocitos T helper) o
por Ios l infocitos Tc (l infocitos T cito-
tóxoicos). Estos últimos secretan cito-
quinas que atraen gran número de mo-
nocitos y macrófagos activados, por lo
cual se acumulan macrófagos activa-
dos en el sit io de la inflamación. Los
macrófagos contribuyen con la secre-
ción de sustancias citotóxicas que des-
truyen las células infectadas y su con-
tenido bacteriano. Este tipo de infla-
mación se denomina también hiper-
sensibil idad retardada (de allí la de-
nominación de Ios Iinfocitos), dado
que pueden transcurrir varios dÍas an-
tes que se evidencie Ia reacción y que
Ia reacción presupone una exposición
previa al antígeno y la aparición de
sensibil idad (hipersensibil idad). Aun-
que en principio Ia reacción es un me-
canismo de defensa importante, puede
causar notable destrucción tisular (co-
mo se ve en los pulmones en Ia tuber-
culosis), en especial si Ia reacción evo-
Iuciona a inflamación crónica,lo cual
no es raro. En este caso se mantiene la
reacción como consecuencia de la esti-
mulación constante por el antígeno,
que dura meses o incluso años. Se de-
be a la permanencia de bacterias, que
no son eliminadas; una caracterÍstica
de este tipo de bacterias es la dif icul-
tad para degradarlas después de Ia fa-
gocitosis. A menudo se observan cú-
mulos de macrófagos y l infocitos, por
ejemplo, bajo la forma de granulomas,
y los macrófagos suelen adoptar un as-
pecto similar a un epitelio, por lo que
se denominan células epitelioides; t ie-
nen escasa capacidad fagocítica pero
un aparato secretor muy desarrollado,
si bien no se ha caracterizado bien eI
producto de secreción. Las células epi-
telioides se fusionan para formar célu-
las gigantes, que contienen numerosos
núcleos; secretan abundante cantidad
de enzimas hidrolít icas que causan ne-
crosis y daño tisular manifiesto.
C A P í T U t O TEJIDO CONECTIVO 213
l infocitos B por endocitosis mediada por
receDtor. Las células dendríticas son
más efectivas en la presentación del an-
tígéno, dado que ef su constitución (es
decir, permanentemente) expresan las
moléculas clase II del CMHy 87 en sus
superficies, mientras que los macrófagos
primero deben ser activados por fagoci-
tosis para adquirir la capacidad de ser
efectivas células presentadoras de antí-
geno. Al igual que las células dendríti-
cas, Ios l infocitos B expresan por su
constitución las moléculas clase II del
CMH, pero primero deben ser activadas,
antes de exDresar el 87. Varios otros ti-
pos celulares (p. ej., células endoteliales,
células epiteliales y fibroblastos), deno-
minados células presentadoras de antí-
geno no profesionales pueden ser esti-
mulados, en condiciones relacionadas
con una reacción inflamatoria, durante
un periodo corto para expresar las molé-
culas clase II del CMH y 87 y así poder
presentar un antígeno. Las moléculas
clase lI del CMH sólo se expresan en las
células presentadoros de oitígeno. Por el
contrario, casi todas las células nuclea-
das exoresan moléculas clase I del CMH
en su superficie (véase cap. 16).
Las células dendríticas incluven tipos
Iinfoides y no l infoides.
Las células dendríticas no linfoides
están representadas por las células de
Langerhans en Ia epidermis cutánea
(véase con mayor detalle en el cap. 17) y
Ias células dendríticas intersticiales,
que se encuentran en el tejido conectivo
de varios órganos, por ejemplo, el tracto
digestivo, los pulmones y Ios riñones.
Con sus largas prolongaciones, Ias célu-
las dendríticas no l infoides son esoecial-
mente efectivas para captar antíg-enos e
incluirlos en el citoplasma, tras Io cual
se desplazan a los capilares l infáticos
para l legar a través de la l infa a los gan-
glios l infáticos regionales donde presen-
tan el antígeno a los l infocitos T residen-
tes allí. En ocasiones también nueden
pasar a l lor renle sanguíneo. Una vez in i -
ciada la migración, las células dendríti-
cas no l infoides cambian su asoecto v
aparecen como "célu las veladai" ( ing.
veil, velo) dado que arrastran tras de sí
una cola en forma de velo.
Las céluLas dendríticas linfoides in-
cluyen las células dendríticas interdigi-
tantes del t imo y de las zonas depen-
dientes del t imo dentro del bazo y los
nódulos l infáticos, y las células dendrí-
ticas foliculares de las zonas denendien-
tes de la médula ósea les deci r . 'nódulos
o folículos l infáticos) de los ganglios l in-
fáticos v el bazo. Tunto con los l infocitos
T, Ias células dendríticas interdigitantes
forman grandes agregados que facilitan
214 TEJIDO CONECTIVO
w
la presentación del antígeno por los l in-
focitos T. Las células dendríticas folicu-
1a¡es se diferencian por no ser células
presentadoras de antígeno en el sentido
habitual, dado que no expresan molécu-
las clase lI del CMH en su superficie.
Además, se cree que t ienen un origen di-
ferente al de Ias demás células dendrít i-
cas. Son capaces de mantener complejos
antígeno-anticuerpo en su superf icie du-
rante periodos prolongados, incluso me-
ses o años. Esto se debe a que expresan
gran cantidad de receptores Fc en su su-
perf icie. Se cree que esta retención muy
prolongada de los compleios antígeno-
anticuerpo faci l i ta la act ivación de los
I infocitoi B y parece tener importancia
oara el desarrol lo de los l infocitos B me-
moria.
Se verá la presentación del antígeno
con más detal les en el capÍtulo 16.
Linfocitos
Los linfocitos son las células libres más
pequeñas del tejido conectivo, con un diá-
metro aproximado de 7 pm. El núcleo es
redondeado y muy basófilo, rodeado por
un angosto borde de citoplasma basófilo
(f ig. 10-10). Con el microscopio electróni-
co se observan numerosos ribosomas li-
bres, pero sólo escaso RER, un pequeño
aparato de Golgi y pocas mitocondrias
(f ig. 10-17). Los l infocitos t ienen movi-
miento activo, pero no son fagocitos. Se
encuentran en gran cantidad en los tejidos
linfoides (véase cap. 16) y en las mucosas
del tracto digestivo y de las vías aéreas,
pero son escasos en otros tej idos conecti-
vos. No obstante, su cantidad aumenta no-
tablemente en Ias reacciones inmunes, da-
do que los linfocitos tienen fundamental
importancia para }a respuesta inmune del
' 
t $ t ' ,
Fig.8-20. Fotr
f ía de células
cas en tejido c
xo de la lámin¿
intestino delga
coloreado con
na-eosina x1.
C A P I T I
Fig. 8-21. lmagen de una
célula plasmática de tej i-
do conectivo laxo, capta-
da con microscopio elec-
trónico Nótese el retículo
endoplasmático rugoso
muy desarrol lado
x1 1 500. (Cedida por S O
Bohman.)
Fig. 8-22. Fotomicrogra-
fía de tejido conect¡vo la-
xo de la lámina propia del
intest ino delgado. Entre
otros, se ven numerosos
granulocitos eosinóf i-
los. Tinción con hematoxi-
l ina-eosina x660.
\}:
r
'1"
r
tT'"q
orgonisnto. Se ha clernostraclo qlte los l in-
foc i tos de l te j ido coner ; t i vo son idént i r :os
a Ios l in foc i tos de la sangre . que se ve t 'án
e n l o s c a p í t u l o s l 0 r 1 6 . a l e s t L r d i a r e l ¡ t a -
pe l de los l in foc i tos en e l mecan ismo in -
mune de defensa.
Células plasmáticas
Por lo general son ovaladas y su diáme-
tro varía entre 10-20 ¡rm. El nÍrcleo redon-
do u oval t iene local ización excéntr ica y
contiene cÍrmulos gruesos de cromatina,
muy coloreados, ubicados sobre todo en
G ranulocitos eosinóf i los
la per i fe r ia c le l nL i r : leo . sobre la cara in te r -
na de l nur : leo lena ( f ig B-20) . Es tc pa t rón
de croncttinct sentejante a unct esfero tle
, . u l n i o c n e r r r t p r i c i i r n d ^ 1 . . , Á 1 " 1 . " ^ 1 . , . .¡ ( . i L / i ( . . r ¡ . 1 1 ¡ \ . u \ ¡ r l d > r . r l u t . l ) P l d ¡ -
mát icas . E l c i top lasma es abundante y se
co lo rea in tensamente basóf i lo . S in embar -
go , se obsen,a una pequeña zona pá l ida
cerca del núcleo, que r;ontiene el aparato
de Golgi [ imagen negativa del Golgi). Con
el microscopio electrónico se dist ingue
un RER mr:y desarrol lado y r-rn compleio
de Golgi grande (f ig. B-21). También se vi-
sual izan numerosos r ibosomas l ibres.
Las cél ir las plasmáticas se desplazan
lentamente y no t ienen actividad fagocÍ-
t i ca .
Las células plasmáticas se encuentran
en gran cantidad en el tej ido conectivo de
la lámina propia del tubo digestivo y en el
te j ido l in fo ide . La mavor par te de los de-
más tej idos conectivos contienen muy es-
t : a s a s c é l u l a s p l a s m á t i c a s . p e r o 1 a c a r t t i -
dad se incrementa notablemente en las in-
f lamaciones crónicas
Las cé l r r las p lasmát icas se Jormon por
diferenciación de i infocitos B, que se acti-
van en presencia de una reacción inmune.
Las célttlas plasmáticas sintetízon y secre-
ton anticuerpos, como se verá al estudiar
el aparato inmune y los órganos l infoides,
en e1 capítulo 16.
Granulocitos eosinófilos
Los granulocitos eosinófi los del tej ido
conectivo t ienen un nírcleo característ i-
t ,nt
. t á .
" 
. 
. r ld¿ . .
' r í*3
.)'.q#
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* .
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C A P I T U L O
-%
t iff$ Y'o
TEJIDO CONECTIVO 215
co, con dos lóbulos unidos por un fino
fi lamento. El citoplasma contiene grue-
sos gránulos refringentes que se colo-
rean con intensidad con colorantes áci-
dos, por e jemplo, la eosina ( f ig . B-22) .
Con el microscopio electrónico se obser-
va que los gránulos l imitados por mem-
brana contienen un cristal característico
(fig. 10-1a). Los gránulos contienen en-
zimas hidrolit icas y un tipo de l isoso-
mas. Los granulocitos eosinófi los po-
seen movil idad y actividad fagocítica
moderada.
Los granulocitos eosinófi los del tejido
conectivo humano son idénticos a los
Ieucocitos eosinófi los de Ia sangre que
pasan al tejido conectivo desde los capi-
lares sanguÍneos y las vénulas. Normal-
mente se encuentran en cantidades mo-
deradas en el tejido conectivo, pero son
abundantes en la lámina propia del tracto
digestivo y de las vías aéreas. En las pato-
logías alérgicas, por ejemplo fiebre de he-
no o asma, aumenta Ia cantidad en la san-
gre y en los tejidos, dado que los granulo-
citos eosinófi los están relacionados con
el fenómeno de la hipersensibilidad.
Además, su principal papel parece ser Ia
Iucha contra parásitos como las triquinas.
En este caso las células l iberan el conte-
nido de los gránulos, que atacan al pará-
sito.
Los sranulocitos eosinófilos se verán
con majror detalle en el capítulo 10.
Granulocitos neutrófilos
En condiciones normales, los granulo-
citos neutrófi los son muy escasos en el
tejido conectivo, pero frente a una reac-
ción inflamatoria se congregan en gran-
des cantidades, dado que migran hacia
la zona inflamada a través de las oaredes
de los capilares y de Ias vénulas posca-
pilares. Se visualizan como células gran-
des de 10-15 pm, con un núcleo dividi-
do en lóbulos (g-s lóbulos, de allí las de-
nominaciones de granulocitos "polimor-
fonucleares" o "polinucleares") unidos
entre sí mediante finas hebras de croma-
tina (véase fig. L0-6). El citoplasma con-
tiene numerosos gránulos, en parte grá-
nulos primarios grandes azurófi los (se
tiñen de rojo púrpura con colorantes
azurófi los (fr. lazur, lázul, un mineral
de color azul oscuro) y en parte peque-
ños gránulos secundarios o específicos,
de coloración suave que apenas se dis-
tinguen con el microscopio óptico como
pequeños copos. Los gránulos primarios
son una fo rma de l i sosomas p r imar ios ,
que contienen, entre otras, las enzimas
mieloperoxidasa, hidrolasas ácidas y l i-
sozima. Las gránulos específicos contie-
216 TEJIDO CONECTIVO
nen fosfatasa alcalina, lactoferrina, cola-
genasa y l isozima, entre otras.
Los granulocitos neutrófilos tienen mo-
vilidad activa y gran capacidad fagocítica,
dado que junto con los macrófagos repre-
sentan Ios "fagocitos profesionales" de la
economía. Son esoecialmente efectivos en
la fagocitosis de bacterias y su función
más importante es la defensa contra las
infecciones bacterianas. Al igual que Ios
macrófagos, posee receptores Fc y para el
componente C3 del complemento, por lo
que la capacidad fagocítica se incrementa
notablemente tras Ia previa opsonización
de las bacterias. Después de la fagocitosis,
Ias enzimas de los gránulos destruyen y
degradan las bacterias y se forma un fago-
soma. AI igual que los macrófagos, los gra-
nulocitos neutrófilos tienen capacidad pa-
ra producir el estallido respiratoúo de-
pendiente de oxÍgeno, con formación de
compuestos que, con la lactoferrina y la l i-
sozima, tienen gran poder bactericida (lat.
caedere, matar). Los granulocitos neutró-
filos también pueden liberar el contenido
de los gránulos por exocitosis, con el con-
secuente daño o destrucción de las bacte-
rias u otras células. En ocasiones este me-
canismo causa deterioro tisular patológico
e inflamación crónica, por ejemplo, en Ia
artriüs reumatoidea.
Los granulocitos neutrófilos se caracte-
rizan porque st depósito de grónulos pre-
fabricados es muy grande y son las prime-
ras células reclutadas en gran número por
una zona inflamada, donde ayudan a los
macrófagos residentes en la fase inicial de
la inflamación. Además, Ia médula ósea
contiene un gran pool de reserva de célu-
las maduras y casi maduras, de fácil mo-
vilización. Los granulocitos neutrófilos
circulan tan sólo 10 horas oor el torrente
sanguíneo y Iuego lo abandónan. Estudios
con marcadores radiactivos demostraron
que alrededor de la mitad de los granulo-
citos neutrófilos circulan libremente oor
Ia sangre y conforman el pool circulante,
mientras oue el resto se adhiere transito-
riamente ál endotelio, se "estaciona" por
fuera del torrente sanguíneo y conforma el
pool marginal. Ante eI reclutamiento de
las células hacia una zona de inflamación.
la adhesión se torna permanente, con el
consiguiente pasaje a través del epitelio
(véase con mayor detalle bajo el título In-
flamación).
A diferencia de los macrófagos, los gra-
nulocitos neutrófilos no pueden tegeneror
sus gránulos, dado que en el torrente san-
guÍneo se encuentran en el estadio final
de su desarrollo y viven tan sólo unos po-
cos días en el tejido conectivo; los macró-
fagos viven hasta 2 meses. Los granuloci-
tos neutrófilos muertos o sus restos son
eliminados por los macrófagos.
C A P í T
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Mastocitos
Fig. 8-23. Fotomicrografía de mastocitos en
tejido conectivo laxo de la glándula mamaria.
Tinción con hematoxi l ina-eosina x540.
Mastocitos
Estas células recibieron muy pronto el
nombre de mastocitos, porque el cito-
plasma está l leno de gránulos que, erró-
neamente, se creÍa que habían fagocitado
(al, mosf, bien nutrido). Son células gran-
des, a menudo ovales. EI núcleo es bas-
tante pequeño, redondeado y basófilo
(fig. B-23). A menudo está oculto por la
gran cantidad de gránulos citoplasmáticos,
solubles en fijadores acuosos, pero que
con los fijadores adecuados adquiere in-
tensa coloración con Ios colorantes bási-
cos. Con azul de toluidina los grónulos
son metacromóticos, dado que contienen
el glucosaminoglugano muy sulfatado he-
parina (fig. B-2a). Con el microscopio elec-
trónico se distingue un aparato de Golgi
bien desarrollado y gránulos limitados por
membrana con un interior heterogéneo.
Los mastocitos se forma¡ durañte la he-
mopoyesis en Ia médula ósea a partir de es-
tadios inmaduros que se liberan al torrente
sanguíneo cuando aún no están diferencia-
dos totalmente, y pasan al tejido conectivo,
donde comoletan la diferenciación. Los
mastocitos tienen mucJro s ountos de seme-
jonza con los gronulocitoi basólilos de Io
songre (véase con mayor detalle en el cap.
10), pero la mayoría de ios autores conside-
ra que pertenecen a una línea celular inde-
pendiente, aunque posiblemente un sub-
grupo de los granulocitos basófilos de la
sangre abandona el torrente sanguíneo_y se
diferencia a mastocitos en los teiidos. Estos
son siemore móviles v se encuentral en la
mayor patte de los tejidos conectivos, don-
Fig.8-24. Fotomicrografía de mastocitos de
tej ido conectivo de la lengua. El code fue colo-
reado con azul de toluidina y los mastocitos se
ven llenos de gránulos metacromáticos de color
rojo alilado Coñe incluido en pláastico epon
x660
de se concentran airededor de los vasos de
pequeño calibre. Se encuentran cantidades
especialmente importantes de mastocitos
en la piel y en las mucosas del tracto diges-
t ivo v las vías aéreas.
Los gránulos de los mastocitos contie-
nen varias sustancias que son importantes
mediadores relacionados con la inf lama-
ción y las reacciones inmunes, entre el las,
en los sránulos de los mastocitos huma-
nos hay niveles muy eievados de histami-
na y heparina, pero también de factor
quimiotáctico eosinófilo y factor quirnio-
táctico neutrófilo. Todas estas sustancias
preformadas se l iberan del mastocito por
exocitosis, ante una estimulación de la cé-
lula. La heparina (nombre que se debe a
que se demostró por primera vez en el hí-
gado, f iepor) es una sustancia con gran ac-
ción anticoagulante ( impide la coagula-
ción), mientras que Ia histamina t iene ac-
ción vasodilatadora, entre otras, y además
aumenta la oermeabilidad vascular. Mu-
chos estímulbs diferentes inducen al mas-
tocito a liberar el contenido de los gránu-
los, entre el los la acción de las anafi lato-
xinas C3a, C4a y C5a, que son componen-
tes del complemento, pero que aquí se
analizarán desde el punto de vista de la
estimulación que ejercen como alergenos.
Sobre la superficie de la membrana, los
mastocitos tienen abundante receptores Fc
para molécu las de an t icuerpo de i t ipo in -
munoglobulina E (IgE), a las que, en con-
secuencia puede fijar sobre su superficie
(las inmunogiobulinas, incluso la IgE son
producidas por las células plasmáticas en
re lac ión con ias reacc iones inmunes, co-
*,
Í
Mastocilos
C A P I T U L O TEJIDO CONECTIVO 217
mo se verá con mayor detalle en el cap.
16). La primera exposición a un alergeno
causa la producción de anticuerpos IgE
específicos por las células plasmáticas y
la posterior f i jación sobre la superficie de
los mastocitos, que así se sensibil izan.Es-
to no desencadena en sÍ ningún efecto, pe-
ro ante una nueva exposición del organis-
mo al alergeno (un alergeno es un antíge-
no fijado por los anticuerpos

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