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NeuRociRugíA / Basso1048 N er vi os plexiformes con detenimiento, tomando muestras de distintas regiones. Estos tumores están compuestos sobre todo por cé- lulas de Schwann y fibroblastos, además de un número bastante importante de células perineurales, endoteliales, pericitos, mastocitos, pero escasas células nerviosas o partes de dichas células. Desde la perspectiva de la evolución natural clínica se distinguen cuatro tipos de neurofibromas: Los neurofibromas cutáneos se forman dentro de la dermis y la epidermis, por lo que es posible mo- verlos junto con la piel. Los neurofibromas sésiles, en particular en los estadios iniciales, a menudo tienen un aspecto rojizo, azulado o violáceo. Los neurofibromas subcutáneos tienen ubicación profunda dentro de la dermis y la piel se mueve sobre ellos. Tienen forma esférica u ovoidea, son duros y pueden ser dolorosos. Los neurofibromas plexiformes nodulares están compuestos de una extensa red entrelazada de partes tumorales. Los neurofibromas plexiformes difusos contienen algunos elementos propios de los schwannomas o los neurofibromas cutáneos o subcutáneos. Presentan varias extensiones digitiformes que invaden extensa- mente los tejidos normales, de modo que es imposible resecarlos por completo. Afectan a los tejidos super- ficiales y a los profundos. La NF-1 difiere de la NF central, también denomi- nada NF tipo 2, en la que los afectados presentan una escasez relativa de signos cutáneos pero tienen una alta incidencia de meningiomas y neurinomas del VIII par craneal (que suelen ser bilaterales). La NF-1 tiene mejor pronóstico, dado que presenta menor incidencia de tumores del SNC que la NF-2. Sin embargo, la mor- bimortalidad de la NF-1 no es insignificante: algunas de las complicaciones más graves son los defectos de la visión secundarios a la presencia de gliomas del nervio óptico, los tumores raquimedulares, la escoliosis, las lesiones vasculares y las alteraciones de los huesos largos, que a veces exigen amputación. Fisiopatología La NF-1 es una enfermedad de herencia autosómica dominante cuyas manifestaciones son producto de una mutación o deleción parcial del gen de la NF-1. Basta con que un solo gen de la NF-1 presente deleción o mutación para que aparezca la afección. El gen de la NF-1 está ubicado en el brazo largo del cromosoma 17; se han identificado más de 250 mutaciones que derivan en truncación proteínica en los individuos afectados. Un subgrupo de personas que presenta deleción completa del gen tiene un fenotipo más grave. Este gen propi- cia la producción de neurofibromina, que actúa como oncosupresor. La escasa producción de esta proteína genera una gran gama de cuadros clínicos. Incidencia Se estima que la incidencia internacional de la NF-1 es de 1 cada 3 000 individuos, pero la incidencia real es probable que sea mayor debido a la gran cantidad de casos de afectación leve que no tienen un diagnóstico definitivo. Alrededor de la mitad de los individuos afectados constituyen los primeros casos en la familia como resultado de una nueva mutación genética. La afectación no tiene preferencia por ninguna raza u origen étnico, pero algunos datos recientes indican que el riesgo de presentar un glioma del nervio óp- tico es menor entre los estadounidenses negros que entre los blancos y los hispanos. Tampoco se obser- van diferencias de afectación en función del sexo de esta enfermedad autosómica dominante. Si bien el cambio genético que provoca la NF-1 ya está presente al momento de la concepción, las manifestaciones clínicas pueden aparecer lentamente en el transcurso de varios años. Diagnóstico El diagnóstico es certero si se observan dos de los siguientes criterios: 1. Máculas color café con leche de más de 5 mm (prepúberes) o más de 15 mm (pospúberes) 2. Dos o más neurofibromas de cualquier tipo, o uno plexiforme 3. Lentigos en la región axilar o inguinal 4. Glioma del nervio óptico 5. Dos o más nódulos de Lisch 6. Lesiones óseas específicas, tales como displasia esfenoidal 7. Un familiar directo que padece NF-1, según los criterios enumerados de 1 a 6. A menudo, el diagnóstico es más precoz en los ca- sos en que los niños tienen un progenitor que padece NF-1. Es improbable que estén afectados los indivi- duos que pertenecen a alguno de los grupos de riesgo y llegan a los 10 años sin cumplir con los criterios diagnósticos de la NF-1. Los individuos afectados por esta enfermedad presentan un mayor riesgo, de por vida, de presentar tumores benignos y malignos. Es importante tener en cuenta los conceptos que aparecen a continuación para el diagnóstico y trata- miento de la NF-1: • Es frecuente que los adolescentes y adultos que padecen NF-1 presenten tumores malignos de las vainas de los nervios periféricos (TMVNP) o neurosarcomas: el riesgo aproximado de por vida es de 10%. Estos tumores malignos suelen originarse a partir de neurofibromas plexifor- mes voluminosos o lesiones extensas de nervios periféricos. • Más de 1% de quienes padecen NF-1 presentan una neuropatía sensitiva axonal simétrica e in-
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