Logo Studenta

CHALLIES, Tim Se ejemplo

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

S É
E J E M P L O
 
 
 
 
 
 
 
T I M C H A L L I E S
 
Sé ejemplo
 
Traducido con permiso del libro Set an Example© Tim Challies
2017 publicado por Crusiform Press, Minneapolis, Minesota.
 
Copyright© Monte Alto Editorial, 2021
 
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta
publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de
recuperación o transmitida en forma alguna por ningún medio, ya
sea electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o de otro tipo, sin
el permiso previo del editor, excepto en los casos previstos por la
ley de derechos de autor de los Estados Unidos.
 
Traducción al Español: Liliana Fajardo
Editor General: Rudy Ordoñez Canelas
Primera lectura de prueba: Juan Sebastián Rojas
Segunda lectura de prueba: Nedelka Medina
Revisión del libro: Silvia Burbano
Diseño y maquetación: David Studio Co.
 
Agradecemos la ayuda brindada por Diego y Nedelka Medina,
como también a Tim Challies en Español por hacer posible la
traducción y publicación de este libro.
 
Primera impresión 2021 en Colombia
 
A menos que se indique lo contrario, las citas de las Escrituras
son tomadas de La Biblia de las Américas LBLA Copyright ©
2005 por The Lockman Foundation.
 
ISBN Impreso: 9 789584 945 686
 
Monte Alto Editorial
www.montealtoeditorial.com/
http://www.montealtoeditorial.com/
 
 
 
ACERCA DEL AUTOR
 
Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los
Estados Unidos y cuyo Blog (challies.com) ha publicado
contenido de sana doctrina por más de 6000 días consecutivos.
Tim es esposo de Aileen, padre de dos hijas adolescentes y
un hijo que le espera en los cielos. Ha escrito libros como El
Caracter del Cristiano y El Mandamiento Olvidado, entre otros.
Sirve como pastor en la iglesia Grace Fellowship de Toronto,
Ontario.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice
 
Introducción 11
1. Sé ejemplo 15
2. Sé ejemplo en palabra 21
3. Sé ejemplo en conducta 27
4. Sé ejemplo en amor 33
5. Sé ejemplo en fe 39
6. Sé ejemplo en pureza 45
Palabras finales 51 Notas 52
 
INTRODUCCIÓN
 
El llamado de un
artista
Siempre fui pésimo pintando, se podría decir que, sin ningún tipo
de esperanza en esta área. En mis clases de arte de la
escuela secundaria, la profesora nos daba el tipo de tarea que
consistía en estudiar un auto o una forma humana o un tazón de
fruta, nuestra asignación consistía en observar y luego pintar. Yo
hacía lo que ella decía: miraba el objeto, lo estudiaba, observaba
su forma, sus curvas, sus ángulos, sus colores, sus sombras.
Pero cuando ponía el pincel sobre el papel, el resultado nunca era
el que debía ser, pues no parecía realista, ni impresionista, ni
abstracto, sim plemente era un desastre. De modo que con buena
razón me salté las bellas artes en la universidad para poder
dedicarme a las artes liberales: inglés, historia, humanidades. Era
ahí donde realmente pertenecía.
Sin embargo, todavía hay un área en la que sé que tengo el
llamado del artista. Puede que no tenga el ojo, la mano y la
habilidad para la pintura, pero creo que Dios me ha dado todo lo
que necesito para tener éxito en esta otra forma de arte. Francis
Schaeffer lo describe así: “Ninguna obra de arte es más
importante que la propia vida del cristiano, y todo creyente está
llamado a ser un artista en este sentido... La vida del cristiano ha
de ser una cuestión verdadera y también una cuestión de belleza
en medio de un mundo perdido y desesperado”. Esa es una obra
de arte que quiero crear, ya que es una a la que Dios llama a
cada uno de nosotros y nos equipa para tal labor. Eso te incluye
a ti.
He preparado este pequeño libro pensando en los cristianos
más jóvenes. Si tienes dieciséis o dieciocho años
o si estás en los veinte, ya sea que estés en el colegio o en la
universidad o acabas de casarte y estás ejerciendo una carrera,
quiero hablarte a tí. Quiero hablar contigo, y espero que estés
atento a lo que digo y me escuches. Por sobre todo espero
que leas los pasajes de las Escrituras a los que me refiero, que
ores sobre ellos y que le pidas a Dios que te ayude a aplicarlos en
tu vida. Ya que al fin y al cabo, son palabras de Dios, destinadas a
conducirte su voluntad.
A medida que avanzamos, quiero centrarme en un versículo
clave. Será nuestro tema y volveremos a él una y otra vez.
“No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y
pureza” (1 Timoteo 4:12). En estas palabras nos encontramos con
el arte, con las ideas de modelar e imitar, de estudiar una forma e
intentar recrearla. Pero este arte no existe en el papel o en el
lienzo, sino que en la vida, específicamente, en la vida cristiana.
Así es, tu vida es el lienzo.
Antes de terminar esta introducción, debemos retroceder unos
pocos versículos. En el versículo 7 del mismo capítulo, Pablo
emplea una metáfora diferente él camina por el pasillo desde la
sala de arte hasta la sala de pesas. “Disciplínate a ti mismo para
la piedad; porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la
piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida
presente y también para la futura.” (1 Timoteo 4:7b-8). El
entrenamiento físico es bueno, tanto si se trata de fuerza,
velocidad, agilidad
o distancia. Pero este tipo de entrenamiento físico debe quedar
subordinado respecto al entrenamiento espiritual: el
entrenamiento para la piedad. Queda claro que formar tu carácter
es mucho más importante que formar tu cuerpo. El tipo de
formación que más le interesa a Dios no es la física, sino la
espiritual. Ambas son buenas, pero una es mejor.
Hay muchas buenas maneras de invertir tu tiempo en esta
etapa de la vida, pero ninguna es mejor que la búsqueda de la
piedad. Como vimos en nuestro versículo clave, la Biblia te
llama a ser un ejemplo en palabra, conducta, amor,
fe y pureza. Veremos que estos cinco términos se refieren a tu
interior y a tu exterior, a lo que piensas y a lo que dices, a lo que
está oculto en tu corazón y a lo que se muestra en tu vida.
Veremos que Dios quiere que tu vida sea un lienzo, el escenario
de una hermosa obra de arte. Él espera que esta obra de arte sea
vista, admirada e imitada.
Espero que te quedes conmigo mientras aprendemos cómo
puedes entrenarte para ser un ejemplo para los demás, incluso
para personas mayores que tú.
 
 
CAPÍTULO 1
Sé ejemplo
Como saben, nuestro versículo clave es 1 Timoteo 4:12: “No
permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de
los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza”. Lo que
queremos hacer es empezar a profundizar en esas cinco
palabras, esas cinco maneras en las que Pablo desafía a Timoteo
a ser ejemplar. Pero antes de llegar a ellas, tenemos que resolver
otros asuntos. ¿Qué quiere decir Pablo cuando se refiere a
Timoteo como un joven? ¿Por qué Timoteo tiene que preocuparse
al ser menospreciado? ¿Y qué significa para Timoteo ser
ejemplo? Sólo después de haber respondido a estas preguntas
estaremos preparados para discutir los rasgos de carácter que
Timoteo debe ejemplificar: palabra, conducta, amor, fe y pureza.
LA CUESTIÓN DE LA JUVENTUD
 
Tenemos que retroceder un poco para situar el contexto de
nuestro pasaje. Estamos leyendo una carta de hace 2.000 años
escrita por el apóstol Pablo al pastor Timoteo. Pablo es el
hombre mayor, el mentor, mientras que Timoteo es el hombre
más joven, el discípulo. Pablo ha viajado con Timoteo, ha
enseñado con él, sufrido con él, plantado y pastoreado con él.
Han estado juntos tanto tiempo y han pasado por tantas cosas
que, más adelante, Pablo puede recordarle: “pero tú has seguido
mi enseñanza, conducta, propósito, fe, paciencia, amor,
perseverancia, persecuciones, sufrimientos”(2 Timoteo 3:10-11).
Pablo ha sido un modelo de vida cristiana y Timoteo lo ha imitado.
Ahora Timoteo se está estableciendo como pastor de la iglesia de
Éfeso, mientras que Pablo se ha trasladado para llevar el
evangelio aún más lejos, para plantar aún más iglesias.
Pero Pablo es un buen mentor, un buen amigo, pues aunque
ha cambiado de lugar, no ha olvidado a Timoteo. Conoce sus
puntos fuertes y débiles, sus luchas y tentaciones, también
conoce su vocación como pastor, como líder de la iglesia. Todo
eso viene a la mente de Pablo cuando se sienta a escribir esta
carta de ánimo, orientación e instrucción. Al ir a nuestro versículo,
oímos que Pablo le dice a Timoteo: “No permitas que nadie
menosprecie tu juventud”. Es un mandato, una orden. “¡No lo
permitas! No permitas que nadie en esa iglesia te menosprecie
por tu juventud”.
Hoy en día, al leer la palabra “joven”, nos imaginamos a
Timoteo como un chico de veintitantos años, una persona en el
grupo de jóvenes o tal vez empezando la universidad y su
profesión. Pero cuando leemos sobre la vida de Pablo y
hacemos un poco de matemáticas básicas, nos damos cuenta de
que Timoteo era bastante mayor, probablemente cercano a los
treinta años. Para nosotros, eso es ser un adulto, pero en aquella
cultura podría haber sido un joven de rostro fresco que acababa
de obtener su título universitario. En la época de Timoteo, los
cuarenta años se consideraban la edad de la madurez y los
mayores no estaban dispuestos a pensar bien de los más
jóvenes. Ciertamente, no eran propensos a pensar que los más
jóvenes pudieran ser un ejemplo digno de seguir. Incluso los
cristianos estarían tentados a creer que la madurez de carácter
exigía al menos cuarenta años de edad. En aquella época, en
aquella ciudad, Timoteo era joven.
 
NO TE RINDAS A LAS BAJAS EXPECTATIVAS
 
Pero aun así Pablo le dice: “no permitas que nadie menosprecie
tu juventud”. Si la palabra “menosprecie” parece un poco fuerte,
entonces podemos ofrecer algunas alternativas como: “mirar por
encima del hombro” o “despreciar”. Ahora lo ves, ¿verdad? Pablo
no quiere que Timoteo dé motivos para que la gente lo desprecie
porque es joven. Él no quiere que Timoteo carezca de la
convicción de que incluso a su edad puede servir como modelo
de madurez cristiana. Él no quiere que Timoteo se rinda a las
bajas expectativas de los demás, que haga cosas pecaminosas y
les dé motivo para decir: “¡lo sabía! ¡sabía que haría eso porque
es muy joven”.
¿Has sentido alguna vez algo así? ¿Has sentido el peso o el
dolor de esas bajas expectativas? ¿Te has encontrado con
personas mayores que actúan como si no hubiera nada que
pudieran aprender de ti porque solamente tienes dieciséis,
dieciocho o veintidós años? ¿Te has sentido como si no tuvieras
nada que aportar, como si cualquier cosa que digas sólo generará
silencios incómodos o miradas torcidas? ¿Te has convencido de
que las personas mayores te miran por encima del hombro sin
más razón que tu juventud? Probablemente lo hayas
experimentado en algún momento. Si es tu caso, te ánimo a que
sigas leyendo. Sigue leyendo porque lo que Pablo expresa a
continuación es hermoso y contracultural. No le dice a Timoteo
que exija el respeto de esos cristianos mayores, ni le permite que
se compadezca de sí mismo, tampoco que suplique a esas
personas mayores que le respeten. No, Pablo tiene una solución
mucho mejor.
 
COMO DAR EJEMPLO
 
“No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé
ejemplo de los creyentes...”. ¿Cómo puede Timoteo erradicar la
tendencia a la falta de respeto por parte de los ancianos? ¿Cómo
puede evitar llegar a una posición en la que ha metido la pata y
todos le miran con esa mirada de “te lo dije”? Siendo ejemplo.
Sirviendo como modelo de piedad. Debe ser el tipo de persona
que los cristianos mayores tendrán que respetar porque verán su
carácter humilde y piadoso, y su conducta pura y desinteresada.
Timoteo debe “ser ejemplo”. Este es un término
relacionado con el arte. Cuando estás en clase de arte, el profesor
suele poner un modelo en el centro de la sala y decirte que lo
pintes o esculpas. Ese es el ejemplo y tú, el artista, debes
estudiarlo, aprender todo sobre él y luego hacer tu mejor
reproducción. En este caso, la obra de arte es la vida de Timoteo.
Él debe vivir una vida de piedad pública y ser semejante ejemplo
que los demás vean esta obra de arte y quieran imitarla, incluso
las personas mayores que tienden a faltarle el respeto, verán su
vida y entenderán que está modelando el pensamiento y el andar
cristiano, a tal punto que, se sentirán atraídos por su ejemplo, ya
que supera con creces sus escasas expectativas.
Timoteo no debe preocuparse por lo que los demás piensen
de él, tampoco debe exigir respeto por la fuerza de voluntad o por
su personalidad. Sino que, debe ganarse el respeto por la forma
en que vive. John Stott dice: “La gente no despreciaría su
juventud si pudiera admirar su ejemplo”. Y esto también es cierto
para ti, las personas que te rodean, sean viejos o jóvenes, no se
distraerán por tu juventud si pueden admirar tu ejemplo. Sin duda
alguna tú, como Timoteo, puedes ser realmente un ejemplo, de
hecho, Dios te llama a serlo de modo que, tu juventud no es
excusa para la impiedad o la inmadurez espiritual. Ahora mismo,
hoy, Dios te llama a ser un ejemplo; de piedad, de carácter, de
madurez.
Hay muchas formas de servir a tu iglesia. Puedes cuidar a los
niños en el salón de bebés, puedes apilar las sillas en el fondo de
la sala, puedes dirigir los automóviles en el estacionamiento.
Todas estas son cosas buenas y maneras adecuadas de servir a
los demás, no desistas, sigue haciendo estas actividades y
continúa buscando oportunidades para servir. Pero la manera
más grande, la mejor y principal forma de servir a tu iglesia es
buscar la piedad, crecer en sabiduría y conocimiento, en carácter
y obediencia. Da ejemplo. Sé ejemplo. Haz de tu vida una
hermosa obra de arte.
En nuestro próximo capítulo comenzaremos a ver los rasgos
que Timoteo debe ejemplificar: palabra, conducta, amor, fe y
pureza. Comenzaremos, por supuesto, con la frase: “Sé ejemplo
de los creyentes en palabra”. Pero primero, aquí hay algunas
preguntas que puedes considerar al iniciar a aplicar las verdades
que hemos aprendido.
 
 
PREGUNTAS A CONSIDERAR
 
1. ¿Puedes pensar en ocasiones en las que hayas sentido que
los cristianos de edad avanzada te miraron con desprecio por
tu edad? ¿Tenían una buena razón para hacerlo? ¿Cómo
respondiste?
 
2. Lee Filipenses 2:1-11 y considera lo que Jesús modela allí.
¿Exigió respeto o se contentó con ser ejemplo? ¿De qué
manera sirvió Jesús a la Iglesia?
 
3. Pablo invirtió tanto tiempo en Timoteo, que éste comenzó a
imitar al apóstol en su pensamiento y comportamiento. ¿Hay
alguien en tu vida que te gustaría que fuera tu mentor en ese
sentido? ¿Qué puedes hacer al respecto? ¿Hay alguien en
tu vida que desearía que te ofrecieras para ser su mentor?
¿Qué puedes hacer al respecto?
 
4. ¿De qué manera crees que estás dando un buen ejemplo a la
gente de tu iglesia? Ora y da gracias a Dios por cada una de
ellas. ¿De qué manera crees que no estás dando un buen
ejemplo a la gente de tu iglesia? Ora y pide a Dios que te
cambie con su gracia.
 
 
CAPÍTULO 2
 
Sé ejemplo en
palabra
El verano del 2016 pasé un hermoso día en Cambridge,
Inglaterra. Estaba allí para participar en un taller de escritura y
ese día nos dieron una tarde para hacer lo que quisiéramos.
Como no me sentía especialmente creativo en ese momento,
decidí explorar la ciudad, mientras lo hacía, encontré por
casualidad un museo y, como era gratis, pensé en echarle un
vistazo. Estando dentro, recorrí una exposición tras otra,
admirando antigüedades y objetos medievales: cerámicas,
esculturas, momias, armas, etc.; casi se me había acabado el
tiempo cuando llegué a una última sala que contenía una
colección de pinturas. Me sorprendió encontrarme de repente
entre los maestros, ya que en la pared había cuadros de Rubens,
Monet, Matisse y muchosmás. No tenía ni idea de que este
pequeño museo hubiera reunido una colección tan impresionante.
Había algo inspirador al estar en presencia de la grandeza, a
centímetros de las obras de los artistas más renombrados de la
historia.
Respondemos con asombro y respeto cuando estamos en
presencia de quienes están en la cima de su campo, los
admiramos y queremos ser como ellos. Por eso nos esforzamos
en este estudio ampliado de 1 Timoteo 4:12. Hasta aquí hemos
echado un vistazo a la primera parte de nuestro texto: “No
permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo
de los creyentes...”. Vimos que Pablo, el mentor, le decía al joven
Timoteo que no cediera a las bajas expectativas de la gente que
lo rodeaba. Timoteo tenía que entender que, incluso siendo
joven, debía hacer de su vida una obra de arte que los demás
pudieran ver, admirar e imitar.
Ahora empezamos a ver las formas específicas en que
Timoteo debe ser ejemplo, ser esa obra de arte. “No permitas que
nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los creyentes
en palabra, conducta, amor, fe y pureza”.
 
Hay 5 áreas en las que Timoteo debe servir de ejemplo a otros
creyentes:
 
• en su palabra
• en su conducta
• en su amor
• en su fe
• en su pureza
 
Estos rasgos se dividen en dos grupos: la palabra y la conducta
se manifiestan principalmente en el exterior; mientras que el amor,
la fe y la pureza son rasgos del interior. Por lo tanto, Timoteo debe
asegurarse de que sus palabras y actos son admirables y, también
debe examinar su corazón para asegurarse de que su amor, fe y
pureza son igualmente ejemplares. Tiene que entender que estos
rasgos internos se mostrarán eventualmente a través de lo que
dice y hace. Vamos a examinar estos rasgos uno por uno y
hacerlos aplicables a ti y a mí, en esta labor, nuestro primer reto
es considerar lo que significa dar ejemplo en tu palabra (hablar).
 
EL PODER DE LAS PALABRAS
 
No hace falta leer mucho en la Biblia para ver el poder de las
palabras. En realidad, basta con llegar al tercer versículo del
primer libro para verlo. En Génesis 1:3, Dios habla y comienza a
crear el mundo, al final del capítulo 2, Él ya ha dado vida a todo lo
que existe, incluida la humanidad y ha declarado que todo lo que
ha hecho es bueno y muy bueno.
¡Las palabras de Dios son poderosas!
Luego viene el capítulo 3 y empezamos a ver el peligro de usar
mal las palabras. Aquí se habla mucho. Satanás habla con
palabras destinadas a engañar a los seres humanos, Adán habla
con palabras destinadas a culpar a su esposa por su propio
pecado, Eva habla con palabras destinadas a desviar la culpa de
sí misma. Al final, el mundo ya no será el mismo. Nos movemos a
Génesis 4 y descubrimos que los hermanos están matando a sus
hermanos y mintiendo a Dios sobre ello, Lamec está haciendo
alardes escandalosos sobre su propia importancia, y a partir de
ahí todo empeora. Las palabras pueden causar mucho bien, al
mismo tiempo, las palabras pueden causar mucho daño.
No es de extrañar, pues, que la Biblia se dirija a nuestras
palabras. No es sorpresa que Pablo se dirija a las palabras de
Timoteo: “sé ejemplo de los creyentes en palabra”. Cuando Pablo
dice esto, utiliza una de esas palabras griegas que quizá ya
conozcas: logos. Es la palabra para palabra, para la
comunicación que sale de nuestra boca o, por extensión, las
palabras que salen a través de nuestros pulgares o dedos cuando
tecleamos y pulsamos en lugar de hablar.
 
FUERA DEL DESBORDAMIENTO
 
Pablo quiere que el joven pastor Timoteo sepa que sus palabras
tienen el poder de construir o romper su ministerio. Sus palabras
pueden ayudar a otros o perjudicarlos, pueden animar a otros o
destruirlos. Como predicador y líder, Timoteo hablará muchas
palabras, y cada una de ellas tendrá el poder de demostrar que
es un ejemplo a seguir o un desastre a evitar.
¿Por qué son tan importantes las palabras? Jesús da la
respuesta en Lucas 6:45: “porque de la abundancia del corazón
habla la boca”. La verdad alarmante es que la boca revela lo que
hay en el corazón, por eso, hablar es como si el corazón se
desbordara y lo que hay en él saliera a borbotones por la boca.
Las palabras feas revelan una fealdad interior y las palabras
bellas revelan una belleza interior. Santiago pregunta: “¿Acaso
alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y
amarga?” (Santiago 3:11). Es evidente que no. El agua salada
sale de un manantial salado, al igual que las palabras saladas
salen de un corazón salado. Pablo sabía todo esto y quería que
Timoteo lo supiera también. En sus otras cartas, Pablo insiste en
que algunas formas de hablar son completamente inapropiadas
para los cristianos y deben evitarse a toda costa. Estos son los
tipos de discurso asociados con el viejo hombre, la vieja manera
de vivir: la falsedad, la ira, la amargura, la calumnia, la
malicia, el discurso abusivo, y las malas palabras. Todo esto es
inadecuado para los cristianos y dañará su credibilidad. Hay que
buscar otras formas mejores de hablar, y éstas son las que se
asocian con el hombre nuevo, la nueva forma de vivir: la verdad,
la edificación, la amonestación, la ternura, el perdón y el
agradecimiento. Éstas son adecuadas para los cristianos y dan
prueba de su santidad y madurez espiritual¹.
El reto de Timoteo era dar muerte a todas esas viejas
formas de hablar y dar vida a todas esas nuevas maneras de
expresarse. Debía asegurarse de que cada palabra que saliera de
su boca fuera buena, verdadera y ejemplar. Su ministerio, su
credibilidad y su utilidad para Dios dependían de ello.
El reto de Timoteo es tu reto. El mundo de hoy te da más
oportunidades que nunca de usar tus palabras: para expresarlas
cara a cara, por supuesto, pero también para escribirlas en
Facebook, para introducirlas en un mensaje de texto, para
hablarlas a través de Snapchat. Te comunicas constantemente y
cada una de tus palabras importa. Cada una de tus palabras
muestra tu corazón. ¿Son tus palabras un ejemplo para que otros
las imiten?
 
 
 
PREGUNTAS A CONSIDERAR
 
1. ¿A quién has conocido que haya dado un ejemplo en su
hablar como la Biblia recomienda?
 
2. El patrón bíblico para vencer el pecado es siempre
“despojarse” y luego “revestirse”, o es “hacer morir” viejos
patrones y hábitos y luego “dar vida” a nuevos patrones y
hábitos. Cuando se trata de tu hablar, ¿cuáles son algunas
maneras pecaminosas de hablar de las que tú necesitas
despojarte o darles muerte? ¿Cuáles son algunas formas
virtuosas de hablar de las que tú necesitas revestirte o darles
vida?
 
3. Considera cómo algunos de estos proverbios deberían
desafiarte. “En las muchas palabras no falta pecado”
(Proverbios 10:19). “El que guarda su boca guarda su alma”
(Proverbios 13:3). “El corazón del justo piensa para
responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.”
(15:28). “Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y
oprobio” (18:13). ¿Por qué no pides a otra persona que te
evalúe a la luz de estos proverbios?
 
4. ¿De qué manera crees que estás dando un buen ejemplo a la
gente de tu iglesia en tu forma de hablar? Ora y da gracias a
Dios por cada una de ellas.
 
5. ¿De qué manera crees que no estás dando un buen ejemplo
a la gente de tu iglesia en tu forma de hablar? Ora y pide a
Dios Su gracia para que te cambie.
 
 
CAPÍTULO 3
 
Sé ejemplo en
conducta
Quiero asustarte un poco, como mínimo, quiero intimidarte. En
realidad, deseo que la Biblia te asuste e intimide, que te plantee
un reto tan difícil que sepas que no puedes cumplirlo por ti
mismo.
A estas alturas ya conoces las palabras que Pablo, el mentor
de mayor edad, escribió a Timoteo, su discípulo más joven:
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1
Timoteo 4:12). Ya hemos visto que Pablo quiere que Timoteo
haga de su vida una obra de arte que otras personas puedan ver
e imitar. Incluso siendo joven, Timoteo debe ser ejemplar, ser
digno de imitar.Ya hemos visto lo que significa que Timoteo sea
un ejemplo en palabra y, por extensión, lo que significa que tú
seas un ejemplo en tu hablar. Ahora tenemos que ver lo que
significa ser ejemplo en conducta.
 
EL PODER DEL EJEMPLO
 
Estoy seguro de que sabes que, como cristiano, debes vivir como
un ejemplo en la forma en que te comportas. A los hermanos
mayores se les advierte que deben ser un buen ejemplo para sus
hermanos menores; de igual modo a los jóvenes cristianos se les
habla de la importancia de vivir como cristianos ante un mundo
de incrédulos que los observa. Cuando estás en la escuela y en
el trabajo, cuando te relacionas con vecinos y clientes, incluso
cuando estás en una reunión familiar, debes comportarte de
manera claramente cristiana. No harás lo que los incrédulos
hacen, no mirarás lo que los incrédulos miran, no te reirás de lo
que los incrédulos se ríen. Debes vivir como la sal y la luz,
sobresaliendo del mundo que te rodea (Mateo 5:13-16). Ya lo
sabes. Se te ha dicho.
Pero, ¿sabías que también debes ser un ejemplo de carácter
y madurez cristiana ante otros cristianos, incluso cuando estos
son mayores, más sabios y más piadosos que tú? Ese es un
pensamiento aterrador, un desafío intimidante. Sin embargo, este
fue exactamente el desafío de Pablo a Timoteo. Timoteo era un
hombre joven, lo suficiente como para que los cristianos de más
edad pudieran despreciarlo, convencidos de que no podrían
aprender nada de alguien mucho menor. No obstante, Pablo le
dijo que era su responsabilidad darles ejemplo con su conducta.
Conducta es una palabra general. Es una palabra amplia que
se refiere a toda la vida. En todo lo que hace, en todo su
comportamiento, Timoteo debe ser un ejemplo. En cada ámbito
de la vida debe ser ejemplar. No hay área de la vida que no esté
cubierta por “dar ejemplo a los creyentes en su conducta”. Esto
era cierto para Timoteo y es cierto para ti. No estás exento de
servir como ejemplo de conducta cristiana simplemente porque
eres joven. Debes ser un ejemplo “en casa, en la iglesia, en la
tienda de comestibles, en la autopista, en el patio de recreo, en la
barbería”.² Bryan Chapell dice: “En el día a día de la existencia -
en la gasolinera, en la cola de la tienda de comestibles, en el
partido de fútbol, lavando el cochedebes ser un ejemplo para
todos los que creen”.³ Todo el tiempo, en todas las formas, en toda
la vida, Dios te desafía a ser un ejemplo de piedad para otros
cristianos.
¿Eres tú ese ejemplo de piedad? ¿Otros creyentes te miran
como alguien que modela lo que significa conducirse como
cristiano? Dejaré que consideres la totalidad de tu vida porque
quiero enfocarme en una sola área: la forma en que te
comportas cuando estás con tu iglesia local. Cuando te reúnes
con otros cristianos, ¿te ven modelando una conducta cristiana?
¿Otros cristianos, incluso los más viejos, te ven como un modelo
de piedad? Esta es la tarea que Dios te ha dado.
Desde la perspectiva de un cristiano mayor, que acaba de
entrar en la madurez, puedo dar fe de que pocas cosas me animan
más que estar rodeado de jóvenes que ejemplifican el carácter
cristiano. Me encanta ser desafiado al ver a los jóvenes llevar
vidas piadosas, lo creas o no, su piedad es una tremenda
bendición y un desafío para mí y para otros como yo. Quiero
desafiarte a que te esfuerces por dar un ejemplo de conducta a
los creyentes allí mismo, en tu familia de la fe. Permíteme ofrecer
algunas maneras en que los jóvenes cristianos pueden hacer
esto.
Haz presencia. Asiste a todos los servicios. Haz que la
asistencia a la iglesia sea una prioridad que sólo se interrumpa en
las circunstancias más inusuales. Si un deporte u otra actividad te
va a impedir asistir a la iglesia semana tras semana, debes
pensar detenidamente si es un intercambio justo. No dejes que
cualquier tos o resfriado te retenga en casa un domingo por la
mañana. Haz tus deberes el sábado para poder dedicar el
domingo al Señor. Pregunta a tu jefe si puedes tener los domingos
libres. Sólo puedes ser un ejemplo para otras personas si estás
cerca de ellas.
Involúcrate por completo. Una vez que llegues a la iglesia,
involúcrate por completo. Una de las mejores maneras de hacerlo
es ser amable, conocer a la gente y entablar una conversación
con cada persona. Tu tentación será gravitar hacia las personas
más parecidas a ti, así que desafíate a conocer a personas
diferentes a ti: mucho más mayores o más jóvenes, de una etnia
diferente, personas con discapacidades. Busca a personas que
de otro modo pasarían desapercibidas y conócelas. Hablando
una vez más como alguien mayor que tú, puedo testificar que es
una gran bendición ser saludado por cristianos más jóvenes y
que entablen una conversación conmigo.
Sé un servidor. Busca formas de servir en la iglesia,
especialmente en aquellos ministerios que son poco visibles.
Mucha gente se siente especialmente llamada y equipada para
cantar o tocar un instrumento en la parte delantera del salón, pero
la mayoría de nosotros estamos mucho mejor equipados para
sacar la basura o colocar las sillas. Ofrécete como voluntario para
los trabajos más bajos, los que nadie quiere hacer; y luego hazlos
con alegría y sin exigir gratitud. Conténtate cuando te pasen por
alto.
Sé visible. Aunque estés dispuesto a ser invisible, no temas
ser visible. Cuando adores, sé ejemplo a los creyentes con tus
cantos alegres. Cuando escuches los sermones, sé ejemplo a los
creyentes escuchando con atención. Al poner en práctica lo que
has aprendido, sé ejemplo a los creyentes con tu humildad y
diligencia. Cuando tengas una comunión, sé ejemplo a los
creyentes en tu disposición a salir de tu zona de comodidad.
Recuerda que la idea de ser un ejemplo es ser visto, ser visto
para ser imitado.
Esto es sólo un comienzo, sólo algunas sugerencias. De estas
maneras y de muchas más puedes dar ejemplo a los creyentes
en tu conducta. Este es el alto y santo llamado de Dios para ti, el
joven cristiano. ¿Acudirás a ese llamado?
 
 
PREGUNTAS A CONSIDERAR
 
1. ¿Te intimida saber que estás llamado por Dios a servir de
ejemplo en tu conducta, incluso (¡y especialmente!) ante otros
cristianos? ¿Por qué?
 
2. ¿De qué manera crees que sirves de buen ejemplo en tu
conducta? Ora y da gracias a Dios por ellas.
 
3. ¿De qué manera crees que estás dando un mal ejemplo en
tu conducta? Ora y pide a Dios que te perdone y te dé
la gracia para cambiar.
 
4. ¿Cuáles son algunas de las formas en las que sirves en tu
iglesia local? ¿Cuáles son algunas de las formas en las que
crees que deberías servir en tu iglesia local?
 
5. ¿Te resulta difícil o antinatural convivir con personas que son
diferentes a ti? ¿Por qué crees que es así? ¿Qué vas a hacer
al respecto?
 
 
CAPÍTULO 4
 
Sé ejemplo en
amor
El arte se presenta en muchas formas diferentes, lo puedes
comprobar si visitas un museo o una galería de arte, en donde
verás esculturas, cerámicas, caligrafías y, por supuesto, pinturas.
Aunque cada una de ellas es hermosa y valiosa a su manera,
la Biblia recomienda una forma de arte muy diferente, que es
más importante y duradera. Es un arte vivo, la obra de arte
única del cristiano. Como dijo Francis Schaeffer, “Ninguna obra
de arte es más importante que la propia vida del cristiano, y todo
cristiano está llamado a ser un artista en este sentido”. Ninguna
obra de arte es más bella, más preciosa, que una vida vivida para
Dios en imitación a su Hijo.
En 1 Timoteo 4, Pablo escribe a Timoteo para decirle que es
responsable de hacer de su vida una obra de arte. Debe “ser
ejemplo” a los demás cristianos, especialmente a los de su iglesia
local. Aunque todavía es joven, debe tener confianza en su
capacidad para vivir una vida ejemplar. Ahora que hemos visto lo
que significa para Timoteo ser ejemplo en su palabra y conducta,
estamos preparados para considerar su amor. Y a través de
Timoteo, por supuesto, consideraremos tu amor.
 
EL JEFE DE TODAS LAS GRACIAS
 
“Ninguno tenga en poco tu juventud”, dijo Pablo, “sino sé ejemplo
delos creyentes en palabra, conducta, amor...” Ya hemos visto
que la palabra y la conducta se refieren a las dos formas en que
el comportamiento de Timoteo se manifestará externamente: a
través de sus palabras y de sus acciones. Timoteo debía
asegurarse de que todo lo que dijera y todo lo que hiciera fuera
digno de imitar. Pablo comienza ahora a desafiar a Timoteo en
sus cualidades interiores, ya que, incluso en el hombre interior
debe ser ejemplar, sirviendo como modelo de virtud y madurez
cristiana.
No es de extrañar que el amor encabece la lista de virtudes
interiores de Pablo, ya que este es la principal de todas las
gracias. Como dice en otro lugar, “Y ahora permanecen la fe, la
esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el
amor” (1 Corintios 13:13). El amor es un rasgo que define al
cristiano: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de
Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El
que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1
Juan 4:7-8). El amor debe marcar todo lo que hacemos: “Todas
vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Corintios 16,14). Pero,
¿qué es el amor? ¿Cuál es el amor que debía tener Timoteo?
Si has sido parte de la vida de las iglesias durante algún
tiempo, probablemente has escuchado la palabra griega que
Pablo utiliza aquí: ágape (a-GOP-ay). Probablemente también
sepas que el griego tiene varias palabras diferentes que
traducimos como “amor”, cada una con sus propios matices.
Ágape es una palabra muy sencilla, se refiere a la estima o el
afecto, la consideración o la preocupación. Timoteo debía
escudriñar su corazón para asegurarse de que se preocupaba por
la gente de su iglesia, que deseaba lo mejor para ellos, que
estaba ansioso por equiparlos y protegerlos, e incluso que sentía
afecto por ellos. Su corazón debía ser cálido, no frío, hacia la
gente de su iglesia. Al mismo tiempo, debía saber que lo que
sentía y creía internamente acabaría manifestándose
externamente.
 
MÁS QUE UN SENTIMIENTO
 
Tenemos que entender que, según la Biblia, el amor no es sólo un
sentimiento o una emoción, sino algo que se traduce en acción. El
amor no es menos que lo que sentimos, pero ciertamente es más.
¿No te alegras de que Jesús no sólo sintiera amor por ti, sino que
al final actuara con amor por ti? Sus sentimientos por sí solos no
te habrían servido de mucho. Del mismo modo, la medida
definitiva de tu amor no es lo que sientes por los demás, sino lo
que haces por ellos. Por esta razón, encontramos que la
preocupación de Pablo no era sólo que Timoteo sintiera amor por
los demás, sino que actuara con amor a favor de ellos.
¿Por qué era necesario que Pablo mencionara esto
específicamente? Porque la gente es difícil de amar. Amar a los
demás es el tipo de desafío que pone a prueba al mejor de los
hombres. Es un desafío debido al pecado: nosotros somos
pecadores y ellos son pecadores, y siempre hay problemas
cuando el pecado se encuentra con el pecado. Sin embargo,
amando a los difíciles de amar es como demostramos nuestra
obediencia a Dios, también es la manera de mostrar que estamos
siendo transformados a la semejanza de Cristo, ya que, después
de todo, Cristo nos amó aunque fuéramos difíciles de amar. Así
es como mostramos la humildad de Cristo. En definitiva, es la
forma en que damos pruebas de nuestra salvación. El amor que
extendemos a los demás es el mismo amor que Dios nos ha
extendido a través de Cristo.
 
UN AMOR EJEMPLAR
 
El joven Timoteo debía ser un ejemplo de amor cristiano, un amor
que sentía internamente y un amor que actuaba externamente. El
escenario especial para su amor era su iglesia local, pues era allí
donde debía ser ejemplo a los demás creyentes. El reto de
Timoteo es tu reto. Tú también estás llamado a amar. Estás
llamado a amar a las personas de tu iglesia local y a servir de
modelo de lo que significa amarlas bien, amarlas creativamente,
amarlas a fondo, amarlas incluso ¡especialmente! si son difíciles
de amar. Pueden ser difíciles de amar porque son muy diferentes
a ti: más viejos, más jóvenes, están en una etapa diferente de la
vida, son educados de una manera diferente, de una etnia
diferente. Puede ser difícil amarlos porque tú eres tímido y ellos
son atrevidos. Pero el reto permanece.
Cada uno de nosotros tiene una zona de comodidad. Cada
uno de nosotros tiene un grupo de personas que nos hacen sentir
cómodos y otros grupos que nos hacen sentir incómodos. Dentro
de la iglesia, nuestro amor necesita extenderse más allá de
cualquier zona de comodidad, tu amor necesita ir más allá de tu
espacio seguro. La iglesia debe ser una comunidad de personas
que se aman a pesar de las diferencias, que se aman a través de
las diferencias, que se aman a causa de las diferencias. Es el
lugar donde Dios muestra lo que está haciendo en este mundo
llamando a todo tipo de personas a sí mismo y uniéndolas en una
familia espiritual. Tu iglesia necesita que seas un ejemplo de
cristiano marcado por el amor, un cristiano que muestre la
transformación interior mediante acciones exteriores. Tu iglesia
necesita que sirvas a Cristo sirviendo a su pueblo, al pueblo que
él compró con su sangre.
Permíteme proponerte un reto. Trata de iniciar una amistad
una verdadera amistad con alguien de tu iglesia que sea por lo
menos 10 años mayor que tú e intentalo también con alguien que
sea al menos 10 años más joven que tú. De igual modo, trata de
comenzar una amistad con alguien que sea discapacitado. No es
necesario que hagas todo esto hoy o esta semana, pero en las
próximas semanas y meses, trata de entablar una amistad
genuina con personas que son diferentes a ti. Tú te beneficiarás,
ellos se beneficiarán y Dios recibirá la gloria.
 
 
PREGUNTAS A CONSIDERAR
 
1. ¿A quién conoces que da ejemplo a los creyentes en su
amor? ¿Cómo muestra esa persona su amor por los demás?
¿Qué ves en su vida que puedas imitar?
 
2. Considera lo que dice A.W. Pink: “La medida de nuestro amor
por los demás puede determinarse en gran medida por la
frecuencia y la seriedad de nuestras oraciones por ellos”.
¿Oras tú por los demás? ¿Cómo puedes orar por ellos con
mayor frecuencia y seriedad?
 
3. ¿Quién en tu iglesia es ignorado o no es amado? ¿Hay algo
que puedas hacer al respecto?
 
4. ¿De qué manera crees que estás dando un buen ejemplo a la
gente de tu iglesia en la forma en que amas a los demás?
Ora y da gracias a Dios por cada una de ellas.
 
5. ¿De qué manera crees que no estás dando un buen ejemplo
a la gente de tu iglesia en la forma en que amas a los demás?
Ora y pide a Dios que te cambie con su gracia.
 
 
CAPÍTULO 5
 
Sé ejemplo en
fe
Los niños son imitadores, esto se debe a que los seres humanos
aprenden por imitación. Aprendemos a hablar oyendo hablar a
nuestros padres. Aprendemos a lavar los platos viendo a mamá
y papá lavar los platos. Incluso aprendemos a amar (o no amar) a
Jesús viendo a nuestros padres amar (o no amar) a Jesús. Tanto
en el vicio como en la virtud, los hijos comenzarán a parecerse a
sus padres. Por tal motivo, los padres se dan cuenta rápidamente
de la importancia de dar un buen ejemplo, de ser dignos de
imitación.
Cuando Pablo escribió instrucciones al joven pastor Timoteo,
le dijo que sirviera de ejemplo a su iglesia. “No permitas que
nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza” (1 Timoteo
4:12). Timoteo debía ser un modelo de pensamiento y vida
piadosa, y saber que su iglesia lo imitaría inevitablemente. Para
bien o para mal, empezarían a parecerse a su pastor. He estado
haciendo todo lo posible para desafiarte a que atiendas este
mismo llamado, para que des ejemplo a los creyentes. Aunque
seas joven, aunque la gente tenga en poco tu juventud, eres
responsable ante Dios y ante tus hermanos y hermanas cristianos
de servir de ejemplo.
Ahora ha llegado el momento de considerar lo que significa
tener una fe ejemplar, el tipo de fe que, si es imitada por otros, les
llevará a parecerse más a Cristo. ¿Tú tienesese tipo de fe? Si la
gente te imita, ¿estará de hecho imitando a Jesús? Esto no es un
reto menor.
 
UNA FE FIEL
 
Aunque estamos considerando la fe, debemos tener cuidado de no
separar la fe del amor, la palabra que le precede. En las cartas de
Pablo, a menudo se combinan estas dos palabras, lo hace dos
veces en Tesalonicenses, tres en sus cartas a Timoteo y una en
su escrito a Filemón. He aquí un par de ejemplos: “Pero ahora
Timoteo ha regresado de vosotros a nosotros, y nos ha traído
buenas noticias de vuestra fe y amor“ y, “Doy gracias a mi Dios
siempre, haciendo mención de ti en mis oraciones, porque oigo
de tu amor y de la fe que tienes”. No sabemos por qué Pablo
relaciona tan a menudo estas palabras, pero supongo que es
porque ambas son marcas necesarias de un cristiano. Un
cristiano debe tener fe y mostrarla. Un cristiano debe tener amor y
mostrar amor. Un cristiano sin fe y sin amor no es cristiano en
absoluto. Cuando vemos que Pablo le dice a Timoteo que dé a los
creyentes un ejemplo de amor, no es de extrañar que
inmediatamente mencione también la fe.
Al considerar lo que Pablo quería decir por fe, nos
encontramos con dos opciones: puede que Pablo le está diciendo
a Timoteo que sea ejemplo en la fe: en su seguridad, confianza y
en su dependencia en Dios para salvación y todo lo que esto
conlleva, estos son aspectos internos; por otra parte, puede ser
que Pablo le está pidiendo a Timoteo que sea un ejemplo de
fidelidad, al vivir en su fe salvífica, su compromiso a la vida
cristiana, fidelidad a todos los mandamientos bíblicos de su parte
como cristiano y como ministro. El original en griego avala ambas
opciones y los comentarios de teólogos expertos están
duramente divididos entre los dos. John Stott dice que la palabra
en griego “puede significar tanto confiar en Dios o en Cristo o
confianza, una fidelidad cristiana fundamental o ambas”⁴. Pero
me pregunto si de hecho debemos escoger entre estas
opciones, dado que están estrechamente relacionadas. Se debe
tener fe para ser fiel y no se puede tener una fe verdadera sin
demostrar fidelidad. La más profunda fe, conduce a una vida
cristiana de mayor fidelidad.
Así que lo mejor es concluir que Pablo desea que Timoteo sea
ejemplo en su fe, en su inamovible fe en Cristo Jesús, en su
confianza en la Palabra de Dios, en su dependencia en las
promesas de Dios y en todo lo que Pablo le ha enseñado como
su amigo, pastor y mentor. Charles Spurgeon dice: “Fe es creer
que Cristo es lo que dice ser, y que hará lo que ha prometido
hacer, y entonces esperar esto de él”⁵. Ciertamente Pablo no
quería menos que eso para su querido amigo, quería que Timoteo
tuviera una fe ejemplar. Si una persona en su iglesia preguntara,
¿qué significa tener fe?, deberían poder mirar a Timoteo para
encontrar la respuesta.
 
EL CRISTIANO FIEL
 
Pablo sabía que la persona que tiene este tipo de confianza
incondicional en Dios, vivirá necesariamente una vida firme. Su fe
conducirá a la fidelidad. Jerry Bridges dice: “la persona fiel es
aquella que es confiable, digna de confianza y leal, en quien se
puede confiar en todas sus relaciones, y que es absolutamente
honesta y ética en todos sus asuntos”.⁶ Su firme seguridad en Dios
no se limita a su hombre interior, sino que fluye en toda la vida y
en cada una de las decisiones y responsabilidades. Su fe es
demasiado buena y fuerte para permanecer oculta. Timoteo debe
mostrar esta fidelidad ejemplar, tener un compromiso total de vivir
cada palabra de las Escrituras, él debe comprometerse a la
obediencia, a la santidad y al amor. Si una persona en su iglesia
preguntara: ¿qué significa ser fiel? Ellos deberían ser capaces de
mirar a Timoteo para encontrar la respuesta.
Pablo quería que Timoteo supiera que mientras viviera,
sirviera y ministrara ante su iglesia, debía ser un ejemplo de fe y
fidelidad. Debía tener tanto esa fuerte fe interior como la
evidencia de la obra exterior de esta. Aunque era más joven que
muchos miembros de su iglesia, debía ver esto como su
responsabilidad. Y confiar en que, incluso siendo un hombre más
joven, podía tener una fe y una fidelidad dignas de imitar.
La fe de Timoteo comenzaría con las Escrituras, con una
confianza inquebrantable en la verdad y la veracidad de la Biblia.
Las siguientes palabras que Pablo escribe a Timoteo son:
“ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la
enseñanza... Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para
que tu aprovechamiento sea evidente a todos”. Timoteo debía
llenarse de la Palabra, y luego dejar que esa Palabra fluyera fuera
de él. Su fe en la Palabra y en el Dios de la Palabra se
desbordaría en fidelidad.
Y este es tu reto como joven en la iglesia hoy. Debes tener fe,
una fe arraigada y cimentada en Dios que se revela a través de la
Palabra. Llénate de la Palabra. Sé un hombre o una mujer de la
Palabra. Dedícate a las Escrituras. Al hacer esto, tu fe crecerá, y
al crecer tu fe, también lo hará tu fidelidad. Timoteo, el hombre de
la Palabra, fue capaz de dar a los creyentes un ejemplo de fe y
fidelidad. Así también puedes hacerlo tú.
 
 
PREGUNTAS A CONSIDERAR
 
1. No se puede ser fiel sin fe y no se puede tener fe sin la Biblia.
Entonces, ¿amas la Biblia? ¿Estás llenando tu corazón y tu
mente con la Biblia? ¿Estás reforzando tu fe con un
conocimiento creciente del carácter y las obras de Dios, tal
como se revela a través de la Biblia?
 
2. Existe la tentación de creer que la fidelidad se demuestra
mejor en formas grandiosas y públicas. Sin embargo, la
Biblia elogia la fidelidad en las cosas pequeñas y luego invita
a la oportunidad de ser fiel en cosas más grandes (Lucas
16:10). F.B. Meyer ofrece este desafío: “No pierdas tu tiempo
esperando y anhelando grandes oportunidades que quizás
nunca lleguen. Pero maneja fielmente las pequeñas cosas
que siempre reclaman tu atención”. ¿Cuáles son algunas
“pequeñas cosas” en las que puedes demostrar tu fidelidad
hoy o esta semana?
 
3. ¿De qué manera crees que estás dando un buen ejemplo a la
gente de tu iglesia en tu fe y fidelidad? Ora y agradece a Dios
por cada una de ellas.
 
4. ¿De qué manera crees que no estás dando un buen ejemplo
a la gente de tu iglesia en cuanto a tu fe y fidelidad? Ora y
pide a Dios que te cambie con su gracia.
 
 
CAPÍTULO 6
 
Sé ejemplo en
pureza
Hay mucho que amar de la Biblia, a tal punto que, podría seguir
hablando durante horas de lo increíble y única que es. La Biblia
nos ofrece algo tan diferente de lo que obtenemos en cualquier
otro lugar, algo tan opuesto a nuestras expectativas
demasiado humanas. Cuando vivimos según la Biblia, nuestras
vidas son completa y radicalmente contra-culturales.
Estamos llegando al final de nuestro análisis de 1 Timoteo
4:12. Durante todo este tiempo te he estado desafiando a que
contemples un poco de ti mismo en Timoteo, el joven que el
apóstol Pablo guió hacia el ministerio. Específicamente, hemos
estado considerando el desafío de Pablo a su joven amigo: “No
permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo
de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza”. Hemos
visto el hablar y la conducta, hemos apreciado el amor y la fe, y
nos queda ahora la simple palabra pureza. Timoteo debe ser
ejemplar en su pureza.
 
POCAS EXPECTATIVAS
 
Ya hemos discutido que uno de los desafíos de ser un joven
cristiano es determinar que no sucumbirás a las bajas
expectativas de aquellos que son mayores que tú. Y si hay un
área de la vida en la que los cristianos mayores tienen bajas
expectativas de los más jóvenes, es en la pureza. Seamos
sinceros: esto no es del todo inmerecido. No es por nada que
Proverbios, un libro escrito con los jóvenes en mente, dice tanto
sobre las consecuencias del pecado sexual y las alegrías de la
pureza sexual. No en vano, pocos versículos después, Pablo
insistirá en que Timoteo trate “a las ancianas, como a madres; a
las más jóvenes, como a hermanas, con toda pureza” (1 Timoteo
5:2), y cuando escribe a Tito, insiste que las jóvenes deben: “ser
prudentes,puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a
sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”
(Tito 2:5). No debe sorprender, pues, que el viejo Pablo le diga al
joven Timoteo: “sé ejemplo en pureza”.
¿Qué espera la cultura que nos rodea de los jóvenes, de las
personas que están en la adolescencia o en sus veintitantos
años? Espera que utilicen estos años para explorar, para
experimentar, incluso para explotar. Espera que vivan estos años
de forma salvaje y libre, que lleven una vida sexual
desordenada. Un millón de comedias, películas y canciones pop
insisten en que estos son los mejores años de tu vida y que te
los perderás, que serás menos que una persona completa, si
suprimes o reprimes esos deseos. Sólo tienes unos pocos años
antes de estar atado a las responsabilidades, así que, mientras
tanto, ¡enloquecete! Sé libre. Sé ejemplo en la búsqueda del
placer hedonista.
 
GRANDES EXPECTATIVAS
 
Frente a estas expectativas tan bajas, la Biblia se presenta con
expectativas más altas. Pablo mira al joven Timoteo y le encarga
que sea ejemplar en su actitud, su imaginación y sus acciones.
Cuando las personas mayores de tu iglesia pregunten “¿Qué
significa vivir una vida de pureza?” deben poder señalar al joven
Timoteo para encontrar su ejemplo. Eso es un gran desafío, pero
exactamente el tipo de desafío que es digno de la Biblia. La Biblia
nunca permite que la juventud sea una excusa para la impureza
sexual o para cualquier otra falta de santidad.
¿Ves lo contra-cultural que es la Palabra de Dios? ¿Dónde
sino en la Biblia podríamos encontrar algo tan inesperado como
esto? Joven cristiano, tú, de entre todas las personas debes ser
el modelo mismo de pureza sexual. Dios espera que las personas
mayores que están luchando con la pureza sexual puedan
mirarte y decir: “Quiero ser como él” o “Quiero ser como ella”.
Los cristianos más jóvenes que están luchando con el pecado
deberían poder mirarte para encontrar su ejemplo. Todos
deberían estar de acuerdo: él, ella, es ejemplo.
 
PUREZA INTERIOR, PUREZA EXTERIOR
 
¿Pero cómo? ¿Cómo dar este tipo de ejemplo? ¿Y qué implica
esta vida ejemplar? Cuando Pablo le pide a Timoteo que sea
puro, sin duda está pensando en la vergüenza y la desgracia que
caerían sobre Timoteo y toda su iglesia si se le encontrara
cometiendo pecado sexual. Sin embargo, sabemos por la lectura
de la Biblia que Pablo no sólo quería que Timoteo se abstuviera
de cometer pecados. Primero quería que enfatizara una pureza
interior. Después de todo, lo que está en el exterior es siempre un
reflejo de lo que está en el interior. El deseaba que Timoteo
tuviera manos puras, pero también un corazón puro y una mente
pura.
Manos puras. “Manos” simboliza todo el cuerpo, por supuesto.
Tus acciones deben estar marcadas por la pureza. No debes
cometer pecado sexual, pero en el mundo de Dios no es
suficiente no pecar. No, debes realizar acciones que sean
consistentes con una vida pura y santa. Necesitas vivir de tal
manera que no expreses lujuria hacia otros, sino que expreses
amor hacia ellos. Esto es sentenciar el pecado a muerte y dar
vida en la justicia.
Corazón puro. Por supuesto, las acciones que realices serán
un reflejo de lo que ocurre dentro de tu corazón. Cuando la Biblia
habla del corazón se refiere a los deseos, a la parte interna de ti
que anhela la realización. Tus anhelos eventualmente se
manifiestan en tu vida, así que necesitas asegurarte de que estás
anhelando lo que es correcto y bueno, lo que es puro y santo.
Mente pura. Para tener un corazón puro y unas manos puras
debes tener primero una mente pura. Debes tener cuidado con lo
que permites en tu mente: lo que ves, lo que lees, lo que oyes.
Como escribió Pablo en otra parte, “todo lo que es verdadero, todo
lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo
honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto
meditad” (Filipenses 4:8). No debes permitirte vivir en un mundo
de fantasía, en el que imaginas y reflexionas sobre lo que Dios
prohíbe.
La pureza consiste en acciones puras, por supuesto, pero
también en deseos puros y pensamientos puros, Charles Simeon
lo dice bien: “Cada palabra y cada mirada, sí, y cada pensamiento
deben estar bien guardados para que Satanás no se aproveche
de nosotros, y para que ni siquiera el soplo del escándalo pueda
levantarse contra nosotros”⁷. Existe el estándar de Dios: ni
siquiera el menor aliento de escándalo. Pero recuerda siempre
que lo que Dios desea, él provee. Si Dios desea tu pureza él te da
lo que necesitas para ser puro, y para que ames ser puro. Él lo da
con su Espíritu Santo que habita dentro de ti, el Espíritu Santo
quien te está llamando ahora mismo de una vida de pecado hacia
una vida de pureza.
Joven cristiano, Dios te encomienda una importante tarea: “sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza”.
Él no te exigirá lo que no puedas hacer. Al menos, no te exigiría lo
que no puedes hacer cuando estás habitado por el Espíritu
Santo de Dios, el Espíritu Santo que está mucho más
comprometido con tu santidad que tú con tu pecado. Su alegría es
hacerte santo. Se complace en ayudarte a ser un ejemplo en tu
pureza y, por supuesto, en palabra, conducta, amor y fe.
 
 
 
PREGUNTAS A CONSIDERAR
 
1. ¿Cuál es tu mayor lucha cuando se trata de la pureza?
¿Qué acciones estás tomando para combatir este pecado y
acercarte a lo recto? ¿A quién has reclutado para que te
ayude en esta lucha a través de la conversación y la oración?
 
2. ¿Crees realmente que puedes ser un ejemplo de pureza?
¿Crees realmente que tu ejemplo puede marcar la dife-
rencia para los demás?
 
3. ¿De qué manera crees que estás dando un buen ejemplo a la
gente de tu iglesia en tu pureza? Ora y agradece a Dios por
cada una de ellas.
 
4. ¿De qué manera crees que no estás dando un buen ejemplo
de pureza a la gente de tu iglesia? Ora y pide a Dios que te
cambie con su gracia.
 
 
 
Palabras finales
Al llegar al final de este libro, quiero volver a un versículo que
encontramos al principio. Pablo le dijo al joven Timoteo: “Más bien
disciplínate a ti mismo para la piedad; porque el ejercicio físico
aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues
tiene promesa para la vida presente y también para la futura” (1
Timoteo 4:7b-8). Este es también tu reto. Ahora mismo, en estos
años, en esta etapa de la vida, entrénate para la piedad. Hay
muchas cosas que atraen y deben captar tu atención. Hay muchas
prioridades que compiten por tu tiempo. Ninguna de ellas es más
importante que ésta: entrenarte para la piedad. Y mientras
aprendes a ser piadoso, confía en mostrar esa piedad para que
tú, como Timoteo, puedas dar un ejemplo en todo lo que haces,
en todo lo que dices, en todo lo que modelas ante una iglesia que
te observa. ¡Sé para los creyentes un ejemplo de piedad!
 
 
Notas
 
1. George Knight, The Pastoral Epistles: New International Greek
Testament Commentary.
 
2. Philip Ryken, 1 Timothy: Reformed Expository
Commentary.
 
3. Bryan Chapell, 1–2 Timothy and Titus: Preaching the Word
Commentary.
 
4. John Stott, The Message of 1 Timothy & Titus: The Bible
Speaks Today.
 
5. Charles Spurgeon, Todo Gracia.
 
6. Jerry Bridges, The Practice of Godliness.
 
7. Charles Simeon, Horae Homileticae.
 
Otras Publicaciones
 
 
 
 
El Carácter del Cristiano
Tim Challies
 
En este libro Challies explora la Biblia a fin de
considerar cómo podemos ser mejores ejemplos de
las más altas virtudes cristianas. Al considerar el
carácter del cristiano, nos estimularemos unos a
otros al amor, a las buenas obras y a la semejanza
de Cristo.
 
 
 
 
 
 
Próximamente más titulos de la Serie Tim Challies
 
 
 
 
 
 
¿Qué es la Teología
Bíblica?
James M. Hamilton Jr.
 
En ¿Qué es la teología bíblica?, Jim Hamilton nos
introduce a esta narración, ayudándonos a entender
la visión del mundo de los escritores bíblicos para
que podamos leer el Antiguo y el Nuevo Testamento
como esos autorespretendían.
 
 
 
 
Principios de Conducta
John Murray
 
En este libro, Murray señala al lector una y otra vez a
toda la Escritura como la autoridad básica en asuntos
de conducta cristiana.
 
 
 
 
 
 
Teología Bíblica en la vida
de la Iglesia
Michael Lawrence
 
Este libro distingue entre el poder de la narración
en la teología bíblica y el poder de la aplicación en
la teología sistemática, pero también hace hincapié
en la importancia de su colaboración en el
ministerio.
 
 
 
 
 
La Gloria de Dios en la
salvación a través del Juicio [Vol. 1]
James M. Hamilton Jr.
 
Hamilton se mueve a través de la Biblia libro por libro,
mostrando que hay un centro teológico para toda la
Biblia. El método sistemático y el alcance del
volumen lo convierten en un recurso único para
pastores, profesores y estudiantes.
 
 
 
El Templo y la Misión de la Iglesia
G. K. Beale
 
Esta estimulante exposición traza el tema del
tabernáculo y el templo a lo largo de la historia de la
Biblia, iluminando también muchos textos y temas
estrechamente relacionados.
 
 
 
 
 
 
Predicando a Cristo desde
Génesis
Sidney Greidanus
 
Predicando a Cristo desde Génesis ofrece más de la
sólida y práctica homilética de Greidanus. Incluye
útiles apéndices como: “Diez pasos del texto al
sermón”, “Una modelo de sermón expositivo” y tres
de los sermones propios del autor desde Génesis
este volumen será un recurso invaluable para
predicadores y maestros de la Biblia.
 
 
 
El Reino de Dios: el bien
supremo
Herman Bavinck
 
En un sentido amplio, podemos decir que Dios es el
bien supremo para todas las criaturas. Porque Dios
es el Creador y sustentador de todas las cosas, la
fuente de todo ser y vida, la fuente abundante de
todo bien.
 
Pero el concepto de bien supremo suele incluir la
idea de que también es conocido y disfrutado por las
criaturas. Este libro nos permitirá ver que el mayor
bien del hombre es Dios, y solo Dios.
 
 
 
El Cristiano frente al Odio del Mundo
Ps. Julio César Benitez
 
Este libro relata una exposición concisa de los
capítulos 16 y 17 del libro de Juan, allí el autor
expone como el cristiano es odiado por mundo y cuál
debe ser la respuesta que debe dar.
 
 
 
 
Síguenos en redes sociales
como @montealtoes
 
 
 
 
 
 
 
También puedes visitanos en:
www.montealtoeditorial.com
 
 
 
 
 
MONTE ALTO
E D I T O R I A L
http://www.montealtoeditorial.com/

Continuar navegando