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HISTORIA DE OCCIDENTE - CLASE 54

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HISTORIA DE OCCIDENTE 
Clase 54 
Otra de las respuestas a la debilidad de la república se encuentra a la falta de legitimidad que 
esta tuvo: 
● Tratado de Versalles. La derrota alemana en la guerra lleva a la firma del 
tratado de Versalles (1918), que dan origen en Alemania a lo que se conoce 
como “mito de la apuñalada por la espalda”. Este mito implicaba que 
Alemania no perdió la guerra, sino que fue vencida desde adentro por la 
revolución de 1918. Los social demócratas sacan a Alemania de la guerra, y 
firman el tratado de Versalles, apuñalando por la espalda al pueblo alemán. Esto 
en un punto es cierto, todos los partidos en 1918, incluyendo los social 
demócratas, aceptaron el tratado, pero porque estaban prácticamente obligados. 
Evans dice que, si bien Alemania fue responsable del estallido de la guerra, 
la derrota fue debido al agotamiento militar y la ausencia de recursos 
económicos y de gestión económica, no por la revolución socialista o judíos, ni 
por los enemigos de la derecha (comunistas). El tratado no fue una buena 
solución, pero reavivó el resentimiento nacionalista, que los grupos de derecha 
(nazis) supieron aprovechar. 
● Violencia política. Durante todos estos años de Weimar hubo una violencia 
política cotidiana. Fue alentada desde los sectores de la derecha, pero todos los 
grupos tenían organizaciones paramilitares (hacían manifestaciones y peleaban 
en las calles con otras organizaciones). Eran comunes los enfrentamientos entre 
las SA y los comunistas. Los nazis iban y atacaban locales socialistas (simil al 
caso italiano). Hubo una violencia a lo largo de toda la república que hizo se 
percibiera a la república con poco poder. De alguna manera la opinión pública 
culpaba a la república de esto, de no ser capaz de imponer orden. No obstante, la 
república logró superar varias tormentas (golpes, crisis económicas, etc). Lo que 
cambió todo totalmente fue la depresión de 1929-1933, habían una cantidad 
inmensa de desempleados, renta nacional bajó, fábricas cierran, etc. 
3. LA DEPRESIÓN (1929) 
Evans denota que la economía alemana ya estaba con problemas previamente a la caída de 
Wall Street. Ya había indicios de crisis (por ejemplo, empresarios que no estaban muy de 
acuerdo con las políticas sociales y querían desmantelar el Estado de Bienestar). La crisis 
disparó el desempleo, quiebran empresas, bajan rentas, etc. La primera respuesta económica 
del gobierno fue la de Bruning, quien emprendió una política de deflación (tratar de contraer 
la actividad lo más que se podía), y esto solo profundizó la crisis. La gran depresión no causa 
inflación en Alemania, sino que al haber una contracción absoluta de la actividad económica se 
intensifica la crisis. 
La crisis económica favorece al nazismo por dos razones: 
▪ ¿El gran capital busca una salida autoritaria? La crisis hace que el gran capital (los 
empresarios) busquen una salida autoritaria. Se necesitaba de un gobierno fuerte que 
no prestara atención a los reclamos sindicales u obreros y proscribiera a los 
comunistas y social demócratas, y creara por la fuerza una fuerza de trabajo barata y 
dócil que permitiera a la industria recuperarse. Si bien esto puede que haya sido así, 
Evans dice que los empresarios podían apoyar a cualquier grupo de derecha que 
prometiese un gobierno autoritario, independientemente de si fuesen nazis. El 
partido nazi no se financiaba por el gran capital realmente, sino por el aporte de todos 
los militantes de base (pequeños empresarios, donación de extranjeros, aportaciones 
de afiliados, suscripciones de periódicos y otras fuentes propias). Para Evans, el 
vínculo entre el nazismo y el gran capital no es tan directo, se dice que algunos 
grandes empresarios fueron cercanos a Hindenburg y gracias a ellos se nombró a Hitler 
como canciller en 1933. 
▪ Nazis aumentan su caudal electoral (Volkspartei). Evans apoya esta hipotesis. Se dice 
que, por la gran depresión, los nazis aumentaron sus votantes. La depresión desplazo 
las preferencias de los votantes hacia el nacional socialismo. Al principio, el voto nazi 
era de una pequeña burguesía del norte de Alemania (artesanos varones, 
campesinado, sector de servicios públicos), y a partir de 1928 aprox, empieza a tener 
simpatizantes de otras clases sociales que antes daban sus votos a otros grupos 
minoritarios, nacionalistas, el Partido Popular y a los demócratas. Esto ocurre porque 
el partido era muy dinámico, organizaba actividades, hablan con otros grupos 
sociales (mujeres, trabajadores rurales, obreros de pequeñas empresas industriales, 
clase media y alta). A partir de 1928, los nazis se convierten en un “Volkspartei” (un 
partido popular, de masas), que ofrece una alternativa política (especialmente a los 
social demócratas), carismática, novedosa, y que atribuía el caos social y económico a 
la República de Weimar. Ellos van a ser un partido transversal, que van a llegar a la 
mayoría de los sectores de la población, excepto sobre los votantes católicos y los 
obreros (los obreros siguieron votando al socialismo, o su defecto, al comunismo). Los 
partidos más extremos aumentaron sus votos. 
4. TEORÍA DEL SONDERWEG (“camino especial” de Alemania hacia la modernización) 
Para explicar esta teoría, hay que volver al SXIX alemán. Los rasgos de nazismo tienen su origen 
en la cultura alemana del sigo XIX, antes de la 1era mundial. Esto ocurre porque Alemania no 
tuvo una revolución burguesa como tuvieron el resto de los países. La revolución burguesa en 
Alemania fue la revolución de 1848, la cual fracasó y triunfa la aristocracia prusiana. Por lo 
tanto, la burguesía alemana fue derrotada por las fuerzas conservadoras; y Alemania se unificó 
en 1871 como una monarquía autoritaria con rasgos aristocráticos, conservadores y 
militaristas. Por lo tanto, la burguesía alemana, se subordinó (se “feudalizó”) a las fuerzas 
conservadoras ultranacionalistas, antisocialistas, hasta la 1GM. La burguesía alemana no fue 
una fuerza progresista como lo fueron la burguesía francesa o británica. 
Este desarrollo político-social en Alemania hizo que las fuerzas conservadoras frenaran, de 
alguna manera, la democratización. Cuando esta democratización llegó en 1918 con la 
revolución y la instauración de la Primera República, las elites conservadoras no dejaron de 
socavar las instituciones de la república, y en parte su apoyo al nazismo fue para hacer 
frente a esta tendencia democratizadora de la posguerra. 
Evans opina que esta teoría plantea varios problemas teóricos y empíricos. Por un lado, en 
ningún otro país las revoluciones burguesas trajeron inmediatamente la democracia, ni esta 
acompañó necesariamente la industrialización; ni la burguesía tuvo desde el principio valores 
burgueses, sino que estas características democráticas y burguesas tardaron en instalarse 
incluso en los países más avanzados (Francia y GB). En Alemania, a pesar del fracaso de 1848, 
la aristocracia prusiana (que unificó el estado alemán) convivió con las fuerzas burguesas más 
modernas (la sociedad alemana había quedado impregnada de valores burgueses desde antes 
de 1914) que pese a ser de origen burgués, mantenían ideas antidemocráticas; entonces no es 
que hubo una burguesía alemana débil subordinada a los intereses aristocráticos 
premodernos. La revolución burguesa no implica una transformación de a política, junto con la 
economía y la sociedad, sino que históricamente estas revoluciones han tenido lugar en 
etapas, y esto fue tan cierto en Alemania como en Francia y GB. Además, respecto a los 
argumentos de que en Alemania la revolución burguesa no se consumió o la burguesía se 
“feudalizó”, Evans quiere aclarar que casi ninguna revolución burguesa en Europa se culminó 
plenamente, pero sus historias políticas fueron muy distintas. 
Otra crítica que hace Evans es que los nazis de ninguna manera pueden ser concebidos como 
la expresión de fuerzas preindustriales(premodernas) de la sociedad y cultura alemana, sino 
que más bien la ideología nazi expresó la modernidad (la expresión de movimiento de masas 
no es algo premoderno, sino algo novedoso y popular). Al mismo, si bien los nazis remiten a la 
idea de “volver a la antigua Alemania”, ellos instauraron la idea de un futuro moderno y 
tecnológicamente complejo.

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