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La República de Weimar

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La República de Weimar
1. Origen
La República se da entre los años 1918 y 1933.
Se origina tras una fuerte crisis económica ya que Alemania había perdido en la Primera Guerra Mundial. Posteriormente en noviembre de 1918 el emperador fue forzado a renunciar al cargo y el 6 de febrero de 1919 se reúne en Weimar la Asamblea Nacional Constituyente, la razón por la que se reunieron en Weimar fue porque los diputados querían evitar las luchas que se daban en la capital Berlín; en la reunión se decidió fundar la República de Weimar y se proclamó la nueva constitución la cual fue aprobada el 31 de julio y entró en actividad el 11 de agosto de 1919 hasta 1933 y que técnicamente no fue destruido hasta el final del régimen nazi en 1945, también en febrero la asamblea eligió a Friedrich Ebert como presidente de la república. Se realizó con la idea de que en Alemania se diera la primera democracia parlamentaria.
2. Acontecimientos
En su evolución encontramos tres fases diferenciadas: la primera de 1918 a 1923 de una gran inestabilidad; la segunda de 1924 a 1929 de consolidación; y de 1929 a 1933 de agonía del sistema.
La República de Weimar se enfrentó a serias dificultades que finalmente precipitaron su desaparición en 1933. La primera de ellas fue la frágil base política sobre la que se fundó. Fueron los socialdemócratas, apoyados por los liberales y el centro católico, los que sacaron adelante la Constitución, en tanto que la izquierda (comunistas y otros grupos), así como la extrema derecha (nazis) la atacaron desde posturas contrapuestas.
A medida que la situación económica y social se fue deteriorando, liberales y católicos fueron retirando su apoyo a las instituciones republicanas, en tanto los nazis incrementaban su fuerza.
La segunda dificultad que hubieron de encarar los gobiernos republicanos, especialmente bajo el mandato del presidente Ebert(1918-1925), fue la cuestión de las indemnizaciones que Alemania estaba obligada a pagar a los vencedores de la Gran Guerra (unos 132.000 millones de marcos-oro a pagar en 30 años). La interrupción del pago de esas cantidades dio lugar a la invasión de la cuenca del Ruhr por un ejército franco-belga. La resistencia pasiva alentada por el gobierno alemán y la asunción de su coste por el Estado desencadenaron un proceso de hiperinflación que puso en serios aprietos la economía alemana. Además de las indemnizaciones, ricos territorios en yacimientos minerales y muy industrializados pasaron a manos de los vencedores.
Alsacia y Lorena fueron transferidas a Francia que las había perdido en 1870 tras la guerra franco-prusiana, y una parte de Prusia fue adjudicada al recién creado estado de Polonia. Las colonias de ultramar se repartieron entre Francia, Reino Unido, Bélgica, Japón y Australia. Estas cuestiones asociadas al fin de la guerra recayeron sobre las espaldas de los primeros gobernantes republicanos, acusados por la derecha y los militares de haber traicionado al país, asestándole una “puñalada en la espalda”.
La tercera dificultad que estabilizó la acción de la República fue su incapacidad para granjearse el apoyo de los ciudadanos. Su marcada política industrialista le sustrajo las simpatías de los sectores agrícolas; por su parte, las clases medias, muy perjudicadas por el bache económico de la posguerra y la ulterior crisis de 1929, también le volvieron la espalda.
Un sector de la clase obrera más radical, la representada por el Partido Comunista (KPD), simpatizante con el izquierdismo bolchevique, acusó a los gobiernos republicanos en general y a los socialdemócratas en particular, de defender exclusivamente los intereses de la burguesía y protagonizó una revolución comunista en Berlín (1 de enero de 1919), capitaneada por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.
La revolución Espartaquista fue duramente reprimida por el gobierno del presidente Ebert, quien se valió de la ayuda de antiguos militares imperiales y de grupos de extrema derecha, los "freikorps". Los grandes grupos industriales y capitalistas expresaron la necesidad de un Estado fuerte capaz de garantizar sus intereses económicos y plantar cara a las fuerzas sindicales y al “peligro bolchevique”.
La República se derechizó y cada vez fue más tolerante con los sectores golpistas nazis, permitiendo actuar con relativa impunidad a las milicias paramilitares de las SA y las SS.
Finalmente, el crac de 1929 y la consiguiente Gran Depresión destruyeron el escaso prestigio que gozaba la institución republicana. El desempleo se cebó en amplios sectores de la sociedad, alcanzando la cifra de los casi 8 millones de parados en 1931.
El 30 de enero de 1933 Hindenburg nombró canciller (jefe de gobierno) a Hitler, que poco tiempo después suprimió la democracia y con ello la República de Weimar.
3. Los años de crisis en Weimar (1919-1923)
La República de Weimar durante sus primeros años estuvo pasando por muchas crisis; su situación económica, política y social era adversa.
En Berlín, en el año 1919, Noske se une con Von Luttwitz y organizan una represión contra la huelga general. En ese mismo año estalla una crisis en Renania; esta región sufrió debido a su integración a Prusia ya que profesaban religiones distintas, y una parte de su territorio estaba ocupada por el ejército francés. El 1 de junio, Dorten proclama la Republica renana. 
Helfferich desata una campaña de violencia contra Erzberger en 1919 y en 1920 se dio un proceso por difamación, la cual fue un éxito para Helfferich. Al día siguiente estallo el putsch Kapp, Von Luttwitz y Kapp intentaron conducir a la Reichswehr a una dictadura militar; la Reichswehr se encontraba amenazada por la reducción de tropas y la extradición de los criminales de guerra. Kapp es nombrado canciller y la población organiza una resistencia que hace fracasar al putsch. 
En las elecciones del 6 de junio de 1920 hubo una doble victoria de la derecha, por parte de los nacionalalemanes y los populistas, y en la izquierda iban ganando los independientes. Se forma una nueva coalición y se constituye un gobierno de coalición burguesa. A finales de 1920 una parte de los independientes se une con los comunistas y la otra con los socialistas mayoritarios en 1922.
Cuando la autoridad central del Reich quiso aplicar una ley sobre la entrega de armas en Baviera, se dio un conflicto entre este y el nuevo régimen de Baviera, estalla una crisis que dura de 1920 a 1921. Después del asesinato de Erzberger estalla una nueva crisis porque se negaron a aplicar la ordenanza sobre la protección de la República. 
En 1920 y 1921 se realizó los plebiscitos del tratado de Versalles con referencia a los territorios; los resultados del plebiscito del 21 de marzo de 1921 parecían favorecer a Alemania. Los polacos intentan apoderarse del territorio y tienen combates con el ejército alemán hasta junio; en octubre la Sociedad de Naciones impone una frontera.
Desde 1919 se dieron conferencias internacionales. La conferencia de Spa trató del desarme y de las reparaciones, pero no quedó resuelto el problema del total de las reparaciones; este problema se abordó en la conferencia de Londres. En la conferencia de Cannes Alemania diseña su nueva política exterior. En 1922 se da una conferencia en Génova, a la que se invita a la URSS; dio como resultado el acuerdo de Rapallo.
Desde 1922 la inflación toma proporciones anormales. Desapareció la confianza en la moneda y después de varios años se logró recuperar. Los obreros se vieron perjudicados, pero una vez terminada la inflación todo volvió a la normalidad. La pequeña burguesía se vio más perjudicada y durante este periodo se proletarizó; aunque estaban arruinados desde antes. Las grandes empresas y los industriales se beneficiaron, pues los primeros se libraron de sus deudas y los segundos incrementaron su fortuna.
Dos años antes del putsch de Hitler, consiguió implantar su partido en Baviera y en Múnich ejercía el terror político. Debido a que kahr no acepta su apoyo, interviene para para disolver una reunión pública y después anuncia la constitución de unnuevo gobierno; al día siguiente Hitler huye y Baviera recupera la tranquilidad.
En 1923 la República de Weimar parece agonizante y en pocos meses la situación se reestablece. La economía se fortalece y el régimen sale profundamente transformado.
4. La pseudo-estabilidad en Weimar (1924-1929)
Tras la crisis de reconversión posbélica se pasó a un período seudoestable y aparente prosperidad conocido como los años veinte. Tras la crisis de 1923, se pudo reconstruir positivamente con una era conocida como la “Era de Stresemann”. Este ministro de Asuntos Exteriores fue astuto, reconocido por sus efectivas soluciones. En primer lugar, creó la moneda y la confianza en esta, la situación económica se restableció después del pan Dawes, este permitió la ascendencia de negocios alemanes y la ayuda económica extranjera especialmente el de EE.UU.
Locarno no era más que una etapa para alcanzar la igualdad con las demás potencias. La ceremonia de la entrada de Alemania a la Sociedad de Naciones fue un auténtico triunfo para el “tándem” Brian-Stresemann. La situación económica de Alemania había mejorado en los tres últimos años. Después se firmó el plan Young el 7 de junio de 1929, y complementados por una serie de acuerdos que se firmaron en La Haya indiscutiblemente esto representó un gran éxito.
5. Posturas ideológicas y aspectos culturales durante la República de Weimar
La crítica de derechas o la extensión del pensamiento antidemocrático nos revela un medio particularmente hostil a la Republica y a la idea democrática, además en el campo universitario entre 1918 a 1933, el profesorado fue siempre un foco de reaccionarios que se caracterizaba por un antisemitismo muy pronunciado y que se mantenía ligado a los valores más tradicionales de la Alemania imperial. También se dio el nacionalbolchevismo que intentaba conciliar las viejas tradiciones nacionalistas con la revolución obrera. Ha decir verdad era un grupo conformado por grupos intelectuales, de hombres políticos, centrados alrededor de ciertas publicaciones. Algunos procedían de la extrema izquierda otros en cambio de la extrema derecha. Por esta razón se crearon nuevas agrupaciones con una nueva forma de nacionalismo expansionista y si también racistas. También se dio una revista “Weltbuhne” que a principios se dedicó a la crítica social pero pensó a dedicarse a la vida política con un alto nivel cultural, literario y artístico.
Respecto a la expansión cultural por ejemplo en el cine fue caracterizada por el expresionismo que surgió en el periodo anárquico entre 1919 y 1923 que se dio películas como el “El gabinete del doctor Cagliari” y este tema se da ya que el individuo entra en confusión puesto que sociedad parecía desmoronarse. Algo similar sucede con el teatro ya que se orientó en dos direcciones por una parte como lo mencione el expresionismo y por otro el teatro puramente político. Esto implementó la participación de la sala donde se convirtió en uno de las principales salas de debates. Y respecto a la arquitectura se convirtió en moderna, donde se convirtieron en los pioneros del “funcionalismo”, intentando hacer aparecer el proceso de fabricación en la arquitectura y rechazando la ornamentación.
Respecto a la expansión cultural por ejemplo en el cine fue caracterizada por el expresionismo que surgió en el periodo anárquico entre 1919 y 1923 que se dio películas como el “El gabinete del doctor Cagliari” y este tema se da ya que el individuo entra en confusión puesto que sociedad parecía desmoronarse. Algo similar sucede con el teatro ya que se orientó en dos direcciones por una parte como lo mencione el expresionismo y por otro el teatro puramente político. Esto implementó la participación de la sala, donde se convirtió en uno de los principales salones de debates. Y respecto a la arquitectura se convirtió en moderna, donde se convirtieron en los pioneros del “funcionalismo”, intentando hacer aparecer el proceso de fabricación en la arquitectura y rechazando la ornamentación.
6. Crisis y muerte de la República de Weimar
Los años del fin se acercaban: en marzo de 1930, Hermann Müller, del partido socialdemócrata, encabezó el último gobierno mayoritario tuvo una disputa con los demás partidos que no lograban llegar a acuerdos en temas de empleo. Estos desacuerdos fueron la causa del desmoronamiento político. Tras la ruptura de esta unión partidista conocida como “gran coalición”, le sucedió en el poder un gobierno burgués liderado por Heinrich Brüning, del Partido Alemán del Centro, que sostuvieron en el poder al mariscal Paul von Hindenburg, como presidente del Reich.
En septiembre de 1930, el parlamento (Reichstag) tuvo elecciones y sorpresivamente el partido nacionalsocialista (NSDAP) fue uno de los que más votaciones obtuvieron. Su guía, un oscuro pero carismático líder llamado Adolf Hitler se había popularizado atrayendo las simpatías de la clase trabajadora y cierta ala burguesa a la que le gustaban sus radicalismos de derecha. Los socialdemócratas se sintieron presionados y modificaron estatutos para permitir la presencia del partido de Brüning en el gabinete y frenar, de alguna manera, la presencia de la derecha radical en el poder.
Sin embargo, muchos de los nuevos estatutos limitaron el poder del Reichstag y los partidos de derecha e izquierda, antiparlamentarios, ganaron adeptos y simpatizantes. Hitler se presentó a sí mismo y a su partido, como la única alternativa a los “peligros” del marxismo.
La estrategia tendría resultados: en las votaciones de 1932, los nazis obtuvieron la mayoría en el Parlamento y el ala conservadora logró convencer a Hindenburg, segundo presidente de la República, de darle la cancillería al ya políticamente poderoso Hitler. Heindenburg cedió, creyendo que con un parlamento multipartidista, Hitler estaría controlado. El 30 de enero de 1933 se nombró Káiser (canciller) a Adolf Hitler, quien al poco tiempo cambió su título por el Führer (conductor) del Tercer imperio (Reich) acabando con la efímera República de Weimar.
Bibliografía 
· Klein, Claude. (1985). De los espartaquistas al nazismo: La República de Weimar

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