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Anatomía funcional y principios generales de la regulación en el tracto gastrointestinal El tracto gastrointestinal (GI) se define como el trac-to alimentario de la boca al ano, e incluye los órga-nos glandulares asociados que vacían sus conteni- dos en el tracto. La función global del tracto gastrointestinal es introducir nutrientes y agua en el to- rrente circulatorio y eliminar los productos de deshecho. Los principales procesos fisiológicos que se producen en el tracto gastrointestinal son la motilidad, la secre- ción, la digestión y la absorción. La mayoría de los nu- trientes en la dieta de los mamíferos se consumen como sólidos y macronutrientes que no están preparados para ser transportados a través de las membranas celulares para entrar en el torrente circulatorio. De este modo, la digestión consiste en la modificación física y química de la comida de forma que la absorción se pueda llevar a cabo a través de las células epiteliales del intestino. Di- gestión y absorción requieren la motilidad de la pared muscular del tracto gastrointestinal para mover los con- tenidos a lo largo del mismo y favorecer la mezcla de comida y secreciones. Las secreciones del tracto gastro- intestinal y de sus órganos asociados se componen de enzimas, detergentes biológicos e iones que proporcio- nan un ambiente intraluminal optimizado para la diges- tión y absorción. Estos procesos fisiológicos están alta- mente regulados para optimizar la digestión y la absorción, y el tracto gastrointestinal está dotado de complejos sistemas reguladores para asegurar que se produzca de este modo. Además, el tracto gastrointesti- nal absorbe los medicamentos administrados por vía oral o rectal. El tracto GI también sirve como un importante órgano para la excreción de sustancias. Almacena y excreta sus- tancias de deshecho de los alimentos ingeridos, y excre- ta productos del metabolismo hepático, como coleste- rol, esteroides y metabolitos de medicamentos (todas éstas son moléculas liposolubles). Cuando se considera la fisiología del tracto GI es im- portante recordar que es un tubo largo en contacto con el exterior. Como tal, es vulnerable a los microorganis- mos que pueden entrar junto con el agua y la comida. Como medio de autoprotección el tracto GI posee un complejo sistema de defensa que se compone de célu- las inmunitarias y otros mecanismos inespecíficos de defensa. En realidad se puede considerar al tracto GI como el mayor órgano inmunitario del organismo. Este capítulo proporciona un resumen de la anatomía fun- cional y de los principios generales de regulación del sistema GI. ANATOMÍA FUNCIONAL La estructura del tracto GI varía enormemente de una región a otra, pero hay características comunes en la or- ganización global de su tejido. Esencialmente, el tracto GI es un cilindro hueco dividido en grandes segmentos funcionales; las estructuras principales a lo largo del tubo son: boca y faringe, esófago, estómago, duodeno, yeyuno, íleo, colon, recto y ano (fig. 26-1). Juntos, el duodeno, yeyuno e íleo conforman el intestino delgado, y el colon a veces recibe el nombre de intestino delgado. Asociados con este tubo existen estructuras glandulares que son invaginaciones de la pared del tubo; estas glán- dulas vacían sus secreciones a la luz intestinal (p. ej.: las glándulas de Brunner que segregan grandes cantidades de HCO3 al duodeno). Adicionalmente, también hay órga- nos glandulares unidos al tubo a través de conductos por los que vacían secreciones a la luz del mismo, por ejemplo, las glándulas salivales y el páncreas. Las grandes estructuras a lo largo del tracto GI tie- nen muchas funciones. Una de las principales es el al- macenamiento; el estómago y el colon son impor tantes órganos de almacenamiento para la comida digerida (también llamada quimo) y muestran especialización en función de su anatomía funcional (forma y tamaño) y mecanismos de control (contracciones tónicas del músculo liso) que les permiten realizar eficientemente su función. La función predominante del intestino del- gado es la digestión y la absorción; la mayor especiali- zación en esta región del tracto GI es la gran superficie con capacidad de absorción. El colon reabsorbe agua e iones para asegurar que no sean eliminados del orga- nismo. La comida ingerida se mueve a lo largo del trac- to GI por la acción muscular de sus paredes; separan- do las regiones del tracto GI, se encuentran estructuras musculares especiales llamadas esfínteres. Su función es aislar una región de la siguiente y proporcionar la retención selectiva de contenidos, o prevenir el reflu- jo, o ambas. El flujo sanguíneo al intestino es importante para transportar los nutrientes absorbidos al resto del or- ganismo. A diferencia de otros órganos, el drenaje ve- noso del tracto GI no regresa directamente al corazón sino que, primero, se introduce en la circulación por- tal que conduce al hígado. Así, el hígado es atípico en cuanto que recibe una considerable parte de su sumi- nistro sanguíneo distinta de la circulación arterial. El flujo sanguíneo GI también es notable por su regula- 26-485-495kpen.indd 487 24/2/09 10:25:12 http://booksmedicos.org Berne y Levy. Fisiología Esófago Estómago Hígado Vesícula Esfínteres esofágicos superior e inferior Esfínter de Oddi Píloro Páncreas Intestino delgado Esfínteres anales interno y externo Válvula ileocecal Colon Nódulo linfático Vellosidad Epitelio Lámina propia Muscular de la mucosa Muscular externa Glándula submucosa Plexo mientérico Plexo submucoso Serosa Submucosa Capa muscular circular Capa muscular longitudinal ● Figura 26-2. Organización ge- neral de las capas que componen la pared del tracto GI. ● Figura 26-1. Anatomía general del sistema GI y división en segmentos funcionales. ción dinámica; la circulación esplácnica recibe el 25% del gasto cardíaco, una cantidad desproporcionada a la masa del tracto GI que irriga. Después de una comi- da, la sangre puede ser desviada del músculo al tracto GI para soportar las necesidades metabólicas de la pa- red intestinal, y también para retirar los nutrientes ab- sorbidos. El drenaje linfático del tracto GI es importante para el transporte de sustancias liposolubles absorbidas a través de la pared del tracto GI. Como se verá más ade- lante, los lípidos y otras moléculas liposolubles (inclui- das algunas vitaminas y medicamentos) son engloba- dos en partículas demasiado grandes para pasar a los capilares, por lo que pasan a los vasos linfáticos de la pared intestinal. Estos vasos linfáticos drenan a con- ductos linfáticos mayores, que finalmente drenan al conducto torácico y, por él, a la parte arterial de la cir- culación sistémica. Esto tiene importantes aplicaciones fisiológicas en el metabolismo lipídico, y también en la capacidad de los fármacos para pasar directamente a la cir- culación sistémica. Especialización celular La pared tubular del intestino está formada por capas de células especializadas (fig. 26-2). Mucosa La mucosa es la capa más superficial del tracto GI. Está formada por el epitelio, la lámina propia y la muscular de la mucosa. El epitelio está formado por una única capa de células especializadas que pavi- menta la luz del tracto GI. Forma una capa continua a lo largo del tubo, junto con las glándulas y los órga- nos que drenan a la luz del mismo. En esta capa celu- lar, hay distintas células epiteliales especializadas; las más abundantes son los enterocitos, células ab- sortivas que expresan proteínas importantes para la digestión y la absorción de los macronutrientes. Las células enteroendocrinas contienen gránulos secre- tores que liberan péptidos y aminas reguladoras para regular la función GI. Además, las células de la muco- sa gástrica están especializadas en la producción de protones, y las células productoras de mucina a lo lar- go del tracto GI producen una glucoproteína denomi- nada mucina, que protege el tracto GI y lubrica elcon- tenido intraluminal. Las células epiteliales columnares están unidas por conexiones intercelulares conocidas como uniones es- trechas. Estas uniones son complejos de proteínas intra- celulares, y la firmeza de estas uniones se regula a través del período posprandrial. La naturaleza del epitelio varía 26-485-495kpen.indd 488 24/2/09 10:25:32 http://booksmedicos.org Capítulo 26 Anatomía funcional y principios generales de la regulación en el tracto gastrointestinal Vellosidad Cripta Cripta Superficie INTESTINO DELGADO Luz Luz COLON ● Figura 26-3. Comparación de la morfología del epitelio del intestino delgado y el colon. de forma importante entre las partes del tracto digesti- vo, dependiendo de la función predominante de cada re- gión. Por ejemplo, el epitelio intestinal está diseñado para la absorción; estas células intervienen en la absor- ción selectiva de nutrientes, iones y agua. Por el contra- rio, el esófago tiene un epitelio escamoso sin función absortiva. Es un conducto para el transporte de la comi- da ingerida, y por esto necesita protección frente a la comida gruesa, como la fibra; dicha protección está pro- porcionada por el epitelio escamoso. El área superficial del epitelio está tapizada por crip- tas y vellosidades (fig. 26-3). Las vellosidades son pro- yecciones en dedo de guante que sirven para aumentar el área de la superficie de la mucosa. Las criptas son in- vaginaciones o sacos en el epitelio. El epitelio que tapiza el tracto GI está en constante renovación mediante célu- las que se dividen; en los seres humanos, este proceso dura unos 3 días. Estas células proliferativas se localizan en las criptas, donde hay una zona proliferativa de célu- las madre intestinales. La lámina propia se sitúa inmediatamente por debajo del epitelio, y consiste, a grandes rasgos, en tejido con- juntivo laxo que contiene colágeno y fibrillas de elasti- na. La lámina propia es rica en varios tipos de glándu- las, y contiene vasos linfáticos y nódulos, capilares y fibras nerviosas. La muscular de la mucosa es la capa más fina e interna del músculo liso intestinal. Vista a través de un endoscopio, la mucosa tiene pliegues y crestas que son causadas por las contracciones de la muscular de la mucosa. Submucosa La siguiente capa es la submucosa, que consiste princi- palmente en tejido conjuntivo laxo con fibrillas de colá- geno y elastina. En algunas regiones del tracto GI hay glándulas (invaginaciones o pliegues de la mucosa) pre- sentes en la submucosa. Los grandes troncos nerviosos, vasos sanguíneos y linfáticos de la pared intestinal se en- cuentran en la submucosa, junto con uno de los plexos del sistema nervioso entérico: el plexo submucoso. Capas musculares La muscular externa o muscular propia se compone clásicamente de dos capas principales de células mus- culares lisas: una interna, circular, y una externa, lon- gitudinal. Las fibras musculares en la capa circular se orientan circunferencialmente, mientras que las fibras musculares de la capa longitudinal se orientan a lo largo del eje longitudinal del tubo. En los seres huma- nos y en la mayoría de los mamíferos, la capa muscu- lar circular del intestino delgado está dividida en una capa interna y densa, que está formada por células más pequeñas y juntas, y una capa más externa. Entre las capas circular y longitudinal se localiza el otro plexo del sistema nervioso entérico, el plexo mienté- rico. Las contracciones de la muscular externa mez- clan y hacen circular el contenido de la luz y lo propul- san a lo largo del tracto GI. La pared del tracto GI contiene muchas neuronas interconectadas. La submucosa contiene una densa red de células nerviosas denominadas plexo submuco- so (también conocido como plexo de Meissner). El principal plexo mientérico (plexo de Auerbacch) se encuentra entre las capas circular y longitudinal del músculo liso. Estos plexos intramurales constituyen el sistema nervioso entérico. Este sistema ayuda a inte- grar las actividades motora y secretora del sistema GI. Si los nervios simpáticos y parasimpáticos del intesti- no se seccionan, la mayoría de las actividades moto- ras y secretoras continúan, porque estos procesos es- tán directamente controlados por el sistema nervioso entérico. Serosa La serosa o adventicia es la capa más externa del tracto GI, y consiste en una capa de células mesoteliales esca- mosas. Forma parte del mesenterio que recubre la su- perficie de la pared abdominal y fija los órganos a la cavi- dad abdominal. Las membranas mesentéricas segregan un fluido fino y viscoso que ayuda a lubricar los órganos abdominales para que el movimiento de los mismos sea posible, mientras que las capas musculares se contraen y relajan. MECANISMOS REGULADORES DEL TRACTO GASTROINTESTINAL Como paso previo a examinar la fisiología del tracto gas- trointestinal en detalle, se explicarán aquí los mecanis- mos de control que regulan cada función. Al contrario de los sistemas cardiovascular o circulatorio, el tracto GI oscila entre períodos de relativa latencia (períodos inter- comidas) y períodos de intensa actividad tras la ingesta de comida (período posprandrial). En consecuencia, el tracto GI tiene que detectar y responder adecuadamente a la ingesta de comida. Además, los macronutrientes que contienen los alimentos pueden variar considerablemen- te, y son necesarios mecanismos que detecten estas va- riaciones y determinen respuestas fisiológicas adecua- das. Así, el sistema GI tiene que comunicarse con órganos 26-485-495kpen.indd 489 24/2/09 10:25:38 http://booksmedicos.org Berne y Levy. Fisiología TRES MECANISMOS DE COMUNICACIÓN MEDIANTE RESPUESTA INTEGRADA EN EL TRACTO GI Célula sensora Microvellosidad ENDOCRINA NEUROCRINA PARACRINA Célula diana Célula diana Mediador paracrino Hormona Célula objetivo Circulación Neurotransmisor Células diana Neurona sensitiva Neurona secretomotora Interneurona ● Figura 26-4. Los tres mecanismos por lo que se regula la función del tracto GI en la respuesta integrada a la ingesta. ● Figura 26-5. Fotografía de microscopía electrónica de una célula endocrina de tipo abierto del tracto GI. Nótese la mi- crovellosidad en la proyección apical y los gránulos secretores en la porción basolateral de la célula. (De Barrett K: Gastrointestinal physiology [Lange physiology Series]. New York, McGraw-Hill, 2005.) (Cortesía de Leonard R. Johnson, ph.D.) asociados a él, como el páncreas. Finalmente, y dado que el tracto GI es esencialmente un tubo largo, son necesa- rios mecanismos por los cuales los procesos que tienen lugar en la porción proximal sean tenidos en cuenta por las regiones más distales, y viceversa. Hay tres mecanismos de control principales involu- crados en la regulación de la función GI: endocrino, pa- racrino y neural (fig. 26-4). Regulación endocrina La regulación endocrina describe el proceso en el que la célula sensora del tracto GI, una célula enteroendo- crina, responde al estímulo secretando un péptido u hormona reguladora que viaja por el torrente sanguí- neo para localizar células desprendidas del punto de secreción. Las células que responden a una hormona GI expresan receptores específicos para esta hormona. Las hormonas liberadas del tracto GI tienen efectos so- bre células localizadas en otras regiones del tracto GI, como el páncreas. Además, las hormonas GI tienen efectos sobre otros tejidos sin papel directo en la diges- tión y la absorción, incluyendo células endocrinas he- páticas y cerebrales. Las células enteroendocrinas se encuentran integra- das con gránulos secretores cuyos productos son secre- tados como respuesta de la célula a estímulos químicos y mecánicos en la pared del tracto GI (fig. 26-5). Además, las células enteroendocrinas pueden ser estimuladas por impulsos neurales u otros factores independientes de la comida. Las células enteroendocrinas más habitua- les en la pared intestinal son del tipo «abierto»; estas cé- lulasposeen una membrana apical en contacto con la luz del tracto GI (generalmente, considerada como la locali- zación donde se genera el estímulo) y una membrana basolateral por la que fluyen las secreciones. Existen también células enteroendocrinas de tipo «cerrado», que no tienen membrana en contacto con la superficie lumi- nal del intestino; son un ejemplo las células enterocro- mafines del epitelio gástrico, que segregan histamina. 26-485-495kpen.indd 490 24/2/09 10:25:40 http://booksmedicos.org Capítulo 26 Anatomía funcional y principios generales de la regulación en el tracto gastrointestinal ● Tabla 26-1. Mediadores hormonales y paracrinos del tracto GI Hormona Origen Estímulo que la libera Vía de activación Dianas Efecto Colecistocinina Duodeno (células I) Ácidos grasos y proteínas hidrolizadas Paracrino, endocrino Terminales aferentes vagales, células acinares del páncreas Inhibición del vaciado gástrico y la secreción de protones; estimulación de la secreción de enzimas pancreáticas, saciedad, contracción de la vesícula biliar Gastrina Antro gástrico (células G) Oligopéptidos Endocrina Células ECL y células parietales del cuerpo gástrico Estímulo de las células parietales para secretar protones y células ECL para segregar histamina Secretina Duodeno (células S) Protones Paracrina y endocrina Terminaciones vagales aferentes y células del ducto pancreático Estimulación de las secreciones pancreáticas (agua y bicarbonato) Péptido gluco- insulinotropo Intestino (células K) Ácidos grasos y glucosa Endocrina Células B del páncreas Estímulo de la secreción de insulina Péptido YY (PYY) Intestino (células L) Ácidos grasos, glucosa y proteínas hidrolizadas Endocrina y paracrina Neuronas y músculo liso Inhibición del vaciado gástrico, secreción pancreática, secreción ácida gástrica, motilidad intestinal, saciedad Péptidos derivados del proglucagón 1 y 2 Intestino (células L) Ácidos grasos, glucosa y proteínas hidrolizadas Endocrina y paracrina Neuronas y células epiteliales Homeostasia de la glucosa, proliferación de células epiteliales A NIVEL CELULAR La modificación pospandrial de los péptidos hormonales confiere selectividad al receptor. Hay muchos subtipos de receptores para las hormonas peptídicas reguladoras liberadas desde las células endocri- nas en la pared intestinal. Su selectividad de acción está determinada por la modificación postranslacional de las hormonas peptídicas, que es la que les confiere selectivi- dad para el receptor. Un ejemplo de ello es el péptido YY (pYY). Hay muchos subtipos de receptor para el pYY, cla- sificados de Y1 a Y7, no todos ellos localizados en el intes- tino; Y2 e Y5 se expresan en el tracto GI. Las células en- docrinas de la pared intestinal liberan pYY, principalmente como respuesta a ácidos grasos, como un péptido de 36 aminoácidos. No obstante, puede ser fragmentado a pYY3-36 por la enzima dipeptídica peptidasa IV, una pep- tidasa de membrana. Esta forma de péptido es selectiva para el receptor Y2. Así, la presencia de la enzima que fragmenta el péptido puede alterar la respuesta biológica a la secreción de pYY. Hay muchos ejemplos de hormonas segregadas por el tracto GI (tabla 26-1); conviene recordar que la primera hormona descrita fue la hormona GI secretina. Una de las hormonas GI mejor estudiadas es la gastrina, libera- da por las células endocrinas que se sitúan en la pared del estómago distal. La liberación de gastrina es estimu- lada por la activación del sistema parasimpático GI, y su liberación estimula potencialmente la secreción ácida gástrica del período pospandrial. Regulación paracrina La regulación paracrina describe el proceso en el que un «mensajero químico» o péptido regulador se libera de una célula sensora, con frecuencia una célula ente- roendocrina, en la pared intestinal, para actuar sobre células objetivo cercanas, por difusión a través del es- pacio intersticial. Los agentes paracrinos ejercen sus acciones sobre distintos tipos celulares en la pared del tracto GI, incluyendo células musculares lisas, entero- citos con capacidad absortiva, células secretoras de las glándulas e incluso otras células enteroendocrinas. Existen varios agentes paracrinos importantes refleja- dos en la tabla 26-1, junto con su lugar de producción, punto de acción y función. Un importante mediador pa- racrino de la pared intestinal es la histamina. Las célu- las enterocromafines localizadas en las glándulas gás- tricas almacenan y liberar histamina en el estómago. La histamina se distribuye a través del espacio intersticial por la lámina propia hacia células parietales vecinas, y estimula la producción ácida. La serotonina (5-hidroxi- triptamina [5-HT]), liberada por las neuronas entéricas, mastocitos de la mucosa y células enterocromafines, regula las funciones del músculo liso y la absorción de agua a través de la pared intestinal. Hay otros mediado- res paracrinos en la pared intestinal, incluyendo pros- taglandinas, adenosina y óxido nítrico (NO); las funcio- nes de estos mediadores no son bien conocidas, pero son capaces de producir cambios en el funcionamiento del sistema GI. Muchas sustancias pueden funcionar a la vez como reguladores endocrinos y paracrinos del sistema GI. Por ejemplo, la colecistocinina, liberada en el duodeno como respuesta a las proteínas y lípidos de la dieta, actúa lo- calmente en las terminales nerviosas de forma paracri- na, y también influye sobre el páncreas. Esta caracterís- tica se tratará con detalle en el capítulo 29. Regulación neural de la función gastrointestinal Los nervios y neurotransmisores desempeñan un papel importante regulando la función del tracto GI. De forma esquemática, la regulación neural se produce cuando una terminal nerviosa localizada en el tracto GI libera un neurotransmisor con efecto sobre la célula que está iner- vando. De cualquier manera, no siempre hay sinapsis entre los nervios motores de las células efectoras y el tracto GI. La regulación neural del tracto GI es muy im- portante para cada órgano, así como entre partes distan- tes del tracto GI. 26-485-495kpen.indd 491 24/2/09 10:25:41 http://booksmedicos.org Berne y Levy. Fisiología LOS ESTÍMULOS INTESTINALES GENERAN RESPUESTAS A TRAVÉS DE LOS SISTEMAS NERVIOSOS ENTÉRICO Y CENTRAL CEREBRO Y MÉDULA ESPINAL ESTÍMULO SENSORES Mecánicos y químicos SISTEMA NERVIOSO ENTÉRICO EFECTORES Motilidad Secreción Flujo sanguíneo Nervios vagos Nervios pélvicos Médula oblongata (complejo vago dorsal) Médula oblongata Región toraco- lumbar Ganglio cervical superior Ganglios prevertebrales 1. Celíaco 2. Mesentérico superior 3. Mesentérico inferior 1 2 3 Médula espinal sacra A B ● Figura 26-6. Control neural jerarquizado de la función GI. Los estímulos de la comida sobre el tracto GI (químicos, mecánicos, osmóticos...) las vías sensiti- vas –aferentes– tanto intrínseca como extrínseca, que en consecuencia activarán los reflejos neurales intrín- seco y extrínseco. ● Figura 26-7. La inervación extrínseca del tracto GI está formada por la subdivisiones parasimpática (A) y simpática (B) del sistema nervioso autónomo. La regulación neural del tracto GI es sorprendente- mente compleja. El intestino está inervado por dos gru- pos de nervios: extrínsecos e intrínsecos. El sistema ner- vioso extrínseco se compone de nervios que inervan el intestino y cuyos cuerpos celulares se localizan fuera de la pared intestinal; estos nervios extrínsecos forman par- te del sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso intrínseco, también denominado sistema nervioso enté- rico, tiene cuerpos celulares integrados en la pared in- testinal (plexos submucoso y entérico). Algunas fun- ciones dependen de manera importante del sistema nervioso extrínseco, mientras que otras pueden tener lugar independientemente del mismo y enteramente con- troladas por el sistema nervioso entérico. No obstante, los nervios extrínsecos a menudopueden regular funcio- nes del sistema nervioso intrínseco (fig. 26-7). Sistema nervioso extrínseco La inervación neural extrínseca se produce a través de las dos grandes subdivisiones del sistema nervioso autóno- mo: los sistemas simpático y parasimpático (v. fig. 26-7). La inervación parasimpática del tracto GI se lleva a cabo por la vía del nervio vago y los nervios pélvicos. El ner- vio vago, el décimo par craneal, inerva el esófago, el estó- mago, la vesícula, el páncreas, la primera parte del intes- tino, el ciego y la parte proximal del colon. Los nervios pélvicos inervan la parte distal del colon y la región ano- rrectal, además de otros órganos pélvicos que no forman parte del tracto GI. En consonancia con la clásica organización del siste- ma nervioso parasimpático, los cuerpos pregangliona- res de sus neuronas se sitúan en el rafe (vago) o en la porción sacra de la médula espinal (pélvicos) Los axo- AplicAción clínicA El péptido glucagón-like («similar al glucagón») 1 o GLp-1 es un péptido regulador liberado por las células entero- cromafines de la pared intestinal como respuesta a la pre- sencia en la luz intestinal de lípidos e hidratos de carbono. El GLp-1 se origina por un procesamiento especial del gen del glucagón, el mismo gen que se expresa en el páncreas y da lugar al glucagón. El GLp-1 está implicado en la regu- lación de la glucemia estimulando la síntesis y secreción de insulina. Los agonistas del receptor de GLp-1 mejoran la sensibilidad a la insulina en modelos de animales diabé- ticos y en los seres humanos. La administración de GLp-1 también reduce el apetito y la ingesta, y retrasa el vacia- miento gástrico, respuestas que podrían contribuir a me- jorar la tolerancia a la glucosa. Los agonistas de larga du- ración del receptor de GLp-1, como la exanatida, han sido aprobados para el tratamiento de la diabetes de tipo 2. 26-485-495kpen.indd 492 24/2/09 10:25:44 http://booksmedicos.org Capítulo 26 Anatomía funcional y principios generales de la regulación en el tracto gastrointestinal nes de estas neuronas viajan por los nervios (vago y pél- vico) hacia el tracto GI, donde realizan sinapsis con las neuronas posganglionares en la pared del órgano que, en este caso, son neuronas entéricas de la pared GI. No hay una inervación directa desde los nervios eferentes a las células efectoras de la pared GI; la ruta de transmi- sión siempre es a través de una neurona del sistema ner- vioso extrínseco. En concordancia con la transmisión en el sistema ner- vioso autónomo, la sinapsis entre las neuronas pregan- glionares y posganglionares siempre es de tipo nicotíni- co. Esto significa que dicha sinapsis está mediada por la liberación de acetilcolina desde la terminación nerviosa y actuando sobre receptores nicotínicos localizados en la neurona posganglionar que, en este caso, es una neu- rona intrínseca. La inervación simpática está proporcionada desde cuer- pos celulares de la médula espinal y fibras que terminan en los ganglios prevertebrales (celíaco, mesentéricos supe- rior e inferior); éstas son las neuronas preganglionares que forman sinapsis con las neuronas posganglionares en el ganglio, desde donde las fibras llegan al órgano efector si- guiendo el trayecto de los grandes vasos sanguíneos y sus ramas. En ocasiones, la sinapsis se produce en los ganglios de la cadena paravertebral, como ocurre con la inervación simpática de otros órganos. Algunas fibras simpáticas va- soconstrictoras inervan directamente los vasos sanguíneos del tracto GI, y otras inervan estructuras glandulares en la pared intestinal. El sistema nervioso autónomo (tanto en su porción simpática como en la parasimpática) lleva las fibras de las neuronas aferentes (hacia el SNC); dichas fibras son sen- sitivas por naturaleza. Los cuerpos celulares de las afe- rentes vagales están en el ganglio nodoso. Estas neuronas tienen una proyección central que termina en el núcleo del tracto solitario de la médula, y otra proyección en la pared intestinal. Los cuerpos vertebrales de las neuronas espinales aferentes que recorren la vía simpática están organizadas de forma segmentaria y localizadas en los ganglios de las raíces dorsales medulares. Las terminacio- nes periféricas de los aferentes espinales y vagales se lo- calizan en todas las capas de la pared GI, donde recogen información sobre el estado del sistema GI. Las neuronas aferentes mandan esta información al SNC. Dicha informa- ción revela características del contenido luminal, como la acidez, el contenido en nutrientes y la osmolaridad, así como el grado de estiramiento o contracción del músculo liso. La inervación aferente también es responsable de transmitir los estímulos dolorosos al SNC. En la inervación extrínseca del tracto GI se encuen- tran todos los componentes de la vía refleja: neuronas aferentes, interneuronas y neuronas eferentes. Estos re- flejos pueden estar mediados enteramente por el nervio vago (reflejo vagovagal), que posee fibras tanto aferen- tes como eferentes. Las aferentes vagales mandan infor- mación sensitiva al SNC, donde forman sinapsis con una interneurona que conduce la actividad hacia la neurona eferente. Estos reflejos extrínsecos resultan fundamenta- les para la regulación del tracto GI tras la ingesta. Como ejemplo de un reflejo vagovagal importante se halla el reflejo de relajación gástrica, por el que la distensión gástrica origina una relajación del músculo liso gástrico; esto permite que el llenado gástrico se produzca sin un aumento de presión intraluminal. En general, como ocurre en otros sistemas del orga- nismo, los sistemas nerviosos simpático y parasimpáti- co tienden a trabajar de forma antagónica. En cualquier caso, esto no es tan sencillo como en el sistema cardio- vascular. La activación del sistema nervioso parasimpá- tico es importante para integrar la respuesta a la comida, como se verá en numerosas ocasiones en capítulos suce- sivos. El sistema nervioso parasimpático, generalmente, consigue la activación de procesos fisiológicos en la pa- red digestiva, aunque hay notables excepciones. Por el contrario, el sistema nervioso simpático tiende a inhibir las funciones digestivas, y se activa con mayor frecuencia en situaciones patológicas. Principalmente, la activación del sistema simpático inhibe las funciones de la muscu- latura lisa; la excepción a ello se encuentra en la inerva- ción simpática de los esfínteres, donde la activación sim- pática suele inducir la contracción muscular. Además, el sistema nervioso simpático es importante en la regula- ción del flujo sanguíneo del tracto GI. Inervación neural intrínseca El sistema nervioso entérico se compone de dos plexos principales, que no son sino agrupaciones de cuerpos neuronales (ganglios) y sus terminaciones, ambos inte- grados en la pared digestiva (fig. 26-8). El plexo mienté- rico se sitúa entre las capas musculares longitudinal y circular, y el plexo submucoso, en la submucosa. Las neuronas se ambos plexos se encuentras unidas por fi- bras interganglionares. Las neuronas del sistema nervioso entérico se clasi- fican, desde el punto de vista funcional, en neuronas aferentes e interneuronas o neuronas eferentes, de for- ma similar a las del sistema nervioso extrínseco. Así, todos los componentes de la vía refleja aparecen tam- bién en el sistema nervioso entérico. El estímulo sobre la pared digestiva es detectado por las neuronas aferen- tes, que activan las interneuronas, y éstas, a su vez, las neuronas eferentes para modificar la función. Por esta vía, el sistema nervioso entérico actúa de manera inde- pendiente de la inervación extrínseca. No obstante, y como se vio anteriormente, las neuronas del sistema nervioso entérico están inervadas por neuronas extrín- secas, y así la función de estas vías reflejas puede ser modulada por el sistema nervioso extrínseco. Como el sistema nervioso entérico es capaz de manejar sus pro- pias funciones integradas y rutas reflejascomplejas, a veces se conoce como el «pequeño cerebro del aparato digestivo», por su importancia y complejidad. Se calcula que hay tantas neuronas en el sistema nervioso entérico como en la médula espinal. Además, muchas hormonas GI también pueden actuar como neurotransmisores en el sistema nervioso autónomo y en regiones cerebrales im- plicadas en procesos autónomos. Estos mediadores y péptidos reguladores son, por tanto, conocidos como «péptidos cerebro-intestino», y los componentes, tanto extrínsecos con intrínsecos, son referidos como «eje ce- rebro-intestino». RESPUESTA DEL TRACTO GI A LA INGESTA Este capítulo introductorio proporciona una visión de con- junto sobre la anatomía y los mecanismos reguladores del tracto GI. En los capítulos siguientes se explicará la res- 26-485-495kpen.indd 493 24/2/09 10:25:45 http://booksmedicos.org Berne y Levy. Fisiología Plexo mientérico Plexo terciario Plexo muscular profundo Plexo muscular profundo Plexo mucoso Plexo mucoso Mucosa Nervio paravascular Nervio subseroso Plexo submucoso Nervios perivasculares Mesenterio Plexo mientérico Plexo submucoso Arteria submucosa Músculo circular Muscular de la mucosa Músculo longitudinal ● Figura 26-8. El sistema nervio- so entérico en la pared del tracto GI. puesta integrada a la ingesta, con el propósito de profundi- zar en los detalles de la fisiología GI. La respuesta a la inges- ta se divide clásicamente en fases: cefálica, oral, esofágica, gástrica, duodenal e intestinal. En cada fase, la comida pro- porciona determinados estímulos (químicos, mecánicos, osmóticos y otros) que activan diferentes mecanismos (neural, paracrino y humoral) para condicionar cambios en las funciones efectoras (secreción y motilidad). Existe bas- tante polémica en torno a los mecanismos reguladores que se han mencionado, y que se detallarán en capítulos poste- riores. Como ocurre con el mantenimiento de la homeosta- sia en otros sistemas del organismo, el control de las funcio- nes GI requiere mecanismos reguladores complejos para captar información y actuar de forma dinámica. AplicAción clínicA La enfermedad de Hirschsprung es una anomalía con- génita del sistema nervioso entérico caracterizada por la imposibilidad de paso del meconio en el parto, o estreñimiento grave en la infancia. La característica típica de la enfermedad es la ausencia de neuronas mientéricas y submucosas en la parte distal del colon y el recto. Es una enfermedad poligénica, con muta- ciones características en por lo menos tres clases dis- tintas de genes implicados en el desarrollo y diferen- ciación neuronal. 26-485-495kpen.indd 494 24/2/09 10:25:47 http://booksmedicos.org Capítulo 26 Anatomía funcional y principios generales de la regulación en el tracto gastrointestinal ■ CONCEPTOS FUNDAMENTALES 1. El tracto GI es un cilindro dividido en regiones que realizan diferentes funciones asociadas con la diges- tión y la absorción. 2. La pared del tracto GI se divide en capas: mucosa, submucosa y muscular. 3. Hay tres mecanismos principales de control: hormo- nal, paracrino y neural. 4. La inervación del tracto GI es particularmente intere- sante, porque se basa en dos componentes interrela- cionados: intrínseco y extrínseco. 5. La inervación extrínseca (cuerpos neuronales fuera de la pared del tracto GI) está compuesta por dos sub- divisiones del sistema nervioso autónomo: simpático y parasimpático; ambos tienen un importante compo- nente sensitivo (aferente). 6. La parte intrínseca del sistema nervioso entérico pue- de actuar independientemente de la inervación neural extrínseca. 7. Cuando la comida pasa por cada segmento del sis- tema GI, los mecanismos sensitivos detectan la presencia de nutrientes y desencadenan las res- puestas fisiológicas adecuadas en dicha región del tracto y en las distales a ella. Estas respuestas están mediadas por vías endocrinas, paracrinas y neurales. 26-485-495kpen.indd 495 24/2/09 10:25:47 http://booksmedicos.org Botón1:
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