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El hipotálamo y la glándula hipófisis

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El hipotálamo y la glándula hipófisis
La hipófisis (también denominada glándula pituita-ria) es una estructura endocrina pequeña (de unos 0,5 g de peso), pero compleja, localizada en la base 
del prosencéfalo (fig. 40-1). Está constituida por un com-
ponente epitelial, llamado adenohipófisis, y una estruc-
tura neural, denominada neurohipófisis. La adenohipófi-
sis está constituida por cinco tipos celulares, que 
segregan seis hormonas. La neurohipófisis libera varias 
neurohormonas. Todas las funciones endocrinas de la 
hipófisis se regulan por el hipotálamo y mediante circui-
tos de retroalimentación positiva y negativa.
ANATOMÍA
La valoración microscópica de la hipófisis muestra dos 
tipos de tejido distintos: epitelial y neural (fig. 40-2). La 
porción epitelial de la hipófisis humana se conoce como 
adenohipófisis. La adenohipófisis forma la parte ante-
rior de la hipófisis, y se suele denominar lóbulo anterior 
de la hipófisis, y las hormonas que produce se llaman 
hormonas hipofisarias anteriores. La adenohipófisis se 
divide en tres partes: a) la parte distal, que constituye el 
90% de la adenohipófisis; b) la parte tuberal, que rodea 
el tallo, y c) la parte intermedia, que sufre una regresión 
y no se describe en los adultos.
La porción neural de la hipófisis se denomina neurohi-
pófisis, y es un crecimiento en sentido descendente del 
hipotálamo. La parte más baja de la neurohipófisis se llama 
parte nerviosa, que también se conoce como lóbulo pos-
terior de la hipófisis (o sencillamente, «hipófisis poste-
rior»). En el extremo superior de la neurohipófisis existe 
una prominencia a modo de embudo denominada eminen-
cia mediana. El resto de la neurohipófisis que se extiende 
desde la eminencia mediana hacia la parte nerviosa se lla-
ma infundíbulo. El infundíbulo y la porción tuberal forman 
el denominado tallo hipofisario, que es la conexión física 
entre el hipotálamo y la hipófisis (fig. 40-2).
La hipófisis (lóbulo anterior y posterior) se sitúa den-
tro de una depresión en el hueso esfenoides, llamada 
silla turca. En general, los cánceres de la hipófisis sólo 
pueden crecer en una dirección, que es hacia el encéfalo 
y contra los nervios ópticos. Por tanto, cualquier aumen-
to de tamaño de la hipófisis suele asociarse con proble-
mas visuales, mareos o ambos. La silla turca queda se-
parada del encéfalo por una membrana que se conoce 
como diafragma de la silla.
LA NEUROHIPÓFISIS
La parte nerviosa es una estructura neurovascular que 
es el lugar donde se liberan las neurohormonas adyacen-
tes a un rico lecho de capilares fenestrados. Las hormo-
nas peptídicas que se liberan son la hormona antidiuré-
tica (ADH o arginina vasopresina) y la oxitocina. Los 
cuerpos celulares de las neuronas que se proyectan ha-
cia la parte nerviosa se localizan en los núcleos supraóp-
tico (NSO) y paraventricular (NPV) del hipotálamo (en 
este contexto, el término «núcleo» alude a una colección 
de cuerpos neuronales que se localizan dentro del SNC, 
mientras que «ganglio» se refiere a una colección de cuer-
pos neuronales situada fuera del SNC). Los cuerpos celu-
lares de estas neuronas se describen como magnocelu-
lares (cuerpos celulares grandes) y proyectan axones 
por el tallo infundibular como tractos hipotalamohipofi-
sarios. Estos axones terminan en la parte nerviosa (fig. 
40-3). Además de las prolongaciones y terminaciones
axonales de los NSO y NPV, existen células de soporte
parecidas a la glía, que se denominan pituicitos. La neu-
rohipófisis o hipófisis posterior está muy vascularizada,
y los capilares están fenestrados, lo que facilita la difu-
sión de hormonas hacia los vasos.
Síntesis de ADH y oxitocina
La ADH y la oxitocina son nonapéptidos (nueve ami-
noácidos) de estructura similar, que sólo se distinguen 
en dos aminoácidos. Tienen una actividad solapada li-
mitada. La ADH y la oxitocina se sintetizan como pre-
prohormonas (fig. 40-4). Cada prohormona alberga la 
estructura de la oxitocina o de la ADH y un péptido 
cosecretado, que puede ser la neurofisina I (asociada 
a la ADH) o la neurofisina II (asociada a la oxitocina). 
Estas preprohormonas se denominan preprovasofisi-
na y preprooxifisina. El péptido señal N se separa 
cuando el péptido se transporta al retículo endoplás-
mico. La prohormona se almacena dentro del retículo 
endoplásmico y el aparato de Golgi en un gránulo secre-
tor rodeado por una membrana en los cuerpos celula-
res de los NSO y NPV (fig. 40-5). Los gránulos secretores 
son transportados por vía intraaxonal a través de un 
mecanismo de transporte dependiente de ATP «rápi-
do» (es decir, milímetros por hora) a lo largo del tallo 
infundibular hasta las terminaciones axonales en la 
parte nerviosa. Durante el tránsito al gránulo secretor, 
las prohormonas se degradan mediante proteólisis, y 
dan lugar a cantidades equimolares de hormona y neu-
rofisina. Los gránulos secretores que contienen pépti-
dos procesados por completo se almacenan en las ter-
minaciones de los axones. Se pueden reconocer las 
zonas de ensanchamiento axonal por almacenamiento 
de los gránulos secretores con microscopio óptico y 
se denominan cuerpos de Herring.
La ADH y la oxitocina se liberan en la parte nervio-
sa como respuesta a estímulos que se detectan prin-
cipalmente en el cuerpo celular y las dendritas de las 
neuronas del NSO y NPV del hipotálamo. Los estímu-
los se producen principalmente en forma de neuro-
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40
Hipotálamo
Tallo
neuro-
hipofisario
Hipófisis
Cerebelo
Protuberancia
Médula
espinal
Duramadre
Silla
turca
Fosa
hipofisaria
Hueso esfenoides
Tabique
fibrocolágeno
que contiene
los quistes
Lóbulo
intermedio de
la adenohipófisis
(resto en
el adulto)
Adenohipófisis
Parte distal
Neuro-
hipófisis
Tallo
hipofisario
Eminencia
mediana
Cuerpo
mamilar
Cavidad del tercer
ventrículo
Diafragma
de la silla
Lóbulo
tuberal de la
adenohipófisis
Quiasma
óptico
Lóbulo
neural
A
● Figura 40-1. Sección transversal 
de la cabeza que muestra la proximidad 
del hipotálamo y la hipófisis, y su co-
nexión a través del tallo neurohipofisario 
(pituitario).
● Figura 40-2. A, Estructura macroscópica de la hipófisis. La hipófisis está situada debajo del hipo-
tálamo y conectada con éste mediante el tallo hipofisario. La glándula se localiza dentro de la silla turca, 
una fosa dentro del seno esfenoides, y se cubre por un reflejo de la duramadre, el diafragma de la silla. La 
parte distal constituye la mayor parte de la adenohipófisis. (Modificado de Stevens A. En: Lowe JS [dirs]: 
Human Histology, 3.ª ed., Filadelfia, Elsevier, 2005.)
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708 Berne y Levy. Fisiología
H
H
A
B
Cp
A
A
B
B
CB
Lecho capilar
Lóbulo anterior
de la hipófisis
Quiasma óptico
Hipotálamo
Lóbulo
posterior
de la hipófisis
Células
neurosecretoras
magnocelulares
● Figura 40-2 (cont.) B, La parte distal se origina en un tejido epitelial compuesto por las células 
acidófilas (A) (somatotropas y lactotropas) y basófilas (B) (tirotropas, gonadotropas y corticotropas). La 
neurohipófisis deriva del tejido neural, y su aspecto histológico recuerda a los nervios amielínicos (C). Cp: 
cromófobas; H: cuerpos de Herring. (De Young B y cols. [dirs]: Wheater’s Functional Histology, 5.ª ed., Fila-
delfia, Churchill Livingstone, 2006.)
● Figura 40-3. Las neuronas magnocelulares del hipotálamo 
(núcleos paraventricular y supraóptico) proyectan sus axones por 
la prolongación infundibular y terminan en la parte nerviosa (lóbu-
lo posterior), donde liberan sus hormonas (ADH u oxitocina) en el 
lecho capilar. (Modificado de Larsen pR y cols. [dirs]: Williams Text-
book of Endocrinology, 10.ª ed., Filadelfia, Saunders, 2003.)
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Exón
1
Exón
2
Exón
3
Intrón
2
GEN
Intrón
1
NP
*
NP
*
Transcripción,
escisión, splicing
ARN mensajero
Traducción, 
procesamiento, 
empaquetado
Productos
++
Señal Hormona Neurofisina (NP) Glucopéptido
Señal Hormona
Neurofisina
Neurofisina Glucopéptido
Hormona Glucopéptido
● Figura 40-4. Síntesis y procesamiento de la preprovasopresina o la preproxitocina.
transmisores liberados en las interneuronas hipotalá-
micas. Cuando los estímulos son suficientes, las 
neuronas se despolarizan y el potencial de acción se 
propaga por el axón. En las terminaciones axonales, el 
potencial de acción aumenta la [Ca++] intracelular, y 
esto determina una respuesta de secreción ante el es-
tímulo con exocitosis de la ADH o de la oxitocina, ade-
más de neurofisinas, hacia el líquido extracelular en 
la parte nerviosa (fig. 40-5). Las hormonas y las neu-
rofisinas penetran en la circulación periférica, y am-
bas se pueden medir en la sangre.
Acciones y regulación de la ADH 
y la oxitocina
La ADH actúa principalmente sobre los riñones y conser-
va agua (antidiuresis). Las acciones de la ADH y la regu-
lación de su secreción se han descrito en el capítulo 34. 
La oxitocina ejerce su acción principalmente sobre el 
útero gestante (inducción del parto) y las células mioepi-
teliales de la mama (bajada de la leche durante la lactan-
cia). Las acciones y la regulación de la oxitocina se co-
mentan en el capítulo 43.
LA ADENOHIPÓFISIS
La parte distal está constituida por cinco tipos de células 
endocrinas, que producen seis hormonas (tabla 40-1). Da-
das las características histológicas de los tipos celula-
res, las células corticotropas, tirotropas y gonadotropas 
se denominan basófilas hipofisarias, mientras que las 
somatotropas y lactotropas se llaman acidófilas hipofi-
sarias (v. fig. 40-2, B).
Ejes endocrinos
Antes de comentar las hormonas concretas de la ade-
nohipófisis, es importante comprender la organización 
estructural y funcional de la adenohipófisis con los 
ejes endocrinos (que se comentan brevemente en el 
capítulo 37; v. también tabla 40-1 y fig. 40-6). Cada eje 
endocrino tiene tres niveles de células endocrinas: a) 
neuronas hipotalámicas; b) células de la adenohipófi-
sis, y c) glándulas endocrinas periféricas. Las neuro-
nas hipotalámicas liberan hormonas liberadoras es-
pecíficas (XRH), que estimulan la secreción de unas 
hormonas trópicas específicas hipofisarias (XTH). En 
AplicAción clínicA
Dado que las hormonas de la neurohipófisis se sintetizan 
en el hipotálamo en lugar de en la hipófisis, la hipofisec-
tomía (resección de la hipófisis) no altera de forma per-
manente la síntesis y secreción de estas hormonas. Nada 
más realizarse la hipofisectomía, la secreción de hormo-
nas se reduce. Sin embargo, en un período de semanas, el 
extremo proximal seccionado de la vía sufre cambios his-
tológicos, y se forman pituicitos alrededor de las termina-
ciones nerviosas. Se observan vacuolas secretoras y se 
reinicia la secreción de hormonas en el extremo proximal. 
La secreción hormonal puede incluso normalizarse. por el 
contrario, las lesiones en las partes más proximales del 
tallo hipofisario pueden ocasionar la pérdida de cuerpos 
neuronales en los NpV y NSO.
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710 Berne y Levy. Fisiología
AVP
AV
P
AV
P
AVP
Cromosoma 20
ARN heteronuclear
Exón A Exón B Exón C
transcripción
ARN maduro
Exón A Exón B Exón C
splicing
Preprovasopresina
AVPSP NP GP
Transducción
Provasopresina
AVP NP GP
AVP NH2
NP
NP
GP
AVP
NP
Plasma
GP
NP
NP
NP
GP
GP GP
Núcleo
Retículo
endoplásmico
Complejo
de Golgi
Gránulos
neurosecretores
Microtúbulos
Axón en el
tallo hipofisario
Terminación
axonal en la
neurohipófisis
AVP
● Figura 40-5. Síntesis, pro-
cesamiento y transporte de la pre-
provasopresina. La ADH humana 
(también denominada arginina 
vasopresina o AVp) se sintetiza en 
los cuerpos de las células magno-
celulares hipotalámicas y se em-
paqueta en gránulos de neurose-
creción. Durante el transporte 
intraxonal de los gránulos por la 
prolongación infundibular hacia 
la parte nerviosa, la provasopresi-
na se escinde mediante la acción 
proteolítica en la hormona activa 
(AVp = ADH), neurofisina (Np) y 
una glucoproteína C terminal (Gp). 
La Np se dispone en tetrámeros 
que se unen a cinco moléculas de 
AVp. Los tres fragmentos se secre-
tan en las terminaciones axonales 
de la parte nerviosa (neurohipófi-
sis) y entran en la circulación sisté-
mica. Sólo la AVp (ADH) tiene ac-
tividad biológica. (Modificado de 
Larsen pR y cols. [dir]: Williams 
Textbook of Endocrinology, 10.ª ed., 
Filadelfia, Saunders, 2003.)
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A NIVEL CELULAR
Se han realizado importantes avances en la compren-
sión de la diferenciación de las cinco células endocrinas 
de la parte distal a partir de una célula precursora. El 
factor de transcripción del homeodominio Prop-1 se 
expresa poco después de la formación de la bolsa de 
Rathke y da origen a las líneas celulares de las células 
somatotropas, lactotropas, tirotropas y gonadotropas. 
En los seres humanos, algunas mutaciones poco fre-
cuentes del gen prop-1 determinan un tipo de defi-
ciencia de hormonas hipofisarias combinada. Estos 
individuos muestran enanismo por falta de GH, retraso 
mental por hipotiroidismo e infertilidad por ausencia 
de gonadotropinas. Se ha identificado en ratones un 
producto específico de un gen hipofisario, que se ex-
presa más tarde y se denomina Pit-1. pit 1 y su homó-
logo en los humanos POUF1 también son factores de 
transcripción de homeodominio. pOUF1 es absoluta-
mente necesario para la diferenciación de las células 
tirotropas, somatotropas y lactotropas, y estimula de 
forma directa la transcripción y expresión de TSH, GH y 
prolactina. Los individuos afectados por mutaciones de 
pOUF1 sufren enanismo y retraso mental. El factor de 
transcripción huérfano relacionado con el receptor nu-
clear de hormonas, factor esteroidogénico 1 (SF-1), 
se identificó originalmente en la corteza suprarrenal y 
las gónadas como regulador de la expresión de los ge-
nes de las enzimas esteroidogénicas. Sin embargo, SF-1 
se expresa también en neuronas GnRH del hipotálamo 
y en las gonadotropas hipofisarias. SF-1 regula la trans-
cripción de LH y FSH. Las mutaciones del gen SF-1 alte-
ran la función suprarrenal y gonadal, incluida la pérdida 
de gonadotropas en la hipófisis. Tpit es un factor de 
transcripción implicado en la diferenciación de las célu-
las corticotropas. Tpit interacciona con otros factores 
de transcripción para inducir la diferenciación de célu-
las corticotropas y la expresión del gen pOMC (v. más 
adelante). Las mutaciones del gen Tpit humano deter-
minan una deficiencia aislada de ACTH (es decir, no 
se afectan otros tipos celulares que también expresan 
el gen pOMC). Esto se traduce en una forma de insufi-
ciencia suprarrenal secundaria, que necesita trata-
miento de sustitución con glucocorticoides toda la vida 
(v. capítulo 42).
algunos casos, la producción de la hormona trópica 
hipofisaria está regulada de forma secundaria por la 
hormona inhibidora de la liberación (XIH). Las hor-
monas trópicas hipofisarias actúan después sobre 
unas glándulas endocrinas periféricas diana, y estimu-
lan la liberación por parte de las mismas de las hormo-
nas periféricas (X). Esta hormona periférica X realiza 
dos funciones generales: regula algunos aspectos de la 
fisiología humana y controla mediante retroalimenta-
ción negativa la hipófisis y el hipotálamo para inhibir 
la producción y secreción de las hormonas trópicas 
y liberadoras, respectivamente (v. fig. 40-6).
El nivelde regulación hipotalámico es de tipo neuro-
hormonal. Existen colecciones de cuerpos neuronales 
(denominados núcleos) en diversas regiones del hipotá-
lamo, y se conocen de forma colectiva como región hi-
pofisotrópica (es decir, estimuladora de la hipófisis o 
pituitaria) del hipotálamo. Estos núcleos se distinguen 
de las neuronas magnocelulares del NPV y NSO, que se 
proyectan hacia la parte nerviosa, donde tienen cuerpos 
neuronales pequeños o parvicelulares que proyectan 
sus axones hacia la eminencia mediana. Las neuronas 
parvicelulares segregan hormonas liberadoras desde 
sus terminaciones axonales en la eminencia mediana 
(fig. 40-7). Las hormonas liberadoras entran en un plexo 
primario de capilares fenestrados y después pasan a un 
segundo plexo capilar localizado en la parte distal a tra-
vés de los vasos porta hipotalamohipofisario (un vaso 
«porta» se define como un vaso que empieza y termina 
en los capilares sin atravesar el corazón). En el plexo 
capilar secundario, las hormonas liberadoras salen de 
los vasos mediante difusión, y se ligan a sus receptores 
específicos en los distintos tipos celulares concretos 
dentro de la parte distal. La unión neurovascular (es de-
cir, el tallo hipofisario) entre el hipotálamo y la hipófisis 
es algo frágil y puede romperse por un traumatismo físi-
co, cirugía o enfermedad hipotalámica. La lesión del tallo 
con el consiguiente aislamiento funcional de la adenohi-
pófisis condiciona un deterioro de la producción de to-
das las hormonas trópicas de la adenohipófisis, salvo la 
prolactina (v. más adelante).
Las células de la adenohipófisis forman el nivel inter-
medio del eje endocrino. La adenohipófisis segrega hor-
monas proteicas denominadas hormonas trópicas: 
ACTH, FSH, LH, TSH, GH y PRL (v. tabla 40-1). Con unas 
pocas excepciones, las hormonas trópicas se unen a los 
receptores correspondientes en las glándulas endocri-
nas periféricas. Dada esta disposición, las hormonas 
trópicas hipofisarias no suelen regular de forma directa 
las respuestas fisiológicas (v. capítulo 37).
Los ejes endocrinos tienen las siguientes característi-
cas importantes:
1. La actividad de un eje específico se mantiene habitual-
mente en un nivel determinado, variable de un indi-
viduo a otro, por lo general dentro de unos valores 
normales. Este nivel depende principalmente de la 
integración entre la estimulación hipotalámica y la 
retroalimentación negativa por las hormonas periféri-
cas. Es importante recordar que la retroalimentación 
negativa no depende de forma primaria de las res-
puestas fisiológicas reguladas por el eje endocrino 
específico, sino de la acción de la hormona periférica 
sobre el hipotálamo y la hipófisis (v. fig. 40-6). Por 
tanto, si se produce una reducción de la concentra-
ción de hormona periférica, aumentará la secreción 
de las hormonas liberadoras hipotalámicas y de las 
hormonas trópicas hipofisarias. Al aumentar la con-
centración periférica de la hormona, el hipotálamo y 
la hipófisis reducirán la secreción por la retroalimen-
tación negativa. Aunque determinados parámetros 
fisiológicos neuroendocrinos (p. ej., una hipoglucemia 
aguda) pueden regular algunos ejes endocrinos, estos 
ejes funcionan de forma semiautónoma con respecto 
a los cambios fisiológicos que inducen. Esta configu-
ración implica que una hormona periférica (p. ej., la 
hormona tiroidea) puede regular múltiples sistemas 
orgánicos sin que ellos ejerzan una regulación me-
diante retroalimentación negativa competitiva sobre 
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712 Berne y Levy. Fisiología
X
X
X Enfermedad endocrina primaria
(tiroides, corteza suprarrenal, gónadas, 
hígado)
Enfermedad endocrina secundaria
Enfermedad endocrina terciaria
X
Circuito
largo
Circuito
largo
Estimula
Inhibe
XTHXTH
XIH
XRH
XRH
Hipófisis
Glándula
periférica
Circuito
corto
Hipotálamo
● Tabla 40-1. 
Tipos celulares de la adenohipófisis: producción y acción hormonal, regulación hipotalámica 
y regulación mediante retroalimentación
Basófilas Acidófilas
Corticotropas Tirotropas Gonadotropas Somatotropas Lactotropas
Regulación 
hipotalámica 
primaria
Hormona 
liberadora de 
corticotropina 
(CRH), péptido de 
41 aminoácidos, 
estimulador
Hormona liberadora 
de tirotropina (TRH); 
tripéptido, 
estimulador
Hormona liberadora de 
gonadotropina (GnRH); 
decapéptido, estimulador
Hormona liberadora de 
hormona del crecimiento 
(GHRH); péptido de 44 
aminoácidos, estimulador
Somatostatina, 
tetradecapéptido, inhibidor
Dopamina 
(catecolamina), 
inhibidor
¿Factor liberador de 
PRL?, estimulador
Hormona trópica 
secretada
Hormona 
adrenocorticotropa 
(ACTH); proteína 
de 4,5 kDa
Hormona 
estimuladora del 
tiroides (TSH); 
hormona 
glucoproteica de 
28 kDa
Hormona estimuladora 
de los folículos y 
hormona luteinizante 
(FSH, LH); hormonas 
glucoproteicas de 28 y 
33 kDa
Hormona del crecimiento 
(GH): proteína de unos 
22 kDa
Prolactina (PRL); 
proteína de unos 
23 kDa
Receptor MC2R (GPCR ligado a Gs)
Receptor de TSH 
(GPCR ligado a Gs)
Receptores de FSH y LH 
(GPCR ligados a Gs)
Receptor de GH (receptor 
de citocinas ligado a JAK/
STAT)
Receptor de PRL 
(receptor de citocinas 
ligado a JAK/STAT)
Glándula endocrina 
diana
Zonas fasciculada 
y reticular de la 
corteza suprarrenal
Epitelio tiroideo
Ovario (teca y 
granulosa*)
Testículos (células de 
Leydig y Sertoli)
Hígado (pero también 
acciones directas, sobre 
todo efectos metabólicos)
Ausencia de glándula 
endocrina diana; no 
forma parte de ningún 
eje endocrino
Hormona periférica 
implicada en la 
retroalimentación 
negativa
Cortisol Triyodotironina
Estrógenos**, 
progesterona, 
testosterona e 
inhibina***
IGF-1 
GH (asa corta) Ninguna
*Tanto las células foliculares como las células de la granulosa y la teca luteinizadas.
**Los estrógenos también tienen un efecto de retroalimentación positiva en mujeres.
***La inhibina inhibe de forma selectiva la liberación de FSH en las células gonadotropas.
● Figura 40-6. Circuitos 
de retroalimentación negativa 
que regulan la secreción hor-
monal en un eje típico hipotála-
mo-hipófisis-glándula periféri-
ca. X: hormona de la glándula 
periférica; XIH: hormona hipo-
talámica inhibidora: XRH: hor-
mona liberadora hipotalámica; 
XTH: hormona trópica hipotalá-
mica.
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 Capítulo 40 El hipotálamo y la glándula hipófisis 713
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Células secretoras
de hormonas
Lóbulo anterior
de la hipófisis
Lechos capilares
Vasos porta
hipotálamo-hipofisarios
Hipotálamo
Eminencia mediana
Células
neurosecretoras
parvicelulares
Liberación
de hormonas
hipofisotropas
Transporte de hormonas
en la sangre
Transporte de hormonas
en la sangre
Transporte de hormonas
en la sangre
Estimulación 
o inhibición de
la liberación
de hormonas
en la adenohipófisis
Acción sobre las glándulas
endocrinas
● Figura 40-7. Vínculo neurovascular entre el hipotálamo y el lóbulo anterior (parte distal) de la hi-
pófisis. Las neuronas neurosecretoras «hipofisotrópicas» parvicelulares dentro de diversos núcleos hipota-
lámicos proyectan axones hacia la eminencia mediana, donde segregan hormonas liberadoras (RH). Las RH 
fluyen por el tallo hipofisario en los vasos porta hipotálamo-hipofisarios hacia la adenohipófisis. Las RH (y 
las hormonas inhibidoras de la liberación; v. texto) regulan la secreción de las hormonas trópicas en los 
cinco tipos celulares de la adenohipófisis. (De Larsen pR y cols. [dir]: Williams Textbook of Endocrinology, 
10.ª ed., Filadelfia, Saunders, 2003.)
la hormona. A nivel clínico, esta autonomía parcial 
supone que muchos aspectos de la fisiología del indi-
viduo quedan a merced de si existen alteraciones en 
un eje específico.
2. Las neuronas hipotalámicas hipofisiotropas suelen 
segregarse de forma pulsátil, y se adaptan a ritmos 
diarios y estacionales mediante los estímulosorigina-
dos en el SNC. Además, los núcleos hipotalámicos 
reciben diversos aportes neuronales de los niveles 
más altos y más bajos del encéfalo. Estos estímulos 
pueden ser a corto plazo (p. ej., infecciones o estrés 
de diversos tipos) o a largo plazo (p. ej., el comienzo 
de la función reproductora en la pubertad). Por tanto, 
la inclusión del hipotálamo en un eje endocrino per-
mite integrar una gran cantidad de información para 
determinar o modificar el punto de ajuste concreto 
para el eje (o ambas cosas). Desde un punto de vista 
clínico ello indica que existen una amplia gama de 
estados neurogénicos complejos que pueden alterar 
la función hipofisaria. El enanismo hipofisario es un 
ejemplo sorprendente en el cual los niños que reciben 
malos tratos o se ven sometidos a un estrés emocio-
nal intenso experimentan una velocidad de crecimien-
to menor como consecuencia de una menor produc-
ción de hormona del crecimiento en la hipófisis.
3. Unas concentraciones de una hormona periférica 
anormalmente elevadas o disminuidas (p. ej., de la 
hormona tiroidea) pueden deberse a un defecto en la 
glándula endocrina periférica (es decir, la tiroides), 
la hipófisis o el hipotálamo. Estas lesiones se denomi-
nan trastornos endocrinos primarios, secundarios y 
terciarios, respectivamente (v. fig. 40-6). Un conoci-
miento exhaustivo de las relaciones de retroalimenta-
ción dentro de un eje permite al médico determinar 
la localización del defecto. Las deficiencias endocri-
nas primarias suelen ser las más graves, porque sue-
len asociarse con una ausencia completa de la hormo-
na periférica.
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714 Berne y Levy. Fisiología
( ) Longitud del péptido en aminoácidos
Secuencias de MSH
Señal (26) Preproopiomelanocortina (265)
(146)
Péptido N-terminal (76) ACTH (39)
(13) CLIP
β-lipotropina (91)
γ-lipotropina (58) β-endorfina (31)
+ + +
+
+
βγ
α
● Figura 40-8. El transcrito original del gen de la proopiomelanocortina contiene estructuras de 
múltiples compuestos bioactivos. ACTH: hormona adrenocorticotropa; CLIp: péptido intermedio similar a 
la corticotropina; MSH: hormona estimuladora de los melanocitos. Obsérvese que la ACTH es el único 
péptido bioactivo liberado por las corticotropas humanas.
A NIVEL CELULAR
Cuando existen concentraciones suprafisiológicas, la 
ACTH determina el oscurecimiento de la piel clara (p. ej., 
en la enfermedad de Cushing). En condiciones normales, 
los queratinocitos expresan el gen pOMC, pero lo proce-
san a α-MSH en lugar de a ACTH. Los queratinocitos se-
cretan α-MSH como respuesta a la luz ultravioleta, y este 
compuesto actúa como un factor paracrino sobre los me-
lanocitos vecinos, determinando un oscurecimiento de la 
piel. La α-MSH se liga a MC1R en los melanocitos. Sin 
embargo, cuando existen concentraciones altas, la ACTH 
puede mostrar una reactividad cruzada con el receptor 
MC1R de los melanocitos de la piel (fig. 40-9). por tanto, 
el oscurecimiento de la piel es un indicador de unas 
concentraciones de ACTH excesivas.
Función endocrina de la adenohipófisis
La adenohipófisis está constituida por los siguientes ti-
pos de células endocrinas: corticotropas, tirotropas, go-
nadotropas, somatotropas y lactotropas (v. tabla 40-1).
Corticotropas
Las corticotropas estimulan (es decir, «son trópicas 
para») la corteza suprarrenal como parte del eje hipotá-
lamo-hipofiso-suprarrenal (HHS). Las corticotropas 
producen la hormona adrenocorticotropa (ACTH; tam-
bién denominada corticotropina), que estimula dos zo-
nas de la corteza suprarrenal (v. capítulo 42). La ACTH es 
un péptido de 39 aminoácidos que se sintetiza como par-
te de una prohormona de mayor tamaño, la proopiome-
lanocortina (POMC). Por tanto, las corticotropas se co-
nocen también como células POMC. La POMC alberga la 
secuencia de péptidos para la ACTH, formas de la hor-
mona estimuladora de los melanocitos (MSH), endorfi-
nas (opioides endógenos) y encefalinas (fig. 40-8). La 
corticotropina humana expresa exclusivamente la pro-
hormona convertasa, que produce ACTH como única hor-
mona activa secretada en estas células. Los otros frag-
mentos que se separan de POMC son el fragmento N 
terminal y la hormona β-lipotrópica (β-LPH). Ninguno de 
estos dos fragmentos desempeña un papel fisiológico en 
los seres humanos.
La ACTH circula como hormona libre no ligada a pro-
teínas, y su semivida es corta, de unos 10 minutos. Se 
une al receptor 2 de melanocortina (MC2R) en las célu-
las de la corteza suprarrenal (fig. 40-9). La ACTH aumen-
ta de forma aguda la producción de cortisol y andróge-
nos suprarrenales, incrementa la expresión de los genes 
de las enzimas esteroidogénicas y, a largo plazo, fomen-
ta el crecimiento y la supervivencia de estas dos zonas 
de la corteza suprarrenal (v. capítulo 42).
La ACTH está sometida al control estimulador del hi-
potálamo. Un subgrupo de neuronas hipotalámicas par-
vicelulares expresan el péptido hormona liberadora de 
procorticotropina (pro-CRH) (v. tabla 40-1). La pro-CRH 
se procesa hasta dar lugar a un péptido de 41 aminoáci-
dos amidado, CRH. La CRH estimula de forma aguda la 
secreción de ACTH e incrementa la transcripción del gen 
POMC. Las neuronas parvicelulares que expresan CRH 
también coexpresan ADH, y la ADH potencia la acción 
de la CRH sobre las corticotropas.
La secreción de ACTH muestra un prominente pa-
trón diurno, con un máximo a primeras horas de la 
mañana y un valle a última hora de la tarde (fig. 40-10). 
Además, la secreción de CRH, y por tanto de ACTH, es 
pulsátil.
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 Capítulo 40 El hipotálamo y la glándula hipófisis 715
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Tumor productor
de ACTH no
hipofisario
Luz UV
Queratinocitos
de la piel
Melanocitos
de la piel
PKA
Corticotropa
hipofisaria
Expresión de POMC
Secreción de ACTH
ACTH
(concentraciones
fisiológicas)
Cortisol
Diversos efectos
fisiológicos
ACTH
(concentraciones
suprafisiológicas)
En concreto
 ↑ Aumento de la glucemia
 ↓ Reducción de la respuesta 
 inflamatoria
Unión de alta
afinidad con
MC2R
Unión de baja
afinidad con
MC1R
• Tumor hipofisario
• Pérdida de la
 retroalimentación
F
is
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ló
gi
co
, a
lta
 a
fin
id
ad
PKA
Esteroidogénesis
Crecimiento celular
αMSH
↑ Aumento de la expresión
de POMC
Oscurecimiento de la piel
Liberación de CRH
en la eminencia mediana
Neuronas
CRH
Cortisol (−)
Cortisol (−)
CRH
CRH-R1
Adrenal
cortex PKA
↑ Aumento de la síntesis y
dispersión de la melanina
Despierto Dormido
C
on
ce
nt
ra
ci
ón
 s
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de
 A
C
T
H
● Figura 40-9. Las con-
centraciones normales de 
ACTH actúan sobre MC2R para 
aumentar el cortisol. Las con-
centraciones suprafisiológicas 
de ACTH actúan sobre MC2R y 
MC1R en los melanocitos y de-
terminan el oscurecimiento de 
la piel. (Modificado de porter-
field Sp, White BA: Endocrine 
physiology, 3.ª ed., Filadelfia, 
Mosby, 2007.)
● Figura 40-10. patrón diurno de ACTH sérica. (Modificado de por-
terfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 
2007.)
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716 Berne y Levy. Fisiología
CRH
Físico
Ritmos
diurnos
Emocional Otros
Punto
ajustado
ACTH CorticotropaRetroalimentación
larga (cortisol)
Retroalimentación 
corta (ACTH)
Estrés
Químico
(hipoglucemia)
(–)
Subunidad β-TSH 
Subunidad β-FSH
Subunidad β-LH
Subunidad β-hCG
TSH
FSH
LH
hCG
Receptor de TSH
Receptor de FSH
Receptor de LH
Receptor de LH
Más 
subunidad 
α-glucoproteína
(α-GSU)
● Figura 40-11. Eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal que 
muestra los factores que regulan la secreción de la hormona libe-
radora de corticotropina (CRH), ACTH, hormona adrenocorticotro-
pa. (Modificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 
3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
● Figura 40-12. Hormonas glucoproteicashipofisarias. La hCG se sintetiza en la placenta 
(v. capítulo 43) y se liga al receptor de LH. FSH: 
hormona estimuladora de los folículos; hCG: go-
nadotropina coriónica humana; LH: hormona 
luteinizante; TSH: hormona estimuladora del ti-
roides.
Existen múltiples reguladores para el eje HHS, y mu-
chos de ellos vienen mediados por el SNC (fig. 40-11). 
Muchos tipos de estrés, tanto neurogénico (p. ej., el mie-
do) como sistémico (p. ej., una infección), estimulan la 
secreción de ACTH. Los efectos del estrés vienen media-
dos por CRH y ADH y el SNC. La respuesta ante las mu-
chas formas de estrés intenso puede persistir a pesar de 
la retroalimentación negativa originada por las elevadas 
concentraciones de cortisol. Esto quiere decir que el hi-
potálamo tiene la capacidad de reajustar el «punto de 
ajuste» del eje HHS como respuesta al estrés. La depre-
sión crónica grave puede reajustar el eje HHS como con-
secuencia de la hipersecreción de CRH, y es un factor en 
el desarrollo del hipercortisolismo terciario. El cortisol 
ejerce una retroalimentación negativa sobre la hipófisis, 
a cuyo nivel suprime la expresión del gen POMC y la 
secreción de ACTH, y también sobre el hipotálamo, a 
cuyo nivel reduce la expresión del gen pro-CRH y la libe-
ración de CRH. Dado que el cortisol tiene un profundo 
efecto sobre el sistema inmunitario (v. capítulo 42), el 
eje HHS y el sistema inmunitario están acoplados de for-
ma estrecha. Además, las citocinas, sobre todo la inter-
leucina 1 (IL-1), IL-2 e IL-6, estimulan el eje HHS.
Tirotropas
Las tirotropas regulan la función del tiroides mediante la 
secreción de la hormona estimuladora del tiroides 
(TSH, denominada también tirotropina) como parte del 
eje hipotálamo-hipófisis-tiroides. La TSH es una de las 
tres hormonas glucoproteicas hipofisarias (v. tabla 40-
1), entre las cuales se incluyen también las hormonas 
estimuladoras de los folículos (FSH) y la luteinizante 
(LH) (v. más adelante). La TSH es un heterodímero con 
una subunidad α, denominada subunidad α-glucoproteína 
(α-GSU), y una subunidad β (β-TSH) (fig. 40-12). La α-GSU 
es común a TSH, FSH y LH, mientras que la subunidad β 
es específica de cada hormona (es decir, β-TSH, β-FSH y 
β-LH son únicas). La glucosilación de las subunidades 
aumenta su estabilidad en la circulación, y potencia la 
afinidad y especificidad de estas hormonas por sus re-
ceptores. Las semividas de TSH, FSH y LH (y de la gluco-
proteína parecida a LH placentaria denominada gonado-
tropina coriónica humana [hCG]) son relativamente 
largas, oscilando entre decenas de minutos y horas.
La TSH se liga al receptor en las células epiteliales 
tiroideas (v. capítulo 41). Como se comenta en el capítu-
lo 41, la producción de hormonas tiroideas es un proce-
so complejo con múltiples pasos. La TSH estimula bási-
camente todos los aspectos de la función tiroidea. 
Además, tiene un importante efecto trópico y estimula 
la hipertrofia, la hiperplasia y la supervivencia de las 
células epiteliales tiroideas. En las regiones geográficas 
con una disponibilidad limitada de yoduro (se necesita 
yoduro para la síntesis de la hormona tiroidea), las con-
centraciones de TSH están elevadas por una disminu-
ción de la retroalimentación negativa. Unas concentra-
ciones elevadas de TSH pueden provocar un crecimiento 
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 Capítulo 40 El hipotálamo y la glándula hipófisis 717
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Ca++ y PKC
Síntesis de TSH
Secreción de TSH
TSH
PKA
• Todos los aspectos de
 la síntesis y secreción
 de hormonas tiroideas
• Crecimiento celular
Neurona TRH
Temperatura,
estado metabólico
Estrés
• Infección
• Ayuno
Estímulos
del SNC
Ritmo
diurno
T3 (−)
T4, T 3
T3 (−)
TRH
Receptor de TRH
Receptor de TSH
Diversos efectos
fisiológicos
Tirotropa
hipofisaria
Célula
epitelial 
tiroidea
● Figura 40-13. Eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo. pKA: 
proteincinasa A; pKC: proteincinasa C; T3 : triyodotironina (forma 
activa de la hormona tiroidea); T4: tetrayodotironina; TRH: hormo-
na liberadora de tirotropina; TSH: hormona estimuladora del tiroi-
des. (Modificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 
3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
notable del tiroides, que se traduce en una protrusión 
en el cuello conocida como bocio.
La tirotropa hipofisaria es estimulada por la hormona 
liberadora de tirotropina (TRH) (v. tabla 40-1). La TRH, 
producida en un subgrupo de neuronas hipotalámicas 
parvicelulares, es un tripéptido con ciclado de una gluta-
mina en su extremo N terminal (piro-Glu) y un extremo C 
terminal amidado. La TRH se sintetiza como una prohor-
mona que contiene seis copias de TRH dentro de su se-
cuencia. Se une al receptor para TRH en las tirotropas (fig. 
40-13). Las neuronas TRH están reguladas por numerosos 
estímulos mediados por el SNC, y la TRH se libera según 
un ritmo diurno (máximo durante la noche y mínimo a la 
hora de la cena). La TRH se regula por diversos tipos de 
estrés, pero, a diferencia de lo que sucede con la CRH, el 
estrés inhibe su secreción. Entre las causas de estrés se 
encuentran el estrés físico, el ayuno y la infección. La for-
ma activa de la hormona tiroidea, triyodotironina (T3), 
ejerce un mecanismo de retroalimentación negativa sobre 
las tirotropas hipofisarias y las neuronas productoras de 
TRH. La T3 reprime la expresión de β-TSH y la sensibilidad 
de las tirotropas ante TRH. La T3 inhibe también la pro-
ducción y secreción de TRH.
Gonadotropas
Las células gonadotropas segregan FSH y LH (denomina-
das también gonadotropinas) y regulan la función de las 
gónadas en ambos sexos. Como tales, las gonadotropas 
desempeñan un papel esencial en el eje hipotálamo-hi-
pófisis-testículo y el eje hipotálamo-hipófisis-ovario (fig. 
40-14).
La FSH y la LH se segregan en distintos gránulos se-
cretores, y no se cosegregan en cantidades equimolares 
(a diferencia, por ejemplo, de lo que sucede con la ADH 
y la neurofisina). Esto permite la secreción independien-
te de FSH/LH por las células gonadotropas. Las acciones 
de FSH y LH sobre la función gonadal son complejas, 
especialmente en las mujeres, y se comentan con detalle 
en el capítulo 43. En general, las gonadotropinas estimu-
lan la secreción de testosterona en los hombres y de 
estrógenos y progesterona en las mujeres. La FSH au-
menta también la secreción de la proteína relacionada 
con el factor del crecimiento transformante β (TGF-β) 
que se denomina inhibina en ambos sexos.
La secreción de FSH y LH está regulada por una hormo-
na liberadora hipotalámica, la hormona liberadora de go-
nadotropinas (GnRH, llamada también LHRH). La GnRH 
es un péptido de 10 aminoácidos producido en un subgru-
po de neuronas hipotalámicas parvicelulares productoras 
de GnRH (v. fig. 40-14). La GnRH se produce en forma de 
una prohormona de mayor tamaño y, como parte de su 
procesamiento hasta llegar a ser un decapéptido, se modi-
fica con una glutamina ciclada (piro-Glu) en el extremo 
amino-terminal y un extremo carboxi-terminal amidado.
La GnRH se libera de forma pulsátil (fig. 40-15), y tanto 
la secreción pulsátil como la frecuencia de los pulsos tie-
nen una importante influencia sobre las células gonado-
tropas. La infusión continua de GnRH regula a la baja el 
receptor de GnRH, lo que determina una reducción de la 
secreción de FSH y LH. Por el contrario, la secreción pul-
sátil no desensibiliza a las gonadotropas frente a la GnRH, 
y la secreción de FSH y LH es normal. Cuando se produce 
AplicAción clínicA
Durante el desarrollo embrionario, las neuronas GnRH 
emigran al hipotálamo mediobasal desde la placoda na-
sal. Los pacientes con síndrome de Kallmann sufren un 
hipogonadismo hipogonadotropo terciario, que se 
asocia a menudo con la pérdida del sentido del olfato 
(anosmia). Se debe a una mutación del gen KAL, que se 
traduce en la incapacidad de los precursores de las neuro-
nas GnRHde emigrar bien hacia el hipotálamo y estable-
cer una relación neurovascular con la parte distal.
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718 Berne y Levy. Fisiología
Ca++, PKC, otras vías
Pulsos
de GnRH
lentos
Pulsos
de GnRH
rápidos
Síntesis y
secreción de LH
Síntesis y
secreción de FSH
FSHLH
PKA
Inhibina
Liberación pulsátil de GnRH 
en la eminencia mediana
Pubertad
Opioides
Estrés
Prolactina
Neuronas GnRH
Información
procedente
del SNC
(−)
(+)
(−) (−)
(+)
GnRH
Esteroides sexuales
Esteroides sexuales
Esteroides
sexuales
Receptor de GnRH
Receptor de FSHReceptor de LH
Diversos efectos
fisiológicos
Gonadotropas
hipofisarias
Inhibina
(retroalimentación
negativa selectiva
sobre FSH)
Tipos de 
células 
gonadales
Esteroidogénesis
Gametogénesis
● Figura 40-14. Eje hipotálamo-
hipófisis-gónadas. FSH: hormona esti-
muladora de los folículos; GnRH: hor-
mona liberadora de gonadotropina; 
LH: hormona luteinizante. (Modifica-
do de porterfield Sp, White BA: Endo-
crine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, 
Mosby, 2007.)
una frecuencia de un pulso cada hora, la GnRH aumenta 
de forma preferente la secreción de LH (fig. 40-16). Sin 
embargo, cuando los pulsos son más lentos, uno cada tres 
horas, la GnRH aumenta de forma preferencial la secre-
ción de FSH. Las gonadotropinas aumentan la síntesis de 
hormonas sexuales esteroideas (v. fig. 40-14). En los hom-
bres la testosterona y los estrógenos ejercen una retroa-
limentación negativa sobre la hipófisis y el hipotálamo. La 
progesterona exógena también inhibe la función de las 
gonadotropinas en los hombres, y se está considerando 
un posible ingrediente para los anticonceptivos orales 
masculinos. Además, la inhibina ejerce una retroalimenta-
ción negativa selectiva sobre la FSH en los hombres y en 
las mujeres. En las mujeres, la progesterona y la testoste-
rona realizan un efecto de retroalimentación negativa so-
bre la función gonadotropa a nivel del hipotálamo y la 
hipófisis. Las dosis bajas de estrógenos también tienen un 
efecto de retroalimentación negativa sobre la secreción 
de GSH y LH. Sin embargo, las concentraciones altas de 
estrógenos mantenidas durante 3 días provocan un pico 
de secreción de LH y, en menor medida, de FSH. Este efec-
to de retroalimentación positiva se observa en el hipotá-
lamo y la hipófisis. A nivel del hipotálamo, se observa un 
aumento de la amplitud y frecuencia de los pulsos de 
GnRH. En la hipófisis, las concentraciones altas de estró-
genos aumentan en gran medida la sensibilidad de las 
gonadotropas frente a la GnRH, tanto porque aumentan 
las concentraciones del receptor para esta sustancia 
como porque estimulan las vías de transmisión de señales 
posreceptor (v. capítulo 43).
Somatotropas
Las células somatotropas producen la hormona del creci-
miento (GH, denominada también somatotropina) y for-
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 Capítulo 40 El hipotálamo y la glándula hipófisis 719
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0
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10
8
6
1.200 1.300 1.400 1.500 1.600
Horas
G
nR
H
(p
g/
10
 m
in
)
LH
(n
g/
m
l)
50
40
30
20
10
0
500
400
300
200
100
0
20 20 25 30 35 4015 1510 105 50
Días
LH
 (
ng
/m
l)
F
S
H
 (
ng
/m
l)
1 pulso de GnRH/h 1 pulso de GnRH/h1 pulso de
GnRH/3 h
● Figura 40-15. Fluctuaciones 
de las concentraciones de LH en el 
plasma en una vena periférica y de 
GnRH en la vena porta en ovejas 
hembra oforectomizadas no aneste-
siadas. Cada pulso de LH se coordina 
con un pulso de GnRH, lo que apoya 
la idea de que la pulsatilidad de la 
liberación de LH depende de la esti-
mulación pulsátil de la hipófisis por 
la GnRH. (De Levine J y cols: Endocri-
nology 111:1449, 1982.)
● Figura 40-16. Regulación de la secre-
ción de FSH y LH codificada por la frecuencia 
en las células gonadotropas. Una elevada fre-
cuencia de GnRH (1 pulso/h) estimula prefe-
rentemente la secreción de LH, mientras que 
una frecuencia más lenta de GnRH induce la 
secreción de FSH. (De Larsen pR y cols. [dirs]: 
Williams Textbook of Endocrinology, 10.ª ed., 
Filadelfia, Saunders, 2003.)
man parte del eje hipotálamo-hipófisis-hígado (fig. 40-17). 
Una de las principales dianas de GH es el hígado, en el que 
estimula la producción del factor del crecimiento pareci-
do a la insulina de tipo I (IGF-I). La GH es una proteína de 
191 aminoácidos parecida a la prolactina (PRL) y al lactó-
geno placentario humano (hPL); en consecuencia, se ob-
serva cierta superposición de las acciones de estas hor-
monas. Existen múltiples formas de GH en el suero, y 
representan una «familia de hormonas», de las que la for-
ma de 191 aminoácidos (22 kDa) representa aproximada-
mente el 75% de GH circulante. El receptor para GH es un 
miembro de la familia de receptores de citocinas/GH/PRL/
eritropoyetina y, como tal, se liga a la vía de transmisión 
de señales JAK/STAT (v. capítulo 3). La GH humana tam-
bién puede actuar como agonista para el receptor PRL. El 
50% de la forma de 22 kDa de GH sérica se liga a la porción 
N terminal (el dominio extracelular) del receptor de GH y 
se denomina proteína transportadora de GH (GHBP). El 
enanismo Laron, que no tiene receptores normales para 
GH, aunque la secreción de esta hormona es normal, no 
tiene GHBP detectable en suero. La GHBP reduce la elimi-
nación renal y aumenta así la semivida biológica de la GH, 
que dura unos 20 minutos. El hígado y el riñón son los 
principales lugares de degradación de la GH.
La secreción de GH se ve sometida a un control doble 
por el hipotálamo (v. fig. 40-17). El hipotálamo estimula 
la secreción de GH principalmente a través del péptido 
hormona liberadora de hormona del crecimiento 
(GHRH). Esta hormona forma parte de la familia del po-
lipéptido intestinal vasoactivo (VIP)/secretina/glucagón, 
y se procesa a un péptido de 44 aminoácidos con un 
extremo carboxi-terminal amidado a partir de una pro-
hormona de mayor tamaño. La GHRH potencia la secre-
ción de GH y la expresión del gen de la GH. EL hipotála-
mo inhibe la síntesis hipofisaria de la GH y su liberación 
mediante el péptido somatostatina. La somatostatina 
inhibe la liberación de GH y TSH en la adenohipófisis. La 
secreción de GH también está regulada por la grelina, 
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720 Berne y Levy. Fisiología
SSGHRH
GH GH • GHBP
GH-R
GH-R
GH-R
Hepatocito
PKA
Neurona productora 
de somatostatina
Neurona 
GHRH
(+) (−)
(−)
+
(−)
Estrés
Ejercicio
Ayuno
Hipoglucemia
aguda
Envejecimiento
Circuito de
retroalimentación
corto
SS-RGHRH-R
Complejo
IGF-I/IGFBP/ALS
Órganos viscerales
Cartílago
Hueso
Otros
JAK/STAT
JAK/STAT
Receptor para IGF-I
Múltiples vías
de transmisión
de señales 
y efectos
IGF-I
Somatotropa 
hipofisaria
IGF-I
IGFBP
ALS
Enzimas gluco-
neogénicas
Síntesis de GH
Secreción de GH
↑ Lipólisis
↓ Captación
 de glucosa
JAK/STAT
Músculo
Adiposo
↑ Síntesis de proteínas
↓ Captación de glucosa
● Figura 40-17. Eje hipotá-
lamo-hipófisis-hígado. ALS: sub-
unidad lábil al ácido; GHBp: pro-
teína transportadora de hormona 
del crecimiento; GHRH: hormo-
na liberadora de hormona del 
crecimiento; IGFBp: proteína 
transportadora del factor de cre-
cimiento parecido a la insulina; 
IGF-I: factor de crecimiento pare-
cido a la insulina I; SS: somatos-
tatina. (Modificado de porterfield 
Sp, White BA: Endocrine physio-
logy, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 
2007.)
que se produce principalmente a nivel del estómago, 
pero que también se expresa en el hipotálamo. La grelina 
aumenta el apetito, y puede servir como señal para coor-
dinar la adquisición de nutrientes con el crecimiento.
El principal estímulo de retroalimentación negativa 
sobre las somatotropas depende de IGF-I (v. fig. 40-17). 
La GH estimula la producción hepática del IGF-I, y el IGF-I 
inhibe la síntesis y secreción de GH en la hipófisis y el 
hipotálamo siguiendoun circuito de retroalimentación 
«largo» clásico. Además, la propia GH ejerce una retroa-
limentación negativa sobre la liberación de GHRH me-
diante un circuito de retroalimentación «corto». La GH 
aumenta también la liberación de somatostatina.
La secreción de GH, como sucede con la de ACTH, 
muestra un prominente ritmo diurno, de forma que las 
secreciones máximas se producen a primera hora de la 
mañana, justo antes de despertarse. Su secreción se esti-
mula durante el sueño, por el sueño de ondas lentas (es-
tadios III y IV). La secreción de GH es mínima durante el 
día. Este ritmo se rige por patrones de sueño-vigilia, más 
que de luz-oscuridad, de forma que se produce un cambio 
de fase en las personas con turnos de trabajo nocturno. 
Como sucede clásicamente con las hormonas de la ade-
nohipófisis, la secreción de GH es pulsátil. Las concen-
traciones séricas de GH muestran amplias variaciones 
(0-30 ng/ml con valores principalmente comprendidos en-
tre 0 y 3). Dada esta notable variación, las concentracio-
nes de GH séricas tienen poco valor clínico, salvo que se 
sepa la hora a la que se obtuvo la muestra. Es frecuente 
que el clínico mida el IGF-I en lugar de la GH, porque la 
secreción del IGF-I está regulada por la GH y su semivida 
circulante es relativamente larga, y esto reduce los cam-
bios pulsátiles y diurnos en la secreción.
La secreción de GH también está regulada por diversos 
estados fisiológicos. La GH se clasifica como una de las 
hormonas de «estrés», y aumenta por el estrés neurogé-
nico y físico. Induce la lipólisis, aumenta la síntesis de 
proteínas y antagoniza la capacidad de la insulina para 
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 Capítulo 40 El hipotálamo y la glándula hipófisis 721
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Tejido adiposo
GH
Hígado Músculo
↑ Masa corporal magra
↓ Obesidad
↓ Captación de glucosa
↑ Lipólisis
↓ Captación 
 de glucosa
↑ Captación 
 de aminoácidos
↑ Síntesis 
 de proteínas
IGF
Riñón
Páncreas
Intestino
Islotes
Paratiroides
Piel
Tejido conjuntivo
Hueso,
corazón,
pulmón
↑ Síntesis de proteínas
↑ Síntesis de ARN
↑ Síntesis de ADN
↑ Tamaño y número 
 de células
↑ Captación 
 de aminoácidos
↑ Síntesis de proteínas
↑ Síntesis de ARN
↑ Síntesis de ADN
↑ Colágeno
↑ Sulfato de condroitina
↑ Tamaño y número 
 de células
↑ Crecimiento lineal
Condrocitos
↑ Tamaño de órganos
↑ Función de órganos
↑ Síntesis de ARN
↑ Síntesis 
 de proteínas
↑ Gluconeogénesis
↑ IGFBP
↑ IGF
● Figura 40-18. Acciones 
biológicas de la GH. Los efectos 
sobre el crecimiento lineal, el tama-
ño de los órganos y la masa corpo-
ral magra vienen mediados, por lo 
menos en parte, por los factores de 
crecimiento parecidos a la insulina 
(IGF) (somatomedinas) producidos 
en el hígado y también en los teji-
dos diana para GH. IGFBp: proteína 
transportadora del factor de creci-
miento parecido a la insulina.
reducir la glucemia. No resulta sorprendente que la hipo-
glucemia aguda sea un estímulo para la secreción de GH, 
ni que esta hormona se clasifique como hormona hi-
perglucemiante. Un aumento de la concentración sérica 
de algunos aminoácidos estimula también la secreción de 
GH, mientras que el aumento de la glucemia o de los áci-
dos grasos libres inhibe esta secreción. La obesidad tam-
bién inhibe la secreción de GH, en parte por la resistencia 
a la insulina (hiperglucemia relativa) y el aumento de las 
concentraciones de ácidos grasos libres circulantes. Por 
el contrario, el ejercicio y el ayuno estimulan la secreción 
de GH. Otras hormonas implicadas en la regulación de la 
secreción de GH son los estrógenos, los andrógenos y las 
hormonas tiroideas, que potencian la secreción de GH 
e IGF-I, además de la maduración ósea.
Acciones directas e indirectas de la hormona del cre-
cimiento. La GH actúa de forma directa sobre el hígado, 
el músculo y el tejido adiposo para regular el metabolismo 
energético (fig. 40-18). Desplaza el metabolismo de los lí-
pidos para el consumo energético, lo que permite conser-
var los hidratos de carbono y las proteínas. La GH es una 
hormona anabolizante de proteínas que aumenta la cap-
tación celular de aminoácidos y su incorporación a las 
proteínas, al tiempo que inhibe la proteólisis. En conse-
cuencia, determina retención de nitrógeno (equilibrio po-
sitivo del nitrógeno) y reduce la producción de urea. El 
adelgazamiento de la masa muscular asociado con el en-
vejecimiento se debe, por lo menos en parte, a una reduc-
ción de la secreción de GH con la edad.
La GH es una hormona lipolítica que activa la lipasa 
sensible a las hormonas y moviliza así las grasas neutras 
del tejido adiposo. En consecuencia, las concentraciones 
de ácidos grasos séricos aumentan tras la administración 
de GH, se usan más grasas para producir energía, y hay 
un aumento de la captación y oxidación de los ácidos 
grasos en el músculo esquelético y el hígado. La GH pue-
de ser cetogénica como consecuencia del aumento de la 
oxidación de los ácidos grasos (este efecto cetogénico de 
la GH no se observa cuando las concentraciones de insu-
lina son normales). Si se administra insulina además de 
GH, los efectos lipolíticos de la GH desaparecen.
La GH modifica el metabolismo de los hidratos de car-
bono. Muchas de sus acciones pueden ser secundarias a 
un aumento de la movilización y oxidación de las grasas 
(hay que recordar que un aumento de los ácidos grasos 
libres en suero inhibe la captación de glucosa en el mús-
culo esquelético y el tejido adiposo). Tras administrar GH, 
la glucemia aumenta. Los efectos hiperglucemiantes de la 
GH son leves y más lentos que los observados con el 
glucagón y la adrenalina. El aumento de la glucemia se 
debe, en parte, a una menor captación de glucosa y un 
menor uso en el músculo esquelético y el tejido adiposo. 
La producción de glucosa hepática aumenta, pero posi-
blemente no por glucogenólisis. De hecho, las concentra-
ciones de glucógeno pueden aumentar tras administrar 
GH. Sin embargo, el aumento de la oxidación de los ácidos 
grasos y el incremento de la acetil coenzima A (acetil CoA) 
hepática estimulan la gluconeogénesis, seguida de un au-
mento de la producción de glucosa a partir de sustratos 
como el lactato o el glicerol.
La GH antagoniza las acciones a nivel posreceptor de 
la insulina en el músculo esquelético y el tejido adiposo 
(pero no en el hígado). La hipofisectomía (resección de 
la hipófisis) puede mejorar el control de la diabetes, por-
que la GH, igual que el cortisol, reduce la sensibilidad a 
la insulina. Dado que la GH determina insensibilidad 
frente a la insulina, se considera una hormona diabe-
togénica. Cuando se segrega de forma excesiva, la GH 
puede provocar una diabetes mellitas, y aumentan las 
concentraciones de insulina necesarias para mantener 
el metabolismo normal. Una secreción excesiva de insu-
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722 Berne y Levy. Fisiología
Naci-
miento
Infancia Pubertad Vida adulta Senescencia
Secreción de hormona del crecimiento
● Figura 40-19. patrón de secreción de GH durante la vida. 
Las concentraciones de GH son más altas en los niños que en los 
adultos, con un período de secreción máxima durante la pubertad. 
La secreción de GH se reduce con los años.
lina secundaria al exceso de GH puede provocar lesiones 
en las células β pancreáticas. En ausencia de GH la se-
creción de insulina disminuye. Por tanto, se necesitan 
concentraciones normales de GH para que la función 
pancreática y la secreción de insulina sean normales.
Efectos indirectos de la hormona del crecimiento 
sobre el crecimiento. La GH aumenta el crecimiento es-
quelético y visceral; los niños sin GH muestran un retra-
so del crecimiento o enanismo. La GH induce también el 
crecimiento del cartílago, la longitud de los huesos lar-
gos y el crecimiento perióstico. La mayoría de estos efec-
tos se median por un grupo dehormonas denominadas 
factores del crecimiento parecidos a la insulina.
Los IGF son hormonas multifuncionales que regulan 
la proliferación, la diferenciación y el metabolismo celu-
lares. Estas hormonas proteicas se parecen a la insulina 
en su estructura y función. Las dos hormonas de esta 
familia, IGF-I e IGF-II, se producen en muchos tejidos, y 
AplicAción clínicA
Cuando se dispone de gran cantidad de nutrientes, las con-
centraciones séricas altas de aminoácidos estimulan la secre-
ción de GH e insulina, y la glucemia alta estimula la secreción 
de insulina. Las elevadas concentraciones de GH, insulina y 
nutrientes en el suero estimulan la producción de IGF, y estas 
condiciones son adecuadas para el crecimiento. Sin embar-
go, cuando la dieta es rica en calorías, pero pobre en ami-
noácidos, la respuesta hormonal es distinta. Aunque la ele-
vada disponibilidad de hidratos de carbono determina una 
elevada disponibilidad de insulina, las bajas concentraciones 
de aminoácidos séricos inhiben la producción de GH e IGF. 
Estas condiciones permiten que se almacenen los hidratos de 
carbono y las grasas de la dieta, pero no generan condicio-
nes adecuadas para el crecimiento de los tejidos. por otro 
lado, durante el ayuno, cuando se reduce la disponibilidad 
de nutrientes, las concentraciones de GH sérica aumentan y 
las concentraciones de insulina disminuyen (por la hipoglu-
cemia). La producción de IGF será baja, y las condiciones no 
serán favorables para el crecimiento. En estas circunstancias, 
el aumento de la secreción de GH resulta beneficioso, por-
que induce una movilización de las grasas al tiempo que re-
duce al mínimo la pérdida de proteínas tisulares. Cuando no 
existe insulina, disminuye el consumo de glucosa por los te-
jidos periféricos, lo que conserva glucosa para los tejidos 
esenciales, como el encéfalo (fig. 40-20).
AplicAción clínicA
La GH es precisa para el crecimiento antes de la edad adul-
ta, y su deficiencia puede producir enanismo, mientras que 
el exceso es origen de gigantismo. El crecimiento normal 
necesita unas concentraciones normales de GH, pero tam-
bién de hormonas tiroideas, insulina y esteroides sexuales.
Enanismo. Si se produce una deficiencia de GH antes de 
la pubertad, el crecimiento queda muy alterado. Los indivi-
duos con este trastorno están relativamente bien proporcio-
nados y tienen una inteligencia normal. Si la deficiencia de la 
adenohipófisis se limita a la GH, su vida tiene una duración 
normal. En ocasiones, tienen un aspecto «seboso», porque 
se pierde la lipólisis inducida por la GH. Si sufren un enanis-
mo panhipofisario (faltan todas las hormonas de la adeno-
hipófisis) con deficiencia de gonadotropinas, pueden no al-
canzar la madurez sexual y serán infértiles. Los enfermos con 
enanismo muestran pocas alteraciones metabólicas, salvo la 
tendencia a la hipoglucemia, insulinopenia y aumento de 
la sensibilidad a la insulina. Existen múltiples fuentes posibles 
de alteración. La secreción de GH puede estar reducida, pero 
también lo puede estar la producción de IGF estimulada por 
GH o la actividad de IGF. Los enanos Laron muestran resis-
tencia frente a la GH, porque sufren un defecto genético en 
la expresión del receptor para GH, lo que altera su respuesta 
a esta sustancia. por tanto, aunque estos enfermos tienen 
unas concentraciones de GH normales o elevadas, los ena-
nos Laron no producen IGF como respuesta a la GH. Tratar 
con GH a los pacientes con enanismo Laron no corrige esta 
alteración del crecimiento. Los pigmeos africanos son otro 
ejemplo de alteración del crecimiento. Estos pacientes tienen 
unas concentraciones séricas de GH normales, pero no 
muestran el incremento de IGF normal durante la pubertad. 
pueden sufrir un defecto parcial en los receptores de GH, 
porque las concentraciones de IGF-I no aumentan con nor-
malidad cuando se les administra GH. Sin embargo, las con-
centraciones de IGF-II son normales. A diferencia de los ena-
nos Laron, no muestran una ausencia total de respuesta de 
IGF ante la GH.
La deficiencia de GH se está reconociendo cada vez más 
en los adultos como un síndrome patológico. Si la deficiencia 
de GH se produce tras el cierre de las epífisis, el crecimiento 
no se altera. La deficiencia de GH es una de las múltiples 
causas posibles de hipoglucemia. Estudios recientes han de-
mostrado que las deficiencias prolongadas de GH determi-
nan cambios en la composición corporal. Aumenta el por-
centaje de peso corporal correspondiente a la grasa, mientras 
que se reduce el de proteínas. Además, la deficiencia de GH 
cursa con debilidad muscular y cansancio precoz. Dado que 
la pérdida muscular asociada con el envejecimiento puede 
deberse a una disminución de la producción de GH en rela-
ción con la edad (fig. 40-19), se está utilizando GH de forma 
experimental en los ancianos para retrasar el deterioro físico 
del envejecimiento. No se ha determinado todavía la eficacia 
de este tratamiento en los seres humanos.
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 Capítulo 40 El hipotálamo y la glándula hipófisis 723
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Ingesta de
proteínas
↑ GH
↑ Somatomedina
↑ Insulina
↑ Síntesis de proteínas
↑ Crecimiento
↑↓ Depósito de calorías
Ingesta de
hidratos
de carbono
↓ GH
↑↓ Somatomedina
↑ Insulina
↑↓ Síntesis de proteínas
↑↓ Crecimiento
↑ Depósito de calorías
Ayuno
↑ GH
↓ Somatomedina
↓ Insulina
↓ Síntesis de proteínas
↓ Crecimiento
↑ Movilización de calorías
 (p. ej., lípidos)
 ↑ Aumento
 Reducción
↑ Ausencia de cambios significativos
↑
↑
● Figura 40-20. Regula-
ción complementaria de la se-
creción de GH e insulina, que 
coordina la disponibilidad de nu-
trientes con el anabolismo y el 
almacenamiento o la moviliza-
ción de calorías. Obsérvese que 
ambas hormonas aumentan por 
las proteínas, y que ambas esti-
mulan la síntesis de proteínas.
realizan acciones autocrinas, paracrinas y endocrinas. 
La IGF-I es la forma que se produce principalmente en 
muchos tejidos adultos, mientras que la IGF-II se produ-
ce principalmente en el feto. Ambas hormonas se pare-
cen en su estructura a proinsulina, de forma que la IGF-I 
muestra un 42% de homología estructural con este com-
puesto. Los IGF y la insulina muestran reacción cruzada 
en el receptor y las concentraciones elevadas de IGF 
pueden imitar las acciones metabólicas de la insulina. 
Tanto la IGF-I como la IGF-II actúan a través de los recep-
tores para IGF de tipo 1, que se parecen a los receptores 
de insulina y EGF, y tienen actividad tirosincinasa intrín-
seca. Sin embargo, la IGF-II se puede ligar también al re-
ceptor de IGF de tipo II/manosa-6-fosfatasa. Este recep-
tor no se parece al de insulina ni tiene actividad 
ti rosincinasa intrínseca. La unión a estos receptores po-
siblemente facilita la internalización y degradación de 
los IGF. Los IGF estimulan la captación de glucosa y ami-
noácidos y la síntesis de proteínas y ADN. Se llamaron 
inicialmente somatomedinas porque intervienen en la 
acción de la GH (somatotropina) sobre el crecimiento 
del hueso y el cartílago. Los IGF realizan muchas otras 
acciones, y la GH no es el único regulador de la forma-
ción de IGF. Inicialmente, se pensaba que los IGF se pro-
ducían a nivel hepático como respuesta a un estímulo 
de GH, pero ahora se sabe que los IGF se producen en 
muchos tejidos y realizan muchas acciones de tipo au-
tocrino y paracrino. El hígado posiblemente sea el origen 
de gran parte de los IGF circulantes (fig. 40-18). Básica-
mente todos los IGF circulantes se transportan en el sue-
ro unidos a las proteínas transportadoras de los facto-
res del crecimiento parecidos a la insulina (IGFBP). Las 
IGFBP se unen a los IGF y luego se asocian con otra pro-
teína denominada subunidad lábil al ácido (ALS). La GH 
estimula la producción hepática de IGF-I, IGFBP y ALS. El 
complejo IGFBP/ALS/IGF-I interviene en el transporte, y 
condicionala disponibilidad de IGF-I. Aunque en general 
las IGFBP inhiben la acción de IGF, aumentan en gran 
media la semivida biológica de las IGF (hasta 12 horas). 
Las proteasas de IGFBP degradan las IGFBP e intervie-
nen en la aparición de IGF libre a nivel local (es decir, su 
forma activa). Este papel es importante en los cánceres 
que responden a IGF (p. ej., el cáncer de próstata), que 
puede sobreexpresar una o más proteasas de IGFBP.
Aunque la GH es un estimulador eficaz de la produc-
ción de IGF, la correlación entre GH e IGF-I es mayor que 
la existente entre GH e IGF-II. Durante la pubertad, cuando 
aumentan las concentraciones de GH (fig. 40-19), se pro-
duce un aumento paralelo de las concentraciones de IGF-I. 
La insulina también estimula la producción de IGF, y GH 
no puede estimular la producción de IGF en ausencia de 
insulina. El ayuno inhibe de forma eficaz la secreción 
de IGF, aunque las concentraciones de GH sean altas. La 
PRL o la hPL pueden aumentar la secreción de IGF-II en el 
feto, y el IGF-II se considera un regulador del crecimiento 
fetal. Aunque la GH constituye un estímulo fundamental 
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724 Berne y Levy. Fisiología
para la producción hepática de IGF, la hormona paratiroi-
dea (PTH) y el estradiol son estímulos más eficaces para 
la producción de IGF-I en los osteoblastos.
Los IGF son mitogénicos y tienen un profundo efecto 
sobre el hueso y el cartílago. Estimulan el crecimiento 
del hueso, el cartílago y las partes blandas, y regulan 
todos los aspectos del metabolismo de los condrocitos, 
que son las células que elaboran el cartílago. Aunque el 
crecimiento aposicional de los huesos largos persiste 
tras el cierre de las epífisis, el crecimiento en longitud 
se detiene. Los IGF estimulan la replicación de los os-
teoblastos y la síntesis de colágeno y matriz ósea. Las 
concentraciones séricas de IGF se relacionan bien con el 
crecimiento en los niños.
Lactotropas
Las células lactotropas producen la hormona prolactina, 
que es una proteína de una sola cadena, con 199 aminoá-
cidos. La PRL guarda relación estructural con GH y hPL 
(v. capítulo 43). Igual que sucede con la GH, el receptor 
de PRL forma parte de la familia de citocinas asociadas 
con la vía de transmisión de señales JAK/STAT. Dado que 
la acción fundamental de la PRL en las personas es el 
desarrollo y función de las mamas durante el embarazo 
y la lactancia, la regulación y las acciones de la prolacti-
na se abordan de forma más detallada en el capítulo 43.
En la hipófisis se debe recordar que las lactotropas se 
distinguen de otras células endocrinas de la adenohipó-
fisis en dos sentidos fundamentales:
1. Las células lactotropas no forman parte de un eje en-
docrino. Esto implica que la PRL actúa directamente 
sobre células no endocrinas (sobre todo en la mama) 
induciendo cambios fisiológicos.
2. La producción y la secreción de PRL se encuentran 
sometidas principalmente al control inhibidor del hi-
potálamo. Por tanto, la interrupción del tallo hipofisa-
rio y de los vasos porta hipotalamohipofisarios (p. ej., 
tras un traumatismo físico o quirúrgico) condiciona 
un aumento de las concentraciones de PRL, pero una 
reducción de ACTH, TSH, FSH, LH y GH.
La PRL circula libre sin unirse a proteínas séricas y, 
por eso, su semivida es relativamente corta, de unos 20 
minutos. Las concentraciones séricas basales normales 
son parecidas en los hombres y en las mujeres. La libe-
ración de PRL se controla por la inhibición tónica por 
parte del hipotálamo. Esto se consigue gracias a las vías 
dopaminérgicas, que segregan dopamina en la eminen-
cia mediana. Existen pruebas de que existe un factor 
liberador de prolactina (PRF). La naturaleza exacta de 
este compuesto se desconoce, pero muchos factores, 
incluidos TRH y las hormonas de la familia del glucagón 
(secretina, glucagón, VIP y el polipéptido inhibidor gás-
trico [GIP]) pueden estimular la liberación de PRL.
La PRL es una de las múltiples hormonas liberadas 
como respuesta al estrés. La cirugía, el miedo, los estí-
mulos que causan excitación y el ejercicio son estímulos 
eficaces. Igual que sucede con la GH, el sueño incremen-
ta la producción de PRL, y la PRL muestra un importan-
te ritmo diurno asociado con el sueño. Sin embargo, a 
diferencia de lo que sucede con la GH, el aumento de la 
PRL asociado con el sueño no se relaciona con una fase 
específica del mismo. Los fármacos que interfieren con 
la síntesis y la actividad de la dopamina aumentan la 
secreción de PRL. Muchos antihipertensivos y antide-
presivos tricíclicos muy empleados en la práctica clínica 
son inhibidores de la dopamina. La bromocriptina es un 
agonista de la dopamina que permite inhibir la secreción 
de PRL. Esta secreción también se inhibe por la soma-
tostatina, la TSH y la GH.
■ CONCEPTOS FUNDAMENTALES
1. La hipófisis (denominada también glándula pituitaria) 
está constituida por tejido epitelial (adenohipófisis o 
lóbulo anterior) y tejido neural (neurohipófisis o ló-
bulo posterior).
2. Las neuronas magnocelulares hipotalámicas de los 
núcleos paraventricular y supraóptico proyectan axo-
nes por el tallo infundibular y terminan en la parte 
nerviosa. Esta parte nerviosa es un órgano neurovas-
cular en el que se liberan neurohormonas, que se di-
funden hacia los vasos.
3. Dos neurohormonas, la ADH y la oxitocina, se sinteti-
zan en el hipotálamo en los cuerpos neuronales de las 
células magnocelulares. La ADH y la oxitocina se 
transportan por vía intraaxonal siguiendo las vías hi-
potalamohipofisarias hacia la parte nerviosa. Los es-
tímulos percibidos por los cuerpos celulares y las 
dendritas del hipotálamo controlan la liberación de 
ADH y oxitocina en la parte nerviosa.
4. La adenohipófisis segrega varias hormonas trópicas 
que forman parte de los ejes endocrinos. Un eje endo-
crino incluye el hipotálamo, la hipófisis y una glándu-
la endocrina periférica. El punto de ajuste de un eje 
se controla en gran parte por retroalimentación nega-
tiva por parte de la hormona periférica sobre la hipó-
fisis y el hipotálamo.
5. La adenohipófisis contiene cinco tipos de células en-
docrinas: corticotropas, tirotropas, gonadotropas, 
somatotropas y lactotropas. Las corticotropas secre-
tan ACTH, las tirotropas, TSH, las gonadotropas, FSH 
y LH, las somatotropas segregan GH y las lactotropas, 
PRL.
6. El hipotálamo regula la adenohipófisis a través de las 
hormonas liberadoras. Estos pequeños péptidos se 
transportan por el sistema porta hipofisario hacia la 
adenohipófisis, donde controlan la síntesis y libera-
ción de las hormonas hipofisarias ACTH, TSH, LH, FSH 
y GH. La secreción de PRL se inhibe por el hipotálamo 
gracias a la catecolamina dopamina.
7. La GH estimula el crecimiento principalmente median-
te la regulación de las hormonas inductoras del creci-
miento IGF-I e IGF-II. La GH aumenta la glucemia al 
reducir la utilización periférica de la glucosa en los 
tejidos, y es anabólica para las proteínas y lipolítico.
8. La PRL inicia y mantiene la lactancia.
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