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© E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . 533 La fase colónica de la respuesta integrada ante una comida VISIÓN GENERAL DEL INTESTINO GRUESO El segmento más distal del aparato digestivo se denomina intestino grueso, y se compone del ciego, las porciones del colon ascendente, transverso y descendente, el recto y el ano (fig. 30-1). Las principales funciones del intestino grueso son digerir y absorber los componentes de la co- mida que no pueden ser digeridos o absorbidos más proximalmente, reabsorber el líquido restante que se uti- lizó durante el movimiento de la comida a lo largo del apa- rato digestivo y almacenar los productos de desecho de la comida hasta que puedan ser convenientemente elimina- dos del cuerpo. En el cumplimiento de estas funciones, el intestino grueso utiliza los patrones característicos de mo- tilidad y expresa los mecanismos de transporte que diri- gen la absorción del líquido, los electrólitos y otros solu- tos a partir de las heces. El intestino grueso también contiene un ecosistema biológico exclusivo que consiste en muchos trillones de las denominadas bacterias comen- sales, que mantienen una relación simbiótica con su hués- ped humano que dura toda la vida. Estas bacterias pue- den metabolizar componentes de la comida que no son digeridos por las enzimas del huésped, y ponen sus pro- ductos a disposición del organismo mediante un proceso conocido como fermentación. Las bacterias colónicas también metabolizan otras sustancias endógenas, como los ácidos biliares y la bilirrubina, por lo que participan en su eliminación. Existen pruebas recientes de que la flora del colon tiene una implicación fundamental en la promo- ción del desarrollo del epitelio normal del colon y en la estimulación de sus funciones diferenciadas. Además, es- tas bacterias destoxifican xenobióticos (sustancias origi- nadas en el exterior del organismo, como los fármacos) y protegen el epitelio del colon de la infección por patóge- nos invasores. Por último, el colon es tanto el receptor como el origen de señales que le permiten comunicarse con otros segmentos digestivos para integrar la función de forma óptima. Por ejemplo, cuando el estómago se lle- na de alimentos recientemente masticados, la presencia de la comida desencadena un arco reflejo largo que produ- ce un aumento en la motilidad del colon (el reflejo gastro- cólico) y, finalmente, la evacuación del contenido del co- lon para dejar sitio a los residuos de la siguiente comida. De forma similar, la presencia de contenido luminal en el colon causa la liberación de mediadores tanto endocrinos como neuroendocrinos que enlentecen la motilidad pro- pulsora y disminuyen la secreción de electrólitos en el in- testino delgado. Este mecanismo de retroalimentación negativo ajusta la llegada de los contenidos colónicos a la capacidad del segmento para procesar y absorber los componentes útiles. En la siguiente sección se revisan los detalles de las señales que median el diálogo entre el colon y otros componentes del sistema digestivo. Señales que regulan la función del colon El colon está regulado principalmente, pero no de forma exclusiva, por vías nerviosas. La motilidad del colon está influida por los reflejos locales que se generan con el lle- nado de la luz, por lo que se inicia la distensión y la activa- ción de los receptores de estiramiento. Estas vías regu- ladoras implican exclusivamente al sistema nervioso entérico. Los reflejos locales, desencadenados por la dis- torsión del epitelio del colon y producidos, por ejemplo, por el paso de un bolo de material fecal, estimulan la pro- ducción de estallidos cortos de secreción de Cl– y líquido, mediados por 5-hidroxitriptamina (5-HT) por parte de las células enteroendocrinas, y por acetilcolina por parte de los nervios motores secretores entéricos. Por otra parte, en concreto las respuestas de función y motilidad del co- lon también están reguladas por arcos reflejos largos que se originan más proximalmente en el aparato digestivo o en otros sistemas corporales. Un ejemplo de reflejo de este tipo es el reflejo gastrocólico. La distensión del estó- mago activa un aumento generalizado en la motilidad del colon y un movimiento en masa de material fecal, como se describe con más detalle más adelante. Este reflejo tiene componentes quimiosensitivos y mecanosensitivos en su lugar de origen, e implica la liberación de 5-HT y acetilco- lina. De forma similar, el reflejo ortocólico se activa al le- vantarse de la cama y promueve una necesidad matutina de defecar en muchos individuos. El colon tiene una cantidad relativamente escasa de células que liberan péptidos bioactivos y otros factores reguladores. Son excepciones las células enterocromafi- nes, que liberan 5-HT, y las células que sintetizan péptido YY, denominado así porque su secuencia contiene dos residuos adyacentes de tirosina (Y es su código de letra única para los aminoácidos). El péptido YY se sintetiza en las células enteroendocrinas localizadas en el íleon termi- nal y el colon, y se libera como respuesta a los lípidos de la luz. Disminuye el vaciamiento gástrico y la motilidad propulsiva intestinal. El péptido YY también reduce la se- creción de Cl– y, por tanto, la secreción de líquido por parte de las células epiteliales intestinales. Por tanto, el péptido YY se ha caracterizado como «freno ileal», por- que se libera si los nutrientes, especialmente la grasa, no son absorbidos en el momento en el que la comida alcanza el íleon terminal y la parte proximal del colon. Mediante 30-533-541kpen.indd 533 24/2/09 10:33:46 http://booksmedicos.org 534 Berne y Levy. Fisiología Colon sigmoideo Colon descendente Colon transverso Colon ascendente Ciego Recto Válvula ileocecal Íleon terminal ● Figura 30-1. principales subdivisiones anatómicas del colon. ● Figura 30-2. Radiografía que muestra un patrón haustral prominente en el colon de un individuo sano. (De: Keats TE. An Atlas of Normal Roentgen Variants, 2.ª ed. St. Louis, Mosby-Year Book, 1979.) la reducción de la propulsión del contenido intestinal, en parte por la limitación de su fluidez y de su motilidad inducida por la distensión, el péptido YY proporciona más tiempo para que los alimentos sean retenidos en el intestino delgado, donde sus nutrientes constituyentes pueden ser digeridos y absorbidos. Patrones de motilidad del colon Para conocer la motilidad del colon, primero se revisará la anatomía funcional de la musculatura del colon, seguido de un análisis de la regulación de la motilidad del colon. Anatomía funcional de la musculatura del colon Como otros segmentos del intestino, el colon consta de capas funcionales con un epitelio columnar opuesto a la luz, que es sostenido por la lámina propia, la serosa y las capas musculares. De forma similar, la mucosa del colon está rodeada por capas continuas de músculo circular que puede obstruir la luz. De hecho, a intervalos, el músculo circular se contrae para dividir el colon en segmentos de- nominados haustras. Estas haustras se aprecian fácilmen- te si se observa el colon mediante una laparotomía o imágenes de rayos X, como la mostrada en la figura 30-2. La disposición de la mayoría de las fibras musculares longitudinales, sin embargo, es diferente a la del intesti- no delgado. A lo largo del colon se extienden tres bandas solapadas de músculo longitudinal, conocidas como te- nias del colon. Aunque las capas musculares circular y longitudinal están emparejadas eléctricamente, este proceso es me- nos eficiente que en el intestino delgado. Por tanto, la motilidad propulsora en el colon es menos eficaz que en el intestino delgado. La actividad del sistema nervioso entérico también proporciona las contracciones seg- mentarias que forman las haustras. El contenido se des- plaza hacia atrás y hacia delante entre las haustras, lo cual significa un paso retardado del contenido del colony una maximización de su tiempo de contacto con el epitelio. Por el contrario, cuando se requiere una propul- sión rápida, las contracciones que forman las haustras se relajan y el contorno del colon se alisa. 30-533-541kpen.indd 534 24/2/09 10:33:48 http://booksmedicos.org Capítulo 30 La fase colónica de la respuesta integrada ante una comida 535 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Colon sigmoideo Unión rectosigmoidea Válvulas rectales Esfínter anal interno Esfínter anal externo Canal anal Capas musculares que forman los esfínteres anales interno y externo Recto ● Figura 30-3. Anatomía del recto y del canal anal. A NIVEL CELULAR La enfermedad de Hirschsprung es una patología en la que un segmento del colon se mantiene permanente- mente contraído y produce una obstrucción. Se diagnos- tica típicamente en la lactancia y afecta a hasta 1 de cada 5.000 nacidos vivos en Estados Unidos. La causa de la enfermedad es un fallo en el desarrollo normal del siste- ma nervioso entérico durante la vida fetal. Durante la or- ganogénesis, las células destinadas a convertirse en neu- ronas entéricas migran al exterior de la cresta neural y pueblan el intestino de forma secuencial de la boca al ano. En algunos individuos, esta migración termina de forma prematura debido a alteraciones en los mecanis- mos que dirigen este proceso en otras circunstancias. Se han descrito mutaciones en el factor neurotrópico deriva- do de la glía y en la endotelina III, así como en sus recep- tores, en los individuos con esta enfermedad y el segmen- to afectado carece completamente de los plexos del sistema nervioso entérico y los ganglios asociados. Tam- bién se aprecia un déficit relativo de las células intersticia- les de Cajal en el segmento afectado y el control global de la motilidad está muy alterado. En la mayoría de los indi- viduos, los síntomas pueden ser aliviados completamente mediante resección quirúrgica del segmento afectado. El colon termina en el recto, que se une al colon formando un ángulo agudo (la unión rectosigmoidea) (fig. 30-3). El recto carece de músculo circular, y está rodeado sólo por fibras musculares longitudinales. Es un reservorio en el que pueden almacenarse las heces antes de la defecación. Las contracciones musculares también forman «válvulas» funcionales en el recto que retardan el movimiento de las heces y son importantes para retrasar la salida de las heces hasta que sea conveniente, por lo menos en los adultos. El recto, a su vez, se une con el canal anal, que se distingue por el hecho de que está ro- deado no sólo por músculo liso sino también por múscu- lo estriado (esquelético). La combinación de estas capas musculares forma dos esfínteres clave que controlan la evacuación de los desechos sólidos y las ventosidades del organismo. El esfínter anal interno está compuesto por una banda engrosada de músculo circular, mientras que el esfínter anal externo está formado por tres estructuras diferentes de musculatura estriada en la cavidad pelviana que rodean al canal anal. Estos tres músculos se distin- guen por mantener un nivel significativo de tono basal y poder contraerse en mayor medida de forma voluntaria o refleja cuando la presión abdominal aumenta de forma brusca (como cuando se levanta un objeto pesado). La contracción de las capas musculares lisas en la parte proximal del colon recibe estímulos vagales, así como del sistema nervioso entérico. Por otra parte, el resto del colon está inervado por los nervios pélvicos, que también controlan el calibre del esfínter anal in- terno. El estímulo voluntario procedente de la médula espinal a través de las ramas de los nervios pudendos regula la contracción del esfínter anal externo y los músculos del suelo pelviano. La capacidad de contro- lar estas estructuras se alcanza durante el aprendiza- je del control de esfínteres. Este control voluntario distingue el canal anal del resto del aparato digestivo, con excepción del músculo estriado en el esófago, que regula la deglución. 30-533-541kpen.indd 535 24/2/09 10:33:49 http://booksmedicos.org 536 Berne y Levy. Fisiología Respuestas de motilidad del colon De forma coherente con su función principal, los dos pa- trones predominantes de motilidad del intestino grueso tienen como objetivo no sólo la propulsión del conteni- do del colon sino más bien mezclar los contenidos y re- tardar su desplazamiento, por lo que les permite un ma- yor tiempo de contacto con el epitelio. Se han identificado dos formas diferenciadas de motilidad del colon. La pri- mera se refiere a contracciones de corta duración, que están diseñadas para mezclar. Estas contracciones se originan en el músculo circular, y son ondas de presión estacionarias que persisten durante aproximadamente 8 segundos de media. Las contracciones de larga dura- ción, por el contrario, están producidas por las tenias del colon, duran de 20 a 60 segundos y pueden propagar- se a lo largo de distancias cortas. Sin embargo, hay que destacar que la propagación puede producirse tanto ha- cia la parte proximal como hacia la distal, especialmente en los segmentos más proximales del colon. Ambos pa- trones de motilidad se supone que se originan sobre todo como respuesta a condiciones locales, como la dis- tensión. Obsérvese que el ritmo eléctrico basal que go- bierna la frecuencia y los puntos de origen de las con- tracciones del músculo liso en el intestino delgado no supera la válvula ileocecal para continuar por el colon. Por otra parte, probablemente como consecuencia de influencias locales y arcos reflejos largos, aproximadamen- te 10 veces al día en individuos sanos el colon presenta un patrón de motilidad que tiene una alta intensidad y realiza un barrido a lo largo del intestino grueso desde el ciego hasta el recto. Dichas contracciones, que se denominan «contracciones de propagación de gran amplitud», se desplazan de forma exclusiva en dirección distal, y están diseñadas para limpiar el colon de su contenido. Sin em- bargo, aunque dicho patrón de motilidad puede claramen- te asociarse con la defecación, no la produce necesaria- mente, por los motivos expuestos más adelante. También es importante destacar que existe una consi- derable variabilidad entre los individuos respecto a la velocidad a la cual se transporta el contenido del colon del ciego al recto. Aunque los tiempos de tránsito del in- testino delgado son relativamente constantes en los adul- tos sanos, el contenido suele retenerse en el intestino grueso entre horas y días sin que exista un trastorno fun- cional significativo. Este hecho, por tanto, es el responsa- ble de la significativa variación entre individuos en sus patrones normales de defecación, y obliga a la obtención cuidadosa de la historia clínica de un paciente antes de diagnosticar una alteración de la función intestinal. Mecanismos de transporte en el colon Las células de la superficie se renuevan a partir de células madre situadas en la base de las criptas; las células madre dan lugar a células migratorias que gradualmente adquie- ren propiedades diferenciadas conforme migran a la su- perficie. El epitelio del colon se renueva rápidamente, in- cluso en situaciones de salud, por lo que se limita la acumulación de lesiones genéticas que, por otra parte, podrían estar causadas por la exposición a toxinas en la luz. Sin embargo, el recambio rápido también aumenta el riesgo de neoplasia. La principal función del epitelio del colon es absorber o segregar electrólitos y agua, más que nutrientes. La secreción, que se limita a las criptas, man- tiene la esterilidad de las mismas que, de otra manera, podrían estancarse. Sin embargo, el epitelio del colon ab- sorbe ácidos grasos de cadena corta recuperados de los hidratos de carbono no absorbidos por las bacterias del colon. De hecho, uno de estos ácidos grasos, el butirato, AplicAción clínicA El síndrome delintestino irritable es el nombre de un con- junto heterogéneo de trastornos en los que se produce diarrea, estreñimiento o patrones alternantes de ambos, con frecuencia con dolor y distensión acompañantes. La causa o causas exactas de estos trastornos todavía no se comprenden bien, pero pueden implicar, en parte, un pro- blema de hipersensibilidad visceral en el que el indivi- duo percibe como dolorosas las señales normales origina- das en la víscera (como la respuesta a la distensión). Esta hipersensibilidad puede localizarse en el sistema nervioso entérico o en el central (o ambos), y puede desencadenarse por varios factores, como infecciones previas, maltrato in- fantil o trastornos psiquiátricos. La mayoría de los trata- mientos se centran en el alivio sintomático, pero existen perspectivas de tratamientos más eficaces conforme se aprenda más sobre las causas subyacentes de la enferme- dad. El tratamiento de los pacientes con trastornos de in- testino irritable, que con frecuencia son resistentes al trata- miento, forma una parte importante de la práctica de muchos gastroenterólogos en la atención comunitaria. AplicAción clínicA El rápido recambio del epitelio del colon, así como la expo- sición frecuente y prolongada a toxinas sintetizadas por bacterias o ambientales, o a ambas, hacen que el intestino grueso sea especialmente vulnerable a las neoplasias. El cáncer de colon es el segundo en prevalencia en los hom- bres sólo después del cáncer de pulmón en Estados Unidos y el tercero después del cáncer de pulmón y de mama en las mujeres. Con la reducción de la incidencia del tabaquis- mo, el cáncer de colon puede adquirir incluso una mayor importancia. El cáncer de colon surge cuando se alteran los controles genéticos normales sobre la tasa de proliferación epitelial; inicialmente, esto produce el crecimiento de un pólipo y, finalmente, si no se extirpa, un tumor invasivo que puede metastatizar a otras partes del cuerpo. El cáncer de colon puede subdividirse en función de la naturaleza básica del defecto molecular subyacente, lo cual puede incluir la sobreexpresión de los factores estimuladores del crecimien- to o una mutación que evita que las células respondan a los factores que habitualmente suprimen el crecimiento. Sin embargo, la mortalidad del cáncer de colon puede reducir- se de forma sustancial mediante la detección precoz y la extirpación de los pólipos con potencial malignidad. En esto se basan las recomendaciones actuales de aumentar el cribado de individuos de mediana edad, incluso asintomá- ticos, para detectar alteraciones en la colonoscopia (en la cual se inserta un tubo flexible de fibra óptica en el colon para inspeccionar su interior), el cribado para detectar la presencia de la denominada sangre oculta en heces proce- dente de un pólipo o tumor hemorrágico o las técnicas de imagen no invasivas, como la tomografía computarizada. 30-533-541kpen.indd 536 24/2/09 10:33:50 http://booksmedicos.org Capítulo 30 La fase colónica de la respuesta integrada ante una comida 537 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . 2K+ 3Na+ AGCC SMCT1 Na+ AGCC utilizados por el colonocito para el metabolismo intracelular ATP CENa Na+ 2K+ K+ Canal del K 3Na+ ATP Cl– ● Figura 30-4. Mecanismo de captación de los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) por los colonocitos. ● Figura 30-5. Absorción electrogénica de Na+ en el colon. es esencial como fuente de energía para los colonocitos. Una reducción en los niveles de butirato en la luz (como consecuencia de cambios en la flora del colon producidos por la administración de antibióticos de amplio espectro) puede inducir un trastorno de la función epitelial. El colon recibe 2 l de líquido cada día y absorbe 1,8 l, por lo que deja que se pierdan 200 ml de líquido en las heces. El colon tiene una considerable capacidad de reser- va para la absorción de líquidos y puede absorber hasta tres veces su carga normal de líquido sin pérdida de exce- sivo líquido en las heces. Por tanto, cualquier enfermedad que produzca la estimulación de la secreción activa de lí- quido en el intestino delgado producirá diarrea sólo cuan- do se supera la capacidad de reserva de 4 a 6 l. La absorción y la secreción de agua por parte del co- lon son procesos pasivos dirigidos por la absorción o la secreción de los electrólitos y otros solutos. De forma cuantitativa, la absorción de líquido por el colon está dirigida por tres procesos de transporte. El primero es la absorción eléctricamente neutra de NaCl, que está mediada por el mismo mecanismo que dirige la absor- ción de NaCl en el intestino (v. fig. 29-17). La absorción de NaCl está estimulada por diferentes factores de cre- cimiento, como el factor de crecimiento epidérmico, y está inhibida por hormonas y neurotransmisores que aumentan los niveles de AMPc en las células epiteliales de la superficie del colon. El segundo proceso de transporte que dirige la absor- ción del líquido en el colon es la absorción de ácidos grasos de cadena corta, como el acetato, el propionato y el butirato. Estas moléculas son absorbidas de la luz por las células epiteliales de la superficie (y quizá de las criptas) de forma dependiente del Na+ por una familia de proteínas de simporte asociadas con la de simporte del Na+-glucosa en el intestino delgado, llamada transporta- dores de sodio-monocarboxilato (SMCT). La captación de los ácidos grasos de cadena corta por los SMCT si- tuados en la membrana plasmática apical está dirigi- da por la baja [Na+] intracelular establecida por la Na+, K+-ATPasa (fig. 30-4). Estos ácidos grasos de cadena cor- ta son utilizados por los colonocitos para obtener ener- gía. Además, el butirato regula la expresión de genes específicos en las células epiteliales del colon y puede suprimir el desarrollo de un fenotipo maligno. En algu- nos cánceres de colon está reducida la expresión de SMCT1 (también identificado como SLC5A8), por lo que se produce una reducción en la captación de butirato, que puede contribuir a la transformación maligna. El tercer proceso de absorción de gran importancia en el colon es la absorción de Na+ (fig. 30-5). Este proceso de transporte está localizado predominantemente en la parte distal del colon y está dirigido por el canal epitelial de Na+ (CENa), que también participa en la reabsorción de Na+ en el riñón. Cuando el canal se abre como respuesta a la activación por neurotransmisores u hormonas, o por ambos, el Na+ fluye hacia el citosol del colonocito y des- pués es transportado a través de la membrana basolate- ral por la Na+, K+-ATPasa. El agua y los iones Cl– siguen de forma pasiva a través de las uniones estrechas inter- celulares para mantener una neutralidad eléctrica. Esta forma de absorción del Na+ es la última línea de defensa para evitar una pérdida excesiva de agua en las heces, dada su localización estratégica en la parte distal del co- lon. De hecho, los pacientes que presentan inflamación intestinal con frecuencia muestran una importante dis- minución de la expresión de CENa, que quizá sea la res- ponsable de los síntomas de diarrea. También se sabe que la expresión de CENa puede regularse de forma agu- da como respuesta al equilibrio de Na+ en todo el orga- nismo. Por tanto, en las situaciones de disminución de la captación de Na+, la hormona aldosterona aumenta la 30-533-541kpen.indd 537 24/2/09 10:33:52 http://booksmedicos.org 538 Berne y Levy. Fisiología A NIVEL CELULAR Una toxina conocida como toxina termoestable de E. coli, o STa, es un importante agente etiológico de la diarrea del viajero, que puede contraerse por el consumo de comida o agua infectada. Esta toxina se une a un receptor en la superficie apical de las células epiteliales intestinales, co- nocido como guanilil ciclasa C (GC-C). A su vez, esta en- zima genera grandes cantidades de CMpC intracelular que desencadenan un aumento de la secreciónde Cl– me- diante la activación del canal del Cl– regulador transmem- brana de la conductancia de la fibrosis quística (CFTR). Sin embargo, se podría, por supuesto, preguntar por qué los humanos expresan un receptor para esta toxina en un lugar que sería accesible a las bacterias de la luz y sus productos. De hecho, esto condujo a la hipótesis de que existe un ligando nativo de la GC-C que podría desempe- ñar una función fisiológica. Esta hipótesis llevó a la purifi- cación e identificación de la guanilina, una hormona sintetizada en el intestino. Junto con una molécula re- lacionada, la uroguanilina, secretada por el pulmón, la gua- nilina es un importante regulador de la homeostasia del agua y la sal en el organismo. La STa tiene similitudes es- tructurales con la guanilina, pero con modificaciones que le permiten permanecer en la luz intestinal durante perío- dos prolongados. Esto es un ejemplo de mimetismo mo- lecular en el que un producto bacteriano secuestra un receptor y la señalización asociada para sus propios pro- pósitos (presumiblemente, para propagar la bacteria productora de las toxinas a otros huéspedes). expresión de CENa en el colon y el riñón, por lo que se promueve la retención de Na+. La hidratación adecuada de los contenidos del colon está determinada por el equilibrio entre la absorción y la secreción de agua. La secreción de líquidos en el colon está dirigida por la secreción de iones Cl–, por el mismo mecanismo que dirige la secreción de líquido en el intes- tino delgado (v. fig. 29-18), y está sometida a la misma regulación (v. fig. 29-18). De hecho, algunos casos de es- treñimiento pueden ser consecuencia de alteraciones en el transporte epitelial, y el estreñimiento que resulta de la motilidad anormalmente lenta puede tratarse con fár- macos que estimulan la secreción de Cl–. Por el contra- rio, la secreción excesiva de Cl– puede ser el único me- canismo subyacente a casos de diarrea. Microflora del colon Los restos de la comida que penetran en el colon interac- túan con una gran variedad de bacterias. Este ecosistema bacteriano entérico se establece poco después del naci- miento, y sigue siendo considerablemente estable a me- nos que se altere por antibióticos o por la introducción de un patógeno agresivo. El ecosistema bacteriano entérico participa en la fisiología gastrointestinal de numerosas formas. De hecho, el intestino grueso (y, en menor grado, la porción distal del intestino delgado) es un órgano muy poco habitual porque mantiene una relación simbiótica con el ecosistema bacteriano, mientras que otros compar- timentos del cuerpo son en su mayoría estériles. La microflora del colon no es esencial para la vida: ani- males criados en condiciones libres de microorganismos aparentemente se desarrollan con normalidad y son ca- paces de reproducirse. Sin embargo, en estos animales el sistema inmunitario de las mucosas es inmaduro y las células epiteliales intestinales se diferencian más lenta- mente. No obstante, la flora del colon proporciona bene- ficios al huésped, porque las bacterias que la constituyen son capaces de llevar a cabo reacciones metabólicas que no tienen lugar en las células de los mamíferos. Las enzi- mas bacterianas actúan en los sustratos endógenos y exó- genos. Forman los ácidos biliares secundarios y realizan la desconjugación de los ácidos biliares que no hayan sido captados en el íleon terminal para que sean reabsorbidos. Convierten la bilirrubina en urobilinógeno (v. capítulo 31) y recuperan nutrientes que son resistentes a las hidrola- sas pancreáticas y del borde en cepillo, como la fibra die- tética. En la tabla 30-1 se proporciona un resumen de las contribuciones metabólicas de la microflora del colon. El metabolismo bacteriano también puede aprovecharse con objetivos farmacológicos. Por ejemplo, un fármaco dirigido al colon puede ser conjugado de forma que sólo sea biodisponible después de que actúen sobre él las en- zimas bacterianas. Estas enzimas también pueden des- toxificar algunos carcinógenos de la dieta, pero igualmen- te pueden generar compuestos tóxicos o carcinógenos a partir de sustratos de la dieta. Los microorganismos comensales también desempe- ñan una función muy importante en la limitación del cre- cimiento o la invasión (o ambos) de los microorganismos AplicAción clínicA Las diarreas son una causa muy importante de mortalidad en los lactantes de todo el mundo y, generalmente, son la consecuencia de un acceso inadecuado al agua y la comida limpias. Incluso en los países desarrollados, las diarreas cau- san un sufrimiento considerable y muertes ocasionales, con gran repercusión en los medios, y conllevan una carga eco- nómica importante debido a su prevalencia. La diarrea in- fecciosa está causada por varios microorganismos, de los cuales varios (como el cólera o las cepas patógenas de Es- cherichia coli) son capaces de elaborar toxinas que desen- cadenan un aumento excesivo de la secreción activa de Cl– por parte de las células epiteliales de los intestinos delgado y grueso. La diarrea también puede producirse cuando los nutrientes no son digeridos y absorbidos adecuadamente en el intestino delgado (p. ej., intolerancia a la lactosa) o como consecuencia de la inflamación del colon. En la ma- yoría de las diarreas, la absorción de NaCl y Na+ en el colon están reguladas a la baja, al mismo tiempo que es estimu- lada la secreción de Cl–, por lo que empeora la pérdida de líquido. por otra parte, los procesos de absorción de Na+ li- gados a nutrientes permanecen intactos de forma caracte- rística. Esto proporciona el fundamento de la eficacia de las denominadas soluciones de rehidratación oral, que son mezclas preparadas de sal y glucosa. La captación de Na+ y glucosa de estas soluciones, mediada por SGLT1 (v. capítu- lo 29), dirige agua de vuelta al organismo para equilibrar las fuerzas osmóticas. Estas soluciones salvan vidas en las zonas en las que la diarrea es prevalente y la capacidad para rehidratar a los pacientes con soluciones intravenosas estériles es limitada o no existe. 30-533-541kpen.indd 538 24/2/09 10:33:53 http://booksmedicos.org Capítulo 30 La fase colónica de la respuesta integrada ante una comida 539 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . ● Tabla 30-1. Efectos metabólicos de las bacterias entéricas Sustrato Enzimas Productos Acción Sustratos endógenos Urea Ureasa Amoniaco Absorción pasiva o excreción en forma de amonio Bilirrubina Reductasas UrobilinógenoEstercobilinas Reabsorción pasiva Excretado Ácidos biliares primarios Deshidroxilasas Ácidos biliares secundarios Reabsorción pasiva Ácidos biliares conjugados (primarios o secundarios) Desconjugasas Ácidos biliares no conjugados Reabsorción pasiva Sustratos exógenos Fibra Glucosidasas Ácidos grasos de cadena corta Hidrógeno, CO2 y metano Absorción activa Excretado con la respiración o el eructo Aminoácidos Descarboxilasas y desaminasas Amoniaco y bicarbonato Reabsorbido o excretado (amoniaco) en forma de amonio Cisteína, metionina Sulfatasas Sulfuro de hidrógeno Excretado con el eructo Adaptado de Barrett KE: Gastrointestinal physiology. Nueva York, McGraw-Hill, 2006. patógenos. Llevan a cabo esta función antimicrobiana gra- cias a varios mecanismos diferentes, mediante síntesis y secreción de compuestos que inhiben el crecimiento de microorganismos competidores o que son microbicidas, mediante su funcionamiento como barrera física para im- pedir el acoplamiento de patógenos y su consiguiente entrada en las células epiteliales del colon, y mediante el desencadenamiento de patrones de expresión génica en el epitelio que contrarresta los efectos adversos de los patógenos sobre la función epitelial. Estos mecanismos proporcionan una base para comprender por qué los pa- cientes que han recibido antibióticos de amplio espectro, que alteran temporalmente la microflora del colon, son susceptiblesal sobrecrecimiento de microorganismos pa- tógenos y a infecciones intestinales y sistémicas asocia- das. También pueden arrojar luz sobre la eficacia de los probióticos, bacterias comensales seleccionadas por su resistencia al ácido y a la proteólisis del estómago, que son ingeridas de forma intencionada para prevenir o tra- tar diferentes trastornos digestivos. La microflora del colon también destaca por su contri- bución a la formación de gas intestinal. Aunque pueden deglutirse grandes volúmenes de aire junto con las comi- das, la mayoría de este gas vuelve a ascender por el esó- fago mediante el eructo. Sin embargo, durante la fermen- tación de los componentes no absorbidos de la dieta, la microflora genera grandes volúmenes de nitrógeno, hidró- geno y dióxido de carbono. Aproximadamente 1 l de estos gases no aromáticos se excretan diariamente a través del ano en todos los individuos, incluso en aquellos que no refieren meteorismo. Algunos individuos pueden generar concentraciones apreciables de metano. También existen cantidades mínimas de compuestos aromáticos, como el sulfuro de hidrógeno, el indol y el escatol. Defecación La fase final en el trayecto realizado por una comida tras su ingesta es la expulsión del cuerpo de sus residuos no digeribles en el proceso conocido como defecación. Las heces también contienen restos de bacterias muertas; cé- lulas epiteliales muertas y en proceso de muerte celular que se han descamado del revestimiento intestinal; meta- bolitos biliares destinados específicamente a la excreción, como los conjugados de xenobióticos (v. capítulo 31) y una pequeña cantidad de agua. En estados de salud, las heces contienen escasa o nula cantidad de nutrientes úti- les. La presencia de estos nutrientes en las deposiciones, especialmente lípidos (conocido como esteatorrea), sig- nifica mala digestión, malabsorción o ambos. La grasa en las heces es un indicador sensible de trastorno de la fun- ción del intestino delgado, porque apenas se utiliza por parte de la microflora del colon, pero también puede ha- ber una pérdida de hidratos de carbono y proteínas en las heces si la entidad subyacente empeora. El proceso de la defecación requiere una acción coor- dinada de las capas musculares lisas y estriadas en el recto y el ano, así como de las estructuras circundantes, como los músculos del suelo de la pelvis. Durante el mo- vimiento masivo de las heces producido por las contrac- ciones con propagación de gran amplitud, el recto se llena de material fecal. La expulsión de este material del cuerpo está controlada por los esfínteres anales interno y exter- no, los cuales contribuyen aproximadamente en el 70 al 80% y en el 20 al 30%, respectivamente, al tono anal en reposo. El llenado del recto causa una relajación del es- fínter anal interno mediante la liberación de polipéptido intestinal vasoactivo y la generación de óxido nítrico. La relajación del esfínter interno permite el mecanismo de muestreo anal, que puede diferenciar si el contenido rec- tal es sólido, líquido o gaseoso. Tras el aprendizaje del control de esfínteres, las terminaciones nerviosas sensiti- vas de la mucosa anal generan reflejos que inician una actividad apropiada del esfínter externo ya sea para rete- ner el contenido rectal o bien para permitir una expulsión voluntaria (p. ej., ventosidad). Si no conviene defecar, el esfínter externo se contrae para evitar la pérdida de he- ces. A continuación, con el tiempo, el recto se acomoda a su nuevo volumen, el esfínter anal interno se contrae de nuevo y el esfínter anal externo se relaja (fig. 30-6). Cuando se desea defecar, por otra parte, la adopción de la posición de sentado o en cuclillas altera la orientación relativa del intestino y las estructuras musculares circun- dantes, haciendo más recto el camino de salida de las he- ces sólidas o líquidas. La relajación del músculo puborrec- tal aumenta de forma similar el ángulo anorrectal. Tras la relajación voluntaria del esfínter anal externo, las contrac- 30-533-541kpen.indd 539 24/2/09 10:33:54 http://booksmedicos.org 540 Berne y Levy. Fisiología +20 +10 0 –10 +10 0 –10 –20 –30 +15 +10 +5 0 –5 0 20 40 60 80 100 Segundos 0 20 40 60 80 100 Segundos 0 20 40 60 80 100 Segundos Esfínter anal externo Esfínter anal interno C am bi o de p re si ón ( m m H g) Recto Recto Presión pasiva por las heces Presión por la contracción rectal Voluntario Esfínter anal interno Esfínter anal externo I I I Defecación ● Figura 30-6. Respuestas de los esfínteres ana- les interno y externo a la distensión prolongada del recto. Obsérvese que las respuestas de los esfínteres son temporales debido a la acomodación. (Redibujado de: Shuster MM et al.: Bull Johns Hopkins Hosp 116:79, 1965.) ● Figura 30-7. Motilidad del recto y de los esfínteres anales como respuesta al llenado rectal y durante la defecación. Obsérve- se que el llenado del recto causa un descenso inicial del tono del esfínter interno que se contrarresta por la contracción del esfínter externo. El esfínter interno se acomoda después al nuevo volumen rectal, por lo que se permite la relajación del esfínter externo. Final- mente, se produce la defecación cuando el esfínter anal externo se relaja voluntariamente. (Datos de: Chang EB et al.: Gastrointestinal, Hepatobiliary and Nutritional physiology. Filadelfia, Lippincott-Ra- ven, 1996.) 30-533-541kpen.indd 540 24/2/09 10:33:55 http://booksmedicos.org Capítulo 30 La fase colónica de la respuesta integrada ante una comida 541 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . ciones rectales desplazan el material fecal hacia el exterior del cuerpo, en ocasiones seguido de movimientos masivos adicionales de heces desde segmentos más proximales del colon (fig. 30-7). La evacuación es asistida por la contrac- ción simultánea de músculos que aumentan la presión ab- dominal, como el diafragma. Por otra parte, la expulsión voluntaria de ventosidades implica una secuencia similar de acontecimientos, excepto que no existe relajación del músculo puborrectal. Esto permite que la ventosidad sea exprimida a través del ángulo agudo anorrectal, mientras que se retiene el material fecal. Se requiere la actividad de colaboración del esfínter anal externo, el músculo puborrectal y las terminaciones nerviosas en el canal anal para retrasar la defecación has- ta que sea apropiado, incluso si el recto se distiende de forma aguda con heces o si la presión intraabdominal aumenta de forma brusca. Esto explica por qué puede de- sarrollarse incontinencia en individuos en los que la inte- gridad de dichas estructuras está comprometida, como después de traumatismos, lesiones quirúrgicas u obstétri- cas, prolapso rectal o enfermedades neuropáticas, como la diabetes de larga evolución. Puede ser necesaria una intervención quirúrgica para corregir las alteraciones musculares en pacientes con el estresante problema de la incontinencia fecal, aunque muchos pueden recibir ayuda para aumentar el tono de su esfínter anal externo con el uso de ejercicios de biorretroalimentación. ■ CONCEpTOS fUNDAmENTALES 1. El segmento final del intestino por el cual atraviesa la comida es el intestino grueso, que se compone de cie- go, colon, recto y ano. La principal función del intes- tino grueso es recuperar el agua utilizada durante el proceso de digestión y absorción, y almacenar los re- siduos de la comida hasta que la defecación sea so- cialmente conveniente. 2. La motilidad del colon sirve principalmente para mez- clar y retrasar el paso de contenidos de la luz, además de las contracciones periódicas de gran amplitud que transportan el material fecal hasta el recto. 3. El colon es muy activo en el transporte de agua y elec- trólitos, así como de productos de la comida que no han sido digeridos por las bacterias del colon. 4. El colon mantiene una relación mutuamente beneficio- sa yque dura toda la vida, con un importante ecosis- tema bacteriano que metaboliza sustancias endóge- nas, nutrientes y fármacos, y protege al huésped de la infección por patógenos. 5. La defecación implica la relajación involuntaria y vo- luntaria de las estructuras musculares que rodean el ano y la participación de las vías reflejas que contro- lan estas estructuras. 30-533-541kpen.indd 541 24/2/09 10:33:56 http://booksmedicos.org Botón1:
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