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Capítulo 1: Del Estado de bienestar al Estado Postsocial El Estado determinó fuertemente a la sociedad, apareciendo como modernizador, revolucionario o garante de un orden represivo, pero en todos los casos con una gran influencia sobre la sociedad. Aquí, la habitual y alta influencia de lo estatal se produjo tanto en la conformación del modelo de desarrollo, en la constitución de los actores e identidades, como en la misma vida cotidiana. Hoy el fuerte rol estatal impulsor del desarrollo, articulador regional e integrador social, ha terminado. El Estado cambia rápidamente hacia una menor actividad económica, amplía el espacio del mercado, rompe las articulaciones neocorporativas, abre las fronteras, se desvincula de lo social, contrata servicios a agencias privadas e internacionales y se descentraliza. Se produce un cambio en favor del mercado y de la sociedad civil, propiciándose políticas de libre mercado que orientan a los individuos hacia lo privado y a tener menores expectativas sobre el Estado. 1.1 Modernización, Dependencia y Democracia Tres etapas que corresponden a los paradigmas dominantes: a) Años 50’: paradigma de la modernización. Pasaje de la sociedad tradicional a la moderna. Para Germani, la modernización consistía en el avance de secularización y urbanización. Creciente diferenciación y especialización de los roles, de status y de instituciones. Era un paradigma estructural-funcionalista (Parsons). Supuesto teórico principal del paradigma: la modernización se encontraba frente a diversos obstáculos para alcanzar un patrón normal de evolución, coincidente con el seguido por los países desarrollados. Explicaciones que ponían énfasis en la falta de adecuación de los valores y actitudes de la población local y en la necesidad de modificar esta cosmovisión para acercarla a la de las sociedades desarrolladas. La crítica a esta teoría es que recogió como patrón normal de evolución la experiencia de las naciones desarrolladas, lo cual no era trasladable automáticamente al sur. b) Años 60’: paradigma de la dependencia. Contestatario del anterior paradigma. Su foco central es la contradicción centro-periferia y, a diferencia del anterior paradigma, de carácter sociológico, este será económico-estructural con influencia neomarxista. Nuevo sujeto del cambio: la clase trabajadora. La escuela de la dependencia fue la visión del desarrollo desde la perspectiva del Tercer Mundo. Estos estudios fueron excesivamente estructurales. c) Años 70’: paradigma de la democracia. Nueva crisis política y golpes de Estado funcionales producidos en el Cono Sur. A diferencia del paradigma anterior, puso más el foco en lo político, en la distinción entre Estado y régimen y la influencia de otros actores en el proceso de modernización. A fines de los 70’ se da lugar a la teoría de la transición. Un enfoque en donde los problemas a resolver eran la participación ciudadana, la mediación política y el sistema de partidos. El foco pasaba a ser autoritarismo-democracia. Era necesario para la democratización erradicar el autoritarismo de la cultura e instituciones para asegurar la gobernabilidad. El Estado era concebido como Estado de Derecho. El Estado se transformaba en procesador de diversas conflictividades, en sistema político. La teoría de la transición produjo la ruptura con las visiones totalizadoras y no pluralistas anteriores, amplió el lugar de las instituciones, de la cultura y del discurso y de otros actores. A fines de los años 80’ predomina un enfoque neoliberal del Estado. Este se expresa en términos económicos y de lucha contra la inflación y por la estabilidad mostrando la necesidad de encarar una drástica separación entre Estado y sociedad civil para alcanzar la estabilidad económica. Destaca el excesivo tamaño adquirido por el sector público; buscando otorgar una mayor libertad al mercado y a las tendencias autorreguladoras de la sociedad, formula críticas al exceso de burocracia y a la descontrolada expansión del gasto fiscal, lo que sería una indebida estatización de la vida social, una sociedad asfixiada por el Estado en sus energías y capacidades. Se trata de una vuelta al Estado garantista y mínimo en el marco democrático. Una perspectiva crítica del Estado benefactor. Es también una perspectiva de ruptura con la concepción del Estado de bienestar previa, en el sentido de atribuir todas las responsabilidades de la crisis al Estado y todas las virtualidades y posibilidades de salida de la misma al mercado. 1.2 Del Estado liberal al Postsocial a) El Estado liberal-oligárquico: ejército nacional (monopolio de la coacción), mercado de trabajo, integración territorial, extender las relaciones capitalistas a todo el territorio nacional, modelo de acumulación agroexportador. El Estado nacional mostró escasa autonomía respecto de la clase dominante. Los asuntos nacionales eran manejados como problemas de redes de relación familiares para servir y satisfacer a un círculo restringido de intereses y de individuos privilegiados de la oligarquía. Se trató de la constitución de un régimen de partidos notables, con fuertes restricciones a la participación, dado que se partía del supuesto de que “orden y progreso” sólo serían alcanzables al precio de restringir el acceso de la mayoría a las decisiones. Integración social a través del amplio acceso de los ciudadanos al sistema educativo. El Estado adoptó el rol de modernizador y portador de un progreso identificado con el mundo cultural europeo occidental (un cambio producto del proyecto y voluntad de la elite). b) 1916: Estado democrático liberal. El ascenso de las capas medias se traduce en una creciente exigencia de participación en el sistema. Es un cambio de régimen dentro del mismo modelo liberal. Se trató de una lucha por la libertad política y se produjo el pasaje del Estado considerado como exclusivo protector de los derechos civiles hacia un rol de mediador de la conflictividad social. No hubo ruptura con la clase dominante, ésta siguió hegemonizando, en la medida que había consenso sobre la forma de entender el progreso económico. El modelo de agroexportación continuó. El golpe militar del 30’ y la crisis internacional van a constituir el punto de inflexión entre dos tipos de Estado: el liberal y el postsocial. El Estado comienza a cambiar junto con la pérdida de hegemonía de la clase dominante y el ascenso de las fuerzas armadas. Pero también comienza a cambiar la sociedad civil, con el surgimiento de nuevos actores, como fracciones del empresariado industrial y del nuevo proletariado. c) El Estado nacional-popular o social. Producto de la crisis del capitalismo del 30’, la guerra fría y la sustitución de importaciones. Se modificó el rol estatal. El Estado benefactor surge con la incorporación de grandes masas, la necesidad de contrarrestar las crisis periódicas del capitalismo y de conciliar el imperativo de la acumulación con el de legitimación. El Estado deja de concebirse como gendarme y exclusivo protector de derechos individuales para convertirse en garante de derechos sociales. En lo económico, el Estado pasó a tener un papel activo en la producción de insumos básicos y en la aplicación de variadas gamas de instrumentos de políticas, cuotas de importación, promoción sectorial, crédito industrial, etc. En lo político, se constituyó el “movimientismo” como un modelo de partido predominante con tendencias hegemónicas que presuponía una alta politización de las relaciones sociales, una organización de los sectores populares, centralidad del poder ejecutivo pero escasa importancia dada a los aspectos institucionales y al Parlamento. Se produce una migración significativa de sectores rurales hacia las zonas del litoral industrializadas. d) Estado desarrollista. Luego de la Revolución Libertadora. Se diferenció de la estrategia nacional-popularen cuestiones de énfasis: mientras la última consideraba al Estado en función de la distribución y la autonomía nacional, la desarrollista lo hizo en favor del aumento de la inversión y la integración a este proceso del capital extranjero. Había un rol mayor para el empresariado, para la racionalidad técnica del sector público y menor para los sindicatos y la movilización popular.
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