Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
hematopoyético, etc.) o con un consumo continuado de ener- gía, como el sistema nervioso. La carencia grave de tiamina se conoce como beriberi y provoca alteraciones neuromusculares y oculares. El déficit de niacina se denomina pelagra y cursa con dermatitis, diarrea e, incluso, demencia. La falta de ácido ascórbico conduce al escorbuto. La deficiencia en ácido fólico retarda la maduración de los eritrocitos. Esto puede provocar una anemia macrocítica o megaloblástica, con presencia de eritrocitos grandes y frágiles. La anemia perniciosa asociada a alteraciones neurológicas se produce por deficiencia en vita- mina B12. Puesto que la absorción de la vitamina B12 requiere una proteína secretada por el estómago, el factor intrínseco, la alteración de la secreción gástrica de dicha proteína produce la sintomatología de la anemia perniciosa, aunque exista un aporte oral adecuado de vitamina B12. Algunos casos de hipovitaminosis se producen pese a un aporte normal de vitaminas, por ingestión de compuestos que inactivan o alteran la asimilación de vitaminas concretas. Por ejemplo, la biotina se combina con una proteína presente en los huevos crudos, la avidina, dando un complejo que no se puede absorber por el intestino. Algunos fármacos pueden afectar tanto a la absorción como a la biotransformación de determinadas vitaminas. Las personas en tratamiento con estos fármacos están también expuestas a alteraciones del equilibrio vitamínico. Por ejemplo, algunos anticonvulsio- nantes inhiben la conversión de la vitamina D en su derivado activo y, también aumentan las exigencias de ácido fólico y vitamina B6; ciertos medicamentos para diabéticos afectan a las necesidades de vitamina B6; los antibióticos, a las vitami- nas del tipo B y K, etcétera. En todas estas situaciones se recomienda un aporte vitamínico adicional. Cabe resaltar que mientras que los complementos vitamínicos pueden evi- tar determinadas alteraciones, la utilización de coenzimas como tales en la dieta carece de significado terapéutico, pues la mayoría de ellas no pueden ser captadas por las células. 9.9 CINÉTICA ENZIMÁTICA 9.9.1 Medidas de actividad enzimática, expresiones y unidades Puesto que la principal función de las enzimas es regular la velocidad a la que se desarrollan las reacciones biológicas, la cinética enzimática, que estudia la velocidad de los proce- sos catalizados enzimáticamente, es una parte esencial de la enzimología. Los principios generales de la cinética química son aplicables a las reacciones enzimáticas, aunque la natu- raleza proteica de las enzimas introduce matices adicionales. Además, la velocidad de las reacciones enzimáticas puede modularse por variaciones en la concentración de ligandos específicos que se unen en o fuera del centro activo, incre- mentándola (ligandos activadores) o disminuyéndola (inhi- bidores). A continuación, definiremos las expresiones y uni- dades de la actividad enzimática y estudiaremos el efecto de la concentración de enzima y de sustrato, así como de algu- nas variables fisicoquímicas del medio. Además, se discuti- rán los principales tipos de inhibición, y algunos mecanis- mos generales de regulación. Supongamos el caso sencillo de una reacción enzimática que transforma el sustrato S en el producto P: E S → P La velocidad de reacción se define como la variación en el tiempo de la concentración de S, o, lo que es lo mismo, de P: V = -d[S]/dt = d[P]/dt Esta velocidad puede cuantificarse mediante un ensayo de actividad enzimática, en el que se mide a varios tiempos, o mejor, de forma continua, las concentraciones de S o de P. Estos ensayos se realizan con pequeñas cantidades catalíticas de enzima, del orden de 10–12 a 10–8 M, mucho menores que las de sustrato. Además, se suelen determinar velocidades iniciales, medidas al comienzo de la reacción. En estas con- diciones, la concentración de sustrato varía poco durante el ensayo y se considera constante. La actividad catalítica de una preparación enzimática se expresa mediante unidades estandarizadas por la Comisión de Enzimas. La unidad de actividad enzimática (U) es la can- tidad de enzima que cataliza la formación de un mmol de producto por minuto, en condiciones estándar y, a ser posi- ble, óptimas. Se emplea, si es factible, una concentración de sustrato saturante y una temperatura de 37 °C. La concentra- ción de enzima se expresa en unidades enzimáticas por uni- dad de volumen, por ejemplo en U/mL. La Comisión de Nomenclatura Bioquímica recomienda, además, el uso del katal, o cantidad de enzima que cataliza la conversión de un mol de sustrato por segundo, pero, en la práctica, el katal se emplea raramente. La pureza de una preparación enzimática se cuantifica mediante su actividad específica, expresada en U/mg de proteína. Este parámetro es una medida de la pro- porción de proteína enzimática con respecto a la proteína total de la preparación, y aumenta hasta un valor límite, típi- co de cada enzima pura, cuando la enzima se purifica por cualquier técnica adecuada. 9.9.2 Efecto de la concentración de sustrato sobre la velocidad de reacción Para que una enzima pueda catalizar la transformación de S en P, el sustrato debe unirse al centro activo. El complejo Enzimas | 143 09 Capitulo 09 8/4/05 10:13 Página 143 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE I: ESTRUCTURA Y METABOLISMO SECCIÓN II: ESTRUCTURAS Y FUNCIONES DE LAS BIOMOLÉCULAS 9. ENZIMAS 9.9 CINÉTICA ENZIMÁTICA 9.9.1 Medidas de actividad enzimática, expresiones y unidades 9.9.2 Efecto de la concentración de sustrato sobre la velocidad de reacción
Compartir