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BioquimicaYBiologiaMolecularParaCienciasDeLaSalud-273

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ataques cardíacos en individuos con alto nivel de Lp (a) es
mucho mayor que en la población control.
¿Cuál es la causa de esta perjudicial propiedad de Lp (a)?
En la Figura 15-5 puede verse su estructura, semejante a la
de LDL; como aquélla, básicamente es una envoltura de
ApoB100 y un núcleo rico en ésteres de colesterol, pero la
diferencia estriba en que, en el envoltorio, aparece otra apo-
lipoproteína específica, la apoLp (a), que es la que le confie-
re sus especiales propiedades. La apoLp (a) tiene una estruc-
tura muy característica; los trabajos de R. W. Lawn, que
clonó el gen que la codificaba, determinaron que su secuen-
cia aminoacídica tenía una notable homología con una pro-
teína muy importante de la sangre, el plasminógeno, zimó-
geno precursor de la proteasa plasmina, responsable de la
ruptura de las moléculas de la fibrina, el principal compo-
nente proteínico de los coágulos sanguíneos. 
Es precisamente esta semejanza la que se cree que
determina el peligro de la Lp (a): cuando, una vez cumpli-
da su misión, se impone la degradación de un coágulo san-
guíneo, éste enlaza moléculas de plasminógeno, que, a su
vez, atrae a las proteasas sanguíneas que lo activan y, en
poco tiempo, la recién creada plasmina hace desaparecer el
coágulo. Sin embargo, en personas que poseen elevados
niveles de Lp (a), debido a la presencia de la apoLp (a) en
su superficie, y la homología de ésta con el plasminógeno,
se produce un error molecular que hace que sea la Lp (a), y
no el plasminógeno, la que se una al coágulo. Como la
apoLp (a) no puede activarse a plasmina y, por consiguien-
te, no puede degradar el coágulo al que se encuentra unida,
aumenta la vida media de dicho coágulo. Si este proceso se
repite, se puede desencadenar un incidente arterioescleróti-
co que, a su vez, puede culminar en la enfermedad cardio-
vascular. 
La incógnita es cuál pueda ser el papel fisiológico nor-
mal de la Lp (a). Se ha apuntado que interviene en la cica-
trización de las lesiones que pueden surgir en los vasos san-
guíneos: cuando se lesiona un vaso, la formación de
coágulos de fibrina detiene, temporalmente, la salida de la
sangre, pero la cicatrización definitiva depende del creci-
miento de nuevas células. Éstas precisan de colesterol para
sus membranas. Como sabemos, la Lp (a) contiene coleste-
rol pero, además, debido a su específica dotación de apoLp
(a), tiene la capacidad, al ser ésta tan semejante al plasmi-
nógeno, de ligarse a la fibrina del coágulo. Por ello, la Lp
(a) vendría a ser como un proyectil inteligente que va diri-
gido exactamente al lugar preciso en el momento adecuado.
El problema surge cuando, genéticamente, alguien tiene
más Lp (a) de la necesaria. 
15.2 OXIDACIÓN DE LOS ÁCIDOS GRASOS
15.2.1 Movilización de los depósitos grasos
Los ácidos grasos son uno de los combustibles más emplea-
dos; por tanto, fuente fundamental de obtención de energía
para muchos tejidos. Esterificados con glicerina, forman tria-
cilgliceroles o grasas, de los que suele haber depósitos en
todas las células, aunque son mucho más abundantes en el
tejido adiposo, cuya principal función consiste, precisamen-
te, en servirles de almacén (un hombre de 70 kg tiene unos
11 kg de grasa, lo que supone el almacenamiento de unas
100 000 kcal como TAG.)
Cuando se produce un déficit calórico (caso del ayuno),
se movilizan esos depósitos de triacilgliceroles, fenómeno
que, junto a su contrario, el depósito de grasas, está contro-
lado por la acción de diferentes hormonas. Si predominan en
la sangre las hormonas lipolíticas (ACTH, glucagón, adrena-
lina, hormona del crecimiento, entre otros), el equilibrio se
desplaza hacia la movilización; si, por el contrario, predomi-
nan las hormonas lipógenas (la principal es la insulina), ocu-
rre lo contrario.
Para la movilización, las hormonas lipolíticas se unen a
sus receptores y desencadenan una hidrólisis masiva de los
triacilgliceroles del tejido diana. El proceso es un típico caso
de activación en cascada (véase el Cap. 12): la unión hormo-
na-receptor, en la membrana, provoca la activación de la ade-
nilato ciclasa, lo que, a su vez, produce grandes cantidades
de AMPc, y es el crecimiento de nivel de este segundo men-
sajero el que activa las proteína quinasas dependientes de
AMPc. Una de éstas tiene como sustrato la enzima regulado-
254 | Metabol ismo energét ico
Figura 15-5. Estructura general de la lipoproteína (a).
LDL
1
2
Detalles
 Colesterol
 Fosfolípido
 Apoliproteína B-100
1. Apoliproteína (a)
2. Plasminógeno
15 Capitulo 15 8/4/05 11:07 Página 254
	BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...)
	CONTENIDO
	PARTE I: ESTRUCTURA Y METABOLISMO
	SECCIÓN III METABOLISMO ENERGÉTICO
	15 METABOLISMO DE LOS LÍPIDOS Y LAS LIPOPROTEÍNAS
	15.2 OXIDACIÓN DE LOS ÁCIDOS GRASOS
	15.2.1 Movilización de los depósitos grasos

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