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La alergia a la humedad - los hongos

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103
La alergia a la humedad: los hongos 
¿qué son y cómo evitarlos?
Dr. Carlos J. Senent Sánchez
Médico especialista en Alergología. Jefe de Servicio de Alergología del Hospital Virgen del Valle, Toledo
Dra. Gemma Tapia de Pedro
Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergología del Hospital Virgen del Valle, Toledo
RESUMEN
	� Los hongos constituyen un grupo complejo de seres microscópicos, dotados de núcleo, 
generalmente pluricelulares (salvo las levaduras), que se agrupan en el reino Fungi, distin-
to e independiente del que engloba a las plantas y los animales.
	� Se conocen decenas de miles de especies, de las cuales solo unas pocas son capaces de 
provocar enfermedades alérgicas.
	� Los cuatro hongos más importantes en este aspecto son Alternaria, Cladosporium, Asper-
gillus y Penicillium.
	� Son ubicuos, ya que pueden encontrarse en casi todas las regiones del planeta, tanto en el 
aire ambiente como en las viviendas.
	� Son responsables de numerosos casos de rinitis, rinoconjuntivitis y asma de carácter 
crónico y sin clara estacionalidad, aunque también pueden producir otras enfermedades 
alérgicas más raras, como las neumonitis por hipersensibilidad y las micosis broncopul-
monares alérgicas.
	� El diagnóstico de estos procesos no es fácil, y debe dejarse en manos del alergólogo, quien 
se basará en la historia clínica, las pruebas cutáneas, el análisis de la presencia de anti-
cuerpos de la clase IgE en el suero del paciente frente a los hongos y, en raros casos, en las 
pruebas de provocación (conjuntival, nasal o pulmonar).
	� La prevención es tarea harto difícil, dada su presencia universal, por lo que se recomienda 
evitar los lugares donde las concentraciones de esporas pueden ser elevadas y tomar una 
serie de medidas de higiene ambiental en los domicilios, para así disminuir al máximo la 
colonización por hongos.
	� Para controlar las manifestaciones clínicas de la enfermedad alérgica por hongos se utili-
zarán los fármacos necesarios (antihistamínicos, corticoides, broncodilatadores, antileu-
cotrienos, etc.).
	� El empleo de vacunas antialérgicas en casos seleccionados es la única forma de modificar 
el curso de la enfermedad, aunque este es un campo en el que cabe previsiblemente es-
perar avances importantes en los próximos años, debido a la progresiva introducción de 
vacunas compuestas por alérgenos individualizados.
104 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
	J ¿QUÉ SON LOS HONGOS?
En general hablamos indistintamente de hongos 
y setas y consideramos que existen dos grupos: los 
comestibles y los venenosos. Sin embargo, los hongos 
son unos organismos muy particulares y diversos, y las 
setas son solo las fructificaciones o los cuerpos fructí-
feros de ciertos hongos. Si hiciéramos un símil con las 
plantas, los hongos serían el árbol y las setas, sus frutos.
Los hongos son un grupo variado y heterogéneo de 
seres cuya compleja clasificación la estudia la ciencia 
denominada micología. Podemos apuntar una serie de 
características comunes a estos seres vivos:
• Sus células poseen núcleo, donde se encuentran los 
cromosomas; es decir, son organismos eucariotas.
• Aunque hay especies, como las levaduras, con un 
único núcleo, generalmente son organismos mul-
tinucleados.
• En ocasiones el cuerpo, también llamado talo, es uni-
celular con varios núcleos; otras veces está dividido 
en varias células (hifas) con aspecto filamentoso y 
se denomina micelio.
• El talo puede no tener pared (desnudo) o tenerla de 
quitina o celulosa.
• Se reproducen por esporas (al igual que las algas), 
que pueden ser fijas o móviles, sexuales o asexuales. 
Su tamaño oscila entre 2-3 µm hasta 500 µm, con 
un promedio de 2-10 µm. En muchas ocasiones, las 
esporas se producen en formaciones microscópi-
cas, aunque en otras no es así. De hecho, como se 
ha mencionado antes, las setas no son sino platafor-
mas para dispersar las esporas al medio ambiente.
• A diferencia de las plantas, no poseen clorofila y se 
alimentan por absorción de nutrientes de su entorno.
• Se conocen aproximadamente 500.000 especies 
de hongos, aunque probablemente existan entre 1 
y 1,5 millones de ellas.
• La inmensa mayoría de los hongos son saprofitos, 
descomponen la materia muerta. Varios miles de 
especies provocan parasitación y enfermedades 
en las plantas; unas decenas de especies provocan 
infección en el hombre (micosis) y solo unas cuantas 
(menos de 50 especies, probablemente) son capa-
ces de desencadenar enfermedades alérgicas. Por 
todas las características descritas, actualmente se 
considera que estos microorganismos están más 
cercanos a los animales (reino Animalia) que a las 
plantas (reino Plantae), aunque se clasifican en un 
reino aparte denominado Fungi.
Este reino Fungi donde hoy se encuadran los deno-
minados hongos verdaderos se divide en cuatro filos, 
a saber: Chytridiomycota, Basidiomycota, Zygomycota 
y Ascomycota.
Esta clasificación agrupa los hongos que tienen una 
reproducción sexual. Dado que un elevado número de 
especies solo se reproducen de forma asexual, se ha 
creado una categoría de hongos imperfectos o Deute-
romycotina, entre los cuales se encuentra la gran mayo-
ría de los que son patógenos para el hombre y los anima-
les. Son numerosos los hongos que comparten ambos 
tipos de reproducción y se integran simultáneamente en 
dos divisiones diferentes. En micología médica se suele 
emplear el nombre que identifica la forma de reproduc-
ción asexual, dejando el resto de las complejidades de 
la taxonomía de los hongos a los micólogos.
	J ¿ES LO MISMO ALERGIA A LOS HONGOS, A 
LOS MOHOS O A LA HUMEDAD?
Los hongos que forman micelio, es decir los deno-
minados hongos filamentosos o miceliares, son los 
denominados mohos. Los mohos carecen de estructu-
ras macroscópicas reproductivas, pero pueden formar 
colonias visibles (típicas manchas de humedad en las 
paredes, o la clásica pelusa que se forma en los alimen-
tos) u otros tipos de crecimiento vegetativo.
Podemos afirmar que los hongos alergénicos, es 
decir, los causantes de enfermedades alérgicas, son 
todos ellos mohos.
Tabla 1. Fuentes de esporas fúngicas
Fuera de las viviendas
Hojas en descomposición (bosques, invernaderos, pilas 
de compost)
Pastos, césped, heno, paja, granos y harinas (cortar el 
césped, segar, cosechar, y trabajar en graneros, establos, 
molinos, panaderías) 
Tormentas de aire con polvareda (reflotan las esporas)
Dentro de las viviendas
Casas de veraneo, cerradas gran parte del año
Sótanos o bodegas húmedas
Cuartos de baño con ventilación insuficiente 
Papeles pintados y frisos sobre paredes húmedas 
Manchas de humedad (manchas negras) en las paredes 
Marcos de ventanas con condensación importante 
Materiales textiles con humedad
Alimentos almacenados
Humidificadores y sistemas de aire acondicionado
105LA ALERGIA A LA HUMEDAD: LOS HONGOS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
Se denomina humedad ambiental a la cantidad de 
vapor de agua presente en el aire. Se puede expresar 
de forma absoluta mediante la humedad absoluta, o de 
forma relativa mediante la humedad relativa o grado 
de humedad.
Es correcto hablar de alergia a los hongos, y de 
hecho es el término más extendido, aunque sería más 
específico si habláramos de alergia a los mohos. En 
lenguaje no científico se suele hablar de alergia a la 
humedad, debido a que en la mayor parte de los casos 
los mohos crecen y se reproducen en ambientes con 
elevada humedad, pero es evidente que esta per se no 
desencadena ningún proceso alérgico.
	J ¿DESDE CUÁNDO SE CONOCE LA ALERGIA 
A LOS HONGOS?
Los médicos hipocráticos ya hablaban de enferme-
dades compatibles con la alergia a los mohos, aunque 
la primera descripción de que se tiene conocimiento 
data de comienzos del siglo XVIII, cuando sir John Floyer 
en 1726 asoció los síntomas asmáticos de una serie de 
personas con el hecho de haber visitado unas bodegas 
donde había una elevada humedad y gran cantidad de 
mohos.
Charles Blackley, a quien debemos laidentificación 
de los pólenes como alérgenos causantes de rinitis y 
asma estacional, describió también la aparición de cata-
rro bronquial tras la inhalación de esporas de Chaeto-
mium y Penicillium.
En 1924 Van Leeuwen relacionó la aparición de sín-
tomas asmáticos en la población con la presencia de 
esporas fúngicas. Como curiosidad cabe señalar que 
este investigador trabajaba en el hospital St. Mary de 
Londres, y su laboratorio estaba situado justo debajo 
de donde trabajaba el Dr. Alexander Fleming. Al parecer, 
este último dejó la ventana de su laboratorio abierta 
cuando salió para acudir a una jornada cinegética, ya 
que era un gran aficionado a la caza. Entonces se pro-
dujo fortuitamente la contaminación de sus cultivos de 
Staphylococus aureus con esporas de Penicillium proce-
dentes del laboratorio de Van Leeuwen. La observación 
de que la contaminación por este hongo inhibía el cre-
cimiento de las colonias de la bacteria en el medio de 
cultivo fue el origen del descubrimiento de la penicilina.
En la década de 1930 Prince y Feinberg observa-
ron que en el aire había una gran cantidad de esporas 
fúngicas y demostraron que muchos de sus pacientes 
asmáticos presentaban pruebas cutáneas positivas con 
los extractos de hongos.
Por último, se demostró que la inhalación de esporas 
de determinados hongos (Alternaria o Penicillium) en 
concentraciones similares a las existentes en el medio 
ambiente podía provocar asma en pacientes sensibi-
lizados.
	J ¿DÓNDE HABITAN LOS HONGOS, Y DE QUÉ 
FACTORES DEPENDE SU CRECIMIENTO Y 
DISPERSIÓN?
El tiempo húmedo favorece el crecimiento de los 
hongos, mientras que el tiempo soleado y ventoso, la 
diseminación de las esporas; la nieve reduce conside-
rablemente ambos hechos. En climas cálidos y húme-
dos los hongos están presentes en gran cantidad a lo 
largo de todo el año. En zonas templadas, las esporas 
de hongos se encuentran en su mayor concentración 
a finales de verano.
La concentración de esporas en el aire es muy varia-
ble (200-1.000.000/m3 de aire); puede superar de 100 
a 1.000 veces a la cantidad de granos de polen presen-
tes en la atmósfera, y depende en gran medida de las 
condiciones de temperatura, humedad y corrientes de 
aire.
Los recuentos de esporas son generalmente más 
bajos en los interiores que en el exterior. Las esporas 
en el interior de las viviendas proceden del exterior y 
de posibles focos de crecimiento interior. 
Puesto que los hongos son capaces de descom-
poner, degradar y aprovechar la celulosa, el almidón 
y la materia orgánica, la presencia de estas favorece 
su crecimiento (graneros, establos, invernaderos, silos, 
almacenes de alimentos, etc.).
En el interior, la humedad es el factor decisivo para 
el crecimiento de los hongos, de ahí el uso común de 
la frase alergia a la humedad. Como norma general, se 
debe advertir al paciente diagnosticado de alergia a 
hongos que evite todos los lugares cerrados donde se 
perciba el clásico olor a moho (figura 1).
Los hongos que crecen en los humidificadores o 
en los filtros de los sistemas de aire acondicionado se 
pueden diseminar con facilidad por toda la vivienda y 
el edificio, por lo que se consideran uno de los respon-
sables principales del síndrome del edificio enfermo, 
aunque sería mejor denominarlo síndrome del edificio 
que hace enfermar.
	J ¿QUÉ HONGOS PRODUCEN ALERGIA?
Pese a la enorme cantidad de especies de hongos 
presentes en la atmósfera, son escasos los que tienen 
una verdadera importancia clínica como productores 
de enfermedades alérgicas.
106 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
Se podría afirmar que los principales hongos alergé-
nicos pertenecen a menos de una docena de géneros, a 
saber: Alternaria, Aspergillus, Cladosporium, Penicillium, 
Helminthosporium, Epicoccum, Fusarium, Rhizopus y 
Mucor.
De todos estos géneros, los cuatro primeros son los 
que tienen verdadera importancia clínica.
Alternaria y Cladosporium están considerados como 
hongos de presencia predominante en el exterior. Peni-
cillium y Aspergillus, sin embargo, son más abundantes 
en el interior de las viviendas
El género Alternaria es probablemente el más impor-
tante desde el punto de vista alergológico. La especie 
Alternaria alternata o tenuis es una de las más abun-
dantes en nuestro país y también la más estudiada 
(figura 2).
Predomina en ambientes exteriores; la liberación 
de sus esporas alcanza sus picos en días secos a fina-
les de verano y otoño. Es muy común y de distribución 
universal, y es saprofita en plantas, abonos, maderas, 
alimentos, tejidos y diferentes sustratos del suelo. Ade-
más, como fitopatógeno (microorganismo que genera 
enfermedades en las plantas) afecta a patatas, tomates, 
cebollas, etc., y es visible por unas características man-
chas negras. Su temperatura óptima de crecimiento se 
sitúa alrededor de los 25 °C.
En el momento de redactar este capítulo se habían 
clonado una serie de alérgenos de Alternaria alternata, 
concretamente 13; la mayoría de ellos son alérgenos 
menores, es decir, que sensibilizan un porcentaje muy 
Figura 1. Lugares propicios para el crecimiento de hongos en el domicilio
Figura 2. Esporas de Alternaria alternata. Microscopía 
electrónica de barrido (x 855 aumentos)
107LA ALERGIA A LA HUMEDAD: LOS HONGOS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
bajo de pacientes. La nomenclatura de los alérgenos 
se compone de las tres primeras letras del género, 
seguidas de la inicial de la especie en minúscula a la 
que sigue un dígito. El alérgeno mayor de Alternaria 
alternata se conoce como Alt a 1, y sensibiliza entre 
el 82 y el 98 % de los pacientes alérgicos a Alternaria.
El género Cladosporium es cosmopolita y muy 
abundante, de tal forma que los agregados de sus 
esporas superan, con cifras superiores a 50.000/m3, 
al resto de partículas biológicas. Es saprofito de vege-
tales y parásito de espinacas, plátanos y tomates. La 
temperatura óptima de crecimiento ronda los 20 °C. 
La especie más importante desde el punto de vista 
alergológico es Cladosporium herbarum (figura 3). 
De esta especie, a día de hoy se han identificado 14 
alérgenos, todos ellos menores, salvo Clad h 8, que 
es reconocido por el 57 % de los pacientes alérgicos 
a esta especie.
El género Penicillium, del cual se conocen más de 
250 especies, es uno de los más comunes y de distri-
bución más amplia (figura 4). Lo encontramos como 
saprofito en el suelo, materia vegetal, fruta y papel en 
descomposición. Las colonias son aterciopeladas ver-
dosas, y la temperatura óptima para su crecimiento 
alrededor de los 25 °C, pero su crecimiento es viable 
entre 5 y 37 °C. Penicillium chrysogenum fue el primer 
hongo que se utilizó para obtener penicilina.
Aunque su importancia como alérgeno es considera-
ble, es un hongo poco estudiado en la actualidad desde 
este punto de vista.
El género Aspergillus es uno de los hongos más 
abundantes y ubicuos en el entorno humano. Engloba 
132 especies diferentes y es, junto al anterior, el hongo 
predominante en interiores.
La especie más importante desde el punto de vista 
alergénico es Aspergillus fumigatus (figura 5), que crece 
como saprofito con distribución universal. Tolera un 
amplio rango de temperaturas en su crecimiento (12-
52 °C), y la temperatura óptima es de alrededor de los 
40 °C. Es un hongo que puede producir parasitación 
y deterioro en frutas almacenadas e infecciones en 
diversas clases de ganado; y en el hombre, cuadros de 
alergia (rinoconjuntivitis, asma), neumonitis por hiper-
Figura 3. Esporas de Cladosporium herbarum. Microscopía 
electrónica de barrido (x 2.265 aumentos)
Figura 4. Esporas de Penicillium. Microscopia electrónica 
de barrido (x 3.610 aumentos)
Figura 5. Esporas de Aspergillus fumigatus. Microscopia 
electrónica de barrido (x 1.200 aumentos)
108 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
sensibilidad o alveolitis alérgicas extrínsecas, aspergi-
losis broncopulmonar alérgica, infecciones localizadas 
(aspergiloma) o generalizadas (aspergilosis invasiva).El alérgeno mayor Asp f 1 reacciona con el 85 % 
de los pacientes alérgicos a este hongo. Otro alérgeno 
también considerado como mayor, ya que reacciona 
con el 94 % de los sueros de pacientes alérgicos, es el 
denominado Asp f 3.
	J ¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE Y CÓMO SE 
MANIFIESTA LA ALERGIA A LOS HONGOS?
Los hongos como responsables de enfermedades 
alérgicas, al igual que los pólenes, los ácaros o los pro-
ductos derivados del pelo o caspa de animales, pueden 
dar lugar a las denominadas reacciones de hipersen-
sibilidad inmediata, reacciones de tipo I o reacciones 
mediadas por el anticuerpo IgE, que son las que se 
describirán en este capítulo (figura 6).
Sin embargo, los mohos u hongos son responsables 
también de otras enfermedades que estudia la Aler-
gología.
Estas enfermedades de mecanismos inmunológicos 
complejos afectan principalmente al aparato respira-
torio. Son en muchos casos de origen laboral u ocupa-
cional, y se engloban en las denominadas neumonitis 
por hipersensibilidad o alveolitis alérgicas extrínsecas.
Otro grupo de enfermedades alérgicas producidas 
por hongos constituyen las que se conocen como mico-
sis broncopulmonares alérgicas, producidas la mayoría 
de ellas, aunque no todas, por el Aspergillus fumigatus.
Para más información sobre estos raros cuadros de 
alergia respiratoria a los hongos el lector puede consul-
tar el capítulo 15 de esta misma obra.
La alergia tipo I a los hongos afecta fundamental-
mente a la mucosa conjuntival, nasal y bronquial.
Los hongos son aeroalérgenos, es decir, se transmi-
ten a través del aire; se denominan también neumoalér-
genos (del griego pneuma: ‘hálito’, ‘aire’, ‘viento’).
La aparición de los síntomas no tiene el carácter 
periódico y estacional de la alergia a los pólenes, ya que 
la presencia de las esporas en la atmósfera se puede 
extender a lo largo de todo el año, y sus concentracio-
nes dependen de factores climáticos (viento, humedad, 
temperatura), así como del lugar donde se encuentre 
el paciente (aire libre o interior), ya que como se ha 
comentado anteriormente, hay recintos donde puede 
existir en el aire una gran carga de alérgenos fúngicos.
Si bien no debe descartarse la aparición de conjun-
tivitis aislada por alergia a esporas de hongos, general-
mente se asocia a rinitis, lo que se denominaría rino-
conjuntivitis, que se manifiesta con la sintomatología 
típica de prurito óculo-nasal, enrojecimiento conjuntival, 
lagrimeo, obstrucción nasal, estornudos y mucosidad 
generalmente líquida.
Esta sintomatología, en ocasiones, es la única mani-
festación de alergia, pero en otros pacientes se puede 
asociar a traqueobronquitis con tos seca, bronca, 
espasmódica; en los casos más graves, el paciente 
puede presentar asma con la sintomatología clásica 
de disnea, opresión torácica, tos y ruidos torácicos 
sibilantes.
Dentro del asma alérgica, probablemente los casos 
más graves, muchos de ellos con desenlace infausto, 
se deben a alergia a los hongos.
Aunque se ha especulado mucho sobre la asociación 
de las reacciones alérgicas o de hipersensibilidad a los 
hongos con determinados síntomas digestivos, nada se 
ha podido demostrar hasta la actualidad en ese campo.
Lo mismo cabe decir en cuanto a la participación de 
la alergia a los hongos en cuadros cutáneos como ecce-
mas, eritema anular centrífugo, urticaria y angioedema: 
si bien ha sido defendida por algunos autores —sobre 
todo hace unas décadas—, en el momento actual no 
se dispone de pruebas convincentes de que esto sea 
cierto.
	J ¿SON FRECUENTES LAS ENFERMEDADES 
ALÉRGICAS PRODUCIDAS POR HONGOS?
Alrededor del 4 % de la población en Estados Unidos 
está sensibilizada a alérgenos de Alternaria alternata, 
y se ha observado que un alto porcentaje de pacientes 
Alergia
a los
hongos
Asma
mediada por IgE
Rinitis y
Rinoconjuntivitis
mediada por IgE 
Traqueítis y
Traqueobronquitis
mediada por IgE
Micosis
broncopulmonares
alérgicas
Neumonitis por
hipersensibilidad
Figura 6. Espectro de la alergia a los hongos
109LA ALERGIA A LA HUMEDAD: LOS HONGOS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
asmáticos muestra reactividad cutánea frente a antí-
genos de uno o más hongos.
Estudios llevados a cabo en Europa a finales del 
siglo XX, por medio de pruebas cutáneas con extrac-
tos de Alternaria y Cladosporium, mostraron valores 
muy variables, desde el 3-4 % de Portugal y los países 
escandinavos hasta el 20 % en España.
Al parecer, el número de asmáticos con sensibili-
zación a alérgenos fúngicos aumenta, aunque esto 
parece estar asociado al incremento de la potencia de 
los extractos fúngicos empleados en las pruebas cutá-
neas y a la mejoría en los estudios realizados.
La alergia de tipo I a los hongos no es tan frecuente 
e importante como la desarrollada frente a otros alérge-
nos inhalados. Se estima que alrededor del 8 % de los 
adultos y entre el 20 y el 25 % de los niños con alergia 
respiratoria son hipersensibles a los antígenos de los 
hongos. Los estudios epidemiológicos hacen suponer 
que la alergia fúngica en los niños es un fenómeno 
transitorio, asociado posiblemente a la inmadurez del 
sistema inmunitario infantil.
En zonas costeras de nuestro país, los alérgenos 
perennes o no estacionales más frecuentes son, sin 
duda, los ácaros del polvo doméstico; sin embargo, en 
zonas del interior lo son los hongos y, fundamental-
mente, las esporas de Alternaria, considerada posible-
mente la primera causa de asma alérgica no estacional, 
sobre todo en la infancia.
	J ¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA ALERGIA A 
LOS HONGOS?
El diagnóstico de la alergia a hongos se debe consi-
derar en todo paciente que presente clínica de asma, 
rinoconjuntivitis, o ambas, y cuyos síntomas cursen 
con una aparición anárquica, sin que guarden un claro 
patrón estacional.
Esta sospecha clínica se puede ver reforzada si en 
la historia del paciente se recoge la aparición o un mar-
cado incremento de sus síntomas al entrar en recin-
tos donde, como se ha señalado previamente, por su 
microclima (humedad alta, almacenamiento de materia 
orgánica, calor y, en ocasiones, falta de luz), las concen-
traciones de esporas fúngicas pueden alcanzar niveles 
muy elevados.
Ante esta sospecha clínica, las pruebas cutáneas o 
determinaciones de laboratorio constituyen los méto-
dos de confirmación, como con otros aeroalérgenos 
(pólenes, ácaros, caspa o epitelios de animales).
El método de prueba cutánea que se usa de forma 
generalizada es el denominado prick-test. Consiste en la 
aplicación sobre la superficie de la piel de una pequeña 
gota del extracto alergénico, a través de la cual se pun-
ciona con una lanceta de punta muy corta, que no llega 
a alcanzar la dermis; por tanto, si se realiza de forma 
adecuada, no debe provocar en ningún caso sangrado. 
Es una prueba prácticamente indolora y bien tolerada 
por los pacientes.
Esta prueba ha sustituido prácticamente las prue-
bas intradérmicas, en las cuales se inyectaba 0,02-0,03 
ml del extracto alergénico en la dermis. Esta prueba 
era más engorrosa en su realización, más dolorosa, 
daba mayor número de falsos positivos y podía resultar 
incluso peligrosa en pacientes con una elevada sensi-
bilidad a los hongos.
En el momento actual, los extractos diagnósticos de 
los diversos hongos no están tan bien caracterizados en 
cuanto a su composición y potencia alergénica como 
otros alérgenos, por ejemplo, los pólenes. Hay varia-
ciones importantes relacionadas con las condiciones 
externas de los cultivos, como el tiempo y la tempe-
ratura de incubación, el pH o las concentraciones de 
nitrógeno y carbohidratos en el medio de cultivo.
Los extractos alergénicos de hongos se caracterizan 
por su variabilidad y a menudo su actividad biológica 
resulta poco predecible. Los alérgenos de los hongos se 
pueden obtener del micelio, de las esporas o del propio 
medio donde se produce su cultivo. Muchos de los com-
ponentes con capacidad alergénica son glicoproteínas, 
por lo que en los últimos años se está está llevando a 
cabo un esfuerzoinvestigador importante para conocer 
y purificar los principales alérgenos fúngicos y valorar la 
importancia de los componentes glucídicos y proteicos 
en la alergia.
 Con objeto de lograr una mayor precisión diagnós-
tica, en muchos pacientes se llevan a cabo determi-
naciones en suero de anticuerpos de la clase IgE, que 
reconocen específicamente los alérgenos fúngicos. 
Estas determinaciones, que clásicamente se realiza-
ban frente a extractos completos de hongos, se están 
perfeccionando desde hace pocos años, de forma que 
se produce una progresiva introducción en la clínica 
diaria del denominado diagnóstico por componentes.
En este diagnóstico por componentes, los anticuer-
pos de la clase IgE que se detectan van dirigidos frente 
a proteínas o glicoproteínas aisladas, caracterizadas y 
purificadas de cada hongo en cuestión.
Inicialmente, estas pruebas utilizaban para la detec-
ción de los resultados un marcaje con isótopos radioac-
tivos, de ahí su nombre: RAST (Radio Allergo Sorbent 
Test). Por las dificultades y riesgos inherentes al uso de 
estos productos, ya hace tiempo que se obtienen los 
resultados mediante técnicas enzimáticas, lo que se ha 
dado en denominar test ELISA (Enzymo Linked Immuno 
Sorbent Assay), del cual existen diversas variantes.
110 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
En algunos pacientes pueden ser necesarias las 
pruebas de exposición o provocación, aunque se usan 
fundamentalmente con fines de investigación, y no de 
manera rutinaria.
Se trata de intentar reproducir los síntomas de asma, 
rinitis o conjuntivitis mediante la exposición del paciente 
a dosis del alérgeno en estudio, controladas y dosificadas 
progresivamente. El resultado se puede medir a través de 
la mera observación clínica (aparición de enrojecimiento 
conjuntival, lagrimeo, estornudos, hidrorrea, etc.) o moni-
torizando la respuesta de los órganos expuestos, bási-
camente por medio de mediciones de rinometría acús-
tica o rinomanometría en el caso de las fosas nasales, 
y pruebas de función pulmonar (espirometría forzada, 
curva flujo-volumen, monitorización del flujo pico) en el 
caso del estudio de la respuesta bronquial.
El lector interesado encontrará mayor información 
sobre estos temas de diagnóstico alergológico en los 
capítulos del último apartado de la obra.
	J ¿QUÉ PRECAUCIONES DEBE TENER EL 
PACIENTE ALÉRGICO A LOS HONGOS?
Los consejos para reducir la exposición a las esporas 
de hongos se dirigen en dos direcciones: a la exposición 
en el exterior y en interiores.
En el exterior de las viviendas la persona alérgica a 
los hongos debe intentar evitar:
• Estar en contacto con vegetación muerta o en 
estado de descomposición.
• Aventar las hojas caídas en el suelo en otoño.
• Manipular cualquier tipo de granos o entrar en luga-
res donde se almacenen granos, vegetales y alimen-
tos en general.
• Caminar por zonas rurales los días soleados y ven-
tosos, sobre todo en las épocas de cosecha.
• Tener vegetación densa próxima a su lugar de resi-
dencia.
En el interior de la vivienda se debe procurar:
• Mantener seca la ducha o el baño, mamparas, corti-
nas, alfombrillas, toallas y, en general, todo el cuarto 
de baño.
• No usar esponjas de baño.
• No guardar la ropa o el calzado húmedos en arma-
rios o zonas poco ventiladas.
• Dar preferencia a las fibras sintéticas sobre el algodón 
u otros productos textiles en alfombras y cortinas.
• Evitar la formación de manchas de humedad en 
paredes o ventanas.
• Usar pinturas antifúngicas o aerosol de fungicidas 
si hay zonas con tendencia a presentar humedad.
• No dejar alimentos fuera del frigorífico durante 
mucho tiempo.
• Eliminar las bolsas de basura diariamente.
• Si se poseen plantas de interior, vigilar el buen 
estado de las hojas y de la tierra, asegurándose de 
que no haya signos de putrefacción o contaminación 
por hongos.
• Evitar la presencia y acumulación de polvo en la 
vivienda.
• Aspirar el dormitorio diariamente.
• En el domicilio del paciente es recomendable mante-
ner una humedad relativa por debajo del 60 %, abs-
teniéndose del uso de humidificadores ambientales.
• Usar, si es necesario, deshumidificadores, pero con 
estrecha vigilancia del aparato para evitar contami-
naciones.
• Si hay aire acondicionado, limpiarlo con frecuencia 
y cambiar regularmente los filtros de agua.
	J ¿CÓMO SE TRATA LA ALERGIA A LOS 
HONGOS?
Una vez que el paciente ha sido adecuadamente 
estudiado y diagnosticado por un alergólogo de alergia 
a hongos, y se ha determinando con la mayor exactitud 
posible las especies fúngicas responsables de la sensi-
bilización, se debe instaurar el oportuno tratamiento.
Este tratamiento se estructura en tres niveles:
• Información y prevención: el paciente debe recibir 
toda la información de las causas y origen de su 
enfermedad y aplicar todas las medidas preven-
tivas posibles que se han descrito en el apartado 
anterior.
• Tratamiento farmacológico: no va a diferir del que se 
pueda aplicar a los casos de conjuntivitis, rinocon-
juntivitis o asma de las diferentes etiologías que se 
recogen en esta obra. Los fármacos cumplen básica-
mente con la función de controlar los síntomas que 
aparecen en las enfermedades alérgicas, síntomas 
que son independientes del agente causal o etio-
lógico que los producen (pólenes, ácaros, hongos, 
epitelios animales…); por consiguiente, para no caer 
en reiteraciones innecesarias, remito al lector a los 
capítulos dedicados al tratamiento de las enferme-
dades alérgicas.
• Inmunoterapia: la inmunoterapia, es decir, el empleo 
de vacunas, es hoy por hoy el único tratamiento etio-
lógico de las enfermedades alérgicas respiratorias 
mediadas por anticuerpos IgE específicos.
111LA ALERGIA A LA HUMEDAD: LOS HONGOS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
En el caso de la alergia a hongos disponemos de 
vacunas para administración subcutánea y sublingual.
Su eficacia clínica ha sido demostrada siempre que 
se realice una indicación correcta, basada en la demos-
tración de que la sensibilización al alérgeno desempeña 
un papel relevante en el desarrollo de los síntomas y la 
gravedad de la enfermedad; estén disponibles extrac-
tos alergénicos de alta calidad, y se administre a dosis 
adecuadas durante un período de tiempo suficiente 
(3-5 años).
Con los extractos terapéuticos de hongos ocurre 
el mismo problema que se describía al hablar de los 
extractos para diagnóstico, y es que son de compo-
sición parcialmente desconocida y excesivamente 
variable.
Actualmente la inmunoterapia frente a la enferme-
dad alérgica por hongos se está enfocando al empleo 
de vacunas que no estén elaboradas con extractos fún-
gicos completos, sino con alérgenos recombinantes. 
En el momento actual ya se dispone de vacunas que 
contienen exclusivamente Alt a 1, alérgeno mayor de 
Alternaria.
	J BIBLIOGRAFÍA
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la Región de Murcia. http://alergomurcia.com/pdf/Aler-
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Rodríguez, y A. I. Tabar. «Tratamiento de la alergia a hon-
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los-hongos.asp (Fecha de consulta: 15 de abril de 2020.)
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