TEORIA_HU_SEMANA 3

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1 HISTORIA UNIVERSAL TEMA 3SAN MARCOS VERANO 2016 – I
SPI2HU3
ALTA EDAD MEDIA (S.V - S.XI.)
I. DESARROLLO
Se producen entre los siglos IV y VI d.C., desde la
batalla de Adrianópolis (378 d.C.), en la que las tropas
visigodas acaudilladas por Fritigerno logran derrotar al
ejército romano del emperador Valente, hasta el esta-
blecimiento de los lombardos en el norte de Italia en el
año 568 d.C.
II. «BÁRBAROS»
Eran todos aquellos que vivían fuera de los límites (li-
mes) del Imperio Romano, con distintas costumbres y
creencias religiosas. Entre ellos destacaban los
germanos, los eslavos y los hunos.
III. LOS GERMANOS
Asentados en la zona noreste del continente europeo
provenían, en su mayor parte, de la península de
Escandinavia.
· Sociedad: Se organizaban en tribus denominadas
«sippes», su sistema era de tipo patriarcal, en el
que el padre tenía el derecho de tutela sobre sus
hijos.
· Política: En tiempos de paz dependían de una asam-
blea de ancianos denominada «mall» y en tiempos
de guerra elegían a un «koening» o «herzog».
· Religión: Era politeísta, creían en Odín, Thor, el
Asgard (palacio de los dioses) y el Walhalla (pa-
raíso de los guerreros germanos).
· Justicia: Creían en el «wergeld» (el pago en es-
pecies o trabajo realizado por una falta cometida) y
en las «ordalías» (los juicios de Dios).
IV. CAUSAS DE LAS INVASIONES
Se pueden mencionar como causas del proceso de las
migraciones germánicas las siguientes:
· La necesidad de buscar nuevas tierras de cultivo,
de pastoreo y de asentamiento poblacional.
INVASIONES BÁRBARAS (MIGRACIONES GERMÁNICAS)
· El debilitamiento del Imperio Romano.
· La presión de los pueblos nómadas de las estepas
asiáticas (los Hunos).
V. PRINCIPALES REINOS ROMANO GER-
MÁNICOS
Una concluido el proceso de migración y asentamien-
to en los territorios romano de Europa occidental se
destacan los siguientes reinos germánicos:
· Visigodos (Península Ibérica – España): Son los
protagonistas de las invasiones, cruzan el río Danubio
y derrotan a los romanos en la batalla de Adrianópolis
(378 d.C.). Atraviesan la zona balcánica, saquean
Roma en el año 410 (Alarico), cruzan las Galias (son
derrotados por los Francos de Clodoveo) y se
establecen en los territorios hispano. Entre sus
soberanos destacan Recaredo, por la conversión al
catolicismo, Recesvinto, por la fusión de las leyes
romanas y las visigodas en el Fuero Juzgo y, Don
Rodrigo, último rey visigodo, derrotado por los
musulmanes en el 711 en la batalla de Guadalete,
lo que supuso el fin del reino visigodo.
· Vándalos (Norte de África): Se desplazaron por
todo el continente europeo y se asentaron en parte
de los territorios que correspondieron con la ciu-
dad fenicia de Cártago (Túnez). Fueron los únicos
que tuvieron una poderosa flota de guerra, con lo
que dominaron el Mediterráneo occidental.
Genserico saquearía Roma en el año 455 y, Gelimer
sería derrotado por los bizantinos en las batallas de
Decimum y Tricamerón.
· Ostrogodos (Península Itálica – Rávena).- Tuvo
como principal caudillo a Teodorico, al cual se le
suele considerar como el creador del reino. Con-
servó las instituciones romanas, se rodeó de con-
HISTORIA UNIVERSAL
TEMA 3
DESARROLLO DEL TEMA
ALTA EDAD MEDIA (S. V - S. XI)
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sejeros romanos, restauró mucho de los monumen-
tos romanos y edificó otros inspirados en los mo-
delos clásicos. Entre sus consejeros destacó Boecio,
el gran difusor del pensamiento clásico romano. Los
ostrogodos profesaban el arrianismo, lo que fue
motivo de conflictos internos con la población ro-
mana, en su mayoría católica, y creó dificultades
en las relaciones con Bizancio. En el año 553 fue-
ron conquistados por los bizantinos dirigidos por
Narsés.
· Francos (Galias).- Se constituyeron como reino
gracias a la labor de Clodoveo, el creador de la di-
nastía merovingia. Expandió los territorios francos
al vencer a los visigodos (en Vouillé), a los
galorromanos (en Soissons), a los burgundios (en
Dijon) y a los alamanes (en Tolbiac). Clotario I esta-
bleció la capital en París y logró la unificación de
todo el reino. Entre los siglos VII y VIII los reyes
merovingios se debilitarían y serían conocidos como
«reyes holgazanes» siendo reemplazados en el go-
bierno por los mayordomos de palacio.
· Anglosajones (islas británicas).- Entre los siglos
VI y IX los anglosajones mantuvieron siete reinos
en Inglaterra: Kent, Sussex, Wessex, Essex, East
Anglia, Northumbria y Mercia. Las luchas entre los
reinos fueron frecuentes y sus fronteras se modifi-
caron continuamente. En el siglo IX, el reino de
Wessex adquirió la supremacía, su rey Egberto
unificó el país y luchó contra los escandinavos que
pretendían invadirlo.
VI. ECONOMÍA Y SOCIEDAD
En los nuevos reinos, los germanos eran la minoría de
la población, aunque poseían el poder político y militar.
Al principio, romanos y germanos vivieron como pue-
blos separados, cada uno con sus propias leyes, cos-
tumbres y religión. Pero pronto ambos grupos se mez-
claron y dieron lugar a una sociedad nueva, resultado
de grandes cambios estructurales.
Con el establecimiento de los reinos germánicos las
ciudades se despoblaron y quedaron reducidas a cen-
tros administrativos o a sedes de obispados con muy
poca actividad económica. La tierra se convirtió en la
fuente principal de riqueza. Los germanos se adapta-
ron al tipo de agricultura diseñado por los romanos,
basado en grandes latifundios, que pasaron a manos
de la nobleza germana.
El comercio decayó y se limitó a los mercados locales,
en los que se intercambiaban productos del campo. El
gran comercio quedó en manos de los bizantinos, que
proporcionaban ciertos productos a la nobleza
germana.
VII.CONSECUENCIAS DE LAS INVASIO-
NES BÁRBARAS
Entre las principales consecuencias podemos destacar:
· La desaparición del Imperio Romano de Occidente
(destitución de Rómulo Augústulo en el 476 por
los hérulos de Odoacro).
· La formación de reinos romano germánicos.
· El predominio de la economía rural y la decadencia
del mundo urbano.
· El proceso de Romanización (difusión del latín y del
derecho romano).
· La propagación y consolidación del catolicismo.
Mapa de los Reinos Germánicos.
ALTA EDAD MEDIA (S. V - S. XI)
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I. GENERALIDADES
El Imperio Bizantino o Imperio Romano de Oriente se
convirtió, tras la caída del imperio Romano de Oriente,
en el único representante de la unida imperial de los
romanos. Ésta fue la idea defendida por los primeros
emperadores de Bizancio, que intentaron reconstruir
el viejo Imperio Romano, estableciéndose en Italia, en
el sureste de la península Ibérica y en el norte de
África. Pero a partir del año 800, la presencia en occi-
dente de un nuevo imperio, el de Carlomagno, hizo
que el Imperio Bizantino desarrollara una política y una
cultura definitivamente orientales.
II. ORIGEN
El Imperio Romano de Oriente surgió como consecuen-
cia de la división del Imperio Romano realizada por el
emperador Teodosio en el año 395 d.C. Su primer em-
perador fue Flavio Arcadio el cual iniciaría la dinastía
teodosiana.
III. TRASCENDENCIA
La historia del Imperio Bizantino, como uno de los bas-
tiones de la romanidad, fue muy importante para la
historia europea, con lo que se puede señalar:
· Codificó y ordenó el derecho romano a través del
Corpus Juris Civilis Romani.
· Se convirtió en un puente económico entre Orien-
te y Occidente a través de Constantinopla.
· Resguardó los textos clásicos en sus bibliotecas,
salvando el pensamiento greco latino, lo que influ-
yó en el desarrollo del Renacimiento italiano.
· Cristianizó a los pueblos de Europa oriental, como
ávaros y eslavos.
IV. CARACTERÍSTICAS CULTURALES
La cultura bizantina fue una síntesis de la cultura clási-
ca, la cultura oriental y la cultura cristiana. Bizancio tuvo
el gran mérito histórico de haber conservado todos
estos elementos y de haberlos transmitido, tanto a la
Europa occidental, como a los pueblos de la Europa
oriental(serbios, búlgaros, rusos).
Tras la caída de Constantinopla, numerosos sabios
bizantinos se dispersaron por Europa y desempeñaron
un importante papel en el renacimiento cultural de los
siglos XV y XVI.
La religión dominó la vida bizantina, incluso la vida polí-
tica. Las querellas religiosas, muy frecuentes, termina-
ban convirtiéndose en conflictos políticos. Destacaron
la querella monofisista y la iconoclasta.
El arte bizantino es una síntesis del arte helenístico y
de influencias orientales. A partir del s iglo VI
Constantinopla se convirtió en maestra y difusora del
arte bizantino, entre cuyos elementos característicos
figuran:
· La planta circular y la cúpula sobre pechinas en ar-
quitectura. Destacan la basílica de Santa Sofía en
Constantinopla, San Vital y San Apolinar en Rávena
y San Marcos en Venecia. Esta arquitectura influyó
en Grecia y en Rusia.
· La decoración rica y complicada, más inspirada en
temas históricos que en la simbología cristiana.
· El uso frecuente de mosaicos, de gran belleza.
V. JUSTINIANO (527 – 565 D.C.)
Originario de Tracia, pertenecía a una familia de condi-
ción humilde, pero gracias a su tío, un caudillo militar
llamado Justino, llegó a convertirse en emperador. Por
ello, recibió en Constantinopla una esmerada educa-
ción lo que le valió para tener uno de los gobiernos
más importantes dentro de la historia bizantina. Entre
sus principales obras destacan:
· Emprendió una serie de acciones militares con-
tra los vándalos, ostrogodos y visigodos, quie-
nes fueron derrotados gracias a la acción de brillan-
tes comandantes como Belisario y Narsés. Esto le
permitió a Justiniano obtener el norte del África, la
península itálica y parte de la península ibérica, con
lo que logró la máxima expansión territorial
del Imperio.
· Recopiló el Derecho Romano en una obra jurídi-
ca muy importante: el Corpus Juris Civilis
Romani, gracias a la labor de su gran jurista
Triboniano. Dicha obra comprendía el Códex (re-
copilación de los edictos imperiales desde Adriano),
el Digesto o Pandectae (conjunto de comenta-
rios legales de los más importantes jurisconsultos
romanos), las Institutas (manual de Derecho para
los estudiantes de la carrera) y las Novelas (leyes
nuevas promulgadas a partir de Justiniano y en
adelante).
· Construyó la Basílica de Santa Sofía (Templo
de la Divina Sabiduría), gracias a la participación de
arquitectos como Antemio de Tralles e Isidoro
de Mileto.
· Inauguró el comercio de la seda desde Oriente hasta
Europa.
VI. HERACLIO (610 – 641)
Fue el primer emperador bizantino en proclamarse
«basileus». Implementó en Oriente una administra-
ción cívico-militar a la manera de los exarcados de Oc-
cidente. Creó los «thémata» (themas), territorios
provinciales bajo el mando de un estratega. En cada
una de ellas se establecieron tropas a las que se les
asignó tierras, a cambio de sus servicios. El emperador
también contó con el apoyo moral y financiero de la
Iglesia Ortodoxa. En el año 627 derrotó a los persas
sasánidas en la batalla de Nínive pero, el ejército
bizantino, fue derrotado por los árabes en el 636 en la
EL IMPERIO BIZANTINO
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batalla del río Yarmuk, con lo que el Imperio perdió
Siria, Palestina y Egipto.
VII. LEÓN III EL ISAURIO (717 – 741)
Derrotó a los árabes en la batalla de Akroinos dete-
niendo el ímpetu musulmán, sin embargo, los domi-
nios bizantinos se reducían cada vez más. El empera-
dor entendió las pérdidas como un castigo por la ex-
tendida costumbre bizantina de adorar imágenes de
Cristo, la Virgen María y los Santos, es decir, íconos, lo
que pensó iba contra el segundo mandamiento. Para
recuperar el favor divino prohibió la adoración de íco-
nos y ordenó su destrucción en el año 730, iniciando
de esta manera la «Querella Iconoclasta» o «Que-
rella de las imágenes».
IMPERIO MUSULMÁN
I. GENERALIDADES
A comienzos del siglo VII, Arabia, la península situada
entre el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, era un conjunto
de tierras semidesérticas habitadas por pastores nó-
madas y mercaderes de caravanas. Sólo existían algu-
nas ciudades, como Yatrib (Medina) y La Meca, situa-
das en la confluencia rutas caravaneras. Los únicos ele-
mentos que aglutinaban a una población escasa y dis-
persa eran la lengua y el culto a la «Piedra Negra» en
el templo de la Kaaba, en La Meca. A partir de estos
elementos, Mahoma predicó una nueva religión que
fue la base de una civilización que llegaría a formar un
imperio que abarcaba desde el Indo hasta el Atlántico,
extendiéndose por toda la costa meridional del Medi-
terráneo.
II. TRASCENDENCIA
El Imperio Musulmán logró la unificación de todas las
tribus árabes en una verdadera nación. Además per-
mitió la difusión del Islam, la tercera religión monoteísta
que, de acuerdo a la tradición, surgió del linaje de
Abraham (las otras dos serían el judaísmo y el cristianis-
mo). También se convirtió en una especie de puente
cultural, ya que difundió aportes culturales de otras
civilizaciones, tal es el caso de la brújula, la pólvora y el
papel que, siendo elementos chinos, se conocieron
en Europa gracias a los árabes.
III. MAHOMA
Su biografía se encuentra en la Sira, que reúne los
hadits (narraciones sobre su vida). Perteneció al clan
de los Hachemitas, a la tribu de los Coreiscitas. Sus
padres fueron Abdallah y Amina (quienes murieron
cuando Mahoma aún era un niño), fue criado por su
abuelo Abdel-Mutalib y su tío Abu-Talib, junto a su pri-
mo Ali-Shi. Siendo un caravanero se casó con una viu-
da rica llamada Jadicha, gracias a lo cual tuvo cierta
comodidad económica.
En el año 610 d.C. tiene una visión en el monte Hira
(lugar de peregrinación cercano a la Meca), en el cual
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se le presenta el Arcángel Gabriel, el cual le revela el
propósito de Alá, el único Dios, de que él había sido
elegido para llevar a cabo la difusión de la nueva reli-
gión monoteísta. Hacia el año 613, inicia su prédica
entre sus familiares y allegados. En el 619 mueren su
tío y su esposa.
La Meca era una ciudad comercial dominada por la oli-
garquía mercantil. Era el lugar en el que vivía Mahoma
y donde estaba la Kaaba (santuario donde los árabes
tenían sus ídolos). En el 622 la situación se hace insos-
tenible para Mahoma y decide emigrar hacia Yatrib, la
que posteriormente, se hará llamar Medina al Nabí
(la ciudad del profeta). Esta emigración se llamará la
Hégira y es la que marca el inicio de la era musul-
mana. En Medina se creó el primer centro de oración
propio de la comunidad: la mezquita y Mahoma se
convirtió en jefe político y religioso. Sin embargo, se-
guía siendo el blanco de la persistente hostilidad de los
mequíes, que lo obligaron a proclamar la «Yihad» o
«Guerra Santa».
El 11 de enero del 630 d.C. Mahoma ingresa triunfan-
te a la Meca. Purificó la Kaaba, derribando los ídolos y
borró las pinturas que representaban los profetas (ex-
cepto las de Abraham, Jesús y la Virgen María). El 08
de Junio del 630 d.C. Mahoma muere en Medina, lue-
go de la llamada «Peregrinación del Adiós» a la Meca.
IV. RELIGIÓN
El Islam (el término «islam» significa «sumisión», los
creyentes son llamados «muslimes», es decir, los so-
metidos) es una religión de gran sencillez. Sus princi-
pales dogmas, que se recogen en el Corán, libro sa-
grado de los musulmanes, son:
· Creencia en un único dios, creador del mundo; entre
sus profetas figuran Abraham, Moisés, Jesús y
Mahoma;
· Creencia en la vida futura, en la que los buenos
serán recompensados con el cielo, y los malos,
castigados con el infierno;
· Creencia en la existencia de yinns o demonios
El Corán establece también los preceptos que todos
los creyentes deben cumplir:
· La oración cinco veces al día, mirando a la Meca;
· El ayuno (desde el amanecer hasta el atardecer)
durante el mes del Ramadán;
· La limosna a los necesitados;
· La peregrinación a la Meca, al menos una vez en
la vida;
· La fe en Alá como únicodios.
· La guerra santa contra los infieles, para defender
y extender el Islam.
En el seno del Islam surgieron diferentes interpreta-
ciones religiosas, que aún se mantienen, y que han
dado lugar a diferentes sectas, entre las que desta-
can:
· Los sunnitas, quienes consideran que, además
del Corán, la Sunna (tradición) debe presidir la vida
de los musulmanes;
· Los chiítas, quienes pretenden un cumplimiento
más puro y riguroso de las normas tradicionales del
Islam.
V. FORMACIÓN DEL IMPERIO
En menos de un siglo e islam se extendió desde Persia
hasta la península ibérica. Pronto comenzaron luchas
internas y el gobierno del imperio islámico se dividió.
Los ejércitos musulmanes extendieron la nueva reli-
gión, el Islam, a través de la «Yihad» o «Guerra San-
ta», y crearon un gran imperio. Los sucesores de
Mahoma fueron llamados «Califas», es decir, sucesores
del profeta. La historia de la expansión del Islam me-
dieval se divide en tres grandes etapas:
· El Califato Ortodoxo (632 – 661).- En este
periodo gobernaron amigos o parientes de
Mahoma, que llegaron al poder por elección. Los
tres primeros califas («sucesor del profeta»):
Abu Bekr, Omar y Otmán fueron elegidos casi
unánimemente, pero a la hora de designar al cuarto
al cuarto califa (Alí) surgieron las primeras luchas
internas por el poder. Durante esta etapa, la capital
del mundo islámico fue la ciudad de Medina. En
cuanto a la expansión militar, la época de los califas
ortodoxos supuso la conquista de Siria, Palestina,
Persia y Egipto. También tuvieron lugar los
primeros enfrentamientos con el Imperio Bizantino.
· El Califato Omeya (661 – 750).- En el año 661,
el gobierno pasó a manos de una familia de La Meca,
los Omeyas. Durante este período, el título de califa
se hizo hereditario entre miembros de la misma
familia. Los Omeyas trasladaron la capital del imperio
a la ciudad de Damasco (actual Siria). En esta etapa
el Islam conoció una gran expansión territorial. Los
ejércitos islámicos consiguieron llegar, por el norte
del África, hasta la península ibérica y por el este se
extendieron hasta el río Indo y el Turquestán. El
avance de los ejércitos musulmanes por Europa fue
frenado por los francos en el año 732.
· El Califato Abásida (750 – 1258).- En el año 750,
una rebelión dirigida por Abul Abbas acabó con la
dinastía Omeya. Todos los Omeya fueron asesinados
en un banquete, con la excepción del príncipe
Abderramán, que huyó a la península ibérica. El
poder pasó a una nueva dinastía: los Abásidas. Con
la dinastía Abásida la capital se trasladó a Bagdad
(actual Irak). Harum-al-Rashid, que reinó en la
segunda mitad del siglo VIII, fue el califa más
importante de esta dinastía. En esta etapa se
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multiplicaron las luchas internas por el poder y comenzó la desintegración del Imperio. Mientras tanto, crecía el
poderío de los turcos, otro pueblo musulmán procedente de las estepas de Asia. A partir del siglo XIII, los turcos
afirmaron su poder en el Islam.
IMPERIO CAROLINGIO
I. GENERALIDADES
El Imperio creado por Carlomagno fue el último inten-
to de reconstruir la antigua unidad del Imperio Roma-
no de Occidente y de gobernar de forma organizada
gran parte de sus tierras. Después de la muerte de
Carlomagno fue muy difícil mantener la unidad de ese
enorme conjunto de tierra por lo que el sueño de la
restauración del imperio no se cumplió.
II. TRASCENDENCIA
Entre los elementos que hicieron del Imperio Carolingio
uno de los más importantes en la historia del occiden-
te europeo pueden citarse:
· Al disgregarse daría origen a las nacionalidades
europeas en Francia, Alemania e Italia.
· Sentó las bases para la formación y desarrollo del
Feudalismo.
· Difundió las «Siete Artes Liberales» a través de las
escuelas imperiales.
III. ANTECEDENTES
En el año 732, Carlos Heristal, llamado Martel («mar-
tillo»), Mayordomo de Palacio del «rey holgazán» Thierry
IV, consigue detener el avance musulmán en la bata-
lla de Poitiers. Su prestigio anula la figura del rey que,
como era habitual en el reino de los francos, cedía
todas sus prerrogativas a los nobles y, sobre todo, al
«Major Domus» (Mayordomo) de Palacio. Pero, Carlos
Martel mantuvo la legalidad monárquica. No sucedió lo
mismo con su hijo, Pipino El Breve (715 – 768), que
despojó del poder real a Childerico III y se proclamó
rey, con la aprobación del Papa Esteban II y de los
nobles francos. Se inauguraba de esta manera, la di-
nastía Carolingia.
ALTA EDAD MEDIA (S. V - S. XI)
7 HISTORIA UNIVERSAL TEMA 3SAN MARCOS VERANO 2016 – I
IV. REINADO DE CARLOMAGNO
Durante el reinado de Pipino los musulmanes disminu-
yeron su presión sobre los reinos cristianos. Así, el nue-
vo rey pudo ampliar y fortalecer su imperio. Con la ayu-
da del Papado inició la expansión territorial que después
culminaría su sucesor, Carlomagno, en tres direcciones:
· Hacia el sur, contra los musulmanes;
· Hacia el este, contra frisones y sajones;
· Hacia el sudeste, contra los lombardos.
Carlos I el Grande, Carlomagno (742 – 814), hijo
de Pipino, fue coronado rey el año 768 y siguió con la
política de expansión iniciada por su padre. Derrotó a
los lombardos y se convirtió en su rey y en dueño del
norte de Italia, y organizó una expedición a las tierras
de la península ibérica, en lucha contra los musulma-
nes, que le permitió fundar una marca o provincia a
sus órdenes en la actual Cataluña; los sajones del Mar
del Norte y los frisones asentados en los actuales Paí-
ses Bajos fueron también sometidos y obligados a adop-
tar el cristianismo; posteriormente fueron sometidos
los bávaros y los ávaros asentados a orillas del Danubio.
Y al mismo tiempo que el Estado se extendía, se enri-
quecía con los bienes de los vencidos que en algunos
casos, como en el de los ávaros, eran muchos.
Los éxitos militares de Carlomagno, su prestigio como
gobernante y su defensa firme de la Iglesia fueron
hechos decisivos para que el Papa León III lo coro-
nara emperador el día de Navidad del año 800: se res-
tauraba así el Imperio de Occidente, que había des-
aparecido en el 476.
V. ADMINISTRACIÓN IMPERIAL
Un imperio tan extenso como el que Carlomagno ha-
bía logrado exigía una estructura política capaz de go-
bernarlo y mantenerlo unido. Para controlar las provin-
cias más alejadas de su Imperio creó la institución de
los «Missi Dominici», los «enviados del señor» que
actuaban en nombre del rey.
El territorio fue dividido en condados, gobernados
por condes. En los territorios fronterizos estableció las
marcas, provincias militarizadas y fortificadas, a cuyo
frente estaban los marqueses.
En el año 794, Aquisgrán se convirtió en la capital
del reino. La administración política del Imperio estaba
centralizada en el palatium, residencia real.
Una vez al año se reunían las asambleas generales de
hombres libres y deliberaban, al mismo tiempo que con-
gregaban a los súbditos al servicio de las armas. Pero
poco a poco las asambleas fueron quedando reduci-
das a los grandes dignatarios del imperio y a los súbdi-
tos ligados al rey por el juramento de vasallaje; y su
misión se limitó a aplicar las capitulares o leyes. Pero
Carlomagno no logró una verdadera unidad en su im-
perio, ni siquiera con el apoyo que le prestó la Iglesia,
especialmente el Papado, interesado en lograr un or-
den universal bajo su control.
VI. RENACIMIENTO CULTURAL
El gran mérito de Carlomagno estuvo en lograr un ver-
dadero renacimiento cultural, importantísimo en su
época: se crearon escuelas monacales y
catedralicias; en las primeras se enseñaba lectura,
escritura, conocimientos básicos de latín e interpreta-
ciones de la Biblia y otros libros sagrados; en las segun-
das, las siete artes liberales, el Trivium (gramática,
retórica dialéctica) y el Quadrivium (aritmética, geo-
metría, música y astronomía). El verdadero autor de la
renovación cultural carolingia fue el anglosajón Alcuino
de York, que dirigió la Escuela Palatina, en Aquisgrán,
integrada por los más famosos sabiosde la Europa del
momento. Alcuino llevó a cabo una importante labor
de formación; discípulo destacado suyo fue Juan
Escoto Eriugena, que dirigió la Escuela Palatina de
París.
VII.DESINTEGRACIÓN DEL IMPERIO
CAROLINGIO
Comprendiendo Carlomagno el peligro de su cercana
muerte sobre el futuro de su Imperio, coronó a su hijo
Ludovico Pío (Luis el Piadoso) con sus propias manos
en la Asamblea General que reunió con ese fin en el
año 813 d.C. Al año siguiente, cuando falleció nadie
disputó el derecho a sucederle en el trono a Ludovico.
El nuevo soberano carecía de la energía, tacto y pres-
tigio de su antecesor, y no supo hacerse respetar ni
por sus hijos, con quienes tuvo serios desacuerdos. Al
morir el año 840 d.C., sus tres hijos, Luis, Lotario y
Carlos se declararon la guerra entre sí. Por otro lado,
los nobles habían adquirido gran poder, riquezas y mu-
chos privilegios, desde la época de Carlomagno. La di-
solución del Imperio, era pues, inevitable.
Después de tres años de lucha, los hijos de Ludovico
se pusieron de acuerdo y firmaron el Tratado de
Verdún, en el año 843 d.C., con el cual concluía la
guerra, y se repartían el Imperio de la siguiente forma:
· Luis «el Germánico», se quedó con los territorios
que actualmente forman parte de Alemania y que,
en esa época, sentaron la base para la creación del
Sacro Imperio Romano Germánico.
· Carlos II «el Calvo», se le adjudicó Francia.
· Lotario, obtuvo la parte central del Imperio,
llamada Lotaringia, entre los actuales territorios
de Francia y Alemania, más o menos lo que hoy
constituyen Bélgica, Holanda y Suiza. También se
le dio el reino de Italia y conservó el título de
emperador.
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División del Imperio Carolingio.