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Circulación pulmonar En este capítulo nos referiremos a la circulación pulmonar con el siguiente orden: anatomía de la cir culación pulmonar, capacitancia y resisten�ia del circuito pulmonar, presión del circuito pulmonar y regulación de la circulación. INTRODUCCIÓN · En los capítulos anteriores nos referimos a los mecanismos que intervienen en el intercambio ga seoso, la función principal del pulmón. También mencionamos en numerosas ocasiones la compleja y extensa red de capilares c(ue se encuentran en con tacto con los alvéolos. Si bien la primera impresión puede hacernos pensar que no es más que un con junto de vasos sanguíneos cuya única función es , transportar la sangre para realizar el intercambio ga- seoso, los capilares pulmonares conforman una red vascular compleja. La circulación pulmonar es un circuito con cara.cterísticas y mecanismos de regula ción que le son propios, y que, comparte funciones metabólicas con el pulmón además de la difusión y el transporte de gases. ANATOMÍA DE LA CIRCULACIÓN PULMONAR Como en otros capítulos, haremos un repaso bre ve del circuito vascular sistémico y pulmonar. El retorno venoso del circuito pulmonar accede a la aurícula derecha mediante las venas cavas superior e inferior Desde aquí la sangre circula hacia el ventrículo derecho (VD) y luego hacia ]a arteria pulmonar. Nótese que la arteria pulmonar es un vaso que lle va sangre no oxigenada, al revés de lo que sucede en el resto de la economía. Como describimos en el capítulo 6 se denomina arteria porque es un va so que lleva sangre hacia "afuera" del corazón. La arteria pulmonar se divide numerosas veces acom pañando las ramificaciones de la vía aérea hasta los bronquíolos terminales; luego se continúa en la red capilar adyacente a las paredes alveolares. Una vez realizada la hematosis, la sangre oxigenada circula por las venas que se unen para formar las cuatro venas pulmonares que llegan a la aurícula izquierda (Al). Luego la sangre pasa al ventrículo izquierdo (VI) y por último sale por la aorta hacia los J:ejidos. No toda la sangre que recibe el pulmón realiza hematosis. Las arterias bronquiales, ramas de la aorta, llevan sangre oxigenada que cumple fun ción nutricia en el pulmón y que vuelve al retorno venoso sistémico a través de la vena ácigos. En realidad, ésta es sangre que va al pulmón pero que nunca circula por el circuito pulmonar. Sin embar go, una fracción de sangre no oxigenada prove niente de la circulación bronquial se "saltea" los capilares pulmonares y se une a las venas pulmo- nares sin haber cumplido el proceso de oxigena ción. Esto se denomina admisión venosa o sbunt fisiológico, porque constituye una mezcla de san gre arterial y venosa presente en los individuos sanos. La circulación pulmonar es un circuito de capacitancia La relación entre el flujo pulmonar y el flujo sis témico (llamada QP/Qs, donde Q significa flujo; P, pulmonar, y S, sistémico) en individuos normales es de 1: 1. Esto significa que la misma cantidad de san gre que circula por el pulmón es la que circula por el circuito sistémico. Sin embargo, si medimos la presión en la arteria pulmonar, observaremos que ésta corresponde a 1/6 de la circulación sistémica (véase cap. 21). Los vasos arteriales son de paredes gruesas con abundante músculo liso, en particular las arteriolas; por ello se lo suele describir como un circuito de re sistencia. Esta estructura condice con su función bá sica que es hacer llegar sangre oxigenada a toda la economía, incluidos los órganos más distales. En cambio las paredes de las arterias pulmonares son delgadas y con muchos menos cantidad de músculo liso en sus paredes, por esto se las define como un circuito de capacitancia. Su función básica es acep d tar todo el gasto caríaco de manera de poder oxi genarlo. Como veremos más adelante la presión del cir cuito pulmonar puede elevarse como consecuencia de varias patologías y esto no sólo afectará la per fusión pulmonar sino también la función cardíaca, en particular la del VD e indirectamente la del VI (véase cap. 21). De hecho, en algunas circunstan cias, como en el posoperatorio de cierto tipo de ci rugías del corazón, las "crisis de hipertensión pul monar", es decir, el aumento brusco de la presión pulmonar, pueden ser mortales. El monitoreo de la presión de la arteria pulmonar mediante diferentes métodos es una medición útil en terapia intensiva y permite tomar algunas mediciones terapéuticas. Sin embargo, es común que los médicos interpre temos valores de presión como sinónimo de valo res de flujo (es decir, en este caso, cantidad de san gre en el circuito pulmonar), y si bien muchas ve ces la inferencia es correcta, es importante tener claro que no son exactamente lo mismo. Veamos entonces de qué depende la presión en el circuito pulmonar. Presión arterial pulmonar � presión de la vena pulmonar + resistencia de los vasos pulmonares x flujo pulmonar Esta ecuación resume los motivos por los que la presión pulmonar puede aumentar y establecer este diagnóstico es fundamental a la hora de indicar la terapéutica correcta. a. Aumento de la presión en la vena pulmonar: la causa más común en pacientes adultos es la in suficiencia cardíaca, es decir, la imposibilidad del miocardio de eyectar el volumen de sangre suficiente para cumpl,ir las demandas metabóli cas de un organismo en condiciones normales (fig. 10-1). Como se describe en la sección de fisiología car díaca, cada vez que el corazón es incapaz de eyectar el volumen sistólico completo, aumenta la presión en las venas pulmonares, lo que lleva a su vez a aumentar la presión en la arteria pulmo nar. La solución a este trastorno tiene que ver con mejorar la función cardíaca mediante, por ejem plo, fánnacos inotrópicos. b. Aumento del flujo: es una afección que se pre senta con más frecuencia en niños con algunos d�fectos congénitos, como comunicación inter ventricular. En estos niños el tabique que sepa ra los dos ventrículos no está completo (tiene un orificio) y, dado que la presión en el VI es más alta que en el VD, parte del flujo sanguíneo que en condiciones normales iría hacia la aorta, se "escapará" hacia el VD a través de este orificio. Por lo tanto, el circuito pulmonar no sólo reci birá él volumen sistólico del VD sino parte del volumen sistólico del VI. Ahora bien, lo intere sante es que este tipo de patologías cursan defi_-.. -nitivamente con flujo pulmonar aumentado pero no siempre con presiones pulmonares altas. ¿Por qué? Mire la ecuación otra vez. Asumamos que la presión de las venas pulmonares es nor mal (es decir que el corazón trabaja con norma lidad a pesar de la sobrecarga de volumen, lo que sucede en muchos casos), entonces puede suceder que el flujo pulmonar aumente y que las resistencias pulmonares disminuyan. Al incre mentarse la presión intravascular de la arteria pulmonar se produce un "reclutamiento" de �a pilares, los que además aumentan su calibre. Es to significa que vasos que en condiciones nor- Fig. 10-1. Relaciones flujo/resistencia en el circuito pul monar. Aumento de presión venosa. males no tenían flujo sanguíneo, ahora lo ten drán. Entonces si el flujo aumenta pero las re sistencias bajan, la presión de la arteria pulmo- nar permanecerá normal: éste es uno de los ca- sos más típicos en los que tener una presión ar terial normal no significa que no haya aumento de flujo pulmonar (véase fig. 10-2). c. Aumento de la resistencia Los factores que afectan la resistencia de un flu jo se describen en la ley de Poiseuille-Hagen que establece: 8 1 r¡ Resistencia = --- 7t r4 Donde 1 ·es la longitud del tubo; r¡, es la visco sidad del líquido y r es el radio interno, en este caso de los vasos. Es decir que la resistencia al paso del flujo de sangre será directamente propor cional a la longitud del vaso, a la viséosidad del líquido e inversamente proporcional al radio a la cuartapotencia. Cabe recordar que con esta ley en realidad se pretendió establecer la relación entre el flujo y la presión de un líquido newtoniano continuo que circula por paredes lisas. En reali dad la sangre circulante por los vasos sanguínos presenta algunas diferencias, dado que formal mente no es un líquido newtoniano (sin embargo, a hematócritos normales es probable que no haya muchas diferencias), los vasos sanguíneos no son estrictamente lisos, en especial las pequeñas arte rias pulmonares y el flujo es pulsátil y no conti nuo, dado que proviene del corazón. A pesar de esto los principios físicos generales para la visco sidad y el diámetro de los vasos pulmonares se t aplican. Si la viscosidad de la sangre aumenta (p. ej. por hematócritos altos) o el diámetro de los vasos disminuye, entonces la resistencia se incre mentará. Las cardiopatías congénitas con shunt de izquier da a derecha (p. ej., la comunicación interventricu lar grande) cursan con distintos valores de resisten cias a lo largo del tiempo. En un principio, como describimos antes, el circuito pulmonar intenta reci bir todo el gasto cardíaco (volumen minuto), por lo que las resistencias pueden disminuir, en forma se cundaria a vasodilatación pulmonar. La presión pul monar puede ser normal o algo aumentada si las re sistencias no disminuyen. Sin embargo, si la afec ción no se corrige a tiempo, las pequeñas arterias pulmonares comenzarán a sufrir cambios estructu rales y engrosarán sus paredes. Como la resistencia es inversamente proporcional al radio (a la cuarta V. mitral f de flujo pulmonar Fig. 10-2. Relaciones flu jo/resistencia en el circui to pulmonar. Aumento del flujo pulmonar. potencia), a menor radio, mayor resistencia. Si en nuestra ecuación tanto la resistencia como el flujo pulmonar están incrementados, entonces la presión pulmonar será francamente alta. En el capítulo de fisología cardiovascular pediátrica se observará có� mo estos datos fisiológicos son fundamentales en lá toma de decisiones terapéuticas, por ejemplo, en la corrección quirúrgica. Una forma clínica práctica de calcular la resis tencia es: Resistencia vascular pulmonar = (presión de entrada - presión de salida)/flujo pulmonar Donde la presión de entrada corresponde a la presión de la arteria pulmonar y la de salida a la de la aurícula izquierda. El flujo pulmonar de un adul to normal es de alrededor de 6L/min. Por ejemplo, en un adulto normal: Resistencia vascular pulmonar: 15 - 5/6 = 1,7 mm Hg/L/min DEFINICIÓN DE PRESIÓN PULMONAR Los capilares pulmonares están rodeados de tejido alveolar •. Como se observó en ventilación, los alvéofos también están sometidos a cambios de presión (los cambios de presión intrapleural), como producto de la movilización del volumen corriente hacia y des de el pulmón. Es por ello que cuando hablamos de presión pulmonar es importante definir a qué tipo de presión se hace referencia. Presión intravascular Es la presión en cualquier punto de la circulación pulmonar, relativa a la presión atmosférica. Por lo general cuando en la terapia intensiva, por ejemplo, se monitorea presión pulmonar, se hace referencia a esta presión. Presión transmural Es la diferencia entre la presión intravascular y la que rodea al vaso. Por lo general no se mide, pero se debe tener en cuenta para comprender los cambios de presión intravascular y los procesos fisiopatológi cos del corazón y del pulmón en su conjunto, dado que es muy común que la afección de uno tenga con secuencias directas en el funcionamiento del otro. Como se observó en la anatomía de la circulación pulmonar, no todos. los vasos están en contacto con los alvéolos; por eso a los capilares pulmonares se los suele dividir en intraalveolares y extraalveola res. Esta disquisición no es sólo anatómica, dado que su comportamiento en relación con las presio nes alveolares es diferente. En los vasos intraalveolares hay diferencias re gionales en la presión intravascular y en la presión transmural que determinan la distribución del flujo a lo largo del pulmón. Aunque lo veremos con más detalle en el capítulo-de ventilación y perfusión, ha remos una breve descripción. Imaginemos un pulmón de un individuo que está de pie. Aunque en términos anatómicos la arteria pulmonar entra en la zona media del pulmón (a la altura del hilio pulmonar), el que genera el gradien te de presión que es el VD está ubicado práctica mente a la altura de la base, por lo que una buena parte del flujo debe distribuirse hacia arriba. Si la longitud del pulmón de un adulto normal es de alre dedor de 30 cm eso significa que la presión del cir cuito pulmonar deberá vencer una presión de unos 23 a 25 cm de agua para distribuir el flujo hacia las zonas apicales pulmonares (fig. 10-3). Recordemos que el circuito pulmonar es de capa citancia, es decir que maneja presiones bajas, por lo que este gradiente de presión entre las zona basal y apical del pulmón es importante. Ahora imagine mos de nuevo que el área pulmonar de un individuo de pie Ja vamos a dividir en tres zonas o áreas: una porción superior, una media -a la altura del bilio pulmonar- y una inferior. En la zona superior o apical los alvéolos están más "expandidos", es decir que tienen más volumen en su interior que los de la base. Entonces la combi nación de alvéolos de alta presión con capilares con baja presión definen lo que se denomina la zona I del pulmón. Dado que los capilares son vasos que no tienen otro sostén que sus delgadas paredes, si el alvéolo está muy distendido, el capilar pulmonar se colapsará, por lo tanto, el flujo en esta zona será O (es decir, no habrá flujo sanguíneo). Normalmente hay un poco de flujo, dado que la presión generada por el ventrículo derecho es suficiente para que los vasos no se colapsen del todo. En algunos casos, co mo en la ventilación a presión positiva (ventilación mecánica), estos alvéolos suelen sobredistenderse, y, al colapsar el capilar pulmonar, el flujo en las zo nas apicales del pulmón es O. En la zona media del pulmón, la presión intra vascular de la arteria pulmonar aumenta lo sufi ciente•para vencer la presión de los alvéolos, que aquí están menos distendidos si se compara con las zonas apicales. En esta región del pulmón se pro duce un fenómeno bemodinárnico interesante. En general, la sangre fluye por el gradiente de presión que se genera entre el circuito arterial y el venoso. Sin embargo, en esta zona 11, la presión alveolar es mayor que la venosa, que, salvo que esté muy aumentada por alteraciones patológicas, en este punto no es importante para que la sangre circule. El verdadero gradiente de presión aquí está dado por la diferencia entre la presión de la arteria pul- tt ttt t t Zona 1 PA>Pa>Pv Zona2 Pa > PA > Pv Zona 3 Pa > Pv> PA Fig. 10-3. Distribución regional del flujo pulmonar. PA = presión alveolar; Pa = presión arterial; Pv = presión venosa. monar y la presión alveolar. Si esta última aumen tara en forma patológica, el flujo pulmonar se li mitaría de nuevo. Ahora comenzaremos a descender por esta zona II en camino hacia la región inferior del pulmón. A medida que descendemos (antes de llegar a la zona 111), veremos que la presión intravascular aumenta, dado que nos acercamos al VD. Entonces, como la presión intravascular se incrementó pero en esta área la presión alveolar es siempre igual, habrá ca da vez más capilares pulmonares reclutados ( es de cir, con flujo sanguíneo). En la porción inferior del pulmón, la zona III, el flujo depende sobre todo del gradiente de pre sión arteriovenosa, dado que ambas superan la presión alveolar y que la presión arterial pulmonar es mayor que la venosa. Como ésta es la región del pulmón donde los alvéolos están más colapsa- dos, está mejor perfundida que ventilada (véase fig. 10-.3). Para volúmenes pulmonares bajos existe dentro dela zona III un área de flujo sanguíneo re ducido, debido al colapso de los vasos extraalveola res, denominada zona IV. Si bien hay variaciones en la presión intravascu lar a lo largo del parénquima pulmonar, los capila res intraalveolares se comportan de manera similar cuando están sometidos a los cambios de presión que implican la inspiración y la espiración. Durante la inspiración, (si se asume que el vo lumen pulmonar es normal) aun cuando los alvéo los se llenan de aire, los capilares no se colapsan, dado que la presión intrapleural negativa se trans mite a la zona pericapilar y que por otro lado el pulmón se expande. Por lo tanto, durante la inspi ración normal, los capilares alveolares aumentan su calibre. REGULACIÓN DE LAS PRESIONES Y RESISTENCIAS VASCULARES PULMONARES Los vasos pulmonares se contraen o dilatan en respuesta·a numerosos factores físicos y químicos Es importante conocer su comportamiento en es te sentido, dado que la alteración de la presión pul monar tiene impacto directo tanto en la función res piratoria como en la cardíaca. Factores mecánicos Cambios en el flujo pulmonar: como describi mos antes, el aumento de flujo en el lecho pulmo nar lleva en un principio a incrementar el calibre , de los capilares y a reclutar algunos vasos que en condiciones normales no reciben sangre. Si la al teración persiste durante un tiempo proloniado, las paredes de los vasos se engrosarán, por lo que el radio disminuirá y la resistencia se verá incre mentada. Cambios en el vol1.fmen pulmonar: la relación en tre el volumen pulmonar y la resistencia vascular se describe en la figura 10-4. Como se observa cuando el volumen pulmonar es excesivamente bajo (pulmón colapsado) o ele vado (pulmón sobredistendido) la resistencia y, por lo tanto, la presión pulmonar aumentan, asu miendo que la presión transmural es constante (esto implica obviar las variaciones de presión ti .. sular que se presentan en los movimientos venti- latorios). • En el caso del colapso pulmonar, los responsa bles del aumento de la resistencia son, en mayor medida, los vasos_ extraalveolares. Éstos contienen músculo liso y fibras elásticas que tienden a reducir el calibre del vaso cuando el volumen pulmonar es bajo. Si por algún motivo patológico el pulmón es tuviera colapsado por completo, la presión pulmo nar debería aumentar varios cm de agua para que los vasós permitan el paso del flujo. La presión necesa ria para abrir los vasos en esta afección se denomi na "presión crítica de apertura". Cuando el pulmón se encuentra distendido por alguna patología (en ventilación a presión positi va, en pacientes con enfermedad obstructiva de la 120 Vaso / extraalveolar so--------------- 50 100 150 . Volumen pulmonar (mL) 200 Fig. 10-4. Relación entre el volumen pulmonar y las re . sistencias vasculares pulmonares. · vía aérea, como el asma), el aumento de la resis tencia vascular tiene que ver con los capilares al veolares. Al distenderse los alvéolos, se colapsan los capilares adyacentes, y disminuye su calibre. Como conclusión, y concepto más importante en la práctica clínica; la resistencia vascular pulmo nar es normal cuando el volumen pulmonar es normal. En el presente este concepto es uno de los fundamentos que sostiene una serie de estrategias de ventilación mecánica que tienden a llevar al pulmón, cuyo volumen está alterado por una afec ción (p. ej., aumentado en el asma y disminuido en el síndrome de distrés respiratorio agudo), al volumen pulmonar normal (es como si mediante una estrategia en el respirador se intentara reclu tar alvéolos colapsados en el caso del distrés; es to es, "inflar al pulmón", y "desinflarlo" en la pa tología obstructiva). Factores químicos Regulación autonómica La circulación pulmonar tiene regulación sim pática y parasimpática. En el músculo liso de las arterias y arteriolas de más de 30 micrones hay re ceptores alfaadrenérgicos y betaadrenérgicos. Si bien las modificaciones del tono simpático no pa recen alterar en grado significativo las resistencias vasculares en reposo y en condiciones normales, en situaciones de estrés el tono vasoconstrictor simpático puede ser significativo. Éste es un dato importante, porque sólo cursar una patología pul monar con dificultad para respirar o sensación de sed de aire, puede constituir un factor de estrés para un paciente. Por otro lado, en las unidades de cuidados intensivos o en las coronarias suelen usarse inotrópicos como adrenalina o isoprote renol que tienen efecto vasoconstrictor y vasodi latador, respectivamente. Con frecuencia estos fármacos se indican como soporte al corazón ( es decir, no como terapéutica de la patología pulmo nar), por lo que es importante conocer la repercu sión que tienen sobre l.a vasculatura pulmonar. Fármacos Hay numerosos fármacos que se utilizan en la te rapia intensiva que tienen efecto sobre las vascula tura pulmonar. Este tópico excede en gran medida el objetivo de este texto: sin embargo, mencionaremos algunos ejemplos frecuentes. Como ya describimos, algunos fármacos se utilizan de manera específica para provocar algún efecto en la vasculatura pulmo nar, en tanto que otros (como los inotrópicos) se in dican con otros fines y tienen efectos adicionales sobre la vasculatura pulmonar que hay que tener presentes. Ése es el caso de los inotrópicos como la adrenalina, que además su efecto depende de la do sis. A dosis altas µene más efecto a., por lo tanto, será más vasoconstrictora sobre la vasculatura pul monar. Ud. se preguntará qué tiene que ver la pre sión pulmonar con la función cardíaca. Recuerde que la resistencia pulmonar es uno de los determi nantes de la poscarga del VD. Si se aumentan los inotrópicos con el fin de mejorar el volumen sistóli co, pero a su vez se incrementa en exceso la poscar ga, entonces es probable que el objetivo de mejorar el gasto cardíaco no se consiga (éste es un concep to que se aplica tanto a la circulación pulmonar co mo a la sistémica). Por otro lado, hay numerosos fármacos que sí se indican con el fin de tratar cuadros de hiperten sión pulmonar. Un ejemplo clásico es el posopera torio de las cardiopatías congénitas que cursan con hipertensión pulmonar (p. ej., la comunica ción interventricular grande, o aun más típico, el canal auriculoventricular que cursa con un defec to en la formación tanto del tabique auricular co- mo del ventricular) donde· aun cuando el defecto se haya corregido, los pacientes pueden cursar con hipertensión pulmonar transitoria. Como éste es un cuadro que puede ser mortal, es necesario tratarlo hasta que se revierta. En general, estos pa cientes se encuentran en asistencia respiratoria mecánica por unos días. Algunos de los fármacos que se utilizaron inicialmente fueron catecolami nas con efecto � (como isoproterenol) o vasodila tadores sitémicos, como nitroprusiato de sodio o nitroglicerina. Estos fármacos se administran por vía intravenosa y su efecto vasodilatador se pro duce sobre toda la vasculatura pulmonar. Esto trae un problema adicional que es que no todos los al véolos reciben un volumen de aire adecuado, in clusive algunos pueden estar colapsados (recorde mos que en el pulmón normal la distribución de la ventilación no es homogénea y esto por supuesto se exacerba en la patología cardiovascular). En tonces, ¿que sucedería si dilatamos capilares que están en contacto con alvéolos que no están bien ventilados? En forma grosera, no se realizaría in tercambio gaseoso y por l<;> tanto se agregaría san gre no oxigenada a la circulación, sumado a otros efectos colaterales de estos fármacos, como la hi potensión arterial, ya que actúan también sobre la circulación sistémica. A raíz de esto algunos in vestigadores se comenzaron a preguntar cómo ha cer para vasodilatar en forma selectiva, es decir, qué mecanismo usar para relajar sólo los vasos queestén en contacto con alvéolos bien ventila dos, de manera de adicionar sangre bien oxigena da a la circulación. La respuesta parecía sencilla. Si uno podía introducir un fármaco por vía inha latoria, llegaría a los vasos de los alvéolos que só lo estuvieran bien reclutados. En función de esta idea se probaron diferentes fármacos de acción vasodilatadora conocida que se podían adminis -trar por vía inhalatoria (ya sea mediante una nebu lización o a través del respirador), como las pros taciclinas. Por último el fármaco más utilizado hasta el presente es el óxido nítrico (NO). El NO en realidad es un metabolito sintetizado por el propio organismo en el endotelio a partir de la L arginina, y su función, entre otras, es la relajación endotelial (véase caps. 4 y 5). Este fármaco se sin tetizó para administrar por vía inhalatoria, y fue el más utilizado dado que tiene algunas ventajas adi cionales: la administración inhalatoria es sencilla, su vida media es corta, es vasodilatador selectivo y no tiene efectos sistémicos, dado que se metabo- Se inactiva en la Hb Tiene efecto sólo sobre el capilar adyacente al alvéolo Fig. 10-5. El NO como vasodilatador selectivo. liza uniéndose a la hemoglobina. Sólo en dosis al tas puede producir metahemoglobinemia, que en la actualidad es rara, ya que en la terapéutica se utilizan dosis muy .bajas. Se demostró que el NO tiene un papel relativamente importante en la hi pertensión pulmonar del recién nacido o en el po soperatorio de cardiopatías congénitas (fig. 10-5). Sin embargo, la hipertensión pulmonar en sí es un camino final común de numerosas causas, como la enfermedad respiratoria restrictiva (distrés res piratorio agudo) o la hipertensión pulmonar pri maria. El impacto de este fármaco en este tipo de enfermedades es muy controversial. • Hipoxia La disminución de la Po 2 alveolar es un estímu lo constrictor potente de la vasculatura pulmonar. En realidad es un mecanismo compensador, dadQ • que su sentido es direccionar flujo hacia zonas mejor ventiladas. Pensémoslo de esta manera: en la vida fetal, los pulmones no se utilizan para el intercambio gaseoso, dado que se realiza en la placenta. El estín;mlo hipóxico es una de las for mas que tiene el feto para desviar la sangre del pulmón (sólo un· 15% de todo el gasto cardíaco [volumen minuto] va al pulmón) y enviar el flujo sanguíneo hacia otro sector de la economía. Uno de los cambios más significativos en la vida pos fetal es la respiración pulmonar, por lo tanto, el organismo tiene que encontrar alguna forma para que bruscamente el flujo se dirija a los alvéolos. Cuando el niño nace, en la primera inspiración los alvéolos se distienden y reciben oxígeno. Esta combinación produce el descenso brusco de las resistencias vasculares pulmonares y el flujo se desvía hacia el pulmón. Este mecanismo compensatorio también se apli ca a la patología pulmonar. Imaginemos un pacien te con neumonía (una enfermedad infecciosa en la que los alvéolos de una zona del pulmón están ocupados por material inflamatorio y tienden al colapso). Es claro que los alvéolos ocupados no recibirán la ventilación adecuada, por lo que es ló gico pensar que el pulmón tratará de enviar el flu jo sanguíneo a zonas mejor oxigenadas. Al haber hipoxia local, el capilar adyacente al alvéolo en fermo se contraerá. El mecanismo por el cual la concentración ba ja de oxígeno actúa como estímulo vasoconstrictor aún se desconoce, dado que no se encontró media dor ni sustancia algunas que tengan en ese efecto. Sí se sabe que la Po 2 relevante para generar esta respuesta sería la alveolar y no la arterial. El gráfi co que describe la relación entre la Po 2 y la caída del flujo pulmonar presenta una curva similar a la de disociación de la hemoglobina. Observamos que para que haya un estímulo vasoconstrictor im portante la Po 2 alveolar debe caer por debajo de los 70 mm Hg. (fig. 10-6). Dióxido de carbono y pH Tanto el aumento del dióxido de carbono como · la disminución d�el pH sanguíneo son estímulos va soc@nstrictores. En estudios recientes se demostró que el pH ácido es un estímulo vasoconstrictor más potente que el dióxido de carbono. Las técnicas de monitoreo y medición de la presión pulmonar se describirán en el capítulo de fisiología cardiovascu lar pediátrica. MANEJO DEL AGUA PULMONAR La dinámica de los líquidos en el pulmón y en particular la distribución del agua son temas com- 100 80 � o ·:;; 60 o ·:;;- 40 20 o 50 100 150 Po 2 alveolar r-- • 200 300 • 500 Fig. 10-6. Relación entre Pao 2 y flujo pulmonar. piejos de extensa investigación en la actualidad. En principio se cree que se cumple la ley de las fuerzas de Starling, de igual modo que en el resto del organismo (véase cap. 3). A modo de repaso, imaginemos un vaso sanguíneo rodeado de tejido intersticial y, en este caso en particular de alvéo los (fig. 10-7). La presión hidrostática es la que impulsa el agua hacia "afuera de los vasos" es decir, hacia el inters ticio pulmonar. En cambio, la presión que ejercen Capilar Arteriola l e= presión hidrostática capilar e= presión oncótica capilar P¡ = presión hidrostática intersticial i = presión oncótica intersticial A Fig. 10-7. Hidrodinamia pulmo nar. A. En condiciones normales. las proteínas, esta es la presión oncótica, es la que "atrae" el agua hacia adentro de los vasos. Por lo tanto, el equilibrio entre las presiones oncóticas e hidrostáticas del espacio intravascular y el intersti cio favorece la permanencia del agua en el interior de los vasos, y sale al intersiticio sólo un pequeño porcentaje. Esto se cumple siempre y cuando los ca pilares sean relativamente impermeables a las pro teínas (véase fig. 10-7 A). En algunas patologías los capilares alveolares al lesionarse alteran su permeabilidad, por lo que per miten el pasaje de proteínas y agua al intersticio. Los componentes que influyen en el equilibrio de agua pueden resumirse en la siguiente fórmula: Salida de líquido de los vasos = k (Pe - ni) - w(Pic - 1tii) Donde k es una constante (coeficiente de filtra ción), Pe es la presión hidrostática dentro del capi- B Fig. 10-7. B. Edema pulmonar. lar, ni es la presión hidrostática del intersticio, Pie es la presión oncótica del capilar y 1tii es la presión oncótica del intersticio. Sigma es un coeficiente que refleja la impermeabilidad de la pared del capilar a las proteínas. Los valores correspondientes a esta ecuación en realidad no se conocen con exactitud. Sin embar go, se sabe que hay un balance neto que permite el pasaje de una pequeña cantidad de agua hacia el intersticio (alrededor de 20 mL/hora). Normal mente este líquido se drena por los linfáticos ubi cados en los espacios perivasculares y peribron quiales del intersticio, y se transporta hasta lo ganglios linfáticos. En algunas enfermedades. por ejemplo en la in suficiencia cardíaca, al aumentar la presión hidros tática de los capilares (como consecuencia del in cremento de la presión en las venas pulmonares), se produce extravasación de líquido hacia el intersticio Alvéolo Surfactante Pe = presión hidrostática capilar 7t e = presión oncótica capilar P ¡ = presión hidrostática intersticial 7t ¡ = presión oncótica capilar PAP = presión arterial pulmonar PVP = presión venosa pulmonar ( véase fig. 1 O-7 B). En una primera fase, el edema se evidencia como congestión de los espacios peri vasculares y bronquiales, e incremento del flujo de los vasos linfáticos como consecuencia del aumento del drenaje. Sin embargo, si la presión hidrostática supera la capacidad de drenaje de la linfa o si el edema se hace crónico, el líquido se extravasará a los alvéolos a través del epitelio alveolar. Esto produce hipoxemia por engrosamiento de la membrana alveolocapilar y por ocupación alveolar (los alv�olos ocupados por líquido no recibenoxígeno, por lo tanto, no se puede realizar hematosis), en consecuencia es una afección que hay que conocer, prevenir y tratar. FUNCIONES METABÓLICAS DEL PULMÓN Dado que el pulmón tiene una gran superficie en dotelial y que además recibe todo el volumen minu to cardíaco, es fácil comprender que además del in tercambio gaseoso, cumple con otras funciones, co mo las metabólicas. Activación de metabolitos La conversión de la angiotensina I a angiotensina 11 es la única función de activación biológica que se conoce en el pulmón. Está catalizada por la enzima convertidora de angiotensina que se encuentra alojada en la superficie endotelial de los capilares. lnactivación de metabolitos Muchas sustancias se inactivan en forma paréial o completa durante su pasaje por el pulmón. La bra dicinina es uno de los ejemplos de mayor inactiva ción (un 80%). Otras sustancias inactivadas son al gunas prostaglandinas (El y E2), y la noradrenali na parcialmente (30% ). Almacenamiento Algunas sustancias se inactivan en el pulmón pe ro no por degradación sino por un proceso de alma cenamiento. En el caso de la serotonina, parte se al macena en las plaquetas y se libera por ejemplo, en la anafilaxia. Otras sustancias se metaoo·lizan en el pulmón y se liberan ante algunos estímulos, por ejemplo, los leucotrienos y las prostaglandinas sin tetizadas a partir del ácido araquidónico, y que ten drían un papel importante en la fisiopatología del asma bronquial (enfermedad reactiva, obstructiva de la pequeña vía aérea). Síntesis Las sustancias sintetizadas en el pulmón se utili zan en gran parte para su propia estructura y funcio namiento; éste es el caso de dipalmitoil fosfatidilco lina que es un componente del surfactante pulmo nar, o algunas proteínas, como elastina y colágeno, que forman parte del soporte estructural. LECTURAS RECOMENDADAS Kaufman CE. Essentials of Pathophysiology. Little, Brown, 1996. Nunn JF. Nunn's applied respiratory phisiology. 4a ed. But- terworth-Heinemann, 1993. ¡', Rogers MC. Textbook of Pediatric In ten si ve Care 3a ed. Wi lliams & Willk:ins, 1996. West JB. Respiratory physiology. The essential.s 6a ed. Lip pincott Wi!Iiams & Wilkins, 2000 La última. vez que lo vimos a Juan D. Sastre seguía intenuuú> en la unidad de cuidados inten sivos en grave estado debido a una dificultad respiratoria severa. Una radiografía de tórax -evidencia la presencia de liquido en el intersticio pulmonar y en alvéolos, lo que produce altera ciones graves en la oxigenación ( insuficiencia respiratoria). Si se sabe que las presiones en el circuito pulmonar ( arteria y vena) son normales, a. ¿Qué mecanismos pueden explicar la pre sencia de líquido en el intersticio pulmonar y los alvéolos? b. ¿Qué efecto tendrá la hipoxia alveolar sobre los vasos pulmonares? c. ¿Qué sucede con el surfactante si se produ ce lesión del epitelio alveolar?
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