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Sistema inmune y glóbulos blncos

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Sistema inmune y glóbulos bl�ncos 
"La abundancia de conocimientos no enseña al hombre a 
ser sabio" 
INTRODUCCIÓN 
A pesar de estar compuestos por millones de cé­
lulas especializadas de diferentes tipos, todas po­
seen la misma identidad molecular ( determinada 
por la estructura del DNA), establecida con el inter­
cambio del material genético de nuestros padres. 
Esta identidad genética se refleja en las proteínas 
codificadas por las células y se expresa en la super­
ficie de las membranas celulares como un patrón 
antigénico característico, una especie de documen­
to de identidad exhibido por éstas. 
SISTEMA INMUIQE 
Eduardo Ch u luyan, Judith Sara no 
y Mario A. Dvorkin 
Uno de los tres grandes sistemas de control de la 
homeostasia es el sistema inmune (los otros dos son 
el sistema nervioso y el endocrino). Su función es 
mantener la integridad antigénica del organismo 
destruyendo toda célula o partícula no identificada 
como propia. Para ello el sistema inmune debe po­
seer la habilidad de reconocer un amplio repertorio 
de sustancias, partículas y microorganismos (para 
diferenciarlos de las células propias) y montar una 
respuesta capaz de contenerlos y destruirlos. 
Heráclito 
Los malos de la película 
Para aclarar los conceptos vamos a referirnos a los 
microorganismos como delincuentes o criminales, cu­
ya función es provocar daño a nuestro organismo por 
medio de distintas estrategias. Algunos micoorganis­
mos se ubicarán en el nivel extracelular (p. ej., como 
las bacterias, hongos y parásitos extracelulares), vio­
lentando las puertas de nuestro organismo, robando y 
secuestrando a los habitantes honestos. Otros, como 
los virus y parásitos intracelulares, toman como rehe­
nes células indefensas y, por último, algunos crimina­
les son células propias de la comunidad que se co­
rrompen y se dedican a enriquecerse en forma desme­
dida a expensas del bien común (células cancerosas). 
Y ahora ¿quién podrá ayudarnos? 
Nuestro sistema inmunitario posee 
herramientas de empleo inmediato 
(inmunidad innata inespecífica o natural) 
pero a otras hay que elaborarlas (inmunidad 
adaptativa, específica o adquirida) 
Inmunidad innata 
Imaginemos nuestro organismo como un país o 
una región. La inmunidad natural sería el sistema 
Patógenos 
Fig. 23-1. Esquema general de la inmunidad natural. IgA, inmunoglobulina A; PMN, polimorfonucleares o neu­
trófilos. 
compuesto por las barreras físicas que lo protegen 
y la policía local que reacciona ante ataques a la in­
tegridad del sistema (fig. 23-l ). La frontera estaría 
representada por la piel y las mucosas, que funcio­
nan como una barrera mecánica que impide el in­
greso de los microorganismos (algunos microorga­
nismos utilizan Ja piel como puerta de entrada, en 
especial los que crecen habitualmente en ella como 
Staphylococcus epidermidis). Las secreciones de la 
piel (sudor y sebo), al contener ácidos, determinan 
un ambiente poco favorable al desarrollo de mi­
croorganismos: en las mucosas, el moco junto al 
barrido, y sustancias bactericidas como la lisozima, 
protegen orra puerta de entrada de microorganis­
mos al sistema. Por ejemplo, en la cavidad oral las
sustancias bactericidas ( 1 isozima, lactoferrina, de­
fensinas e histatinas) se encuentran en la saliva (es­
to explicaría en parte la acción instintiva de los ani­
males de lamer sus heridas). 
Convivencia pacífica: muchas cepas bacteria­
nas se han adaptado a la vida en distintas regiones 
del cuerpo. como la piel, Jas cavidades oral y va­
ginal, y el colon. en un gran ejemplo de coopera-
tivismo. A cambio de un Jugar para vivir en paz, 
estas cepas proveen otra línea de defensa contra 
microorganismos patógenos, al competir con ellos 
por sitios de unión y nutrientes, o al fabricar sus­
tancias que inhiben su crecimiento. La destruc­
ción de esta flora saprófita, por ejemplo por algu­
nos antibióticos, vulnera un mecanismo de defen­
sa y favorece la colonización por gérmenes peli­
grosos. 
Fagocitos ("para servir y proteger") 
Si las barreras aduaneras (barreras naturales) 
son violadas, se pone en funcionamiento la 
policía del sistema: los fagocitos 
Entre los fagocitos están comprendidos los 
neutrófilos circulantes y Jos macrófagos tisulares 
(que derivan de los monocitos circulantes). Los 
neutrófilos y los monocitos, como la policía cami­
nera, patrullan el sistema vascular y responden al 
llamado del endotelio en caso de invasión o lesio­
nes (véase fig. 23-1). La diferencia entre los neu-
RECUADRO 23-1. llya Mechnikov, discípulo de Pasteur 
Observando las células móviles presentes en 
las estrellas de mar, se le ocurrió que debían te­
ner algo que ver con la inmunidad. Al colocar 
distintas partículas junto a las células, éstas alar­
gaban un extremo, rodeaban la partícula y ésta 
al final quedaba atrapada dentro de las células. 
A las células las denominó fagocitos y al fenó­
meno lo llamó fagocitosis por sugerencia de 
Clauss (un zoólogo de Viena). 
trófilos y los monocitos consiste en que si bien 
ambos se desplazan, los segundos representan un 
equipo SWAT, que coloca retenes y destacamen­
tos en sitios estratégicos (macrófagos tisulares), 
lo que les permite detener y destruir microorga­
nismos patógenos dentro de ciertas células que 
han sido tomadas como rehenes por éstos. Este . 
sistema, conocido como sistema monocito-macro­
fágico (el antiguo sistema reticuloendotelial), está 
presente en el parénquima hepático (las células de 
Kupfer), en el pulmón (macrófagos alveolares), 
en el sistema nervioso (microglia), en los ganglios 
linfáticos, en el bazo y en el mesangio renal, entre 
otros sitios. 
Dentro de este equipo SWAT existe otro tipo es­
pecializado de célula, denominado célula dendríti­
ca. Estas células, ubicadas en sitios estratégicos, ac­
túan como nexo entre la inmunidad innata y la ad­
quirida (una especie de cuerpo de radiocomunica­
ciones); son unas de las llamadas células presenta­
doras de antígenos profesionales ( véase más adelan­
te, inmunidad adquirida o adaptativa). 
Complemento' 
Como su nombre lo indica, el complemento 
brinda ayuda táctica a las células de 
defensa, para auxiliar con su llegada los 
tejidos lesionados y facilitar la destrucción 
de los invasores 
El complemento está compuesto por una serie de 
proteínas plasmáticas solubles, sintetizadas en el hí­
gado, que se activan ante las brechas de seguridad. 
Pero para la nusma época otros investigado­
res presentaban una teoría diametralmente 
opuesta a la de Mechnikov. Ellos creían, y de­
mostraron que las bacterias eran eliminadas por 
sustancias especiales presentes en la sangre, los 
anticuerpos. A esta teoría, defendida por Paul 
Ehrlich, se la denominó inmunidad humoral. 
Ambos, Paul Ehrlich e llya Mechnik:ov compar­
tieron el premio Nobel de medicina en 1908. 
A través de una "cascada" enzimática el comple­
mento activado adquiere la habilidad de reclutar fa­
gocitos al sitio de lesión (quimiotaxis), marcar las 
bacterias como blancos (opsonización) y hasta per­
forar el chaleco antibalas de éstas (formación de un 
poro de ataque lítico) (fig. 23-2). 
Son tres las vías por las cuales se puede activar 
el complemento: la vía clásica, que requiere la 
presencia de anticuerpos específicos (véase inmu­
nidad humoral); la vía alternativa, que se activa 
por componentes bacterianos, y la vía de las lec­
tinas, representada por la proteína de unión a ma­
nosa. La vía clásica forma parte de la respuesta 
específica, ya que requiere un tiempo de latencia 
hasta montarse la respuesta inmune con la produc­
ción de anticuerpos específicos. La alterna, por 
otro lado, interviene en la inmunidad innata (vía 
más primitiva) y es filogenéticamente anterior a la 
mediada por anticuerpos, por lo cual debiera de­
nominarse "clásica". Sin embargo, la primera que 
se descubrió fue la vía específica. Louis Pillemer, 
descubridor de la properdina, una proteína que es­
tabiliza la activación de la vía "alterna",quien 
sostuviera que ésta vía era la clásica fue desauto­
rizado y ridiculizado. Esto lo llevó al suicidio con 
una sobredosis de barbitúricos (nuestro tributo al 
Dr. Pillemer, a quien la posteridad dio la razón ne­
gada por sus presuntuosos colegas). 
La tercera vía, filogenéticamente intermedia, fue 
descrita para destrucción de bacterias encapsuladas 
y algunos virus. Esta vía, llamada de las lectinas, se 
activa cuando la proteína de unión a la manosa (sin­
tetizada en el hígado y presente normalmente en el 
plasma) se une a los glucolípidos y glucoproteínas 
de la superficie del agente infectante (más precisa-
Vía clásica Lactina 
�
tJ 
Activación del complemento 
C3a 
Opsonización 
C4a de 
C5a patógenos 
e] 
mente a las manosas o fucosas). Una vez unidas a la 
superficie del agente patógeno estos complejos son 
capaces de adherirse a receptores de complemento, 
sobre la superficie del macrófago, y activar la vía 
del complemento. 
Las tres vías desencadenan un mecanismo final co­
mún cuyo resultado es el reclutamiento de fagocitos 
(quimiotaxis), la fagocitosis de los complejos inmu­
nes, y la lisis de bacterias y células (véase fig. 23-2). 
Si bien hay tres vías de activación inicial 
diferentes, todas convergen en una común, 
a partir de la activación del componente 
CJ, la cual es catalizada por una CJ 
convertasa 
I er paso: (activación de C3). La C3 es clivada por 
la C3 convertasa (ya sea la de la vía clásica, de la al­
terna o de la intermedia) en dos componentes, uno 
Alternativa 
[!] 
Destrucción 
C5b 
C6 
C7 
es 
C9 
Fig. 23-2. Las tres vías 
de activación del com­
plemento. 
de bajo PM, C3a, que pasa a la circulación y tiene 
actividad quimiotáctica, y C3b, de alto PM, que se 
une a la superficie del patógeno con actividad opso­
nínica, o sea marcadora del blanco (véase fig. 23-3). 
2cto paso: (activacion de CS). La CS se une a la 
molécula de C3b y esa unión permite la acción de la 
CS ·convertasa. A su vez ésta cliva la CS para produ­
cir CSa, de bajo PM, que pasa a la circulación y tie­
ne actividad quimiotáctica (mayor que la C3a), y 
CSb, que queda adherida a la superficie celular en el 
tejido lesionado. 
3cr paso: (acontecimientos tardíos). Estas reac­
ciones involucran no ya el clivaje proteolítico, sino 
la polimerización de los componentes tardíos (C6, 
C7, CS y C9). La molécula de C6 se une al CSb, lo 
que permite la unión de moléculas de C7 y de CS. 
Este último es el primer componente capaz de atra­
vesar la membrana celular y producir una lesión 
moderada. Por otro lado pe1mite la unión de mu-
A 
e) Quimiotaxina
/\ 
PMN Macrófagos 
Fig. 23-3. Activación del complemento. Vía común. 
A. Activación de C3; B. A�tivación de C5; C. Acon­
tecimientos tardíos.
chas moléculas de C9 (unas 16), que forman un po­
ro a través de la membrana bacteriana, que permite 
el pasaje de solutos y agua al interior y provoca la 
lisis osmótica. (Las celulas NK y algunas T produ­
cen lesiones similares a través de la perforinas, véa­
se más adelante.) 
Efecto sobre los fagocitos 
Hay cinco variedades de receptores para el comple­
mento (CR) (cuadro 23-1) en diferentes células que 
B 
C5 
C5 
proteasa 
C3b 
Opsonina 
C3b 
participan en la respuesta inmune. Así el complemen­
to contribuye a mejorar la perfom1ance de los fagoci­
tos (la opsonización promueve la fagocitosis), estimu­
la la respuesta inflamatoria (por reclutamiento y acti­
vación de leucocitos) y promueve la lisis microbiana, 
lo que limita localmente la respuesta inflamatoria. 
Componentes iniciales: activación 
VÍA CLÁSICA. El primer componente de la vía 
clásica es el Cl , complejo de tres moléculas: Clq. 
Cuadro 23-1. Receptores para componentes del complemento. (Modificado de Janeway CA, Travers, 
P Immunology. The immune system in health and disease cap. 8, 3a ed., 1997.) 
Receptor Células Funciones 
CRl 
CR2 
CR3 
CR4 
GR,GB 
Linfocitos B 
Fagocitos 
Fagocitosis 
Células B, macrófagos, 
células endoteliales, plaquetas 
Fig. 23-4. Activación del complemento por la vía clásica. 
Estimula la fagocitosis y el transporte de complejos 
inmunes al GR 
Correceptor de linfocitos B, receptor para virus E-B 
Fagocitosis 
Fagocitosis 
Unión de complejos inmunes a los fagocitos 
, 
Clr y CI s. Se activa por la unión del anticuerpo es­
pecífico al antígeno (bacteria, virus, etc). La por­
ción Fe del anticuerpo (IgM e IgG; la primera es la 
más eficiente en fijar complemento por su estructu­
ra de pentámero) activa el Cl y ello produce una se­
cuencia de activación que culmina con la produc­
ción de Cls. Esto activa el C4 y el C2, lo que crea 
C4b y C2b que juntos conforman la enzima C3 con­
vertasa de la vía clásica (fig. 23-4). 
VÍA ALTERNATIVA. El C3b unido a la pared 
celular del patógeno induce la activación del C3. El 
C3b que queda adherido a la membrana inicia una 
secuencia de formación de C3 convertasa, diferente 
de la vía clásica, que implica la acción de proteínas 
plasmáticas (llamadas factor B y D). El factor B 
unido al C3b permite la acción del factor D y el cli­
vaje del factor B para producir una molécula llama­
da Bb; se conforma así una enzima, C3bBb (conver­
tasa de C3 alterna). La properdina o factor P inter­
viene estabilizando este complejo. 
Regulación. La activación del CI de la vía clási­
ca está regulada por el inhibidor de Cl, que al diso­
ciar la Ciq del resto disminuye el tiempo durante el 
cual el C J está activado. La deficiencia de esta pro­
teína se observa en el edema angioneurótico here­
ditario, que al producir la activación espontánea del 
complemento, induce una respuesta inflamatoria 
que puede ser mortal. 
La actividad de los componentes tardíos puede 
regularse por componentes de la superficie de célu­
las como la protectina y DAF (decay accelerating 
Cuadro 23-2. Citocinas
INMUNIDAD INNATA Antiviral 
Regulatoria 
Proin:flamatoria 
Interferón gamma 
IL-15 e IL-12 
IL-10 
TNF alfa 
IL-1 
IL-6 
Quimiocinas 
INMUNIDAD ESPECÍFICA Factor de crecimiento linfocitario IL-2 
Fenómenos alérgicos IL-4 
Activación de fagocitos IF gamma 
Regulatoria TGF beta 
HEMATOPOYESIS C-kit
IL-7
.IL-3
Citocinas estimulantes de colonias
GM-CSF
factor). El defecto de éstas induce, por ejemplo, la 
destrucción de GR circulantes, por activación es­
pontánea de la cascada de complemento, lo que da 
lugar a una patología denominada hemoglobinuria 
paroxística nocturna. 
Otros factores humorales de lo respuesto 
de fose agudo 
Además del complemento hay otros factores hu­
morales que colaboran en la inmunidad innata, deno­
minado proteínas o reactantes de fase aguda (entre 
ellos la proteína C reactiva, la proteína A am.iloide, la 
proteína de unión a manósa, la alfa I antitripsina, el 
fibrinógeno, la haptoglobina, la ceruloplasmina, y ci­
tocinas como IL-1 e IL-6, entre otras) que contribu­
yen a incrementar la respuesta defensiva. Muchas de 
estas proteínas son sintetizadas en el hígado. 
Otros agentes solubles son citocinas como TNFa 
(factor de necrosis tumoral a) e interferones. De es­
tos últimos se conocen tres: a, � y y. El interferón a 
([FNa) y el IFN� son moléculas muy parecidas pro­
ducidas rápidamente por los macrófagos y los fibro­
blastos, luego de una infección viral. El tercer 
miembro de la familia, el lFNy, es estructuralmente 
distinto. Es producido por los linfocitos y NK, y se 
relaciona más con la respuesta inmune adaptativa 
(cuadro 23-2). 
"División inmigraciones,,: los células NK 
(asesinas por naturaleza) 
Estas células, derivadas de un progenitor linfoi­
de, destruyen células infectadas por virus en otros 
microorganismos intracelulares. También se descri­
be una actividad antitumoral. 
Su activación (que es el resultado del equilibrio 
entre señales activadoras e inhibidoras) puede pro­
ducir la lisis de la célula indocumentada, mediante 
perforinas, o inducir la síntesis y liberación de gran­
des cantidades de IFNy, el cual activa los macrófa­
gos para que finalmente destruyan a los microorga­nismos. 
Una de las señales inhibitorias para la activación 
de las NK proviene de las moléculas del CMH cla­
se [ (véase recuadro 23-2), presentes en la mayoría 
de las células del organismo. La presencia de estas 
moléculas funciona como la cédula de identidad 
que las células normales presentan a este rudo agen­
te del orden, lo que inhibe su tendencia al gatillo 
fácil. Si por otro lado la célula no exhibe este docu­
mento (p. ej., por alteración o ausencia de expresión 
de CMH I, como sucede en algunas infecciones vi­
rales), las NK se activan y provocan la muerte de las 
células indocumentadas (células infectadas o co­
rruptas). Ciertas células, como los eritrocitos, no 
poseen estos documentos (moléculas de CMH clase 
I) en su membrana y sin embargo, no son atacadas
Movilización, 
respuesta 
inmune 
específica 
Vasodilatación 
(rubor, calor) 
Edema 
(fpermeabilidad 
vascular) 
Respuesta local 
Proteínas de fase aguda 
Proteína C reactiva, 
lectina, fibrinógeno 
Movilización de reservas 
energéticas 
Fiebre 
Fig. 23-5. Respuesta in­
flamatoria. 
RESPUESTA SISTÉMICA 
(SIRS) 
.___!_Pe_rf _u_s--.
ió
_
n _ti_su_ l_ar _ __,J ◄�t----
..,a.. 
Activación de la coagulación 
CID 
(coagulación intravascular 
diseminada) 
Shock séptico 
...... 
Falla multiorgánica 
RESPUESTAINTRAVASCULAR 
GENERALIZADA 
por las NK. Esto se debe a que los eritrocitos pre­
sentan otras moléculas capaces de inhibir la acción 
de las NK. 
Las células NK actuarían como una primera lí­
nea de defensa hasta que otros linfocitos vengan al 
rescate. 
Respuesta inflamatoria aguda 
Una vez traspasadas las barreras naturales y dis­
parados los mecanismos efectores del sistema natu-
(todo el endotelio) 
ral de defensa (respuesta inmune innata), se co­
mienzan a evidenciar las reacciones de la ciudad in­
vadida o violada por el microorganismo. Localmen­
te se produce una gran confusión: gritos que tratan 
de avisar a las fuerzas del orden, nerviosismo, in­
dignación y dolor de los habitantes. La liberación 
de citocinas endoteliales y fagocíticas, y la activa­
ción del complemento por la vía alternativa, junto 
con la liberación de sustancias químicas (bradicini­
na, histamina y prostaglandinas entre otras) deter­
minan un cuadro clínico dominado por la vasodila­
tación (con el fin de aportar elementos defensivos, 
La respuesta desencadenada por la respuesta 
inmune innata no es tan inespecífica como se 
creía en un primer momento y es capaz de reco­
nocer la presencia de ciertos p._atrones molecula­
res asociados al patógeno: 
Estos patrones moleculares son compartidos 
por varios patógenos y reconocidos por recep­
tores presentes sobre las células del huésped, 
llamados receptores para los patrones m9lecu­
lares asociados al patógeno. Hay distintos tipos 
de receptores para los patrones asociados al pa­
tógeno: algunos son receptores capaces de in-
fagocitos y monocitos), el edema local (producto 
del aumento de la permeabilidad vascular) y la sen­
sibilización de los nociceptores polimodales. La zo­
na lesionada se evidencia roja y caliente (por la va­
sodilatación), con tumoración (edema) y dolor. Es­
te último determina una contracción muscular para 
inmovilizar el área. Estos signos fueron enunciados 
ya en la antigüedad por Aulo Comelio Celso (53 
aC-7 dC) y se conoce como tétrada de Celso ( dolor, 
tumor, calor, rubor) (véase fig. 23-5). Este cuadro in­
flamatorio se produce de la misma manera cualquie­
ra fuere el patógeno que lo origina. De ahí el nom­
bre de inmunidad inespecífica. Véase recuadro 23-2. 
Los macrófagos que responden al ataque bacte­
riano despliegan una serie de moléculas proteicas, 
citocinas y quimiocinas que promueven y amplifi­
can la respuesta defensiva innata. 
El patrón de citocinas liberadas dependerá del ti­
po de agente invasor' (véase más adelante, citoci­
nas). En términos generales, algunas de ellas son 
TNFa,, IL-1, IL-6, IL-4, IL-12, IFNy y quimioci nas 
(véase más adelante). 
SIRS yMODS 
Como vimos, la respuesta inflamatoria producto 
del ataque trata de circunscribir el daño a una zona 
limitada liberando citocinas en forma local (efecto 
paracrino y autocrino). Sin embargo, en ciertas cir­
cunstancias las citocinas pueden pasar a la circula­
ción (efecto endocrino) y determinar efectos sisté­
micos sobre el hígado, aumentando la síntesis de las 
temalizar el patógeno (receptores endocíticos), 
otros son proteínas secretadas por el huésped 
capaces de reconocer componentes propios del 
huésped que han reaccionado con el patógeno 
(proteína de unión a manosa, proteína C reacti­
va) y los receptores de señalización denomina­
dos Toll. Un ejemplo de la "especificidad" de 
la respuesta inmune inespecífica está dado por 
el reconocimiento de las bacterias gramnegati­
vas por el receptor Toll 4, las grampositivas por 
el receptor Toll 2 y el RNA viral por el recep­
tor Toll 3. 
proteínas de fase aguda, y en el nivel hipotalámico 
provocando un aumento de la temperatura corporal 
(fiebre). Estas respuestas sistémicas colaboran con 
los mecanismos de defensa y ayudan a la curación. 
De persistir el cuadro y aumentar la liberación de 
estos mediadores (en particular el TNFa), se produ­
ce un cuadro clínico denominado SIRS (síndrome 
de respuesta inflamatoria sistémica), caracterizado 
por alguno de los siguientes signos: temperatura 
mayor de 38ºC o menor de 36ºC (en particular en 
ancianos), frecuencia cardíaca mayor a los 90 lati­
dos por minuto, frecuencia respiratoria de 20 por 
minuto o PaCO
2 
menor a 32 mm Hg y un recuento 
leucocitario mayor a 12.000/mm3 o menor a 
4.000/rnm3 o la presencia de un 10% de neutrófilos 
en cayado (véase fig. 23-5). Si el cuadro sistémico 
no se resuelve y se disemina, se produce un verda­
dero incendio endotelial, en el que la liberación de 
mediadores termina amenazando la integridad de 
varios órganos hasta producir la llamada disfunción 
multiorgánica (MODS). 
Inmunidad adquirida 
La prevención de delitos ( o sea la detención 
de criminales antes de que cometan el 
crimen) ha dado mayor beneficio que la 
represión 
Esto quedó demostrado con la poütica de tole­
rancia cero, montada por el alcalde de New York, 
Rudolph Giulliani. En este sentido, nuestro sistema 
Timo 
Activación 
l li lL 
� &� 
Linfocitos TH1 TH2 
de memoria 
1 CDS T 
Ganglios 
linfáticos 
Linfocitos 
de memoria 
Fig. 23-6. Sistema inmune es­
pecífico. CPA, célula presenta­
dora de antígenos profesional. 
,t Anticuerpos 
Macrófagos 
ha desarrollado una estructura defensiva que per­
mite desarrollar tareas de inteligencia, llevar archi­
vos de los criminales más conocidos y montar ope­
rativos muy efectivos, para cazarlos y destruirlos 
antes de que puedan cometer delitos graves, y 
mantenerlos en la memoria por si son vistos una 
segunda vez. Este tipo de operativos sólo puede ser 
montado por un sistema inmune denominado 
adaptativo, adquirido o específico (la policía fede­
ral o FBI de los estadounidenses), basado princi­
palmente en dos tipos celulares: los linfocitos T y 
B (fig. 23-6). 
Ambos derivan de la misma academia (la médu­
la ósea), pero el linfocito T madura en otra reparti­
ción (el timo). Si bien tienen funciones distintas, 
hay características comunes: 
l . Pueden recircular (o sea pasar de la circulación a
los tejidos y volver por una vía propia de los lin­
focitos, denominada vía linfática), a diferencia 
de otros leucocitos que sólo abandonan el torren­
te sanguíneo para morir en el campo de batalla ti­
sular. 
2. Poseen receptores capaces de reconocer el antí­
geno (especificidad): el complejo receptor B
(BCR) y el complejo receptor T (TCR), para los
linfocitos B y T, respectivamente.
3. Presentan proliferación clona! cuando se activan (se
producen clones de la célula activada) (¿será por
eso que los agentes federales son tan parecidos?).
4. Presentan memoria, lo que determina que la res­
puesta inmune sea más rápida y de mayor mag­
nitud ante la segunda entrada del patógeno.
El BCR está compuesto por moléculasde Ig 
de superficie. Ésta y otras moléculas presentes 
sobre la superficie de los leucocitos pueden 
detectarse utilizando anticuerpos marcados 
con sustancias fluorescentes. Los antígenos 
detectados por estos anticuerpos fluorescentes 
sobre la superficie de los leucocitos han sido 
definidos en "clusters de diferenciación"(CD) 
según su peso molecular y la distribución.ce­
lular; a cada uno de ellos se le asignó un nú­
mero. Es posible así identificar distintas po-
Reconocimiento del antígeno 
A diferencia de los fagocitos, que disparan todo 
su arsenal en forma indiscriminada y generan un 
importante conflicto local (respuesta inflamatoria) 
que suele cobrar víctimas en la población civil (cé­
lulas propias que mueren en dicha respuesta), el sis­
tema específico genera agentes especializados para 
cada tipo criminal en particular (linfocitos). O sea 
que cada tipo de linfocito activado está entrenado en 
reconocer un "solo tipo" de criminal a través del pa­
trón antigénico. 
¿Qué es un antígeno? 
Antígeno: para el sistema inmune específico los 
antígenos son las señas particulares del criminal al 
que puede identificar. El reconocimiento de este cri­
minal (antígeno) puede desencadenar una respuesta 
policial (sistema inmune) o no. Cuando lo hace, el 
antígeno se denomina inmunógeno., 
Los sistemas de reconocimiento están 
compuestos por receptores específicos 
ubicados sobre la superficie del linfocito 
En algunos casos estos receptores o sistemas de 
reconocimiento son liberados por los linfocitos. A 
estas moléculas liberadas por un tipo particular de 
linfocitos se las denomina anticuerpos (linfocitos 
B). En cambio, el otro tipo particular de fuerza po­
licial sólo es capaz de reconocer a través de recep­
tores ubicados en la superficie de la célula. A este ti­
po particular de agentes se los llama linfocitos T y 
sus receptores constituyen el TCR. Volviendo al an­
tígeno, se lo podría definir como cualquier sustan-
blaciones y subpoblaciones de linfocitos, se­
gún un patrón de CD específico para cada tipo 
celular. Por ejemplo, todo leucocito que expre­
se CD19 es un linfocito B; en cambio, todo 
linfocito que exprese CD3 es un linfocito T. 
Todos los linfocitos T CD3+ pueden expresar 
la molécula CD4 o CD8. En el primer caso los 
linfocitos ayudarán y amplificarán la respues­
ta inmune; en cambio, los linfocitos T CD8 
matarán toda aquella célula a la que se le asig­
ne (véase más adelante). 
cía capaz de unirse al BCR o al TCR. Esta unión no 
implica la generación de una respuesta inmune, pe­
ro tiene el potencial de producirla. En algunos casos 
los antígenos necesitan alguna sustancia que actúe 
como transportadora (carrier) para desencadenar 
una respuesta inmune, de esta manera se convierte 
en inmunógeno. Los transportadores muchas veces 
pueden ser proteínas normales presentes en nuestro 
organismo. Un ejemplo de esto es la penicilina. És­
ta es una sustancia inerte desde el punto de vista in­
munitario, pero en algunos individuos es capaz de 
desencadenar una respuesta inmune al unirse a un 
transportador presente en el organismo. 
Hay diferencias entre los sistemas de reconoci­
miento de los linfocitos B y T. Por ejemplo, el BCR 
está constituido por moléculas de anticuerpos (es­
pecíficos para el criminal) capaces de reconocer 
como antígenos casi todo tipo de moléculas (azúca­
res, lípidos, hormonas, macromoléculas, ácidos nu­
cleicos y proteínas). En cambio, el TCR es más se­
lectivo y sólo es capaz de reconocer moléculas de 
natural.eza peptídica que se encuentren encastradas 
sobre otras moléculas especiales, denominadas mo­
léculas del complejo mayor de histocompatibilidad 
(CMH). 
O sea que para que la fuerza policial T reconoz­
ca a un criminal como tal, tiene que estar en un am­
biente adecuado (molécula de CMH). Estas molé­
culas de CMH se encuentran en casi todas las célu­
las del organismo; por lo tanto, todas las células del 
organismo tendrían la probabilidad de presentar al 
criminal (en el formato peptídico) a los linfocitos T. 
A las células que tienen la capacidad de presentar 
un antígeno se las llama células presentadoras de 
Las CMH son moléculas altamente polimor­
fas en la superficie de las células. Esto significa 
que entre las moléculas de CMH de Xia Jin y las 
de Pepe hay diferencias en la secuencia de unos 
pocos aminoácidos. Incluso hay diferencias en­
tre Pepe y Gonzalo, amigos y vecinos de toda la 
vida. Estas moléculas son las responsables del 
rechazo de trasplante y por eso se hace tan difí­
cil conseguir donantes compatibles, por más que 
vivamos en el mismo barrio y seamos amigos. 
antígenos (CPA); pero algunas fueron entrenadas 
para esa función. A este tipo de células presentado­
ras de antígenos especiales se las llama células pre­
sentadoras de antígenos profesionales (policías 
entrenados para presentar a determinado criminal) y 
son las células dendríticas, los linfocitos B y los 
macrófagos (fig. 23-7). 
La inmunidad adquirida o específica se basa 
en el reconocimiento, por parte de los 
linfocitos, de una señal específica de las 
células presentadoras de antígeno 
profesionales (macrófagos, células 
dendríticas y linfocitos B) 
División identificaciones. Las CPA profesiona­
les presentan a los linfocitos una carpeta com­
puesta por las señas particulares de los invasores. 
Esta información está autenticada por los datos de 
la CPA que la presenta (moléculas de CMH). De 
esta manera, el linfocito será capaz de leer en la 
membrana de las CPA los datos del malhechor. 
Sin embargo, para que los linfocitos se activen, 
las CPA deben suministrar una clave de reconocí­
mento adicional, que sirve como mecanismo de 
seguridad para que el sistema de linfocitos de ata­
que no se active por error (una especie de clave 
secreta que usan los espías para reconocerse). La 
clave la proveen las moléculas coestimulatorias 
(CD80 y CD86). 
En resumen, la activación de un linfocito virgen 
o novato requiere una CPA profesional en cuya su­
perficie se encuentren las moléculas de CMH, por­
tadoras de los péptidos derivados del patógeno, y
Existen dos tipos de CMH, las de tipo I y las 
de tipo 11. Las primeras se hallan en casi todas 
las células del organismo (excepto glóbulos ro­
jos, neuronas y sincitiotrofoblasto). Las de clase 
II se hallan en linfocitos B, células dendríticas y 
monocitos; o sea todas las células presentadoras 
de antígenos ... profesionales (células capaces de 
presentar eficientemente los péptidos a los linfo­
citos). ¿Cuáles son los novatos? el resto de las 
células que sólo expresan las CMH de clase I. 
las moléculas coestimulatorias. El primero (com­
plejo CMH-péptido) es reconocido por los recepto­
res del linfocito T virgen y las moléculas coestimu­
latorias interactúan con la molécula CD28 presente 
sobre el mismo linfocito virgen. Sólo la presencia 
de estas dos señales (mediadas por el TCR y por el 
CD28) permite la activación del linfocito virgen y 
da lugar a una compleja trama de acontecimientos 
digna del mejor thriller. 
� Recuerde: la interacción entre las células 
ill presentadoras de antígeno y los linfocitos es 
un buen ejemplo de comunicación intercelular yux­
tacrina (véase cap. 5). 
Los dos largos brazos de la ley: la respuesta 
celular y la humoral 
Respuesta celular 
Es mediada por los linfocitos T que patrullan el 
organismo, piden documentos a las células y detec­
tan a los extranjeros ilegales, los sediciosos y los 
inadaptados sociales identificados y buscados, 
los destruye o los denuncia a la inmunidad humoral, 
para que éstos se encarguen de ellos. En general la 
respuesta celular se realiza contra células tumora­
les, hongos p células tomadas como rehenes por vi­
rus y parásitos. 
A diferencia del sistema de inmunidad inespecí­
fico, el específico se basa en la identificación exac-
Fig. 23-7. Sistema inmune especí­
fico (comparar con fig. 23-6). 
Células presentadoras de antígeno 
profesionales 
Macrófago Célula 
dendrítica 
UnfocitoB 
J 
Linfocito T Linfocito. TLinfocito 
B wgeo ➔o.,,;,.do 
J\ 
CD-8 
✓ 
CD-4
✓ 
Crtotó,;oos ✓D-4 TI<,
Activan Plasmocito ? 
macrólagos 
Inmunidad 
celular 
Producción de 
anticuerpos 
(Inmunidad humoral) 
ta del bandido. Por lo tanto el primer paso en la ac­
tivación de este sistema es la identificación. 
En el timo se produce la selección de linfo­
citos T. ¿Por qué hay que seleccionar los LT? 
Primero, para que todos tengan receptores 
(TCR) capaces de reconocer a las CMH pro­
pias, y segundo, para que no existan LT capa­
ces de reconocer péptidos propios sobre CMH 
propias y desarrollar una respuesta autoinmu­
ne. ¿Cómo se hace el proceso de selección? 
demasiado complicado para este libro. 
Sección identificación: presentación de antíge­
nos. Como ya dijimos, las células presentadoras 
procesan el antígeno patógeno y lo expresan en sus 
propias membranas, asociado a una molécula del 
CMH y a un coestimulador. 
Los linfocitos novatos recién salidos de la acade­
mia (timo), también llamados linfocitos "naive" o 
vírgenes, interactúan con las células presentadoras 
en los ganglios linfáticos. Allí completan un curso 
sobre el patógeno específico y, luego de algunos 
La activación de los linfocitos T requiere dos 
señales: 
Señal 1, dada por el TCR que reconoce el pép­
tido sobre la CMH propia (en la superficie de la 
célula presentadora de antígenos). 
Señal 2, dada por la presencia de moléculas 
coestimulatorias (llamadas de la familia B7) so­
bre las células presentadoras de antígenos, que 
interactúan con otra molécula (CD28) sobre la 
superficie del linfocito T. Esto significa que si 
no hay coestimulación, no hay activación T. Por 
días de entrenamiento, abandonan los ganglios, ar­
mados y con una foto del sospechoso. Por cada ras­
go presentado (huella dactilar, foto, descripción) se 
designa un nuevo agente policial específico. De es­
to se deduce que cada malhechor puede ser buscado 
por varios agentes que se basan en la identificación 
de distintos rasgos (p. ej., algunos buscarán las hue­
llas y otros la cara del mismo criminal). 
Una vez activado, el linfocito debe proliferar; la 
interleucina 2 y su receptor son los responsables de 
la proliferación y diferenciación que convierte las 
células naive o novatas en células efectoras arma­
das. Al parecer la función del correceptor de las cé­
lulas presentadoras de antígeno sería promover la 
síntesis de IL-2. 
Los principales fármacos inmunosupresores uti­
lizados para evitar el rechazo de trasplantes (como 
las ciclosporinas, FK 506 o tacrolimo) inhibirían la 
producción de IL-2. 
Hay distintos tipos de respuesta inmune, según el 
tipo de patógeno y la vía de procesamiento utiliza­
da por la CPA. La presentación de antígenos puede 
seguir dos caminos: 
• Vía endocítica: péptidos presentados por el CMH
de clase II a LT CD4 (las que llevarán a respues­
tas de tipo inflamatoria Thl o a la producción de
anticuerpos Th2). ¿Qué determina que se produz­
ca respuesta Th 1 o Th2? si el patógeno se desarro­
lla dentro de compartimientos vacuolares, se pro-
ejemplo, hay tumores que tienen CMH clase I 
pero carecen de la familia B7. 
La activación del linfocito T lleva a la pro­
ducción de IL-2 y a la síntesis del receptor pa­
ra IL-2 sobre el LT, por lo tanto comienza la 
proliferación de LT. ¿Cómo se para la prolife­
ración? Se comienza a expresar una molécula 
(CTLA4) que compite con la molécula CD28 
por las moléculas de la familia B7. Esta molé­
cula en lugar de estimular al linfocito a produ­
cir IL-2, lo inhibe y limita la producción de IL-
2 y en consecuencia la proliferación de los lin­
focitos. 
ducen citocinas IL-12 e IL-18 (por las CD y ma­
crófagos) y esto lleva a Thl; si el patógeno es ex­
tracelular, se estimulan mastocitos, NK y eosinó­
filos para producir IL-4, lo que lleva a Th2. Por lo 
tanto, el camino se determina por las propiedades 
del proceso infeccioso (patógeno y microambien­
te de citocinas). ¿Dónde se produce la respuesta?: 
sólo en los órganos linfáticos secundarios. 
• Vía endógena o biosintética: presenta péptidos
por CMH de clase I a LT CD8 (citotóxicos y de
memoria). Los péptidos provienen de la degrada­
ción de proteínas presentes en el citosol (proteí­
nas propias o derivadas del patógeno).
Colaboradores. Los linfocitos CD4 naive son ac-
tivados por las CPA en dos direcciones, los linfoci­
tos helper (colaboradores) tipo l(Th l ) o los helper 
tipo 2 (Th2). Los helper 1 colaboran en la inmuni­
dád celular al activar a los macrófagos para que des-
truyan la célula portadora del antígeno, mientras 
que las helper tipo 2 son responsables de activar las 
células B para la producción de anticuerpos (res­
puesta humoral). 
My name is 8, CDS ... Las células novatas CD8, 
al ser activadas por las células presentadoras a tra­
vés del antígeno extraño más la combinación con 
antígenos del CMH clase I y el correceptor se con­
vierten en linfocitos T con licencia para matar (cito­
tóxicos). Una vez que localizan su blanco (antíge­
no) destruyen la célula portadora sin necesidad de 
Cuadro 23-3. Funciones de los distinto� tipos de inmunoglobulinas. Modificado de Janeway C,
Travers P, Immunobiology 3rd ed. Current Biolgy Ltd/Garland 1997. 
Actividad lgM lgG lgA 
. lgE 
Activación del complemento Sí 
Opsonización 
Sensibilización de mastocitos 
Neutralización Sí 
coestimulación. Para ello utilizan proteínas que in­
ducen la apoptosis (véase cap. 41 y epílogo) de la 
célula alterada ("que parezca un suicidio, James .. ") 
o bien por medio de citocinas.
Citocinas, armas de la inmunidad celular. Co­
mo ya se mencionó en el capítulo 5 y en otras par­
tes de este capítulo, las citocinas son una familia de 
moléculas proteicas, elaboradas por diferentes tipos 
celulares, que a su vez producen efectos sobre di­
versos tipos celulares. Ejercen acciones autocrinas, 
paracrinas y hasta endocrinas. Se sintetizan ante es­
tímulos específicos durante la inflamación y por la 
presencia de antígenos; la respuesta que se obtiene 
es de tipo cooperativo, con acciones redundantes y 
amplificadas. Podemos agruparlas según participen 
en la inmunidad innata, la inmunidad espedfica y 
en aquellas con actividad sobre la hematopoyesis 
(cuadro 23-2) 
Respuesta humoral 
La inmunidad humoral es mediada por 
anticuerpos 
Estas moléculas glucoproteicas son fabricadas 
por los linfocitos B cuando son activados por la 
identificación de moléculas extrañas. Según el tipo 
de antígeno, el linfocito B puede producir anticuer­
pos de dos maneras distintas. En un caso el linfoci­
to B necesitará la ayuda del linfocito T. La otra ma­
nera es independiente del linfocito T y se da por ac­
tivación directa del linfocito B. 
Sí (lgGl, 3 y Sí 
en menor medida 
lgG2) 
Sí (lgGl) Sí 
Sí 
Sí 
Sí 
Sabemos que el sistema específico no se activa 
si primero no hay una identificación positiva del 
sospechoso por parte de la división identificación 
(CPA), luego con este dato se asigna a un linfoci­
to T novato con la tarea de capturarlo. Si el linfo­
cito T es un CD4 de tipo H2, activará al linfocito 
B para que fabrique anticuerpos específicos contra 
el invasor. 
Por otro lado, la activación directa se da en casos 
de antígenos formados por una molécula grande que 
tenga sitios de reconocimiento repetidos, y requiere 
un entrecruzamiento de los receptores del linfocito B 
(Ig de superficie). Imaginemos que el linfocito B, 
siendo a su vez una CPA, observa una camioneta lle­
na de sujetos encapuchados armados con ametralJa­
doras. Es casi evidente que se trata de asaltantes, por 
lo cual el linfocito B no se va a detener a pedir la 
identificación de esos sujetos, como se hace en el 
procedimiento normal a través de CPA- linfocito TH, 
sino que procederá a aimar un operativo para dete­
nerlos por su cuenta. En este segundo caso la res­
puesta humoral será cuantitativa y cualitativamente 
distinta (véase respuesta primaria y secundaria). 
Anticuerpos o inmunoglobulinas (lg): Existen 
101º-1011 moléculas de anticuerposdiferentes. Esta 
diversidad se gesta antes de la presencia del antíge­
no y surge de reordenarnientos génicos al azar (pro­
ceso de recombinación génica). Pero también exis­
ten mutaciones somáticas en los genes que codifi­
can para la región del anticuerpo capaz de recono­
cer al antígeno, una vez que éste penetra en el orga­
nismo. Este proceso, denominado hipe1mutación 
somática, también es al azar y confiere a los anti-
F(ab) 
ZONA DE RECONOCIMIENTO 
DEL ANTÍGENO 
lg A 
Fe 
ZONA DE FIJACIÓN A 
CÉLULAS Y COMPLEMENTO 
1 1gA
11gG 
lgM 
secretoria 
11gE 
1190 
Fig. 23-8. Inmunoglobulinas: estructura general y variedades. 
cuerpos secretados mayor afinidad por el antígeno 
(maduración de la afinidad). 
En su estructura los anticuerpos presentan 
dos cadenas pesadas y dos livianas 
Cada una de estas cadenas tienen, a su vez, regio­
nes variables (Fab) y regiones constantes (Fe). Las 
primeras son las que reconocen y se unen a los an­
tígenos. En cambio, la región constante es la encar­
gada de ejercer la mayoría de las funciones del an­
ticuerpo, ya que se une a receptores Fe presentes en 
la superficie de las células (p. ej., fagocíticas). Se­
gún el tipo de región constante se distinguen cinco 
tipos distintos de inmunoglobulinas: A, M, G, D y E 
(fig. 23-8). 
La respuesta humoral se basa en los isotipos de 
anticuerpos IgM, IgG e IgA. 
Las IgE se relacionan con fenómenos de tipo 
alérgico. La función de la IgD se desconoce, aunque 
se sabe que está presente en la superficie de la ma­
yoría de los linfocitos B. 
La lgA es el anticuerpo más importante en las 
mucosas (tracto respiratorio, calostro). 
La lgG es la inmunoglobulina predominante en 
la sangre. Atraviesa la barrera fetoplacentaria, 
por lo cual la IgG materna, constituye los anti­
cuerpos del recién nacido hasta la formación de 
IgM propia. 
Las IgM son los receptores de inmunoglobuli­
na en la superficie de los linfocitos B, pero tam­
bién se encuentra en la circulación formando un 
pentámero que le confiere una alta avidez por el 
antígeno, ya que cada subunidad de este pentáme­
ro tiene una baja afinidad por él (véase cuadro 
23-3)
Fig. 23-9. Respuesta inmune 
primaria y secundaria. Título de 
anticuerpos 
(µg/ml) 
104 
103 
102 
Respuesta primaria y secundaria: Los linfoci­
tos B fabrican en primera instancia anticuerpos 
IgM (de la misma especificidad que la IgM de su­
perficie). Luego de la colaboración T-B se produce 
lo que se llama el cambio de isotipo (ahora la célu­
la comienza a secretar IgG, que tiene la misma es­
pecificidad que la lgM). Ante una segunda entrada 
del mismo antígeno, y dada la presencia de linfoci-
La capacidad de memoria de los linfocitos les 
permite mantener carteles con los nombres de 
los criminales más famosos y mantener así una 
vigilancia permanente y una rápida respuesta a 
repetidas agresiones del mismo agente. Esta ca­
pacidad es aprovechada por la medicina para la 
elaboración de vacunas. Éstas son componentes 
antigénicos de microorganismos que desencade­
nan el reconocimiento del antígeno pero sin pro­
ducir infección relevante, es decir, dejan las hue­
llas de un asesino pero sin cometer un crimen. 
Cuando el verdadero asesino serial ingresa, es 
Respuesta 
primaria 
Respuesta 
secundaria 
Linfocitos 
de memoria 
tos B de memoria, se produce una alta y rápida se­
creción de IgG (aun mayor que la primera vez) y 
baja secreción de IgM. Este tipo de respuesta se de­
nomina respuesta inmune secundaria (fig. 23-9). 
Este patrón diferencial de anticuerpos entre la res­
puesta inmune primaria y la secundaria permite di­
ferenciar las infecciones recientes de otra pasada 
con memoria inmunitaria. La presencia de IgM y 
rápidamente reconocido y eliminado. Este inge­
nioso mecanismo iniciado por el médico inglés 
Edward Jenner en 1796, para tratar la viruela va­
cuna (de ahí el nombre), produjo el arma tera­
péutica más fabulosa de la medicina actual. Gra­
cias a este principio ha sido erradicada la virue­
la y contenidas la poliomielitis, el tétanos y 
otros flagelos de la humanidad. El bajo costo de 
la vacunación en relación con el tratamiento de 
la enfermedad establecida hace de la medicina 
preventiva la herramienta de mayor costo-efecti­
vidad con la que contamos. 
bajos niveles de IgG contra el antígeno revela una 
infección temprana. Por ejemplo, en una madre 
embarazada es importante detectar una infección 
por virus de la rubéola, por sus efectos teratógenos 
sobre el feto. Si se detectan altos valores de lgG 
contra el virus, es probable que estemos en presen­
cia de una infección anterior o que la paciente está 
vacunada (véase fig. 23-9). Es importante resaltar 
que la memoria inmunitaria, el cambio de isotipo y 
la maduración de la afinidad dependen de l&. pre­
sencia de la colaboración T-B. 
GLÓBULOS BLANCOS 
Basilio Pertiné 
Con frecuencia los términos leucocito y granuloci­
to se usan como sinónimos, a pesar de que son dife­
rentes. Leucocito deriva del griego leukos, que signi­
fica blanco, y comprende los granulocitos, los mono­
citos y los linfocitos, mientras que entre los granulo­
citos propiamente dichos se incluyen los neutrófi.los 
polimorfonucleares, los eosinófi.los y los basófilos. 
Recuento de blancos y fórmula 
El recuento de leucocitos por mm3 de sangre es 
una prueba de laboratorio de inestimable ayuda en 
la práctica médica. El recuento total es de ·4.400 a 
11.300 GB/mm3 y las cifras altas se utilizan como· 
parámetro de infección. 
Fórmula: tanto el porcentaje como el número to­
tal de los diferentes leucocitos son importantes 
cuando hay que evaluar pacientes con sospecha de 
infecciones. 
PMN: l .800-7.700/mm3 [59%] 
Segmentados: [56%] 
En cayado: [3%] 
Basófilos: 0-2 [0,5%] 
Eosinófilos: 3-48/mm3 [2,7%] 
Monocitos: 180-620/mm3 [4%] 
Linfocitos: 1.000-4.800/mm3 [34%] 
La presencia de formas menos maduras de poli­
morfonucleares ( desviación a la izquierda) es carac­
teóstica de los procesos infecciosos bacterianos 
agudos, mientras que la linfomonocitosis se presen­
ta más en trastornos crónicos o específicos. 
Granulopoyesis 
La primera célula reconocible de la serie 
granulocítica es el mieloblasto 
Siguiendo la división y diferenciación, puede ob­
servarse la siguiente frecuencia: 
• Promielocito, que contiene gránulos primarios
• Mielocito
• Metamielocito
• Neutrófilos en cayado
• Neutrófilos segmentad.os o granulocitos madu-
ros ..
Los gránulos específicos (secundarios) aparecen 
a partir de la etapa de promielocito y son diferentes 
para cada seri.e (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) 
(véase fig. 23-10). 
Todas estas células desempeñan un papel esen­
cial en la inflamación. Son principalmente fagoci­
tos, y junto con los linfocitos productores de anti­
cuerpos y linfocinas, son responsables de la defen­
sa contra los diferentes microorganismos (véase 
antes Inmunidad natural). 
Neutrófilos 
La producción y diferenciación de los neutrófilos 
en la médula ósea lleva entre 6 y lO días. En este lu­
gar encontramos gran cantidad de neutrófilos en ca­
yado y segmentados (10-15 veces el número de los 
neutrófilos circulantes), que son retenidos como 
pool de reserva. Una vez liberados de la médula 
ósea, permanecen en circulación por 6-12 horas an­
tes de migrar hacia los tejidos, donde desarrollan su 
actividad fagocítica. Alli p�rmanecen 2-4 días antes 
de· su destrucción, debido a la muerte en acción o . 
por envejecimiento. 
Siguiendo la atracción quimiotáctica de las célu­
las fagocíticas hacia los sitios de inflamación, los 
microorganismos son ingeridos y retenidos dentro 
del fagosoma. 
Los neutrófilos tienen gránulos primarios o azu­
rófilos, con contenido rico en lisozima y otras enzi­
mas responsables de la destrucción bacteriana, y 
. gránulos secundarios o específicos, cuyo mecanis­
mo de destrucción de bacterias se basa en el daño 
oxidativo por el peróxido de hidrógeno y superóxi­
do generado por elmetabolismo de la glucosa a tra-
G-CSF 
UFC-GM .,, o .. O--+• o
SF o "1' · UFC-G Mieloblasto Granulocítico 
IL3 granulocítico maduro 
O� o,;r '-O M-CSF • o-�-· o--•-0 
se 
UFC-GEMM UFC-M 
\ UFC-EOs GM-CSF 
O
+IL5+1L3
-
UFC-
Basof IL3 + SF 
Monoblasto Monocito Macrófago 
.. o .. o 
Mieloblasto Eosinófilo 
eosinófilo maduro 
o --+•T•G•F•+--�-it 
► o ► o 
UFC-GM: colonias macrofágicas - granulocíticas 
GM-CSF: factor estimulante granulocítico 
macrofágico 
M-CSF: factor estimulante monocítico
IL3: interleucina 3 
IL5: interleucina 5 
TGF-3: factor de crecimiento transformante � 
Mieloblasto Basófilo 
basófilo maduro 
Compartimiento óptico 
Fig. 23-10. Mielopoyesis. 
vés del NADH y NADPH (véase más adelante 
PMN en la salud y en la enfermedad). 
La lactoferrina contenida en los gránulos secun­
darios favorece la bacteriostasis, al privar de Fe2• a 
las células infectadas. 
Eosinófilos 
El mecanismo de producción, diferenciación, 
circulación y migración es similar al de los neu­
trófilos. Los eosinófilos también tienen capaci­
dad fagocítica. Los gránulos son organelas unidas 
a la membrana con un cuerpo cristaloide. Las 
granulaciones primarias son ricas en peroxidasa, 
fosfatasa ácida y arilsulfatasa, y los secundarios 
son ricos en peroxidasa, fosfatasa ácida y fosofo­
lipasa. 
Siguiendo un estímulo apropiado, el contenido de 
los gránulos es liberado hacia un blanco específico, 
como puede ser un parásito helmíntico (un gusano). 
Los eosinófilos son importantes en particular en 
las enfermedades alérgicas y parasitarias. 
Basófilos 
A pesar de que los granulocitos basófilos y las 
células cebadas o mastocitos comparten el origen 
medular, los primeros circulan en sangre periféri­
ca,. mientras que los segundos se ubican en los te­
jidos. 
Los gránulos de ambas células contienen hista­
mina, heparina y sustancia de reacción lenta de la 
anafilaxia (SRS-A). La liberación de estas sustan­
cias por lo general sigue una reacción entre la IgE y
un alérgeno, que forman un complejo y se unen a la 
membrana del basófilo a través del segmento Fe 
(véase Anticuerpos). 
Los basófilos y las células cebadas también par­
ticipan en reacciones alérgicas y en la defensa con­
tra parásitos. 
Sistema mononuclear fagocítico 
Monocitos 
Los monocitos tienen un origen medular, a pesar de 
que pasan poco tiempo dentro de la médula ósea. Sus 
precursores monoblastos y promonocitos son difíciles 
de distinguir de los mieloblastos (véase fig. 23-10). 
Los monocitos son fagocitos activos. La inges­
tión de los microorganismos y la adhesión a ellos es 
facilitada por los receptores para la porción Fe de 
las inmunoglobulinas y el complemento, en espe­
cial la fracción C3b, con los cuales los microorga­
nismos pueden estar cubiertos. Los monocitos tie­
nen otros marcadores de superficie, entre los que se 
incluyen HLA-DR, CD13 y CD33, receptores de 
linfocinas como el interferón gamma y el factor in­
hibidor de la migración (FIM). 
Las armas del macrófago (véase antes, Inmuni­
dad innata). Sus gránulos contienen hidrolasas áci­
das y peroxidasa, que son importantes para la des­
trucción intracelular de microorganismos. También 
producen componentes del complemento, interfero­
nes, prostaglandinas, monocinas, TNF y factores de 
crecimiento hematopoyético, como factores estimu-
lantes de colonias. 
Luego de circular por 20-40 horas los monocitos 
abandonan la circulación y penetran en los tejidos, 
donde maduran y llevan a cabo sus funciones. Su ci­
clo de vida fuera de la circulación puede ser de va­
rios meses. 
En los tejidos se dividen para dar origen a los 
ma:crófagos y las células presentadoras de antígenos 
(CPA), cuyas funciones son la remoción de antíge­
nos particulados y la presentación de éstos a los lin­
focitos, respectivamente. 
Las células fagocíticas derivadas de los monoci­
tos forman una red que se conocía como sistema re­
ticuloendotelial (en la actualidad monocito-macro­
fágico), que se encuentra en muchos órganos: célu­
las de Kupfer en el hígado, macrófagos alveolares 
en los pulmones, macrófagos de las serosas, células 
mesangiales de los riñones, y macrófagos de la mé­
dula ósea y ganglios linfáticos. 
Células presentadoras de antígenos 
Las células presentadoras de antígenos se en­
cuentran principalmente en la piel, los ganglios lin-
fáticos, el bazo y el timo. Siguiendo un estímulo, las 
células de Langerhans de la piel migran a través de 
los linfocitos aferentes a las áreas paracorticales; 
allí se encuentran con los linfocitos T, a los que pre­
sentan el antígeno. 
Otras células presentadoras de antígenos especia­
lizadas pueden encontrarse en los centros granula­
res de los ganglios linfáticos y en otros tejidos lin­
foides como el timo. 
Linfocitos 
Los linfocitos son células que asisten en la fago­
citosis y la defensa del organismo contra las infec­
ciones, agregando especificidád a la defensa (véase 
antes Sistema inmune). 
Su origen se encuentra en las células madre plu­
ripotentes, cuando se diferencian como células ma­
dre linfoides, que darán origen a las células B y T; 
pero la adquisición de competencia inmunHaria es 
diferepte (fig. 23-11). 
Las células T se procesan inicialmente en el timo 
y las B deben su nombre a que en las aves se dife­
rencian en un órgano llamado bursa de Fabricio, 
que en el ser humano corresponde a la medula ósea. 
UnfocitosT 
Las células T maduras, que abarcan el 65-80% de 
la población linfocitaria circulante, posee un marca­
dor (Ag CD2), que se une a los eritrocitos de carne­
ro. Otros marcadores de superficie como el CDS se 
pueden identificar mediante inmunofluorescencia o 
técnicas de inmunoperoxidasa con anticuerpos mo­
noclonales. 
Las células T se subdividen en 2 subpoblaciones 
principales, que se detectan por anticuerpos mono-
clonales contra los antígenos de membrana CD4 y 
CDS. 
Las células CD8+, la mayor subpoblación de cé­
lulas T en la médula ósea, son células supresoras/ci­
totóxicas, mientras que las CD4+, o células helper, 
predominan en la circulación periférica (véase In­
munidad específica). 
Las células T también contienen un importante 
número de gránulos con hidrolasas ácidas, como ¡3-
glucuronidasa y fosfatasa ácida. 
La superficie del linfocito T contiene un receptor 
de antígeno, llamado receptor de célula T o TCR, 
UFC-GM 
o 
lgM lgM Precursor 
mieloide 
restringido 0-+0-+0--+0-+0 
/
Células Células Células lgD Plasmocito 
l 
Pro-B Pro-B inmaduras Células B 
CD 10 CD 19 CD 20 maduras 
0+0 CD117._
se 
IL7 +FL 
Reordena­
miento del 
TCR ex Precursor 
linfoide 
restringido 
\
del TCA p TCA p 
Rearreglo Pre-Ta/ 1
CD25 + + �o CD4+T
gg1110-+0-+0-+ 0-+0�Protimocito Pro-T Pro-T Pro-T Q CD 8 + T
precoz tardío 
Fig. 23-11. Linfopoyesis. 
que consiste en cadenas a y p, cada una con regio­
nes variables y constantes. Existen dos tipos de 
TCR: uno constituido por cadenas a y P (90%) y 
otro por cadenas 'Y y 8 ( 10% ). Los genes para estas 
cadenas polipeptídicas se encuentran en los cromo­
somas 14 y 17, y se reordenan en una forma similar 
a los genes de inmunoglobulinas de linfocitos B, de 
lo que resulta una gran diversidad en las poblacio-
nes de linfocitos T. '
Muy cerca del TCR se encuentra un complejo 
de proteínas, llamado complejo CD3, que consiste 
en cadenas a, p y E, cuya función es el transporte 
de los TCR a la superficie y la transducción de se­
ñales al interior de la célula. Este receptor es fun­
damental para la inmunidad específica, ya que, co­
mo hemos visto antes, gracias al TCR el linfocito 
naive puede ser activado para una respuesta celu­
lar o humoral. 
La secuencia de maduración a linfocito maduro 
tiene 3 etapas: 
l . Etapa de timocito inmaduro, en la corteza tímica
Tdt+
CD44 y CD25 + 
CD4 y CD8 + 
Reordena.miento de las cadenas a y p, y p del TCR. 
Expresión de CD3 citoplasmático 
2. Timocito intermedio, en la parte profunda de la
corteza tímica
Pierde expresión de TdT
CD44y CD25-
CD4 y CD8 +
Reordenamiento de los genes que codifican la ca­dena a 
CD3 en la superficie celular 
3. Linfocito T maduro, en la médula tímica
Intensa expresión de CD3, junto al TCR a y p
Una subpoblación expresa CD4 y otra subpobla­
ción, el CD8 
La población CD4 o helper ayuda o facilita la 
respuesta inmune, ya que tiene un receptor para el 
fragmento Fe de la IgM y facilitan la diferenciación 
de células B. 
Unfocitos B
Esta subpoblación comprende del 5 al 15% de 
los linfocitos circulantes. 
La célula B madura se define por la presencia de 
moléculas de inmunoglobulinas producidas por el 
linfocito, ensambladas en la superficie de la mem­
brana donde actúan como receptores de antígenos 
específicos. Para demostrar la presencia de estas in­
munoglobulinas de superficie pueden usarse �nti­
cuerpos marcados con fluorescencia; las células B 
pueden identificarse mediante anticuerpos mono­
clonales contra ciertos antígenos de superficie, co­
mo COI.O, CD19, CD20 y CD22. También expresan 
HLA-DR. 
Los linfocitos B que han madurado y secretan 
inmunoglobulinas se llaman células plasmáticas o 
plasmocitos (véase fig. 23-11 ). Las inmunoglo­
bulinas son individuales de cada clon de células B 
y pueden ser de 5 clases: Ig G, A, M, D, E (véase 
antes). 
Al igual que los linfocitos T, los linfocitos B al­
canzan su madurez cuando expresan en la membra­
na los receptores antigénicos, pero en los linfocitos 
B estos receptores son las inmunoglobulinas. 
La célula plasmática productora de inmunoglo­
bulina constituye el estadio final de Ja transforma­
ción antigénica del linfocito 8, que comienza con el 
precursor más inmaduro llamado linfocito pro-B. 
Éste expresa CD34, CDlO y TdT; en este estadio 
aparece el CD20, la molécula específica del linfoci­
to B, el CD22 y el CD45. También expresa CD79a, 
que se asocia con las Ig de superficie, igual que el 
CD3 con el TCR en el linfocito T. La célula luego 
expresa IgM de superficie, y pasa a llamarse linfo­
cito B inmaduro, y va perdiendo el CDIO. Luego se 
transforma en linfocito B maduro, que sintetiza 
IgD, y sigue expresando CD19, CD20, CD22 y 
CD21. 
Células natural killer (NK) 
Una población menor de células linfoides no po­
see marcadores T o B, por lo que sus integrantes se 
conocen como No-B y No-T. 
Tienen la apariencia de linfocitos granulares. Es­
tas células tienen la capacidad de destruir células 
blanco o diana, sobre todo las infectadas por virus y 
las células tumorales. También participa del recha­
zo de injertos. 
LOS NEUT RÓFILOS: 
SU IMPORTANCIA EN LA SALUD 
Y EN LA ENFERMEDAD 
Judith Sarano 
El 55-60% de la médula ósea está 
involucrada en la producción de neutrófilos 
Los neutrófilos o polimorfonucleares (PMN) en 
el individuo adulto se encuentran en la medula 
ósea, en la circulación y en los tejidos. La médula 
es el sitio de proliferación y maduración (blasto, 
promielocito y m.ielocito). Luego del estadio de 
mielocito las células entran a formar parte del pool 
de depósito, donde permanecen unos cihco días y 
luego son liberados en la circulación; donde perma­
necen por alrededor de diez horas. Los procesos 
que tienen lugar cuando migran a los tejidos no se 
conocen con exactitud, pero es probable que vivan 
uno o dos días. 
Gránulos 
En los PMN hay al menos dos tipos de gránu­
los, los azurófilos o gránulos primarios que con­
tienen peroxidasa, y un segundo tipo, el específi­
co o secundario, que no tienen peroxidasa. En los 
PMN maduros los gránulos específicos pequeños, 
perox.idasa-negativos, son dos veces más abun­
dantes que los azurófilos peroxidasa-positívos. 
Los PMN maduros también presentan vesículas 
pequeñas, unidas a las membranas, las cuales con­
tienen catalasa, enzima que cataliza el agua oxige­
nada. 
Receptores de membrana 
Algunos antígenos de superficie aparecen duran­
te el proceso de maduración, como receptores para 
la porción Fe de las inmunoglobulinas, y de molé­
culas quimiotácticas. El 90% de los PMN maduros 
poseen por lo menos dos clases de receptores para 
fragmentos del componente C3 del complemento 
denominados CRl y CR3 (véase cuadro 23-1). Re­
ceptores para péptidos quimiotácticos como FMLP 
se encuentran presentes en los estadios tardíos de 
maduración de los neutrófilos. 
Función (y disfunción) de los neutrófilos 
Se han informado alteraciones en la función de 
los neutrófilos, moderadas a severas, en enferme­
dades congénitas y adquiridas, por alteraciones 
morfológicas o bioquímicas, a veces bien docu­
mentadas y en otras las causas-aun son poco cono­
cidas. Éstas han permitido una mejor comprensión 
de los mecanismos por el cual determinados com­
ponentes de los neutrófilos median su función nor­
mal y su papel en la defensa del huésped contra las 
infecciones. 
Los defectos de las células fagocíticas 
permiten infecciones bacterianas 
diseminadas 
Como hemos visto, la activación del complemen­
to por la vía alternativa y la ingestión de los mi­
croorganismos por las células fagocíticas se produ­
ce en las primeras horas de la infección local. La 
respuesta temprana es importante por dos motivos: 
el primero es que ésta, en algunas ocasiones, es ca­
paz de repeler la infección o, lo que es más frecuen­
te, controlarla hasta que pueda una respuesta inmu­
ne específica. La segunda razón es que esta primera 
respuesta inmediata modula de varias formas la res­
puesta inmune específica, que es más tardía porque 
necesita de la expansión clonal. 
Una importante función de esta respuesta tem­
prana, también denominada respuesta inmune inna­
ta o natural (véase antes), es reclutar más células fa­
gocíticas y moléculas efectoras al sitio de la infec­
ción, a través de la liberación de una batería de ci­
tocinas y otros mediadores de la inflamación (véase 
antes, Respuesta inflamatoria aguda y fig. 23-1) . 
Citocinas 
Las citocinas involucradas son un grupo de mo­
léculas de diversa estructura, como interleucina-
l (IL-1 ), interleucina-6 (Il..-6), interleucina-8 (IL-8), 
interleucina-12 (Il..-12) y factor de necrosis tumoral 
alfa (TNF-a.) (véase antes, Respuesta inflamatoria 
aguda). Estas moléculas tienen importante actividad 
local y sistémica (véase fig. 23-5). Otros mediadores 
liberados por los fagocitos en respuesta a las infec­
ciones comprenden una variedad de moléculas, como 
prostaglandinas, activador del plasminógeno y fosfo­
lipasa; radicales del oxígeno, peróxidos, óxido nítri-
co (NO), leucotrienos, en especial leucotrieno B4 
(LTB4), y factor activador de plaquetas. 
Migración 
En condiciones normales los leucocitos circulan 
por el centro de los vasos, donde el flujo es más rá­
pido. En los sitios de inflamación, donde hay vaso­
dilatación la lentificación del flujo permite a los 
PMN moverse fuera del centro de los vasos sanguí­
neos e interactuar con el endotelio vascular. A estos 
cambios se agrega un aumento de la permeabilidad 
vascular, que determina la acumulación local de lí­
quido que produce edema, y dolor loc_al. Los media­
dores inflamatorios además tienen un segundo efec­
to sobre los endotelios al inducir la expresión de 
moléculas de adhesión, lo que permite la adhesión 
de monocitos y neutrófilos circulantes, con aumen­
to de su migración hacia los tejidos (véase cap. 4 ). 
La migración de los leucocitos fuera de los vasos 
se conoce como extravasación y ocurre tanto para 
los neutrófilos como para los monocitos. Esto suce­
de en varios pasos sucesivos, el primero es mediado 
por moléculas denominadas selectinas (fig. 23-12). 
La interacción de las selectinas con las glucoproteí­
nas de superficie de los polimorfonucleares y mono­
citos permite la adhesión reversible de estas células 
a la pared de los vasos, lo que determina que los leu­
cocitos rueden a lo largo del endotelio (rolling). Es­
te aumento de la adhesividad permite una segunda 
etapa en la migración leucocitaria. Esta segunda fa­
se está mediada por moléculas leucocitarias, las in­
tegrinas, éntre ellas LFA-1 (CD1l a-CD18) y CR3 
(CD1 l b-CD18 -también llamado MACl-). Estas 
moléculas interactúan con otras presentes en el en­
doteliovascular activado por mediadores inflamato­
rios pertenecientes a la superfamilia de las inmuno­
globuli.oas (p. ej., ICAM-1; véase también cap. 4) 
(véase fig. 23-12). Mediadores de la inflamación co­
mo Il..-8 u otros quirnioatrayentes producen cambios 
conformacionales en las integrinas de los leucocitos, 
lo que aumenta su afinidad por las moléculas de la 
superfamilia de las inmunoglobulinas y convierte en 
estable la unión entre el endotelio y el leucocito. 
Destrucción del invasor 
Los neutrófilos expuestos a la Il..-8 y al TNF ac­
tiva.o la cadena respiratoria intracelular, lo que de-
Fig. 23-12. Mecanismo de reclutamiento de fagocitos hacia los tejidos (comparar con fig. 4-19). 
termina la producción de radicales libres del oxígeno 
y óxido nítrico (NO), y la liberación del contenido de 
los gránulos citoplasmáticos; esto contribuye a la de­
fensa del huésped, pero también a la destrucción del 
tejido local que circunda el sitio de infección. 
Los neutrófilos son las primeras células en ser re­
clutadas y tienen la capacidad de eliminar muchos 
de los patógenos por fagocitosis (pueden eliminar 
bacterias aun sin que se encuentren opsonizadas por 
el anticuerpo específico). Este mecanismo protector 
se verifica en el primer encuentro del huésped con 
un microorganismo patógeno, mediante la unión 
neutrófilo-patógeno directa o a través de compo­
nentes del complemento activado como el C3b o 
iC3b depositados en la superficie del microorganis­
mo por activación de la vía alternativa del comple­
mento. En el caso de que el huésped posea anticuer­
pos específicos recubriendo los microorganismos, 
sintetizados en un contacto previo, la unión estaría 
mediada por receptores Fe de los PMN. Los neutró­
filos sintetizan productos tóxicos y bacteriostáticos 
que matan los microorganismos fagocitados con ra­
pidez. Entre los más importantes están el peróxido 
de hidrógeno (Hz0
2
), el anión superóxido (Ot) y el 
óxido nítrico (NO), los cuales son directamente tó­
xicos para las bacterias. Son generados en un proce-
so conocido como estallido respiratorio, inducido 
por la agregación de los receptores Fcy de los anti­
cuerpos. 
En el caso de los parásitos, por ejemplo, que son 
de mayor tamaño y no se pueden fagocitar, el fago­
cito se pega a éste a través de receptores Fcy o Fce, 
y los lisosomas se fusionan con la membrana celu­
lar y forman el fagolisosoma. Las enzimas lisosó­
micas son liberadas sobre la superficie del parásito, 
lo que produce daño directo a éste en el espacio ex­
tracelular. 
La importancia de los neutrófilos en la defensa 
del huésped se ve con más claridad en pacientes con 
deficiencias heredadas o adquiridas de la función de 
estas células. Por ejemplo, la deficiencia de la inte­
grina CD 18 (LAD tipo I: leukocyte adhesion defi­
ciency) se asocia a pacientes con respuesta inflama­
toria deprimida e infecciones bacterianas o micóti­
cas severas. 
Alteraciones del metabolismo oxidativo 
Enfermedad granulomatosa crónica: los PMN
y los monocitos activados por un estímulo fagocíti­
co o sustancias quimiotácticas producen oxidantes 
microbicidas. El proceso denominado estallido res­
piratorio celular da como resultado la reducción 
del oxígeno molecular a superóxido. La reducción 
del oxígeno molecular requiere la transferencia de 
una serie de electrones usando el NAOPH como da­
dor de electrones, e involucra una flavina adenina 
dinucleótido y un citocromo b558. El anión superó­
xido se convierte con rapidez en peróxido de hidró­
geno y radicales hidroxilo, los cuales proveen la 
mayor actividad microbicida oxidativa para los mi­
croorganismos patógenos y también para el entorno 
extracelular. La miel�peroxidasa de los neutrófilos, 
en presencia de peróxido de hidrógeno y iones ha­
luro, es la responsable de continuar los procesos de 
catalización y la formación de otras moléculas oxi­
dantes como el cloro libre. 
La enfermedad granulomatosa crónica es, en rea­
lidad, un grupo heterogéneo de patologías de altera­
ciones genéticas del metabolismo o�dativo, que 
afecta la cascada de acontecimientos requeridos en 
el metabolismo oxidativo para la producción de pe­
róxido de hidrógeno por los fagocitos. La expresión 
clínica de estas alteraciones es un aumento de la fre­
cuencia y severidad de las infecciones por bacterias 
catalasa-positivas y hongos. Además presentan difi­
cultad en la resolución de los focos innflamatorios 
aun cuando el agente patógeno ha sido eliminado, 
lo que conlleva a la formación de granulomas. 
Deficiencias específicas de los gránulos 
Los gránulos específicos se movilizan con rapi­
dez cuando el neutrófilo es activado y se fusionan 
con el fagosoma. La fusión de los gránulos especí­
ficos con la membrana plasmática va acompañada 
por la liberación del contenido de los gránulos a la 
superficie celular y al entorno, durante la migración 
de éstos a los sitios de infección. En cambio, los 
azurófilos se fusionan con el fagosoma sin liberar 
su contenido, salvo que exista un potente estímulo 
de sustancias quimiotácticas. La importancia de los 
gránulos específicos en la respuesta inflamatoria se 
evidencia en las deficiencias congénitas de éstos. 
Los pacientes con esta alteración tienen una res­
puesta inflamatoria deprimida, además de infeccio­
nes bacterianas severas y recurrentes. También se 
han comunicado deficiencias de gránulos azurófilos 
con ausencia de alguno de sus componentes, como 
las defensinas. Estos estudios con deficiencias con­
génitas de los gránulos de los PMN o adquiridas in 
vitro en el laboratorio han permitido entender el pa­
pel crítico que tienen éstos en la etapa temprana de 
la inflamación. 
Deficiencia de mieloperoxidasa: la mieloperoxi­
dasa, una bemoproteína que contiene hierro, es res­
ponsable de la actividad de peróxido característica 
de los gránulos azurófilos, y es la que le confiere el 
tinte verdoso a la secreciones purulentas. En presen­
cia de peróxido de hidrógeno, cloro y baluro produ­
cen ácido hipocloroso y cloro, que es un potente 
mecanismo de halogenación y de destrucción de la 
células blanco. La deficiencia de mieloperoxidasa 
determina in vitro un defecto parcial en la muerte de 
bacterias y un déficit más severo en la de bongos. 
Sin embargo, pacientes con esta alteración no pre­
sentan infecciones graves, probablemente porque es 
compensada por otros mecanismos. 
Enfermedad inflamatoria no infecciosa rela­
cionada con neutrófilos: los neutrófilos tienen un 
papel importante en la defensa del huésped contra 
bongos y bacterias, pero a la vez su activación de­
termina la puesta en marcha de mecanismos que se 
acompañan con daño tisular del huésped; se ha do­
cumentado con claridad la relación entre acumula­
ción de neutrófilos y destrucción articular, por 
ejemplo en la gota y en artritis autoinmunes. Infil. 
trados de neutrófilos se encuentran en algunas vas­
culitis autoinmunes y en algunas formas de glome­
ruJonefritis, así como en algunas patologías cutá­
neas, por ejemplo dermatitis psoriasiforme, derma­
tosis ampollares autoinmunes y pioderma gangre­
noso. Más recientemente se demostró que los PMN 
aumentan el daño tisular en el infarto agudo de mio­
cardio y metabolitos del ácido araquidónico han si­
do involucrados en el reclutamiento de estas células 
en el sitio de lesión. 
Los neutrófilos también han sido implicados en 
enfermedades respiratorias, como el síndrome de 
distrés respiratorio del adulto (SORA); enfisema y 
asma {véase cap. 11). El SORA puede sobrevivir en 
presencia de bacteriemia con producción del com­
ponente C5a (quimiotáctico), lo que determina la 
acumulación de PMN en los vasos pulmonares. Sin 
embargo, el SORA se presenta aun en pacientes con 
neutropenia severa, por lo cual estas células serían 
sólo parcialmente responsables. La acumulación de 
neutrófilos con liberación de elastasa se ha conside­
rado un factor patogénico en la destrucción pulmo­
nar que tiene lugar en el enfisema. El desarrollo de 
métodos tendientes a inhibir La activación delos 
neutrófilos y la producción de metabolitos oxidati­
vos. así como la desgranulación, sería útil para limi­
tar el daño tisular en este grupo de enfermedades in­
flamatorias no infecciosas. 
RESUMEN 
El sistema inmune está diseñado para mantener 
la identidad antigénica de nuestro organismo. 
Cuenta con una rama natural o inespecífica, que 
funciona como primera línea de defensa y com­
prende las barreras naturales con sus secreciones, 
los fagocitos y el complemento. El sistema inmu­
ne específico o adaptativo permite identificar el 
patrón antigénico del invasor y movilizar una res­
puesta celular (linfocitos T) o humoral (linfocitos 
B), que no sólo es efectiva para combatir una in­
fección sino que también permite mantener una vi-
-
� CLINICO MODELO 
Pedro D., hermano de Juan Sastre, sufrió un 
infarto de miocardio importante en el capítulo 
de cardiovascular que alteró mucho su fimción 
de bomba. A pesar de la cirugía de revasculari­
zación, la enfermedad siguió progresando hasta 
terminar en una insuficiencia cardíaca refracta­
ria al tratamiento. En esas condiciones de dete­
rioro masivo del miocardio se decidió colocar a 
Pedro en un plan de trasplante cardíaco. Unos 
meses después, Pedro recibe la llamada de un 
corazón disponible y es sometido con éxito al 
trasplante. Cuando abandona el hospital lo ha­
ce con la siguiente medicación: ciclosporina B, 
azatioprina y corticoides. 
a) ¿Qué efecto producen esos fármacos?
b) ¿Por qué se los administran?
Diez días después Pedro D. presenta fiebre, 
decaimiento y palpitaciones. El ECG (véase 
cap. 19) evidencia arritmia ventricular. Un eco-
gilancia inmunitaria e impedir o combatir con ra­
pidez un segundo ataque. En el trasplante de órga­
nos el sistema inmune debe ser tratado de manera 
que no responda contra las células del órgano do­
nado. Ello favorece la aparición de infecciones 
oportunistas. 
LECTURAS RECOMENDADAS 
Gallin JI, Goldstein IM, Snyderman R. lnflammation, basic 
principies and clinical correlates, 2nd Ed., cap. 17, p. 303. 
Janeway CA, Travers P. Immunobiology. The immune sys­
tem in health and disease. 3rd Ed. Cu1Tent Biology Ltd., 
1997. 
Nairn R, Helbat M. lmrmfnology for medica] students. 
Mosby lnt. Ltd., 2002. 
Parham P. The Immune System. Garland Publishing/Else­
vier Science Ltd., 2000. 
Roitt I. Inmunología. Fundamentos JO" ed, Editorial Médi­
ca Panamericana, Buenos Aires, 2003. 
cardiograma (véase cap. 14) revela signos de 
disfunción diastólica ventricular. Sospechando 
un rechazo, se decide realizar una biopsia endo­
miocárdica ( extracción de un trozo de miocar­
dio del ventrículo derecho, por medio de una 
pinza de biopsia introducida por la vena yugu­
lar) que confirma las sospechas. Se aumenta la 
dosis de ciclosporina y corticoides. 
c) ¿Qué rama de la inmunidad es responsable
del rechazo de trasplante?
- Pedro D. mejora pero a la semana presenta
fiebre, malestar general y palpitaciones. El eco­
cardiograma revela derrame pericárdico. La 
sospecha es una infección. 
d) ¿ Qué tipo de infección le parece más proba­
ble que sobrevenga?
e) ¿A qué se debe la predisposición a las infec­
ciones?

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