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Pérdida de visión de causa ocularMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 162 | 1445 MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS La pérdida de visión está causada por problemas en algún punto de la vía visual desde el ojo hasta el córtex occipital cerebral. Se trata de un síntoma frecuente en los servicios de urgen- cias y, en caso de ser una pérdida brusca, es potencialmente grave y requiere de valoración urgente. La pérdida progresiva o subaguda de agudeza visual, que es más frecuente que la pérdida brusca, suele deberse a causas oculares (sobre todo causas refractivas, catarata, etc.), pero el manejo de la misma no se debe realizar de forma urgente, sino de manera diferida en las consultas de oftalmología. Uno de los pasos más importantes es indagar en las características de la pérdida de visión, la mono o bilateralidad, la duración de la misma y el tiempo de instauración, síntomas acom- pañantes, episodios previos, etc. Los casos de pérdida de visión monocular suelen corresponder a enfermedad propiamente oftalmológica, mientras que los síntomas agudos binoculares suelen corresponder a enfer- medades sistémicas. Desde un punto de vista práctico, se clasificará la pérdida de visión según el tiempo de ins- tauración en transitoria (menos de 24 h) o duradera (más de 24 h). Por lo general, las formas transitorias (menos de 24 h) están causadas por enfermedad ex- traocular y tienen en su mayor parte un origen vascular (con una duración menor de 1 h habitualmente), farmacológico (horas de duración) o neurológico (migrañas, auras visuales). Es necesario, por lo tanto, la valoración de las mismas de forma preferente por parte de otros especialistas (neurología, medicina interna o cardiología) tras descartar el oftalmólogo afección ocular. Por otro lado, las formas duraderas (más de 24 h) suelen ser de causa ocular, excepto cuadros poco comunes, como la ceguera cortical tras isquemia occipital. ETIOLOGÍA Es fundamental realizar una correcta anamnesis al paciente, interrogar sobre sus anteceden- tes médicos (incidiendo sobre todo en factores de riesgo cardiovascular [FRCV]), enferme- dades neurológicas (migrañas, hipertensión intracraneal), traumatismos y antecedentes de enfermedades o cirugías oculares, así como antecedentes familiares de las mismas. Síntomas acompañantes: como norma general, la presencia de dolor u ojo rojo orienta a una causa ocular (úlcera corneal, glaucoma agudo, uveítis, escleritis). Otros síntomas característicos serían: dolor en sienes, claudicación mandibular, polimialgia reu- mática (neuritis óptica isquémica arterítica), historia previa de miodesopsias y fotopsias (des- PÉRDIDA DE VISIÓN DE CAUSA OCULAR MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1446 | Capítulo 162 prendimiento de vítreo posterior o desprendimiento de retina), focalidad neurológica [acciden- te cerebrovascular, tumor, lesiones ocupantes de espacio, hipertensión intracraneal (HTI), etc.]. Se deben descartar, así mismo, la visión borrosa secundaria a determinados fármacos [antico- linérgicos, antihistamínicos, digoxina, antihipertensivos (guanetidina, reserpina y diuréticos tiazídicos), indometacina, fenotiazinas, antipalúdicos, etambutol, amiodarona, etc.] o como síntoma acompañante de enfermedades generales (hipoglucemia, mareo, cefalea, hiper/hi- potensión). EXPLORACIÓN FÍSICA Hay diferentes apartados de la exploración física que pueden ser realizados por cualquier médico, que ayudan al enfoque de la causa de la pérdida de visión. • Reflejos pupilares: es de especial interés la medida del defecto pupilar aferente relativo (DPAR), que consiste en medir de forma alternante el reflejo fotomotor de cada ojo, para comparar entre sí la integridad de ambas vías visuales aferentes. La asimetría en la respuesta (menor contracción pupilar o dilatación) pone de manifiesto lesiones en la vía aferente (nervio óptico ipsilateral, quiasma, tracto óptico contralateral o enfermedades extensas de la retina). • Motilidad ocular extrínseca: se debe explorar la simetría de movimiento de ambos ojos en todas las posiciones de la mirada. Se comprobará la buena función de los músculos encargados de la motilidad ocular y su inervación. • Campimetría por confrontación: se debe evaluar cada ojo por separado, sentado frente al pa- ciente a 1 metro de distancia. El patrón del defecto campimétrico puede revelar información útil para la localización de lesiones a nivel de las vías visuales (defecto altitudinal en neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica, defectos centrales en neuritis óptica, etc.). • Test de color: evalúa la simetría en la percepción de colores en ambos ojos. Su alteración se asocia a neuritis óptica. Se emplean láminas de colores tipo Isihara. Entre los apartados de la exploración oftalmológica encontramos: • Agudeza visual (AV): se realiza con optotipos, midiendo cada ojo por separado, con la ayuda de un oclusor con agujero estenopeico que descarta defectos de refracción. La agudeza visual normal es de 1 (6/6). • Biomicroscopía del segmento anterior: se valora la transparencia de los medios (cornea y cristalino). Si hay ojo rojo, la exploración servirá de diagnóstico. • Presión intraocular (PIO). • Fondo de ojo (FO) bajo dilatación pupilar farmacológica (colirio de tropicamida). • Pruebas de laboratorio: se deberá realizar de forma urgente en los casos en los que se sospechen neuropatías ópticas isquémicas [con el fin de descartar arteritis de células gi- gantes (ACG)] o estados de hipercoagulabilidad. Se solicitará analítica con hemograma, velocidad de sedimentación globular (VSG), proteína C reactiva (PCR), glucosa, lípidos, creatinina y pruebas hepáticas. • Radiología: se realizarán pruebas de imagen en función de la clínica (síntomas compre- sivos, hemianopsia bitemporal, homónima, etc.), sobre todo tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) cerebral u orbitaria. • Otras exploraciones: en pacientes con síntomas transitorios sospechosos de isquemia se realizarán electrocardiograma, ecocardiograma y doppler carotídeo. Pérdida de visión de causa ocularMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 162 | 1447 1. PÉRDIDA BRUSCA Y TRANSITORIA (dura menos de 24 horas) (Figura 162.1) Unilateral • Amaurosis fugax. Se describe como una pérdida de visión indolora que dura desde unos segundos hasta minutos (puede durar hasta 2 horas). Después, la visión vuelve a la nor- malidad. Es normal que el paciente refiera episodios similares en el pasado, ocasionales o incluso diarios. Es un accidente isquémico transitorio (AIT) retiniano debido a émbolos a nivel de la arteria central de la retina o por hipoperfusión. El fondo de ojo suele ser normal, aunque a veces pueden observarse émbolos. No requiere tratamiento urgente. Se evaluará preferentemente por Medicina Interna o Cardiología. Debe descartarse enfermedad embolígena (lo más frecuente) o estados de hipercoagulabilidad y estudio de FRCV [hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus (DM), aterosclerosis]. • Migraña clásica con aura visual. Se presenta como síntomas visuales totalmente re- versibles como escotomas centelleantes (también llamados escotomas de fortificación), visión borrosa o defecto del campo visual que dura de 15 a 50 minutos y que preceden a la migraña (pulsátil, unilateral, intensa, asociada a fotofobia y náuseas). En ocasiones, aparecen sin cefalea acompañante (“aura sin migraña”). Puede haber síntomas neuroló- gicos sensitivos unilaterales temporales o permanentes (acorchamiento u hormigueo). El primer episodio y los síntomas atípicos deben ser valorados por Neurología. • Migraña retiniana (migraña complicada). Pérdida de visión con duración entre minu- tos y horas. Puede no relacionarse temporalmente con la cefalea. Suelen ser pacientes jóvenes con historia previa de migrañas. En algunos casos puede complicarse con déficit permanente. Bilateral • Insuficiencia vertebrobasilar.La presentación es similar a la amaurosis fugax, pero de forma bilateral, debido a que los émbolos surgen del sistema arterial vertebrobasilar. Se Segundos Suele ser bilateral PAPILEDEMA Manejo diferido por Neurología Manejo diferido por Neurología Manejo preferente por Cardiología o Medicina Interna Unilateral AMAUROSISFUGAX Bilateral INSUFICIENCIA VERTEBROBASILAR < 10 minutos 10 - 60 minutos MIGRAÑA Horas FÁRMACOS Colirios midriáticos antidepresivos Valorar cambio o retirada del fármaco informar al paciente Figura 162.1. Pérdida de visión brusca transitoria (menor de 24 horas). Generalmente debida a enferme- dad vascular o a fármacos. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1448 | Capítulo 162 acompaña de otros síntomas isquémicos centrales como vértigo, ataxia, disartria, acor- chamiento peribucal, hemiparesia. La exploración ocular es normal. No requiere trata- miento urgente, pero requiere evaluación preferente por Medicina Interna o Cardiología para completar estudio. • Papiledema. Edema de ambos nervios ópticos secundario al aumento de la presión in- tracraneal que causa episodios de pérdida de visión transitorios (segundos), a veces bila- terales. Suelen precipitarse por maniobras de Valsalva o cambios posturales. Suele asociar diplopía, cefalea, náuseas y vómitos. Se debe realizar prueba de imagen en busca de desencadenantes de aumento de presión intracraneal (hidrocefalia, tumores cerebrales, trombosis del seno venoso, meningitis, he- morragia subaracnoidea, etc.). Otra causa muy frecuente con prueba de imagen normal es el pseudotumor cerebral (mujeres, obesas que toman anticonceptivos orales, tetraciclinas, vitamina A o por supresión de esteroides sistémicos). Tratamiento: etiológico. En el caso del pseudotumor cerebral, control del peso, inhibidores de la anhidrasa carbónica (acetazolami- da) y procedimientos de derivación neuroquirúrgicos, si la cefalea es intratable. • Epilepsia occipital. 2. PÉRDIDA BRUSCA DURADERA (más de 24 horas) (Figura 162.2) Dolorosa • Con ojo rojo: glaucoma agudo, uveítis, afección corneal (ver capítulo 160: ojo rojo). • Sin ojo rojo: Neuritis óptica (etiología idiopática, desmielinizante, infecciosa o autoinmune). Suelen ser mujeres de 18 a 45 años que presentan pérdida de visión uni o bilateral que progresa en una semana, acompañada de dolor con los movimientos oculares, pérdida de visión cromática y alteración en la percepción del brillo y el contraste. Los pacientes presentan DPAR. En el fon- do de ojo lo más frecuente es un aspecto normal (neuritis retrobulbar) o aspecto edematoso Figura 162.2. Pérdida de visión brusca duradera (mayor de 24 horas). Dolorosa Manejo urgente por Oftalmología Manejo urgente por Oftalmología Manejo urgente por Oftalmología Manejo urgente por Neurología Manejo urgente por la variante arterítica Ojo rojo Neuritis óptica – Obstrucciones arteriales/ venosas – Desprendimiento de retina – Maculopatías –Hemovitreo – Glaucoma agudo – Uveitis – Afección corneal – Defecto de refracción – Cataratas – Glaucomade ángulo abierto – Neuropatía tóxica / compresiva – Retinopatía diabética – DMAE – Distrofia corneal Afección del nervio óptico Afección vitreorretiniana Brusca Progresiva No dolorosa DMAE: degeneración macular asociada a la edad Pérdida de visión de causa ocularMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 162 | 1449 unilateral del nervio óptico (papilitis). En su diagnóstico es útil la prueba de imagen (RMN). Requiere evaluación urgente por Neurología. No dolorosa • Neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NOIA-NA). Es debida a hipoper- fusión en la cabeza del nervio óptico (sobre todo debida a hipotensiones arteriales noc- turnas). Las principales causas son la arteriosclerosis, hipertensión y diabetes. Síntomas: pérdida visual súbita monocular normalmente al despertar, indolora, en pacientes de 40 a 60 años de edad. Suelen presentar DPAR. FO: papila edematosa con hemorragias. Campo visual (CV): escotoma altitudinal (el paciente no ve por la mitad superior o inferior) o cen- tral. La VSG y PCR suele ser normal (se debe descartar una NOIA arterítica en mayores de 50 años). Tratamiento: control de factores de riesgo cardiovascular y evitar los tratamientos hipo- tensores al acostarse (antihipertensivos, sildenafilo, sumatriptán o amiodarona). La aspiri- na no ha demostrado utilidad en la prevención. • Neuropatía óptica isquémica anterior arterítica (NOIA-A). Debido a arteritis de célu- las gigantes (ACG) y otras vasculitis (LES, PAN, etc). Se produce una oclusión trombótica de las arterias ciliares posteriores que conlleva pérdida visual rápida, grave (con frecuencia de contar dedos o peor) e indolora de uno o ambos ojos (el ojo contralateral puede afec- tarse en 1 a 7 días sin tratamiento; por eso es importante el diagnóstico precoz). Es más frecuente en mujeres mayores de 50 años. Puede acompañarse de cefalea, hipersensibi- lidad del cuero cabelludo, claudicación mandibular, pérdida de peso, fiebre y polimialgia reumática. Existe DPAR. FO: edema difuso color “blanco yeso” y a veces oclusiones arte- riales retinianas. Se caracteriza por elevación de PCR y VSG (la elevación de ambas supone la máxima especificidad), anemia y trombocitosis. El diagnóstico definitivo se obtiene con la biopsia de la arteria temporal. Tratamiento: ante la sospecha de esta entidad se debe ingresar al paciente e instaurar tratamiento inmediato, sin esperar el resultado de la biopsia de arteria temporal (que se realizará de forma preferente), con corticoide (metilprednisolona i.v. 250 mg cada 6 horas durante 3 días) para después pasar a tratamiento oral (80-100 mg/día de prednisona v.o.) con disminución progresiva, hasta alcanzar dosis de mantenimiento. Su finalidad es evitar la bilateralización, ya que en pocos casos se consigue una leve recuperación visual. • Obstrucción venosa de la retina. Debida a oclusiones en el sistema venoso retiniano a nivel de la lámina cribosa (obstrucción central) o bien delimitarse a algún sector (obstruc- ción de rama). Es debida a arteriosclerosis, HTA, estados de hipercoagulabilidad, vasculitis, fármacos o compresión retrobulbar. Síntomas: disminución profunda de agudeza visual unilateral con DPAR asociado (central) o pérdida de una zona del campo visual (obs- trucción de rama). FO: hemorragias y exudados retinianos en los cuadrantes en los que exista oclusión, con edema de papila sobre todo en la obstrucción central. Tratamiento: etiológico y control de FRCV. Requiere control en consultas de oftalmología por el riesgo de complicaciones (glaucoma neovascular, edema macular y neovascularización). • Obstrucción de arteria central de la retina (OACR). Causada generalmente por un émbolo carotídeo o cardiogénico y, de forma menos frecuente, por arteritis de células gigantes. Se produce pérdida completa de visión (incluso no percepción de luz) en segun- dos. Hay DPAR marcado. FO: retina blanquecina y edematosa con mácula rojiza (“mancha MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1450 | Capítulo 162 rojo cereza”). Tratamiento: No hay evidencia científica sólida sobre la utilidad de los tra- tamientos médicos clásicos (paracentesis de cámara anterior, masaje ocular, tratamiento hiperbárico, etc.). No existe aún evidencia del beneficio del tratamiento fibrinolítico. El pronóstico es muy desfavorable. De manera preferente se debe buscar la causa de los ém- bolos (realización de ecografía doppler carotídea y ecocardiograma) y realizar un estricto control de factores de riesgo cardiovascular. • Desprendimiento de retina. Visión de una cortina que afecta a parte o todo el campo de visión y suele estar precedida de visión de “moscas” o cuerpos flotantes (miodesop- sias) con o sin visión de luces (fotopsias). Se diagnostica mediante FO. El tratamiento es quirúrgico de manera preferente. • Maculopatías. Suelen referir metamorfopsias, escotoma central, micropsias o macrop-sias y alteración en la percepción de los colores. El diagnóstico se realiza con el fondo de ojo. Dependiendo de la maculopatía hay diferentes opciones terapéuticas, pero no precisan tratamiento de forma urgente (sí preferente). • Hemovítreo. Pérdida de visión acompañada de fulgor rojo que impide visualizar retina. Las causas más frecuentes son retinopatía diabética proliferativa, obstrucciones venosas retinianas y traumatismos. Dependiendo de la etiología hay diferentes opciones terapéu- ticas, pero no precisan tratamiento de forma urgente (sí preferente). 3. PÉRDIDA PROGRESIVA, GENERALMENTE BILATERAL Y PERMANENTE (INDOLORA) • Defecto de refracción. • Cataratas. • Glaucoma de ángulo abierto. • Neuropatía óptica tóxica-metabólica: abuso de alcohol-tabaco, desnutrición, anemia per- niciosa, fármacos (etambutol, cloranfenicol, isoniacida, digital, cloroquina, estreptomici- na, disulfirán), alcohol metílico o metales (plomo). • Neuropatía compresiva: causado por tumores de nervio óptico (glioma, meningioma, etc.) o cualquier masa orbitaria (tumor, pseudotumor inflamatorio, exoftalmos tiroideo, fístula carótido-cavernosa). FO: papila de aspecto normal, edematosa o atrófica en casos evolu- cionados. Requieren prueba de imagen. • Retinopatía diabética y otras retinopatías. • Degeneración macular asociada a la edad (DMAE). • Enfermedad corneal crónica (distrofia corneal). 4. PÉRDIDA DE VISIÓN POSTRAUMÁTICA (ver capítulo 161: traumatismo ocular) BIBLIOGRAFÍA Moreiras Piastrelini P, Ibáñez Ruiz M, Hernández Moreno F. Pérdida de visión de causa ocular. En: Julián-Jimé- nez A, coordinador. Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias. 4ª Ed (reimpresión 2016). Madrid; SANED SL: 2016. pp. 1275-80. Arriola Villalobos P, Cabrejas Martínez L, Alejandre Alba N. Pérdida de visión brusca. En: Manual de urgen- cias 3º edición. Bibiano Guillén C. Editor. Ed. Madrid; 2018. pp. 1148-52. Muth CC. Sudden Vision Loss. JAMA.2017;318(6):584. Hayreh SS. Central retinal artery occlusion. Indian J Ophthalmol. 2018;66(12):1684-94.
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