Logo Studenta

Resumen U4 (Bloque 6) - Historia RRII

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

HISTO DE LAS RRII CONTEMPORÁNEAS
UNIDAD IV
El orden de Viena con eje en Londres-Berlín
Bibliografía:
- ZORGBIBE: “Historia de las RRII” [tomo I] (páginas 23-80)
- POTEMKIN: “Historia de la Diplomacia” [tomo II] (páginas 20-212)
- RENOUVIN: “Historia de las RRII” [tomo II] (páginas 336-432)
RESUMEN:
1° sistema: (1873-1878)
· Acuerdo de los Tres Emperadores (1873): Alemania, Rusia y Austria Hungría.
Acuerdo ruso-alemán y austro-ruso. Bismarck se une al último. 
· Final por: Alerta de 1875 y crisis balcánica de 1877-78. Firma del Acuerdo de San Stefano (1878), y posterior revisión en el Congreso de Berlín (1878).
2° sistema: (1879-1887)
· Dúplice (1879): Alemania y Austria Hungría.
· Nuevo Acuerdo de los Tres Emperadores (1881). 
· Triple Alianza (1882): Alemania, Italia y Austria Hungría. 
· Final por: crisis del nacionalismo boulangerista (1887) y crisis de Bulgaria (1884-1885).
3° sistema: (1887-1890)
· Dúplice (1879). 
· Renovación de la Triple Alianza (1887).
· Acuerdo del Mediterráneo (1887): Italia y UK. Adhesión de Austria-Hungría y España.
· Tratado de Reaseguro (1887): Alemania y Rusia.
· Final por: caída de Bismarck (1890). Comienzo weltpolitik.
EL IMPERIO ALEMÁN Y EL EQUILIBRIO EUROPEO
La proclamación de Versalles: La proclamación de Guillermo I como emperador en 1871 en el Palacio de Versalles anunció la constitución de un nuevo Reich alemán (Imperio) (Paralelamente en Francia se sustituye el Imperio de Bonaparte por la 3° República). Alemania se convierte en potencia: demográfica (gran cantidad de población), económica (gran cantidad de industrias), militar (poseía el mejor ejército del mundo, con gran cantidad de efectivos; a pesar de esto, todavía no era potencia naval).
Al pie del trono se encontraba el arquitecto de la unidad alemana: Otto von Bismarck. Él se preguntaba: ¿Cómo recibirían las grandes potencias al nuevo Estado federal de Europa central? Su espíritu estaba atormentado por la pesadilla de una pronta recuperación de la Francia vencida y de la creación de una coalición contra Alemania. Por lo tanto, se fijó como meta declarada el mantenimiento del aislamiento de Francia y la construcción de una sólida red de alianzas favorables a Alemania (objetivo de los sistemas bismarckianos).
Un equilibrio para Europa: Las condiciones impuestas a Francia por el tratado de Frankfurt (10/05/1871, luego de la guerra franco prusiana) fueron las de una paz retrospectiva que pretende aplastar al vencido, pues la anexión de Alsacia y Lorena mutiló el territorio francés, fortificando el antagonismo franco-alemán, lo que impedirá una paz duradera en Europa. Sobre la escena continental, surge una nueva relación de fueras caracterizada por la preponderancia alemana. 
El arquitecto de la unidad alemana se convertirá en un artífice de la paz, aislando o paralizando a sus eventuales adversarios. Al día siguiente de la victoria, Bismarck puede permitirse ser decididamente pacifista: no prevé nuevas conquistas para Alemania, pero su paz será una paz construida sobre la preponderancia alemana, preservando su hegemonía de hecho en Europa. Preponderancia militar, económica y demográfica, pues el ejército alemán es el mejor del mundo; la industria conoce un rápido crecimiento basado en las riquezas mineras, abundante mano de obra y la contribución de las indemnizaciones francesas por la guerra. Preponderancia reconfortada por la cohesión y el orgullo nacionales.
1° SISTEMA:
Acuerdo de los 3 Emperadores: Con el fin de negociar una alianza con las principales potencias continentales destinada a mantener el statu quo europeo, Bismarck se dirigió en primer lugar hacia Austria. Desde 1867, el Imperio austríaco se había convertido en la monarquía dual, redefiniéndose en torno a la nación austríaca y húngara. En su interior, la población de Austria-Hungría se encontraba fragmentada (“mosaico de pueblos”). Desde el punto de vista político, era un Estado sumamente vulnerable; en lo económico, continuaba siendo un país agrícola, al margen de la revolución industrial; y en cuanto a lo militar, sus efectivos eran modestos. En 1871 Andrassy asume como Ministro de Asuntos extranjeros.
Tras la victoria de Prusia en Sadowa (1866), Bismarck rehusó humillar a Austria arrancándole nuevos territorios. Él pretendía convertir a Austria en su socio.
Los 2 Emperadores se encontraron en 1871. Más tarde asume Andrassy al Ministerio austro-húngaro de Asuntos Exteriores (para satisfacción de Bismarck). Andrassy no sentía ningún tipo de nostalgia por la hegemonía austríaca en Alemania, y estaba mucho más preocupado por los intereses húngaros que le hacían dirigir la mirada hacia los Balcanes. Veía en Rusia y en los eslavos a los principales enemigos, y en Alemania y UK a los mejores aliados.
El acercamiento al Imperio ruso podía ser favorecido por los fuertes lazos económicos entre las 2 potencias. Rusia acababa de comenzar su revolución económica para la que necesitaba los productos, los capitales y los expertos alemanes. 
No obstante, la diplomacia zarista se orienta hacia el control de los estrechos, el acceso al Mediterráneo y la expansión en los Balcanes. Si bien Austria-Hungría consideraba a Rusia como enemigo, había fracasado en sus intentos de buscar un aliado contra Rusia, por lo que ha Andrassy no lo quedó más alternativa que aliarse con ella. También la Rusia zarista tenía motivos para buscar el acercamiento. La perspectiva de una colaboración austro-alemana asustaba al zar; y además, el acercamiento a Austria era para Rusia muy seductor, por cuanto privaba a UK del único aliado posible (Rusia y UK eran enemigos. Se disputaban, por motivos estratégicos y económicos, distintos territorios en Medio Oriente).
En 1872 los 3 Emperadores se reúnen para conversar. Así es como entre 1872 y 1873 se constituye el primer sistema de Bismarck, la Entente de los 3 Emperadores, de la mano de dos acuerdos. En 1873 Alemania y Rusia concluyen una alianza defensiva: “Si cualquier potencia europea ataca a uno de los 2 imperios, este último, en el plazo más breve posible, recibirá ayuda del otro”.
El zar se dirige a Viena e intenta conseguir la adhesión austríaca al convenio ruso-alemán. Pero estos se niegan a hacerlo. En su opinión, ello podía arrastrar a Austria a la guerra contra UK. En lugar del convenio militar, los austríacos proponen a Rusia un acuerdo de otra índole, finalmente suscrito en Schönbrunn en 1873. Francisco José (Austria) y Alejandro II (Rusia) se comprometen a consultarse en caso de agresión de una tercera potencia, determinando una postura en común. En 1873, Guillermo I se adhiere a este acuerdo. Aquí termina de conformarse la Alianza de los 3 Emperadores, aunque más que una alianza, era un pacto consultivo.
La creación de la alianza austro-ruso-alemana era la maniobra diplomática con ayuda de la cual Bismarck pensaba anticiparse a la temible coalición de Austria, Francia y Rusia.
La crisis de la guerra inminente. La alerta de 1875: Bismarck aseguraba que la hora del gran peligro para el futuro alemán llegará cuando Francia sea de nuevo considerada por las monarquías europeas digna de entrar en una alianza.
Ningún entendimiento era posible entre Francia y Alemania, y la humillación de Francia era la condición para la entrada de Alemania en el “círculo de los grandes”. Había que terminar con la preponderancia que Francia había ejercido sobre el continente durante la época del Segundo Imperio. Bismarck creía que “la única política correcta consiste en neutralizar al enemigo al que no podemos convertir en verdadero amigo y asegurarse toda clase de garantías contra él”.
Vista desde Berlín, la anexión al Reich de Alsacia y Lorena postraría psicológica y económicamente a Francia; pero el efecto será el contrario, pues conducirá al resurgimiento moral e industrial del país. En 1875 en Francia se reconstituye el crecimiento de la producción. La fuerza militar, gracias a la ley de servicio militar obligatorio (1872), logra su paridad de efectivos con Alemania.
Francia, con el fin de lograr una evacuación anticipada del territorioocupado, desea pagar anticipadamente la indemnización de guerra. Como consecuencia, se produce un vivo debate en Berlín entre el Estado Mayor, partidario de prolongar la ocupación militar, y Bismarck que considera prioritario el pago de la indemnización, pues, según el canciller, el pago retrasará la recuperación de Francia y, además, los gobiernos europeos son favorables a una rápida evacuación del territorio francés. Finalmente, en 1972 se firma un convenio por el cual Berlín admite el principio de pagos anticipados y la evacuación progresiva del territorio.
Bismarck es favorable a que Thiers (Ministro de Asuntos Exteriores francés) continúe en el poder, pues una Francia republicana no puede ser considerada por los soberanos europeos digna de entrar en una alianza, quedando como el mal ejemplo que no ha de imitarse. Es importante oponerse a cualquier tentativa de restablecimiento de la monarquía en Francia: “Para las monarquías aliadas europeas, el volcán parisino no representa ningún peligro en absoluto, se apagará por sí mismo haciendo un gran servicio al resto de Europa, indicando hasta dónde puede hundirse Francia cuando está sometida al gobierno popular republicano”. 
¿Ha logrado el acuerdo entre los 3 Emperadores aislar a Francia? La nueva crisis que estalla en 1875 va a permitir probar la eficacia del primer sistema de Bismarck. Ese año se aprueba en Francia una ley que aumenta el número de batallones por regimiento. Esto incrementa la tensión con Alemania, quien estuvo a punto de entrar en guerra contra ella. Sin embargo, las potencias reaccionaron, condenando cualquier tipo de enfrentamiento. Ellas temían un mayor fortalecimiento de Alemania.
La diplomacia francesa logra romper por primera vez su aislamiento, al lograr el apoyo de UK y Rusia. Francia y UK salen sumamente favorecidas de esto. El Acuerdo de los 3 Emperadores no ha funcionado.
La visión internacional de Bismarck: el Diktat de Kissingen
En 1875 estalla una nueva crisis balcánica. En 1877, durante la guerra ruso-turca, Bismarck, que se halla en Bad-Kissingen, envía a su hijo una carta sobre los objetivos a largo plazo de la política exterior alemana: es el célebre Diktat de Kissingen. Bismarck espera que la crisis balcánica alivie la pesadilla de las coaliciones. Señala cinco puntos que para él son esenciales: 
· Que los intereses fundamentales de Austria y Rusia se desplacen hacia el Este;
· Que se incite a Rusia a que adopte en Oriente y en sus propias costas una fuerte posición defensiva y que tenga necesidad de alianza con Alemania;
· Que Inglaterra y Rusia tengan el mismo interés por un statu quo satisfactorio, que el que tiene Alemania por que se mantenga;
· Que debido a la cuestión de Egipto y del Mediterráneo, Inglaterra permanezca separada de Francia que nos sigue siendo hostil;
· Que las relaciones entre Rusia y Austria les dificulte un trabajo en común en una conspiración contra Alemania, a la cual podrían sentirse inclinados los grupos centralistas o clericales en Austria.
¿Cuál será el juego de Alemania en ese contexto? Excluir cualquier nueva adquisición territorial, pero promover igualmente una concepción política global en el que todas las potencias, exceptuando a Francia, tengan necesidad del apoyo alemán. La idea del canciller consiste en presentar el papel de Alemania, no como el de un árbitro, sino como el de un intermediario honesto, cuyo interés será el de conducir los asuntos a buen término.
LA CRISIS DE LOS BALCANES Y LA REFORMA DEL SISTEMA DE BISMARCK
La cuestión de Oriente: Opinión de Bismarck respecto a la cuestión de Oriente: “Lo importante no es seguir las relaciones de Turquía con sus súbditos o con las potencias europeas, sino saber si los desórdenes producidos por la crisis de Oriente nos causarán una discrepancia duradera con Inglaterra, Austria o Rusia”.
La nueva crisis de Oriente estalla en 1875 (y se prolonga por 3 años) en Bosnia y Herzegovina con la insurrección de las poblaciones cristianas sujetas al yugo otomano. El campesinado y los artesanos de las ciudades, abrumados por los impuestos turcos y por las cargas señoriales, se sublevan contra la nobleza local. 
En 1876, los disturbios alcanzan los territorios búlgaros, en donde tanto el clero como los intelectuales, organizados en una red de comités revolucionarios incitados por la Iglesia búlgara, separada del patriarcado de Constantinopla, sublevan a las poblaciones rurales y lanzan la consigna de la independencia. En 1876, los 2 principados autónomos de Serbia y Montenegro declaran la guerra al Imperio otomano.
La intervención de las potencias europeas será determinante. Pero estas se encuentran divididas. La burguesía austríaca y los terratenientes húngaros eran los peores enemigos de la libertad de los pueblos eslavos. Dominando extensos territorios poblados por eslavos, si la causa eslava triunfaba, corrían el riesgo de perder una gran parte de sus tierras, mercados, riquezas y poder. Al objeto de impedir la emancipación de los pueblos eslavos, el Gobierno austro-húngaro trataba de mantener la integridad del Imperio otomano. 
Por el contrario, Rusia protegía el movimiento nacional de eslavos. El gobierno ruso consideraba a los eslavos como aliados contra Turquía y Austria-Hungría. Estos 2 eran rivales de Rusia en la lucha por la dominación en el Cercano Oriente, y sobre todo, en la península de los Balcanes. Los intereses capitales del Gobierno zarista en el Cercano Oriente se centraban en el problema de los estrechos. En aquella época, el Bósforo y los Dardanelos tenían la mayor importancia para todo el Sur de Rusia. Eran la única salida de todo el comercio marítimo de la Rusia meridional y a través de ellos podrían penetrar hasta sus costas las escuadras enemigas, tal como había sucedido durante la guerra de Crimea. Si Turquía se desmoronaba, uno de los pretendientes a aumentar su influencia allí era UK, debido a que por allí cruza la ruta desde Europa hacia la India.
El emperador Francisco José (Austria-Hungría), siguiendo el consejo de quienes proponían la ocupación de Bosnia y Herzegovina, visitó la vecina Dalmacia y se reunió con el representante del clero católico de Herzegovina. Rusia, movida por el doble deseo de mantener el prestigio de Rusia entre los eslavos y de no enemistarse con Austria-Hungría, decidió realizar la intervención en los asuntos balcánicos en contacto con esta potencia. Semejante política de “colaboración” austro-rusa ocultaba de hecho la rivalidad de ambas “aliadas” por la influencia en los Balcanes. Para cada una de ellas el sentido de la colaboración consistía en no permitir a la otra que actuase por su cuenta.	
En 1876 el gobierno del Zar hace saber que no tolerará más actos de represión de Turquía en los Balcanes. Para evitar la intervención de San Petersburgo, Inglaterra reúne en diciembre una conferencia en Constantinopla con el fin de obtener del Sultán reformas voluntarias, sobre cuya necesidad todos los Grandes están de acuerdo empezando por la concesión de la autonomía administrativa para búlgaros y bosnios.
En 1877 se inicia la guerra ruso-turca (1877-1878), cuando Rusia declara la guerra al Imperio Otomano, después de haber tomado unas últimas precauciones por medio de un acuerdo secreto firmado con Viena, por el cual Austria-Hungría garantiza su neutralidad favorable a cambio de Bosnia-Herzegovina y del compromiso ruso de no entrar en los territorios serbios. Por otro lado, Gorchakov, con el fin de atraerse a UK, se compromete a no conquistar Constantinopla y no imponer una revisión unilateral del estatus de los Estrechos.
Turquía se encuentra invadida por los dos lados y Constantinopla amenazada. En Londres se considera que Rusia ha ido demasiado lejos. UK envía la escuadra del Mediterráneo a lo largo de las costas turcas. Ante el ultimátum británico, los ejércitos del Zar se detienen frente a Constantinopla.
La guerra terminó con la firma del Tratado de San Stefano (1878) entre Turquía y Rusia. 
· Este es muy favorable a Rusia que anexiona algunos territorios en Asia y Europa, los cualesintercambia con Rumania a cambio de la Besarabia del sur; 
· Se establece la soberanía de Serbia y Montenegro, las cuales obtienen algunas ventajas territoriales;
· Austria-Hungría se hace cargo de la administración de Bosnia y Herzegovina. Allí debían aplicarse reformas favorables a la población cristiana;
· Turquía debía pagar compensaciones de guerra.
· Se crea un gran Estado búlgaro, que se extiende desde el Danubio hasta el mar Egeo, y será vasallo y tributario del Imperio otomano, pero gobernado por un príncipe elegido por Rusia. San Petersburgo ha conseguido un incremento territorial y el comienzo de una zona de influencia sobre las ruinas del Imperio Otomano.
El gobierno de UK temía que con la inclusión de Bulgaria en la zona de influencia de Rusia, ésta se convertiría una potencia mediterránea. Las nuevas fronteras de Bulgaria pasaban tan cerca de Constantinopla que los estrechos y la capital turca se veían amenazados.
Londres y Viena rechazan el tratado de San Stefano. En 1878 UK pone en alerta a su flota. El Zar cede y acepta la revisión de las cláusulas del tratado por un congreso europeo, en el entendimiento de negociar previamente con Austria-Hungría y UK el estatus y los límites de Bulgaria. Se reúnen en el Congreso de Berlín (1878) las 6 grandes potencias europeas y Turquía, bajo la presidencia de Bismarck (los estados balcánicos solo podían asistir como observadores).
El acta final del Congreso de Berlín modifica profundamente las disposiciones de San Stefano. La Gran Bulgaria queda dividida en dos principados, formando los distritos del norte una Bulgaria autónoma (cuyo príncipe sería elegido libremente por la población), mientras que la Rumelia oriental queda bajo soberanía turca y una tercera parte de la antigua Gran Bulgaria es devuelta a Turquía. Se reconoce la independencia de Serbia y de Montenegro. Por su parte Austria-Hungría administrará provisionalmente Bosnia-Herzegovina. UK obtiene la administración de Chipre en compensación por sus servicios.
La rivalidad autro-rusa no ha quedado resuelta y la multiplicación de los principados crea un vacío político que favorece las luchas de influencias y las intrigas entre Viena y San Petersburgo, las cuales se prolongarán, de crisis en crisis, hasta 1914. Se logra una relajación de la tensión franco alemana, logrando Francia recuperar su rango de gran potencia europea en el Congreso de Berlín.
Al concluir el congreso, el Zar se lamenta al considerar muerto el acuerdo entre los 3 Emperadores. Por el contrario, Londres está plenamente satisfecho por esto. El primer sistema de Bismarck se hunde. La pesadilla de las coaliciones parece volver de forma inevitable, por lo que el canciller alemán se ve obligado a buscar nuevas fórmulas diplomáticas.
Rivalidades europeas en el Mediterráneo: Inmediatamente después del Congreso de Berlín, las rivalidades europeas en el Mediterráneo (franco-italiana en Túnez, franco-británica en Egipto) contribuyen muy oportunamente en favor de Bismarck, al mantenimiento del aislamiento diplomático de Francia.
Teóricamente Túnez está bajo soberanía otomana, pero el bey actúa como un soberano independiente. En 1861 promulgó una constitución, pero en 1869 se ve forzado a traspasar la gestión de sus finanzas a una comisión de la deuda tunecina. A partir de ese momento, 3 Estados intenta controlar la evolución del país:
· Italia, que desde siempre ha considerado a Túnez como la puerta natural de su país para la expansión;
· UK, dueño del “cerrojo” de Malta, reticente a la presencia de una gran potencia en el estrecho de Sicilia;
· Francia, que considera que la conquista de la vecina Argelia le confiere una preponderancia de hecho sobre el conjunto del norte de África. 
2 Acontecimientos parecen facilitar repentinamente los proyectos tunecinos de Francia. En los pasillos del congreso de Berlín, Bismarck animó en este sentido al ministro francés de Asuntos Exteriores, con el fin de desviar el deseo de revancha francés por los territorios de Alsacia y Lorena, guiándole hacia aventuras coloniales, pero igualmente con la esperanza de enemistar definitivamente a Francia con Italia.
UK, en el momento en que se apoderó de Chipre e impuso en Egipto el régimen del condominium, sintió la necesidad de dejar a Francia obtener una compensación. Se daba cuenta de que Túnez no podría permanecer independiente, y prefería que cayese en manos de Francia que en las de Italia, porque no deseaba que las dos orillas del estrecho de Sicilia estuviesen en poder de la misma potencia.
En 1881 Francia decide intervenir, y luego firma el tratado del Bardo con el bey, donde se establece un protectorado francés sobre Túnez. La opinión pública italiana se indigna y los parlamentarios, irritados, obligan al gobierno de Cairoli a presentar su dimisión. Aislada internacionalmente, Italia no intentó apropiarse de Túnez. Los nuevos gobernantes están decididos a que no vuelva a producirse una humillación semejante en el futuro, ofreciéndoles oportunamente para ello la alianza alemana.
Del mismo modo, la competencia por el control de Egipto va a alterar las relaciones franco- británicas. Los intereses franceses, financieros y culturales, son predominantes: desde la expedición de Bonaparte a los trabajos de perforación del canal de Suez en la época del Segundo Imperio, el contacto con Egipto se mantuvo. Pero UK va a lograr eliminar a Francia en pocas etapas: la compra en 1875 de las acciones de la compañía del Canal; la instauración en 1876 de una doble tutela franco-británica sobre el jedive Ismaíl por medio de la Cada de la Deuda Pública, y la sustitución en 1879 del rebelde soberano egipcio por su hijo; pero frente a la agitación nacionalista, UK interviene sola aplastando al ejército egipcio. Dueña de Egipto, UK notifica a Francia el fin de la tutela conjunta. Francia rehúsa aceptar el hecho consumado y exige a UK que fije un término a su ocupación, comenzando a llevar a cabo desde entonces una política de provocaciones a pequeña escala.
2° SISTEMA:
La Triple Alianza: Ante la disyuntiva de cómo mantener a Austria-Hungría y Rusia en la esfera alemana, pese a los riesgos de enfrentamiento en los Balcanes de estas dos potencias, Bismarck se inclinará por Viena como aliada privilegiada, al tiempo que Italia se une al campo de las Potencias Centrales, manteniendo así un canal de comunicación entre éstas y Rusia. En 1879, Alejandro II dirige a Guillermo I una “carta de desafío”, exigiendo al Reich que definiera su línea diplomática para el futuro y acusaba al canciller Bismark de mantener deliberadamente la confusión y las tensiones. Una nueva aproximación al Imperio zarista alejaría a Alemania de Austria y esclavizaría la política alemana a los designios de San Petersburgo.
Bismarck puso grandes ambiciones en el acercamiento a Viena: se trataba de restablecer la alianza defensiva que había existido durante 50 años entre Prusia y Austria bajo la forma de la difunta Confederación germánica, que habría de ser actualizada; además, las consecuencias internas de tal alianza serían considerables ya que la popularidad de semejante liga para la paz en las opiniones públicas alemana y austríaca estaría asegurada; la alianza se convertiría en un instrumento de apaciguamiento en el interior que permitiría entrar en el juego político a los vencidos de 1866, a los partidarios de una Fran Alemania que habría incluido a Austria.
Bismarck y Andrassy, reunidos en Gastein, firman un tratado, creando la Dúplice (1879) o Doble Alianza (entre Alemania y Austria-Hungría). La insuficiente de la Doble Alianza ha hecho que Bismarck mantenga contacto con Rusia. 
Alemania, Rusia y Austria-Hungría firman el nuevo Acuerdo de los 3 Emperadores (1881). No constituye una alianza en sentido estricto, sino un compromiso de neutralidad recíproca y benevolencia en caso de conflicto con una cuarta potencia, así como el comienzo de una política común con respecto al Imperio Otomano, ya que Viena y San Petersburgo se comprometen a no modificar unilateralmente la situación en los Balcanes;Austria-Hungría podrá anexionar Bosnia-Herzegovina, de cuya administración se encarga desde el Congreso de Berlín; Rusia podrá reunir en un solo Estado los principados búlgaros.
Un año después obtiene Bismarck la tan deseada asociación contra Francia al unirse Italia a la Doble Alianza. Italia, que desea ascender al rango de gran potencia, está convencida de que la asociación con la Alemania de Bismarck le facilitará la entrada en el concierto de los Grandes. Por lo tanto, se forma la Triple Alianza (1882), a través de un tratado secreto válido por 5 años: si Italia es atacada, sin provocación directa, por Francia, contará con el apoyo de Alemania y Austria-Hungría y, a su vez, si es Alemania la atacada por Francia, se beneficiará igualmente del apoyo italiano. Además, cada parte contratante se obliga a intervenir en caso de que uno de los aliados sea atacado por dos o más grandes potencias y promete su neutralidad si uno de los socios se ve obligado a emprender una guerra de agresión.
En 1882 el sistema de Bismarck parece consumado. La Triple Alianza y el Tratado de los 3 Emperadores se enriquecen por cordiales relaciones con España, y por el antagonismo franco-británico en Egipto.
EL APOGEO DEL SISTEMA DE BISMARCK
Las tentativas de penetración diplomática en Europa occidental: Bismarck parecía haber concedido muy poca atención a la importancia económica de las posesiones ultramarinas. Bismarck había dicho: “mientras yo sea canciller del Reich, no llevaremos a cabo ninguna política colonial. Nuestra marina no es capaz de navegar y no podemos arriesgarnos a exponer puntos vulnerables en lejanos continentes que serían presa de los franceses a la primera de cambio”. Pretendía evitar que aventuras exteriores acrecentasen la vulnerabilidad natural de una Alemania situada en el centro de Europa.
Sin embargo, en torno a los años 1883/84 se esboza en Berlín una tentación colonial. El Reich comienza de repente a exponer pretensiones sobre la esfera de influencia británica: la bahía de Angra Pequeña, en el sudoeste africano, Togo, Camerún y el África oriental.
Este inicio de ambición colonial debe ser relativizado pues no se trataba de un fin en sí mismo, sino que se inscribía en el marco más general de la política continental, ya que no era más que una palanca suplementaria para poder influir en la escena europea: el objetivo sigue siendo impedir un entendimiento entre UK y Francia. Antes, Bismarck había utilizado Egipto y el Mediterráneo; en adelante, se trata de favorecer la posición de Francia para mantener la oposición de intereses entre las dos potencias. El acercamiento a Francia será la continuación, seguida, en un segundo tiempo, por otro a UK que para entonces habrá tomado conciencia de su marginalización.
La última tentativa de penetración diplomática hacia Europa occidental tiene lugar en 1888, cuando Bismarck multiplica los sondeos para una aproximación a UK. El canciller propone no solamente un tratado que sería solemnemente ratificado por ambos parlamentos, sino también una preparación psicológica de las opiniones públicas de los 2 países.
El general Boulanger y las tensiones franco-alemanas: Boulanger, el “general revancha”, ministro de la Guerra en Francia, quiere restaurar el honor nacional y modernizar al ejército. “El revanchismo francés había encontrado eco el ministro Boulanger que, unido a la Liga de los patriotas, causaron un periodo turbulento en la vida pública francesa entre 1887 y 1889. La acción del boulangerismo se encaminó a denunciar la debilidad del gobierno frente a Alemania, abogando por una doctrina reaccionaria y nacionalista. Sin embargo, Francia no quería verse arrastrada por la vorágine nacionalista a una nueva guerra con Alemania sin apoyo de otras naciones. La medida aprobada fue no renovar a Boulanger para el siguiente gabinete. Francia necesitaba evitar la guerra pero sin parecer débil a ojos de Berlín” (Wikipedia). 
La nueva crisis balcánica: Una nueva crisis balcánica estuvo a punto de deshacer el sistema de alianzas de Bismarck. Rusos y austríacos entraron en una intensa competencia con el fin de extender sus influencias en los Principados orientales, pese al tratado de los 3 Emperadores que estipulaba un estricto respecto del statu quo.
En 1885 Rumelia oriental se subleva y obtiene la unión con Bulgaria consumándose la “Gran Bulgaria” del tratado de San Stefano. Pero esta unión anteriormente deseada por Rusia, coge por sorpresa a San Petersburgo, pues el príncipe de Bulgaria, Alejandro de Battenberg, sobrino del Zar, decidió aproximarse a los nacionalistas. 
La posición rusa no es mejor en Rumania, cuyo rey es muy favorable a Alemania, pero reticente hacia Austria-Hungría. Bismarck interviene en favor de Austria-Hungría y promueve el tratado secreto de 1883 entre Bucarest y Viena, que es una alianza defensiva que será conocida inmediatamente en San Petersburgo. Más adelante, Rusia promueve un golpe de estado a Alejandro de Battenberg. En 1887, Fernando de Sajonia-Coburgo, oficial del ejército austríaco y candidato del gobierno de Viena, es elegido príncipe de Bulgaria por la Asamblea Nacional. Nuevo fracaso para la diplomacia rusa: el Zar declara caduca la alianza de los 3 Emperadores, y Bismarck se niega a intervenir en el asunto búlgaro.
3° SISTEMA:
Bismarck se vuelve a situar en la línea de las alianzas, aunque con un escepticismo producto de la no realización de los objetivos que había fijado para la Doble y después la Triple alianza.
El 3° sistema de Bismarck es un sutil entrelazado de tratado que contiene un principio original: los Acuerdos Mediterráneos (1887), un convenio secreto anglo-italiano sobre el futuro de la cooperación en el Mediterráneo. Bismarck había urgido a Italia para que completase su alianza con Alemania mediante una entente con UK. Londres y Roma se esforzarán por el mantenimiento del statu quo en el Mediterráneo, en el Egeo y en el Mar Negro. Los dos gobiernos cooperarán en la protección de los intereses respectivos de UK en Egipto y de Italia en Tripolitania. El acuerdo está dirigido claramente contra Francia, e incluso contra Rusia, al mencionar el cierre de los estrechos. Lo esencial es el establecimiento de una relación entre la Triple alianza y UK. La existencia de un compromiso de Londres es más importante que el contenido exacto del mismo. Austria-Hungría y España se asocian a los acuerdos mediterráneos. La Triple Alianza parece ampliar implícitamente sus filas y extender el ámbito de su intervención geográfica, obteniendo Viena el apoyo tácito de UK en el Mediterráneo oriental y en los Balcanes y manteniéndose Alemania como socio invisible.
La Triple Alianza es renegociable a partir de 1887, pero no puede pura y simplemente prorrogarse porque la diplomacia italiana está en mejor posición que en 1882. Se firmaron 2 acuerdos, germano-italiano y austro-italiano, reunidos en un protocolo final, prolongando la Triple Alianza por otros 5 años. El acuerdo entre Italia y la Doble Monarquía preveía que en caso de extensión de Austria-Hungría en los Balcanes, Italia sería consultada y recibiría una compensación igual. El compromiso alemán era más fuerte: Berlín concedería apoyo militar a Italia, inquieta por las intrusiones de Francia, en caso de que iniciase una guerra contra ésta. Defensiva en el origen, la Triple Alianza se convertía así en ofensiva.
Persiste el riesgo de una alianza franco-rusa que se atravesaría en la nueva construcción bismarckiana. La Entente de los 3 Emperadores expira en 1887, y el Zar se rehúsa a prorrogarla. Sólo la desconfianza de Alejandro III hacia el régimen republicano va a permitir a Bismarck mantener un vínculo con Rusia, que se plasmará en el Tratado de Reaseguro (1887), concluido por 3 años, de forma ultra secreta. Rusia promete su neutralidad a Alemania en caso de que estalle una guerra defensiva con Francia, y, a cambio, Alemania apoyará la política rusa en las Estrechos y en Bulgaria, reconociendo su legitimidad allí. Es un compromiso perfectamente contradictorio, en su espíritu, con el suscritoen el marco de la Triple Alianza. Alemania se compromete a mantenerse neutral frente a un conflicto anglo ruso que sabía que no iba a suceder, debido a los Acuerdos Mediterráneo. 
El apogeo de la diplomacia bismarckiana supone el total aislamiento de Francia. Pero la diplomacia bismarckiana reposa sobre el secreto y contiene compromisos contradictorios cada vez más delicados de manejar.
Una apariencia de apogeo: A medida que transcurre la década de los 80, Bismarck es cada vez más pesimista sobre el futuro.
La política pacifista y la de seguridad fueron las 2 columnas de la política exterior bismarckiana.
LA POLÍTICA EXTERIOR ALEMANA DE BISMARCK A GUILLERMO II
El conflicto entre Guillermo II y Bismarck: Cuando Guillermo I muere en 1888, Federico III, que subió al trono a los 70 años, agonizaba también él, víctima de un cáncer de laringe. Tuve un corto reinado de 3 meses hasta su muerte. Asume Guillermo II en 1888, como emperador alemán. El nuevo soberano quiere asumir por sí mismo las responsabilidades del poder. El conflicto con Bismarck estalla a propósito de la política interior.
Tanto para Bismarck como para Guillermo II, los socialistas y los anarquistas son los enemigos del Imperio y deben ser eliminados. Únicamente difieren los medios para la lucha. Bismarck quiere combatirlos, como lo ha hecho siempre, con leyes de excepción (exilio, destierro, suspensión del derecho de voto); pero Guillermo II está movido por una especie de absolutismo populista mezclado con paternalismo: “Los obreros son mis súbditos y he de ser solicito con ellos”. En 1890 Bismarck renuncia a su cargo.
Weltpolitik (política mundial): El conflicto diplomático entre Guillermo II y Bismarck tiene raíces profundas. Se enfrentaba dos visiones de las rrii y también dos Alemanias. Bismarck quería mantener la preponderancia continental de Alemania; la potencia alemana no debía dispersarse. Guillermo II era el hombre de la nueva dirección diplomática, según la cual Alemania no debía estar limitada a la patria, y el dominio alemán debía extenderse a través del mundo entero, con su desarrollo industrial y financiero, sus colonias y sus mercados. La Alemania de Bismarck, la de las provincias rurales del este, cuna de la unidad, se borra ante la Alemania de la Weltpolitik: empresarios y negociantes con ambiciones a escala planetaria, sed de prestigio y voluntad de poder.
La no renovación del tratado de Reaseguro: El primer asunto que la nueva diplomacia alemana debía solucionar era el de las relaciones con Rusia. Bismarck había iniciado las negociaciones para la renovación del Tratado de Reaseguro. El gobierno alemán se preguntaba si existía algún interés en proseguirlas. Luego de la caída de Bismarck, el gobierno alemán renunció a mantener con Rusia un lazo secreto y abandonó así el rasgo esencial de la política bismarckiana. Los nuevos dirigentes de la diplomacia alemana aseguraban que si el Tratado de Reaseguro llegase a ser conocido, causaría problemas en las relaciones de Alemania con Austria-Hungría y pondría al descubierto la duplicidad de la política exterior alemana. 
Con esta medida, empezó a prepararse el acontecimiento que Bismarck había intentado prevenir: Rusia, aislada, se orientó hacia la alianza con Francia. Al romper demasiado rápidamente con la política de Bismarck, Guillermo II preparaba, a cambio de ilusorios éxitos a través del mundo, el aislamiento progresivo de Alemania en Europa.
La diplomacia de Bismarck trataba de conjurar el peligro de la guerra en 2 frentes, buscaba el aislamiento de Francia y quería preparar una guerra localizada contra ella. Pero el nuevo canciller alemán consideraba esto como irrealizable. Él adoptó un “curso nuevo”. Su diplomacia partía de la premisa de que Alemania debía estar preparada para la guerra contra el bloque franco-ruso. De lo que se trataba era de crear, con vistas al éxito en la guerra de 2 frentes, una agrupación de potencias que por su fuerza superase a Rusia y Francia juntas. La clave de esto se encontraba en la alianza con UK. Sin embargo, Alemania fracasa en su intento de aproximación a UK. El creciente poderío de Alemania movía a los políticos británicos a mirar con creciente hostilidad y recelo a Alemania, y a acoger con desconfianza los ofrecimientos que le hacía.
 Espléndido aislamiento del Reino Unido: (este tema está desarrollado en el resumen del primer bloque de la unidad 4, donde habla de potencias occidentales vs. conservadoras)
(Wikipedia): Es un término que hace referencia a la política exterior que mantuvo el Imperio Británico a finales del siglo XIX. Según esta doctrina, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda debía evitar el establecimiento de alianzas permanentes con ningún país del globo para la defensa de sus intereses. Esta política fue seguida por primeros ministros como Benjamin Disraeli o el Marqués de Salisbury. Se considera que esta política egoísta fue seguida por el Reino Unido debido a las dificultades con las que tropezaba para mantener su hegemonía. Un país con una creciente población, dependiente de las importaciones de materias primas, con el menor ejército de todas las grandes potencias y con las fronteras más extensas que defender, no podía comprometerse con ninguno de sus vecinos, puesto que podría llegar a peligrar su supervivencia.
LA ALIANZA FRANCO RUSA:
Durante largo tiempo, el obstáculo para una alianza franco-rusa había sido la profunda diferencia de regímenes políticos. Alejandro III sentía deprecio por la República. Las primeras aproximaciones entre ambos tuvieron lugar en el terreno financiero, pues al haber cerrado Alemania su mercado a los valores rusos, los banqueros franceses hicieron ofertas.
Fue el temor al aislamiento lo que llevó a Rusia a entablar conversaciones con Francia a partir de 1890. Se inician los meses de la entente cordial franco-rusa. San Petesburgo duda en dar el paso decisivo para concluir una alianza. El Zar confía todavía en un acuerdo secreto con Alemania, pero en Berlín el canciller rechaza todos los sondeos rusos. La renovación anticipada de la Triple Alianza en 1891 inquieta a Rusia que se siente aislada.
Los orígenes de la alianza franco-rusa: de la antipatía a la entente cordial: Las negociaciones para la alianza van a durar 2 años y medio. El gobierno ruso se ha decidido ya a firmar un acuerdo político, pero no la convención militar que lo completaría.
En 1891, el Ministro de Asuntos Exteriores, Ribot, precisa los fines franceses en un proyecto de acuerdo enviado a su embajador en Rusia: los dos gobiernos deberían concertarse sobre todo problema que pusiese en peligro el mantenimiento de la paz en Europa; deberían movilizar simultáneamente sus fuerzas en cuanto uno de los países unidos en la Triple Alianza movilizase las suyas, determinándose por medio de un convenio militar las condiciones de esta movilización. Se trataría pues de un acuerdo defensivo que tendría como principal finalidad la protección contra la Triple Alianza.
Rusia responde que desearía que el acuerdo se extendiese a los conflictos surgidos fuera de Europa, apuntando con ello a la política inglesa también. Además, la movilización de las fuerzas no sería automática (las dos partes avisarían “si lo consideran necesario”) y la discusión de un convenio militar quedaba pospuesta por temor a que Alemania lo tomase como una provocación. Con estas condiciones, se firma el intercambio de cartas en 1891.
En 1892 se firma un acuerdo militar secreto entre Rusia y Francia. No es el simple complemento técnico del intercambio de cartas de 1891, sino que tiene el carácter de un verdadero tratado de alianza y establece un nuevo compromiso franco-ruso. 
Art. 1: “Si Francia es atacada por Alemania, o por Italia apoyada por Alemania, Rusia utilizará todas sus fuerzas disponibles para atacar a Alemania. Si Rusia es atacada por Alemania, Francia empleará todas sus fuerzas disponibles para atacar a Alemania”. 
El art. 2 se contradice con el primero, al afirmar que ambos países movilizarán sus fuerzas en cuanto una de las potencias de la TripleAlianza se movilice. El art. 3 fija las fuerzas disponibles, y el art. 5 incluye el compromiso de no concluir la paz por separado.
Una vez más, el gobierno alemán, por su intransigencia, será el mejor arquitecto de la alianza franco- rusa. El programa militar presentado en el Reichstag en 1892 prevé un aumento importante de los efectivos en tiempo de paz. Para defender su programa el canciller insiste en la hipótesis de una guerra en 2 frentes, alusión que ofende a los círculos allegados al Zar. La nueva ley militar entrará en vigor tras la disolución del Reichstag. El Estado mayor francés alerta a Rusia sobre los nuevos peligros resultantes de esa ley para ambos.
En 1893 se concluye una alianza franco-rusa que pone término al sistema bismarckiano y a la hegemonía alemana en Europa, restableciendo el equilibrio europeo. Francia ha salido de su aislamiento.

Continuar navegando

Materiales relacionados