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Resumen U5 (China) - PI

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POLÍTICA INTERNACIONAL
UNIDAD V
EL ESTE DE ASIA Y EL SUBCONTINENTE INDIO
A) REPÚBLICA POPULAR CHINA
INTRODUCCIÓN
Bandera: 
· Rojo: Comunismo.
· Estrella grande: Etnia Han (94%). Las otras 4 estrellas representan a las 4 minorías étnicas.
Fuerzas profundas:
· Territorio: Muy extenso (3° puesto en el mundo). China siempre tuvo la idea de mantener el control total territorial. Por eso siempre China apoya a la unidad territorial en los conflictos internacionales (China apoya a la Argentina en el conflicto en Malvinas). Gran China: China continental + Hong Kong y Macao + Taiwán. El territorio de China es mayoritariamente bosque, no cultivable. Las riquezas están concentradas en la “panza” de China, donde se concentran los Han.
· Población: Mayor población del mundo. Predomina la etnia Han.
· Tradición imperial: Los comunistas chinos no desecharon la simbología imperial. La figura de Confucio recién la recuperan en el 2004, antes no.
· Tradición cultural: (soft power) Poder de atracción de una cultura. Idioma chino.
· Religión: El confucianismo no es una religión. Casi la mitad de la población no es religiosa. El resto son budistas, cristianos, musulmanes.
Historia:
1912 Proclamación de la República.
1921 Creación del PCCh.
1925 Asume Chiang Kai Shek.
1934 Mao inicia la Larga Marcha.
1937 Alianza comunistas-nacionalistas contra Japón.
1945-1949 Guerra Civil.
1949 Proclamación de la República Popular China. Los nacionalistas escapan hacia Taiwán. Mao: “nos hemos puesto de pie” (hemos dejado atrás la humillación).
Inicio de la disputa con Taiwán por el reconocimiento internacional.
Mao Zedong (1949-1976): (1° generación de líderes)
Nadie en China lo cuestiona.
Dimensión interna:
· Unidad y control total del territorio.
· Campañas populares.
Dimensión externa:
1949-1956 Alianza con la URSS.
1956 Ruptura ideológica con la URSS, debido a la desestalinización.
1966-1976 Revolución cultural. Limpieza de la oposición.
1971 Acercamiento con EEUU. Diplomacia del Ping Pong. Encuentro entre Mao y Nixon. China ingresa a la ONU (antes Taiwán tenía la representación China).
Deng Xiaoping (1978-1993): (2° generación de líderes)
Había sido perseguido durante la revolución cultural.
Dimensión interna:
· Inicia una política de reforma económica (solo económica, no política) que continúa hoy en día:
· Rural (el 80% de la población era rural)
· Urbana
· Apertura al exterior
· Planificación familiar
· Diagnóstico de Deng de China: se llegó al colmo del izquierdismo en política, y atraso en los factores de producción.
· Las reformas de Deng fueron bien recibidas porque con Mao habían muchos problemas económicos.
· Deng dice que el 1° derecho chino es el de tener alimento, viviendo y vestimenta.
· Hoy en día hay productos agrícolas en China (tabaco, soja, etc.) que sólo el Estado Chino puede comerciarlos; los actores privados no.
· Deng crea zonas económicas exclusivas para captar inversión extranjera, en la zona de la panza de China.
· Se deja de lado el apoyo a los países del 3° mundo y se busca atraer inversiones.
· Planificación familiar. En las ciudades, cada familia podía tener 1 solo hijo (one child policy); en el campo, 2 hijos, siempre y cuando la primera hija fuera mujer. En las regiones autónomas no se aplicó la política de control de natalidad porque no hay tanta densidad poblacional. Xi Jinping estableció que en las ciudades se podía tener 2 hijos, si alguno de los 2 padres eran hijo único. También se puede tener otro hijo pagando una multa.
1989 Sucesos de Tiananmen: Estudiantes están desconformes con los resultados económicos de las reformas. Pedido de apertura política.
1989-1992 China congela la estrategia de reforma económica con el objetivo de recuperar el control político y los medios de propaganda. La caída de la URSS le demuestra a China que debe recuperar el control político.
1992 Deng inicia el “viaje hacia el sur”, anunciando la intención de volver a la reforma económica.
Deng estableció 4 principios + 4 modernizaciones:
· Principios:
· Socialismo
· Dictadura democrático-popular
· Dirección del PCCh
· Marxismo-leninismo
· Modernizaciones:
· Agricultura
· Industria
· Defensa
· Ciencia y tecnología
El sistema político chino tiene 3 ejes:
- Partido Comunista Chino (PCCh)	 Secretario General (nombrado por el Congreso del PCCh)
- Estado: República Popular China	 Presidente (nombrado por la Asamblea Nacional Popular)
- Ejército de la Liberación		 Jefe de la comisión militar central
Estructura del PCCh: Comité permanente del Politburó, antes tenía 7 miembros y ahora 9.
Existen 8 partidos además del PCCH Sistema de consultas políticas (esto le permite decir a los chinos que es una democracia).
Dimensión externa:
1979 Apertura de Embajadas en Beijing y Washington.
1984 Acuerdo con Thatcher para recuperar Hong Kong.
1989 Condena internacional por la Matanza de Tiananmen.
Jiang Zemin (1993-2003): (3° Generación de líderes)
Dimensión interna:
Continuidad de la reforma económica:
· Reforma fiscal, monetaria y financiera (moneda única: yuan).
· Reforma de los bancos estatales.
· Reconocimiento del rol de la propiedad privada.
Reconocimiento de los cambios sociales ocasionados por el acelerado crecimiento económico. Incorporación de empresarios en el PCCh (adaptabilidad del marxismo).
Énfasis en el desarrollo, y no solo en el crecimiento económico.
Dimensión externa:
· Reconstrucción de la imagen internacional de China, deteriorada luego de Tiananmen.
· Promoción de los intereses económicos.
· Expansión de los vínculos bilaterales.
· Resolución de conflictos fronterizos.
· Promoción de la política exterior.
1989 URSS y China recomponen relaciones diplomáticas.
1996 Creación de la Organización de Cooperación de Shanghái (luego pasa a ser un Consejo). Miembros: China + Rusia + Países de Asia Central.
1997 Recuperación de Hong Kong.
1998 China no es afectada por la crisis asiática: la inserción internacional china no era tan profunda como ahora, por lo que no se vio afectada tan directamente. La crisis la da la razón a China sobre las alarmas que ella había establecido sobre el crecimiento de la especulación financiera en la región (causa de la crisis). Regreso triunfal de China en la región.
1999 Recuperación de Macao.
1999 Bombardeo de la OTAN a la Embajada China en Belgrado, Serbia. La OTAN dijo que se equivocaron porque los mapas estaban desactualizados. Enojo de China. Los chinos y rusos no estaban de acuerdo con la intervención de la OTAN en Yugoslavia. Además, se dice que China le vendía armas a Serbia.
2001 China ingresa a la OMC. Al día siguiente ingresan también Hong Kong, Macao, y Taiwán como regiones administrativas especiales chinas.
Relación China-Rusia: Acuerdos estratégicos; misma visión del mundo, posiciones comunes.
· Conflictos fronterizos.
· Cooperación militar. Rusia fue clave en la nuclearización de China, y también en su ruta al espacio.
Relación China-Japón: Degradación política.
Relación China-India: Mientras que China se inclinaba por el antiimperialismo militante, India se mantenía en una neutralidad pacifista. China tiene misiles en el Tíbet apuntando a la India. La relación entre ambos países siempre fue conflictiva.
Relación China-EEUU: Continuum entre cooperación y cooperación:
Conflicto:
· Bombardeo de la embajada China en Belgrado.
· Incidente en 2001: China detiene un avión espía de EEUU que estaba volando en territorio chino. Luego de negociaciones, devuelve a la tripulación.
· Bush recibe al Dalai Lama.
Cooperación:
· Clinton auspicia el ingreso de China a la OMC. 
Históricamente China prefirió presidentes republicanos, porque son más previsibles. Pero con Bush hijo esto se revirtió. Él propone que a China hay que tratarla como se merece.
El 11S marca un punto de inflexión en esta relación. China toma una posición a favor de la política de Bush. China sostiene que también hay terrorismo en su territorio: musulmanes de Xinjiang (noroeste de China) = posición que adopta Putin.
Hu Jintao (2003-2013): (4° generación de líderes)
Dimensión interna:
· Énfasis en la distribución y armoníasocial (≠Jianénfasis en el desarrollo).
· Continuidad de la reforma económica (sigue hoy en día).
· Avance en el reconocimiento de la propiedad privada (adaptabilidad del marxismo chino). Esto se va haciendo a través de diversas enmiendas a la Constitución, de forma gradual.
· Emergencia de nuevas clases sociales.
· Difusión de la educación y la información. Intercambios universitarios con EEUU, Rusia.
· Aumento de la libertad individual: libertad de expresión, pero no de asociación, no de prensa.
· Déficits más importantes: 
· Cuestión medioambiental.
· Cuestión social: Gente que no está registrada, precarias condiciones laborales, desigualdad entre etnias y religiones.
Dimensión externa:
· Consolidación de su posición internacional:
· 1° exportador y 2° importador mundial.
· 2° economía del mundo.
· Actor financiero de 1° orden: China es el principal tenedor de bonos de la deuda de EEUU.
· 5° mayor inversor en el extranjero: revierte su papel de receptor a emisor de IED.
ESTRATEGIA DE ASCENSO/DESARROLLO PACÍFICO:
Jintao es el que administra el ascenso de China. Él desarrolla la noción de ascenso pacífico. Muchos autores comienzan a escribir sobre la amenaza que supone el ascenso chino. Por ende, Jintao la cambia por la noción de desarrollo pacífico, porque no quería que la palabra “ascenso” aluda a imposición de hegemonía. La palabra “desarrollo” suena menos amenazante. Hoy en día la política exterior china es de desarrollo pacífico.
China se propone llegar a su condición de potencia a través del desarrollo, cooperación, integración, modernización económica, y no a través de guerras como otras potencias lo hicieron. Esto es una respuesta a la teorización del “peligro amarillo”. 
Premisas del desarrollo pacífico:
· Promover el desarrollo chino y salvaguardar la paz.
· Fomentar el autofortalecimiento de China y su trabajo independiente.
· Continuar política de apertura.
· No obstruir el camino de ningún otro país.
Formas de concretarse esta doctrina:
· Resolver cuestiones fronterizas en forma pacífica.
· Fomentar relaciones económicas con muchos países.
· Reforzar la diplomacia cultural.
Diplomacia cultural: Existió desde los inicios de la RPCh, pero ahora se profundiza. Importancia de los intercambios y el diálogo entre civilizaciones diferentes. China trabaja intensamente para que el mundo conozca y comprenda su país.
Elementos de la diplomacia cultural:
· Juegos Olímpicos de Beijín 2008.
· Expo Shanghái 2010.
· Institutos Confucio.
· Cince Chino.
· Artes marciales.
· Medios de comunicación.
En el diseño de la política exterior hay una recuperación de conceptos confucianos, como el de “armonía” (concepto no válido para la relación con Taiwán). China plantea que los valores confucianos tienen validez universal (así como EEUU piensa que sus valores son universales). Inicialmente el comunismo era anticonfuciano.
Institutos Confucio (desde 2004): objetivo de difundir la lengua y cultura China, porque genera poder de atracción. Hace que las elites de las otras potencias se sientan atraídas. China tiene mucho soft power: capacidad de lograr los resultados que se desean a través de la atracción de los otros, en vez de la manipulación o la coacción a ellos (Joseph Nye Jr.).
Diplomacia de recursos: China necesita de algunos recursos del exterior para sustentar su desarrollo: alimentos, energía. China comienza a operar en el resto del mundo, invirtiendo para obtener estos recursos. Lo hace a través de la creación de joint ventures*.
Una empresa conjunta, alianza estratégica o alianza comercial o consorcio, también denominada con el anglicismo joint venture, es un tipo de acuerdo comercial de inversión conjunta a largo plazo entre dos o más personas (habitualmente personas jurídicas o comerciantes), a quienes se les denomina venturers o socios.
3 etapas de la orientación de la política exterior china:
1- Mao: China tiene fuerte relación con los países en desarrollo.
2- Deng: Quiebra con eso. Busca inversiones de las potencias.
3- Ahora: Nuevo cambio, vuelve a ver a los países emergentes exportadores de materia prima.
Crisis del 2008:
Sí afecta a la economía china, ya que China ya estaba inserta en la economía mundial (≠1998). China importa mucho para producir algo que después exporta. A partir de entonces, hay un cambio de modelo económico basado en el consumo interno (≠antes producción para exportar –modelo asiático clásico). Se aplican medidas keynesianas frente a la crisis.
China en el BRIC:
2003 Nace el concepto.
2009 Se institucionaliza en una cumbre.
2011 Se suma Sudáfrica, en favor de China, que la ve como su puerta de entrada a África, donde hay muchos recursos que le interesan.
Xi Jingping (2013-hoy): (5° generación de líderes)
Llega a controlar los 3 ejes de poder en aproximadamente 4 meses, mucho más rápido que sus antecesores.
Dimensión interna:
· Amplia profundización de la reforma económica.
· Nueva modalidad del ejercicio del poder: carismático.
· Lucha contra la corrupción.
· Cambios en la política de planificación familiar: ahora se puede tener 2 hijos si uno de los 2 padres es hijo único.
· Lucha contra el terrorismo: musulmanes.
· “Sueño chino” (“sueño de rejuvenecimiento nacional”).
Dimensión externa:
Política exterior proactiva:
· Visitas al exterior.
· Iniciativas políticas y económicas.
Relación con Rusia: Profundización de las relaciones, con eje en la energía. Rusia abastece a China.
Las relaciones con EEUU:
· G2: debut en 2008 cuando asume Obama, pero rápido fracaso.
· China tenedor de Bonos del Tesoro de EEUU.
· China en la agenda electoral de 2012.
Nueva ruta de la seda 2013: Ruta ferroviaria y portuaria. Busca unir China con Europa.
Banco Asiático de Inversión en Infraestructura: Asiste a la ruta de la seda. China tiene un rol protagonista. EEUU no es parte. Algunos países de Europa sí lo son.
Parte 1: Las variables políticas claves para entender a China. La interdependencia entre Partido, Ejército y Gobierno. La adaptabilidad del marxismo chino: el tránsito del comunismo al nacionalismo. Las Generaciones de Líderes.
GOLDEN, Sean: “Quinta generación de líderes en China: puño de hierro con guante de seda” (2013)
El Comité Central del 2012 consta de 205 miembros, que fueron elegidos por 2.270 delegados del Congreso Nacional pertenecientes a cuarenta circunscripciones.
El politburó del Comité Central continúa teniendo 25 miembros. El Comité Permanente, que fue incrementado de siete a nueve miembros en el año 2002 para conceder más espacio a la representación de facciones contrapuestas, ha sido reducido de nueve a siete miembros (sin minorías).
El 18 Congreso nacional del Partido Comunista de China ha reemplazado a la mitad de los miembros del Comité Central. Ha llegado al poder la generación de la Guardia Roja, nacida después de la proclamación de la República Popular China en 1949. Se ha producido una intensa batalla interna entre los hijos de los veteranos revolucionarios (taizidang) y los “meritócratas” que han accedido al poder a través de los procesos de selección del Partido (tuanpai). Los taizidang promueven la liberalización con el objeto de generar mayor riqueza: los tuanpai promueven la redistribución de la riqueza para combatir la desigualdad social. Los resultados del 18 Congreso Nacional parecen indicar que la facción de los taizidang está ganando la batalla. Hay signos de cambio político en China: las redes sociales permiten que la gente se organice y publique información que los medios oficiales ocultan.
El informe político de Hu Jintao acabó con cualquier esperanza de que se produjese una apertura inmediata en el frente político. Defendió las políticas llevadas a cabo durante su mandato de diez años y apeló explícitamente al Partido a seguir por la senda definida por el “Pensamiento Mao Zedong”, así como por la “Teoría Deng Xiaoping”, por las “Tres Representaciones” de Jiang Zemin y por su propia “sociedad en harmonía” y “desarrollo científico”. Independientemente de lo que haya escrito en el pasado, el “Pensamiento Mao legado de Hu Jintao y la inclusión dealgunos partidarios de Hu en el Politburó).
Xi Jinping, el nuevo número uno, es un taizidang y un aliado del antiguo líder Jiang Zemin (que defiende la liberalización económica), y Li Keqiang, el nuevo número dos, es un tuanpai, un aliado del antiguo líder Hu Jintao (que defiende la redistribución).
GODOY, Alejandro: “Xi Jinping: el sueño chino, ¿Una nueva estrategia de gobierno?” (2013)
Xi Jinping, el nuevo líder de la política China, ha querido cambiar el modelo geopolítico de su antecesor Hu Jintao. Quiere transmitir una sensación de la sabiduría y la visión más allá de lo normal en una nueva frase corta, de fácil recordación: "sueño chino", lema del Sr. Xi.
Cambiando completamente la noción de gobierno, dando un importante giro en las frases de gobierno que mostraron sus antecesores, desde el "concepto científico de desarrollo" de Hu Jintao, y la "triple representatividad" de Jiang Zemin.
Como Secretario General del Partido Jinping es el líder de la política china, la cual está fundamentada en tres ejes principales: el partido, el ejército y el Estado. En consecuencia, Xi es el “hombre fuerte”, quien funge también como Secretario General del Partido Comunista y Presidente de la Comisión Militar Central. El Sr. Xi, que lidera la segunda potencia mundial, fue Vicepresidente durante el Gobierno de su antecesor, Hu Jintao, y desde hace cinco años, en los círculos más cerrados del poder, se sabía que se convertiría en el nuevo heredero.
Las nuevas dinámicas del gobierno de Xi, donde el “sueño chino” como lema busca ganarse la simpatía de la población, que aún se encuentra escéptica sobre el carisma del nuevo líder, y que busca hacerle frente al despilfarro del gobierno y la alta corrupción que afecta al país.
La primera vez que se habló de la posible nueva política de China fue en el diario New York Times, en 2012, cuando un columnista se refirió a que el gobierno de Jinping buscaría que “China encontrara su propio sueño”, ya que la nueva clase media emergente busca una prosperidad similar a la de los años 50 en estados Unidos con el famoso “sueño americano”, y en este caso, en China, todos los ciudadanos tengan "un gran coche, una casa grande y Big Macs para todos", entonces se necesitaría "otro planeta". En su lugar, instó al Sr. Xi para llegar a "un nuevo sueño chino que se case con las expectativas de la prosperidad de las personas en concordancia con una China más sostenible. El sueño chino "se convirtió pronto en un tema candente entre los comentaristas en el hogar y en el extranjero".
Este gran reto de la nueva visión de la política del nuevo gobierno busca acercar a los nacionalistas, quienes conforman un importante número de potenciales votantes y establecerían una esperanza de una China con cierta apertura democrática y donde el discurso se ha visto alineado a mejorar los indicadores ambientales en un país que quiere dejar de ser conocido como la “fábrica del mundo” y desea pasar a un nuevo estado de desarrollo donde la innovación y el consumo interno sean fuertes motores de su continuo progreso. En su primer viaje al extranjero como presidente, cuya visita fue a Rusia, Xi estableció que el cumplimiento del sueño de China beneficiaría a todos los países. Sin embargo, en la geopolítica asiática este sueño se ve empañado por las tensiones con Japón, Vietnam y Filipinas sobre las reivindicaciones territoriales marítimas.
El actual gobierno enfrentará dificultades para vender la idea de que China puede ser "rico y fuerte" sin dejar de ser un Estado de partido único.
En conclusión, el gobierno chino ha prometido una reestructuración a gran escala del gobierno en el futuro cercano, en un esfuerzo para crear una versión más pequeña, más barata y más eficiente de la enorme burocracia que ha cosechado tantas quejas de los ciudadanos promedio en los últimos años. En consecuencia, aunque apenas comienza la implementación del nuevo gobierno de Xi Jinping, si desea realmente que su “sueño chino” no se convierta en una amarga pesadilla, debe actuar con mucha cautela y tacto, para evitar fenómenos de descontento que puedan agudizar traumáticos cambios que inciten una potencial “primavera china”.
MALENA, Jorge: “An appraisal of three liberal contributions to political reform in China” (2016)
Resumen:
Los debates sobre el futuro del sistema político de China se han desvanecido en Occidente desde principios de 2010, quizás debido a la falta de signos de apertura a la vista. Sin embargo, las diversas representaciones / imágenes del futuro que fluyen dentro del rango educado chino (en el gobierno, think tanks y universidades), contribuyen a entender la política actual y lo que el "por venir" podría tener.
A la luz del papel desempeñado por los cuadros educados en la configuración y reflejo de las agendas políticas del Partido Comunista Chino (PCCh), examinar estas imágenes puede ser valioso para calcular la tendencia política. La premisa principal de este documento es que lo que las élites perciben sobre el camino de la RPC en la política se correlacionará considerablemente con lo que tal camino eventualmente se convierta.
El siguiente análisis abordará la producción académica de tres intelectuales seleccionados:
"Una valoración de tres contribuciones liberales a la reforma política en China"
La centralidad del debate sobre la trayectoria de la política china
Los debates sobre el futuro del sistema político de China se han desvanecido en Occidente desde principios de 2010, quizás debido a la falta de signos de apertura a la vista. La mayoría de los especialistas en política china percibe que el tema está cerrado: el autoritarismo "está aquí para quedarse". Al parecer, surgió un consenso que dio paso a la idea de que el ascenso de China era un elemento positivo para la política mundial, ya que China, independientemente de su desarrollo político interno, traería prosperidad y paz al mundo.
Un académico de la Universidad Estatal de Ohio declaró que "el futuro no puede predecirse", pero esto no debería impedir que los investigadores "creen representaciones útiles sobre el futuro". En el campo del análisis de las tendencias futuras de la política china, las diversas representaciones / imágenes del futuro que fluyen dentro del rango educado (en el gobierno, los think tanks y las universidades) contribuyen a entender la política actual y lo que podría venir en el futuro.
Por supuesto, las imágenes de los intelectuales chinos no son el único factor decisivo que influye en la trayectoria política de la RPC. Factores materiales autóctonos (como la geografía, economía y medio ambiente) junto con factores exógenos (por ejemplo, eventos internacionales) también son significativos.
A la luz del papel desempeñado por los cuadros educados en la configuración y reflejo de las agendas políticas del PCCh, examinar estas imágenes puede ser valioso para calcular la tendencia política.
¿Por qué es importante explorar las tendencias políticas de China? El PCCh enfrenta la contradicción que aflige a todos los regímenes autoritarios modernizadores: el Partido no puede gobernar sin esforzarse por proporcionar crecimiento económico. De esta manera, genera una sociedad civil exigente que empuja hacia una mayor participación en la "res publica". Un colapso del PCCh podría llegar muy posiblemente dentro de los próximos diez años, aunque el primer régimen poscomunista probablemente sería una forma mucho más peligrosa de gobierno autoritario, quizás liderado por militares nacionalistas.
Este potencial escenario refuerza la necesidad de reabrir el debate sobre el futuro de la reforma política en China, abordando no sólo la cuestión de la democratización, sino también cuán plausible es que la democracia sea el único tipo de sistema político concebible para China. De hecho, parte de la motivación del PCCh para descartar la democratización parece estar vinculada con la resistencia a un orden mundial que tiene como centro a EEUU, que insiste en la aplicabilidad universal de los principios democráticos liberales.
Casi 40 años de reformas y aperturaeconómicas han traído cambios tremendos a la sociedad china, a la cual el sistema político todavía tiene que adaptarse. Hoy en día, hay respuestas a la medida de esa adaptación no sólo de los intelectuales conservadores, sino también los pensadores liberales.
La cuestión de cómo cambiará el sistema político de China está totalmente abierta. Nuestra principal premisa es que lo que las élites de China perciben sobre el camino de China en la política se correlacionará considerablemente con lo que tal camino eventualmente se convierte. El siguiente análisis abordará la producción académica de tres intelectuales disidentes seleccionados.
Los enfoques liberales para la reforma política: las opiniones de Yu Keping, Han Yunchuan y Xiao Gongqin
Yu Keping Fue Director del Centro de Investigación sobre Innovación del Gobierno Chino de la Universidad de Pekín y Director del Centro de Investigación Política Comparada y Economía de la Oficina Central de Traducción y Compilación del PCCh.
Él afirma que con el éxito de la política de reforma y apertura, la sociedad china ha cambiado sustancialmente. La nueva situación exige cambios en la política para que el país se armonice. Yu menciona 4 medidas para ayudar al Partido a "alcanzar el objetivo de construir una sociedad armoniosa". Ellos eran: confirmar la obligación del PCCh con el pueblo, mantener el imperio de la ley, mejorar la participación de los ciudadanos en el gobierno y aumentar la transparencia en la toma de decisiones.
Años más tarde, Yu afirmó que "tenemos que aceptar que la democracia es una tendencia imparable en la historia del mundo, la lógica del desarrollo humano y una demanda central al socialismo". Yu insinuó que "sólo siguiendo la tendencia mundial de la democratización, ésta se puede lograr". Continuó señalando: "si no logramos la democracia, entonces no somos verdaderos miembros del PCCh". Finalmente, Yu afirmó: "Desarrollar la democracia es un camino que debe ser tomado en el gran renacimiento de la nación china y es una responsabilidad histórica que el PCCh debe soportar".
Han Yunchuan Profesor del Centro de Investigación del Desarrollo Social de la Escuela Central del Partido.
Él afirma que existe una fuerte y profunda creencia en los cuadros del Partido en (a) la superioridad del sistema político de China, (b) la necesidad de autocracia en la etapa de desarrollo actual, (c) el carácter autoritario de la cultura china, (d) la inevitabilidad del caos una vez que se implementa la democracia, y (e) la caída inexorable de China que puede resultar si democratiza.
Con respecto al primer error cognitivo de los miembros del PCCh, Han afirma que es el más perjudicial de todos, porque los cuadros no reconocen las limitaciones del sistema, así como las fortalezas de los sistemas de otros países. En consecuencia, los partidarios de la superioridad del sistema político chino afirman que a medida que el sistema sea efectivo, China no debe proseguir la reforma política.
En sus observaciones finales, Han presenta su refutación de cada error cognitivo defendido por los cuadros del PCCh: en 1° lugar, subraya que en las últimas décadas hay muchas evidencias sobre el sistema político chino siendo superado por los sistemas políticos de otros países, porque todos los sistemas leninistas experimentan graves disfunciones institucionales.
En 2° lugar, Han afirma que el dominio político está entrelazado con los dominios económico y cultural, de modo que la reforma política "sería beneficiosa para la realización del desarrollo". Afirma categóricamente que "ya están presentes las condiciones para llevar a cabo profundas reformas políticas".
En 3° lugar, el autor sostiene que para revertir las tradiciones chinas incompatibles con la democracia, "las nuevas prácticas e instituciones deben ser importadas del extranjero". En cuarto lugar, Han señala que "la sociedad puede ser verdaderamente estable si se dispone de un sistema político plenamente democrático".
Xiao Gongqin Historiador de la Universidad Normal de Shanghai.
Él considera que un proceso de democratización a largo plazo tiene lugar en China desde finales de los ‘70, compuesto por 5 etapas, cada una de las cuales se materializa después de que se cumpla la etapa anterior.
La 1° etapa comenzó cuando Deng Xiaoping lanzó la política de reforma y apertura en 1978 y prosiguió hasta el aplastamiento de la rebelión de 1989. El autor define esta etapa como romántica y moralista. Sin embargo, argumenta que los activistas sentaron las bases para una mayor democratización de China, debido a su capacidad para establecer reformas políticas en la agenda.
La 2° etapa comenzó con el "viaje al sur" de Deng en 1992 (que revitalizó la reforma después del regreso de la izquierda) y duró hasta el final del mandato de Jiang Zemin en 2002. El autor reconoce que el desarrollo económico impresionante y la formación de una economía de mercado se produjeron bajo el "régimen autoritario ilustrado", que contribuyó a construir cuatro condiciones previas para el avance de la democratización: (a) el surgimiento de una clase media; (b) la aparición de ONGs; (c) la formación de una cultura jurídica, y (d) la consolidación de la legitimidad del PCCh (necesaria para implementar una transición política ordenada cuando llegue el momento).
La 3° etapa comenzó cuando Hu Jintao asumió el poder entre 2002 y 2003, y aún no ha terminado. Según el autor, la tarea principal de esta etapa es "proveer el sustento de la gente", es decir redistribuir la riqueza y entregar la justicia social. Tal tarea no se logró durante los primeros 6 años en la administración de Hu, por lo que "por el momento cualquier intento de democratización fracasará o degenerará en populismo".
Aunque la 4° etapa todavía no ha comenzado, Xiao la describe como un período caracterizado por una "sociedad civil sólida y eficaz". Para que la democracia tenga éxito, esa sociedad civil debe contribuir con: a) la institucionalización del estado de derecho; b) la adopción generalizada de una postura tolerante frente a opiniones disidentes; c) la concesión de pleno efecto a los derechos civiles, y (d) la implementación de una competencia política gradual (comenzando experimentalmente en las partes más ricas del país).
La 5° etapa se caracteriza por el logro de la democracia, aunque Xiao fue reacio a dar muchos detalles sobre cómo podría ser. Sin embargo, argumentó que la democracia china "se parecerá mucho a las de otros países con sociedades civiles corporativas dirigidas por el Estado (Japón, Corea del Sur, Japón y Singapur).
Observaciones finales:
Casi 40años de reformas económicas han traído grandes cambios a la sociedad china, a la que el sistema político se ha adaptado suavemente. Una economía orientada al mercado trae consigo una variedad de nuevos roles sociales. Cuando este tipo de pluralismo se entrelaza con la desigualdad, surgen tensiones entre el Estado y la sociedad. Los intelectuales liberales chinos coinciden en gran parte con la idea de que las tensiones en las relaciones entre el Estado y la sociedad, junto con la escasa participación política, aumentan las contradicciones sociales.
El aumento de las tensiones pide un cambio político. En la China de hoy, sin embargo, hablar de las tensiones es problemático porque puede ser tomado como un desafío a la directiva del centro del Partido para promover la armonía.
La voz de los tres intelectuales analizados es una buena señal de (a) la pluralidad entre los cuadros educados y (b) el interés del liderazgo en atender las advertencias de los eruditos. Los intelectuales chinos, sin importar a qué punto de vista político se adhieran, están convencidos de que el sistema político debe evolucionar. Sin embargo, la perspectiva de un cambio político en China no está clara, porque los intelectuales no expresan unanimidad sobre la cuestión de la trayectoria política de la RPC.
Los tres enfoques elegidos conceptualizan un diagnóstico de la China actual y la trayectoria que debe seguir el PCCh para evitar tensiones (que podrían convertirse en violenciay caos). Sus trabajos muestran que la reforma política es un medio para asegurar la armonía y la estabilidad en la sociedad, así como una herramienta para mejorar las instituciones chinas, dadas las disfunciones sufridas por los regímenes leninistas.
Con respecto a la democracia, los autores la ven como una tendencia imparable en la historia del mundo y una herramienta para realizar el desarrollo. Consideran que la contribución central de la sociedad civil debe ser el establecimiento de prácticas e instituciones que faciliten el comportamiento racional y el compromiso democrático.
Muchos aspectos de la reforma política están relacionados con el imperio de la ley, y luchar contra la corrupción es el instrumento primordial de esta última. La corrupción es un fenómeno cultural profundamente arraigado en China. Los principales culpables son el gobierno de un solo partido y el control estatal de la economía. En un estado regido por un solo partido, hay una falta de controles y equilibrios firmes, lo que resulta en la propagación de injertos y sobornos. Y el control estatal de los recursos genera abundantes oportunidades de corrupción.
MONCADA DURRUTI, Mariola: “Visión del mundo exterior de las 4 generaciones de líderes políticos de la República Popular China: evolución histórica y conceptual” (2011)
Resumen: El ascenso de China como potencia internacional es probablemente el fenómeno con mayores implicaciones para el sistema internacional de los últimos 30 años. Debido a ello, resulta especialmente interesante conocer la percepción que del mundo exterior tienen y han tenido sus gobernantes, al objeto de comprender con mayor profundidad la evolución que en el último medio siglo ha experimentado su política exterior, a la par que la República Popular China ha ido abriendo sus puertas al mundo. El objetivo del presente estudio es ver cómo, bajo la batuta de las cuatro generaciones de líderes políticos del PCCh, se han transformado los paradigmas a lo largo del camino que discurre entre la inicial “diplomacia revolucionaria” hasta la actual promoción de un “mundo armonioso”.
La mirada occidental, forjada tras más de un siglo de conquistas políticas y libertades individuales, con frecuencia sigue describiendo a la China actual como la “China comunista”, un apelativo en el que inevitablemente resuenan ecos de una ya enterrada Guerra Fría, y que en ocasiones dificultan la comprensión de la compleja realidad política de la China contemporánea. Efectivamente, hoy China sigue estando dirigida por el Gobierno autocrático del PCCh, una élite política que hunde sus raíces en el linaje de los revolucionarios originarios de 1949. Sin embargo, la transformación interna que ha tenido lugar en el país desde entonces ha propiciado también una evolución notable del aparato político.
El PCCh abrió sus puertas al mundo en los años ochenta al abandonar el lema de “guerra y revolución” por el de “paz y desarrollo”. Con ello, dio comienzo la Política de Reforma y Apertura, una segunda revolución que cambiaría por completo la faz del país. Desde la década de los noventa, los gobernantes chinos han logrado mantener el crecimiento económico sostenido de cerca del 10% anual, y han conseguido que China sea una de las principales potencias mundiales. Pese a la apertura progresiva de la esfera económica, el PCCh mantiene un férreo control sobre el poder político, gobernando autocráticamente sin oposición efectiva de otros partidos; no existen sindicatos libres, los medios de comunicación siguen controlados por el Gobierno, y la sociedad civil, tal y como se entiende en Occidente, es algo que todavía está por construir.
Sin embargo, se trata del mismo Gobierno que, en menos de treinta años, ha sacado del umbral de la pobreza a más de 200 millones de personas, y gestiona con éxito un país cuya complejidad “estructural” supera al de cualquier otro país del planeta: con una población cercana a los 1.400 millones de habitantes, repartida en 56 etnias oficiales, y con casi 300 lenguas distintas, si bien el mandarín es la lengua franca y única oficial de los medios de comunicación y en la educación.
Esto en un marco de crecientes desigualdades de riqueza generada por el crecimiento económico, principalmente entre las pujantes regiones costeras y las regiones más deprimidas y aisladas del centro-oeste. La transformación de la élite política china tiene su reflejo más visible y mejor estudiado en el recorrido de su política económica. El paso de una economía de planificación socialista a una economía de mercado ha tenido resultados sorprendentemente buenos para los indicadores económicos.
El objetivo de este trabajo es presentar una transformación, en el seno de la élite gobernante china, que se relaciona con la visión de los líderes chinos del mundo exterior y del lugar que ocupa China en la esfera internacional, además de las implicaciones que ello ha tenido sobre su estrategia diplomática. Nos proponemos abordar desde una perspectiva histórica la evolución del pensamiento y actuación en materia de política exterior de los 4 líderes históricos del PCCh. Destacaremos de manera especial los cambios e inflexiones del discurso político de cada uno de ellos como vectores de esta evolución.
Mao Zedong: El encaje del mundo exterior en la utopía revolucionaria
En 1949 Mao proclamó el establecimiento de la RPCh. China “se ponía en pie”1 tras haber sufrido durante una centuria una amarga experiencia histórica que incluía la agresión de potencias occidentales, desde mediados del siglo XIX, décadas de un Gobierno corrupto, y la brutal invasión japonesa. 
Mao se proponía como objetivo llevar a cabo la modernización del país de la mano de la revolución socialista en el interior, y aunar esfuerzos para acabar con cualquier forma de imperialismo exterior.
Mao tenía una escasísima experiencia internacional. A lo largo de su vida sólo había abandonado China en 2 ocasiones, y en ambas con motivo de una visita oficial a Moscú. A falta de una experiencia directa, la imagen que del mundo tenía Mao Zedong provenía fundamentalmente de dos fuentes: la doctrina política del Marxismo-Leninismo y su propia experiencia vital revolucionaria, forjada sobre la conciencia histórica de un siglo de agresión y humillación a manos de potencias.
Factores ideológicos en la visión maoísta del mundo exterior:
Proclamada la República Popular China, el Marxismo-Leninismo se convierte en la ortodoxia política del Gobierno revolucionario. Sus principios conformaron el marco teórico a través del cual Mao Zedong analizó la realidad internacional. Según este marco, el mundo se dividía en dos bloques antagónicos. La confrontación entre ambos bloques era el reflejo en el panorama internacional de la lucha de clases, motor de la historia según la doctrina marxista. Mao consideraba el bloque capitalista como sinónimo de imperialismo, hegemonismo y monopolio del capital. El bloque capitalista aspiraba a controlar el mundo a través de las armas, mientras que el bloque socialista y sus aliados tenían la misión histórica de contener la amenaza imperialista y salvaguardar la paz mundial. La victoria en la GF supondría el advenimiento final del socialismo sobre la tierra. Para ello era preciso asegurar la unidad del boque socialista, y también era deseable la cooperación con otros países, aun fuera del bloque socialista, que pudieran colaborar con la causa. Es por esto que China se alineó con el bloque socialista.
Factores culturales en la visión maoísta del mundo exterior:
Sin ninguna duda la ideología jugó un papel fundamental en la percepción de la realidad internacional. Pero no fue ni mucho menos la única fuente de inspiración que conformó la imagen que Mao tuvo del mundo exterior. Una amalgama de factores de diversa índole, que aquí calificamos como “culturales”, tuvo también un peso específico a la hora de definir la imagen del “otro” en la generación de líderes revolucionarios.
No fue fortuito que triunfara en China el Partido Comunista, ya que la utopía socialista que preconizaba −lapaz universal de un mundo fraternal y sin clases− encajaba sin artificio alguno en la propia raíz cultural china.
Por ejemplo, un aspecto cultural que se debe tener en cuenta a la hora de entender la visión maoísta del mundo exterior es el del peso de la historia reciente. Desde la 1° Guerra del Opio, la progresiva pérdida de soberanía sobre su propio territorio llevó a China a elaborar un tipo de narrativa que sería una constante en adelante: la del “siglo de humillación”, una narrativa que constituye un elemento fundamental de la identidad nacional china moderna, la cual se fraguó al calor de la resistencia heroica al extranjero invasor. Sin duda alguna, esta carga histórica pesó en Mao a la hora de configurar la política exterior china, una vez que China alcanzó su “liberación” de la mano de los comunistas.
El mundo de Mao: la era de las grandes “teorías”:
Durante las tres décadas en las que Mao detentó el poder absoluto en China, la visión del mundo que mantuvo el aparato político de la Republica Popular se basó en el las grandes teorías desarrolladas por el líder supremo del PCCh: 
· Teoría de la “Zona Intermedia”: El concepto describe el espacio (ideológico) que distaba entre los dos grandes bloques antagónicos. Aquí se encontraban países “capitalistas”, antiguas colonias y territorios semicoloniales de Europa, Asia y África. Esta amalgama de países de diversa naturaleza política, económica y cultural tenía para Mao una característica en común que justificaba el hecho de englobarlos en la misma categoría: toda esta amplia zona era, según Mao, el objetivo de la política imperialista de Estados Unidos. Por lo tanto, toda ella era susceptible de ser alineada en un mismo frente común contra el imperialismo.
Cuando China se distancia de la URSS a finales de los ‘60, al considerar a Moscú como potencia también imperialista, la categoría de zona intermedia deja de tener valor. Mao enuncia su segunda teoría.
· Teoría de los “Tres Mundos”: El “1° Mundo” estaba formado por EEUU y la URSS, dos superpotencias inmersas en una carrera armamentística. En el lado contrario del esquema se situaba el “3° Mundo”, constituido por Asia (excepto Japón), África y LatAm; una categoría que englobaba a todos los pueblos oprimidos que aspiraban a lograr la libertad y la paz. A mitad de camino entre ambos, de nuevo quedaba un grupo de países descolgado que Mao definió como el “2° Mundo” (en una suerte de revisión de la antigua “Zona Intermedia”): Europa, Japón, Australia y Canadá. Los países del “2° Mundo” eran economías desarrolladas y sistemas políticos maduros, pero no por ello estaban libres de caer bajo el yugo de uno u otro superpoder. Las directrices de la política exterior china eran sencillas: agrupar al Tercer Mundo e intentar obtener la colaboración del segundo en la lucha contra el primero.
Mao Zedong nunca abandonó la perspectiva de una China constantemente amenazada por factores externos. Su política exterior se midió básicamente en términos de seguridad nacional, una seguridad frágil y llena de incertidumbres, hija de la rígida bipolaridad.
Deng Xiaoping: China se abre al mundo
Deng supo transmitir a sus compañeros de Gobierno que la principal amenaza que se cernía sobre China no era otra que la de su propio subdesarrollo y su aislamiento del mundo exterior. Décadas de una política económica errática habían estancado a China en unos niveles de desarrollo propios de un país premoderno. El arranque de la Política de Reforma y Apertura orquestada por Deng Xiaoping puso fin a esta situación de estancamiento. China inicia entonces su verdadera “segunda revolución”, una revolución silenciosa con la que logrará paso a paso insertarse en las dinámicas globales y alcanzar el estatus de miembro de la comunidad internacional.
Cambio de discurso político: del antiimperialismo a la diplomacia independiente:
Deng abandonó por completo la perspectiva maoísta de “revolución continua”. El lema de “guerra y revolución” fue sustituido por el de “paz y desarrollo”. Para el Gobierno de Deng, la prioridad esencial pasó a ser la modernización del país, algo que no fue ajeno a la política exterior, que lejos de ser un instrumento para “exportar revolución”, pasó a estar al servicio de la construcción económica. Deng llevó a cabo una combinación de reforma económica en el interior y apertura hacia el exterior que, en palabras de Deng, tomó la forma de “socialismo con características chinas”.
Oficialmente, la diplomacia china siguió definiéndose como antiimperialista, antihegemonista y opuesta a cualquier forma de “política de poder”. Mantuvo como principios fundamentales los Cinco Principios de Coexistencia pacífica enunciados ya en los años cincuenta. No obstante, el objetivo último de la acción exterior pasó a ser el de crear y favorecer un ambiente propicio en el exterior, para alimentar el desarrollo económico en el interior.
Deng tuvo un espíritu enormemente pragmático. La diplomacia china experimentó a lo largo de los ‘80 un notable proceso de desideologización, un proceso que llevó a Deng a suavizar el discurso antiimperialista.
La respuesta china a la reacción internacional de Tian’anmen:
En 1989, los manifestantes exigían del Gobierno transparencia, acabar con la corrupción e introducir medidas democráticas. En el sentido contrario, el sector más conservador del PCCh proponía la vuelta al maoísmo y pedía con fuerza el fin de la reforma económica.
En 1989, una cifra aún sin especificar (centenares o miles) de estudiantes perdían la vida ante los tanques desplegados por el Gobierno. La comunidad internacional, que había puesto grandes esperanzas en la reforma llevada a cabo por Deng Xiaoping, asistía estupefacta a los acontecimientos que se desarrollaban en la plaza de Beijing.
Los altos mandatarios de Japón y siete países occidentales decidieron entonces sancionar enérgicamente a China. Se suspendieron los contactos políticos de alto nivel y se congelaron proyectos de cooperación. Paralelamente, representantes de la Comisión Europea emitieron un comunicado deplorando la actuación de Beijing. El Parlamento Europeo, por su parte, anunció una serie de sanciones económicas y políticas, así como el mantenimiento del aún vigente embargo de armas hacia China. La reacción de Deng fue de condena de la actitud occidental, que calificó de injerencia intolerable en asuntos internos chinos.
Tian’anmen marcó un antes y un después en las relaciones diplomáticas entre China y Occidente, y en la visión que China tenía del mundo exterior al que recién acababa de abrir sus puertas. Tian’anmen inició lo que China denomina peyorativamente la era de la diplomacia de DDHH, una diplomacia que, según la visión china, desde los países desarrollados, hace bandera de la defensa de los DDHH para justificar sanciones e injerencias en los asuntos internos de terceros países, cuyo nivel de desarrollo no les permite alcanzar los estándares morales establecidos por Occidente. La crisis de 1989 también puso de manifiesto las enormes diferencias ideológicas entre China y Occidente en conceptos como la soberanía y la universalidad de los DDHH. Las sanciones impuestas a China en 1989 se levantaron dos años más tarde y Beijing restableció pronto relaciones diplomáticas con las potencias occidentales.
Jiang Zemin: el ascenso de China y el ideal de un mundo multipolar
La década de los noventa es testigo del ascenso imparable del gigante asiático, China, que entra en el juego mundial y se consolida a lo largo de la década como uno de los principales actores de la comunidad internacional.
Una nueva generación de líderes posrevolucionarios:
Para analizar la visión del mundo exterior de Jiang, es preciso hacer mención a la transformación sustancial que se opera en la cúpula dirigente china a mediados de los ’90: se produce un cambio generacional. A pesar de que la historiografía china habla de dos generaciones anteriores, la de Mao y la de Deng (ambos líderes gobiernan en épocas diferentes y de manera distinta), no fueron tan diferentes si atendemos a que ambospertenecían a la misma generación biológica.
El relevo que tiene lugar en 1993 y 1997 representa un cambio generacional que, además, implica la llegada al poder de una oleada de líderes que no había participado en el combate revolucionario, sino que más bien eran “tecnócratas” formados para ejercer el Gobierno de manera eficaz. Se trata de un cambio de perfil que el mismo Deng había auspiciado respondiendo a las necesidades de su Política de Apertura y Reforma, la cual necesitaba reformadores más que militares o revolucionarios. Este cambio en la cúpula dirigente china repercute de forma evidente en el estilo político, al quitar importancia al personalismo político propio de la época anterior. El culto a la personalidad de un único líder supremo se desvanece para dar paso a un sistema de toma de decisiones colectivo. Así, La política china deviene más institucionalizada, reglada, estable, predecible.
El pragmatismo político que instauró Deng Xiaoping sigue siendo la orientación principal de la agenda política china, tanto en el interior como en el exterior. El objetivo de sacar adelante la reforma económica y avanzar en el desarrollo del país se mantiene como la prioridad absoluta. Para ello, Jiang Zemin llevará a cabo una diplomacia esencialmente práctica, con especial énfasis sobre los temas técnicos y de seguridad, orientada a conseguir la integración de China en la comunidad internacional. Durante esta época, la diplomacia china concentra sus esfuerzos en negociar su entrada en la OMC. También participará activamente en foros internacionales sobre desarme y no proliferación de armas nucleares, en cooperación contra el crimen internacional, y en asuntos relativos a salvaguardar la paz y estabilidad mundiales. La política exterior china seguirá estando inspirada en el mismo principio que ya anunció Deng en los años ochenta, la de crear un ambiente de paz y estabilidad propicio en el exterior, que garantizara una puesta en marcha sin problemas de la reforma en el interior.
Jiang Zemin y el enunciado de un nuevo orden y sistema de seguridad mundiales:
Zemin abogará por la creación de un nuevo sistema que supere la mentalidad de la GF y se base en la cooperación como medio de resolución de conflictos en lugar de emplear la coerción. La propuesta de nuevo orden mundial que enuncia Jiang incluía, para empezar, potenciar la presencia china en la esfera internacional. 
Jiang sugerirá un orden mundial basado en los principios que, desde los ‘50, mantenía la diplomacia china; entre ellos se encontrarán los 5 Principios de Coexistencia Pacífica de no injerencia, no agresión, respeto a la soberanía e integridad territorial, así como la equidad y beneficio mutuo. Jiang invocará también el respeto a la diversidad y la búsqueda de puntos en común, aceptando las diferencias entre países. La visión de Jiang privilegia el papel de la ONU como árbitro supremo de las disputas de la comunidad internacional, y se opone a cualquier actitud “hegemonista”. En este contexto, puede que el aspecto más novedoso del discurso de Jiang con respecto al nuevo orden mundial sea el de promover la idea de “democratización de las relaciones internacionales”.
Respecto al nuevo esquema de seguridad, el primer objetivo al que deberá hacer frente Jiang será el de convencer a la comunidad internacional de que el auge de China es un “alzamiento pacífico”, para minimizar la percepción de “China como amenaza”. El impresionante crecimiento económico y consiguiente aumento del poder chino vivido en los ‘90 hacían pronosticar el advenimiento al tablero internacional de un nuevo hard power; una superpotencia destinada a controlar militarmente el continente asiático, una región donde EEUU seguía manteniendo una fuerte presencia mediante compromisos de seguridad. Con el fin de remarcar el carácter pacífico de la diplomacia china, Jiang llevó a cabo una estrategia concreta de acercamiento a sus vecinos, encaminada a despejar las dudas sobre la naturaleza no agresiva de su diplomacia.
A fines de los ’90, China firmó diversos acuerdos de cooperación con Rusia, EEUU, Japón y la UE. Cabe recordar que era la misma China que, tan solo 15 años antes, insistía en seguir creando un “Frente Unido” contra el imperialismo, la que ahora se sentaba a la mesa de negociaciones con las grandes potencias mundiales, firmando acuerdos en los que ningún país o ideología figuraban como enemigo o amenaza. Este nuevo concepto de seguridad confirmó que el diálogo con China era decisivo en la construcción del mundo futuro. Con su voluntad de cooperación, las potencias mundiales habían confirmado que China entraba en el nuevo siglo investida con el estatus de gran potencia.
El fin del “siglo de humillación” y la apoteosis del nacionalismo chino: una nueva mirada a Occidente:
China observó con horror el colapso de la URSS, que ponía gravemente en peligro la legitimidad de su propio sistema político. La creciente amenaza reavivó la sensación de que China sería la próxima víctima de una conspiración de Occidente cuyo fin último era acabar con el sistema socialista e imponer el sistema de valores occidental. La reinterpretación devolvía al discurso del “Siglo” a su plena vigencia. Si la observamos en su conjunto, los ‘90 sorprenden por la dualidad del discurso político chino en el exterior y en el interior. Por una parte, el PCCh logra el despegue de la diplomacia china con un discurso pragmático y moderno. Jiang impulsa la citada política de alianzas estratégicas y la participación de China en acuerdos multilaterales, logrando estrechar aún más los lazos de China con el Tercer Mundo. Sin embargo, en el discurso político interno, Jiang llega a calificar a sus nuevos socios occidentales (fundamentalmente a EEUU) como el conjunto de fuerzas extranjeras enemigas. Si bien durante los ‘80, la sociedad china había mirado a Occidente con admiración y el deseo de emular el estilo occidental, durante los ‘90, y posiblemente como reacción a esa excesiva “occidentalización” de la década anterior, surgió con fuerza una corriente de pensamiento antioccidental. Una corriente no sólo promovida por el PCCh, sino también desde círculos intelectuales independientes del poder político que ansiaban para China una modernidad propia, y animaban al pueblo chino a “decir no” a Occidente cuando exigía la asimilación a sus estándares políticos.
En 2001 confluirán una serie de acontecimientos que fortalecerán la imagen de China como “gran potencia” en la propia conciencia de sus gobernantes. Es entonces cuando, tras una década de durísimas negociaciones, China consigue entrar en la OMC, logra que Beijing sea la sede de los Juegos Olímpicos de 2008, y Shanghái es designada sede de la cumbre de Jefes de Estado de la APEC. Al mismo tiempo, tiene lugar el 11S en EEUU, que orienta a la diplomacia norteamericana a concentrar sus esfuerzos en la lucha antiterrorista y dejar a un lado la idea de la “China Threat”. Ahora EEUU busca la colaboración de su socio asiático en la lucha contra el terrorismo. Se trata de un conjunto de reconocimientos en el panorama internacional que, conjuntamente, incrementa la confianza china en su nuevo rol de potencia internacional y en su capacidad de influencia en los asuntos globales. China experimenta una importante inyección de autoconfianza y, por primera vez en documentos oficiales se habla del gran renacimiento de la nación china, en lugar de rememorar el “siglo de humillación”, un pasado que China considera concluido. Con creciente autoconfianza, China anunciará a Occidente que este renacimiento será pacífico, pero también que no se plegará a los dictados de Occidente, por el contrario, el motor de su transformación política, económica y social será de inspiración china.
Hu Jintao: China y la creación de un “mundo armonioso”
Hu asume en 2003, en un contexto internacional marcado por las consecuencias del 11S. EEUU ha consolidado su posición unilateralista en la lucha contra el terrorismo islámico, y las guerras de Afganistán e Irak han dado lugar a profundas divisionesentre Washington y el resto del mundo. Entre los que se han alejado se encuentra China que, en paralelo a este proceso, ha visto derrumbarse su sueño de un orden mundial multipolar. Los primeros años del siglo XXI vienen marcados también por la aparición de nuevas amenazas de corte no-tradicional: pandemias, crisis energéticas y el fantasma del deterioro medioambiental. Todos ellos marcan un nuevo perfil de enemigos invisibles que exigen la cooperación de gobiernos y organizaciones internacionales para hacerles frente y vencerlos o minimizarlos. El mundo, definitivamente, se ha hecho global.
Un nuevo cambio de discurso político:
El nuevo equipo de gobierno inaugura una agenda política con una carga más populista y social. Su proyecto político anuncia la intención de corregir la creciente desigualdad que el fulgurante crecimiento económico de la última década había originado en la sociedad china.
La principal innovación política de Hu está en haber generado un nuevo discurso político inspirado en ideas de la cultura tradicional china. El elemento base de este nuevo enunciado político es el que hace referencia a la cultura de armonía. Ésta está profundamente enraizada en la cultura china. En los dos caracteres que componen la palabra armonía está implícita la idea de un proceso que consiste no en eliminar diferencias, sino en conciliar la diversidad para que el resultado final sea armónico. Desde la antigüedad ha sido un término utilizado por pensadores clásicos como Confucio, que veían en esta práctica moral la esencia de la justicia y del bien común. Hu presentará como objetivo de su política interior la consecución de una “sociedad armoniosa”, y su reflejo en política exterior será el de contribuir a la creación de un mundo igualmente “armonioso”.
La creación de un mundo armonioso es ciertamente una formulación novedosa en las RRII, un campo cuya teoría ha sido tradicionalmente monopolio de Occidente. Lo hace en un momento en el que no sólo debía contrarrestar la teoría de la China Threat, y reafirmar que China no iba a ser nunca una potencia expansionista. El “mundo armonioso” de Hu es, sobre todo, la respuesta china al “choque de civilizaciones”.
Con el enunciado de su “mundo armonioso”, Hu resucita en la documentación oficial términos y alocuciones de los clásicos chinos, se desvanece por completo la antigua terminología marxista para dar paso a un nuevo discurso diplomático; un discurso en el que Hu consigue eliminar lo que hasta ahora había sido una constante en el enunciado de la diplomacia china: el componente de oposición o lucha. Este, que China había heredado de su época revolucionaria, había persistido tras la GF en las formas de “antihegemonismo”, “antiamericansimo”, “antiindependencia de Taiwán”, etc. Las declaraciones diplomáticas con el prefijo “anti” habían sido omnipresentes en la época anterior. 30 años después de que Deng Xiaoping anunciara su política de apertura al exterior, China finalmente abandona su perspectiva de confrontación con Occidente y opta por el compromiso y la participación como enfoque de su política exterior y de seguridad.
El concepto chino de un Mundo Armonioso:
En 2005, Hu enunció por primera vez el término de construcción de un mundo armonioso que sería el lema elegido para sintetizar sus objetivos de política exterior. Este nuevo concepto de “construcción de un mundo armonioso” es más completo, ya que, por una parte, describe no solamente la posición de China en el mundo, sino también da pistas sobre cuál es la idea china de cómo debe ser este mundo. También, deja de limitarse tan solo a la idea de un proceso en marcha (alzamiento), para reflejar el producto final del proceso (armonía). En definitiva, la principal bondad de este nuevo concepto, y que confiere un sentido mucho más profundo al enunciado de la política exterior china, es el hecho de su vocación de tener un valor universal.
En cierto sentido, el mundo armonioso chino de Hu presentaba una alternativa a la visión universalista occidental que había entronizado el sistema liberal democrático como premisa fundamental para el mantenimiento de la paz. China no planteaba un sistema político concreto como modelo ideal, sino que, con su propuesta, defendía la necesidad de mantener un espíritu más conciliador y tolerante que rigiera las RRII. Un espíritu que, además, se comprometía a salvaguardar la diversidad política y cultural. Un mundo armonioso sería aquel capaz de conciliar y acomodar las diferencias buscando los puntos en común.
La visión de las RRII de Hu se basaba en el multilateralismo diplomático como medio para salvaguardar la seguridad global, reforzando el papel de árbitro de la ONU en las cuestiones internacionales. Hu volvía a dejar patente la postura de clarísima oposición a cualquier tipo de injerencia en la política doméstica de China. Era una respuesta a la condena constante que desde hacía décadas Occidente realizaba a la situación de los DDHH en China o a su intervención en asuntos espinosos, como Tíbet o Taiwán. La necesidad de construir un sistema económico justo y que favoreciera la cooperación con los países menos desarrollados era otra de las propuestas inherentes al discurso de Hu. En definitiva, pese a sustentarse en un nuevo discurso, los presupuestos que incluían la construcción de un “mundo armonioso” eran básicamente una relectura de los 5 Principios de Coexistencia Pacífica defendidos por la diplomacia china desde los ‘50, imbuidos del idealismo formal propio de la tradición cultural china. Un discurso, el del mundo armonioso, que difícilmente puede comprenderse sin enmarcarlo en un contexto más amplio, como es el de la recuperación del Nuevo Confucianismo, una corriente de pensamiento neoconservadora que se ha extendido entre los intelectuales de la China continental principalmente, y que aboga por la revitalización de la cultura tradicional china (que identifican como ligada a la moral confuciana), recuperando el sentido de armonía en la vida pública, en la política e incluso con el medio ambiente. 
Lógicamente, el PCCh no se presenta a sí mismo como abanderado oficial de esta corriente de pensamiento. Su cúpula dirigente sigue siendo la heredera de la doctrina marxista-leninista, a cuyo corpus ideológico se le añaden el pensamiento de Mao Zedong, la Teoría de Deng Xiaoping y las Tres Representaciones de Jiang Zemin. No obstante, los postulados del Nuevo Confucianismo son una fuente clara de inspiración en el discurso político actual, al que dicha doctrina ha contribuido en gran modo a “embellecer”, matizando la fuerte carga ideológica del Marxismo-Leninismo.
La nueva diplomacia china:
Es posible resumir los rasgos en la diplomacia de la cuarta generación de líderes chinos en los siguientes puntos:
En lo que respecta a su estrategia, la diplomacia china ha pivotado en torno a 2 de los principios enunciados Deng Xiaoping a principios de los ‘90: “ocultar el potencial esperando el momento oportuno” y “llevar a cabo acciones de carácter modesto”. A lo largo de la presente década, China ha estado esperando su momento, desplegando una diplomacia relativamente pasiva, una actitud que en ocasiones le ha supuesto ser acusada de “país no responsable”. Sin embargo ahora, una vez que China ha consolidado su estatus de gran potencia, y a medida que sus intereses de seguridad son progresivamente más complejos, es cada vez más difícil mantenerse pasiva. La máxima de “esconder potencial y aguardar el momento” no es ya factible. Debido a ello, la diplomacia china va inclinando más la balanza hacia actuaciones de política exterior de carácter cada vez menos “modesto”. China ahora participa activamente en operaciones diplomáticas de diversa índole y con diferentes actores.
En cuanto a sus objetivos diplomáticos, China ha pasado de dar prioridad absoluta a sus relaciones con EEUU (principal objeto de su política exterior en los ‘90), a inclinarse por un enfoque multidireccional. Hoy el factor norteamericano es todavía importante, pero lo es menos que en la década anterior. Ello es tambiénresultado lógico de los cambios operados en la distribución del poder en el ámbito mundial: la UE, Rusia, Japón, India, etc.
Conclusión:
En los 70 años que el PCCh lleva gobernando China, la visión del mundo exterior de sus gobernantes ha evolucionado de manera notable. Quizás el principal factor que ha propiciado esta evolución ha sido la progresiva sinización del marxismo que tuvo lugar desde fechas ya tempranas y que acomodó la doctrina política del comunismo a la realidad china. Una realidad compleja que exigía más flexibilidad a los rígidos presupuestos del Marxismo-Leninismo y que, además, contaba entre los elementos de la tradición china con muchas concomitancias con el ideal comunista. No obstante, la ideología ha perdido peso en el enunciado de la diplomacia china más actual, para otorgárselo a elementos de la cultura endógena china. Hoy en día, el mundo visto por el Partido Comunista Chino es más la visión de un “partido chino” que la visión de un “partido comunista”.
Hay, no obstante, constantes que se han transmitido a la largo de las 4 generaciones de líderes. Entre ellas la de una agudísima sensibilidad en los asuntos relativos a la soberanía del país, que subyace en el fondo de los conflictos más graves que enfrenta hoy China. Al margen de las disputas comerciales con EEUU o con la UE −que no dejan de ser conflictos transitorios y ligados al proteccionismo comercial de uno u otro lado−, los problemas que verdaderamente generan fisuras entre China y el mundo occidental son aquellos en los que China percibe como ataques a su soberanía. El tema del Tíbet, Taiwán y la exigencia de Occidente a China para que respete el estándar occidental de los DDHH, se encuentran entre ellos.
Parte 2: La lógica del proceso económico: la continuidad de la estrategia reformista luego de 1989. La relación entre la reforma económica y el sistema político. El éxito de la reforma y sus efectos en la sociedad. Los debates en torno a los mecanismos de canalización de las demandas políticas originadas por los cambios sociales.
BUSTELO, Pablo: “La economía china durante y después de las crisis asiáticas” (2002)
Resumen: Este trabajo pasa revista a las razones por las que China no entró en crisis, a diferencia de otras naciones de Asia oriental, en 1997-98, al impacto de las crisis asiáticas en el país y a su evolución macroeconómica en 1998-2001. 
En 1° término, subraya que China no tenía unos indicadores fundamentales tan deteriorados como los países asiáticos que entraron en crisis. 
En 2° lugar, resume el impacto negativo de las crisis asiáticas en las exportaciones chinas y en la inversión extranjera recibida por el país. 
En 3° lugar, analiza los efectos de la expansión fiscal y monetaria adoptada desde 1998: desaparición de las tendencias deflacionistas, aumento del consumo y de la inversión y recuperación del ritmo de crecimiento de las exportaciones. 
Por último, explora las perspectivas del país y expone los principales problemas actuales de su economía.
1. ¿Por qué China no entró en crisis en 1997-98?
Las causas esenciales de las crisis financieras de 1997-98 en el grupo llamado desde entonces Asia-5 (Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Malasia y Tailandia) fueron una combinación de factores internos y externos. Entre los primeros, destacó una liberalización financiera acelerada e indiscriminada, que se emprendió desde los primeros años noventa en un contexto de supervisión bancaria insuficiente y de regulación inadecuada del sector no bancario. Tal proceso contribuyó mucho a la entrada masiva de capital extranjero, lo que condujo a varios problemas serios, como el crecimiento excesivo de los préstamos bancarios al sector privado, la sobreinversión (y el consiguiente descenso de la eficiencia del capital) y un muy elevado endeudamiento externo a corto plazo. Los factores externos fueron principalmente los ataques especulativos contra las monedas y las bolsas de valores de la región, así como la posterior caída en las entradas netas de capital extranjero privado.
En China, todos esos elementos de vulnerabilidad brillaban por su ausencia. 
1°) Los grandes bancos nacionales estaban plenamente respaldados por el Estado.
2°) Los controles de capital impidieron la entrada masiva de fondos extranjeros a corto plazo.
3°) El ahorro interior superaba con creces a la inversión, de manera que China disfrutaba de superávit corriente.
4°) Los préstamos bancarios registraron un crecimiento sostenible; y, sobre todo, la deuda externa a corto plazo era mucho más baja que la de sus vecinos.
2. El impacto de las crisis asiáticas en China:
Con todo, China sí resultó afectada por las crisis de sus vecinos desde mediados de 1997.
1°) Su moneda se apreció respecto de las de los países de Asia-5, sometidas a importantes depreciaciones, y también con respecto a las de los socios comerciales externos de China y de Asia-5. El resultado fue un menor crecimiento de las exportaciones chinas, como resultado del derrumbe de las dirigidas hacia el resto de Asia oriental (que suponían más de la mitad del total) y del menor crecimiento de las orientadas hacia los mercados occidentales. 
2°) Las depreciaciones de las monedas de Asia-5, las ventas de empresas en quiebra de esos países a compañías extranjeras y la apreciación, en términos reales, del renminbi hicieron que disminuyese la inversión directa foránea en China, aunque tal efecto no se notó hasta 1999. El resultado fue una disminución del superávit comercial y un menor crecimiento de las reservas en divisas.
3. La evolución macroeconómica en 1998-1999:
Paralelamente a esos cambios, la evolución de la economía interna de China estaba desembocando en un importante aumento de la ya importante tasa de ahorro privado. Entre los factores de ese aumento del ahorro, cabe destacar los siguientes:
· La introducción de esquemas de propiedad privada de la vivienda;
· El aumento de los despidos en las empresas estatales;
· La menor cobertura de la protección social vitalicia de los trabajadores del sector estatal empresarial;
· El aumento de los tipos de interés reales, en parte para contrarrestar el menor crecimiento de las reservas en divisas y en parte para sostener la nueva política de tipo de cambio fijo;
· El riesgo que percibía la población de posibles problemas financieros como resultado de las crisis en Asia-5.
El aumento del ahorro privado se trasladó automáticamente a un menor consumo, lo que afectó negativamente a la demanda agregada. Además, a raíz del estallido de las crisis asiáticas, las autoridades chinas optaron por una política cambiaria de tipo plenamente fijo, lo que obligó a hacer más restrictiva la política monetaria. El aumento consiguiente de los tipos de interés deprimió la inversión, con repercusiones también negativas en la demanda agregada.
En suma, la apreciación, en términos reales, de la moneda (y la consiguiente desaceleración de las exportaciones), el aumento de la prima de riesgo de la inversión directa extranjera (y la caída de ésta en 1999), los imperativos de política monetaria restrictiva asociados al nuevo régimen de tipo de cambio (esto es, el incremento de los tipos de interés reales y la desaceleración resultante de la inversión) y el aumento de la tasa de ahorro privado (y la caída del consumo) fueron, todos ellos, factores que hicieron caer la demanda agregada. Esa caída tuvo dos consecuencias importantes: un aumento del desempleo y una caída de los precios. 
China se encontró pues en 1998 y 1999 con varias perturbaciones macroeconómicas simultáneas: apreciación de la moneda en términos reales, aumento de la prima de riesgo de la inversión extranjera, crecimiento inducido de los tipos de interés y sustitución de consumo privado por ahorro. 
Ante el menor crecimiento del PIB y, sobre todo, la deflación, el gobierno aplicó una receta de tipo keynesiano para relanzar la economía. Por un lado, aumentó la inversión pública, sobre todo en infraestructuras, vivienda y en mejoras técnicas en las empresas estatales, especialmente en las provincias delinterior. Por otro lado, para reactivar el consumo, las autoridades aumentaron los sueldos e implantaron un impuesto del 20% sobre los intereses de los depósitos bancarios.
Para financiar el aumento del gasto público, el gobierno recurrió a una emisión masiva de bonos. Sin embargo, el aumento del gasto público en 1998 y 1999 fue insuficiente para evitar la deflación y la desaceleración del crecimiento. 
4. Evolución en 2000-2001 y el ingreso en la OMC:
En 2001 la economía ha registrado un crecimiento sujeto a cierta desaceleración: 7,1% en 2001 y una previsión de 6,8% en 2002. Las razones son varias. 
En 1° lugar, un considerable aumento de la inversión debido a los gastos públicos en infraestructuras; al incremento de los préstamos bancarios y de las inversiones de las empresas estatales; al crecimiento de la inversión directa extranjera; y a la expansión de la inversión residencial. 
En 2° término, la recuperación del consumo.
En 3° lugar, unos efectos de la desaceleración externa que son menores en China que en sus vecinos. Como la mitad de las importaciones totales son insumos para la actividad exportadora, el menor crecimiento de las ventas al exterior repercute en un aumento también inferior de las compras, de lo que deriva un menor impacto de la desaceleración de las exportaciones netas. Además, China no es tan vulnerable como Asia-5.
Con el ingreso en la OMC, China reducirá sustancialmente las barreras a la importación, eliminando cuotas y otras barreras no arancelarias y reduciendo los aranceles de 15% a 9%. Además, abrirá el sector servicios (finanzas, telecomunicaciones, transporte, comercio interior, etc.) y el manufacturero (componentes electrónicos, automóviles, etc.) a la inversión extranjera. Como contrapartida, China se beneficiará, entre otras cosas, de menores cuotas en artículos de vestuario, calzado, etc. y de aranceles inferiores en los mercados solventes de la UE y los EEUU.
Es previsible, por tanto, que aumenten las importaciones productos agrícolas, materias primas textiles, automóviles y bienes de equipo. También es probable que crezca mucho la inversión extranjera en banca, seguros, telecomunicaciones y fabricación de automóviles.
5. Conclusiones:
La economía china resistió notablemente bien el impacto de las crisis asiáticas. Su crecimiento superó 7% en el periodo 1998-2001. Sin embargo, los años noventa y los primeros del siglo XXI han registrado una ligera desaceleración con respecto a los años ochenta. Si el crecimiento anual medio entre 1983 y 1992 fue de 10,2%, la tasa correspondiente a 1993-2001 fue de 9,5%, una tasa impresionante a la vista de los acontecimientos externos negativos de ese periodo (crisis asiáticas en 1997-98 y desaceleración de la economía mundial en 2001). Además, China tiene una considerable capacidad de resistencia a las perturbaciones externas que tanto han afectado a sus vecinos durante 2001.
En 1°, el gobierno puede mantener una política fiscal expansiva puesto que el déficit presupuestario y la deuda pública son relativamente pequeños. 
En 2°, China es menos vulnerable que otros países de Asia oriental a la desaceleración de la economía mundial de 2001-2002 y a la caída del mercado mundial de productos electrónicos. Puesto que la mitad de las importaciones son insumos para las actividades de exportación, el menor crecimiento de las ventas al exterior conlleva un menor crecimiento de las importaciones, con lo que el impacto en el crecimiento de la desaceleración de las exportaciones netas es escaso. 
No obstante, la economía china tiene problemas importantes, de cuya resolución dependerán los resultados de la reforma en los próximos años. Las autoridades deberán acometer reformas en, al menos, los campos siguientes:
· Saneamiento financiero y recapitalización bancaria: la proporción de préstamos de dudoso cobro en los bancos y en las instituciones financieras no bancarias sigue siendo elevada;
· Seguridad social: la creación de un sistema moderno de seguridad social implica traspasar esa responsabilidad de las empresas a los gobiernos provinciales y municipales y, sobre todo, aumentar los fondos públicos destinados a atención médica, seguro de desempleo, pensiones, etc.;
· Reestructuración de las empresas estatales: muchas de ellas operan con pérdida y tienen elevadas deudas. La racionalización, la mejora técnica y la diversificación de la propiedad de las empresas estatales deben continuar e incluso acelerarse;
· Desempleo: la tasa de desempleo urbano asciende;
· Pobreza urbana: como resultado de los despidos de trabajadores en las empresas estatales y del continuo flujo migratorio desde el campo, la pobreza en las grandes ciudades se ha convertido en un problema social de gran importancia.
Aunque la situación económica de China presenta muchos aspectos positivos (crecimiento elevado, inflación escasa, bajas deudas pública y externa, etc.), lo cierto es que subsisten numerosos problemas.
BREGOLAT, Eugenio: “La segunda revolución china” (2007)
EFECTOS SOCIALES Y POLÍTICOS DEL CAMBIO ECONÓMICO:
Descartada la democracia de corte occidental, el PCCh ha efectuado, desde 1978, una reforma política que ha consistido en “perfeccionar la democracia socialista”. Al margen de los cambios políticos impulsados por el poder, el desarrollo económico galopante ha tenido efectos sociales, psicológicos y políticos que configuran una nueva relación entre el E y los ciudadanos y apuntan hacia una nueva cultura política. Junto a la reforma política de iure hay, así, una reforma política de facto. Analizaré esta segunda en 5 apartados:
La emergencia de nuevas clases sociales:
Es lógico que quien tiene poder económico intente transformarlo en poder político. El capital privado intenta, ante todo, influir en el poder para conseguir igualdad de oportunidades respecto a las empresas estatales, que gozan de importantes ventajas, como el acceso privilegiado al crédito de los grandes bancos comerciales de propiedad estatal. Intentan también los empresarios privados obtener garantías legales para la propiedad o los contratos y, en general, seguridad jurídica; es decir, presionan para la creación de un E de derecho. Los empresarios se acercan a los legisladores o a los miembros del Partido con estos fines, lo que se verá facilitado por la aceptación de aquellos en el Partido.
Algunos analistas opinan que Tiananmen fue posible porque en China ya existían nuevas y variadas clases sociales, y fracasó porque estas eran aún demasiado débiles. Junto a la clase capitalista o burguesía, han aparecido clases medias, cada día más amplias: ejecutivos de empresas privadas, pequeños propietarios de comercios, funcionarios, profesionales liberales, etc. Se concentran sobre todo en las grandes ciudades, pero en el campo hay también una nueva clase media formada por campesinos relativamente enriquecidos.
Abriendo sus puertas a los empresarios privados, el Partido intenta evitar que los empresarios se organicen contra él o apoyen a sus enemigos.
El retroceso de la propiedad pública y de la planificación: 
En un régimen socialista lo que otorga al Partido-Estado un poder absoluto sobre la vida de los ciudadanos es el monopolio de la propiedad de los medios de producción. Pero ahora en China los dueños o empleados de empresas privadas, sean chinas, extranjeras o joint ventures, no dependen económicamente del E. Las empresas estatales producían menos de 1/3 del PBI de los sectores secundarios y terciario en 2005. El sector privado, mucho más eficaz que el público, es cada vez más fuerte. La empresa pública, por otra parte, ya no proporciona a sus empleados vivienda, escuela, asistencia médica, pensión de jubilación, etc. Para adquirir una vivienda hay que acudir al mercado.
El otro medio esencial para el control estatal del sistema económico y de la sociedad en general era la planificación. Hoy la economía china es ya una economía de mercado, aunque el E tenga un peso mucho mayor que en las economías capitalistas avanzadas.
El ingreso en la OMC ha dado un nuevo impulso de gran importancia

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