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Resumen U5 (India) - PI

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POLÍTICA INTERNACIONAL
UNIDAD V
EL ESTE DE ASIA Y EL SUBCONTINENTE INDIO
C) INDIA
El sistema político: la democracia más grande del mundo. El sistema de castas: su influencia en la economía y la política. El modelo económico: la importancia del sector servicios. La política exterior en su dimensión global y regional. La Política de Acción hacia el Este. Las relaciones bilaterales más relevantes: los cambios en la relación con EEUU del desacuerdo al acuerdo nuclear. Los vínculos con China.
(Notas de clases) 
Fuerzas profundas:
· Territorio muy extenso. Litoral marítimo muy amplio.
· Diversidad étnica, cultural, lingüística, religiosa (70% hindúes, 15% musulmanes, 8% cristianos, 7% otros).
· Población muy numerosa. Expectativa de vida muy baja.
· Colores de la bandera:
· Naranja: representa el espíritu de sacrificio.
· Blanco: Representa la verdad.
· Verde: Representa la fe y fertilidad.
· Centro: 24hs y el cambio dinámico.
Sistema de castas: Estratificación social establecida, en forma tradicional y prescriptiva, por el hinduismo en la India, la cual clasifica a las personas dentro de la sociedad en cuatro grandes grupos. Rige la vida de los hindúes. Dentro de cada casta hay subcastas:
· Brahmanes: Sacerdotes e intelectuales (encargados de enseñar).
· Chatrías: Guerreros (encargados de defender).
· Vaishias: Comerciantes.
· Shudrás: Campesinos y trabajadores (encargados de servir a las otras castas).
Luego se encuentran los dálits o intocables: 25% de la población Impuros, descastados. Oprimidos. Extrema pobreza.
El sistema de castas determina toda la vida en la India. A partir del crecimiento de la India, este sistema de castas se interfiere con el sistema de clases sociales.
A partir de 2002 la ONU condenó la discriminación por castas. En 1950 la Constitución Nacional India prohibió la discriminación por castas. Si bien en lo legal hay igualdad entre todas las personas, no en la práctica.
Repaso histórico:
1885 Fundación del Congreso Nacional Indio: Quería crear un E laico.
1909 Creación de la Liga Musulmana: Quería crear un E musulmán.
1920-1922 Gandhi lanzó una campaña de desobediencia civil.
1947 Independencia de la India. Partición en 2 E: India y Pakistán (oriental y occidental).
1947 1° Guerra India-Pakistán
1948 Gandhi es asesinado por un extremista hindú.
1950 Se dictó la Constitución Nacional. Sistema democrático parlamentario. India república federal. Miembro de la Commonwealth.
Madre Teresa de Calcuta (1910-1997): Daba muerte digna a las personas que estaban muy enfermas.
1947-1964 Primer ministro Pandit Nehru, perteneciente al Partido del Congreso Nacional Indio (CNI) (partido laico).
Dimensión interna: 
· Democracia política.
· El CNI mantuvo la hegemonía política.
· Proteccionismo, intervencionismo.
Dimensión externa: (presenta muchas continuidades desde la independencia a hoy)
· No alineamiento.
· Fundadora del MNA.
· Lidera a los PED.
· Pretende ocupar un papel de 1° orden en el SI.
· Década del 50: “Chindia” (China e India son hermanos).
· 1962: Guerra indo-china: fracaso del no alineamiento puro. India pierde y es humillada.
1966-1977 / 1980-1984 Primer Ministro Indira Gandhi
Dimensión interna:
· Tendencias al autoritarismo.
· Socialismo, intervencionismo, autarquía.
· Deterioro de las instituciones democráticas.
Dimensión externa:
· Filosovietismo. 1971: Tratado de Amistad y Cooperación con la URSS. Desde entonces, Moscú es el mayor proveedor de armas, y luego Israel.
· Percepciones de las amenazas a la Seguridad Nacional: EEUU y RPCh.
1971 3° Guerra indo-pakistaní. Triunfo de la India.
Creación de Bangladesh, el cual es un E muy pobre. La India apoyaba esta creación.
India apoya el multilateralismo en todos los ámbitos de su dimensión externa, excepto en las cuestiones territoriales con Pakistán que lo trata de forma bilateral.
Características de la India de los años 70 y 80:
· Fuerte deterioro de las instituciones democráticas.
· Agudización de las tensiones sociales.
· Corrupción.
· Política en Asia: condicionada por el alineamiento de hecho con la URSS.
· EL no alineamiento terminó siendo fictivio.
1984 Asesinato de Indira Ghandi. La sucede el hijo:
1984-1990 Primer Ministro Rajiv Gandhi. Él mantiene las líneas de su madre en política interior, economía, y RRII.
Rajid también es asesinado.
1985-1989 Etapa de crecimiento económico acompañada por una pésima administración económica, fiscal y monetaria.
1991-1996 Primer Ministro Narasimha Rao Primer 1° Ministro que no es de la línea de Nerhu.
Dimensión política:
· Enfrentamientos religiosos en Bombay.
· Polarización social.
· Insurrección popular en Cachemira.
Dimensión económica:
· Devaluación de la rupia.
· Relajación de los controles sobre inversión privada.
· Adhiere al consenso de Washington, hasta aún hoy en día y le funciona.
· Supresión del sistema de licencias y reducción de aranceles.
· Liberalización comercial, de capitales y del sistema financiero.
· Programa de ajuste respaldado por el FMI.
2004-2009 / 2009-2014 Manmohan Sing (Congreso Nacional Indio)
Es sikh (religión minoritaria), no hindú.
Modelo indio (como tipo ideal) Apoyado en:
· El mercado interno + que en las exportaciones.
· El consumo + que en la inversión.
· Los servicios + que en la industria.
· La alta tecnología + que en las manufacturas.
India presenta clara ventajas en 2 sectores:
· Farmacéutico (es muy barato producir medicamentos en India).
· Tecnologías de la información.
Luego del 11S EEUU se acerca a la India en su conflicto con Pakistán.
2004 EEUU y la India firman el Acuerdo de Cooperación Nuclear para fines civiles. Consiste en que EEUU le vende a la India uranio enriquecido para sus plantas de energía atómica, ya que la India depende de ese tipo de energía. India no es firmante del TNP, y el uranio enriquecido solo se puede comerciar entre miembros del TNP. El Acuerdo implicó el reconocimiento de facto del poder nuclear de la India. EEUU se aleja de Pakistán.
Miembros del gabinete de Singh eran comunistas, por lo que decidieron dejar el gobierno por estar en contra del Acuerdo.
India recibía uranio y aceptaba la revisión de la OIEA. Además, India acepta algunas cuestiones de EEUU:
· Los buques indios protegen a los de EEUU en su lucha contra Afganistán.
· India vota en contra de Irán y su programa nuclear.
· India acepta el proyecto de escudo antimisiles de Bush.
Países militarmente enemigos de la India: China y Pakistán.
2014-Hoy Primer Ministro Narendra Modi (Partido Popular Indio). Era gobernador. Es de la casta baja india. Llegar al poder sin necesidad de unirse con ningún otro partido minoritario. Obtiene el apoyo de jóvenes y empresario, y el rechazo de musulmanes. Asume en un contexto de críticas al otro partido.
Las 5 “T”:
· Talent
· Trade
· Tradition
· Tourism
· Technology
Dimensión externa: Continuidad de sus predecesores
· Enfatiza el rol de los BRICS.
· Continúa enemistad con China.
· Relación con EEUU: Visita a Obama. Obama hablar de una “Alianza del siglo XXII” entre EEUU y la India.
En 2008 Obama apoya a que la India sea miembro del CS (mientras que Pakistán propone la ampliación de los miembros no permanentes).
En 2008 Obama mata a Bin Laden en Pakistán, sin el permiso del gobierno pakistaní.
El objetivo de EEUU es apoyar a la India para lograr el balance de poder en la región, equilibrando con el poder de China.
Dimensión exterior:
· Doctrina Gujral (década del ’90): guía la política exterior india.
· Carrera armamentista.
· India como potencia ascendente.
· Consenso interno sobre política exterior.
Rasgos que definen la política exterior:
· Defensa del multilateralismo en el tratamiento de los asuntos internacionales. Significa reivindicar que India es una potencia emergente, busca que su voz se oiga, que su calidad de potencia sea reconocida.
· No alineamiento, autonomía estratégica: India elige con quién aliarse en cada momento. No tiene aliados permanentes.
· Diplomacia del desarrollo: necesidad de obtener recursos y energía del exterior. Modi Política de diplomacia comercial.
· Política de defensa creíble: Para asegurarsu seguridad, debe invertir en lo militar. Necesidad de renovar su flota naval.
Relaciones bilaterales más importantes:
· EEUU: Acuerdo nuclear.
· China: Lazos comerciales y desconfianza militar.
· Rusia: Relaciones definidas por el aspecto militar.
· UE: Primacía de los lazos comerciales.
· Japón: Alternativa ante la influencia china.
Política hacia los países emergentes:
· BRICS
· IBSA (2006) Busca crear una ZLC
CAMPOS, Rubén: “La histórica victoria electoral de Modi abre un nuevo ciclo política en la India” (2014)
Tema: La mayoría absoluta obtenida por el partido Bharatija Janata, de centro-derecha y nacionalista hindú, otorga a su candidato Narendra Modi un claro mandato para liderar un nuevo ciclo político en la India, centrado en el desarrollo económico y el buen gobierno.
Resumen: Por primera vez el partido Bharatija Janata ha obtenido la mayoría absoluta de escaños en el parlamento en las recientes elecciones celebradas en la India. La clara victoria de esta formación de centro-derecha y nacionalista hindú, más el derrumbe de su principal adversario político, el Partido del Congreso, inauguran un nuevo ciclo político en la India. Su líder y nuevo primer ministro Narendra Modi encabezará este proceso de cambios con el reto de lograr un mayor desarrollo económico y consolidar el peso político de la India en el sistema internacional.
Análisis:
El carismático nuevo líder de la India, Narendra Modi, ha liderado la victoria electoral más amplia de la historia del Bharatija Janata Party (BJP), de centroderecha y nacionalista hindú, en unas elecciones indias. Los resultados de los comicios le otorgan gran cantidad de los escaños en el Parlamento.
El mayor ejercicio democrático de la historia, en el que 550 millones de ciudadanos indios de los 815 convocados han ejercido su derecho al voto, tiene también un claro derrotado en el hasta ahora gobernante Partido del Congreso. Su líder para estas elecciones, Rahul Gandhi, ha cosechado el peor resultado de la formación que más tiempo ha estado en el poder desde la independencia en 1947, con sólo 44 escaños.
El Congreso Nacional Indio, de centro-izquierda y secularista en asuntos religiosos, apostó claramente por un miembro de la dinastia Nehru-Gandhi que ha dominado históricamente este partido y el gobierno indio. Rahul tenía la labor de sustituir al ex primer ministro de los últimos 10 años Manmohan Singh, cuyo principal legado es un papel decisivo en las reformas económicas de la década de los 90 que impulsaron el crecimiento, pero que ha sido muy criticado por su pasividad y falta de liderazgo en su último mandato, que se ha traducido en un aumento de la corrupción y una desaceleración de la economía.
Rahul no ha podido emular a su bisabuelo Jawaharlal Nehru, ni a su abuela Indira Gandhi o su padre Rajiv.
Otra dimensión clave de estas elecciones es la perdida de relevancia de los numerosos partidos regionalistas que han jugado un papel central en la vida política nacional en las últimas décadas, como parte imprescindible de coaliciones de gobierno. Frente a la necesidad de construir complejas coaliciones con más de una docena de partidos, la mayoría absoluta que ha conseguido Modi le otorga un mandato claro para poner en marcha su plataforma política de cambio centrada en el desarrollo económico, las reformas institucionales y el buen gobierno.
Aunque la India tiene un sistema parlamentario, la campaña electoral ha sido marcadamente presidencialista y centrada en los principales candidatos. La contundente victoria de Modi se explica por su capacidad de liderar un mensaje de cambio centrado en la mejora de la economía y la calidad de vida de los ciudadanos y su fama como político austero y gestor eficaz. La mayor preocupación de la emergente clase media y la juventud es la situación económica y la corrupción y son dos de los grupos sobre los que ha cimentado su triunfo.
Modi representa también las aspiraciones de la gran mayoría de la población menos privilegiada, que le consideran uno de ellos gracias a su imagen como hombre hecho a sí mismo, procedente de una familia de casta baja dentro de la mayoritaria religión hindú, hijo de un vendedor de té en las estaciones de tren y una madre que limpiaba platos para pagarle su educación.
En el pasado han existido otros líderes políticos en la India de extracción humilde, pero es la primera vez que uno de ellos no enarbola la bandera del socialismo. La principal credencial política de Modi durante sus años como gobernador de la región de Gujarat en el noreste del país es la transformación económica de la misma. Para ello, Modi promovió la iniciativa empresarial privada y la inversión extranjera, priorizo la construcción de infraestructuras e introdujo reformas en sectores claves como la agricultura, logrando un crecimiento económico por encima de la media india.
El énfasis en el desarrollo económico basado en un modelo empresarial ha colocado en segundo lugar la otra dimensión política clave de Modi y su partido: su nacionalismo hindú. En un país caracterizado por su diversidad religiosa y cultural, con un 14% de ciudadanos musulmanes por ejemplo, el BJP defiende la aplicación del hindutva o modo de vida hindú en oposición a la filosofía secularista o laica del partido del Congreso.
Un nuevo ciclo político: prioridades del gobierno entrante
Su tarea más urgente es cumplir con sus promesas de liderar un aumento del crecimiento económico que venga acompañado de una fuerte creación de empleo.
No será una tarea sencilla. En la década de 2000 a 2010, el producto interior bruto de la India ha crecido a tasas cercanas al 10% anual y, pese a que aumentó la población, el ingreso per cápita también se dobló. Fueron los años en los que se comenzó a hablar del milagro económico indio y a comparar su crecimiento con el de la vecina China. Con el impacto de la crisis económica global, el crecimiento se ha frenado de forma drástica.
Durante la campaña, Modi ha prometido reflotar el ritmo de crecimiento con un modelo orientado a la creación de puestos de trabajo especialmente para los jóvenes, atrayendo inversión extranjera, reduciendo el peso del sector público y la burocracia y reformando la legislación laboral. En su experiencia en Gujarat, que pretende sirva como modelo en su salto al ámbito nacional, la base para lograr estos objetivos fueron la construcción de infraestructuras, priorizar el sector industrial y la modernización del sector agrícola, que sigue siendo un ámbito económico fundamental para la mayoría de la población india.
En el medio plazo el gobierno de Modi pretende afrontar reformas estructurales de la administración, que implicarán un proceso de descentralización y devolución de poder del centro a los estados federales. La resistencia de la poderosa burocracia de Delhi ante dicho proyecto será uno de los grandes retos del nuevo ejecutivo.
En el ámbito político interno el principal objetivo para Modi es consolidar la seguridad con una estrategia que denomina “de tolerancia cero” ante las amenazas de los grupos insurgentes maoístas, también denominados naxalitas, del terrorismo de inspiración islamista y de otros grupos separatistas. Para ello propone modernizar la policía y las fuerzas armadas con un mayor presupuesto y responsabilidades.
El ámbito internacional no ha jugado un papel decisivo en la campaña electoral ya que no es una preocupación principal de los votantes. Modi ha defendido la necesidad de estabilidad regional para poder centrarse en sus planes de crecimiento económico y desarrollo. Esto puede llevar a que las necesidades económicas canalicen buena parte de sus decisiones en política exterior. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno tiene como objetivo consolidar la creciente importancia de la India en el contexto geopolítico como potencia emergente. 
Esta estrategia implicará un acercamiento a su vecino Pakistán, enemigo tradicional desde la independencia de ambos del Imperio Británico, a través de medidas de creación de confianza, sobre todo en el terreno económico, y renovación del compromisocon el proceso de diálogo de alto nivel existente para solucionar sus desacuerdos, incluida la disputa por el territorio fronterizo de Cachemira.
Pero Modi también tiene como objetivo en la relación con Pakistán marcar un límite claro en la responsabilidad de su vecino de controlar los grupos terroristas islámicos que utilizan su territorio como base de operaciones para ataques en la India; así como en poner presión para que el gobierno de pakistaní actúe de forma eficaz contra los responsables de los cruentos atentados que tuvieron lugar en Mumbai en 2008*, que están en Pakistán y los tribunales indios han identificado.
(*Los atentados de 2008 en Bombay fueron diez ataques terroristas coordinados en la capital financiera de la India, Bombay. 173 personas murieron, incluyendo 6 extranjeros, y 327 resultaron heridas).
China, el otro vecino clave para las relaciones internacionales de la India. El Modi centrado en las prioridades de desarrollo económico tiene en la construcción de una relación más fluida y eficaz con China un objetivo central para esta dimensión. De hecho, el modelo de crecimiento económico favorecido por Modi se inspira en gran medida en la experiencia china. Los incentivos para ambas partes son lo suficientemente importantes para poder poner a un lado su tradicional confrontación por la hegemonía regional.
En paralelo y dentro de su estrategia de posiciones duras en el tema de seguridad, Modi ha criticado la mentalidad expansionista china y ha tomado una postura firme en el conflicto fronterizo que mantienen ambos países en la zona noreste del subcontinente indio, defendiendo una mayor inversión para las fuerzas militares indias que operan en la zona.
Modi puede encontrar aliados para esta postura más asertiva ante la capacidad militar china en el Japón del primer ministro Shinzo Abe y otros países del sudeste asiático con similares recelos, pero tendrá que manejar un equilibrio complejo para compatibilizarla con el objetivo principal de construir unos mayores lazos económicos bilaterales.
El otro gran reto para la política exterior del nuevo gobierno será como encauzar sus relaciones con EEUU. El anterior gobierno del BJP inauguró a finales del siglo pasado una nueva etapa de colaboración con la potencia norteamericana tras décadas de desencuentros durante la Guerra Fría. Sus intereses económicos y geopolíticos comunes, como la contención de China, fueron suficientemente relevantes como para dejar atrás un pasado de desconfianza en el que EEUU contó con Pakistán como su principal aliado en la región.
Aunque no aparece como prioridad política en los discursos del nuevo primer ministro ni en los análisis realizados en los medios indios, la UE en su conjunto es el primer socio económico internacional de la India y como tal puede jugar un papel importante como aliado en esta nueva etapa donde el desarrollo económico será el vértice central.
Conclusiones
Pese a su destacado triunfo electoral, los primeros pasos de Modi en el gobierno han estado marcados por su carácter pragmático y un estilo moderado y conciliador para afrontar los retos internos y los que tienen una dimensión geopolítica. Su estrategia y declaraciones de mano dura en el ámbito de la seguridad interna y regional han venido acompañadas por acercamientos diplomáticos a China y Pakistán centrados en los mutuos intereses económicos y pese a su desencuentros en el pasado con EEUU se ha comprometido a estrechar los lazos de cooperación.
CARTER, Ashton: “¿Nuevo socio estratégico de EEUU?” (2007)
En 2005, el primer ministro indio, Manmohan Singh, anunció que su país y EEUU habían logrado un acuerdo para una “asociación estratégica” de largo alcance. Como parte del pacto, Bush rompió con una antigua política de su nación y reconoció abiertamente a India como potencia nuclear legítima, poniendo fin a 30 años de esfuerzos de Nueva Delhi por lograr este reconocimiento.
Los opositores afirman que la histórica concesión de Bush al país asiático podría asestar un fuerte golpe al régimen internacional de no proliferación nuclear y sentar un peligroso precedente para Irán, Corea del Norte y otros. También señalan que el gobierno de Bush no obtuvo ningún compromiso significativo de Nueva Delhi: ninguna promesa de limitar su creciente arsenal atómico o de dar nuevos pases para ayudar a combatir la proliferación nuclear y el terrorismo internacional. ¿Por qué dio Washington tanto a India por tan poco?
Washington cedió algo en el terreno nuclear para ganar mucho más en otros frentes, con la esperanza de ganar el apoyo y la cooperación de la India –país democrático de ubicación estratégica e importancia económica en aumento- para enfrentar los desafíos que un Irán amenazante, un Pakistán turbulento y una China impredecible podrían plantear en el futuro. La decisión de Washington de otorgar un reconocimiento nuclear a cambio de una asociación estratégica fue una jugada razonable.
Sin embargo, los críticos subrayan una delicada asimetría en el acuerdo: aunque el trato de claro en lo que una de las partes concede, es vago en lo que otra dará a cambio. India obtuvo un reconocimiento nuclear inmediato; las ganancias para EEUU son contingentes y se encuentran muy adelante en un futuro incierto. Este desequilibrio deja a Washington a merced de la conducta futura de su contraparte: persiste la posibilidad de que India no cumpla su compromiso en la asociación estratégica.
Reconocimiento al fin:
Anteriores gobiernos de EEUU adoptaron la postura de que el arsenal nuclear de India, que se probó por primera vez en 1974m era ilegítimo y debía ser eliminado o al menos limitado con severidad. Lo hicieron así por dos razones. Primera, temían que legitimar el arsenal indio desencadenara una carrera armamentista en Asia porque Pakistán, el archirrival de India, y China se verían tentados a mantenerse al paso de las actividades indias. Segunda, Washington quería apegarse estrictamente a los principios fundamentales del TNP: los E signatarios podían realizar comercio nuclear pacífico; los no firmantes, como la India, no.
Luego del 11/S, el cual impulsó a EEUU a mirar con nuevos ojos sus políticas en el sur de Asia, Bush se acercó primero a Pakistán para procurar su ayuda contra los terroristas islámicos. Pero luego se volvió también hacia Nueva Delhi, y en 2005 finalmente le concedió el reconocimiento nuclear de facto. De un golpe, Washington invitó a la India a unirse a las filas de China, Francia, UK, Rusia y EEUU, como legítima poseedora de la influencia que las armas nucleares confieren.
Conforme a los términos del acuerdo, EEUU se compromete a comportarse como si India fuese un E con armas nucleares en los términos del TNO (incluso si EEUU hubiese deseado hacer de India un E nuclear de jure conforme al TNP, es probable que tal cambio no hubiera sido posible, pues habría requerido la aprobación unánime de los 188 signatarios). Washington también se ha comprometido a dejar de negar tecnología nuclear civil al país asiático y ha decidido solicitarle aplicar las salvaguardias de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sólo a las instalaciones nucleares que designe para propósitos puramente civiles. Ahora también se le autoriza a importar uranio, cuya falta ha detenido largo tiempo el avance de su programa nuclear.
El gobierno de Bush ha descrito el tema nuclear como el irritante fundamental en las relaciones entre ambos países y ha sostenido que, un vez que se deslinde de ese tema, India se volverá participante responsable en el régimen de no proliferación, tirará por la borda los vestigios de sus posturas del MNA, tomará un lugar más normal en el mundo diplomático… y se volverá socia estratégica de EEUU.
Daño colateral:
La acusación más seria contra el acuerdo es que Washington, al reconocer el estado nuclear de facto a la India y recompensar en los hechos la desobediencia, lesiona la integridad del régimen de no proligeración.
Es probable que el efecto del pacto Bush-Singh en los llamados estados villanos sea mínimo. No sería errado supone queaunque el norcoreano Kim Jong Il calcula hasta dónde puede llegar en su aventura nuclear, apenas si le preocupa la consistencia interna del régimen del TNP (como ocurrió con Saddam Hussein, quien con el tiempo lo ignoró por completo). La ideología imperante en Pyongyang no es tanto el comunismo como una adopción fanática de la autarquía y la autonomía, que parece incluir el desafío abierto a normas internacionales como la no proliferación.
El impacto del tratado se sentirá sobre todo entre otros 2 grupos de países: los E que no son villanos, pero han coqueteado o continúan haciéndolo con la condición nuclear (“los intermedios”), y los que se apegan con fidelidad a las reglas, sea que cuenten con armas o no (“los fieles”). Sudáfrica, Argentina, Brasil, Ucrania, Kazajstán, Belarús, Corea del Sur, Taiwán y Libia han sido de los intermedios en un momento u otro. Si bien se alejaron de las armas nucleares pro razones específicas de sus circunstancias, todos se vieron influidos por el temor de sufrir un ostracismo internacional duradero si violaban el régimen del TNP. Ahora que el trato benigno hacia India parece indicar que el perdón llega a los proliferadores que esperan lo suficiente, algunos estados podrían verse tentados a desviarse.
El trato con India ha tenido el mayor efecto en los fieles de la no proliferación, entre ellos los 5 E que están facultados formalmente a poseer armas conforme al TNP. Estos países no sólo tienen un papel de importancia en enfrentar a los E villanos y mantener a raya a los intermedios; también brindar apoyo técnico directo al régimen de no proliferación negando exportaciones críticas a gobiernos que infringen las reglas del tratado. En particular, el Grupo de Proveedores Nucleares coordina controles sobre las exportaciones de naciones que poseen tecnología avanzada de energía nuclear.
El verdadero trato:
Los verdaderos beneficios del trato con India para Washington radican en las ganancias significativas, sobre todo en términos de seguridad, que una relación estratégica más amplia podrían propiciar andando el tiempo.
EEUU también deseará la ayuda de India para enfrentar a una serie de peligrosas contingencias referentes a Pakistán. El arsenal nuclear de esta última nación, junto con el de Rusia, está en el centro de una inquietud urgente por el terrorismo nuclear. Los terroristas podrían comprar o robar a Pakistán los materiales (plutonio o uranio enriquecido) necesarios para construir bombas nucleares gracias a desvíos por elementos radicales de la elite paquistaní o si se derrumbara el régimen. Y si se originara un incidente en Pakistán, EEUU querría responder en concierto con cuantos actores regionales fuera posible, India entre ellos.
Andando el tiempo, EEUU podría desear también que India sirva de contrapeso a China. Por ahora, EEUU e India están en general ansiosos de mejorar el comercio con China y se cuidan de antagonizar con ella; pero es razonable que quieran protegerse de cualquier deterioro en sus relaciones mejorando los vínculos entre una y otra. Ningún gobierno desea hablar en público, muchos menos actuar ahora, para impulsar este interés compartido, pero bien podrían hacerlo en el futuro.
La única ruta posible:
Los defensores del trato con India lo han comparado con la apertura del presidente Nixon hacia China en 1971. Es cierto que ambos fueron movimientos audaces, basados en un firme fundamento de interés mutuo, y que ambos fueron saltos de confianza más que astutas negociaciones. Pero existen diferencias tranquilizadoras entre las 2 asociaciones. Nixon y Mao compartían un enemigo claro y presente –la URSS-, no un conjunto incierto de posibles peligros futuros, como ocurre ahora con Bush y Singh. Más importante: la India es hoy, a diferencia de la China de Mao, una democracia. Ningún gobierno de Nueva Delhi puede cambiar el rumbo de una política seguida durante décadas o comprometer de pronto al país en un conjunto amplio de acciones en apoyo e intereses estadounidenses: solo una evolución profunda y probablemente lenta en las opiniones de las elites indias podría producir cambios semejantes.
Más que dar marcha atrás, el gobierno de Bush y el Congreso deben avanzar. Un mejor enfoque que restar beneficios del lado indio de la ecuación sería sumarlos al lado estadounidense para asegurar que Washington obtenga lo que tiene derecho a esperar de Nueva Delhi: no sólo restricción nuclear y un nuevo nivel de apoyo en el manejo de potenciales proliferadores como Irán, sino una amplia realineación estratégica.
DAS, Gurcharan: “El modelo de India” (2007)
En vez de adoptar la clásica estrategia asiática -exportar a Occidente bienes de trabajo intensivo y bajo precio-, se ha apoyado en su mercado interno más que en las exportaciones, en el consumo más que en la inversión, en los servicios más que en la industria, y en la alta tecnología más que en las manufacturas de baja especialización. Este enfoque ha significado que su economía esté en su mayor parte aislada de los contratiempos mundiales y muestre un grado de estabilidad tan impresionante como el ritmo de su expansión. El modelo impulsado por el consumo es también más benigno hacia la población que otras estrategias de desarrollo.
Más que crecer con ayuda del Estado, en muchos sentidos India ha crecido a pesar del Estado. El empresario está en el centro de la historia de éxito: hoy el país ostenta empresas privadas sumamente competitivas, un mercado de valores en auge y un sector financiero moderno y bien disciplinado. A partir de 1991, el Estado indio se hace cada vez más a un lado, no por graciosa concesión, sino arrastrado y empujado a adoptar reformas económicas. Ha reducido las barreras comerciales y las tasas impositivas, acabado con los monopolios estatales, liberado la industria, alentado la competencia, y se ha abierto al resto del mundo.
Es probable que el crecimiento rápido continúe e incluso se acelere. Pero ello no puede darse por sentado. La deuda pública es alta, lo que desalienta la inversión en infraestructura necesaria. Las leyes laborales, sumamente estrictas, aunque sólo protegen a 10% de la fuerza de trabajo, tienen el efecto perverso de desalentar la contratación de nuevos empleados. El sector público, aunque mucho más pequeño que el de China, aún es demasiado grande e ineficiente, lo cual es un lastre importante en el crecimiento y el empleo y una carga para los consumidores. Y si bien India genera con éxito manufacturas de tecnología avanzada, intensivas en capital y conocimientos, no ha logrado crear una revolución industrial de base amplia e intensiva en trabajo, lo cual significa que las ganancias en el empleo no son proporcionales al crecimiento general.
Un cuento de 100 años:
El primer ministro Jawaharlal Nehru y su hija Indira Gandhi gobernaron en las décadas económicas más oscuras de la India. Establecieron una economía mixta que combinaba los peores rasgos del capitalismo y el socialismo. Nehru erigió un sector público ineficiente y monopólico, sobrecargó de reglamentaciones a la empresa privada con los controles más rígidos del mundo sobre precios y producción, y desalentó la inversión externa.
En la década de 1980, la actitud del gobierno hacia el sector privado comenzó a cambiar, gracias en parte a los subestimados esfuerzos del primer ministro Rajiv Gandhi. Modestas reformas liberales propiciaron un aumento del crecimiento. En 1991, una serie de reformas por fin permitieron a India integrarse en la economía global. El principal arquitecto de estas reformas fue el ministro de hacienda, Manmohan Singh, hoy primer ministro. Redujo aranceles y otras barreras comerciales, hizo trizas las licencias industriales, redujo las tasas impositivas, devaluó la rupia, abrió el país a la inversión extranjera y retiró los controles de divisas. Muchas de estas medidas fueron graduales, pero indicaron una ruptura decisiva con el pasado de economía dirigida. La economía devolvió de inmediato el favor: el crecimiento se elevó, la inflación cayó en picada y las exportaciones y reservas de divisasse elevaron en forma espectacular.
Una revolución peculiar:
India ha mejorado considerablemente su competitividad desde 1991 en adelante: se ha dado una revolución en las telecomunicaciones, las tasas de interés se han reducido, abunda el capital, los caminos y puertos han mejorado. 
Es patente el contraste entre el crecimiento de India, impulsado por las empresas, y el de China, centrado en el Estado. El éxito chino se basa sobre todo en las exportaciones de empresas estatales o extranjeras. Beijing se muestra aún muy receloso de los empresarios. 
Lo peculiar del desarrollo de India hasta la fecha es que el alto crecimiento no se ha visto acompañado de una revolución industrial intensiva en trabajo, capaz de transformar la vida de las decenas de millones de indios atrapados aún en la pobreza rural. Muchos indios observan hipnotizados cómo China parece crear un flujo interminable de empleos manufactureros de bajo nivel al exportar bienes como juguetes y ropa, mientras sus compatriotas de estudios más avanzados exportan servicios de conocimiento al resto del mundo.
En la India, el crecimiento es impulsado por los servicios y el consumo interno. Los servicios representan ahora más de 50% del PIB, mientras la proporción de la agricultura es de 22% y la de la industria es de apenas 27% (contra 46% de China). Y dentro de la industria, la fuerza de India es la fabricación de alta tecnología y alta calificación.
En el corto plazo, la mejor manera en que India puede mejorar la suerte de los pobres del campo sería promover una segunda revolución verde. A diferencia de lo que ocurre con las manufacturas, India tiene ventaja competitiva en agricultura, con tierra cultivable, luz solar y agua en abundancia. Sin embargo, lograr este cambio requiere cambiar el enfoque de la producción de labriegos a la de agroempresas y estimular al capital privado para que se traslade de las zonas urbanas a las rurales.
Progreso a pesar del estado:
Hoy los indios creen que su burocracia se ha vuelto el obstáculo principal al desarrollo, que bloquea las reformas económicas en vez de guiarlas. Creen que los burócratas sirven a sus propios intereses; que son estorbosos y corruptos, y que están protegidos por las leyes laborales y por contratos vitalicios que los eximen de toda responsabilidad.
Reforma escolar:
El Partido del Congreso Nacional de Singh, asociado a la izquierda, arrasó en la elección hace dos años pese a que el Partido Bharatiya Janata (BJP) había presidido una era de crecimiento sin precedentes. La izquierda alardeaba de que la elección fue una revuelta de los pobres contra los ricos.
DE ARÍTEGUI, Gustavo: “La India del siglo XXI” (2015)
India es una de las grandes naciones del mundo de la que casi todo el mundo habla, cree saber y entender, y que muy pocos conocen a fondo.
La india es una vieja civilización, de hecho, se puede decir, sin temor a la equivocación, que es la civilización más antigua ininterrumpida del mundo, pues puede haber alguna otra que diga ser más antigua pero cuya continuidad en la historia ha sido muchas veces truncada. Usar el manido concepto de mosaico étnico, religioso, lingüístico, cultural, geográfico, climatológico, económico, social y político no empieza ni tan siquiera a rozar la superficie de la inconmensurable realidad de esta nación-universo.
La democracia más poblada del mundo:
En India hay un gobierno central de corte parlamentario con un presidente de la República, secundado por un vicepresidente, los dos elegidos por un complejo sistema electoral en el que participan ambas cámaras del Parlamento indio y representantes de los Estados. El primer ministro tiene amplios poderes constitucionales, pero la realidad de este complejísimo país hace que el ejercicio del poder sea un constante esfuerzo de equilibrios, consensos y diálogo entre partidos y distintos gobiernos, incluso cuando, como sucede en la actualidad, el primer ministro goza de amplia mayoría absoluta.
Todo esto atestigua sin duda la envidiable salud democrática que cuenta además, con unos medios de comunicación extraordinariamente activos e influyentes. Existen los dos periódicos de lengua inglesa de mayor tirada del mundo, Times of India e Hindustan Times. Es el país con más canales de televisión de información general y económica, tanto en inglés como en los demás idiomas del país. El debate político en los medios es vivo, apasionado, casi siempre vehemente y no pocas veces acalorado. Aquí he conocido a algunos de los periodistas y analistas políticos más brillantes con los que me he cruzado en mi vida y la pujanza de la intelectualidad india es envidiable. Además, en el subcontinente (no solo en India) se encuentran algunos de los mejores escritores del mundo en lengua inglesa.
Por otra parte, y con relación a los conflictos territoriales, la incorporación de Jammu y Cachemira a la Unión en 1947 a través de un pacto especial plasmado en el artículo 370 de la Constitución, otorgaba a ese territorio unas condiciones distintas, una suerte, de hecho, diferencial al resto de Estados de India. En este sentido, Jammu y Cachemira tiene bandera, Constitución y no estatuto y en su día el jefe de gobierno recibía el título de primer ministro y no de Chief Minister. Algunos sectores políticos indios rechazan las condiciones especiales concedidas por el artículo 370 y desearían ver una plena homogeneización del Estado al resto de India.
Sociedad india:
Su diversidad se consideró durante mucho tiempo una debilidad, pero en realidad se trata de una bendición que ha hecho de este país una de las sociedades más fascinantes, complejas y vibrantes del presente siglo. Es verdad que siguen existiendo lastres nada desdeñables como la pobreza y las desigualdades, acompañadas por la omnipresencia de las castas que, aunque legalmente abolidas, siguen teniendo un enorme peso en esta sociedad.
Es verdad que las castas están abolidas en la Constitución india de 1950, pero no es menos cierto que, aún hoy, cuando se publica la lista de un nuevo gobierno en la prensa, en su breve curriculum figura junto a la foto y el nombre, la casta a la que pertenece, y cuando se trata de descastados o dalits se utiliza la sigla SC por Scheduled Casts, eufemismo que significa castas protegidas por el Estado y la forma políticamente correcta de referirse a los intocables. En el ámbito privado, las castas siguen pesando mucho en la conformación de vínculos familiares.
Las castas tienen también gran influencia económica, pues alguna subcasta del grupo de castas de los comerciantes, los vaisias –tercera en el rango– los banias o los mawaris (como Lakshmi Niwas Mittal, presidente de ArcelorMittal) tienen una enorme relevancia en el mundo empresarial indio. 
Parecerá contradictorio que yo diga a renglón seguido que se están produciendo varias revoluciones económicas y sociales que están cambiando el peso de las castas en las relaciones sociales y económicas. En algunos casos están trastocando el orden económico y social marcado por siglos de vigencia del sistema. Así, en algunos pueblos y aldeas, agricultores dalits han dedicado una parte importantísima de sus escasos recursos a la educación de sus hijos. Esto ocurre desde hace 20 años y se da la circunstancia de que muchos de estos chicos dalits, de extracción muy humilde, gracias al esfuerzo de sus padres han conseguido puestos de trabajo muy bien remunerados para los estándares de India.
De igual forma que algunas economías europeas necesitan crecer entre el 1,5 y el 2,5 por cien para generar empleo, India necesita como mínimo el cinco y 5,5 por cien para no destruir empleo y generarlo a partir del seis. Hoy, con un crecimiento cercano al ocho por cien, y previsiones optimistas para 2016 que superan esa cifra, se puede decir que las clases medias indias seguirán creciendo y aumentando su inmenso peso social económico y político en este país.
A pesar de los problemas que subsisten en diferentes partes de esta geografía y en no pocos sectores de la sociedad, se respira optimismo y pujanza. Los jóvenes profesionalesindios, dentro o fuera del país, escalan posiciones en su trabajo, compañías e incluso en la política.
La mujer y su papel en la sociedad
En esta nueva India, se refuerza de manera notable el papel de la mujer. Este es el país que tuvo una primera ministra durante casi 20 años (Indira Gandhi) y donde muchas mujeres han tenido responsabilidades políticas en el gobierno central y los Estados.
Muchas ONG han conseguido cambiar radicalmente el panorama de la pobreza en algunos distritos pobres del país al centrar su acción socioeconómica en las mujeres, ya que se ha comprobado que los programas agrícolas o de artesanía para el desarrollo de comunidades en los distritos más pobres del país tienen un altísimo porcentaje de éxito cuando se confían los ingresos y los micro créditos a las mujeres.
Geopolítica y política exterior de India:
Este es otro ámbito en el que India ha evolucionado y se ha desarrollado. Ayer, era el epicentro del movimiento no alineado, cuyo ideólogo central y uno de los padres más importantes fue Jawaharlal Nehru, primer jefe de gobierno de este país y uno de los centros principales del mundo de lo que se ha dado en llamar el tercermundismo o la desconfianza a Occidente y a las antiguas potencias coloniales en los años cincuenta, sesenta y setenta. Hoy, India es mucho más que eso.
India es más que una potencia regional. Aspira legítimamente a ser una potencia global, pues su creciente peso económico, militar, espacial, cultural o tecnológico es cada vez más evidente. Su política exterior se ha hecho más pragmática, muchísimo menos dogmática que en los años cincuenta, sesenta o setenta, sin desistir a lo que cualquier partido político o cualquier indio, sea o no participe de idea política alguna, consideran irrenunciable, que es la soberanía, integridad territorial del país, su “sagrada unidad” y la defensa de sus “irrenunciables” intereses.
En mi opinión, la nueva política exterior de Modi está diseñada en torno a círculos concéntricos. El primero, el de sus vecinos inmediatos, con la excepción de Pakistán o China. En este círculo están Afganistán, Nepal, Bután, Bangladesh, Sri Lanka, Maldivas, y Myanmar, que no es miembro de la Asociación Surasiática para la Cooperación Regional (Saarc, en inglés). Con algunos de ellos, las relaciones en el pasado han sido complejas y no siempre fáciles. Todos, junto a Pakistán, forman parte de la Saarc, a la que se pretende revitalizar a la vista de los cambios políticos acaecidos en algunos de sus miembros. India ha intentado acercarse a sus vecinos y generar confianza y cercanía demostrando gran solidaridad en los momentos de dificultad. El ejemplo más reciente ha sido la ejemplar actitud de este país tras el terremoto de Nepal. En apenas cuatro horas, después del seísmo aterrizaban los primeros aviones de la fuerza aérea en el aeropuerto de Katmandú.
El segundo círculo es el de los países con los que India mantiene un grado de afinidad o cercanía grande y con los que desea mantener estrechas relaciones políticas mutuamente beneficiosas. Aquí se encuentran los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) y por distintas y diversas razones, EE UU, Canadá, Japón, Australia, Alemania, Francia, Reino Unido. 
El tercer círculo son países con los que India desea mantener relaciones, pero no tiene la misma intensidad o volumen. Cabe destacar el importantísimo papel que desempeña en el seno del G20, donde cada vez tiene mayor presencia y no solo se limita a estar en los foros más importantes del mundo sino también a opinar en cuestiones relevantes de la agenda internacional.
Capítulo aparte merece el sensible asunto de las relaciones indo-pakistaníes. el mayor trauma que este país sigue sintiendo es la profunda herida de la partición tras la independencia en agosto de 1947. Mahatma Gandhi dijo siempre que nada le había causado más dolor en su vida que la partición de India en dos Estados. Hay que entender que esta no es una cuestión solo religiosa, pues en este momento hay en India más musulmanes que la población total de Pakistán. Es una cuestión de trascendencia geopolítica innegable e inmutable. Y el trauma del nacimiento en estas trágicas circunstancias ha de ser superado por la distensión y las buenas relaciones de vecindad que garanticen a cada uno su estabilidad, su seguridad y el respeto a sus mutuas soberanías. No se puede obviar que ambos países son potencias nucleares.
Las relaciones con China son igualmente complejas. Las reivindicaciones territoriales chinas sobre algunos Estados indios son un irritante en las relaciones bilaterales, con el pasado bélico de las relaciones sino-indias con la guerra sino-india de 1962 como epicentro. Sin embargo, la elección de Modi y su buena sintonía con el presidente chino, Xi Jinping, augura una nueva y esperanzadora etapa. Las relaciones entre India y China deben pasar de conflictivas a competitivas. La competencia entre ambos nunca podrá desaparecer, dados los intereses de los dos países y las tensiones por influir en la región. 
Economía india:
El motor principal de la economía india es el consumo interno, y cuando este se altera por alguna circunstancia coyuntural, su crecimiento y desarrollo se ven gravemente afectados. La agricultura sigue teniendo un importante peso en el PIB global de tal forma que un buen o mal monzón puede significar medio punto en el crecimiento del PIB.
Entre los lastres al crecimiento económico están la pobreza, la desigualdad, la preocupante contaminación del aire en ciudades y del agua en todo el país, la precariedad de los agricultores, la falta de infraestructura, la dependencia energética.
Una vez se hayan superado estos y otros cuellos de botella, el país estará en posición de competir en mejores condiciones en los mercados internacionales, convirtiéndose no solo en un país impulsado por el consumo interno, sino también en una economía con clara vocación de exportación. India tiene un potencial económico espectacular, en muchos ámbitos queda muchísimo por hacer en sectores tan esenciales como defensa, infraestructuras, tratamiento de residuos urbanos, energías, energía renovable, agua, agroindustria, diseño urbanístico y ciudades inteligentes, construcción de trenes del sector de la aviación o el turismo.
India tiene fortalezas innegables económicas en la industria de la información y la comunicación, la denominada industria IT en biotecnología, los back-offices de diferentes servicios (banca, ingenierías, call-centers) y fortalezas innegables en la moda y el textil, bienes de consumo, tanto de línea blanca como electrónicos; en el sector de la automoción y las motocicletas en clara expansión geométrica. Mención aparte merece la industria cultural y cinematográfica cuya principal, más conocida e importante es Bollywood, aunque no la única. Hoy la industria cinematográfica india es la primera en el mundo en número de películas y la segunda en facturación. La calidad de la producción cinematográfica india, sus guiones, directores, actores y productores es mundial y se encuentran entre los mejores del mundo.
En 2025, India será la cuarta o tercera economía del mundo, será una potencia militar y política mundial indiscutida, tendrá una fortaleza e influencia cultural difícilmente imaginable hace apenas 20 años, y su numerosa e influyente diáspora tendrá un papel estratégico dentro y fuera. Como ejemplo, el crecimiento exponencial de la influencia de la comunidad de origen indio en EE UU, de apenas tres millones y medio de personas, tiene un peso creciente en el ámbito político espectacular en la industria de IT y en concreto en Silicon Valley.
MATO BOUZAS, Antia: “La política exterior india: las dimensiones global y regional” (2009)
	Resumen:
Este Documento de Trabajo examina los rasgos principales de la política exterior india actual, haciendo énfasis en la relación con los grandes poderes y la política regional, no sólo hacia Asia meridional sino también a la amplia zona que representa el Índico. La evolución de esta estrategia exterior es el resultado de los cambiosproducidos en el país durante las casi dos últimas décadas, así como de las transformaciones en el contexto internacional, y en especial el reto que supuso revertir el clima hostil generado a raíz de los ensayos nucleares indios de 1998. Como consecuencia, ha predominado el pragmatismo al abordar los asuntos internacionales, si bien se echa en falta una capacidad de iniciativa para realizar propuestas dirigidas a redefinir ese escenario exterior.
1. Introducción:
La política exterior india ha sufrido una importante transformación durante las ya casi dos últimas décadas, desde que el país iniciara una apertura económica y política a principios de los años 90 del siglo pasado. Hasta entonces, su presencia externa se caracterizaba por ejercer un liderazgo como voz del Tercer Mundo, o de los países del Sur, crítico con la dinámica de bloques que imperaba en la época. No obstante, las fluidas y estables relaciones entre Nueva Delhi y Moscú –especialmente durante los gobiernos de Indira Gandhi y sobre todo a partir del Tratado Indo-Soviético de 1971– habían situado a India en la esfera de la órbita soviética. De hecho, además de las causas estructurales internas, el estancamiento económico del país a finales de los años 80 se debió, en parte, al colapso del que fuera su principal socio económico, la URSS.
Desde finales de los años 80 –sobre todo durante el gobierno de Rajiv Gandhi– y principios de los 90 comienzan a observarse los primeros signos de apertura política, en especial hacia China y el sudeste asiático. Además, se producen varios intentos, con resultados ambiguos, de mejora de las relaciones con los vecinos de Asia del Sur. De hecho, en 1997 el primer ministro indio I.K. Gujral sienta las bases de unas nuevas relaciones de vecindad, fundadas en la proyección de una hegemonía pacífica y cooperativa, considerando que la preeminencia del país también conlleva mayores concesiones a sus pequeños Estados vecinos. La conocida como “doctrina Gujral”, aunque posteriormente criticada, puede considerarse como el germen de la evolución reciente de la política regional india.
Sin embargo, es a partir de 1998, y con motivo del punto de inflexión que supuso para el país la realización de los ensayos nucleares, cuando se aprecia una mayor iniciativa exterior, acuciada en parte por la necesidad de transformar un escenario internacional adverso, pero también como un modo de reafirmación del propio estatus nuclear. Los ensayos obtuvieron un significativo respaldo a nivel nacional, pero también fueron muy criticados por un sector del ámbito académico y por el significativo movimiento anti-nuclear. Mientras que los que aclamaron la iniciativa lo hicieron fundamentalmente sobre la base de que los ensayos representaban una reafirmación del poder de la India, los que se opusieron a la misma lo hicieron en relación a que tal acción suponía un giro de la tradición pacifista.
Una década después, el mismo debate se ha abierto de nuevo con motivo de la firma del tratado nuclear indo-estadounidense.
2. Política exterior vs política interna: la India como actor internacional a comienzos del siglo XXI:
La principal definición que caracteriza a la India en el contexto internacional de comienzos del siglo XXI es el de potencia ascendente, es decir, un actor con capacidad de convertirse en un decisor clave en el juego de las relaciones internacionales pero que, por diversas razones, todavía no ha adquirido ese estatus.
Entre las características que definen la emergencia de la India se hallan una serie de elementos como es el caso de su gran tamaño, su gran y joven población, su riqueza y variedad de recursos naturales, así como su herencia y pluralidad cultural. Es de especial relevancia la existencia de un modelo democrático que, pese a sus debilidades, se mantiene estable, la importancia de una capacidad militar significativa (sobre todo aumentada por la existencia de armas nucleares) y la evidencia de un desarrollo económico que ha sido particularmente continuado a partir del cambio de siglo. Tampoco conviene olvidar el factor cultural en su sentido actual o moderno (a través de la literatura, el cine o incluso el arte culinario) pues, si bien tiene menor influencia en el quehacer político, ayuda a proyectar una determinada imagen externa del país. 
El potencial indio está en proceso de convertirse en una realidad y ciertamente puede contribuir a un orden internacional más estable. Por un lado, la India pretende en el plano externo ser aceptada en igualdad de condiciones que los grandes poderes. Por otro lado, la India representa un poder bastante acomodaticio al medio internacional, en el sentido que va a buscar la negociación y el diálogo frente a la acción individual.
Sin embargo, la condición de India de potencia en ascenso, claramente medida ésta en términos de poder y capacidad de influencia en el plano internacional, también viene a indicar que aún no reúne las características necesarias que la puedan encumbrar al selecto club de los países poderosos. Las razones para ello son de diversa índole.
En primer lugar, la potencialidad de la India descansa en la confluencia de una serie de factores, pero no en la gran supremacía de uno de ellos. En este sentido, se puede hablar de la relativa capacidad militar o económica del país, pero nada parece indicar que la India se convierta en una potencia eminentemente militar, como es el caso de Rusia, o económica, como es el caso de Japón. En segundo lugar, sigue persistiendo una significativa vulnerabilidad interna del país, plasmada en la existencia de graves desigualdades sociales (bajo nivel de alfabetización, significativos niveles de pobreza, baja inversión en salud, etc.), de una creciente polarización territorial (el crecimiento económico es desigual), de la posibilidad de enfrentamientos entre diferentes comunidades religiosas y de un gran nivel de conflictividad en la periferia (noreste indio y Cachemira). Y, en tercer lugar, aunque la estrategia india se dirige a consolidarse como un poder por mérito propio, con capacidad para transformar un entorno más acorde con sus intereses, puede ocurrir que un cambio de alineamientos en el escenario internacional, o la decisión del país de apoyar una gran alianza con otra potencia (por el momento, la India siempre como un socio menor) lo aleje de tal posibilidad. 
2.1. La dimensión interna de la política exterior:
Existen pocas diferencias de posición entre las principales fuerzas políticas en asuntos centrales de política exterior –como el derecho a erigirse en potencia nuclear, el contencioso de Cachemira con Pakistán o incluso la necesidad de mejora de las relaciones con los grandes poderes–, pero sí hay un modo distinto de tratarlos. Por ejemplo, el gobierno del Partido del Congreso de Narasimha Rao a mediados de los años 90 optó por no realizar ensayos nucleares debido a presiones internacionales y al temor a las consecuencias de romper el consenso existente porque podría aislar al país; sin embargo, el recién elegido gobierno del PPI (Bharatiya Janata Party o Partido Popular de la India) en mayo de 1998 no se planteó tales limitaciones.
Con respecto a la relación con terceros Estados, se suele aceptar que mientras el PPI es más favorable a acrecentar lazos con EEUU y pretende reforzar la materialización de una “gran política” con los grandes poderes, el Partido del Congreso presta mayor atención al factor regional (Asia Meridional) y suprarregional (más bien en el contexto asiático). 
Quizá las mayores diferencias en política exterior entre las dos fuerzas principales se observan en la dimensión regional. A excepción de Pakistán, la política regional del gobierno de la ADN (National Democratic Alliance o Alianza Democrática Nacional) ha tenido un perfil bajo, mientras que la coalición de la APU ha otorgado mayor prioridad a las relaciones de vecindad para promover una mayor influencia india en su entorno inmediato.
En líneas generales, se puede decir que desde 1998 ha habido una mayor continuidad (eso sí, con algunas modificaciones)en política exterior y que es ésta la que ha otorgado a la India una mayor presencia internacional. Los ensayos nucleares revirtieron la condición del país próxima a la de un Estado paria, pero esta situación ha sido ampliamente superada y la India es ahora aceptada como un poder responsable y cooperativo. Desde una perspectiva exterior se ha afianzado la imagen de la India como un país gobernable, en contraposición a los continuos cambios políticos que tuvieron lugar durante la última década del siglo XX.
2.2. Principales rasgos de la política exterior india actual:
Entre los rasgos que definen la política exterior india actual se pueden distinguir: 
(a) La defensa del multilateralismo en el tratamiento de los asuntos internacionales. Le permite a la India promover un orden internacional en el que el escenario asiático adquiere un mayor peso, a la vez que el país ostenta un protagonismo en ese contexto. Se trata también de favorecer un orden internacional más equitativo y que tenga en cuenta las necesidades de los países en vías de desarrollo.
(b) No-alineamiento, autonomía estratégica o independencia en el desarrollo de la política exterior. Inicialmente, el no-alineamiento fue proclamado por Nehru como una forma de rechazo a la emergente dinámica bipolar de la GF. En cambio, el no-alineamiento ha sido ahora reformulado como “una cierta libertad para escoger un socio u otro”, es decir, que la India puede entrar en una serie de alianzas, pero éstas van a ser de carácter limitado. En otras palabras, prima la necesidad de una autonomía estratégica para garantizar el desarrollo de una política exterior independiente. El principal motivo para ello es el deseo de mantener una serie de opciones abiertas, que no comprometan aspiraciones vitales del país. 
(c) Diplomacia del desarrollo. Esta diplomacia responde a una estrategia exterior encaminada a satisfacer las necesidades que la India posee en cuanto a su condición de país en vías de desarrollo. Se trata de una iniciativa que pretende actuar conjuntamente con otros países menos favorecidos en los principales foros internacionales para promover medidas en diversas áreas (cambio climático, contaminación, el proteccionismo agrícola) que tengan en cuenta sus intereses frente a los de los países ricos. Además, este tipo de diplomacia representa un instrumento para reconquistar una influencia que el país tenía en el mundo no-desarrollado, en particular en África, y que perdió en parte por causas asociadas al fin de la GF y la consiguiente pérdida de importancia del Movimiento de Países No-Alineados. 
(d) Política de Defensa creíble. La política de defensa creíble viene a indicar que la India no va a renunciar a la mejora y modernización de sus capacidades militares, en parte porque se halla localizada en un escenario inestable que supone una amenaza constante a su seguridad, y en parte porque la India no forma parte de ninguna alianza militar respaldada por EEUU. La política de defensa incluye el mantenimiento de una capacidad de disuasión nuclear (creíble) frente a un posible adversario, así como de una constante renovación y mejora del equipamiento militar, mediante la compra a terceros países, pero también con un énfasis en la producción nacional. En los últimos años está recibiendo especial atención la modernización naval –en la que la India se halla en una cierta desventaja con respecto a otras potencias con presencia en la zona como es el caso de China–, dadas las necesidades de ejercer un mayor control marítimo para salvaguardar las costas nacionales y combatir amenazas como el narcotráfico, el terrorismo o la piratería, además de proteger las rutas comerciales. 
3. La India y la relación con las grandes potencias:
La India es necesaria para las economías de los países poderosos por su gran mercado, sobre todo el espectro variable que supone la clase media, su necesidad de creación de grandes infraestructuras (con limitadas capacidades internas en este plano) y por su mano de obra cualificada y anglohablante.
En la India vive una sexta parte de la población mundial y si se incluye a sus vecinos fronterizos de Asia del Sur (exceptuando China), se está hablando de un área en la que habita más de una cuarta parte de la humanidad. Por tanto, el comportamiento y la actuación del gobierno de Nueva Delhi en asuntos como cuestiones medioambientales, humanitarias, prevención de catástrofes, resolución de conflictos y aspectos militares, entre otros, va a ser trascendental para una buena parte del planeta.
Por otra parte, el país se ha convertido en un socio deseable para los Estados más poderosos, que ven en Nueva Delhi un aliado con el que poder satisfacer otros intereses de carácter más estratégico. Por el momento, la naturaleza de estas alianzas es bastante limitada, pero ha entrelazado a la India con los principales centros de poder y decisión mundiales. 
3.1. India y EEUU: del desacuerdo al acuerdo nuclear
La relación de la India con EEUU ha sido tradicionalmente calificada como de desencuentros, pero sobre todo ha habido un distanciamiento desinteresado por ambas partes. 
De Washington, Nueva Delhi ha buscado ante todo reconocimiento, no sólo a su dinamismo económico y capacidad tecnológica y militar, sino también en relación a su papel de poder regional y a su particular posición con respecto a Pakistán en el contencioso de Cachemira. Este reconocimiento lo ha conseguido en parte, en tanto que EEUU ha pretendido acomodar a la India en aspectos sensibles como el nuclear y ha perfilado un acercamiento con este país no sólo para la satisfacción de intereses de la economía estadounidense, sino para otros fines más estratégicos relacionados con la distribución de poder e influencia en Asia. 
Durante la Administración de George W. Bush la cooperación militar entre los dos países recibió un nuevo impulso, en especial a partir del giro en la política regional tras los atentados del 11-S. EEUU levantó las sanciones que pesaban sobre la venta de armamento y se restableció el Grupo de Política de Defensa (India-US Defence Policy Group) –que no se había reunido desde los ensayos nucleares indios de 1998–, con el objeto de facilitar el intercambio de personal, realizar ejercicios militares conjuntos, etc. La dimensión estratégico-militar también se ha visto reforzada por el acuerdo de transferencia de tecnología y material nuclear, que ha tenido una compleja y controvertida gestación durante casi tres años, hasta su refrendo final por el presidente estadounidense en 2008. 
Además, aunque no se puede señalar de manera expresa, se observa que EEUU se ha movido desde una posición de equidistancia sobre la cuestión de Cachemira y el problema del terrorismo en la región, hacia una mayor comprensión de las continuas acusaciones del gobierno indio sobre este tema. De hecho, Washington ha reconocido como grupos terroristas a varias formaciones que actuaban en Cachemira y ha presionado a Pakistán para que adoptase las mismas medidas, en particular durante el desarrollo de la crisis bilateral indio-paquistaní de 2001-2002. EEUU. No obstante, sigue habiendo problemas de fondo como la cuestión de los derechos humanos en la zona y la necesidad de garantizar un marco de autonomía regional para la normalización de relaciones entre Srinagar y Nueva Delhi, que afectan a la percepción que EEUU tiene del problema.
En definitiva, si bien puede hablarse de una normalización de las relaciones indo-estadounidenses, por el momento esta mayor interacción se ha planteado de una manera ciertamente limitada, con un predominio del aspecto estratégico-militar. La India se ha convertido en un socio principal en la región para Washington, si bien siguen existiendo notables divergencias entre ambos. Tales divergencias pueden acentuarse dependiendo de cómo la actual Administración norteamericana aborde algunos temas, en especial la cuestión de Cachemira y la inestabilidad en Pakistán, pero también de la evolución general de las relaciones entre EEUU y China. Además, queda por ver de qué forma concretase sustancia de manera práctica el acuerdo nuclear indo-estadounidense. 
3.2. La política de hermandad con China
La plena normalización del diálogo político de alto nivel, en parte propiciado por un proceso de negociaciones para la resolución de la disputa fronteriza pendiente, ha dado lugar a una nueva fase de entendimiento entre los dos países. No obstante, esto no quiere decir que existan fricciones, sobre todo derivadas de la superioridad militar de China, el reparto de influencias en el continente asiático y la competencia por una hegemonía en la región. Por una parte, se ha intentado reducir las principales fuentes de conflictividad entre los dos países y cooperar en áreas donde existen intereses mutuos. 
(a) La normalización de relaciones y la cooperación mutua. India ha puesto un empeño especial para revertir situaciones vergonzosas como la derivada de la famosa carta del primer ministro Vajpayee al presidente Clinton justificando los ensayos nucleares de 1998 a causa de la amenaza china. Desde aquel episodio, ha habido un recorrido en el que tanto Nueva Delhi como Pekín han acercado posturas para la eliminación de algunos puntos de fricción existentes en la retórica exterior bilateral. 
Entre los dos países ha primado una política de reconocimiento de determinadas realidades. Así, por ejemplo, el anterior primer ministro Vajpayee afirmó que Tíbet era una parte integral de China durante una visita a este país en junio de 2003, alejándose de la tradicional ambigüedad de los políticos de Nueva Delhi en este tema. De manera recíproca, Pekín ha admitido formalmente que el territorio de Sikkim es parte de la India 
La resolución final del contencioso fronterizo aún sigue pendiente, pero es probable que tenga lugar en un plazo medio más como resultado de la consolidación de los lazos bilaterales que como un propio ejercicio de división del territorio en disputa. De hecho, ha sido el relanzamiento de las relaciones económicas el que pretende facilitar el diálogo político. 
(b) Los puntos de fricción existentes. Por un lado, resulta posible que se manifiesten diferencias, ya latentes, derivadas de las aspiraciones de la India de gran potencia y de su deseo de ejercer una mayor influencia en el continente asiático. Por otro, cabe la posibilidad de que surjan rivalidades motivadas por una mayor interacción entre los dos, sobre todo en el plano comercial (guerras comerciales) y por la competencia en la obtención de recursos energéticos y la seguridad de las rutas marítimas, concretamente en el Océano Índico. 
El aspecto que más inquieta a China en relación a su vecino del Sur es la cuestión nuclear. China fue muy crítica con los ensayos indios y culpó en su día a Nueva Delhi de desencadenar una nueva guerra de armamentos en Asia. Por tanto, aunque se aprecia un amplio margen para la colaboración entre los dos países, ello no excluye la persistencia de diferencias sustanciales, plagadas de una significativa competencia en determinadas áreas. 
3.3. La UE: el ejercicio del multilateralismo
Las relaciones entre la UE (y antes con la Comunidad Económica Europea) se remontan a inicios de los años 60, pero no ha sido hasta hace pocos años cuando éstas se han dotado de un mayor contenido. El cambio se ha producido a partir del lanzamiento de un Acuerdo de Asociación Estratégica en 2004, cuyo Plan de Acción Conjunta se dirige a intensificar los contactos entre ambos socios mediante el establecimiento de mecanismos de consulta y de mesas de diálogo para la cooperación política, económica, comercial y promoción de los intercambios culturales y educativos. 
Si bien las relaciones UE-India siguen estando dominadas por la importancia de los lazos comerciales, en los últimos años se está asistiendo a un creciente diálogo entre ambas partes en una serie de asuntos como son la cuestión energética, la tecnología, y el desarrollo.
Mientras que países como Rusia y EEUU se han mostrado favorables a la cooperación en el ámbito nuclear para uso civil, la UE en su conjunto sigue defendiendo la validez de tratados como el TNP (Tratado de No Proliferación). Sin embargo, Estados miembros como Francia ya han firmado acuerdos con la India en la materia. 
Se está produciendo un creciente entendimiento entre la India y la UE, y existen áreas potenciales de mutuo interés para la intensificación de los lazos bilaterales en los próximos años. Aun así, se aprecian notables diferencias en la percepción mutua de este diálogo. En este sentido, la UE parece demostrar mayor entusiasmo para atraer a la India como un socio responsable con el que afrontar los principales retos globales. En cambio, aunque Nueva Delhi pueda ver la relación con la UE como fructífera, se trata una alianza que por el momento va a estar limitada por el carácter no militar (la UE como unión militar) de esta organización, y la necesidad de la India de reafirmarse como un gran poder (incluyendo el aspecto militar).
3.4. Otros socios importantes: Rusia y Japón
La India también ha establecido acuerdos de cooperación estratégica con otras potencias, como es el caso de Rusia y Japón. Se trata de dos Estados que han mantenido buenas relaciones con Nueva Delhi en el pasado, si bien por diversos motivos los lazos bilaterales sufrieron un revés durante la década pasada. Mientras que el trato con Rusia se resintió con motivo de la descomposición de la Unión Soviética, el trato con Japón, uno de los principales donantes de ayuda al desarrollo de la India, se erosionó como consecuencia de los ensayos nucleares de este último.
El escenario posterior al 11-S, la vertiginosa carrera de realineamientos que han tenido lugar en el continente asiático en los últimos años y el hecho de que India sea un vértice destacado en esta dinámica, han sido factores que han inducido a Rusia y a Japón a mirar hacia el gigante de Asia del Sur. 
En el caso de Rusia ha habido una coincidencia de intereses estratégicos, fundamentalmente derivados de los intentos del país de ganar influencia en el área asiática como modo de frenar un cierto aislamiento provocado por el ascenso de gobiernos no afines en la mayor parte de su periferia, y de manera particular tras la presencia de tropas internacionales en Afganistán. Moscú ha visto la necesidad de recomponer las relaciones con Nueva Delhi como un nuevo intento de establecer una alianza que, si bien no basada en los mismos términos de dos décadas atrás, de algún modo le otorga una capacidad de balance en la esfera asiática. 
Rusia y la India firmaron un acuerdo de asociación estratégica y varios tratados en materia de defensa y cooperación nuclear. Es el aspecto militar el que mayormente define las relaciones bilaterales, pues Rusia actúa como el principal suministrador de armamento de India. 
Una situación similar es la que afecta a las relaciones indo-japonesas. La progresiva mejora del diálogo entre China y la India ha sido vista con cierta preocupación por Japón, dadas las tiranteces existentes entre Pekín y Tokio. Japón posee una larga tradición de influencia en Asia Meridional, sobre todo debido a su generosa política de ayuda al desarrollo; pero los ensayos nucleares indios causaron una brecha en los lazos bilaterales. No obstante, la situación cambió a partir de finales de 2001 cuando Tokio emuló la política de Washington y levantó las sanciones que mantenía contra la India y Pakistán. 
Las relaciones indo-japonesas han evolucionado de manera positiva en el último período. La India ha pasado de ser un país amigo como resultado de una diplomacia del desarrollo a ser considerado un potencial socio estratégico en el continente. El temor a una confluencia de intereses entre China y la India ha hecho modificar de manera significativa la política exterior japonesa hacia la India, reforzando el componente de seguridad en los lazos bilaterales. Un claro ejemplo de ello lo constituye la Declaración Conjunta de Cooperación sobre Seguridad entre Japón y la India (2008). Tampoco conviene olvidar que la India ve en esta relación una alternativa creíble de contrarrestarla influencia china que tanto preocupa a los burócratas implicados en la toma de decisiones del país.
A grandes rasgos, la política exterior de la India hacia las principales potencias puede calificarse de autoafirmación y de normalización de un diálogo que, aunque a veces en planos diferentes, va dirigido a afianzar al país como un actor internacional de primer orden. Se trata de una línea de acción que explicita la divergencia en algunos asuntos, aunque consiste básicamente en una política cooperativa. No obstante, exceptuando quizá el caso de las relaciones con China, no se observa una gran capacidad de iniciativa en el trato con los otros grandes poderes, y son más bien éstos los que parecen establecer los términos del diálogo. 
En cambio, sí se aprecian diferencias en la estrategia hacia los otros países emergentes, en concreto Brasil y Sudáfrica (IBSA) y hacia la política regional. Con respecto al diálogo con los otros miembros del IBSA, la India subraya la existencia de una serie de intereses en común, derivados de la vigencia de desigualdades que gobiernan las relaciones internacionales, para promover acciones conjuntas encaminadas a modificar esta realidad. 
4. La política regional: ¿un área prioritaria para los intereses de India?:
En el entorno de la India se aprecia una progresiva definición de un área regional o transregional prioritaria, entendiendo este término en sentido amplio, es decir, en relación a las regiones próximas al entorno de la India. Por tanto, concierne a un espacio que abarca el África Oriental, países del Golfo Pérsico, Asia Central, Asia del Sur y Sudeste Asiático. 
En esta área regional prioritaria la India pretende ejercer una influencia dominante, a la vez que se trata de un escenario central para sus intereses económicos. En primer lugar, comprende una serie de países que se caracterizan por ser los principales suministradores energéticos de la India. En segundo lugar, en esta zona se aprecia una creciente actividad de las empresas indias en diversos sectores como el energético, la construcción, etc. Y, en tercer lugar, es un área que representa un importante mercado para los productos indios. 
De hecho, en este espacio convergen tres de las principales estrategias políticas de Nueva Delhi que se han ido redefiniendo en los últimos años, y que son: (1) la diplomacia de la energía; (2) la política de “Mirada a Oriente”; y (3) la política de vecindad. 
4.1. La diplomacia de la energía
India posee una dependencia energética en torno al 70%. Por ello, una de las principales preocupaciones del gobierno es como asegurar el suministro de este tipo de recursos, sobre todo de hidrocarburos. La diplomacia de la energía responde a la necesidad de establecer acuerdos con aquellos países que cuentan con este tipo de recursos, mediante compras o la concesión de licencias de participación a las compañías indias. 
La diplomacia de la energía está estrechamente relacionada con la política de vecindad, es decir, el modo en que la India ejerce su hegemonía en la zona y el modo en que ésta es percibida por sus vecinos. 
4.2. La política de “Mirada a Oriente”
A principios de la última década del siglo XX, los gobiernos de Nueva Delhi comenzaron a explorar la posibilidad de desarrollar lazos con los países de la ASEAN principalmente por razones económicas, búsqueda de mercados, pero también de seguridad y estratégicas derivadas de la necesidad de contrarrestar la influencia china en la zona y el control de las rutas marítimas. Sin embargo, no fue hasta 1996 cuando la India se convirtió en socio en el diálogo del Foro Regional de la ASEAN. Aun así, las relaciones con este grupo de países se resintieron a raíz de la materialización de los ensayos nucleares. 
La política de “Mirada a Oriente” se considera como representativa de un cambio de estrategia por parte de la India y contempla un abandono del idealismo que ha dominado hasta hace poco el modo de entender los asuntos internacionales, abogando ahora por la práctica de una realpolitik. Los lazos económicos se han intensificado, de manera especial con algunos Estados como Singapur y Malasia, pero el país de Asia del Sur sigue siendo un socio modesto, más si se compara con otros como EEUU, Japón y China.
(4.3) La política de vecindad
Desde la independencia, la India ha mantenido una relación difícil, excepto durante algunos períodos, con la mayoría de sus vecinos de Asia del Sur. La razón hay que buscarla en el desequilibrio que plantea la existencia de este gran poder regional rodeado en su mayor parte por pequeños Estados. La proyección de la hegemonía india en la zona, un hecho por otra parte inevitable, ha sido casi siempre percibida como una amenaza para estos pequeños vecinos.
A mediados de los años 90 del siglo XX hubo intentos de redefinir la relación de India con sus vecinos, sobre la base de que Nueva Delhi no debía buscar reciprocidad en estas relaciones sino que debía ofrecer más, dada su condición de poder más fuerte. 
La estrategia hacia Asia del Sur ha recibido un nuevo impulso durante el último gobierno, que ha promovido una “política de conectividad” en la región como base para una mayor cooperación. Esta línea de acción consiste en la creación de grandes infraestructuras de comunicación que unan a los Estados de la región.
Si bien la mejora del flujo de comunicaciones puede servir para desbloquear algunas situaciones que rozan lo anacrónico, el principal problema para los vecinos de la India sigue siendo la seguridad. Nueva Delhi debe demostrar que no representa una amenaza y que no desea interferir en los asuntos internos de estos pequeños Estados. 
La relativa gran debilidad de sus vecinos (no sólo frente a una amenaza externa, sino por la existencia de graves conflictos internos en la mayoría de los Estados de Asia del Sur) puede afectar a la integridad territorial de la India, en caso de una inestabilidad grave en estos Estados. La dimensión extraterritorial de seguridad no implica de por sí una actitud intervencionista, pero supone un punto constante de fricción entre la India y sus vecinos, particularmente durante situaciones de crisis en estos últimos. 
5. El caso especial de Pakistán:
Dentro de Asia Meridional, la política exterior hacia Pakistán merece una especial atención, puesto que se trata del único país que desafía de manera abierta el poder hegemónico de la India en la zona. Pakistán supone, además, su principal amenaza real, bien sea de manera directa por parte del Estado, bien a través de individuos o grupos que se ven favorecidos por el escenario interno de inestabilidad. Por otra parte, la existencia del contencioso de Cachemira sigue condicionando de algún modo la proyección internacional de la India. 
La consecución de una cierta normalización política interna en el Estado de Yamú y Cachemira y la adopción de un proceso de diálogo con Pakistán han sido positivos en esta reorientación de la disputa. Desde 2001 ha habido una creciente solidaridad o reconocimiento del problema del terrorismo de signo islamista que el país padece y que, al menos en parte, procede de Pakistán.
Sin embargo, mientras que la India emerge como un modelo de democracia más o menos exitosa y un país capaz de asumir sus compromisos internacionales, la imagen de Pakistán, por el contrario, es la de un Estado que se hunde (a nivel político y económico), con un gobierno que posee poca credibilidad para hacer frente a los graves retos a los que se enfrenta el país. Nueva Delhi es consciente de esta situación, que de algún modo le beneficia, pero carece de una estrategia clara sobre cómo abordar el problema de amenaza que representa el Estado vecino. 
Los últimos dos gobiernos de Nueva Delhi han realizado notables esfuerzos en la redefinición de una estrategia más pragmática para abordar el problema de Pakistán y esto ha beneficiado sumamente a la India. Por un lado, se han dado cuenta de que el mantenimiento de un diálogo abierto con Islamabad resulta imprescindible porque supone el único modo de acercar posturas y favorecer

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