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Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT CAPÍTULO I EVALUACIÓN PSICOLÓGICA y PSICODIAGNÓSTICO. PERSPECTIVAS CONCEPTUALES Y METODOLÓGICAS CONTEMPORÁNEAS E. Norma Contini 2010 Tema 1. ¿EVALUACIÓN PSICOLÓGICA ó PSICODIAGNÓSTICO? Tema 2. LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA COMO PROCESO Tema 3. LAS TÉCNICAS OBJETIVAS Tema 4. TÉCNICAS PROYECTIVAS Tema 5. LUCES Y SOMBRAS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT I. ¿EVALUACIÓN PSICOLÓGICA ó PSICODIAGNÓSTICO? En su práctica cotidiana el psicólogo recibe la consulta por problemáticas diversas. Debe intervenir entonces, con el propósito de promover un cambio en los comportamientos disfuncionales que operan como un obstáculo para la calidad de vida del sujeto. Para poder intervenir debe conocer pormenorizadamente el perfil psicológico del consultante y es entonces, cuando cobran relevancia las tareas de Evaluación Psicológica (EP). En este capítulo se hará referencia al Psicodiagnóstico y a la EP, al uso de ambos términos muchas veces como sinónimos, y a los debates en torno a la necesidad de deslindar estos conceptos. Se argumentará luego por qué se considera la EP como un proceso de toma de decisiones (Cronbach & Gleser, 1965) y se proseguirá con la conceptualización de dos grandes categorías de pruebas que se emplean en dicho proceso, las denominadas proyectivas y psicométricas. Se desarrollarán sus fundamentos teóricos, haciendo referencia a las pruebas proyectivas vinculadas a lo que se dio en llamar psicología ideográfica, y las psicométricas, que responden a la denominada psicología actuarial. Se analizará críticamente los alcances y límites de ambos tipos de técnicas, en cuanto a la calidad de información que proveen dentro de un proceso de Evaluación Psicológica. Finalmente se reflexionará sobre estos dos tipos de enfoques, en principio irreconciliables en las prácticas de EP - por los modelos antinómicos que las sostienen - y los efectos que tal divorcio ha tenido en los avances de la disciplina. I.1. DEL PSICODIAGNÓSTICO CLÁSICO A LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Psicodiagnóstico y EP aluden a algo más que la administración de tests y técnicas. Se está haciendo referencia a un proceso que implica definir con juicio clínico una estrategia para conocer al sujeto y donde la labor de análisis, comparación e interpretación de datos es la piedra angular. Muchas veces se ha simplificado esta tarea, de por sí multidimensional y compleja, reduciéndola Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT a la administración de pruebas. Probablemente este sesgo sea un resabio de los comienzos fundacionales de la disciplina, donde se hacía una fuerte referencia a tests y pruebas, más que a un proceso de valoración. Un ejemplo de ello fue la administración masiva de pruebas durante la Primera Guerra Mundial con fines de selección de personal. A su vez, el término Psicodiagnóstico surge inicialmente para designar una prueba – y no un proceso - de evaluación de variables de personalidad. Se trata de la técnica de manchas de tinta que Herman Rorschach publicó en 1921. Posteriormente se comenzó a emplear dicho término para hacer referencia a las valoraciones realizadas con más de una técnica, es decir a un proceso. Es durante la Segunda Guerra Mundial cuando la Oficina de Servicios Estratégicos de EE.UU. llevó a cabo procedimientos de valoración empleando pruebas psicológicas, por ejemplo, con el propósito de seleccionar personal militar para que ocuparan puestos especializados. Los datos que se generaban eran evaluados e integrados por especialistas (Cohen & Swerdlik, 2000). Esto implicaba algo más que la administración de tests, y de allí es que el término evaluación se consideró más apropiado que el de administración de pruebas. El vocablo Psicodiagnóstico posteriormente comenzó a ser empleado como sinónimo de EP. En Europa y en los países anglosajones fue utilizado con un sentido limitado más a la psicología clínica (Casullo, 1996). Cuando se hace referencia al campo de la clínica, se está aludiendo a prácticas vinculadas a la tradición médica, centrada en la identificación de la psicopatología y el déficit. Así, desde un punto de vista etimológico, diagnóstico es relativo a la diagnosis, que proviene del griego y significa conocimiento. En el campo de la Medicina alude al conocimiento diferencial de los signos de las enfermedades (Real Academia Española, 1992).Vale decir que diagnosticar es entender algo, conocer en profundidad (Maganto, 1995). Además de su vinculación con el modelo médico, el Psicodiagnóstico se presenta asociado en algunos países anglosajones y posteriormente en algunos países latinoamericanos - como Argentina - con el modelo psicoanalítico. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT El término EP deriva de la palabra inglesa Psychological Assessment y se origina en una publicación de la Oficina de Servicios estratégicos del ejército de EE.UU. titulado Assessment of Man. La novedad de este nuevo concepto es que al mismo tiempo que mantiene la indagación de variables psicopatológicas – propio del psicodiagnóstico - incorpora el objetivo de valorar los recursos potenciales del sujeto y sus fortalezas. I.2. ¿QUÉ ES LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA? A partir de estas precisiones conceptuales es posible definir la EP como un proceso mediante el cual, teniendo como referente un modelo teórico, se intenta describir, analizar, categorizar, contrastar, comprender y en lo posible explicar el comportamiento de un sujeto tanto en sus aspectos saludables como psicopatológicos (Casullo, Figueroa & Aszkenazi, 1991; Casullo, 1988, 1996, 1997, 1999; Fernández Ballesteros, 1980, 1990; Maganto, 1995; Kirchner, Torres y Forns, 1998; Ávila Espada y Rodríguez, 1992; Ávila Espada 1992; Contini, 1999; Sendín, 2000). Para ello, la tarea esencial es integrar simultáneamente numerosos datos provenientes de distintas áreas de la psicología y de otras ciencias sociales. Es por ello que se concibe a la EP como una tarea multidimensional y pluridisciplinar. Para poder llevar a cabo la misma se utiliza una serie de instrumentos y técnicas que le son propias y que van a estar condicionados por el marco teórico del psicólogo (Kirchner, Torres y Forns, 1998). En Argentina el modelo psicoanalítico ha logrado amplios desarrollos, y ello ha incidido en el empleo preferente de técnicas proyectivas más que de psicométricas. En cambio en los países anglosajones, han tenido mayor predicamento modelos como el cognitivo –conductual y sistémico. Por otra parte, en el proceso de EP se enlaza la etapa de diagnóstico con otra de toma de decisiones. Es decir, sobre la base de los resultados obtenidos se trata de determinar qué estrategias conviene poner en marcha para producir el cambio que mejore la calida de vida del sujeto. Aquí cuentan como importantes las funciones de orientación al consultante y de propuestas de intervención (Fernández Ballesteros, 1980, 1990; Casullo, 1996, Kirchner y otros,1998; Contini, 1999; Sendín, 2000). Por otra parte, Sendín hace una Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT importante contribución al área, al plantea que en la infancia y adolescencia la evaluación en es una forma de intervención preventiva. Con ello quiere significar que, cuanto más tempranamente se identifiquen la problemáticas, habrá mayor oportunidad de intervenir, evitando la cristalización de un cuadro. Siguiendo a Casullo, se dirá entonces que, mientras el diagnóstico es una forma de evaluación que se realiza vinculado al campo de la psicología clínica, y por lo tanto conectado con las polaridades salud-enfermedad, la EP es un proceso más amplio, que se distancia del modelo médico y que contiene como una subcategoría al psicodiagnóstico (Casullo, 1996). La EP puede darse en campos diferentes del clínico, tales como el educacional, laboral, forense o comunitario. A su vez, en las últimas décadas se ha ampliado aún más el concepto, aplicando la EP a áreas como la valoración de programas de intervención que se alejan totalmente del campo del psicodiagnóstico clásico. Maganto (1995) agrega que el término assessment ha venido traduciéndose como evaluación, lo que a su criterio no es totalmente correcto y que sería más preciso hablar de valoración, o también de estimación, medición. Coincide con otros autores (Casullo, 1996, 1999; Forns, 1998) al afirmar que la noción de evaluación es más amplia que la de psicodiagnóstico, que siempre subyace al concepto de evaluación la noción de medición y que supone, en cualquier caso, un acto de valoración de comportamientos. Valorar es, entonces, ejercitar un juicio antes de tomar decisiones. I.3. PRECISIONES SOBRE EL TÉRMINO EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Sobre la base de lo precedentemente desarrollado, de aportes de estudiosos como Pelechano (1985), Maganto (1995), Sendín (2000) y de nuestra propia experiencia, es posible enunciar algunas dimensiones centrales del concepto de evaluación: • proceso de interacción consultante- psicólogo • incorporación de técnicas psicométricas y también de otras de valoración cualitativa. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT • inclusión de diferentes momentos: evaluación, toma de decisiones, orientación al consultante, formulación de programas de intervención para el cambio. • no adscripción a una escuela de pensamiento en particular. • valoración de aspectos salugénicos y psicopatológicos del comportamiento. • Orientación al consultante en el cierre del proceso de evolución. Maganto afirma que en España, Assessment se ha entendido como evaluación y más concretamente como evaluación conductual, entre otras razones por la apertura a nuevos campos de trabajo (prevención primaria, ámbitos escolares y ámbitos terapéuticos). Agrega que, progresivamente se fue distanciando de los enfoques médico y psicoanalítico. En este enfoque conductual las pruebas psicométricas, de valoración cuantitativa y rigor en los procedimientos de validación han sido prevalentes. En Argentina, en cambio, el término Psicodiagnóstico es el que ha prevalecido hasta década del ‘80. Se fue diferenciando – al igual que en España - del modelo médico, y fue duramente criticado desde los ámbitos psicoanalíticos por el uso y abuso de tests, que se pensó rotulaban a los sujetos y dejaban afuera la singularidad de cada individuo. Se desarrolló vinculado en las décadas del ’60 y ’70 al modelo psicoanalítico y al empleo casi excluyente de técnicas proyectivas con devaluación de los procedimientos cuantitativos. Expresión de esta línea es la producción de textos específicos como los de Ocampo, García Arzeno y Grassano de Piccolo (1882/1974). El Psicodiagnóstico con enfoque psicoanalítico sostuvo que cualquier intervención, más allá del campo en que se efectuara, era de carácter clínico. Esta apreciación ha sido motivo de múltiples debates, puesto que el psicodiagnóstico comenzó a ser empleado en ámbitos diferentes del clínico, como el laboral y educacional. Ahora bien, si de la noción de clínica se recuperan los conceptos de aprender a escuchar y observar a fin de no perder la singularidad de cada sujeto, se considera que vale la pena la discusión. Con este criterio se pone a salvo la tentación de pensar que la medición por si sola Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT dará un buen resultado final. En tal sentido son muy sensatas las observaciones que Maganto (1995) realiza recuperando conceptos de Forns (1986) y de otros autores respecto a que el progreso en la comprensión y explicación de los fenómenos psicológicos ha ido asociado a las posibilidades de medición, pero al mismo tiempo lleva a un cuestionamiento de fondo referido a temas complejos, tales como, la correspondencia entre unidades de medida y propiedades del objeto de estudio, a la objetividad de lo que se mide y la utilidad de la misma. Inclusive el término medición o medida ha ido perdiendo terreno por el trasfondo que implica en el campo de las Ciencias Humanas. I.4. VALORIZACIÓN Y DESVALORIZACION DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Y EL PSICODIAGNÓSTICO Con posterioridad a la creación de la técnica de Rorschach, que dio nombre a las tareas de psicodiagnóstico, fueron surgiendo nuevas propuestas teóricas y tecnológicas centradas en el modelo médico clínico, con énfasis en el empleo de tests psicológicos, tanto objetivos como proyectivos (Casullo, 1996). En la década del ’50 se desencadena la polémica entre los defensores del modelo médico clínico y los que adscribían a la predicción en base a la estadística, quienes van a formular vigorosas críticas metodológicas a los primeros. Puede afirmarse que las tareas de EP han pasado por períodos de desvalorización y revalorización (Frank de Verthelyi, 1992). Así, la década del ’70 del siglo XX fue la de mayor desvalorización por las críticas a los déficit que se observaban tanto en el modelo psicométrico como en el enfoque clínico. En cambio a partir de los ’90 se asiste a una revalorización de las tareas de EP, por cuanto hubo una consciencia creciente de que no era posible tomar decisiones a ciegas, sin contar con un diagnóstico de situación. También por el progreso de los métodos estadísticos e informáticos que respaldan la construcción y validación de técnicas. Igualmente esta revalorización encuentra sus causas en que se admite la necesidad de replicar investigaciones con diferentes poblaciones en estudios transculturales que pongan a prueba los Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT conceptos y los métodos que se emplean. Así también se avizora un progreso epistemológico, ya que en la actualidad, en primer lugar se formula la teoría y, sobre esas bases recién se construyen los instrumentos de valoración. Este procedimiento va a dar mayores garantías a la evaluación de comportamientos. En cambio, en los albores de la disciplina, se diseñaban técnicas de evaluación desde la pragmática y por qué no, desde intuiciones a veces geniales, pero sin que se tuvieran claramente definidos los conceptos que se estaban valorando. En Argentina, el fuerte sesgo psicoanalítico en la formación universitariadel psicólogo ha impactado en el área de la evaluación. Persiste aún hoy la tendencia a dar mayor valor a las técnicas proyectivas que a las psicométricas. En la actualidad comienzan a tener alguna presencia las técnicas objetivas, pero sobrevive el preconcepto de que se trata de técnicas sencillas, de aplicación mecánica, con las que se puede obtener datos cuantitativos en un tiempo breve. Muchas veces no existe un conocimiento cabal de las teorías que las sustentan, ni suficiente información sobre los sorprendentes desarrollos ocurridos en la construcción y validación de tests por el apoyo de la informática. Puede afirmarse que se mantienen las resistencias a todo intento de medición y posturas dogmáticas, a partir de concepciones epistemológicas reduccionistas. I.5. SÍNTESIS Para poder intervenir con el propósito ya sea de modificar comportamientos disfuncionales o de potenciar comportamientos saludables es preciso identificar, evaluar, valorar, conocer en profundidad. Lo que comenzó con Rorschach como una prueba que denominó Psicodiagnóstico, se amplió luego a un proceso que implica el empleo por parte del psicólogo del juicio clínico y que es más que la administración de tests y técnicas psicológicas. Del clásico término Psicodiagnóstico se pasó posteriormente al de Evaluación Psicológica, concepto multidimensional, que ha irrumpido en el campo de la psicología, aunque aun hoy se los suele usar como sinónimos. Se considera a la EP como una disciplina y un área de práctica profesional. Se propone el Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT análisis científico del comportamiento humano y de los contextos en que tal comportamiento se desarrolla desde una perspectiva multimétodo, pluritécnicas y multiinformantes. Tiene como objetivos lograr la descripción, comprensión, explicación y predicción del comportamiento (Maganto, 1995, Fernández Ballesteros, 1980, 1990; Casullo, 1996, 1999; Contini, 1999, Sendín, 2000). El término EP abarca un amplio campo de aplicación, que excede al de la clínica y no supone una orientación teórica única. Hace referencia a la valoración de comportamientos del sujeto, quien opera como una totalidad en un contexto determinado. Implica, en esencia, la realización de complejas tareas de integración de la información obtenida a partir de la puesta en marcha, por parte del psicólogo de su juicio clínico. El Psicodiagnóstico y la EP valoran en la actualidad, tanto el comportamiento normal-adaptativo (Maganto, 1995) como el psicopatológico, aunque el concepto de Psicodiagnóstico, por sus mismos orígenes, ha quedado, de algún modo vinculado al modelo psicopatológico y al ámbito de la clínica. Se considera que el término EP es más comprehensivo y contiene como una subcategoría al Psicodiagnóstico. Éste sería una forma de evaluación que supone, como señala Casullo (1996) situarnos en el plano de la salud- enfermedad, a fin de determinar en qué medida el sujeto presenta algún tipo de psicopatología que va a necesitar una determinada intervención. Igualmente se puede encarar tareas de EP en ámbitos no clínicos, como el jurídico, el laboral y el educacional. Pero éste es también un tema aún en discusión, pues hay quienes sostienen que cualquier intervención, más allá del campo en que se efectúe es de carácter clínico. Desde nuestra perspectiva, determinados procesos de evaluación no pertenecen al campo de la clínica; al mismo tiempo que se estima de mucha utilidad emplear en otros contextos como el laboral, el jurídico o educacional las estrategias clínicas de observar y escuchar y no perder de vista la singularidad de cada sujeto. Estos conceptos han sido muy fértiles, y ponen al Psicólogo a salvo de la tentación de considerar que la medición por si sola podrá brindar el perfil psicológico del consultante. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT En suma, se considera más amplio y flexible el concepto de EP, en tanto pone énfasis en las potencialidades y fortalezas del sujeto – sin desconocer la psicopatología - y sugiere cautela a la hora de etiquetar al examinado con una categoría nosológica. II. LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA COMO PROCESO La EP es un proceso que se inicia con la toma de contacto con el / los consultantes por medio de la técnica de la entrevista, de carácter esencialmente clínico que provee datos para el diseño de aquel. Implica el empleo de tests y técnicas que generen información para poner a prueba las hipótesis que el psicólogo ha ido formulando a lo largo de la administración de la entrevista inicial. Se hará referencia al empleo de tests y técnicas, a problemas teóricos y técnicos derivados de su uso, y se desarrollarán dos tipos de pruebas, denominadas psicométricas y proyectivas. Finalmente se considerarán los alcances y límites de cada uno de estos tipos de instrumentos. II.1. ACERCA DE LAS PRUEBAS PSICOLÓGICAS Los comienzos del empleo de pruebas psicológicas pueden situarse en el campo de la educación y de las fuerzas armadas al iniciarse el siglo XX. Binet y Simon (1905), a solicitud del Ministerio de Educación de Francia, diseñan un test para identificar a los niños parisienses que presentaban dificultades para escolarizarse. El objetivo de tales pruebas era poder incluir a aquellos en clases escolares apropiadas. Tal como señalan Cohen y Swerdlik (2000), tuvieron un notable éxito y un alto impacto en lo que posteriormente se denominaría la medición en psicología. Este test se tradujo rápidamente al inglés y es Terman quien inicia una larga serie de investigaciones para refinar el instrumento (1916, 1937, 1944, 1960). En el campo de las fuerzas armadas en EE.UU. una lamentable circunstancia, como fue la Primera Guerra Mundial (1917) determinó que el ejército necesitara evaluar numerosos reclutas a fin de identificar problemáticas Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT intelectuales o emocionales (Cohen & Swerdlik, 2000). La Segunda Guerra Mundial exacerbó esta necesidad y dio gran impulso al diseño de pruebas psicológicas. A partir de estos desarrollos su empleo se fue generalizando y así, la década de 1950 y comienzos de 1960 fueron de auge en su uso. En EE.UU. se utilizaron en los ámbitos clínico, educacional, laboral y gubernamental. Es en el campo laboral donde comenzaron a perfilarse los primeros problemas derivados de su utilización. El hombre de la calle comenzó a preocuparse por el uso que se daba a los datos generados con las pruebas. Ejemplo de ello es que el empleado de una empresa se veía obligado a responder a las pruebas que se le administraban y los resultados de las mismas podían tener, muchas veces consecuencias negativas, como la pérdida del trabajo o el traslado de una sección a otra. Tampoco existía la modalidad de devolución de información. El interrogante de fondo es qué clase de decisiones se pueden y no se pueden tomar sobre la base de los datos obtenidos mediante pruebas psicológicas (Cohen & Swerdlik, 2000). Tal situación fue más allá de la preocupación pública y llegó a ocasionar demandas legales. Subyace a esta disputa el planteo de que una prueba psicológica es más que un simple test. Se trata de una herramienta que debe estar en manos de un evaluador experto. De este modo se asoció el valor de un test a la experiencia del usuario(Cohen & Swerdlik, 2000; Sundberg & Tyler, 1962). II. 2. ¿PRUEBAS? ¿TESTS? ¿TÉCNICAS? Inicialmente se aludió a los instrumentos de evaluación como pruebas. A partir de la Segunda Guerra Mundial comenzó a hacerse la distinción entre prueba y evaluación. Igualmente comenzaron a llamarse tests, término que se impuso. Tal como refiere Cortada de Kohan (1999) se entiende por test psicológico a un instrumento de medición cuyo objetivo es estudiar algún aspecto del comportamiento del sujeto, ya sea inteligencia, personalidad, aptitudes, rendimiento escolar o bienestar psicológico, por citar algunos relevantes. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT A su vez, cabe señalar que se han denominado como tests y técnicas objetivas a instrumentos de características muy disímiles. Siguiendo a Fernández-Ballesteros y Manning (1990) se dirá que es preferible emplear el término técnica porque la mayoría no cuenta con datos normativos, reservándose la designación de tests a los que cumplen con este requisito, además de ser confiables y válidos. Ahora bien, cuando se hace referencia a tests o a pruebas, la pregunta que subyace -desde un punto de vista científico – es si es posible la medición en psicología (Cortada de Kohan, 1999). Tal como señala Cortada, el principal objetivo de una ciencia – y se considera que la psicología no debiera ser la excepción – no es solo la descripción de los fenómenos, en nuestro caso, el comportamiento, sino el establecimiento mediante leyes y teorías de los principios con los cuales se puede explicar y pronosticar tales fenómenos empíricos. Por medio de la medición, el lenguaje matemático se aplica a la psicología. Para llegar a este fin, la psicología necesita recoger y comparar datos para obtener correlaciones que conduzcan a la formulación de tales hipótesis, leyes y teorías. Un modo de recoger dicha información es por medio de tests y técnicas psicológicas. La evaluación psicológica sin el empleo de estos instrumentos puede llevar a serios errores de diagnóstico por el sesgo que subjetivamente el evaluador puede imprimir al proceso de evaluación. II. 3. ACERCA DE LOS TESTS PSICOLÓGICOS El término test fue empleado por primera vez por Cattell (1890), y su uso se generalizó para hacer referencia a muy diversos procedimientos de recolección de información, cuyo propósito es valorar diferentes aspectos del comportamiento. Existe una amplia literatura referida al término (Cortada de Kohan, 1999; Hernández Sampieri, Fernández Collado y Lucio, 2000; Anastasi, 1966; Cronbach,1973, Fernández Liporace, Cayssials y Pérez, 2009), por lo que no se hará en esta ocasión una referencia pormenorizada a las múltiples conceptualizaciones de las que ha sido objeto. De todas ellas se destacan solo algunas que se consideran aportes significativos al tema. Así, Yela define un test como “una situación problemática previamente dispuesta y Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT estudiada a la que el sujeto debe contestar siguiendo ciertas instrucciones y de cuyas respuestas se estima, por comparación con las de un grupo normativo (o un criterio) la calidad, índole o grado de algún aspecto de la personalidad” (1980). Pelechano (1976) afirma que “ ‘instrumento’ y ‘técnica’ deben ser considerados como sinónimos y se refieren a aquellas pruebas, procedimientos y técnicas, utilizadas ... para la realización de un diagnóstico psicológico, no cuantificadas y no tipificadas ... y un test implica un instrumento sistemático y tipificado que compara la conducta de dos o más personas “(p. 52). Por otra parte, vinculado al empleo de tests es preciso hacer una diferenciación entre método y técnica. Fernández Ballesteros (1980) afirma que, desde un punto de vista epistemológico no es adecuado hablar hoy de métodos proyectivos o métodos objetivos. Más bien es preciso señalar que el método en la psicología científica – como para todas las ciencias empíricas – es el hipotético-deductivo, mientras que las técnicas, pueden ser muy variadas. Con respecto a los tipos de tests y técnicas se han realizado diversas clasificaciones. En este trabajo se hará referencia a los tests objetivos – también llamados psicométricos - y a los proyectivos. III. LAS TÉCNICAS OBJETIVAS Como se señaló precedentemente, se han denominado tests y técnicas objetivas a muy variados instrumentos, por lo cual se prefiere, siguiendo a Fernández Ballesteros y Manning (1990) emplear el término técnicas. El fundamento de esta decisión es que la mayoría no cuenta con datos normativos. Se designa como test objetivo – o psicométrico - a toda prueba que ha sido construida por medio de procedimientos estadísticos rigurosos, con material estandarizado y tipificado en las fases de administración, puntuación e interpretación. Es decir aquellos que tienen aplicación y valoración objetivas. La evaluación objetiva hace referencia a que ésta es independiente del evaluador (Eysenck, 1959). Las denominadas pruebas objetivas responden teóricamente a lo que se denominó Psicología Actuarial, que pone énfasis en el análisis estadístico de Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT los datos, y en la interpretación de la producción del sujeto con referencia a normas. Estos procedimientos se asocian a la tradición de la ciencia nomotética, interesada en la obtención de leyes generales (Bellak, 1990). Este enfoque se contrapone sustancialmente con el de las técnicas proyectivas, vinculadas a la ciencia ideográfica que se centra en la comprensión de un suceso en particular. Cattell (1967) tiene una postura crítica frente a la denominación de objetivas, señalando que aunque la puntuación lo sea, el sujeto examinado hace una valoración personal de los ítems produciendo sesgos. Tales sesgos provienen, muchas veces desde lo que se conoce como deseabilidad social, es decir, el sujeto responde de acuerdo a lo que su grupo sociocultural espera de él como comportamiento óptimo. Si el examinado contesta desde esta posición, la prueba se alejará de su denominación de objetiva. Por ejemplo en el Inventario de personalidad clínico para adolescentes de Millon (MACI), se pide responder con sinceridad frases que caracterizan a los jóvenes. La opción es Verdadero / Falso. Frente a ello un adolescente, que llega a la consulta derivado por el gabinete psicopedagógico del colegio por sus frecuentes conflictos con pares, responde Falso al ítem 13 que enuncia lo siguiente: “Creo que tengo problemas para llevarme bien con otros chicos/as de mi edad”. La valoración que él hace de su interacción con los otros es subjetiva y discrepa de la observación que realizan otros adultos significativos. Queda planteada así, la duda sobre la objetividad del instrumento. Una forma de salvar esta limitación es lo que se conoce como evaluación multiinformante. En ese sentido, además de administrar el cuestionario al adolescente, se puede evaluar la percepción que tienen los profesores, o los padres, de dicho adolescente, para luego establecer relaciones entre los puntos de discrepancia o consenso de las respuestas de los diversos participantes del proceso. Cohen & Swerdlik (2000)agregan que el término objetivo es inapropiado para las pruebas de personalidad. Argumentan que, en el caso de las técnicas objetivas de capacidad, lassituaciones de prueba idealmente contienen una sola respuesta correcta, lo cual deja escaso margen al sesgo del evaluador. Por ejemplo en el subtest Vocabulario del WISC III, cuando se pregunta al niño Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT “qué es un vaca”, para obtener la máxima puntuación (2 puntos), el examinado debe incluir a la vaca en la categoría “animales”, en cambio si da una respuesta de tipo funcional (“da la leche”), obtendrá 1 punto. Para hacer estas disquisiciones, si tuviera dudas, cuenta con un manual orientador. Bajo estas condiciones, el margen de subjetividad es casi nulo. Mientas que, las pruebas objetivas de personalidad por lo general no prevén una sola respuesta correcta. La selección de una opción en cada ítem de elección múltiple va a proporcionar información valiosa sobre la presencia, ausencia o peso de una variable relacionada con la personalidad, sobre la validez de las puntuaciones de la prueba, o ambas cuestiones a la vez. A modo de ejemplo se cita la Escala de Afrontamiento de Frydenberg & Lewis (ACS, 1997): se solicita al adolescente que lea con atención 79 frases que describen los modos cómo los jóvenes suelen afrontar diversos problemas cotidianos y se ofrecen 4 opciones de respuesta: A No me ocurre nunca o no lo hago B Me ocurre o lo hago raras veces C Me ocurre o lo hago algunas veces D Me ocurre o lo hago a menudo E Me ocurre o lo hago con mucha frecuencia Frente al ítem 5. “Reunirme con amigos” un joven de 17 años escoge la opción “D”, lo que da cuenta que la estrategia denominada “buscar pertenencia” - asociada a comportamientos salugénicos - está ampliamente desarrollada, desde la perspectiva de este joven. En cambio los padres solicitan la consulta por que les preocupa la escasa inserción en grupos de pares por parte del hijo. La objetividad de las técnicas de personalidad también ha sido cuestionada cuando se trata de autoinformes. El sujeto responde desde su percepción, que puede estar muy lejos de ser objetiva. Muchas veces, el peso de los conflictos impide al sujeto “contestar con sinceridad” “o “contestar tal como le ocurre y no tal como le gustaría que fuera” (como indican las consignas de estas pruebas). En otras ocasiones la respuesta puede estar enfocada – como ya se planteó - desde la deseabilidad Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT social (mostrarse mejor de lo que en realidad se es). En algunos campos de la psicología las respuestas desde la deseabilidad social pueden ocurrir con mayor frecuencia, por ejemplo, en Psicología Laboral, específicamente en tareas de selección de personal; en cambio en el ámbito de la Psicología Clínica, existe mayor probabilidad que el sujeto se muestre en una posición más desventajosa que la real. En el caso particular de los adolescentes, pueden, por ejemplo, exagerar síntomas referidos a la dependencia y falta de libertad con respecto a las figuras parentales. Otro aspecto a destacar es el sorprendente grado de desarrollo que en la actualidad se observa en las pruebas objetivas. El respaldo teórico de las mismas está dado por los estudios sobre análisis factorial (Cattell, 1967; Eysenck, 1959; Guilford, 1954; Kelly, 1966, Thurstone, 1955) y, en el momento actual se han visto impactadas positivamente por los vertiginosos desarrollos informáticos que hacen posible la construcción de pruebas y el procesamiento de datos de un modo riguroso. De ello se espera que las pruebas sean más precisas y se logren evaluaciones con menor margen de error. Otra ventaja vinculada a este desarrollo informático, es que se dispone para diversas técnicas objetivas de un sistema de puntuación por computadora. Este recurso significa un gran ahorro de tiempo, tanto en la práctica clínica como cuando se encaran tareas de investigación que supone abordar muestras amplias. Esta valoración inmediata de las pruebas se realiza ya sea por medio de interpretaciones normativas o ipsativas. “En el análisis normativo, la fuerza de una variable de personalidad evidenciada en la prueba puede compararse con una población particular como un conjunto. En un análisis ipsativo, la fuerza de una variable de personalidad medida en la prueba puede compararse con la fuerza de otras variables de personalidad de quien responde medidas por la misma prueba” (Cohen & Swerdlik, 2000, p. 451). Otra característica sustancial de las pruebas objetivas es que son enmascaradas, vale decir que “el sujeto no conoce la implicación de sus respuestas, ni tampoco puede modificar éstas en la dirección deseada” (Hundlehy, 1973). Por ejemplo, en la Escala de Bienestar psicológico, se pregunta a un joven si está de acuerdo / en desacuerdo / ni de acuerdo ni Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT desacuerdo con la frase “creo que se lo que quiero hacer con mi vida”. El examinado no conoce la intención de dicha pregunta, esto es, la de indagar la dimensión control- de sí y del entorno- , como componente del bienestar psicológico. Con respecto a las situaciones de prueba, se caracterizan por su elevado grado de estructuración, en contraposición con las técnicas proyectivas que emplea estímulos poco estructurados. Las pruebas objetivas, tanto de capacidad como de personalidad tienen muchas ventajas. Si los ítems o situaciones de prueba están bien redactados requieren poca explicación, se los puede responder con rapidez y pueden ser autoadministrables, y administrables en forma colectiva. Esto permite que funcionen de modo óptimo como técnicas de screening. Por ejemplo, un psicólogo escolar interesado en identificar problemáticas depresivas y de suicidio adolescente puede administrar colectivamente, a todo un curso escolar el Inventario de Orientaciones Suicidas, adaptación Casullo (Casullo, 1998). Una vez identificados los adolescentes con conductas de riesgo puede profundizar el proceso de evaluación con otras técnicas de administración individual, que indaguen variables de personalidad de un modo estructural. Para tal fin se podría emplear la técnica de Rorschach o el Inventario de Millon (MACI). Con este procedimiento – facilitado por el empleo de pruebas objetivas – se puede obtener el diagnóstico de un grupo con mayor economía de tiempo e identificar a quienes necesitarán asistencia individualizada. Ello es muy valioso cuando se abordan problemáticas de riesgo como la señalada precedentemente. Con respecto a qué se puede evaluar con este tipo de tests cabe señalar que se han construido pruebas que permiten identificar funciones cognitivas y variables emocionales. En síntesis, las características distintivas de las técnicas objetivas son: a) Contienen material estándar que se administra bajo condiciones de máximo control. La tarea es totalmente estructurada, al igual que la forma de registro que realiza el psicólogo evaluador. Se cuenta así con objetividad en el procedimiento (Fernández Ballesteros y Manning, 1990, p. 268) y ello brinda la posibilidad de replicar la prueba. Como contrapartida, crean situaciones de Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT artificialidad (Fernández- Ballesteros y Manning 1990), con elproblema de la falta de validez ecológica que ello implica. b) el sujeto no puede modificar sus respuestas a voluntad, es decir son técnicas enmascaradas. Tal como se desarrolló precedentemente, este aspecto no siempre se cumple, pues entran en juego variables de personalidad del examinado, tanto como características de las pruebas. Lo que se quiere señalar es que el sujeto al menos, no controla totalmente sus respuestas. c) Objetividad en la puntuación y en la evaluación de las respuestas. Se utilizan métodos cuantitativos de valoración de las respuestas del sujeto, con criterios estandarizados que no requieren el juicio clínico del evaluador. III.1. CRÍTICAS A LAS TÉCNICAS OBJETIVAS Los defensores de las técnicas proyectivas argumentan que las técnicas objetivas buscan construir instrumentos en los que se identifiquen signos que conduzcan a puntajes compuestos, todo lo cual surge de una concepción atomística de la personalidad (Anzieu, 1961). Se admite que la tendencia actual es construir pruebas monorrasgo, que evalúen una función, por ejemplo, la ansiedad, el bienestar psicológico, las ideaciones suicidas o la tendencia al aislamiento, por citar solo algunos. Por lo tanto la información que se obtenga va a ser puntual y al mismo tiempo parcial. En un intento de respuesta estas críticas se dirá que en el momento actual se observa un esfuerzo notable de refinamiento de las técnicas, a partir de teorías contemporáneas de construcción de instrumentos y del apoyo informático que, tal como se explicitó precedentemente ofrece desarrollos vertiginosos. La expectativa es que todo ello permitirá arrojar datos cada vez más confiables. Se considera que será tarea del psicólogo, integrar esos datos atomísticos en una totalidad con sentido. Y ello será posible si cuenta con una sólida formación teórica y una mirada clínica que supere paradigmas aparentemente irreconciliables (psicométrico versus clínico). III. 2. SÍNTESIS Las técnicas objetivas son probablemente las que mayor desarrollo han tenido en las últimas décadas y requieren también, tal como argumenta Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT Fernández Ballesteros (1980), una mayor reflexión que apunte a las siguientes cuestiones: a la naturaleza de los constructos que evalúan, a los criterios en los que se basan y a las condiciones en que se administran, que puedan comprometer su validez. Si se consultan catálogos en inglés o en español de editoriales que publican tests psicológicos, sorprende la proliferación de “características” y de técnicas para “medirlas” (Fernández Ballesteros, 1980, p. 167) y, a la inversa, usuarios que, con cierta ingenuidad, consultan, a modo de pedido de una receta “qué puedo administrar para evaluar tal o cual rasgo”, como si la personalidad, compleja en grado extremo, pudiera expresarse en una prueba veloz lápiz-papel. Estos comportamientos han llegado a ser tan desmesurados que exigen una profunda autocrítica. Esta autocrítica se orientaría a tomar consciencia de las dimensiones complejas de la personalidad y del peso de los factores ecológicos y culturales en la construcción de la misma. Por ende, del peligro de emplear instrumentos sin definir los conceptos en cada subcultura y sin generar normas apropiadas para el uso de los mismos. IV. TÉCNICAS PROYECTIVAS Las técnicas proyectivas fueron designadas con ese nombre a partir del término proyección procedente de la teoría psicoanalítica. Éste tiene una variedad de significados algunos de los cuales, según Bell (1951) parecen aplicables como una descripción parcial de los procesos implicados en las técnicas que así se denominan, mientras que otros, resultan inapropiados. Puede afirmarse que en la historia de las técnicas proyectivas hay tres hitos: la creación de la técnica de Asociación de Palabras de Jüng (1905), el Psychodiagnostik de Rorschach, (1921) y el Test de Apercepción Temática (TAT) (Morgan & Murray, 1935; Murray (1973/1938). A partir de allí surgieron un sinnúmero de pruebas, aunque no todas cumplen con los requisitos de estandarización. IV. 1. FUNDAMENTOS TEORICOS Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT Frank es quien acuñó en 1939 el término método proyectivo aplicado al estudio de la personalidad. Éste resultó ser el término disponible más apropiado en ese tiempo. Pero rápidamente se fue demostrando que era una designación confusa. En tal sentido se dirá, siguiendo a Fernández Ballesteros (1980), que mientras el método es único para todas las ciencias empíricas — hipotético-deductivo— las técnicas metódicas pueden ser diferentes. Es Freud quien define el término para explicar diversas manifestaciones de la psicología normal y patológica (Laplanche y Pontalis, 2003; Bell, 1951; Anzieu, 1961). Emplea por primera vez la noción de proyección en 1896, en el artículo Psiconeurosis de defensa, para explicar la paranoia : “En la paranoia, el reproche es reprimido por un procedimiento al que podemos dar el nombre de proyección, transfiriéndose la desconfianza sobre otras personas (Freud, 1973/1923, p. 298). Freud aclara y profundiza este mecanismo en el caso Schreber (1911) y conceptualiza la proyección de la siguiente manera “(...) el mecanismo de la producción de síntomas de la paranoia exige que la percepción interior, el sentimiento, sea sustituido por una percepción exterior, y de este modo la frase ‘yo le odio’ se transforma, por medio de una proyección, en esta otra: “él me odia (me persigue), lo cual me da derecho a odiarle”. El sentimiento impulsor inconsciente se muestra así como una consecuencia deducida de una percepción exterior (...) (Freud, 1973, p. 1518) En una segunda etapa de su obra, Freud amplía el sentido de la palabra proyección, que contiene en germen, el significado que se le atribuye en las técnicas proyectivas. Este concepto aparece en el capítulo titulado Psicopatología de la vida cotidiana (1901-1904), en el apartado Creencia en el Azar y Superstición (Anzieu, 1961). El sentido que Freud otorga a la noción de proyección en esta etapa puede sintetizarse en: a) cuando se pide a un sujeto que diga un nombre propio o un número, se comprueba que su elección está determinada por una preocupación personal. Estas motivaciones inconscientes son las causas verdaderas de nuestros pensamientos y acciones. b) Para Freud también la superstición proviene de la proyección por cuanto el sujeto cree que una manifestación no intencional de su propia Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT actividad psíquica le revela algo oculto que a su vez sólo pertenece a su vida psíquica. El supersticioso proyecta hacia fuera una motivación que otro sujeto normal busca adentro, en su interior. Lo que el supersticioso estima como oculto, corresponde a lo que es inconsciente en el sujeto normal. Porque el supersticioso no sabe nada de la motivación de sus acciones accidentales y porque esa motivación trata de imponerse a su reconocimiento, está obligado a desplazarla al mundo exterior. Freud considera que buena parte de la concepción mitológica del mundo no es otra cosa que una psicología proyectada al mundo exterior (Anzieu, 1961). Se han formulado muchas definiciones, pero todas coinciden en que se trata de un mecanismo de defensa al servicio del yo, “como la atribucióna otro (persona o cosa) de cualidades, sentimientos, deseos, que el sujeto rechaza o no reconoce en sí mismo “(Laplanche y Pontalis, 2003, p. 308). De este modo, tal mecanismo está destinado a evitar que lleguen a la consciencia deseos inaceptables, pensamientos e impulsos, siendo el objetivo asignar esos fenómenos subjetivos indeseables al mundo objetivo (Bellak, 1990; Bell, 1951). Lo esencial del mecanismo de proyección sería la operación de desplazamiento. La proyección conserva la naturaleza del sentimiento inconsciente que se desplaza del objeto que provoca ese sentimiento, a otro. El fundamento último de la proyección, según Anzieu, estaría dado por la característica propia del inconsciente de irradiarse hacia afuera sobre los sujetos y las cosas. La proyección sería un proceso psíquico primario, en oposición a los procesos secundarios que obedecen al principio de realidad y a un pensamiento más racional. Posteriormente, Freud vio la proyección en un sentido más amplio, como un proceso perceptual general. La proyección funcionaría entonces, como un mecanismo expresivo y no solo como defensivo, como se lo había tomado inicialmente. En Tótem y Tabú(1912-1914) señala : ”En condiciones todavía insuficientemente elucidadas, nuestras percepciones interiores de procesos afectivos e intelectuales son, como las percepciones sensoriales, proyectadas Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT de dentro afuera y utilizadas para la conformación del mundo exterior en lugar de permanecer localizadas en nuestro mundo interior” (Freud,1973, p. 1788). En esta obra amplía los conceptos señalando que el animismo, el pensamiento mágico y la omnipotencia de las ideas que se observan en el sujeto primitivo, en el niño y en el sujeto neurótico, son el resultado de la proyección de los procesos psíquicos primarios sobre el mundo exterior. La principal hipótesis de Freud es que los recuerdos de las percepciones influyen sobre la percepción de los estímulos actuales (Bellak, 1990). Estas dos funciones – defensiva y expresiva - pueden coexistir en una respuesta del sujeto y originarse en diferentes planos de la personalidad (Bell, 1951/1948). Bell (1944, 1948) retoma la concepción freudiana de la proyección como un proceso perceptual. De este modo toda apercepción significativa actual estaría fundamentada en las huellas mnémicas de las percepciones previas (Bellak, 1990). Bellak denomina distorsión aperceptiva a este proceso (Bellak y Brower, 1951; Bellak, 1990). Así, tanto Abt y Bellak (1967) como Bellak (1990) prefieren denominar a estas técnicas como aperceptivas. Igualmente Cattell (1967) las conceptualizó como test de percepción errónea. Bellak sostiene como hipótesis de trabajo que cualquier interpretación subjetiva de un estímulo constituye una distorsión aperceptiva que es dinámicamente significativa. Por otra parte, Bell afirma que el mecanismo de proyección - tal como se lo define en la teoría psicoanalítica - puede aplicarse en ciertas circunstancias, por ejemplo, a las técnicas de apercepción temática, pero que la mayoría de los recursos proyectivos no implican solo un proceso inconsciente. Estas técnicas conducen a la manifestación de tendencias muchas veces conocidas por el sujeto. Este planteo de Bell abre la polémica con relación al supuesto teórico que el sujeto no es consciente, cuando responde, a la relación entre sus respuestas y su mundo interno. Cabe señalar que, desde una perspectiva psicoanalítica se las sigue designando como proyectivas, que es como se ha generalizado su denominación. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT IV. 2. SUPUESTOS TEÓRICOS DE LAS TÉCNICAS PROYECTIVAS Los supuestos que subyacen a estas técnicas son: a) El sujeto tiene una estructura estable de personalidad. Tal estructura está integrada por dimensiones o rasgos organizados en forma singular en cada sujeto. Las respuestas del sujeto ante las técnicas proyectivas permitirían aprehender tal estructura (Fernández Ballesteros, Vizcarro y Oliva Márquez, 1990). De allí es que toda producción ante el material proyectivo no es casual sino que es un signo de la personalidad del examinado. b) Existe un isomorfismo entre la estructura de la personalidad y el comportamiento del sujeto, por lo que el análisis de aquella permitirá la predicción de dicho comportamiento (Fernández Ballesteros et al., 1990). Por otra parte, dicha estructura de la personalidad hace necesario diferentes niveles de análisis. Por ejemplo la técnica de Rorschach permite indagar aspectos básicos o estructurales de la personalidad, en cambio el Test de Apercepción Temática (TAT) o el Test de Apercepción Infantil (CAT) enfocan aspectos de la dinámica de la personalidad; Fernández Ballesteros et al. agregan “más superficiales y por lo tanto influenciables por la situación” (p. 447). c) Cuanto más ambiguas y próximas al sujeto sean las propiedades de los estímulos de la técnica proyectiva, tanto más las respuestas reflejarán su personalidad (Bellak, 1990, Bell, 1951) d) El sujeto no es consciente de la relación entre sus respuestas y su mundo interno, por lo que estas técnicas se denominan enmascaradas. e) El análisis es cualitativo e ideográfico. Esto es, no se cuenta con pautas cuantitativas para valorar las respuestas del sujeto y en el análisis se interpretan respuestas gráficas, lúdicas o verbales que tienen implícitas una simbología que remite a ideas o sentimientos inherentes a la singularidad de cada sujeto. Tales símbolos son interpretables en el marco de la biografía de aquel. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT IV. 3. CARACTERÍSTICAS DE LAS TECNICAS PROYECTIVAS Las técnicas proyectivas son instrumentos que se proponen evaluar variables inconscientes y conscientes del comportamiento. Al respecto Frank afirma que los aspectos más importantes del mundo interno del sujeto es aquello que no puede decir o no dirá (1939). Con ello quiere señalar que es improbable que aquel pueda verbalizar contenidos que le resultan angustiantes y excesivos para el yo. En ese sentido, las técnicas proyectivas le permitirían, en el marco de esta teoría, poner fuera de sí tales contenidos significativos en el contexto de su biografía, constituyéndose de este modo, en un valiosísimo recurso para la etapa de diagnóstico. Una característica central es que son multidimensionales, es decir que evalúan diversas variables de personalidad. Estas técnicas se proponen indagar la personalidad total o aspectos de la personalidad dentro de la totalidad que implica ésta. La indagación es globalista (Bell, 1951), en contraste con la atomística, que evalúa rasgos de personalidad puntuales, propio de los cuestionarios e inventarios. Son técnicas de amplio espectro y serán mejores cuanto mayor repertorio de respuestas puedan controlar en el menor tiempo posible (Bell, 1951). Otro aspecto distintivo es que se considera a la respuesta del sujeto en el contexto de la personalidad, siendo ésta una totalidad organizada. De este modo, a un ítem específico le puede corresponder una variedad de significados según el modo en que esté integrado dentro de la totalidad de la producción del sujeto. De allí es que estas técnicas sean de difícil tratamiento estadístico en comparación con las pruebas objetivas.Por otra parte, se caracterizan por emplear material estímulo ambiguo y relativamente estructurado, lo cual va a provocar en el sujeto una variedad de respuestas que no son valoradas como correctas o incorrectas (como ocurre con las pruebas objetivas). Se las denomina también enmascaradas por que el sujeto no conoce el objetivo de las mismas y por ello se las considera como métodos indirectos de evaluación de la personalidad. Por el tipo de tareas que proponen es improbable que el examinado pueda distorsionar a voluntad las Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT respuestas. (Fernández Ballesteros y Oliva Márquez, 1990; Bellak, 1990; Cohen y Swerdlik, 2000). Un argumento a favor de las técnicas proyectivas es que no requieren gran destreza lingüística (decir qué ve frente a unas manchas de tinta, relatar un cuento a partir de una imagen gráfica, sin que en dicho relato se valore la cualidad gramatical del discurso, o indicar verbalmente qué se ha dibujado). Por este motivo, inicialmente se pensó que estaban más libres de influencias culturales que otros tipos de tests, hecho que fue puesto en duda posteriormente por diversas investigaciones transculturales (Du Bois, 1944; Berry, Poortinga, Segall &Dasen, 1992; Contini & Figueroa, 1990; Contini, 1998, 2000, 2001; Segall, M., Dasen, P., Berry, J. & Poortinga, Y., 1990) IV. 4. TIPOS DE TÉCNICAS PROYECTIVAS Las técnicas proyectivas pueden clasificarse de la siguiente manera (Fernández Ballesteros et al., 1990): a) Estructurales: el material es visual, de relativa organizaron, al cual el sujeto debe organizar, estructurar diciendo qué ve. Un ejemplo de este tipo de técnicas es el Psicodiagnóstico de Rorschach. b) Temáticas: contienen material visual con distintos grados de estructuración, a partir de los cuales el sujeto debe narrar una historia, como por ejemplo el TAT, CAT o el Test de Cuadros de Symonds. c) Expresivas: emplean consignas verbales o escritas con el propósito que el sujeto realice gráficos, tales como la técnica de la Casa, Árbol y Persona (HTP), Familia Kinética, Actual, Dibujo de la figura humana (DFH), entre otras. d) Constructivas: el material es concreto y se solicita al sujeto que lo organice según distintas consignas, por ejemplo, el Test de la Aldea. e) Asociativas: la consigna es verbal o escrita. El sujeto debe expresar verbalmente asociaciones de palabras o frases, por ejemplo la técnica de frases incompletas. IV. 5. VENTAJAS Y LIMITACIONES Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT Como bien señalan Cohen & Swerdlik (2000), las técnicas proyectivas surgieron como una rebelión contra las pruebas llamadas objetivas basadas en datos normativos. Los investigadores de la personalidad que empleaban métodos sujetos a normas y a la búsqueda de uniformidades fueron criticados por quienes adherían a las técnicas proyectivas basadas en un enfoque psicoanalítico y, por lo tanto ideográfico. Así, en contraste con las pruebas objetivas, las técnicas proyectivas fueron vistas como las más apropiadas para enfocar el estudio del sujeto desde una perspectiva clínica. Se proponían evaluar la forma singular en que un sujeto proyecta sus contenidos internos a partir de estímulos ambiguos. Las técnicas proyectivas fueron esenciales y de uso corriente dentro del proceso psicodiagnóstico durante 40 años siglo XX y, a partir de la década del ’60 fueron sometidas a fuertes críticas debido a los resultados negativos de investigaciones básicas referidas a su validez (Fernández Ballesteros et al., 1990). No obstante las dudas sobre el valor científico de los datos que se recogen por medio de ellas, se siguen empleado en función de la información clínica que proveen. La posibilidad de obtener datos confiables depende, por un lado, de la calidad de los instrumentos y, por otro de la formación del Psicólogo evaluador y de su capacidad para poner en juego su juicio clínico en la recolección, interpretación e integración del material recogido. Por otra parte, si bien el énfasis estuvo puesto inicialmente en un enfoque ideográfico, las críticas a la confiabilidad, a la validez y su puesta a prueba durante muchos años de práctica clínica, han conducido a la intención de que cada vez más estén referidas a normas. Este propósito, por la misma naturaleza de las pruebas, se torna una labor difícil y aun inconclusa. V. LUCES Y SOMBRAS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA De cara al siglo XXI, a EP ha progresado con respecto al Psicodiagnóstico clásico. No se limita a la valoración del déficit, de la psicopatología y a la enunciación de una categoría nosológica, sino que ha avanzado enfatizado en las fortalezas y potencialidades del examinado. Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT Con respecto a los logros y siguiendo a Korchin & Shuldberg (1981) y Verthelyi (1992) puede afirmarse que se observa: • Un acelerado desarrollo de técnicas focales con una base psicométrica más depurada. • Una mayor preocupación por incluir variables situacionales y de contexto como determinantes del comportamiento. • Un mayor respeto por las opiniones del consultante y por su autopercepción. • Una mayor aceptación del interjuego entre el juicio clínico y el pensamiento científico en la recolección, integración e interpretación del material. Más allá de estos avances, aun falta recorrer un camino en el cual el experto articule datos cuantitativos y cualitativos empleando la metodología de triangulación de datos y apele a su propio juicio clínico. Igualmente es sensato pensar que las pruebas, sean proyectivas o psicométricas son solo herramientas. A las tareas de EP les falta aún consolidarse como un proceso de formulación de hipótesis, de verificación de las mismas y de toma de decisiones. Debe superar aun las antinomias referidas al empleo de técnicas cuantitativas / cualitativas; objetivas / proyectivas e integrar, tomando al sujeto como un sistema singular, la variedad de información que todas ellas proveen. Dada la complejidad y multidimensionalidad del objeto de estudio, la propuesta de la evaluación multimétodo, pluritécnicas y multiinformantes parece ser la más comprehensiva. La evaluación psicológica en la actualidad se propone estudiar y valorar características de un sujeto inmerso en múltiples sistemas que, a modo de muñecas rusas se articulan dando cuenta que el comportamiento está determinado por variables internas tanto como de contexto. El análisis de tales variables excede el campo de la psicología y se sitúa en el ámbito de la interdisciplina. Por otra parte, es preciso no limitarse al uso de técnicas clásicas, sino emprender la construcción de instrumentos adecuados a la población que se va a evaluar y a la pregunta que se quiere responder con el proceso de EP. Igualmente falta poner a disposición del psicólogo usuario recursos Contini, N. (2011). Enfoques en Evaluación Psicológica. UNT: Facultad de Psicología. 3° edición. Uso interno para alumnos de la materia Evaluación y Diagnóstico Psicológico Infantojuvenil. Fac. de Psic. UNT informatizados de puntuación de tests, que hagan más económica la tarea y liberen tiempo para la labor de interpretación. Desde el punto de vista de la formación universitaria, se requiere actualización en la enseñanza. Es preciso ampliarel repertorio de técnicas psicológicas que se imparten que, en gran medida quedan circunscriptas a las llamadas clásicas, tales como la técnica de Rorschach, las de Apercepción Temática, el test de Bender y pruebas sintéticas de inteligencia, como el Test de Dominó y El Test de Matrices Progresivas de Raven. En suma, falta aun lograr un proceso de EP que privilegie la singularidad del sujeto a la luz de su biografía, es decir que la lectura de los datos no quede acotada a la psicometría y, por otra parte, como bien señala Forns (1993) falta aun mayor precisión en los análisis y búsqueda de consistencia lógica de los diagnósticos. De todos estos factores va a depender el progreso de la disciplina. REFERENCIAS Abt, L. & Bellak, L. (1967). Psicología proyectiva. Bs.As.: Paidós. Anastasi, A. (1966). Tests psicológicos. Madrid: Aguilar. Anzieu, D. (1961). Los métodos proyectivos. Bs.As.: Kapelusz. Ávila Espada, A. y Rodríguez, C. (1992). Psicodiagnóstico clínico. 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