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Absceso pulmonar DEFINICIÓN Es una lesión del parénquima pulmonar caracterizada por necrosis causante de una cavidad que contiene pus y es consecutiva a la complicación de un proceso de obstrucción séptica proteolítica del tejido pulmonar. Estas acumulaciones purulentas por necrosis pul- monar se originan sobre todo por broncoaspiración, embolia séptica y procesos neumónicos supurativos, en un periodo aproximado de cuatro a seis semanas; sin embargo, para su desarrollo se requiere una serie de trastornos, entre ellos alteración del estado inmu- nológico y otras afecciones adjuntas, como diabetes mellitus, VIH, quistes y focos sépticos por contigüidad (p. ej., abscesos hepáticos o subfrénicos) (cuadro 11-1). ANTECEDENTES Hipócrates describió por primera vez la evolución del absceso pulmonar, Arete de Capadocia describió la vó- mica y Veillón (1888) descubrió los patógenos anaero- bios; en la era anterior a los antibióticos la mortalidad era de 40%. Avant describió en 1950 el tratamiento quirúrgico del absceso pulmonar y las medidas anti- bióticas. Los informes anteriores a la introducción de los antibióticos indicaban que la tercera parte de los pacientes experimentaba curación, alrededor de un tercio moría y el resto mostraba secuelas graves. ESTADÍSTICA En la actualidad no existe un registro fi able del absce- so pulmonar, sólo se encuentran informes de artículos que describen la incidencia por género (hombre-mu- jer, 4:1). La edad de presentación oscila entre los 40 y 50 años, en relación con alcoholismo y tabaquismo y Cuadro 11―1. Alteraciones y estados comórbidos relacionados con el absceso pulmonar Alteraciones pulmonares causantes de absceso pulmonar EPOC Enfermedad quística Neumonía Neoplasia Asma Bronquiectasias Trasplante pulmonar Enfermedad adenomatoidea Otras Alteraciones extrapulmonares causantes de absceso pulmonar Alteración de estado de conciencia Broncoaspiración Bacteriemia Embolia séptica Inmunodepresión Instrumentación de la vía respiratoria Enfermedad periodontal Otras EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica. http://booksmedicos.org Absceso pulmonar 163 una mortalidad de 20% de los casos. El absceso pul- monar se presenta con mayor constancia en adultos mayores junto con alcoholismo, tabaquismo, acciden- tes cerebrovasculares, toxicomanía, anestesia general, trastornos convulsivos, coma diabético, choque y otras enfermedades graves. El microorganismo causal único más frecuente es el estafi lococo. En México, durante las últimas décadas, la mortali- dad ha mostrado una reducción de un porcentaje entre el 10 y 20%; las estancias hospitalarias notifi cadas duran en promedio 25 días. CLASIFICACIÓN La causa más frecuente del absceso pulmonar primario es la aspiración (hasta 80%); otros factores etiológicos son la enfermedad periodontal o gingivitis y la enferme- dad necrosante pulmonar. También pueden intervenir factores locales, como neoplasias de las vías respirato- rias superiores, inferiores o esófago, instrumentación en vías respiratorias, alteración del refl ejo glótico, deglu- ción alterada, cuerpos extraños, fármacos que alteran el pH gástrico, amigdalectomía, consumo de drogas, posoperatorio de procedimientos con anestesia general y pacientes con alteración del estado de conciencia, y otros más. El absceso pulmonar secundario se presenta en relación con complicación de bronquiectasias, obs- trucciones bronquiales por secreciones, cuerpo extraño y neoplasias. Puede ser agudo o crónico a partir de la octava semana de evolución. Alrededor del 60% de los casos se manifi esta en el pulmón derecho y 40% en el izquierdo. En el pulmón derecho es más frecuente en el segmento superior del lóbulo inferior y en el izquierdo en el segmento superior del lóbulo inferior. Para considerar un absceso pulmonar debe medir 3 cm y ser una formación única. La media del grosor máximo de la pared de los abscesos es de 7 mm (inter- valo, 1 a 15 mm). En los estudios iniciales, al momento de la presentación clínica, 88.8% presentaba nivel hi- droaéreo y sólo 11% no reveló evidencia de éste. Un absceso pulmonar sin una comunicación con el árbol bronquial aparece radiopaco en la telerradiografía de tórax, lo cual suele identifi carse al principio de la for- mación de la lesión. La cavitación con nivel hidroaéreo se observa en presencia de comunicación con el árbol bronquial, lo que hace posible que el aire sustituya al material necrótico drenado (fi gura 11-1). El absceso se drena de manera habitual en el bron- quio y su contenido se expectora, de tal forma que que- da una cavidad llena de líquido y aire. Un absceso que se abre dentro de la cavidad pleural provoca empiema (acumulación purulenta en una cavidad) (fi gura 11-2). La rotura de un gran absceso en un bronquio da lugar a una amplia diseminación bronquial del pus, con neumonía difusa y un cuadro parecido al del síndrome de insufi ciencia respiratoria del adulto o ahogamiento. FISIOPATOLOGÍA Los mecanismos principales son de orígenes bronco- génico, hematógeno, neumónico y por extensión o contigüidad. El broncogénico se presenta en broncoas- piración o aspiración de cuerpo extraño; el hematóge- no ocurre como consecuencia de émbolos sépticos; el neumónico se desarrolla a partir de lesiones infecciosas por microorganismos piógenos (casi siempre mixtos); se considera pútrido cuando los patógenos son anaero- bios y no pútrido si son grampositivos y gramnegativos. Por lo general, el material que entra en la aspira- ción al bronquio pulmonar causa infl amación y neu- monititis en las primeras 24 a 48 h; con posterioridad se infecta y da origen a una necrosis licuefacta, que Figura 11―1. Presencia de nivel hidroaéreo en pulmón derecho, segmento superior del lóbulo inferior (ubicación más frecuente); se identifi ca un absceso > 12 cm en la telerradiografía de tórax, radiografía lateral de tórax y tomografía torácica. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 11)164 crea la cavidad en el parénquima pulmonar y un absce- so agudo que ocluye el bronquio o drena en forma espontánea hacia la luz bronquial (fi gura 11-3). Otros tipos clínicos del absceso secundario son el consecutivo a neumonía necrosante por anaerobios que causa gangrena del parénquima pulmonar, el absceso subdiafragmático, que representa el 5% de las causas, resultado de un proceso abdominal séptico, y el absce- so hepático amebiano que suele presentarse en el lóbu- lo hepático derecho y comunicarse con el tórax. La diferencia entre neumonitis necrosante y absce- so pulmonar radica en que el absceso se defi ne como una lesión única > 3 cm de diámetro y el mecanismo más frecuente es la vía bronquial por la inhalación de partículas sépticas secundarias a regurgitación; los si- tios más frecuentes son los segmentos posteriores. La obstrucción del bronquio es causa de absceso del pa- rénquima pulmonar por tumores o necrosis central del tumor. Otra causa, menos frecuente, es la vía vascular con cortocircuitos en el parénquima pulmonar por los émbolos sépticos; este tipo de mecanismo puede dar origen a abscesos múltiples. Las bacterias anaerobias más frecuentes son Pep- tostreptococcus, Bacteroides fragilis y Fusobacterium; las bacterias gramnegativas Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa y Bacillus proteus; y las bacte- rias grampositivas, en particular Staphylococcus aureus. La evolución de la enfermedad se integra con tres periodos: fase de absceso cerrado (caracterizada por ac- cesos de tos); fase vómica en la que el paciente presenta tos con expectoración purulenta de olor pútrido, habi- tualmente abundante; y la fase de absceso drenado, con disminución de la expectoración, fi ebre persistente, pe- riodos de remisión y exacerbación. Esta fase puede evo- lucionar a la cronicidad, como en el aspergiloma, o remitir en forma espontánea con el uso de antibióticos. CUADRO CLÍNICO En el cuadro clínico, la presentación tienede manera habitual al menos dos semanas de evolución, con tos, Figura 11―2. Imágenes tomográfi cas de un absceso pulmonar abierto hacia pleura con formación de empiema; la imagen quirúrgica muestra el drenaje del absceso pulmonar izquierdo con descorticación de la pleura izquierda (lóbulo inferior izquierdo, segmento superior). Figura 11―3. Absceso pulmonar abierto a bronquio; imágenes tomográfi cas con formación de cavidad que muestran el drenaje de absceso pulmonar al bronquio derecho, segmento superior del lóbulo inferior derecho. http://booksmedicos.org Absceso pulmonar 165 dolor torácico y fi ebre, además de una alteración del estado general, pérdida de peso; con posterioridad se agregan halitosis y tos seca que evoluciona a producti- va y fétida, indicativa de que el absceso ha drenado en forma espontánea al bronquio. Esta vómica es un sig- no preciso para establecer el diagnóstico de absceso pulmonar. Se acompaña de leucocitosis, con un síndro- me infl amatorio y puede, según sea el caso, acompa- ñarse de síndrome metabólico o las comorbilidades ya mencionadas (cuadro 11-3). Las manifestaciones clínicas más frecuentes son fi ebre, diaforesis nocturna, dolor pleurítico, expectora- ción purulenta abundante de color café cenizo o casta- ño, fétida, y pueden encontrarse en forma inicial signos de consolidación pulmonar. Al momento de la apari- ción de vómica se identifi can signos de cavitación. ESTUDIOS CLÍNICOS Los estudios complementarios incluyen preoperato- rios, fórmula blanca, fórmula roja, pruebas de coagula- ción, cultivos de expectoración para bacterias, hongos, anaerobios y micobacterias, tinciones de expectora- ción Gram, BAAR, pruebas citológicas y citoquímicas y hemocultivo. El aislamiento del agente causal puede conseguir- se por expectoración; los métodos invasivos de los gérmenes descritos para su tratamiento específi co in- cluyen punción transtraqueal o transtorácica y bron- coscopia. Los métodos de imagen útiles son la telerradiografía de tórax, radiografía de tórax lateral, ultrasonido de tórax, tomografía simple de tórax con ventana pulmonar (fi gura 11-4 y cuadro 11-4>). La broncoscopia se considera indispensable, con la- vado, cepillado, toma de biopsia y drenaje. Para el dre- naje terapéutico es de gran utilidad la broncoscopia rígida, que podría evitar la intervención quirúrgica en los abscesos mayores de 6 cm. Aunque existe controversia, algunos autores la reservan sólo para casos de resisten- cia al tratamiento. Otra forma diagnóstica y terapéutica es la punción transbronquial para el drenado de absce- sos únicos o múltiples. En la toracocentesis diagnóstica se solicitan los mismos estudios y tinciones ya referidos. Las lesiones que simulan un absceso pulmonar in- cluyen carcinoma broncógeno cavitado, bronquiecta- sias, empiema secundario a una fístula broncopleural, tuberculosis, coccidioidomicosis y otras infecciones Figura 11―4. Radiografía de absceso pulmonar en campo pulmonar izquierdo. Flecha superior muestra parénquima pulmonar correspondiente a lóbulo superior. Flecha inferior muestra absceso con nivel hídrico. Cuadro 11―3. Síntomas y signos relacionados con absceso pulmonar Síntomas Tos con expectoración mucopurulenta Fiebre Pérdida ponderal Disnea Expectoración fétida Dolor torácico Expectoración hemoptoica Diaforesis Escalofrío Signos Signos Aumento de las vibraciones vocales Matidez con límites netos si el proceso es lobular o segmentario Hipersonoridad Soplo tubario Estertores crepitantes, inspiratorios Estertores subcrepitantes Broncofonía Pectoriloquia Cuadro 11―4. Signos radiológicos 1. Nivel hidroaéreo (fi gura 11-1) 2. Signo de la pared fi na (fi gura 11-4) 3. Imagen del bronquio drenado (fi gura 11-3) 4. Variabilidad del nivel hídrico de radioopaco a radiolúcido en un bronquio drenado (fi guras 11-4) http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 11)166 pulmonares micóticas, vesículas o quiste aéreo pulmo- nar infectado, secuestro pulmonar, nódulo silicótico con necrosis central y absceso subfrénico; en tales ca- sos es indispensable obtener muestra del absceso. TRATAMIENTO La terapéutica debe orientarse hacia medidas generales: oxigenoterapia, antibioticoterapia, drenaje del absceso, fi sioterapia respiratoria y postural (Trendelenburg). El absceso pulmonar drena de forma espontánea hacia el árbol bronquial en 80 a 90% de los casos. La administración de penicilina y clindamicina para el trata- miento del absceso pulmonar es la opción terapéutica empírica. Siempre es recomendable el cultivo de expec- toración antes del inicio de antibióticos y hay que insti- tuir tratamiento con antibiograma en cuanto se disponga de él y continuarlo por vía oral durante 2 o 3 semanas. Aunque hay controversia acerca de la duración del trata- miento, algunos autores afi rman que debe prolongarse 5 a 6 semanas. Otra opción terapéutica consiste en pres- cribir imipenem o piperacilina. Los esquemas más reco- mendados se describen en el cuadro 11-5. En caso de falla del tratamiento médico (fi guras 11-5 y 11-6) puede estar indicada la intervención qui- rúrgica; los pacientes aptos para ella son aquellos que no responden a la antibioticoterapia en lapso de 10 a 14 días e individuos clínicamente inestables o sépticos. Una vez identifi cado el agente causal, el antibiótico de primera elección en el absceso pulmonar para microor- ganismos anaerobios es la clindamicina (penicilina de forma alternativa). El tratamiento oral incluye clinda- micina, metronidazol y amoxicilina; para microorga- nismos gramnegativos la primera elección la integran cefalosporinas, aminoglucósidos y quinolonas; son al- ternativas las penicilinas y cefalexina orales y trimeto- prim/sulfametoxazol. Para patógenos resistentes como Pseudomonas, la primera elección incluye aminoglucó- sidos, quinolonas y cefalosporinas. Y, por último, para microorganismos grampositivos la primera elección es oxacilina, clindamicina, cefalexina, nafcilina y amoxicili- na, con cefuroxima y clindamicina como alternativas; la Figura 11―5. Toracotomía en la cual se aborda caso de absceso pulmonar izquierdo (mismo que se observa en la radiografía de la fi gura 13-4). Flecha superior muestra parénquima pulmonar de lóbulo superior sano. Flecha inferior muestra lóbulo inferior que contiene absceso pulmonar con natas de fi brina. Cuadro 11―5. Tratamientos antibióticos recomendados para el absceso pulmonar ● Penicilina G sódica a dosis de 4 millones de unidades IV cada 4 h ● Clindamicina contra cocos grampositivos, incluidos estafi lococos resistentes a penicilina y anaerobios, 0.7 a 0.9 g cada 8 h IM/IV o 150 a 300 mg cada 6 h ● Amoxicilina con ácido clavulánico, 2 g cada 8 h ● Cefalosporinas de primera y segunda generaciones, como cefazolina a razón de 2 a 4 g al día dividos en dos o tres dosis ● Penicilina y metronidazol en dosis de 1.5 g diarios IV Figura 11―6. Algoritmo del tratamiento médico del absceso pulmonar no complicado. Absceso pulmonar Cultivo de expectoración Tratamiento empírico Curación 80 a 90% Drenaje postural y fisioterapia respiratoria http://booksmedicos.org Absceso pulmonar 167 fi ebre debe desaparecer en cuatro a siete días, aunque la radiografía se modifi ca hasta los dos meses. Cuando la evolución es tórpida, los tratamientos in- cluyen desde los de mínima invasión hasta la toracoto- mía (fi gura 11-5), según sea que la respuesta terapéutica muestre escasos resultados, los abscesos sean mayores de 6 cm o que no haya una respuesta al tratamiento después de seis a ocho semanas de antibioticoterapia y en casos de hemoptisis masivas. Estos tratamientos se instituyen en menos del 10% de los casos. Puede intentarse la punción percutánea guiada por ultrasonido o tomografía, la broncoscopia en ca- sos de cuerpos extraños y el drenaje del absceso por aspiración a través el bronquio afectado. La neumotomía y el procedimiento de Monaldi también se han descritoen abscesos crónicos resisten- tes al tratamiento antibiótico en individuos con alto riesgo quirúrgico o con mal estado general, con absce- so cercano a la pared torácica (fi gura 11-7). El tratamiento quirúrgico abierto o toracoscópico es variable, desde segmentectomía y lobectomía hasta neumonectomía, de acuerdo con los signos de tumo- ración maligna, aumento de tamaño de la cavidad, progresión a la cronicidad y abscesos satélites. Entre las complicaciones más comunes del tra- tamiento quirúrgico se encuentran las siguientes: desarrollo del empiema, fístula broncopleural, neu- motórax y obstrucción de la cánula de drenaje por secreciones que producen la evacuación incompleta del absceso y la sobreinfección de la cavidad resi- dual (aspergiloma). Figura 11―7. Algoritmo para el tratamiento del absceso pulmonar complicado o relacionado con comorbilidades. Abceso pulmonar Fracaso terapéutico Broncoscopia diagnóstico terapéutica Tratamiento con antibiograma Curación Curación Mala evolución Mala evolución Mala evolución Cirugía Cirugía Cirugía Cirugía Cirugía Drenaje percutáneo Abceso mayor de 6 cm o pared gruesa Neumotomía o Monaldi Neoplasia http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 11)168 CONTRAINDICACIONES PARA CIRUGÍA Es importante tener en cuenta que se requiere la inter- vención quirúrgica para menos de 1% de los abscesos pulmonares. Sólo los casos que no responden a los an- tibióticos o resistentes al microorganismo se conside- ran para medidas quirúrgicas. La cirugía también está indicada cuando hay una complicación de un absceso pulmonar, por ejemplo sangrado. Existen ciertos factores que exigen consideración antes de practicar la operación. Debido al elevado ries- go de derrame del absceso en el pulmón contralateral, es esencial utilizar una cánula de doble luz para prote- ger las vías respiratorias. Si ésta no está disponible, la cirugía representa un riesgo muy alto de absceso en el otro pulmón y riesgo de causar síndrome de difi cultad respiratoria aguda. En tales casos, el aplazamiento de la cirugía es una decisión razonable. Otro método, me- nos satisfactorio para hacer frente a este problema, consiste en colocar al paciente en posición prona. El cirujano debe ser experto en resecar el absceso con rápida sujeción del bronquio para evitar derrames en la tráquea. Estos factores son muy importantes cuando se trata de los aspectos quirúrgicos del tratamiento de un absceso pulmonar. Si la duda persiste, la posposi- ción de la intervención es lo mejor. CONCLUSIONES El absceso pulmonar presenta buenos resultados tras la antibioticoterapia (hasta 85% de curación), en tanto que el tamaño es factor de mal pronóstico, cuando so- brepasa los 6 cm de diámetro o tiene paredes gruesas. El tratamiento quirúrgico rara vez es necesario en abscesos pulmonares. Se informan estancias hospitala- rias de 25 días en promedio. Los microorganismos más frecuentes son anaerobios. En la práctica actual, menos del 15% de los pacien- tes necesita intervención quirúrgica para controlar la enfermedad y las complicaciones que se producen, sea en las fases agudas o las crónicas de la enfermedad, por ejemplo escasa o nula respuesta al tratamiento médico, eliminación de un carcinoma y hemoptisis crí- tica, además de las complicaciones del absceso pulmo- nar como empiema y fístula broncopleural. Si después de cuatro a seis semanas de tratamiento médico de una cavidad residual el trastorno permanece y el paciente es sintomático, la resección quirúrgica es necesaria, sin dejar de considerar la posibilidad de un carcinoma. Se sugiere precaución durante la anestesia cuando los pacientes con absceso pulmonar se someten a ciru- gía debido a los derrames del material del absceso ha- cia el pulmón sano. Por lo tanto, se recomienda una cánula endotraqueal de doble luz para reducir riesgos. Allewelt M, Schüler P, Bolcskei PL, Mauch H, Lode H, On behalf of the Study Group on Aspiration Pneumonia: Am- picillin + sulbactam vs. clindamycin ± cephalosporin for the treatment of aspiration pneumonia and primary lung abscess. Clin Microbiol Infect 2004;10:163–170. Bartlett JG: The role of anaerobic bacteria in lung abscess. School of Medicine, Johns Hopkins University. Baltimore, Maryland Clinical Infectious Diseases 2005;40:923-5. 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