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Oxigenoterapia La administración de oxígeno complementario tiene una indicación absoluta: la hipoxemia, es decir, la dis- minución de la presión parcial de oxígeno en sangre arterial, lo que equivale desde el punto de vista fi - siológico a la disminución de la fracción de oxígeno disuelta en plasma. Sin embargo, el aumento en el trabajo respiratorio y el aumento en el trabajo mio- cárdico, amplían las indicaciones de la oxigenotera- pia, sin que en estas últimas exista necesariamente comprobación gasométrica de la hipoxemia. Cuando se instaura de manera adecuada oxige- noterapia puede observarse clínicamente disminu- ción del trabajo de la respiración y disminución de la frecuencia cardiaca cuando el complemento de oxí- geno satisface las necesidades tisulares, suplidas en un principio por la taquicardia, fenómeno compensa- torio generado por el paciente para aliviar la hipoxia mediante el aumento del gasto cardiaco (Q), DO2 co- nocido también como disponibilidad de oxígeno o entrega tisular de oxígeno y es el producto de CaO2 × Q, donde CaO2 es el contenido arterial de oxígeno y es entendido como la cantidad de oxígeno transpor- tado, unido a la hemoglobina y menormente al plas- ma; y Q es el gasto cardiaco. La frecuencia cardiaca es uno de los factores constitutivos del gasto cardiaco, aunque no es la taquicardia el mecanismo más efi caz para incrementarlo (debe recordarse que el gasto car- diaco es el producto del volumen de eyección ventri- cular por la frecuencia cardiaca). CAUSAS DE HIPOXEMIA La hipoxemia se defi ne como la disminución de la presión parcial de oxígeno en sangre arterial (PaO2). Esta situación refl eja por lo general anormalidades en el intercambio gaseoso, a excepción de la hipoxemia causada por disminución de la PiO2, la cual tiene su ori- gen en las grandes alturas o en situaciones hipotéticas en las que se respira una mezcla de gases con concen- traciones de O2 inferiores a 21%. Pueden considerarse cinco causas o tipos de hipoxemia: 1. Hipoxemia por disminución de la presión inspira- da de oxígeno (PiO2). 2. Hipoxemia por hipoventilación. 3. Hipoxemia por trastornos de la difusión. 4. Hipoxemia por desequilibrio en la relación V/Q. 5. Hipoxemia por incremento del cortocircuito (shunt). Hipoxemia por disminución de la PiO2 Según la ecuación de gas alveolar, la presión alveolar de oxígeno (PAO2) es dependiente de la diferencia entre la PiO2 (P.atm. – presión de vapor de agua que se abrevia como [PVH2O] × FiO2) menos presión alveolar de CO2 que se abrevia PACO2. Como la presión arterial de oxíge- no (PaO2) depende de la PAO2, y la PaO2 es igual a la PAO2 . http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 109 menos la DAaO2, cualquier disminución en la PAO2, pro- ducirá hipoxemia. Pero, ¿cómo puede disminuir la PAO2? Sencillamente, por la disminución de la PiO2 mantenien- do constante la PACO2. Aunque el concepto expresado puede parecer un complicado trabalenguas, se entiende con facilidad a través de dos sencillos ejemplos: Un paciente cuyos pulmones funcionan bien vive a nivel del mar. ¿Cuál será su PAO2 asumiendo que su ventilación es ideal (PACO2 = 40 mm Hg)? PAO2 = (P atm – PVH2O) FiO2 – PACO2 PAO2 = (760 – 47) 0.21 – 40 PAO2 = 109 mm Hg aproximadamente Su PaO2 será entonces: PaO2 = PAO2 – DAaO2 PaO2 = 109 – 10 PaO2 = 99 mm Hg (normoxemia) Si el sujeto es transportado desde el nivel del mar a la altura del Everest (presión atmosférica = 252 mm Hg) y su ventilación se adecúa a la altura (PACO2 = 12 mm Hg), su oxemia se modifi cará de la siguiente manera: PAO2 = (252 – 47) 0.21 – 12 PAO2 = 31 mm Hg; y PaO2 = PAO2 – DAaO2, entonces PaO2 = 31 – 10 = 21 mm Hg En esta situación se presentan extremas condiciones de hipoxemia, debida a la disminución de la presión atmosférica y no a la calidad del intercambio ga- seoso, y el sujeto muy probablemente fallecerá como consecuencia de la disminución en la presión de oxíge- no, ¿pero por qué un grupo selecto de montañistas han logrado llegar a la cima del Everest? Porque uti- lizan mecanismos de compensación: 1) La aclimatación; fenómeno complejo mediante el cual se incrementa el número de eritrocitos (poli- globulia o policitemia) por la estimulación hipóxica del riñón que libera el factor eritropoyético renal que estimula la médula ósea para producir este incremen- to, con el consecuente aumento de la cantidad de he- moglobina disponible para el transporte de oxígeno a los tejidos; 2) la utilización de oxígeno suplementario, o 3) la combinación de ambos mecanismos. El ejemplo descrito corresponde a situaciones ex- tremas. Es importante anotar que si un sujeto vive a determinada altura sobre el nivel del mar, su organis- mo se encuentra adaptado a tal situación. La presión atmosférica será siempre relativamente estable (fl uc- tuaciones muy ligeras), y la disminución de la PiO2 como consecuencia de la disminución de ésta (presión atmosférica) jamás se presentará. La otra situación mediante la cual puede disminuir la PiO2 es hipotética. Si el sujeto del ejemplo anterior es “obligado” —a nivel del mar— a respirar en un am- biente al que se le ha disminuido la concentración de oxígeno (p. ej., a 10%), pero conserva una ventilación adecuada (PACO2 = 40 mm Hg) sus presiones parciales de O2 serán: PAO2 = (P atm – PVH2O) FiO2 – PACO2 PAO2 = (760 – 47) 0.1 – 40 PAO2 = 31 mm Hg aproximadamente Su PaO2 será entonces: PaO2 = PAO2 – DAaO2 PaO2 = 31 – 10 PaO2 = 21 mm Hg (hipoxemia grave) Es entonces evidente que la disminución en la PiO2 ilustrada en los dos ejemplos descritos conduce a hi- poxemia. Diversas situaciones patológicas provocan hipoxemia. De ellas se excluye la hipoxemia generada por disminución de la presión atmosférica (grandes al- turas) por ser ésta una condición no clínica. Hipoxemia por hipoventilación Aunque la ventilación y la oxigenación son dos fenó- menos diferentes, interactúan en una estrecha rela- ción, en la que las modifi caciones de uno afectan el comportamiento del otro, lo cual se explica con clari- dad fi siológica por la ecuación de gas alveolar: PAO2 = (presión de atmosférica – presión de vapor de agua) FiO2 - PACO2/R Es claro que si la primera parte de la ecuación permane- ce constante (presión atmosférica, presión de vapor de agua y fracción inspirada de oxígeno), y si se ignora la relación de intercambio gaseoso (R= 0.8 en promedio y en reposo), la PAO2 depende del comportamiento de la PACO2. Matemáticamente, la ecuación corresponde a X = (K-Y), en la que las modifi caciones de “Y” conser- vando constante el valor de “K”, afectan el valor de “X”. Entonces, el incremento en el valor de la PACO2 por hi- poventilación producirá siempre disminución de la PAO2. Lo anterior —disminución de la PAO2— provoca una cadena de eventos: 1. Disminuye la PaO2, es decir, se produce hipoxemia. 2. Se produce vasoconstricción pulmonar hipóxica. 3. La hipoxemia disminuye el porcentaje de satura- ción de hemoglobina, y que depende de la PaO2. http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)110 La hipoxemia y la disminución del porcentaje de saturación de la hemoglobina disminuyen el con- tenido arterial de oxígeno (CaO2 el cual es depen- diente de la hemoglobina, la cantidad de oxigeno que captura por cada gramo de hemoglobina que es 1.34 mL y el porcentaje de saturación de la mis- ma y se describe con la ecuación CaO2= Hb X 1.34) X (.SatO2)). 4. La disminución del CaO2 disminuye el transporte de oxígeno (DO2), debido a que éste es igual al producto del CaO2 por el gasto cardiaco (Q). 5. La disminución del DO2 produce hipoxia. 6. La hipoxia provoca acidosis metabólica. En forma racional, el tratamiento de la hipoxemia por hipoventilación debería estar dirigido a la corrección de la causa, es decir, la primera estrategia terapéutica debería estar orientada hacia la recuperación de ade-cuados niveles de ventilación para que la disminución de la PACO2 incremente la PAO2. Sin embargo, en muchas circunstancias, esta medi- da no puede conseguirse fácilmente, por lo cual el mé- dico debe recurrir a la segunda alternativa, es decir, a la manipulación de la primera parte de la ecuación de gas alveolar, en la que el parámetro accesible de mane- jo es la FiO2, puesto que la presión atmosférica y la presión de vapor de agua conservan un valor relativa- mente constante en condiciones habituales de manejo, sólo podría manipularse la presión atmosférica con un sistema de oxigenación hiperbárico, en el que el incre- mento de la presión permite manipular la primera par- te de la ecuación, y en el que se genera además aumento de la ecuación de CaO2 que corresponde al oxígeno disuelto en el plasma y no a la hemoglobina es decir, la que corresponde a la expresión (0.003 × PaO2 en mm Hg) ya que el cociente de solubilidad del oxígeno en el plasma es de 0.003. Esto permite además aumentar el DO2. Entonces, en la hipoxemia por hipoventilación, la primera línea de defensa es la oxigenoterapia, en la que la respuesta de la oxemia a la administración de oxígeno complementario es drástica. Hipoxemia por trastornos de la difusión Desde el punto de vista fi siológico, la ley de difusión de Fick es el sustento científi co de los fenómenos de intercambio gaseoso en el ámbito de la membrana al- veolocapilar. Esta ley expresa que la difusión de un gas a través de una membrana de tejido es directamente proporcional a la diferencia de presión del gas a cada lado de la membrana, y a la superfi cie de difusión, e inversamente proporcional al espesor de la membrana. Entonces: (P1 - P2) superfi cie Difusión = Espesor La diferencia de presiones a cada lado de la membra- na, es decir entre PAO2 y PvO2 debe ser lo sufi ciente- mente amplia para favorecer la difusión alveolocapilar, tal como se expresó antes (hipoxemia por hipoventila- ción). La aparición de hipoxemia ligada a defectos de la difusión, ocurrirá entonces en cualquier entidad pa- tológica que curse con disminución de la superfi cie de difusión o aumento del espesor de la membrana. Un índice sensible pero no específi co para el diagnóstico de hipoxemia por trastorno de la difusión es la DAaO2. Por lo general, en este tipo de hipoxemia el pa- ciente procura compensar el défi cit de oxigenación a través de la hiperventilación, lo que conduce a alcalo- sis respiratoria aguda. La administración de O2, además de corregir la hipoxemia, invariablemente producirá disminución del trabajo respiratorio y normalización de los niveles de la PaCO2. En este tipo de hipoxemia, la primera línea de de- fensa es la oxigenoterapia. Al igual que en la hipoxe- mia por hipoventilación, la respuesta a la administración de oxígeno complementario es drástica. Hipoxemia por desequilibrio en la relación V/Q Desde el punto de vista fi siológico, existen diferencias regionales de la ventilación (V) y la perfusión (Q) de- bido a los distintos valores de presión intrapleural en cada zona del pulmón, los que se derivan de la acción de la fuerza de gravedad. En condiciones normales de estudios fi siológicos, el pulmón se encuentra en posición erecta, en esta po- sición la presión intrapleural es menos negativa en las bases que en el ápex debido a la compresión del pul- món sobre el diafragma, en tanto que en el ápex el pulmón está expuesto a fuerzas de compresión meno- res, lo que incrementa el valor de la presión negativa apical intrapleural. La medición de la presión intrapleu- ral establece que en el ápex ésta se sitúa alrededor de –10 cm H2O, y en la base se encuentra alrededor de –2.5 cm H2O. Estas presiones se transmiten a los alveo- los, lo que determina diferencias de ventilación en las que es evidente que los alveolos apicales son de mayor tamaño y están mejor ventilados por unidad de vo- lumen que los alveolos basales, los cuales además son de menor tamaño (fi gura 6–1). . http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 111 Lo expuesto hasta aquí permitiría afi rmar entonces que la zona mejor ventilada del pulmón es el ápex. Esta afi rmación es verdadera si se consideran unidades al- veolocapilares aisladas en las que es cierto que los al- veolos apicales son más grandes y mejor ventilados que los basales, pero sólo por unidad de volumen. Fisiológicamente, asumiendo el pulmón como una uni- dad integral, ocurre todo lo contrario, puesto que las bases contienen una superfi cie de intercambio mayor que los ápex, por lo cual estrictamente la zona mejor ventilada del pulmón por unidad de superfi cie es la base. Un argumento adicional que apoya esta afi rma- ción se refi ere a la velocidad de acción y a la distensi- bilidad de los alveolos; los basales son más rápidos y más distensibles, y los apicales son más lentos y menos distensibles (debido a que en posición de reposo se encuentran más insufl ados). En cuanto a la perfusión, se presenta una situación fi siológica similar. Las bases reciben la mayor cantidad de fl ujo debido a que la fuerza de gravedad encauza el mayor caudal volumétrico hacia ahí. Por esto, los capilares basales se encuentran más dilatados que los apicales en respuesta a la necesidad de contener un mayor volumen sanguíneo. Esto no quiere decir que los ápex no reciban perfusión, sino que reciben menos que las bases. De todas formas, en con- diciones normales, la presión en la arteria pulmonar es sufi ciente para perfundir todo el pulmón. Entonces, la apreciación correcta corresponde a la afi rmación de que la zona mejor ventilada y mejor perfundida del pul- món es la base. Si se toman unidades pulmonares fun- cionales de manera aislada, como se esquematiza en la fi gura 6–1, es claro que en el ápex la relación V/Q es mayor que 1 (por aumento de la V), en la zona interme- dia del pulmón la relación V/Q es igual a 1 (por equiva- lencia entre V y Q), y en la base la relación V/Q es menor que 1 (por aumento de la Q). Estas diferencias determi- nan la existencia de tres zonas de diferente comporta- miento llamadas zonas de West, zona I (ápex), zona II (intermedia y zona III (bases). Si se toma el pulmón como una totalidad orgánica, la relación V/Q se sitúa entre 0.8 y 1, lo que permite afi rmar que existe una equi- valencia fi siológica entre la ventilación minuto y el gasto cardiaco, lo que equivale a decir que el intercambio ga- seoso y su traducción gasométrica dependen en gran medida de la relación V/Q. En otras palabras, el desequi- librio en la relación V/Q produce alteraciones de la oxi- genación, la ventilación o ambas. Puede afi rmarse que la disminución en la relación V/Q, por disminución de la V (condiciones de zona III de West en cualquier parte del pulmón) produce hipoxemia e hipercapnia debido a que la ventilación disminuye, mientras que el aumento en la relación V/Q (condiciones de zona 1 de West en cualquier parte del pulmón por disminución de Q no por incremento de V), conduce a hipercapnia por incremento en el espacio muerto pulmo- nar, e hipoxemia por efecto de ecuación de gas alveolar. Sin embargo, el paciente puede generar dos me- canismos de compensación: a) en presencia de rela- ción V/Q baja, los alveolos mal ventilados provocan constricción arteriolar pulmonar con incremento en la resistencia vascular pulmonar y derivación sanguínea hacia zonas bien ventiladas, y, b) en presencia de rela- ción V/Q alta por disminución de Q, los alveolos mal perfundidos experimentarán una baja en la PO2, lo que conduce a constricción alveolar local, disminución lo- Zona I Zona II Zona III V Q QV Presión intrapleural: – 10 cm H2O V Q V/Q > 1 V Q/ = 1 V/Q < 1 Figura 6―1. Representación esquemática de las diferencias regionales de ventilación y perfusión según las zonas de West. La V es mayor en el ápex y la Q es mayor en la base (véase explicaciones en el texto). . . . . . . . . . . http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología(Capítulo 6)112 cal de la distensibilidad y redistribución del gas hacia alveolos bien perfundidos. Algunas modifi caciones notables de los conceptos expresados ocurren en el paciente crítico. Éste se en- cuentra por lo general en decúbito dorsal obligado, lo que determina una importante modifi cación en las zo- nas de West, ya que en esta posición la zona III (ex- puesta a mayor compresión por acción de la gravedad) estará conformada por alveolos de las zonas fi siológi- cas I, II y III (fi gura 6–2). Para esta posición (decúbito dorsal) deben consi- derarse las siguientes modifi caciones: ● La “nueva zona III de West” no es homogénea, ya que en ella se encuentran alveolos grandes (apica- les), pequeños (basales) e intermedios (fi gura 6–2). ● Los alveolos basales de la “nueva zona” se en- cuentran en desventaja ventilatoria debido a que el fl ujo gaseoso tiende a derivarse hacia los al- veolos grandes (apicales originalmente) porque éstos ofrecen menor resistencia, con el consi- guiente efecto de subventilación en los segmen- tos posterobasales anatomofi siológicos. Es muy frecuente observar atelectasias posterobasales en el paciente crítico. Estos fenómenos producen hipoxemia. ¡Entonces, la posición es per se una causa potencial de hipoxemia! ● La hipoventilación de la zona basal posterior causa vasoconstricción arteriolar con derivación del fl ujo hacia zonas óptimamente ventiladas. Este efecto tiende a compensar la alteración de la relación V/Q. ● La “nueva zona III” contiene un mayor porcentaje de alveolos pequeños. (Por esto, la ventilación en decúbito prono produce mejoría gasométrica en el paciente crítico, la cual puede incluso optimi- zarse con maniobras de “reclutamiento alveolar”.) A pesar de que las alteraciones en la relación V/Q es- tán rodeadas de un manto de complejidad a veces ex- tremo, puede afi rmarse que éstas son invariablemente causa de hipoxemia. La respuesta de la oxemia a la oxi- genoterapia aunque no es notable, es adecuada. Hipoxemia por incremento en el cortocircuito El cortocircuito (shunt) está conformado por la fracción de sangre venosa que no participa en el intercambio gaseoso, o dicho en otras palabras, corresponde a la presencia de unidades pulmonares bien perfundidas y no ventiladas. La porción del gasto cardiaco (Q) que no participa en el intercambio gaseoso (entre 4 y 10% del Q), con- forma el cortocircuito anatómico (venas de Tebesio, circulación nutricia bronquial) y su magnitud se expre- sa mediante la DAaO2. Cuando algún evento patológi- co excluye unidades alveolares del intercambio gaseoso, el valor del cortocircuito se incrementa en razón directa al número de unidades comprometidas. Este aumento es objetivamente medible mediante la fórmula QS/QT = CcO2 - CaO2/CcO2 - CvO2 donde CcO2 es el contenido capilar de oxígeno refi riéndose al capi- lar pulmonar; CaO2 es el contenido arterial de oxigeno y CvO2 es el contenido venoso de oxígeno. La hipoxemia resultante del corto circuito elevado es una situación de manejo difícil, ya que no responde a la administración de oxígeno complementario, ni si- quiera al 100%. Si esta situación se presenta, el pacien- te será portador de una hipoxemia refractaria en la que el manejo debe incluir presión positiva inspiratoria y presión positiva al fi nal de la espiración, (PEEP por sus siglas en inglés positive end expiratory pressure). La consecuencia más grave de la hipoxemia, cual- quiera que sea su causa, es la hipoxia, que se defi ne Figura 6―2. Representación de las modifi caciones de las zonas de West en el paciente en decúbito. La “nueva zona III” está conformada por alveolos grandes (apicales), pequeños (basales), e intermedios. Zona I Zona II Zona III . . http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 113 como el défi cit de oxígeno tisular, problema relacionado con la disminución de uno de los componentes indis- pensables en los procesos de generación de energía. En esta circunstancia, el organismo recurre a procesos alter- nos de producción de adenosin trifosfato (ATP) (anaeró- bicos), que invariablemente generan acidosis metabólica. Al margen de los problemas locales de la oxigena- ción defi ciente (vasoconstricción pulmonar, aumento de la resistencia vascular pulmonar, incremento en la poscarga del ventrículo derecho), se producen efectos sistémicos, entre los que se destacan las alteraciones del sistema nervioso central (alteración de funciones superiores de integración cortical) y alteraciones car- diovasculares de gravedad variable (arritmias). Dependiendo de la causa primaria del trastorno de la oxigenación tisular, pueden identifi carse varios tipos de hipoxia: ● Hipoxia hipoxémica: generada en la disminución de la PaO2, a la que se ha hecho referencia a lo largo del texto. ● Hipoxia anémica: generada en la disminución de los valores de hemoglobina, lo que provoca hi- poxia por disminución del CaO2 y, por tanto, del transporte de oxígeno (DO2). ● Hipoxia histotóxica: generada por la imposibili- dad de la célula para utilizar el oxígeno (p. ej., intoxicación por cianuro). ● Hipoxia cardiovascular: generada por la disminu- ción del gasto cardiaco, lo que compromete el DO2 (síndrome de bajo gasto, infarto de miocardio, choque, estasis venosa, utilización de excesivos pa- rámetros de ventilación con presión positiva). ● Hipoxia por trastornos en la afi nidad de la he- moglobina por el oxígeno: generada por he- moglobinopatías, desviación intensa de la curva de disociación a la derecha e intoxicación por monóxido de carbono. ● Hipoxia por disperfusión periférica: generada en trastornos tisulares periféricos en los que el oxígeno no puede utilizarse debido a obstáculos en la perfusión (p. ej., incremento en la “distan- cia” que debe recorrer el O2 desde el eritrocito hasta la mitocondria ) o por aparición de corto circuitos tisulares. ● Hipoxia por disoxia tisular que puede observar- se en la sepsis donde el aporte tisular de oxígeno es adecuado (DO2) pero por mecanismos que no son aun aclarados los tejidos parecen perder la capacidad de extraer oxígeno. Aunque la indicación de la oxigenoterapia es la hipoxe- mia, la administración de oxígeno complementario es una medida efi caz de ayuda en situaciones de oxige- nación defi ciente distintas a la hipoxemia. SISTEMAS DE ADMINISTRACIÓN DEL OXÍGENO Independientemente del mecanismo de provisión del gas (cilindro, O2 líquido, concentrador), el oxígeno pue- de administrarse a través de dos sistemas, referidos a consideraciones clínicas: 1. Sistemas de bajo fl ujo: son aquellos que pro- porcionan una parte de la atmósfera inspirada por el paciente. Esto quiere decir que el sistema entrega una parte del caudal volumétrico inspi- rado, y la parte faltante la toma el paciente del medio ambiente. 2. Sistemas de alto fl ujo: son aquellos que pro- porcionan la totalidad de la atmósfera inspirada por el paciente. Esto quiere decir que el sistema entrega todo el caudal volumétrico inspirado. Esta diferenciación en los métodos de administración no está referida a la concentración de oxígeno que el sistema brinda, sino a la cantidad de gas que el sistema proporciona, entendido como porcentaje del volumen total entregado. La fracción inspirada de oxígeno (FiO2), es el térmi- no utilizado cínicamente para hacer referencia a la concentración del gas en la mezcla inspirada, la que se expresa en decimales. Así, por ejemplo, una FiO2 de 0.4 corresponderá a una concentración de 40%. SISTEMAS DE BAJO FLUJO En estos sistemas de frecuente utilización se suministra un fl ujo de oxígeno proveniente de un fl ujómetro co- nectado a la fuente de gas. La FiO2 se desconoce, pues- to que depende de la combinación de tres factores: 1. El fl ujo de oxígeno suministrado. La FiO2 aumen- ta cuando el fl ujo se incrementa y desciende cuando el fl ujo disminuye. Es válido afi rmar que en un sistema de bajo fl ujo la FiO2 es fl ujo depen- diente, aunque ésta se ve afectada por los otros dos factores. Dicho con un sencilloejemplo: la FiO2 será mayor si el sistema suministra 5 L/ min (lpm) que si se suministra 1 L/min así no se conozca con exactitud su valor. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)114 2. El tamaño del reservorio anatómico o mecánico. Cuando el paciente está conectado a un sistema de bajo fl ujo, el depósito anatómico de oxígeno, equivalente a una tercera parte del espacio muerto anatómico, se encuentra permanentemente ocu- pado por oxígeno al 100%, debido a que el sumi- nistro es continuo (incluso en fase espiratoria). Entonces, durante la inspiración, el volumen de gas conducido hacia los alveolos es la suma del volumen contenido en el depósito anatómico, más el volumen inspirado del medio ambiente. Por esto, la FiO2 varía en razón directa al volumen del reservorio de la siguiente manera: Si el depósito es grande, la FiO2 aumenta y si el depósito es pequeño, la FiO2 disminuye. Este de- pósito se llena con fl ujos diferentes dependien- do de su tamaño y, por supuesto de su capacidad de contener volumen. Por esta razón, no deben suministrarse fl ujos superiores a 5 L/m en el adulto, 3 L/m en el paciente pediátrico, y 1 L/m en el neonato, pues con estos límites superiores se consigue llenar el reservorio anatómico. Flujos superiores signifi carán “desperdicio” de oxígeno. En la práctica, se puede incrementar la FiO2 au- mentando el tamaño del depósito, es decir adi- cionando reservorios mecánicos, como la máscara simple de oxígeno o la máscara de no reinhalación con bolsa de reserva, en los que la FiO2 será el resultado de la mezcla de tres dife- rentes fracciones: la ocupada por el depósito anatómico con FiO2 de 1, la ocupada por el reser- vorio mecánico con FiO2 de 1 y la fracción am- biental con FiO2 de 0.21 (fi gura 6–3). 3. El patrón respiratorio del paciente. De acuerdo con lo defi nido antes, estos sistemas proporcionan una parte de la atmósfera inspirada por el paciente. Por tal razón, la FiO2 presentará múltiples variaciones dependientes de la mezcla de dos volúmenes dife- rentes que poseen dos diferentes concentraciones de oxígeno: un volumen suministrado por el siste- ma con una FiO2 de 1, al que se suma un volumen adicional (gas atmosférico con una FiO2 de 0.21) para completar todo el volumen corriente (VT) ins- pirado. Si el VT es alto, la FiO2 disminuirá, pues la cantidad de gas del reservorio es fi ja y con ella se mezclará un volumen mayor de gas atmosférico. Si la frecuencia respiratoria es elevada, la FiO2 dismi- nuye debido a que el volumen de gas atmosférico —que es mayor que el volumen del depósito ana- tómico—, es conducido por un mayor número de veces hacia el alveolo. Si el VT es bajo, la FiO2 au- menta debido a que se incrementa el valor porcen- tual del depósito anatómico respecto al volumen atmosférico inspirado. Si la frecuencia respiratoria es baja, la FiO2 aumenta debido a que cada inspira- ción se produce con el depósito anatómico lleno. Como el volumen minuto (V’) es el producto del VT por la frecuencia respiratoria, puede determinarse para efectos prácticos que si el volumen minuto (V’) es alto, la FiO2 disminuirá, y si el V’ es bajo, la FiO2 aumentará. Entonces, el V’ y la FiO2 son inversamen- te proporcionales en los sistemas de bajo fl ujo. mecánicos Máscara Reservorios Bolsa de simple de O2 reserva anatómico Reservorio Figura 6―3. Representación esquemática del reservorio anatómico y los reservorios mecánicos. El reservorio anatómico corresponde a la vía respiratoria superior y los mecánicos a la máscara simple de O2 y a la bolsa de reserva. La fi gura ilustra los dos reservorios mecánicos. http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 115 Los sistemas de bajo fl ujo más utilizados son catéter nasofaríngeo, cánula nasal, máscara simple de oxíge- no y máscara con bolsa de reserva (fi gura 6–4). Los dos primeros llenan el depósito anatómico si se usan fl ujos de 5, 3 y 1 L/m en el adulto, niño y neonato, respectivamente. Flujos menores llenan sólo una par- te de éste. Los dos últimos permiten llenar además del depósito anatómico, el reservorio mecánico par- cial o totalmente, dependiendo del fl ujo utilizado, el cual nunca debe ser inferior a 5 L/m para prevenir la reinhalación de CO2. Se han calculado diferentes va- lores de FiO2 dependientes del fl ujo, los cuales apli- can sólo para un “pulmón ideal”, que movilice 500 mL de VT, con una frecuencia respiratoria de 20 x minuto y con un depósito anatómico fi jo de 50 mL (cuadro 6–1). Si se quisiera determinar con exactitud el valor de la FiO2, ésta debería medirse con un oxia- nalizador translaríngeo. Para efectos prácticos, se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones al instalar un sistema de bajo fl ujo: 1. La FiO2 es desconocida, no obstante, se podrá aumentar si el valor del fl ujo instaurado en el fl u- jómetro se incrementa respecto a su valor inicial. 2. Si se utiliza catéter nasofaríngeo o cánula nasal, no instaurar fl ujos mayores a los que el depósito ana- tómico puede contener (5 L/m en el adulto, 3 L/m en el niño y 1 L/m en el neonato) porque exceder los límites signifi ca desperdicio de oxígeno, ade- más, se genera lesión de la mucosa expuesta a altas velocidades de fl ujo y espesamiento de las secreciones, pues éstas deben ceder humedad al gas seco. 3. Si se utiliza máscara simple de oxígeno, el fl ujo mínimo debe ser de 5 L/m para prevenir la rein- halación de CO2. 4. Si se utiliza máscara de no reinhalación con bolsa de reserva, el fl ujo instaurado debe ser como mí- nimo el doble del volumen minuto calculado para el paciente, con el objeto de prevenir la re- inhalación de CO2 y asegurar un completo y constante llenado de la bolsa. Figura 6―4. Representación de los sistemas de oxigenoterapia de bajo fl ujo más utilizados. A) Catéter nasofaríngeo. B) Cánula nasal. C) Máscara simple de oxígeno y D) Máscara con bolsa de reserva. A B C D http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)116 5. Independientemente del método usado, debe ase- gurarse una adecuada humidifi cación. Sin embargo, con fl ujos inferiores a 3 L/m la humedad proporcio- nada por el medio ambiente puede ser sufi ciente para humidifi car el total de la mezcla inspirada. 6. Bajo fl ujo no es lo mismo que baja concentra- ción. De hecho, el sistema de oxigenoterapia que suministra las más altas concentraciones es la máscara con bolsa de reserva, un sistema de bajo fl ujo en el que no obstante, las velocidades de fl ujo instauradas en el fl ujómetro son altas. 7. Nunca utilizar una misma fuente para suministrar oxígeno a dos diferentes pacientes. Es decir, no deben emplearse sistemas de derivación en “Y”. 8. Los sistemas de bajo fl ujo son más económicos que los de alto fl ujo. 9. El catéter nasofaríngeo y la cánula nasal son los sis- temas más cómodos para el paciente porque mini- mizan la sensación de cuerpo extraño, se posibilita la alimentación por vía oral y la comunicación. 10. Los sistemas de bajo fl ujo por lo general se utili- zan en la oxigenoterapia domiciliaria y en el neu- mópata crónico. 11. Las complicaciones de estos sistemas suelen ser locales. Pueden variar desde sequedad e irrita- ción de las fosas nasales hasta serias lesiones ti- sulares, las cuales por fortuna son raras. 12. Algunos sistemas de uso frecuente en pediatría, como el Oxihood (fi gura 6–5), se comportan como sistemas de bajo fl ujo (Oxihood sólo, su- ministro directo al habitáculo de la incubadora, Oxihood dentro de la incubadora). En éstos, la FiO2 depende del fl ujo. Debe asegurarse un fl ujo que llene por completo la cámara y no deben intentarse disminuciones de la FiO2 ampliando el tamaño de las vías de exhalación, sino disminu- yendo la velocidad de fl ujo. Esto último puede ocasionar reinhalación de CO2. Respecto a lo descrito anteriormente, pueden aplicarse tres di- ferentes expresiones matemáticas para la aproxi- mación al cálculo de la FiO2: Y = 3.75 X + 37.5 Oxígeno directo al habitáculo de la incubadora: Y = 2 X +21 Oxihooddentro del habitáculo de la incubadora: Y = 7 √X + 65 En las tres expresiones anteriores, X = suministro en L/ min y, Y = concentración de oxígeno. Si se coloca un adaptador de Venturi en la línea de oxígeno del Oxihood, se resuelven los problemas ligados al desconocimiento y manipulación de la FiO2 debido a que el sistema se con- vierte en uno de alto fl ujo en el que se garantiza además de una concentración constante y conocida un fl ujo ade- cuado para prevenir la reinhalación de gases espirados. Cuadro 6―1. Valores de FiO2 en los sistemas de bajo fl ujo aplicables para un pulmón ideal que movilice 500 mL de VT, con una frecuencia respiratoria de 20 x y con un depósito anatómico fi jo de 50 mL Catéter nasofaringeo y cánula nasal FLUJO (L/min) FiO2 1 0.24 2 0.28 3 0.32 4 0.36 5 0.40 Máscara simple de oxígeno 5 a 6 0.40 6 a 7 0.50 7 a 8 0.60 Máscara con bolsa de reserva 6 0.60 7 0.70 8 0.80 9 > 0.80 10 > 0.80 Figura 6―5. Oxihood. http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 117 SISTEMAS DE ALTO FLUJO Como ya se defi nió, los sistemas de alto fl ujo son aquellos que suministran toda la atmósfera inspirada por el paciente. La “magia del sistema” la proporciona el adaptador de Venturi, el cual funciona como un sis- tema de succión, aceleración y mezcla de gases. El fl ujo de oxígeno proveniente de la fuente es con- ducido a través de una manguera lisa hacia el adapta- dor de Venturi en el que se producen los mecanismos físicos de elevación del fl ujo. Después del Venturi, el fl ujo aumentado es recogido por una manguera corru- gada que lo conduce a la pieza de contacto con el pa- ciente, la cual puede ser una máscara, una tienda facial, un adaptador de Briggs (tubo en T), una cánula o más- cara de traqueostomía, o incluso un Oxihood o una tienda de O2. El tramo de manguera corrugada (de ma- yor diámetro) colocado después del adaptador de Ven- turi, es indispensable, ya que el fl ujo posventuri es signifi cativamente mayor (fi gura 6–6). Una variación del sistema la proporcionan los nebulizadores con “collar o anillo de Venturi” en los que el efecto de Venturi se pro- duce directamente en la porción superior del nebuliza- dor para satisfacer tres objetivos de manera simultánea: 1) proporcionar una FiO2 constante y conocida, 2) pro- ducir aerosoles mediante efecto de percusión, y 3) en éstos se pueden adicionar sistemas efi caces de calenta- miento de los gases inspirados (fi gura 6–7). El funcionamiento de estos aparatos es sencillo. Debe proveerse el fl ujo marcado en el dispositivo para cada valor de FiO2 (tamaño de la ventana), y el gas resul- tante (mezclado) debe ser conducido hacia el paciente a través de una manguera de diámetro grande (fi gura 6–8). Estos nebulizadores cumplen con objetivos clíni- cos precisos, pero en países pobres su uso puede verse limitado por razones económicas. Funcionamiento del Venturi El fl ujo proveniente del fl ujómetro circula por una manguera lisa e ingresa al adaptador de Venturi, en donde está ubicada una constricción de tamaño varia- ble que produce el primer efecto: aceleración de fl ujo, siempre y cuando la fuente de suministro genere un fl ujo constante. En este sitio, la aceleración genera un entorno de presión subambiental que produce el se- gundo efecto: succión de gas. Esta presión subatmos- férica se explica mediante el principio de Bernoulli (La Constricción O2 al 100% Ventana de succión Manguera corrugada Figura 6―6. Representación esquemática del sistema de Venturi convencional para oxigenoterapia. Figura 6―7. Nebulizador con anillo o collar de Venturi. El sistema posee un anillo en la parte superior (fl echa) que gira modifi cando el tamaño de la ventana de succión. En la parte intermedia está el sistema de regulación de la temperatura y en la parte inferior el vaso de nebulización. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)118 presión lateral de un fl uido disminuye a medida que aumenta la velocidad del fl uido). La succión genera el tercer efecto: mezcla de gases. En este caso, la mezcla se produce entre el oxígeno al 100% proveniente del sistema y el aire ambiental que tiene una concentra- ción de oxígeno de 21% (fi gura 6–9). En consecuencia, la FiO2será el resultado de la mezcla de los dos gases, y su variación dependerá de Figura 6―8. Representación esquemática del funcionamiento del sistema con collar de Venturi. Figura 6―9. Representación del efecto de Venturi. El paso del fl uido por la constricción produce aceleración del fl ujo y presión lateral subatmosférica (Principio de Bernoulli). Esta presión negativa genera succión de líquidos o gases que se mezclan con el fl ujo principal. Anillo giratorio Ventana de succión Capilar Escala de graduación FiO2 Líquido para nebulizar FlujómetroFlujometro Oxígeno Al paciente SUCCIÓN Aire ambiente MEZCLA Gas y/o líquido Flujo SUCCIÓN Líquido de ACELERACIÓN (Bernoulli) nebulización http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 119 la cantidad de aire ambiental succionada por el siste- ma. Esta cantidad, depende del diseño del adaptador de Venturi, de la siguiente manera: Venturi con constricción fi ja: la FiO2varía en fun- ción del tamaño de la ventana de succión, la cual es modifi cable mecánicamente (fi gura 6–10). La ventana de succión grande facilita la succión de mayor cantidad de gas atmosférico, lo que dis- minuye la FiO2. Por el contrario, la ventana pe- queña limita la succión de aire, lo que aumenta la FiO2. Venturi con ventana de succión fi ja: La FiO2 varía en función del tamaño de la constricción. Si la constricción es de diámetro grande, la acelera- ción de fl ujo disminuye y, por tanto, la succión de gas ambiental disminuye, entonces, la FiO2 au- menta. Si la constricción es de diámetro pequeño, aumentan la velocidad de fl ujo, la succión de aire y la mezcla de gases; por tanto, la FiO2 disminuye. En estos dispositivos, la modifi cación de la FiO2 debe hacerse cambiando el diámetro de la constric- ción —técnicamente difícil— o cambiando el adapta- dor de Venturi, lo cual es más fácil, pero requiere la disponibilidad de muchos adaptadores, los que gene- ralmente están identifi cados con un color distintivo para cada valor de FiO2 (fi gura 6–11). Independientemente del diseño del Venturi, la FiO2 se modifi ca de acuerdo con la proporción de los dos vo- lúmenes de gases mezclados. A mayor volumen de aire ingresando al sistema, la FiO2 será menor y, a menor vo- lumen de aire ingresando al sistema, la FiO2 será mayor. Es necesario advertir que pueden presentarse modi- fi caciones —poco signifi cativas— en el diseño de los dis- positivos, en sus colores y en el requerimiento de fl ujo, dependiendo de cada fabricante. Aparte del tamaño de la ventana y del diámetro de la constricción, el volumen de aire que se incorpora a la mezcla depende directa- mente del fl ujo de oxígeno que se encuentre circulando por los conductos del sistema. Por esto, se han calculado para cada FiO2 diferentes relaciones de admisión de aire referidas al fl ujo de oxígeno (cuadro 6–2). Figura 6―10. Venturis con constricción fi ja. Las fl echas indican el sitio de conexión a la máscara. Figura 6―11. Venturis con ventana de succión fi ja. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)120 Si la FiO2 requerida es, por ejemplo, de 0.34 y el dise- ño del Venturi exige un suministro de oxígeno de 4 L/m, entonces el total de aire admitido al sistema será de 20 L/m, como la relación O2/aire para esta FiO2 es de 1/5, entonces, 4 L de O2 + fl ujo de aire admitido (4 × 5 = 20) resultarán en un fl ujo total de 24 L/m a través del sistema. Es necesario que el fl ujo total del dispositivo sea igual o mayor al cuádruplo del volumen minuto calculado para el paciente para que el sistema sea en realidad de alto fl ujo. Los dispositivos de Venturi, son efi caces cuando se instaura a través de ellos la corriente de oxígeno sugeri- da por el fabricante.Flujos menores los hacen inefi caces porque no proveen la FiO2 esperada, y fl ujos mayores producen turbulencia que inhabilita la confi abilidad del sistema (cuadros 6–3 y 6–4). Además, el sistema pierde efi cacia cuando se requieren concentraciones de oxíge- no superiores a 50 % debido a que la fracción de aire admitida es mínima. Entonces, si se necesitan concen- traciones que excedan 50%, debe pensarse en un siste- ma capaz de alcanzar estas cifras. Tal sistema es la máscara con bolsa de reserva, ¡un sistema de bajo fl ujo! Lo anterior sirve para reiterar que alto fl ujo no signifi ca alta concentración, como comúnmente se piensa. Las ventajas más importantes de los sistemas de alto fl ujo utilizados de manera correcta son: ● Satisfacen las demandas de fl ujo inspiratorio pico del paciente. ● Proporcionan la atmósfera inspirada. ● Aseguran una FiO2 conocida, constante y predecible ● Los cálculos de variables respiratorias que involu- cran la FiO2 son confi ables. ● Puede proveerse adecuada humidifi cación de los gases inspirados debido a que una fracción alta del volumen es suministrada por el medio ambiente, lo cual es indispensable en algunos casos como el de pacientes con cánulas de traqueotomía, donde el volumen corriente ingresa a las vías aéreas bajas sin pasar por la nariz y por eso carece de humectación. ● Posibilitan el calentamiento de los gases inspirados. ● La FiO2 es independiente del patrón respiratorio del paciente. ● Las desventajas se limitan al costo (elevado res- pecto a los de bajo fl ujo) y a la incomodidad pro- ducida por la permanente presencia de un cuerpo extraño sobre el rostro. Los dispositivos de acoplamiento de los sistemas de alto fl ujo al paciente más utilizados son: ● Máscara de aerosol: la diferencia con la máscara simple es que el diámetro de los agujeros de ex- halación es mayor (fi gura 6–12). ● Tienda facial: permite recoger grandes volúme- nes de gas; la sensación de cuerpo extraño se li- mita a la mandíbula, y la reinhalación de gases es improbable (fi gura 6–13). ● Máscara de traqueostomía: se coloca directa- mente sobre el estoma. Posee un dispositivo gi- ratorio que permite adoptar diversas posiciones y un orifi cio de exhalación de gases espirados (fi gura 6–14). ● Adaptador de Briggs (Pieza en T): se acopla di- rectamente al tubo endotraqueal o a la cánula de Cuadro 6―2. Relaciones de admisión de aire referida al fl ujo de oxígeno en los sistemas de alto fl ujo FiO2 Flujo O2 Flujo de aire admitido 0.24 0.28 0.34 0.40 0.60 0.70 1 1 1 1 1 1 25 10 5 3 1 0.6 Cuadro 6―3. Relaciones de admisión de aire referida al fl ujo de oxígeno en los sistemas de alto fl ujo FiO2 Flujo de O2 recomendado (L/m) Flujo total de gas en el sistema (L/m) 0.24 0.26 0.28 0.30 0.35 0.40 0.50 3 3 6 6 9 12 15 79 47 68 53 50 50 41 Cuadro 6―4. Flujos de oxígeno recomendados para Venturis con ventana de succión fi ja (constricción variable) FiO2 Color Flujo de O2 recomendado (L/m) Flujo total de gas en el sistema (L/m) 0.24 0.28 0.31 0.35 0.40 0.50 Azul Amarillo Blanco Verde Rosado Anaranjado 3 6 9 12 15 15 78 66 72 72 60 40 http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 121 traqueostomía. Siempre que se use el adaptador de Briggs, el sistema debe ser de alto fl ujo (fi gura 6–15). PRECAUCIONES EN LA OXIGENOTERAPIA Partiendo de la consideración universalmente aceptada de que el oxígeno es un fármaco con indicaciones pre- cisas, es obvio que su inadecuado manejo como suce- de en la ventilación mecánica con FiO2 mayor de 60%, Figura 6―12. Máscara de aerosol. Se utiliza en aerosolterapia y en sistemas de oxigenoterapia de alto fl ujo. Figura 6―14. Máscara de traqueostomía. Figura 6―15. Adaptador de Briggs (pieza en T).Figura 6―13. Tienda facial. http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)122 puede generar efectos tóxicos sobre el sistema respira- torio; además, algunas consecuencias “no tóxicas” para el parénquima pulmonar son igualmente graves para otros tejidos. Entonces, el médico debe considerar que el oxígeno no es inocuo. Cuando se instaura oxigenoterapia deben plan- tearse siete interrogantes básicas: 1. ¿Conoce la fi siopatología del evento que va a manejarse? 2. ¿Cuál es el sistema más apropiado para la parti- cularidad del paciente? 3. ¿Qué objetivos clínicos se pretenden? 4. ¿Qué FiO2 es requerida? 5. ¿Qué FiO2 es potencialmente tóxica? 6. ¿Qué presión arterial de oxígeno se pretende? 7. ¿Qué porcentaje de saturación de hemoglobina se pretende? La combinación de las respuestas a estos cuestiona- mientos conducirá a la decisión correcta acerca del programa de oxigenoterapia; respuestas que pueden ser construidas a partir del conocimiento de los efec- tos adversos y tóxicos más relevantes que se suscitan durante la administración del oxígeno. DEPRESIÓN DE LA VENTILACIÓN EN EL PACIENTE CON HIPOVENTILACIÓN ALVEOLAR 1. Depresión de la ventilación en el neumópata crónico: Algunos pacientes con síndromes de hi- poventilación como el paciente con obesidad mórbida, xifoescoliosis y algunos casos seleccio- nados de sobreposición de EPOC y síndrome de apnea obstructiva del sueño, son retenedores de CO2 por lo que el incremento en el nivel de la pre- sión del bióxido de carbono no actúa como meca- nismo de estímulo sobre los quimiorreceptores centrales para aumentar la ventilación, como ocu- rre en circunstancias fi siológicas, debido al “acos- tumbramiento” de estas estructuras nerviosas a la situación de cronicidad. La hipoxemia detectada por los quimiorrecepto- res periféricos genera los impulsos que incre- mentan la ventilación minuto. Si se elimina el estímulo hipóxico con concentraciones de oxíge- no capaces de elevar la PaO2 por encima de los valores que el paciente “normalmente” maneja, la ventilación se deprimirá y, fi nalmente el pa- ciente estará bien oxigenado, pero mal ventila- do, situación en la que se producen los variados efectos de la hipercapnia sobre el funcionamien- to del sistema nervioso central, sistema cardio- vascular y sobre la misma función pulmonar, pudiéndose llegar incluso al paro respiratorio. Nota. Si bien es cierto que algunos autores han comprobado que la elevación del CO2 ocasio- nado por la administración de oxígeno puede ser explicado por el efecto Haldane sin una dis- minución real del volumen minuto, algunos ca- sos seleccionados como los ya mencionados, si pueden sufrir hipoventilación, además de que es claro y razonable que en casos en los cuales el principal mecanismo de hipoxemia es la hi- poventilación, como es el caso de xifoescolio- sis, enfermedades neuromusculares como el síndrome de Duchen, esclerosis lateral amio- trófi ca o lesión medular alta, el tratamiento más apropiado no es oxigenoterapia sino ven- tilación mecánica, sea invasiva o no invasiva domiciliaria. a) Efecto de cortocircuito: las altas presiones alveolares de oxígeno pueden generar colap- so alveolar, situación que puede presentarse a través de dos mecanismos: 2. Efecto de cortocircuito con bronquio obstrui- do o atelectasia por resorción de nitrógeno: si el paciente recibe oxígeno complementario, con fracciones inspiradas de 1, el nitrógeno alveolar —uno de los factores involucrados en el mante- nimiento de la apertura alveolar— es progresiva- mente reemplazado por oxígeno; y si la FiO2 es inferior a 1 se producirá disminución en la pre- sión alveolar de nitrógeno (PAN2) a valores en que la presión de este gas perderá su efi cacia como factor de apertura. Si al mismo tiempo se produce obstrucción bronquial, el gas atrapado distalmente será absorbido por la sangre, ya que, la suma de las presiones parciales de los gases presentes en la sangre venosa es inferior a la pre- sión alveolar (atmosférica). Estos hechos generarán colapso alveolar en la medida en que todo el gas alveolar sea captado por la circulación pulmonar, confi gurándose la atelectasia por resorción de nitrógeno, que obviamente cursa con aumento del corto circui-to (efecto de shunt), en el que se produce hi- poxemia, evento gasométrico que puede atenuarse por la vasoconstricción hipóxica ge- nerada por la atelectasia. http://booksmedicos.org Oxigenoterapia 123 Existen situaciones clínicas en las que el uso de elevadas concentraciones de oxígeno es impe- rativa, e incluso indispensable para el manteni- miento de la vida. Estas condiciones son más frecuentemente vistas en pacientes con ventila- ción mecánica en cuyas circunstancias es necesa- rio implementar algunas medidas compensatorias, como se puede ver en el capítulo de SDRA. b) Efecto de cortocircuito con bronquio per- meable: La disminución del volumen corrien- te, el decúbito y el uso de patrones ventilatorios constantes y monótonos como sucede en la ventilación mecánica controla- da, son factores que pueden favorecer la apa- rición de unidades pulmonares subventiladas en las que la relación V/Q será inferior a 1. Si se requieren altas concentraciones de oxíge- no, éstas pueden convertirse en unidades de cortocircuito debido a que la mayor parte e incluso el gas alveolar puede ser captado por la sangre. Si la ventilación colateral es insufi - ciente para suplir la fracción de volumen ne- cesario para estabilizar el alveolo, puede producirse el colapso de unidades vecinas debido a que entregan parte de su volumen a la unidad inicialmente comprometida. Estos hechos conducen a una situación en la que la disfunción del intercambio gaseoso se agrava por la administración de oxígeno, ya que la intervención terapéutica en el corto- circuito elevado es más difícil. Es necesario entonces, prevenir la situación descrita mediante fi sioterapia del tórax si el paciente ventila espontáneamente, o me- diante suspiros, tiempo de plateau y PEEP (del inglés positive end espiratory breathing), si el paciente es ventilado mecánicamente. 3. Fibroplasia retrolental o retinopatía del pre- maturo: desde hace varios decenios, se ha ob- servado una importante relación de causalidad entre la administración de oxígeno y la apari- ción de retinopatía en el recién nacido, espe- cialmente en el prematuro. No obstante, parecen existir otros factores relacionados con esta patología, como bajo peso al nacer, edad gestacional, hipercapnia, transfusiones de san- gre, hemorragias intraventriculares, el síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), hipoxia crónica in utero, apnea, bradicardia, convulsio- nes, ventilación mecánica, e incluso, la utiliza- ción de lámparas de luz fl uorescente. En la evolución de la vasculatura retiniana, la ar- teria hialoidea emite un precursor vasoformati- vo mediante el cual se inicia el desarrollo y la alineación de las células endoteliales de las ar- teriolas periféricas, las cuales nacen en el disco óptico hacia la semana 18 de gestación y termi- nan su desarrollo en la retina periférica hacia la semana 40. Durante este proceso, la circulación retiniana es muy frágil y muy lábil a cualquier cambio de presión arterial de oxígeno, el cual potencialmente puede alterar las uniones del retículo endotelial prearteriolar. En realidad, es la hiperoxemia el factor vinculado etiológica- mente a la aparición de la fi broplasia y no la elevada FiO2, por lo cual el estricto control ga- sométrico en el neonato es imperativo como mecanismo de prevención de la retinopatía. La pulsooximetría y el monitoreo transcutáneo si bien registran las tendencias de oxigenación, nunca sustituyen la evaluación de la oxemia. 4. Toxicidad por oxígeno: las altas concentracio- nes de oxígeno en el pulmón generan la pro- ducción de radicales tóxicos, principalmente el superóxido (O2 -), hidroxilo (OH-) y peróxido de hidrógeno (H2O2), elementos altamente tóxicos para el parénquima pulmonar. El organismo es capaz de contrarrestar el incremento en la con- centración de éstos mediante los barredores in- ternos como la superóxido dismutasa y la vitamina E. También pueden utilizarse barredo- res exógenos como la N-acetil-L-cisteína en los pacientes que reciben oxígeno. La toxicidad por oxígeno se considera en pacientes con ventila- ción mecánica con valores de FiO2 mayores de 60%, por más de 48% en el cual se puede con- dicionar lesión inducida por oxígeno o en caso de SDRA perpetuar la lesión pulmonar aguda. Oxígeno transtraqueal La inserción de un catéter por técnica de Seldinger, entre el segundo y el tercer anillo traqueal, permite la administración de oxígeno directamente en la trá- quea (fi gura 6–16). Esta técnica invasiva se usa exclusivamente en pacientes con hipoxia crónica que reciben oxígeno domiciliario; su principal objetivo es el ahorro de casi 50% de oxígeno si se compara con la adminis- tración por cánula nasal. Por ser invasiva, la infección y el sangrado conforman las dos complicaciones más importantes. Además, el enfi sema subcutáneo, broncoespasmo, barotrauma, obstrucción del caté- ter y las difi cultades en la limpieza, humidifi cación y cambio del sistema, hacen que el sistema sea poco funcional. . http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 6)124 Cristancho W: Fundamentos de fi sioterapia respiratoria y ventilación mecánica. Bogotá. Editorial El Manual Moder- no: 2003. Cristancho W: Fisiología respiratoria. Lo esencial en la prácti- ca clínica. Bogotá. Editorial El Manual Moderno: 2005. Cristancho W: Expresiones para calcular porcentajes de oxí- geno en función del suministro en litros por minuto con tres sistemas de oxigenoterapia en recién nacidos. Revis- ta Facultad Ciencias de la Salud Universidad del Cauca 2, 1999: 9-13. Delplanque D: Fisioterapia y reanimación respiratoria. Mas- son. 1998. Parsons PE: Secretos de los cuidados intensivos. 2000. Gases sanguíneo. Fisiología de la respiración e insufi ciencia res- piratoria aguda. Figura 6―16. Representación esquemática del catéter transtraqueal. BIBLIOGRAFÍA http://booksmedicos.org Botón1:
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