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BIBLIOTECA DE PSICOLOGIA PROFUNDA 2. Frcud, A.: Psicoanálisis del desarro· //o del niño y del adolescente 3. Jung, C. G.: Energética psíquica y esencia del sue1lo 4. í-rcud, A.: Psicoanálisis del jardi11 de infantes y la educación del 11ilio 6. Jung, C. G.: La psicologia de la transferencia 7. Jung, C. G.: Simbo/os de transfor- mación 8. í-reud, A.: El psicoanálisis y la crian- za del 11ilio 9. Frcud, A.: HI psicoanálisis infantil y la cl{nica 10. Jung, C. G. y otro: El secreto da la flor de oro l l. Ran k, O.: El mito del nacimiento del héroe 12. Jung, C. G. y otro: La 'interpreta· ción de la nat11raleza y la psique 13. Binn, W. R.: Atención e interpreta· ción 14 . Jung, C. G.: Arquetipos e incons- ciente colec1ia10 15. Frcud, A.: Neurosis y sintomatolo- gi'a en la infancia 16. Jung, C. G.: l'lJrmaciones de lo in- consciente 1 'l. Grinbcrg, L. y Grinbcrg, H.: Identi- dad y caml>io 18. Garma, A.: !'sicoanálisis del arte or11ame11tnl 20 .. Gar111a, A. : !'sicoanálisis de los sue· tlos 21. Fcnichcl, O.: Teorla psicoanalítica de las neurosis 22. IÁ1ngcr, M.: Maternidad y sexo 24. Scgal, 11.: Introducción a la obra de Melanie Klein 25. Bion, W. R.: Aprendiendo de la ex- periencia 26. Joncs, E.: La pesadilla 27. Grinbcrg, L. y otros: Psicoanálisis en la., Américas 29. Jung, C. G . : Psicologia y simbólica del arquetipo 30. Garma, /\.: Nuevas aportaciones al psicoanálisis de los suelios '.·1v: ¡:.?~:··~.:::::~' 31. Aberastury, A.: Aportaciones al p.-;icoanálisis de niííos 32. Garma, A.: El psicoanáli.<is. Teoría, clinica y técnica 33. Whitc, R. W.: El yo y la realidad en la teoria psicoanalítica 35. Rcich, W.: La función del orgasmo 36. llleger, J.: Simbiosis y ambigü edad 38. Abadi, M. y otros: La fascinación de la muerte 39. Raclo, S.: Psicoanálisis de la con- ducta 40. ·Freud, A.: Nor111alidad y patología en la 11ilíez 42. Leclairc, S. y Nasio, J. D.: Desen· mascarar lo real. El objeto en psico- análisis 44 . Oerenstein, l. : Familia y enferme- dad mental 45. Berenstein, l.: El complejo de Edi- po. tstr11ctura y siKnificació11 46. Armando, A. : La vuelta a Freud. Mito y realidad · 47. Grinberg, L.: Teoria de la identifi- cación 48 . Bowlby, J.: El vínculo afectivo 49. Oowlby, J.: La separación afectiva 50. ·nowlby, J.: La pérdida afectiva. Tristeza y depresión 51. Rolla, E. l l.: Familia y personalidad 52. Shepard, M.: Fritz Peris. La terapia guestáltíca 53. Grinberg, L. (comp.): Prácticas psi- coanalíticas comparadas en las neu- rosis 54. Grinberg, L. (comp.): Prácticas psi· coanaUticas comparadas en las psi- cosis 55. Grinbcrg, L. (comp.): Prácticas psi- coanaUticas comparadas en 11il1os y adolescentes 56. l.lcrcnstcin, l.: /'sicoanálisis y semió- tica de los sue1ios 57. í-reud, A.: Est11dio., psicoanalíticos 59. Kernberg, O.: La teoría de las rela- ciones objeta/es y el psicoanálisis clí- nico (Co11timía al final del libro) ~·7;~~~;;r;'~".,;.,::> ·:~'·;. . .3-® ' "' ¡ .!""~~- l._.l..,¡I-, . - - ~ La psicología del yo y el problema de la adaptación ""' 'U ' '-\,\, '\ j 1 1 l 1 HEINZ I-IAKTM/\NN La psicología del yo y el problema de la adaptación Supervisión de la versión castellana Adela L. de Duarte ~rofesora Titular (Universidad de Buenos Aires) ' EDITORIAL PAIDOS BUENOS AIRES-BARCELONA- MEXICO .._ "VIS,.,.,\f,;¿:4¡;¡¡$.iii\ilMi#dJiii&ti&iiitiiiillilWllNltt&, i\ilt,\il\lili~,,,....:;¡ • .,.,. , --------------- ---------- \... l i111li1 •11l11ll111I 1 1¡11 / '•111 /111/11111111111 111111 / '111/tl1 •11111/ 1\d11111u111111 lill1 •111 ·1 ll111111l l l11111"1 •lll1 •• 11111 .. , 1111 , ll l'w Y11tl1, 1:111 1•d (11111 1 l 111111.I lt11¡ i.1 ¡"" 1) 11 :1 e '1111vt111 lil liv l 1t 11111 l l11 1l11 1t1111 1, l ll!1H < ' rn1 111111• 1 do 1111 M 111 k 1'11t111'Nt 111 & A 11 ·1o('lt1l ('1 Versió n castellana: Jorge Piatigorsky Cubie1ta : Gustavo Macri Impresión de tapa: Impresos Gráficos JC Carlos María 2409; Buenos Aires la. Edición, 1987 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Queda hecho el depósito que previene la ley 11. 7 23 La reproducción total o parcial de este libro en cualquier forma que sea, idéntica o modificada.escrita a máquina, por el sistema "multigraph",mimeógrafo, impreso, por fotocopia, fotoduplicación, etc., no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada. © Copyright de todas las ediciones en castellano by Editorial Paidós, SAICF Defensa 599; Buenos Aires, Ediciones Paidós Ibérica, SA Mariano Cubí 92; Barcelona, y Editorial Paidós Mexicana S.A. Guanajuato 202; México D.F. ISBN 950 - 12 - 4122 - X &.il ,. &!AZ0- 4 ~ P c ... ca~;;J- , ......... ...,,...,.. •••. .-. ~ INDICE Prefacio, a la versión al inglés, 9 Nota del autor, 13 1. La esfera libre de conflictos del yo, 17 2. La adaptación, 40 3. Adaptación y "armonización". El principio de realidad, 58 4. Desarrollo del yo y adaptación, 70 5. Internalización, pensamiento y conducta racional, 80 6. Algunas funciones integradoras del yo, 100 7. Consecuencias para los conceptos de salud y edu- cación, 107 8 . Automatismos preconscientes, 114 9. Aparatos yoicos. Desarrollo autónomo del yo, 130 Bibliografía, 140 7 ) ) ) ) 1 ) ) ) ) ) ) ) ) ) J '~¡;.- : : .;i·i' ) ) ) ) ) ) ) ) PREFACIO DE LA VERSION AL INGLES La publicación de una t\,::.rlucción inglesa completa del ensayo de Heinz Hartmann titulado La psicología del yo y el problema de la adaptación inicia la Mo- nograph Series del Journal of the American Psychoa- nalytic Association . Este proyecto fue concebido hace varios años, pero su puesta en marcha tuvo que aguardar la maduración de una obra psicoanalítica de excepcional mérito e importancia. Los editores enten- dieron que finalmente había llegado la oportunidad a- decuada. Que esto fue así lo atestigua el reciente lau- ro otorgado al Dr. Heinz Hartmann, el Charles Frede- rick Menninger Award de la American Psychoanalytic Association, para premiar sus aportes científicos. lch-Psychologie und Anpassungsproblem fue pre- sentado por ' primera vez en 1937 ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena y luego publicado en Alema- nia, en 1939, en el Internationale Zeitschrift für Psychoana/yse und ]mago . Históricamente representa un momento decisivo en el desarrollo de la teoría psi- 9 ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) coanalítica moderna. Es una consecuencia natural de la anterior formulación efectuada por Freud de Ja hipó- tesis estructural y de sus contribuciones a la psicolo- gía del yo. Con su aparición se . inició una evolución del pensamiento psicoanalítico que continúa rami- ficándose y cuyas consecuencias para la teoría y la práctica todavía no han sido plenamente comprendi- das. A los lectores íntimamente familiarizados con la ac- tual psicología psicoanalítica del yo, este ensayo les revelará las primeras formulaciones de algunos de sus conceptos básicos. Muchas de ellas les sonarán como algo conocido, a causa del grado notable con que las ideas de Hartmann dieron forma al pensamiento psi- coanalítico actual y fueron asimiladas en él. Uno toma conciencia de la tremenda influencia de sus teorías cuando descubre que fue er. este ensayo donde se desarrollaron por primera vez conceptos tales como los de fase indiferenciada, esfera del yo libre de con- flictos, desarrollo del yo libre de conflictos, y auto- nomía primaria y secundaria. Hartmahn examina el papel de la dotación biológica, y de los aparatos inna- tos del yo y su naturaleza adaptativa. La idea de que las defensas del yo pueden simultánea.mente servir para el control de los impulsos instintivos y para la 0d0pt<1cíón '11 mundo exterior encuentra su expresión ~n e.j Ct!" ~nsdyv. Ef ~v;h.:c:·µrv t.1.·t.-... c..h.~" ..:t ¡J~,,.1 ...... ~¡·0t? ¡__:·i;.. .. l -~_:. ,· ~ - mann no está en modo alguno restringido al sentido "cultural"de la palabra . . Se trata de una concepción verdaderamente abarcativa; Hartmann considera que la adaptación es un proceso continuo, que tiene sus raíces en la estructura biológica, y muchas de cuyas manifestaciones reflejan los intentos constantes del yo por equilibrar tensiones intra e intersistémicas. Tam- bién son examinadas la's consecuencias de esta teoría 10 ~iki#•&i&#illl)ijiji/,liMi~M1í44iPil\•!ll"'~"-"" .. ,.... •• -v -~\· , , . r· ._,.. .. . ) ) ) ( ) ) ) ) para los procesos de la percepción y del pensamiento, los conceptos de fuerza y debilidad del yo, y el de normalidad . A partir de este trabajo se despliega de manera natural la noción de neutralización y el efecto de este constructo en el concepto de sublimación. En esta obra se ve un intento sistemático por esta- blecer, dentro del marco de una psicología psicoa- nalítica del yo, los cimientos de una teoría de la con.:. ducta humana en general, tanto normal como anormal. Sus excepcionales dotes intelectuales le permitieron a Hartmann integrar el conocimiento psicoanalítico con los campos relacionados de la biología, la psicología, la sociología y la filosofía. La oportunidad de leer este ensayo reintroducirá a los psicoanalistas en un requerimiento cardinal del método científico que la obra del Dr. Hartmann pone de manifiesto, a saber: su insistencia invariable en la necesidad de que la metodología sea precisa y de que la teoría tenga coherencia lógica. No obstante, la at~ mósfera depurada de la teoría es acompañada por una tolerancia y comprensión humanísticas, como se ad- vierte en su examen de la conducta racional e irracio- nal, el automatismo y los mecanismos de integración. La falta de una versión inglesa completa de este trabajo dejaba un vacío en la literatura psicoanalítica en ese idioma. Ese vacío se llena ahora en virtud de la dE:ci-::--fórr dE11 JoumG/ o/ the American Psychcanalyt fc Association, de encabezar con este ensayo su serie de Monografías. Nos enorgullece ponerlo al alcance de los muchos estudiosos del psicoanálisis que no lo conocían en su totalidad. Para llevar a cabo este proyecto fueron necesarios los esfuerzos de muchas personas. En primer lugar mencionaremos al Dr. David Rapaport, quien original- mente tradujo y publicó extractos de esta obra en el 11 ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) libro, compilado por él, Organization and Pathology of Thought, pero que para esta edición preparó una nueva traducción. Su gran familiaridad con la obra ori- ginal, así como el hecho de que el Dr. Hartmann parti- cipó en la elucidación de ciertos puntos cruciales, aseguran la autoridad · de esta versión. Además de nuestra gran deuda con el Dr. Rapaport deseamos ex- presar nuestra gratitud a la Fundación Ford, cuya ayu- da al Austen Riggs Center permitió al Dr. Rapaport y a sus colaboradores realizar la traducción. También queremos agradecer al Dr. Merton Gill por su ayuda en la traducción primitiva; a Miss Suzette H. Annin, que en realidad fue traductora asociada y res- ponsable total del inglés de esta monografía, y a Miss Rosemary Ranzoni, que se ocupó de mecanografiar sus versiones sucesivas. Finalmente, manifestamos nuestro reconocimiento por la asistencia editorial ge- neral, y también por el trabajo bibliográfico de Mrs. Lottie Maury Newman, de International Universities Press. Confiamos en que este esfuerzo combinado convierta en un acontecimiento dignó de nota a la publicación de este primer título de la Serie de Mono- grafías del Journal of the American Psychoanalytic Association. Los Editores 12 1 .: a t ZZLl\.iillWidlAmM 2 Ut JHUfa tJi lb U i&AN3! JUZ 2412! 11. Hi llatik··,.,,•·"k~-·"···· ) ) ) ) ( ) ) ) NOTA DEL AUTOR Este ensayo, que apareció en alemán hace unos veinte años, se publica ahora sin ningún cambio esen- cial. Sigo considerando que son válidas la mayoría de las ideas presentadas en él. Algunas de ellas fueron objeto de un desarrollo ulterior, reformuladas o enun- ciadas de manera más sistemática en trabajos poste- rioíes. No obstante, creo que un estudio detallado de los desarrollos históricos del psicoanálisis es un re- quisito previo muy importante para su comprensión más acabada. En consecuencia decidí que este ensayo fuera publicado en su forma original, en lugar de rees- cribirlo para adecuarlo al estado actual de nuestros conocimientos. Las notas al pie aiiadidas en esta edición (que apa- recen entre corchetes) guiarán al lector hacia desarro- llos ulteriores en mi obra de los temas tratados en este trabajo. Deseo expresar mi más cálida gratitud al Dr. David Rapaport. 13 ) !\ :1 11 1 1 ) ) 1 1 ) ) ) ) ) ) ) ) Tengo plena conciencia 'de cuánto ingenio y trabajo erudito se ha volcado en esta traducción revisada del ensayo completo. Heinz Hartmann Marzo de 1958 Nueva York 14 ') ) ) ( ) ) ) ) ) ) LA PSICOLOGIA DEL YO Y EL PROBLEMA DE LA ADAPTACION ) ) r, 1 1 ' tmmli~ - ----·- -··- .. ·-- _ __..__~-~---~-~~---------------------- ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) .. ) ) ) ) ) ) ) Capítulo 1 , · LA ESFERA LIBRE DE CONFLICTOS DEL YO El psicoanálisis encara la cuestión de la adaptación en tres formas: como problema de su psicologia del yo, como meta terapéutica y como consideración edu- cacional. I( .;ulta sorprendente que mientras que el concepto de "yo-sintónico" está perfectamente definí- " do, la experiencia demuestra que la expresión "realidad-sintónico" (sintónico con la realidad) es tan elástica que incluye maneras de ver diversas e incluso parcialmente contradictorias. >• El psicoanálisis solo no puede resolver el problema de la adaptación. También constituye un tema de in- vestigación para la biología y la sociología. No obs- tante, las importantes comprensiones que el psicoa~ nálisis ha proporcionado y proporcionará acerca de la adaptadón difícilmente sean obtenibles mediante otros enfoques y métodos. En consecuencia tenemos dere- cho a esperar que todas las investigaciones sobre el problema de la adaptatión tomen en cuenta los he- chos y relaciones fundamentales descubiertos por el 17 ) ) ) ) ) ) ) ) ) psicoanálisis. El aumento de nuestro interés en los problemas de la adaptación se debe principalmente a los desarrollos psicoanalíticos que centran nuestra atención en las funciones del yo, pero también fue alentado por nuestro creciente interés en la personali- dad total, así como por la preocupación acerca de ciertas formulaciones teóricas concernientes a la salud mental, que utilizan como criterio el "ajuste a la reali- dad". Habré de considerar algunas cuestiones bien co- nocidas, otras que pueden prestarse a la controversia y unas pocas que, estrictamente hablando, no son psicoanalíticas. Pero creo que todo lo que tengo que decir concuerda con los puntos de vista básicos del psicoanálisis. Sostengo que es un empeño psicoa- nalítico -en el sentido más amplio del término- el destinado a transferir conceptos desarrollados en rela- ción con problemas concretos de la esfera central de la personalidad, a otras áreas de la vida mental, y el orrentado a estudiar los cambios necesarios en tales conceptos, en vista de la condiciones que prevalecen en esas otras áreas. Comenzaré con unos pocos comentarios acerca ,del alcance del problema dentro de los límites que me he fijado, sin tratar de proporcionar su enunciado sis- temático. Muy tempranamente, y quizás desde su mismo ini- cio, el psicoanálisis se fijó un objetivo restringido y otro más amplio. Empezó con el estudio de la pato- logía y de fenómenos que están en el límite entre la psicología normal y la psicopatología. En esa época el trabajo se centraba en el ello y los impulsos instinti- vos. Pero pronto surgieron nuevos problemas, con- ceptos, formulaciones, y nuevas necesidades de ex- plicación, que fueron más allá de ese campo estrecho, 18 i ~ .. ; t U ea p W&&Q ;j¡¡¡tll63 N JJ\1$füWWWJIMi$a& ¡ ; 2 $W™lifllW"'' "· , .· .......;.;v ) ) ¡: ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) apuntando a una teoría general de la vida mental. Un paso decisivo en esa dirección, y quizás el más clara- mente delineado, es nuestra reciente psicología del yo: la obra de Freud de los últimos quince años, y des- pués (siguiendo las vías de investigación , que él abrió) primordialmente los estudios de Anna Freud y, en otra área, los de la escuela inglesa. En el presente ya no dudamos que el psicoanálisis puede lícitamente pre- tender que es una psicologia general en el más am- plio sentido de la palabra, y nuestra concepción de los métodos de trabajo que pueden considerarse psi- coanalíticos en sentido propio se ha vuelto más am- plia, más profunda y más discriminativa. Anna Freud (1936, págs. 4-5) definió como meta tÍ del psicoanálisis la obtención del más completo co- nocimiento posible de las tres instancias mentales. Pero no todo esfuerzo en el ámbito de la psicología que con;ribuya a alcanzar esa meta puede conside- rarse psh.-oanalítico. La característica distintiva de una investigación psicoanalítica no consiste en su tema sino en su metodología cientlfica y en la estructura deK los conceptos que utiliza. Todas las investigaciones psicológicas comparten con el psicoanálisis algunos de sus objetivos. De esas metas parcialmente compar- tidas surgen con particular relieve las características propias del pensamiento psicoanalitico. (Considérese, por ejemplo,· el contraste entre la psicología psicoa- nalítica del yo y la psicología de Alfred Adler.) Los desarrollos recientes del psicoanálisis no han modifi- cado sus caracteristicas salientes, es decir su orienta- ción biológica, , sus puntos de vista genético, dinámico, económico y topográfico, ni la naturaleza explicativa de sus conceptos. Asi, cuando el psi- coanálisis y la psicología no analítica estudian el mis- mo problema, necesariamente llegan a diferentes resul- 19 ) i ¡ 1 1 ~ 1 ¡ ¡ ! ~ ~ I' ¡: ,, 'ª[ \ 1 ·1 i ) ) ) ) ) ) ) '¡ tados. En último análisis, difieren en sus puntos de vista acerca de lo que es esencial, y esto inevitable- mente conduce a proposiciones descriptivas y relacio- nales diferentes. Una situación similar existe en ana- tomía, campo en el que características descriptiva- mente insignificantes pueden ser cruciales en términos ontogenéticos o filogenéticos; lo mismo sucede en quimica, donde el diamante y el carbón son analí- ticamente idénticos, aunque desde otros puntos de vista uno y otro son notablemente distintos. En gene- ral, características relevantes en una teoría más amplia pueden no serlo en un contexto más limitado. Aunque éstas no son más que ,analogías, su sentido es válido, puesto que el psicoanálisis tiene la potencialidad de convertirse en una teoría general del desarrollo mental, más amplia en sus supuestos y alcance que cualquier otra teoría psicológica. Para realizar esa potencialidad, sin embargo, debemos indagar desde el punto de vista del psicoanálisis y abarcar en nuestra teoría los - fenómenos psicológicos que constituían los objetos . de estudio de la psicología ant~s de que el psi- . coanálisis existiera, as! como todos aquellos que son ahora objeto de estudio de la . psicología, pero no del psicoanálisis. Con frecuencia se ha dicho que mientras que la psicología del ello fue y sigue siendo un "coto veda- do" del psicoanálisis, la psicología del yo constituye su punto de confluencia con la psicología no analítica. Incluso las objeciones contra la psicología psicoa- nalítica del yo difieren de las formuladas a la psico- logía del ello; se parecen a las que se encuentran comúnmente en la crítica científica, son menos hos- tiles y categóricas. Para algunos psicoanalistas, esto demuestra que los hallazgos de la psicología del yo no son válidos o carecen de importancia. Pero esa opi- 20 ~t~ ¡ ,WWW.WWW .3 .J JUS§J &lQMGWWWf!&W'tWJ!P.WWWWJiUiWi 1'<'''"' "" ""~~~ .. ····· ~ ) 1: ) ) ) nión no se justifica: es claro que la resistencia a un descubrimiento nuevo no constituye una medida direc- ta de su significación científica. También es concebible que la psicología del yo sea criticada más tibiamente sólo porque los no analistas muy pocas veces. captan sus antecedentes y consecuencias. Incluso aunqué Freud acertadamente declinó considerar el psicoa- nálisis como un "sistema", se trata sin embargo de una organización cohesiva de proposiciones, y cual- quier intento de aislar partes de ella no sólo destruye su unidad general, sino que también modifica e invali- da a las partes mismas. En consecuencia, la psico- logía psicoanalítica del yo difiere en forma radical de las "psicologías de superficie", incluso aunque -según Fenichel (1937b) lo ha señalado- está y estará cada vez más interesada en los detalles de la conducta, en todas las gradaciones de la experiencia consciente, en los pocas veces estudiados procesos preconscientes, y en la relación entre el yo incons- clente, el yo preconsciente y el yo consciente. Los puntos de vista dinámico y económico, aunque son válidos para toda la vida mental, han sido muy poco aplicados a tales materias. La historia del desarrollo de la psicología psicoanalítica explica por qué · hasta aho- ra hemos entendido relativamente poco acerca de es- tos procesos y métodos de trabajo del aparato mental que conducen a realizaciones adaptadas . No pode- , mos simplemente hacer contrastar al yo, como parte no biológica de la personalidad, con el ello como su parte biológica; el problema mismo de la adaptación previene contra tal división, pero acerca de este punto tendremos que añadir algo más adelante. No obstante, es cierto y también natural que la pura descripción fenomenológica de los detalles de la superficie mental, que pudimos descuidar anteriormente, resulta esencial 21 \ \ ) ) ~ ¡•> ' :11 1111 1 11 .\! ) ) ) ) ) para la psicologia del yo y alcanza en ésta una impor- tancia especial. Pero probablemente todos concorda- remos en que estos detalles fenomenológicos, que hoy determinan nuestro interés, sólo nos son útiles como punto de partida. La meta de recoger un máximo de detalles descriptivos es por cierto la meta de la psicología fenomenológica, pero no la de la psicologia psicoanalitica del yo:' allí reside la diferencia fundamen- tal entre una y otra. Por ejemplo, la psicología del yo de Federn, que enfoca variedades de la experiencia del yo, por cierto no es exactamente una fenomenologia: las variedades de experiencia le sirven como indica- dores de otros procesos (libidinales) y son tratadas con conceptos más explicativos que descriptivos. La estrecha vinculación entre la teoria y la técnica terapéutica, tan caracteristica del psicoanálisis, expli- ca por qué las funciones del yo directamente involu- cradas en los conflictos entre las instancias mentales determinaron nuestro interés antes que otras. También explica por qué otras funciones del yo · y el proceso de ajuste al medio -con la excepción de unos pocos problemas pertinentes que desde el principio desem- peñaron un papel en el psicoanálisis- no se convir- tieron en objetos de investigación hasta un estadio ulterior de nuestra ciencia. La observación psicoa- nalítica con frecuencia se ha encontrado con hechos y consideraciones relacionados con estas otras fun- ciones del yo, pero muy pocas veces los sometió a es- tudio detallado y reflexión teórica. Creo que es un he- cho empírico que estas funciones son menos decisivas para la comprensión y el tratamiento de la patología -en la que el interés psicoanalitico se ha centrado hasta ahora- que la psicología de los conflictos que están en la raiz de toda neurosis. No obstante, no me inclino a subestimar Ja importancia clínica de tales 22 ) .~ ) funciones, aunque aquí abordaré principalmente su significación teórica y sólo desde un único punto de vista~Debemos reconocer que aunque el yo crece a partir de conflictos, éstos no son las únicas raí~esde su desarrollolJI. Muchos de nosotros es-peramos que el psicoanálisis se convierta en una psicología general del desarrollo; para hacerlo, debe abarcar a esas otras raíces del desarrollo del yo, reanalizando desde su propio punto de vista y con sus propios métodos los resultados obtenidos en esas áreas por la psico- logía no analítica. Esto naturalmente le otorga una im- portancia nueva a la observación directa de los proce- sos de desarrollo por parte de los psicoanalistas (en primer lugar a la observación directa de niños). ):.(No toda adaptación al medio, no todo p~oceso de aprendizaje y maduración, es un conflict~Me refiero~ al desarrollo libre sin con lictos de la erce ción la intención, la comprensión el objeto, el pensamiento, el lenguaje, los fenómenos de recuerdo, la productivi- dad, hasta las bien conocidas fases del desarrollo mo- tor, la prensión, el gateo, la marcha, y hasta los procesos de maduración a r · · im licitos en to os esos aspectos y muchos otros. Muchos estu- dios psicoanalíticos bien conocidos,que no voy a enu- merar aquí, han tomado tales fenómenos como punto de partida. Naturalmente, la mayoria de ellos no tratan estos problemas desde el punto de vista de la actual psicología· del yo. (Las vicisitudes de la psicología psi- coanalítica del impulso y de la psicología del yo fueron examinadas por E. Bibring, 1936.) No es necesario que presente una lista de todas esas funciones; el lec- tor las conoce. Por cierto no estoy dando por sentado ~s actividades infantiles que enumeré, así como otras también pertinentes, no puedan ser alcanzadas por el conflicto mental; tampoco estoy suponiendo 23 ) ,I '" • i ) ) ) ) que las erturbaciones en el desarrollo de estas activi- a es no en, a su vez orí en a conflictos ni que no.. que en mvo ucradas en otros conflictos. Por el con- trario, quiero subrayar que sus vicisitudes desem- peñan un papel importante en los bien conocidos- desarrollos y conflictos de impulsos instintivos, tanto flp1cos como lnd1v1duale~, y en el hec1)o de facilitar 11 obstaculizar la capacidad individual para dominarlos. Propongo que adoptemos la expresióp provisional es- fera sin conflictos del yo (conflict free ego sphere) para designar ese conjunto de funciones que en cual- quier momento dado ejerce sus efectos fuera de la región de los confhctos mentales. No quiero ser mal entendido: no estoy hablando efe una región de la mente cuyo desarrollo sea en principio inmune a los conflictos, .sino más bien de ciertos procesos, en cuanto ellos permanecen empíricamente fuera de la es- fera del conflicto mental del individuo. Es perfecta- mente posible decir, tanto en un corte transversal . como en los aspectos longitudinales de la vida mental de un individuo, qué es lo que perten~ce a esa esfera libre de conflictos. Lo que todavía no tenemos es un conocimiento psicoanalítico sistemático de esta esfera; sólo contamos con un conocimiento parcial de los miedos a la realidad, de los procesos de defensa en cuanto que dan por resultado un desarrollo "normal", de las contribuciones de la esfera libre de conflictos a las clases y consecuencias de la defensa (y la resisten- cia), de sus contribuciones al desplazamiento de las metas de los impulsos instintivos, etcétera. No es ne- cesario demostrar que investigaciones limita das a . esta esfera (como lo están habitualmente las de la psi- cología académica), inevitablemente pasan por alto re- . ladones psicológicas básicas. Es probable que el estudio de esta esfera sin con- 24 ~~;;r-¡;~~ - 1<'·' ) flictos del yo, aunque no carece por cierto de signifi- cación técnica (por ejemplo, en el análisis de las resis- tencias), en general aportará menos a la técnica psi- coanalítica que el estudio · de los conflictos y defensas; este problema, no obstante, no nos ocupará aquí. Po- dría aducirse que esa esfera abarca justamente esa parte del acaecer mental que debe permanecer más allá del alcance del esfuerzo psicoanalítico, y que es pre- ferible dejarla a otras disciplinas psicológicas. Ya he indicado que una resignación y una limitación tales no están justificadas. La psicología no puede dividirse en psicoanálisis y otras disciplinas psicológicas, porque estas últimas descuidan hechos concernientes al desa- rrollo, cruciales incluso en las áreas habitualmente consideradas "extraanalíticas". Si tomamos en serio la afirmación de que el psicoanálisis es una teoría general del desarrollo mental, también debemos estudiar esta áre<l de la psicología desde nuestros puntos de vista y con nuestros métodos, mediante el análisis y observa- · ción directa del desarrollo del niño. La esfera sin con- flictos del yo es ahora, como acostumbraba serlo toda la psicología del yo, "ese otro dominio" que, aunque hay que ingresar en él a cada momento, no puede ser teóricamente explicado. Pero también esta limitación desaparecerá pronto. La adaptación obviamente incluye tanto procesos vinCUlaaos con situaciones de cüñTncto como proce- sos que pertenecen a la esfera sin conflictos. Yo me encontré por primera vez con los temas examinados aquí mientras abordaba el problema de la adaptación. Por ejemplo, sería una tarea seductora investigar en un caso concreto la interacción de esos procesos que asimilan los estímulos externos e internos y conducen a la adaptabilidad promedio y a la adaptación normal, con los mecanismos que conocemos mejor y conside- 25 ) ) 11 ;I . i 11 ) ) ) ) ) ) ) ramos causas de perturbaciones del desarrollo. Sería igualmente interesante rastrear tales interacciones en muchos problemas del desarrollo del carácter, en el aspecto de la personalidad que llamamos "intereses del yo", etcétera. Por ejemplo, la influencia de los ta- lentos especiales en la distribución de las energias narcisista, libidinal-objetal y agresiva, su papel en la facilitación de ciertas formas de solución de conflictos y en la determinación de la elección de defensas pre- feridas, son todos problemas clínicamente importantes pero insuficientemente estudiados. Hermann (1923) realizó un aporte significativo al estudio psicoanaiítico de los talentos especiales, pero desde un punto de vista diferente. El estudio concreto de diversas pertur- baciones del yo en las psicosis, y de algunas de las interrelaciones psicofísicas, también tiene que tomar en cuenta esta esfera libre de conflictos. Ninguno de estos problemas puede ser completamente resuelto en términos de impulsos y conflictos instintivos. Nuestro conocimiento del yo empezó por sus f un- ciones de defensa, como lo muestra el estudio clásico de Anna Freud (1936). No obstante, hay problemas -y debo subrayar que ellos surgen en el campo del psicoanálisis- que hacen necesario que estudiemos otras funciones yoicas y también otros aspectos de la actividad del yo. El desarrollo del yo puede ser des- cripto mediante el rastreo de los conflictos que tiene que resolver en su lucha con el ello y el superyó, y si también incluimos los conflictos con el mundo exter- no, tenemos el cuadro de una guerra en tres frentes. Pero, para emplear una analogía, la descripción de un pals, una nación, un Estado, abarca, además de su participación en guerras con naciones o Estados veci- nos, sus límites y el tráfico fronterizo en tiempos de paz. (Esta es solamente una de las analoglas posibles: 26 ) ~i'J.l'iMUm~w-·-=d•Wt41i&3'1\ihfut4fl;F.,,5fl lM~ 'f 1F"'..-~·- ) .;: .. 1 .. "i'"!.,.o, ) ) ) ) ) por ejemplo, lo que aquí es la zona fronteriza consti- tuye una parte esencial de lo que, en nuestra analogla rr.ás corriente, denominamos la "región central" de la personalidad.) También incluye el desarrollo pacífico de su pobla~ión, de su economla, su estructura so- cial, su administración, etcétera. Un Estado puede también ser visto como un sistema de instituciones que funciona gracias a la legislación, la autoridad, et- cétera. Obviamente, entre esos diversos puntos de vis- ta existen relacionessistemáticas y, volviendo a nues- tro punto de partida psicológico, esas relaciones son de sumo interés para nosotros. Nuestra tarea consistg_en investigar el modo en que. el conflicto mental y el desarrollo interno "pacífico" se__,, facilitan y obstaculizan recíprocamente. De modo aná- logo, tenemos que estudiar la interacción entre el conflicto y ese aspecto del desarrollo con el cual esta- mos familiarizados, principalmente a partir de sus rela- ciones con el mundo externo. As!, para dar un ejem- plo simple, aR_render a caminar erecto es algo que combina constitución, maduración del aparato, proce- sos de aprendizaje, con los procesos libidinales, las identificaciones, los factores endógenos y exógenos (impulso instintivo y factores ambientales) que pueden provocar conflictos y perturbaciones de función (cf. Schmideberg, 1937). Ninguno de estos procesos pue- de explicar por sí solo este importante paso en el desarrollo. No obstante, sería un error suponer que el con- traste de la situación de conflicto y el desarrollo pa- cifico corresponden directamente a la antítesis de lo patológico y lo normal. El ser humano normal no está llbre de problemas ni de conflictos. Los conflictos for- man parte de la condición humana. Naturalmente, los conflictos tienen alcance e intensidad distintos según 27 ) ) ) --- - 1 ¡ 1 1 J ) ) ) ) ) ) ) ) se trate de casos patológicos o normales. Las antítesis patológico versus normal, nacido de la defensa (defense-born ) versus no nacido de la defensa (not- defense-born ), o entre el desarrollo que resulta del conflicto y el desarrollo sin conflicto no coinciden: la primera contrasta trastorno y logro, y la última conflic- to y ausencia de conflicto. Una defensa "exitosa" puede equivaler a un "fracaso" respecto de un logro potencial, y viceversa. Quizá no resulte superfluo rei- terar explícitamente este lugar común, puesto que la experiencia demuestra que con suma frecuencia no se . traza ninguna distinción entre ambas antítesis. Al decir esto no es mi intención cuestionar que (por razones obvias) el enfoque más fructífero del problema del con- flicto haya sido el estudio de la función perturbada; tampoco niego que todavía no se tiene seguridad en cuanto a que la exploración de la esfera sin (libre de) conflictos habrá de emplear primordialmente el mismo enfoque, o bien el de la observación (directa o indi- recta) del desarrollo no perturbado. Entre los campos estudiados o influidos por el psi- coanálisis, es probable que la educación y la socio- logía, por ejemplo, se beneficien con la ampliación de nuestro horizonte en la dirección de la esfera sin con- flictos y la ?.daptación. Es fácil demostrar en qué partes de la psicología del yo se encuentran los pun- tos de partida para tal ampliación, mediante el reexa~ men de unos pocos problemas familiares, considera- dos desde un nuevo ángulo. Puesto que la obra de Anna Freud contiene el primer enunciado exhaustivo de un importante grupo de funciones yoicas, tomaré mis ejemplos de ese trabajo. Tales ejemplos subra- yarán solamente un punto de vista, sin llevar nada nuevo al ámbito del psicoanálisis. En la parte histórica 28 ) •· ) ) del trabajo presentado ante el Congreso de Budapest (1937), Anna Freud demostró que las vicisitudes de la teoria psicoanalitica y el cambiante foco del interés psicoanalítico se reflejan en la concepción psicoa- nalítica de la educación: cada expansión de la elabo- ración teórica da por resultado el reconocimiento y la corrección de criterios carentes de equilibrio relacio- nados con la educación. Por ejemplo, hubo una época en la que "la prevención de la neurosis" era considera- da el núcleo del aporte psicoanalítico a la ed\.lcación. Por cierto, en ese entonces tanto las comunicaciones orales como las escritas parecían transmitir la expecta- tiva de que no sólo la educación sino toda la historia de la cultura se convertiría simplemente en parte de la "prevención de la neurosis". Anna Freud demostró también que una comprensión psicoanalítica más pre- cisa del yo tenía que cambiar la educación, tanto en su cilrección general como en su manejo de los casos individuales. Pienso que es lícito continuar esta línea de pensamiento a la luz de lo que acabo de decir. Hasta ahora, la psicología psicoanalítica del yo ha sido predominantemente una psicología del conflicto; las vías libres de conflicto de un desarrollo adaptado a la realidad no dejaron de ser periféricas en este estu- dio. Para una ciencia es lícito explorar su camino pa- sando de un resultado al siguiente; las ciencias empíricas deben hacerlo así. Pero la educación se construye siempre sobre una concepción (científica o no científica) de la personalidad total, y sus metas son normas sociales que pertenecen específicamente al ámbito de las realizaciones adaptativas (más adelante · examinaremos la única excepción a esto). Por lo tan- to, un enfoque educacional sólo es socialmente viable (por el momento pasamos por alto el implícito proble- ma de los valores) si toma en cuenta todas las facetas 29 ) ) i• • l ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) del desarrollo, su estructura, su jerarquía biológica y su valor para el logro y la adaptación. · Por ejemplo, algunas de las relaciones entre los im- pulsos instintivos y el desarrollo mental son bien co- nocidas. -~ª·º~!Il2.~ ~~~Q_J()_s .. confücto.s .. Y.J9hú~s .. rnJª-~- ' donados con impulsos instintivos pueden obstaculizar .. , ...... ... ·-·-----·-- ····· ··- ···--- ······ .... ... --······· ... ..•...• / ) éI- aesarrollcf. intelecfüal, temporaria o permanente- meñte~-Por-otrCí · parte~·-Aññal·reua· füi -móstfádo .. gue·1a_-···-- iñtelecfüalriációri .. puede servir corno defensa contra el peligro instinti'.:'.Q en la pubertad. y representa un in- tento de dominar el impul§.9 instintivo por medios in- directos. Pero este proceso tiene también otro aspec- to, orientado hacia la realidad, del cual se desprende gue este mecanismo de def ensq. contra los impulsos_ instintivos puede ser eonsiderado al mismo tiempo un .llroceso de adaptación. En este sentido, Anna Freud (1936, pág. 179) dice: "el peligro instintivo hace inteli- gentes a los seres humanos". Sería lícito preguntar.} ¿qué es lo que determina la elección de este medio * para dominar los impulsos instintivos? ¿Y qué deter- mina el grado de intelectualizacíón ·-que utilizará una} ~ persona? Parte de estas interrelaciones ciertamente complejas nos son familiares: por ejemplo, la significa- ción para el desarrollo de intentos realizados en la in- fancia temprana con el objeto de encontrar soluciones. o obstante, odemos su oner sin ri existen- cia de un factor aut nomo de inteli encia que, como vana e inde endie , codetermina la e ecc.ión y el éxito roceso def n iv Aunque no somos com- . pletamente ignorantes respecto de estas materias, no las conocemos en términos sistemáticos. El aprender a pensar y el aprendizaje en general son funciones biológicas independientes que existen junto a impul- sos instintivos y defensas, siendo en parte indepen- dientes de ellos. 30 ' 'iillM311l.$il',%tlwilW./kk!.9i'h .. 4,~WWWWZi Wkl!td!DiUffW"!ll.!WllFU4iilii!W'i"' - • ·i., ' 1 1 1 \'. ) ) ) ) ) ) ) ) ~nSé!_!Ill_~nto ordenado está siem_12~_e_q_ir.~~_ta Q_}n-_ directamente oi"iehtado ··ha:cia"la- realidad. u_!:1~-º-~l~n~-ª- c0Tftraimpulsos· 1nstintivos··que· r~5-_l:l!t_a-.e~J9gros inte- lectucrl~selevados·:.·aemuesffa. -que .. dertasJoüna:S~a.e:: solucfónd~~conflicto_s ___ p_ueden involucrar garantías ·füoró§ICa.S-éle ..J:!_n __ Rroc~sQ. __ ag=~aap-fácfo_n _a_ ia ·¡::eanaa.cr externa.-IYesde luego, esto no-es- válidopara- toaos·-- -losproce·sos de defensa, pero sí para la intelectualiza- ción, incluso fuera del desarrollo puberal. "Esta inte- lectualización de la vida instintiva, el intento de domi- nar los procesos instintivos vinculándolos con ideas abordables en la conciencia, es una de las más gene- rales, más tempranasy más necesarias adquisiciones del yo humano. No la consideramos una actividad del yo, sino uno de sus componentes indispensables" (Anna Freud, 1936, pág. 178). De modo que la descripción de este fenómeno como una defensa no lo define acabadamente. La de- finición debe también incluir sus características y re- gulaciones orientadas hacia la realidad y que facilitan la adaptación. En términos má~_m:mernJes,__D9s intcrre.::.. sa de qué .manera-yen gue-·medida la defensa_ es.indi- rectamente reguiaaa.·-por '1as-fuñcio;es 'yoÍcas que no están habitualmente involücraéfaseñ-el'confliCfo:·-nes~ ·· pués de· todo;· el des-arro-iio---rr'leñtal·-no- es·s1mj)lemente el resultado de la lucha con impulsos instintivos, con objetos de amor, con el superyó, etcétera. Por ejem- plo, tenemos razones para suponer que este desarro- llo tiene a su servicio aparatos que funcionan desde el inicio de la vida, pero volveremos sobre el punto más adelante. Por ahora diremos solamente que la memo....:~ ria, las asocfaclüñés ~~etcétera-;-son·· fl.ihdones' quepo- siblemente no .. pued_<?l) __ .9_eriya[s_e: a e=ias-::-r.eládoñes7.:del yo con impulsos instintivos .. u .. objetos· de-amor ,-sino. que se trata más . bien de_ pt:e.r.rnq_µ{,s_iJ:.Q.~-.d.? la concep- ... ... .. . ... ------........ .._..., ______ . __ , 31 ) ) :11 ~ !! 1 ~ 1 1 'I j, 111 ~ 1 !lli ,¡ .. 111' 1 ; ' . lr; 1 1 1 1- 1 1 ' ¡. , 1 ,,., 1 '" l: 1 ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ~ión que tenemos de tal~.?-J_elaciones y-de -su desarro- llo:·------------ --- - --- -Para juzgar el éxito de una defensa indagaremos no sólo el destino del impulso instintivó y la protección deparada al yo, sino también -más que antes- sus efectos en las funciones yoicas no involucradas direc- tamente en el conflicto. Los conceptos de fuerza del yo, debilidad del yo, restricción del yo, etcétera, están todos relacionados con este ámbito, pero seguirán siendo nebulosos en tanto las funciones yoicas es- pecificas que están comprometidas no sean estudia- das en detalle. La fuerza del yo -aunque se pone de manifiesto notablemente en las luchas de la esfera conflictiva- no puede definirse exclusivamente en los términos de la zona fronteriza del yo involucrada en el conflicto. En los términos de nuestra analogia, la efi- cacia de los ejércitos que defienden las fronteras tam- bién depende del apoyo que obtienen o no obtienen de la retaguardia. Una vez determinados objetivamente los factores de capacidad, carácter, voluntad, etcétera, que son los correlatos empíricds -no teóricos- de yoes "fuertes" o "débiles", habremos evitado la relativi- dad de las definiciones usuales, que determinan la fuerza del yo a partir de la relación del yo individual con su ello o con su superyó. Podremos entonces comparar la fuerza yoica de diferentes individuos, pese a que la relación entre dominio de la realidad y logro, por una parte, y fuerza del yo por la otra, es muy com- pleja. El estudio de Hendrick ( 1936) constituye un paso hacia una definición de fuerza del yo. En nuestro trabajo clinico observamos diariamente cómo las diferencias en el desarrollo intelectual, en el desarrollo motor, etcétera, afectan el manejo exitoso por parte del niño de los conflictos, y de qué manera 32 ) ) ) ) '> ese manejo influye a su vez en el desarrollo motor e in- telectual. Tales observaciones establecen descrlptiva- mente la interacción de la esfera conflictiva con otras funciones yoicas. Esta es una interacción real -es decir, es también una instancia de la sobredetermina- ción de un proceso mental-. No obstante, según sea el modo en que encaramos estos fenómenos, pode- mos asimismo hablar acerca de dos aspectos del proceso yoico, puesto que, por ejemplo, con frecuen- cia se trata de uno y el mismo proceso, que estudia- mos primero en su relación con el conflicto interno, y después en su dependencia respecto de los aparatos de dominio de la realidad, y en sus efectos sobre e- llos. En cierto punto podemos interesarnos en la pato- logia de un proceso, en su relación genética con las perturbaciones de la adaptación, y en otro punto en el valor de adaptación positiva que adquiere en otro con- texto. El lugar desde el cual observamos determina qué aspecto del proceso asumirá importancia: las dos relaciones están vinculadas con dos diferentes puntos de vista (cf. págs. 106 y sigs. sobre salud y conflicto). Otro ejemplo que tomo es el de la fantasía, que nos llevará a la misma conclusión. También ella es im- portante en la psicología y la educación del niño, pero asimismo continuamente tratamos con la fantasia en el análisis de adultos . No necesito recordar el papel que tiene la formación de la fantasía (en el sentido estricto de la palabra) en la psicología de las neurosis. En su libro, Anna Freud (1936) examina la función de la fan- tasia en el desarrollo del niño. Examina la negación de la realidad en la fantasía, y muestra el modo en que el niño, rehusándose a aceptar un segmento desagrada- ble de la realidad, puede, en ciertas condiciones, ne- gar su existencia y reemplazarla por formaciones de la fantasía. Este proceso está dentro de los límites del 33 , .,.~ ·~· - -. tbd'teAt-"JJUAQWWWilW •~'1tt .. '1Jtl!L.~•!ll'°,..""" "\'9 - ---· - 4 • ·- ---- ) ) 'f 'i ~ ~ 1, ¡ ! ' :1 '1 1 1 \¡ ) ) ) ) ) ) ) desarrollo del yo normal. Anna Freud se pregunta qué determina el hecho de que ese proceso se convierta o no en patológico. Es presumible que esto dependa de varios factores. Entre ellos por cierto desempeña un papel destacado el grado de madurez de los aparatos yoicos de percepción, pensamiento (particularmente pensamiento causal), etcétera, que garantizan la rela- ción del ser humano con su ambiente. Anna Freud es- cribió: " ... quizás ... la adhesión del yo maduro a la rea- lidad sea en general más fuerte que la dei yo infantil. .. " (1936, pág. 87). Desde el punto de vista de la eco- nomla mental es algo muy diferente el que una fantasía reemplace una pieza importante de la realidad en el adulto, o que ello ocurra en un niño. En este punto, de nuevo, como en el desarrollo e inhibición de la in- teligencia, debemos estudiar la función y desarrollo de los aparatos yoicos a los que nos hemos referido, porque sin conocimientos sobre ellos nuestro interro- gante no tiene respuesta. (Investigaciones psicoló- gicas han obtenido algunos resultados pertinentes: establecieron una relación entre la· fantasia y la dota- ción eidética; esta última, según Jaensch [1923], "implica potencialidades tanto para logros significati- vos como para una existencia fantasiosa onirica". El que se tome uno u otro de estos cursos, no obstante, es algo determinado por la personalidad total y no por la dotación eidética. As! con respecto a la cuestión crucial, la psicolog!a académica nos deja una vez más en la oscuridad.) Continuando con nuestras consideraciones prece- dentes, tenemos ahora que preguntar: ¿cuáles son los elementos adaptativos positivos de la fantasía? Al res- ponder este interrogante, por cierto no olvidaremos la significación biológica básica de la prueba de realidad, en particular la distinción entre fantasía y realidad. Va- 34 ,_l·i!!!JM&il!l'fWti'.fJttiffifJ,:JQJiJIP-%14\Já#'S!tt!3ttif&i4i!iJlt!.IS!$WWWZS6tll 1,t--. 1tílHW• 1¡¡.wP ~~.---. - ~ . ... - ..... ,.~· • .--· ) ) ) ) ) ) ) ) ) rendonck (1921), el único autor psicoanalítico que después de Freud investigó las caracter!sticas gene- rales del pensamiento fantasioso, sostuvo que la sig- nificación biológica de dicho pensamiento, en con- traste con el trabajo del sueño, reside en que intenta resolver problemas de la vida de vigilia. Como observa- ción al margen quiero mencionar que en el estudio de Varendonck sobre la fantasía, nuevamente encontra- mos esos mecanismos preconscientes cuya significa- ción para nuestro problema también ha sido reciente- mente subrayada por Kris (1939). El concepto de fan-tasía es amplio y un tanto vago. Pero todos los fenómenos que llevan ese rótulo están aparentemente relacionados entre sí en alguna medida. Es de_ conoci- miento general que la fantasla -no precisamente en el sentido de un talento para realizar combinaciones nuevas, sino en el de pensamiento simbólico-, puede ser fructífera incluso en el pensamiento científico, que se supone es el dominio indisputado del pensamiento racional. No obstante, al contrario de lo que surge de una visión rlgida de la salud mental, la vida mental adulta sana probablemente nunca está por completo exenta de la negación y el reemplazo de alguna reali- dad por formaciones de la fantasla. Las ideas religio- sas y las actitudes respecto de la sexualidad infantil son ejemplos de ello. _!;_Ln_o_sible, .. e .. incluso __ probable ,__que .. la. relacióD--'-qm_ la realidad_ se-aprenda.a __ través .de--mdeos .-.(detou.z:s~ i:-Iay Vfa.s de la adaptaciQD..AJa..rn.a.li_d9d __ qµ~- al principio sin-~duda-.::-apartan ·a¿ · fa_situació.n_real.JLa fuñdóri-del-' ·-Jue.go es un buen ejemplo --€S decir, loes-sir¡5~i"per -real en el desarrollo humano, antes que en cualquier teoría teleológica acerca de él-. Otro ejemplo es_!:!l.d..g la función auxiliar de la fantásía"" en-er -procésg_Q~ .. apfeñc:Irzáje: áunque····ia-·tañfüsia- sfempre··-iñíp"líéa un . , .......... . .. --~- ...• ····-·--·--- --·-·- - ·-- - ----···- .. ... ···--.. --·----- .. - .. .... ..... __ ____ ¡ 35 ) ) ) 1¡1 1 ¡ 11' li 1 11 ¡ ¡1 1i 1 ! '\1 111 :\\ 11 il !I I¡ 1¡ 1, I' ,¡ 1: j¡, i¡j ) 1 1' ¡I li\ \! ;11 t¡ 1 ,¡ 111 11 1 1\ 1: ·I \¡ 1 ! i ' 1 ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ~p_élr~.él!E}~nto ipJ~ia.1 :..re~p~cto __ c;i~_ \!!.!ª--~!!~s.<::i9n ... ~r.g?-J_, también puede ser una prep_~ra~ió!1_ p~_ra .la r~alidad y P~.~Q~ .. c(>nqucii .. a. dominarla .mejq_r, La fantasía ' puedé' llenar una función sintética al vincular provisional- mente nuestras necesidades y metas con modos posi- bles de satisfacerlas y alcanzarlas. Como se sabe, existen fantaslas que, al tiempo que alejan al hombre de la realidad · externa, abren para él su realidad inte- rior . . Los hechos básicos de la vida mental eran los contenidos de tales "fantasías" mucho antes de que el psicoanálisis los volviera dóciles para la investigación ) científica. ~ . La función primaria de estas fantasias es au- oplástica y no aloplástica, pero seríamos los últimos :;... en negar la importancia general de la comprensión . creciente de la vida intra.psíquica, y su importancia particular para el dominio del mundo externo. Debo señalar que conocimiento de la realidad no · es sinónimo de adaptación a la realidad. Volveré so- bre el tema. Este es también un ejemplo de la ya men- cionada necesidad de separar los .. diferentes aspectos de la adaptación. La situación parece paradójica: par- tiendo de la patología, de la psicología de la neurosis y las psicosis, llegamos a sobrestimar, en cuanto a su significación positiva para el desarrollo, las sendas más cortas que conducen a la realidad, y sólo cuando salimos del problema de la adaptación a la realidad re- conocemos el valor positivo del rodeo a través de la fantasía. No obstante, en verdad es el mismo fenó- meno el que, considerado primero desde uno y des- pués desde otro punto de vista, se hace merecedor de un énfasis positivo o negativo . Desde el primer punto de vista, "positivo" significa "prevención de la neu- rosis''; desde el segundo, quiere decir "promoción general de la adaptación". Sólo una evaluación prema- ) i : [ , ) ) ) ) tura y unilateral puede descuidar esta unidad esencial. Durante mucho tiempo el psicoanálisis no tuvo opor- tunidad de tratar con ese otro aspecto de estos procesos, que pertenecen al ámbito de la psicologla normal, pero que, naturalmente, no son entendidos por la psicología normal no psicoanalitica. La negación se basa en la fuga, y también lo hace la evitación, aun más claramente. Anna Freud (1936) nos ha mostrado cómo una y otra dan por resultado ~ una restricción del yo. Pero Ja evitación del ambiente en ei que se encuentran dificultades -y su correlato positivo, la búsqueda de otro que ofrezca mejores y más accesibles posibilidades de acción- es también un proceso sumamente eficaz de adaptación (que para el caso trasciende la antítesis común de adaptaciones autoplásticas y aloplásticas). A la búsqueda de un am- biente favorable entre los que están al alcance del in- dividuo (y de modo análogo, a la búsqueda de la más favorable de las funciones posibles) probablemente deba asignársele una posición mucho más central en .el seno de los procesos de adaptación -en sentido amplio- que la que se le suele atribuir (cf. A E. Parr, 1926). En el reino animal es fácil investigar este proce- so, y sin duda existen incontables ejemplos también en la conducta humana. Por lo tanto, la negación y la evitación involucran ese otro grupo de tendencias del yo. Lo que en este sentido vale para las fantasías, vale también para la acción afectiva. Desde el punto de vis- ta de la psicología de la neurosis, la acción afectiva -en contraste con el ideal teórico de la acción racio- nal- suele aparecer como un residuo deplorable de ·condiciones mentales primitivas y como una desviación respecto de lo normal. Vemos claramente que la acción afectiva suscita di- 37 ) ) ) 1 ~ fi il 1 ·íl ¡, ! 1i 11 m¡~ ¡ ) 11 ' 11 j !I 1 1 11 1 1 1 ! ' 1 1 ·¡I , .1 ! 1 1 1,1 l! 1 ¡1 i[! 1 I~ ll ~ 1;1· d 'i lit' ll¡: \ il,. I• l !I: ~ ~ \~ ,:J \ ~ ~ ''I 1 ~ 1¡¡1 ~ i t ~ t\ ~ 1 1 \ ) ) ) ) ) ) ) ficultades terapéuticas y concernientes al desarrollo, pero no advertimos que también impulsa el dominio de la realidad. No obstante, conocemos el papel esencial de la afectividad en Ja organización y facilitación de muchas de )as funciones yoicas; Freud (1937) se refirió a ello implícitamente al decir que no se espera que el análisis libre al hombre de todas las pasiones. Sería fácil proporcionar ejemplos adicionales, pero sólo agregaré uno (la aplicación del psicoanálisis a las ciencias sociales) que, según lo pienso, demuestra de un modo particularmente claro que el concepto de adaptación es indispensable para nuestra teoría y que la esfera sin conflictos del yo debe ser incluida en nuestros estudios. Sostenemos que el psicoanálisis es una de las ciencias básicas de la sociología. Waelder (1936a) ha discutido recientemente su significación para proble- mas especiales de las ciencias sociales. El psicoa- nálisis y la sociología tienen diferentes centros de in- terés; muchos problemas relevantes en sociología son periféricos en psicoanálisis. La·· socio logia se centra en la acción social, en el éxito o fracaso en las tareas asignadas por la sociedad (es decir, tareas adaptati- vas), y está interesada en la psicología de los conflic- tos, el destino de los impulsos agresivos y libidinales, etcétera, sólo en la medida en que éstos se ponen de manifiesto en la conducta social. Le interesa el hombre como realizador (en el sentido más amplio de esta pa- labra); estudia primordialmente lo que el aparato men- tal logra, y sólo indirectamente cómo domina sus pro- pias dificultades. Para la psicología, tanto el conflicto como el logro activo son puntos de vista indispensa- bles. La aplicación del psicoanálisis a la sociología coordina ambos modos de ver. Confiamos en que el estudio de la esfera libre de conflictos del yo y de sus 38 t1 \ r (SfP ·'""~ ;~i-.'.'~---~4ii!i - ~~ ~ ¡~lt4.dftifftlt l3tífiW$illl'lt:+Jif&. 'r¡ ~-~·· -.;- ~· ) ) 1 1 ) ) ) funciones -y la exploración ulterior del problema de la adaptación- volverá transitable la tierra de nadie que separa la sociologia del psicoanálisis, y asi ex- tenderá el aporte del psicoanálisis a las ciencias so- ciales. La probabilidad de que esto ocurra es fá- cilmente demostrable, pero nopuedo dar aqul ejem- plos concretos. .... ,·: ·3 39 ) 1 _L ___________ _ .1 rt ~ ·----··---- ----- 1 ) ) ~ , ~ : ~ 1 1 r lj! ~ ~· r 1 j l!! ji\ ,;¡ I' M ¡ll i\ \:\ 11! 11 lli \i':: ~ 11•¡ 11 .1¡' ~ ~ , li\ r • 1 ~ :¡¡ ~ .:~ 1:1 ¡·~ ·~ íl ·,¡ l 1 1 l~ '' ) ) ) ) ) ) ) Capítulo 2 lA ADAPTACION Hasta aqui he abogado por una ampliación de la teor!a psicoanal!tica del desarrollo del yo, y he intenta- do mostrar dónde deberla inicia'i·se. Esta ampliación y los conceptos de funciones yoicas que ella implica (y que discutiremos más adelante) enraizan en nuestra actual concepción psicoanalítica del yo y son sugeri- dos por ella. Es claro que una ampliación tal podría basarse en un examen de casos únicos o situaciones concretas. La ventaja del enfoque teórico por sobre la discusión de fenómenos concretos multifacéticos con- siste por lo menos en su brevedad. En lo que sigue no intenté recorrer sistemática- mente (ni hubiera podido hacerlo) la amplia zona de los problemas de la adaptación que son significativos para la teor!a psicoanalítica. Cuando mis formula- ciones parezcan unilaterales o incompletas, debe re- cordarse que tuve que hacer elecciones. 40 •.• ._-_¡;-,!~~.;; ij;:'~'i' ) ) ) ) ) El énfasis adicional puesto en algunos temas no implica que pase por alto los otros, ni que piense que no son pertinentes ni importantes. La consideración de la esfera libre de conflictos del yo (o sin conflictos del yo) nos conduce a las fun- ciones relacionadas más o menos estrechamente con las tareas de dominio de la realidad, es decir, con la adaptación. La adaptación (aunque no solamos examinar sus consecuencias ni con frecuencia ni a fondo) es un concepto central del psicoanálisis, ya que muchos de nuestros problemas, si se los explora lo suficiente, convergen en ella. El concepto de adaptación, aunque parece simple, implica (o, si se lo emplea burdamente, oculta) numerosos problemas. El análisis de este con- cepto promete clarificar muchos problemas de la psi- cología normal y patológica, entre ellos nuestra con- cepción de la salud mental. Freud utilizó conceptos "biológicos" en puntos cruciales de su teor!a (aunque no aceptó en bloque el denominado punto de vista objetivo, que conduce al conductismo). Creemos, por esta razón, que el método psicoanálitico "puede ser útil para el biólogo, al proponer nuevos problemas que de otra manera no atraer!an su atención" (Schilder, 1933). _sn__términn~ .. 9~.12_~..!:.~.les 1_.~Q!}~ideramos. bi.en aci.~pta- .. d.o - a-un---h0mbre --si--su .. _productividad, su capacidad para_dtsJr.utar_de la vida y suºequilibrio merital '' hó"estári ' 1)é.rturbados. Asimismo, ··algunas . veées- nos" enconfra~ .. mos con planteos que atribuyen cualquier fracaso a una falta de adaptación. Tales planteas carecen de sentido, puesto que pasan por alto la relación implícita en el concepto de adaptación, y dan por sen- tada la respuesta a la pregunta: ¿qué es lo que hace que una persona tenga éxito o fracase en una situa- 41 :¡ I l ! I ~ 1 ~ ~¡ .1 1 ~ • 1 1 'I ·I )·¡,: i 11 ¡1 111 'I 11 ,. 1 i' j ~ ! 'I ~ i ':~ 1) ! 1. ! \• r 1!J ~ ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ción dada? .. El grado de adaptabilidad sólo puede de- terminarse con referencia a las situaciones ambientales (situaciones en promedio esperables -es decir, típicas- o situaciones en promedio no esperables -es decir, atípicas-). Sabemos muy bien lo difícil que es en realidad evaluar con corrección la estabili- dad del aparato mental. Solamente el proceso ana- lítico, y con frecuencia ni siquiera él, puede hacerlo de modo inequívoco (cf. Freud, 1937). Los criterios útiles a tal fin exigen por lo menos un análisis preciso del concepto de adaptación y un conocimiento más deta- llado de los procesos adaptativos. El concepto de adaptación posee las más variadas connotaciones en biología, y tampoco en psicoanálisis tiene una definición precisa. Durante décadas fue un concepto muy apreciado (quizá demasiado apreciado) por las ciencias biológicas, pero recientemente ha sido objeto de frecuentes rechazos y críticas. La ob- servación que subyace en este concepto es que los organismos vivos "armonizan" [fit], con su ambiente. Así la adaptación es primordialmente una relación recí- proca entre el organismo y su medio. "Allí donde las funciones reales, determinadas conjuntamente por el mecanismo total del organismo y por su ambiente, son favorables para su supervivencia, se obtiene una rela- ción de adaptación entre ese organismo y su am- biente" (A E. Parr, 1926, pág. 3). Podríamos distin- guir entre un estado de adaptabilidad que se esta- ~~sse entre el organismo y su ambiente, y el proceso de adaptación que genera dicho estado. Podemos decir que todo d desarrollo de estos procesos da lu- gar a una relación entre el genotipo y su medio que es favorable para la supervivencia. Un estado de adapta- bilidad puede remitir tanto al presente como al futuro. El proceso de adaptación siempre implica la referencia 42 ) ) ) ) ) ) ) ) a una condición futura, y con esto no queremos sig- nificar el denominado límite negativo de la adaptación, debido a la selección natural, o cosa parecida. En este punto encontramos las controversias acerca de la rela- ción de la filogénesis con la adaptación, y las solu- ciones propuestas por el darwinismo, el lamarckismo y otras teorías biológicas. Estas teorías, sin embargo, no tienen una gravitación directa en nuestro problema. Podemos incluso dejar de lado la biologia de Uexküll, su crítica al concepto de adaptación basada en el ca- rácter planificado intrínseco de todo organismo, y su preferencia por el concepto de "armonización" o "a- juste" menos cargado de connotaciones téoricas.1 El psicoanálisis nos permite discernir aquellos pro- cesos que, mediante el cambio directo y activo del am- biente o de la persona, generan un estado de adapta- ción entre el individuo y su ambiente, as! como tam- bién investigar las relaciones entre los recursos pre- existentes del estado de adaptabilidad humana y esos procesos de adaptación. 9-aüfi_c_aremos.J3-. E.':1~~-!!Q!:L~L ) A3-~?,~ .. por. senta. d.º .. que __ la.. ~~apt~lón~.(ba.9l~!:!_ªg __ ~ho. ra \ 12rJn~_1 Ré1.l_fP~nt~~~deth9.m.9r.~l está a~_egura.~a. tantg __ en sus aspectos 111ás_groser.os_com<f-.en .los-.rrlás::OeJica- -aos~· ·poj~¡;inaparte por la dotación primaria del horrí.'."_ ·, __ bre y la madüración de sus aparatos, y por la otr~ pgr__ / ; aquellas ·acdones reguladª-~ :pº( el ·yo"· que· (utilizando ... . / ---~s51-.dotació. n) . ·contra· r· r. es. tan las .. alteracion. es del rp§d.19 .• / y mejo.r,a!J . ~c;ti.v.an)el}_te .. !ª-~-r.:~!e.~~-gri_~~--d-~ __ \él . Per.§.QD~ .-c;Qn¡. él. La relación existente entre el homlJre y el ambiente codetermina cuál de las reacciones de las que aquél es capaz será empleada en este proceso, y también cuál de ellas habrá de predominar. Ya están implícitas en este punto las potencialidades y las limitaciones fácticas de los procesos de adaptación. 1 ["Armonización" (fitting In} traduce el alemán Elnpassung. Tf' 43 ) 1 1 1.l.: ¡ ¡ ¡11 1 . I ' 1 1 1• ' ¡! 1 !" 1 I ! 1 ¡ ¡...:i ""~-~,&.,,,Qi!i!.'WWWEW~'"""11>M.'l"·'·""''l'f'''""""",,,...,.- !. - . • ·~_:.r . ·-' , _:...í.".e;i¡",\ Ji@ ,ij - .. ,;(i.; ) ) ) ) ) ) ) He indicado que con frecuencia, procesos bien co- nocidos se ven bajo una nueva luz cuando se los con- sidera desde el punto de' vista de-la adaptación. La función de una conducta al servicio de la adaptación debería diferenciarse de sus otras posibles funciones, e incluso, a menudo de su propia génesis. Por ejem- plo, el interrogante acerca de cuál es el logro adapta- tivo de los ·movimientos expresivos debe distinguirse de la pregunta "¿cómo se producen los movimientos expresivos?"; de modo análogo, la función de la an- gustia como reacción biológica indispensable ante elpeligro -según Freud (1926b)- debe distinguirse de su ontogénesis en el individuo. En muchas otras ins- tancias es precisamente esa relación con la ontogenia o la filogenia lo que se convierte en el problema. 11 Aquí debemos tener ~ª1.:I!!?.iéf!_J>r:esente g_Lfonóm!?DP. i; 1 ,,-~c:I~ll~~~!.!!_bj9~Qe:~füñ~i_9_ij_~ G!!Y.2_Pª peLen..Ja .vida-mental- !:' ( ~- P~r.!i~ula!_~~:i~_e ___ ~~ e!_ 1~~ª_rr.Q!.!o .. _q'?J .. yo .. parece_muy_ l . . 1mportañle, y aetras o~l_cµ¡:iJ, _glJ_Jérminos genéticos, . :' .. -~,\ _ . .b.~Y~ sie~~~~~!:I~: t~~~? de hi_storia __ I:>~~i-~ularr:nente_Jn_te.:. 1· ( . , .·1'1 1 ~~nt~:\ r::~,.-~or:cepC1ón~deLc_arnblo._de_fonción-es-b1en_-._ · 11 , ]''' \ conoc1~ªª. ' eQ ps1c.o.anális1s: "una forma . de_ conducta _que_ · ~ . ) se origina en cier.to.-dominio_.de -la vida puede,·-en.....el . ¡¡ , ~urso del desarrollo,. : a~arecer eq ~n -?omini<J .Y. : · ~~ ~m \] 1 1 pap_~l __ enteramente .. d1s.tm. to·s· · -~~.·.Unaachtud que ·ong. m.al- : \ mente surgió.''á.Lservicio deJa '..defensa contra fiJJh impul- 1 so instintivo; con .. ei"°curso 'del tiempo puede·. ~ . conver- '' i! la· i . tirse ·eri ·una estructura ·independiente, en cuyo caso el 2 !Las consideraciones que presentamos aquí conducen al concepto de "autonomía secundaria del yo". Véase "Comments on the Psychoanalytic . Theory of the Ego", The Psychoanalitlc Study of the Child, 5:74-96, Nueva York, lntematlonal Universities Press, 1950; 'The Mutual lnfluences in the Development of Ego and Id'', The Psychoana/ytlc Study of the Chlld, 7: 9- 30, Nueva York, lntemational Unlversities Press, 1952, y "Notes on the 1l1eory of Sublimation", The Psychoanalytlc Study of the Chlld, 10: 9-29 , Nueva York, lntematlonal Unlverslties Press, 1955]. 44 ~- · ;/:~ ) ) ) ) ) . impulso · se '::':limita ~ a · activar- ese ;aparato automatizado· (más adelante volveremos sobre esto) / peró; ·: erda::, rne· dida~ .. en.,_qúe"'la.~ autornatiz~dqff~·no ' sea·: contrariada,, ~.no . --\ deterrrii1ia;Jos.: .: deta.U~s:;'.c!.~FsGT'accfón~:: uri aparato tal;- como estructura relativamente indepeñaienW7'-Plféae~ ~rñf->e~ ~iilti-=:iifias -: fiiridO.ñ.~_$.:J~i9a.nta<;1ón;::sJ.rt:.· "fésís 1 ·et_ceteraj_¡ _ _ta,.m\:).i_g.D~.puede-~y,..desde . eLp.unto . dé vista genético esto tiene una importancia aun may<?_r:-::- atravéSJ;I~_Uñ::C:atñbio:ae.:füñcion;:~déjat-:.de::ser~i.ü:i:me.: ... _, -·m0-~;i'convertirse ~!lllnª_me1ª-RQ.L9.~~~hq_~P..Iº-Pi.o . ..9 Es- cribir una historia psicoanalítica oel desarrollo de "metas" dsde este punto de vista sería un esfuerzo provechoso. El problema del cambio de función tiene también un aspecto técnico, pero aquí no me detendré en él. La adaptación puede producirse en virtud de cam- bios que el individuo realiza en su medio (empleo de herramientas, tecnología en el más amplio sentido de la palabra, etcétera), así como a través de .cambios , apropiados en su sistema psicofísico . En este punto es oportuno señalar los conceptos freudianos de cam- bio aloplásticÓ y autoplástico. . ·. Los animales también cambian su ambiente en for- ma activa y con algún propósito; por ejemplo, cons- truyendo nidos y guaridas. No obstante, hay una am- plia gama de adaptaciones aloplásticas que sólo están al alcance del hombre. Puede haber involucrados aquí dos procesos: las acciones hu~~I!-ª~--é:\.@_pJ:qn _~Lam9iente . aJas.iunGio~ liüñran-ª0-9S.~P1=1_g_~LJ~J , .,~-~L.h~rri~~_T)q,_se~ . ~ctª pJ.a..Jse: cünfüfriamente) al ambiente gue él ª.Yl!dó a . crear; -AJ5'reñaeta-acfila.ra1üf.>1ásticainente-es .. pQ.!J:~ñ; -· ---·--- - ~- --~· . . ' ........ ·; .. -... , .. ~, . .._.,,.- •, ........ , ..... ~·-...,,.-~- ··· .... ..,.- ....__.......--.-' 3 !Una discusión adicional de las funciones psicológicas de las metas, puede verse: "On Rational and lrratlonal Actlon", en Psychoanalysls and .the Social Sciences, 1:359-392, Nueva York, lnternational Universities Press, 19471. 45: ) ) ' ) f 1 1 1 v I ~. _.. i,. __, /~. ~ .)4' / ' ~. : )J ¡ (< ! ¡ ; 1 1 : 1 ! 1 ¡J 1 1 1 ;¡ 1 ¡j : I· ;l 1¡ il 'J ,. 'I ) ) ·~: ) ) ) ) ) ) ) de las principales tareas del desarrollo humano; _ sin -emDá.'úi9: ia--acCl6ñ:a1oplástiCit én _realidad _no es siem- -· pre-- adaptativa, y .. la .acción. aut9plás1i_c_q,_.Qo .. ~iempr_~ _ s;a-::~ ··rece· de __ valor .paraJa _. adaptaciónA Con fres;g~ncia._es '". _ ·-una .. función superior _ del yo la que dec.ide si una ac_: .. -c:mn- aloplástiéá --·o ··aufoplfisHca···r:esiilfa-·o·-ri0-· adecuada ~· 3¡:a- üñ·a·sifüaciórCélada· ··· - ~ · en _ üíiO-" ü '"ótro · casó ---a:·· ~ - -·· fravés"'dequé - 'aite~ación e~p!cif i~~ ' iü"és::::::~~-~- ~ .... .! .~-~ ------pefo-·ae -hech0·-fambién · 10s·-n-npulSos instintivos y los factores relacionados con ellos desempeñan un papel. Además, la elección de los medios preferidos de adaptación puede también describirse con trazos gruesos en términos tipológicos (Kretschmer, 1921; Jung, 1920). Una tercera forma de adaptación, no to- talmente independiente de las formas autoplásticas y aloplásticas ni idéntica a ellas, consiste en la elección de un nuevo ambiente ventajoso para el funcionamien- to del organismo. Parr atribuye un papel crucial a esta forma en su teorla de la "adaptogénesis". Ya he seña- lado que hallar un ambiente nuevo, ventajoso, es algo que tiene la mayor importancia;· en particular en la adaptación humana. La adaptación individual -nuestra única preocupa- ción hasta el momento- puede chocar con la adapta- ción de la .especie. En la época de crianza, otras "es- feras funcionales" (UexkUll, 1920) retroceden y el indi- viduo pasa a estar desvalido ante el ataque. Algunas especies sobreviven gracias a su fecundidad, mientras que sus individuos están pobremente dotados para la autoconservación. Muchas especies hacen un des- pliegue de ayuda mutua; en ellas la adaptación de la especie y la autoconservación individual se ensamblan y complementan claramente. De modo que, la adapta- ción del individuo y la de la especie son con -frecuen- cia, aunque no siempre, incompatibles. En la sociedad 46. ) ) ) ) ) ) ) humana existen condiciones análogas, y ·el psicoa- nálisis tiene que tomarlas en cuenta cuando aborda cuestiones sociales. Al establecer metas terapéuticas, los intereses del individuo por lo general prevalecen sobre los de la sociedad, pero esto no seguirá siendo válido cuando ampliemos nuestro punto de vista para incluir las necesidades de la sociedad. A la inversa, \ / · las caracterlsticas naturales de un individuo que no coinciden con sus propios intereses, etcétera; pueden ser importantes para la sociedad. Esto es por cierto verdadero para las sociedades existentes; bien pode- mos dejar sin responder el interrogante de si seguirá siendo valedero para todas las formas ideales de la so- ciedad. Es posible que aún no apreciemos acabadamente hasta qué punto es fructlfero el hecho de que los ci- mientos sobre los qué Freud construyó su teorla de la neurosis no sean "especificamente humanos" sino "biológicos generales", de modo que para nosotros las diferencias entre el animal y el hombre (sea que se las caracterice en función de la acción inteligente, del lenguaje, del empleo de herramientas -o de lo que fuere) son relativas. Examinemos algunas de esas dife- rencias relativas y consideremos su gravitación en el problema de la adaptación. Freud (192.6.bL.realizó un significativo aporte a _ la res2Géita~cuando .. ~numer6 ' 165"' -tres ··1adores · sobresaHeñtes -qyg __ ~'de_sern_pgri"añ-ün. ·pa~- - pel -en-·léC.tausacióh' Sfe ~ Jas-:ñeurosis. y .han:. cr.~~~-Q_Jª-5, .. -cóiidlcióñef 'eri ' lás-·cuales las fuerzas de la mente son -gnirentadas:eñfiuJ~;li3~g~T:39):· "1a "i5rolongada: -- 1nt1e-=· ...-fensión y dependencia del niño, erperioélo~tl~-¡afünCia v-·el- hecha ·de "qüe"·er·yo- ~:d:eJiª)_rafar-·ºciertos-- impi.ilso.s. . .:.. instintiVQs~.comR~i>élígr:65.:~ Freúd ~car-acteriióaüoo_ de,._ -ralesJ~cton~-~.sgmo.~biológiGü;.::a:otro·: 'cümCi]lf.~9~D-~ti~ -· co y al tercero con10. pu~amente- -·psicolégico~ ,, . · ___ ... _____ .. ____ _ --------- - " ' 47 ) ) ) '¡ ) El antagonismo intrínseco del yo en relación con los impulsos instintivos, descripto por Anna Freud (1936), asi . como el hecho de que sea generalmente posible que los impulsos, una vez inhibidos, ayuden a la adaptación, también pueden ser temas pertinentes para este estudio. Probablemente ninguno de esos factores sea exclusivo del hombre. Por ejemplo, en to- dos los animales superiores se puede demostrar que existe alguna demora en el desarrollo de su indepen- dencia; Freud (1915b, pág. 121) atribuye también a otros organismos una diferenciación entre yo y ello; igualmente existen algunas indicaciones de la presen- cia de un período de latencia en los monos (Hermann, 1933). No obstante, el hecho de que todos estos fac- tores estén especialmente pronunciados en el hombre no puede ser pasado por alto. Para nosotros tiene una particular importancia que la prolongada indefen- sión del niño esté relacionada con el hecho que de que el hombre adquiere por la via del aprendizaje una parte esencial de sus procesos adaptativos. Aunque el recién nacido humano no esfá privado de toda "do- tación instintiva" 4 (por ejemplo, puede succionar, tra- gar, cerrar los ojos ante una estimulación lumínica, llorar), ni de un equipo innato adicional (impulsos ins- tintivos y aparatos yoicos) que en gran parte sólo ma- dura más tarde, subsiste el hecho de que, en compa- ración con otros animales, la "dotación instintiva"S que el recién nacido tiene lista para su uso es extremada- mente pobre. En su prolongada indefensión el niño depende de la familia, es decir de una estructura so- cial que cumple aquí -como en todos los casos- también funciones "biológicas". Desde el punto de ';;f#.t;1ii~,.i'!'tl'; 4 [El término "Instinto" (instlnct) se utiliza en el sentido de la psicología animal; vierte la voz alemana lnstlnkt. El término psicoanalítico Trleb es traducklo aquí como "impulso instintivo" (lnstlnctual drive) .T.J 5 !Véase la nota 4.T.] 48 '.-f~i: .; ..... -i;;r-~ .. - - :~: ) vista de los padres, · el cuidado de los jóvenes es uh caso de "finalidad altruista" (Becher), pero natural- mente esto no es algo definitivo e irreductible. Bolk (1926) considera que la prolongada depen- dencia del niño (y la formación de la familia, relaciona- da con ella) es resultado de un "retardo" general del desarrollo en el hombre. Según él, el hombre madura lentamente, tiene una madurez prolongada y una seni- lización retardada. La concepción de Bolk del retardo está relacionada con su bien conocida '.'hipótesis de la fetalización". Bally (1933) ha demostrado convincente- mente que el prerrequisito del aprendizaje mediante el juego es un estado en el que "la alimentación y la pro- tección contra los enemigos" están aseguradas; su in- tento de hacer derivar la filogénesis de la mente huma- na de la evolución del aparato motor lo llevó a creer que el cuidado parental prolongado es una de las causas de esta evolución. El hecho, destacado por Anna Freud, de que para el niño pequeño el mundo externo sea un aliado po- deroso contra sus impulsos instintivos está también relacionado con el cuidado parental extensivo. Los procesos de adaptación son influidos tanto por la constitución como por el ambiente externo, y más directamente determinados por la fase ontogenética del organismo. Este factor histórico-evolutivo del pro- ceso de adaptación ha sido particularmente subrayado por el psicoanálisis. La expresión "base reacciona! histórica" (Driesch, 1908) parece aquí aplicable. El hombre no armoniza con su ambiente empezando desde cero en cada ge- neración; su relación con el ambiente está asegurada -más allá de los factores de la herencia~ por una evolución peculiarmente humana, especialmente por la influencia de la tradición y la supervivencia de las 49 ) 1 il' 11 r¡ I¡ 1 ·1 ) ) ) ) ) . ) ) obras de la humanidad. Tomamos de los otros (pro- totipos, tradición) muchos de nuestros métodos para resolver problemas (Bemfeld [1930] examinó este tema en relación con un problema especial, y Laforgue [1937] recientemente lo investigó en detalle). Las obras humanas objetivan los métodos descubiertos para resolver problemas, y de esa manera se convierten en factores de continuidad, de modo tal que el hom- bre, por así decirlo, vive tanto en generaciones del pa- sado como en Ja suya propia. Así surge una red de identificaciones y de formaciones de ideales que posee una gran importancia para las formas y modos de adaptación. Freud (1932) ha señalado el importante papel que el superyó desempeña en este proceso: " ... él se convierte en el vehículo de la tradición y de to- dos los valores de larga data, y los transmite de ge- neración en generación" (pág. 95). Pero también el yo tiene su parte en la construcción de la tradición. El que tales métodos tradicionales de solución sean rígidos o modificables depende de muchos factores in- dividuales y sociales. Sabemos que en las sociedades primitivas tienden a ser rígidos. ¿Cuál es la estructura del mundo externo a la que se adapta el organismo humano? En este punto no podemos separar las concepciones biológicas de las sociales. No quiero entrar en el campo de las posibles analogías con la vida social de los animales. Las pri- meras relaciones sociales del niño son asimismo deci- sivas para el mantenimiento de su equilibrio biológico. Por esta razón las primeras relaciones objetales del hombre constituyen nuestro principal interés en psi- coanálisis. Así, la tarea del hombre de adaptarse al hombre está presente desde el inicio mismo de la vida. Además, el hombre se adapta a un ambiente que en parte no, pero en parte sí, ya ha sido moldeado por 50 ¡-au·-_¡r:;¡ ) ') ) ) sus congéneres y por él mismo. El hombre no sólo se adapta a la comunidad sino que también participa ac- tivamente en la creación de las condiciones a las cuales debe adaptarse. El ambiente del . hombre es moldeado cada vez más porerfü>iñofo -mismo:'· En co·n~~~ seciieñtía:~ ia~~a~P:faCTón=.crucial:::del:lio.iñ:Eii:i_~;:ía adaptaCión···a" ia estruc.tµr,a~.SPC\al,_y_, d.ebe ... colaborar- efi:"º -su.cóñsfruc«:róñ:~~Estª·-~ª-QªR.tªcP.rLPµ~µ_'i?JS'!.Lvista_eo.. varios de sus aspectos y _dgs,qe_ .ciiver,!>,!)~_ á);lg1,tL<?s; aquí ños"'estaiñós- ceiifrando en el hecho de que 13 esfrüC--- ' tura de la sociedAd ;~-~~C J3rüceso-de.la "éliy!$1óñ_<leCira-; ·oájo, y :~.lJµg~.r~-so~ial .de[lñaiViduo:{cCBemfeld;-1-9~1)-., codeterminan.Jas . po~,tb.illdade$_d1;Lªílaptación ... y .. Jam.:_ bién. reg1:Üél.l) .. R.~I~la.!Il}.e!l~g_!~~~J_a..9.9Jªf.ÍQ!LQg __ ,l,psJmpul;:_ "sos instintivos y el desarrollo del yo. La estructura de ··la " socied.ad ::.decide : (en:~ part1cular1.:péio::Tio-::exciüs1~.a:.._ mente, · ·a través . .<:Je . sus __ .efec.tQ~, ,,_~n.J~L~-c:l.ucación)_qu~ formas ·de ·conducta _con~élx.gi.n . c;onJas-mayores .. pr:oba.::._. bilidades ada[>tativas. Cada situación requerirá formas ae-cüríducta· diferentes'" arauñaSiñ~s--~áTTmas menos -"· .. · -.... ................. ,- ........ " .... ... ( _.g ____ ·-·~ -~· .. ·-·-Yv •. . H .... ---· ~ .-~·-·~- -especializadas), diferentes realiza'ciopes,-Jormas:ae--vida -~ li" eqt:1!~Í.gr.lc;is ;~~~t>.odemos:..:refériiriós:a1-hecbo_de_g~ la . -estructura social determinél, .. P.or.Jo_menos .. en _ parj:~,Jas_ - pfbbabiliqades·::aaaptativas._de.~1,ma..for:ma_ par:ticular~de- cond~ctaL.~~Uiza_!_:!g_g _ _!~---~~presión "co_!:!!J~.!él_~encia s~ ciaT'~ acuñad-ª_J?_Qr_ analogía....con..Yomplac.en.C.JlC so- máHca'~ complacencia social es una forma especial aeucuffipfacencia" ambiental que se desprende impll- citamehte del concepto de adaptación. Esta compla- cencia social desempeña un papel no sólo en el desa- rrollo de la neurosis, la psicopatía y la criminalidad 6 !Un examen más detallado, se encuentra en 'The
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