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C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 607 El colon sigmoideo termina en el recto, que se apoya contra el sacro y el cóccix y después se funde con un segmento corto, el conducto anal (fig. 15-1). El recto se extiende desde la unión rectosigmoidea, por delante de la vértebra S3, hasta la unión anorrectal al nivel de la punta del cóccix. El margen externo del conducto anal no está bien delimitado, pero Ano, recto y próstata La serie de Bates ofrece estos recursos adicionales para reforzar el aprendizaje y facilitar la comprensión de este capítulo: ■ Bates. Guía de bolsillo de exploración física e historia clínica, 8.a edición ■ Bates. Guía visual para la exploración física (vol. 14, Genitales masculinos, recto, ano y próstata; vol. 15, Genitales femeninos, ano y recto) ■ Recursos en línea disponibles en thePoint para estudiantes y profesores: http://thepoint.lww.com/ espanol-Bickley_12e Anatomía y fisiología Válvula de Houston Fondo de saco peritoneal Recto Próstata Unión anorrectal Conducto anal Uretra Vejiga Vesícula seminal F I G U R A 1 5 - 1 . Proyección sagital de ano y recto. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 608 B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA su aspecto húmedo y sin vello suele diferenciarlo de la piel perianal circundante. El tono muscular voluntario del esfínter anal externo e involuntario del esfínter anal interno por lo general mantiene cerrado el conducto anal. El esfínter anal interno es una prolongación de la túnica muscular de la pared rectal. Observa con cuidado el ángulo del conducto anal, que sigue una línea aproximada entre el ano y el ombligo. A diferencia del recto, el conducto está inervado de forma abundante por nervios sensitivos somáticos y, si se introduce un dedo o un instrumento mal diri- gido, se producirá dolor. Una línea con forma de sierra que indica la transición de piel a mucosa delimita el con- ducto anal del recto (fig. 15-2). Esta unión anorrectal, a menudo denominada línea pectínea o dentada, también es el límite entre las inervaciones somática y visceral. Se observa con facilidad en la anoscopia o en la exploración endoscópica, pero no puede palparse. Válvula de Houston Recto Unión anorrectal Esfínter anal interno Esfínter anal externo Conducto anal Surco medio Lóbulo lateral Próstata Músculo elevador del ano F I G U R A 1 5 - 2 . Vista coronal de ano y recto que muestra la pared anterior. En el hombre, la glándula prostática rodea la uretra y se ubica adyacente al exterior de la vejiga. La glándula prostática es pequeña durante la infancia, pero su tamaño se quintuplica entre la pubertad y los 20 años de edad. El volumen de la próstata continúa aumentando a medida que se torna hiperplásica (p. 623). Los lóbulos laterales derecho e izquierdo se apoyan en la pared anterior del recto, donde se palpan como una estructura redonda, con forma de corazón y de alrededor de 2.5 cm de longitud. Están separados por un surco medio poco profundo, también palpable. Nota que las áreas anterior y central de la próstata no pueden explorarse. Las vesículas seminales, con forma de orejas de conejo situadas por encima de la próstata, por lo general tampoco se pueden palpar. En la mujer, el cuello uterino suele palparse a través de la pared anterior del recto. La pared rectal contiene tres pliegues internos, conocidos como válvulas de Houston. La más baja a veces puede palparse, por lo general en el lado izquierdo. Casi todo el recto accesible al tacto carece de superficie peritoneal, excepto la parte anterior, la cual puede alcanzarse con la punta del dedo. Puede haber dolor a la palpación por inflamación del peritoneo o pre- sencia de nódulos si hay metástasis peritoneales. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org ANAMNESIS C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 609 En otros capítulos se han tratado muchos síntomas relacionados con la región anorrec- tal y la próstata. Para resumir de forma breve, se debe preguntar si se ha presentado algún cambio en los hábitos intestinales, el tamaño o el calibre de las heces; diarrea o estreñi- miento; o cualquier color anómalo de las evacuaciones. Véase la revisión de estos sínto- mas en las pp. 459-460, así como el interrogatorio sobre la presencia de sangre en las heces, que va desde las deposiciones negras (melena) hasta las deposiciones rojas (hematoque- cia) y la emisión de sangre roja por el recto (rectorragia). Pregunta también por la aparición de moco. ■ No olvides que debe preguntarse acerca de los antecedentes personales y familiares de pólipos en el colon o de cáncer colorrectal. ¿Hay antecedentes de EII? ■ ¿Siente dolor al defecar?, ¿prurito?, ¿presenta dolor intenso en el ano o en el recto?, ¿hay alguna secreción mucopurulenta o sangrado?, ¿alguna ulceración?, ¿ el paciente practica el coito anal? ■ ¿Hay antecedentes de verrugas o fisuras anales? Anamnesis Signos y síntomas frecuentes o preocupantes ● Cambios en los hábitos intestinales ● Sangre en las heces ● Dolor con la defecación; rectorragia o sensibilidad ● Verrugas o fisuras anales ● Disminución en la fuerza del chorro urinario ● Ardor al orinar ● Sangre en la orina Véase la tabla 11-4, “Estreñimiento”, p. 494, y la tabla 11-5, “Heces negras y sanguinolentas”, p. 495. Los cambios en el calibre de las heces, en particular las deposiciones finas como un lápiz, pueden advertir sobre cáncer de colon. La sangre en las heces puede provenir de pólipos, carcinoma, sangrado gastrointestinal o hemorroi- des; el moco podría acompañar al ade- noma velloso, las infecciones intestinales, la enfermedad inflamato- ria intestinal (EII) o el síndrome de colon irritable (SCI). Las respuestas afirmativas a estas pre- guntas indican mayor riesgo de cán- cer colorrectal y la necesidad de ampliar los estudios (véase el capí- tulo 11, “Recomendaciones para la detección sistemática”, pp. 468-470). La proctitis puede manifestarse con dolor anorrectal, prurito, tenesmo, secreción o sangrado proveniente de una infección o un absceso rectal. Las causas incluyen gonorrea, clamidia, linfogranuloma venéreo, coito anal receptivo, ulceraciones por herpes simple y chancro de sífilis primaria (véase la tabla 13-1, “Enfermedades de transmisión sexual de genitales masculinos”, p. 557). El prurito en pacientes más jóvenes puede deberse a oxiuros. Las verrugas genitales pueden origi- narse por virus del papiloma humano (VPH) o tratarse de un condiloma plano de la sífilis secundaria. Las fisuras ana- les aparecen en la proctitis y la enfer- medad de Crohn. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 610 B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A PROMOCIÓN Y ASESORAMIENTO SOBRE SALUD ■ En los hombres, revisa el patrón miccional (p. 462). ¿Tiene el paciente alguna difi- cultad para empezar a orinar o para contener el chorro de orina?, ¿el chorro es débil?, ¿orina con frecuencia, en particular por la noche?, ¿hay sangre en el semen o la orina, o dolor durante la eyaculación? ■ Además, ¿en los hombres ha ocurrido un inicio súbito de síntomas de irritación de las vías urinarias (polaquiuria, urgencia, dolor o ardor al orinar), lumbalgia, dolor en la región perineal, malestar general, fiebre o escalofríos? Estos síntomas genitourinarios sugie- ren hiperplasia prostática benigna (HPB) o cáncer de próstata, en especial en hombres mayores de 70 años.1 La escala de síntomas de la American Urological Association (AUA) ayuda a cuantificar la gravedad de la HPB y es una guía para tomar decisiones tera- péuticas. Véase la tabla 15-1, “Índice de síntomas de la hiperplasia prostática benigna de la American Urological Association”, p. 620. Estos síntomas indican una posible prostatitis aguda. Promoción y asesoramiento sobre salud: evidencia y recomendacionesTemas importantes para la promoción y el asesoramiento sobre salud ● Prevención y detección del cáncer de próstata ● Prevención y detección del cáncer colorrectal ● Asesoramiento sobre enfermedades de transmisión sexual (ETS) Prevención y detección del cáncer de próstata. El cáncer de próstata es el carcinoma no cutáneo que se diagnostica con mayor frecuencia en Estados Unidos y constituye la segunda causa de muerte por cáncer en hombres (fig. 15-3).3 La aparición de la prueba de detección del antígeno prostático específico (APE) al final de la década de 1980 se ha relacionado de manera considerable con un mayor número de hombres diagnosticados con cáncer de próstata: para el año 2000, casi el 60% de los estadounidenses se habían realizado la detección del APE,4 y el riesgo en el curso de la vida de recibir el diagnóstico de cáncer de próstata aumentó del 9% en 19855 al 15% en 2011.6 Sin embargo, el riesgo de muerte por este diagnóstico a lo largo de la vida se ha mantenido en alrededor del 3%.6 La figura 15-4 muestra la incidencia de cáncer de acuerdo con la edad y las tasas de mortalidad con base en los datos del Surveillance Epidemiology, and End Results (SEER)6 del National Cancer Institute.6 Factores de riesgo. Los principales para el cáncer de próstata son edad, pro- cedencia étnica y antecedentes familiares. Algunas pautas sugieren enfocarse en lo hombres con riesgo alto para la detección temprana.7,8 F I G U R A 1 5 - 3 . Conversa sobre la detección del cáncer de próstata. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org PROMOCIÓN Y ASESORAMIENTO SOBRE SALUD C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 611 Año 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 250 200 150 100 50 0 Ta sa p or 10 0 0 00 h om br es Incidencia Mortalidad F I G U R A 1 5 - 4 . Tasas de incidencia y mortalidad por grupos de edad del cáncer de próstata en Estados Unidos de 1975 a 2012. Factores de riesgo para el cáncer de próstata ● Edad. Este cáncer es infrecuente antes de los 40 años de edad; sin embargo, las tasas de incidencia comienzan a incrementarse de forma rápida después de los 50 años.6 La edad promedio de diagnóstico es de 66 años. ● Procedencia étnica. La población negra tienen las tasas más altas de incidencia y mortali- dad por cáncer de próstata en Estados Unidos e incluso se encuentran entre las mayores en el mundo.6,9 En comparación con la población de hombres blancos, un porcentaje más alto de hombres negros se diagnostica con cáncer de próstata antes de los 50 años de edad; tienen, además, mayor probabilidad de acudir en un estado avanzado de cáncer, incluso después de conseguir el acceso a los servicios de atención médica.10,11 ● Antecedentes familiares. La genética parece tener una participación importante en el riesgo de padecer cáncer de próstata. Para los hombres con un familiar en primer grado afectado, a saber, padre o un hermano, el riesgo de desarrollar cáncer de próstata aumenta dos veces; para aquellos con dos o tres familiares en primer grado afectados, el riesgo aumenta 5-11 veces.12 Las mutaciones de BRCA1 y BRCA2 también parecen agregar un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata.13 ● Otros factores de riesgo. Aunque los datos son menos convincentes, otros factores de riesgo potenciales incluyen la exposición al Agente Naranja entre los veteranos de Vietnam, las dietas con gran contenido de grasa animal, la obesidad y el hábito tabáquico.14-16 Sin embargo, la HPB, una manifestación frecuente en hombres de edad avanzada, no es un factor de riesgo para el cáncer de próstata. Prevención. La prevención primaria tiene como objetivo reducir la carga de la enfermedad mediante intervenciones que previenen la aparición del cáncer. No hay prue- bas convincentes de que cualquier modificación en el estilo de vida, como el consumo de dietas con abundantes frutas y verduras o aumentar la actividad física, pueda prevenir el cáncer de próstata. Algunos estudios grandes han evaluado la quimioprevención (dar un medicamento o suplemento dietético) para prevenir la generación de este padecimiento. Los fármacos finasterida y dutasterida, inhibidores de la 5α-reductasa (5-ARI), impiden https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 612 B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A PROMOCIÓN Y ASESORAMIENTO SOBRE SALUD la conversión de testosterona a la más potente dihidrotestosterona, reducen el tejido pros- tático y se utilizan para tratar a los hombres con HPB.1 Debido a que las hormonas mascu- linas se asocian con cáncer de próstata, el tratamiento con 5-ARI se ha considerado como quimioprofilaxia para el cáncer. Los estudios clínicos controlados aleatorizados han demostrado que tomar estos medicamentos disminuye el riesgo de cáncer de próstata en casi el 25%, una disminución absoluta de alrededor de cinco puntos porcentuales.17,18 Sin embargo, estos fármacos también se relacionaron con un mayor riesgo de padecer cánceres de próstata más agresivos. Como consecuencia, la Food and Drug Administration de Estados Unidos ha emitido normas contra la comercialización de estos medicamentos para prevenir el cáncer.19 Un extenso estudio clínico aleatorizado, controlado con placebo, del antioxidante vitamina E y el micronutriente selenio no pudo demostrar que estos com- puestos protejan frente al cáncer de próstata.20 De hecho, los hombres que toman vita- mina E tienen un riesgo ligeramente aumentado de generar este tipo de cáncer.21 Detección precoz del cáncer de próstata. Otra estrategia clave para reducir el agobio de la enfermedad es la detección oportuna, también conocida como pre- vención secundaria. La detección oportuna del cáncer de próstata significa ofrecer pruebas diagnósticas, como la cuantificación de APE o el tacto rectal (TR), a los hombres sin signos o síntomas de cáncer de próstata. Si el APE está fuera del rango normal (por lo gene- ral una concentración > 4.0 ng/mL) o el TR es anómalo (debido a un nódulo palpable, un área de induración o asimetría), entonces los pacientes se derivan para que se realice el estudio diagnóstico convencional (la biopsia de próstata). De modo ideal, la detección temprana permite encontrar a los cánceres en una etapa incipiente, de manera que se puedan ofrecer tratamientos curativos intensivos, como cirugía o radiación. Sin embargo, las pruebas de detección temprana del cáncer de próstata no son muy precisas, por lo que los programas de detección oportuna han generado controversia. Pruebas de detección precoz del cáncer de próstata: antígeno prostático específico y tacto rectal Antígeno prostático específico. El APE es una glicoproteína que producen las células epiteliales de la próstata, cuyos valores pueden aumentar por cáncer, pero también por HPB, infecciones prostáticas o por eyaculación; por lo tanto, los resultados pueden ser falsos positivos. Casi 12 de cada 100 hombres tienen análisis de detección de APE con resultados mayores de 4 ng/mL, pero sólo el 30% de ellos tendrá cáncer de próstata en la biopsia (el valor predictivo positivo).7 En general, al utilizar un valor de referencia para APE de 4 ng/mL para definir los resultados anómalos, sólo se detecta el 21% de este tipo de cáncer (sensibilidad), aunque corresponden al 51% de los cánceres agresivos, con base en el aspecto microscópico de las células cancerosas. La especificidad asociada es del 91%, que es la proporción de hombres sin cáncer de próstata con una prueba normal. Se han propuesto numerosas modificaciones al APE para aumentar su precisión, incluida la medición de cambios a lo largo del tiempo (velocidad), la proporción del APE que no está unida a proteína (libre) y la densidad del APE (con base en el volumen de la próstata), así como el ajuste del límite de alteración, con base en la edad del paciente o la pro- cedencia étnica. No obstante, ninguna de estas modificaciones ha demostrado mejorar los resultadosy las guías publicadas no las recomiendan. Tacto rectal. Con éste se buscan anomalías palpables como nódulos, endurecimientoss o asi- metrías en las áreas periféricas posteriores y laterales de la glándula prostática más cercanas al dedo examinador; el TR no puede detectar cánceres en las regiones anterior y central de la glándula; su sensibilidad es del 59% y su especificidad del 94%.22 Se estima que el 28% de los hombres con datos anómalos del TR tendrán cáncer de próstata en la biopsia (valor predictivo positivo). Sin embargo, la mayoría de los cánceres de esta glándula detectados durante el TR ya se ha extendido más allá de la próstata, lo cual los hace muy difíciles de curar.23 Asimismo, el TR no produce datos muy reproducibles (calificación kappa baja); incluso los urólogos tie- nen dificultades para ponerse de acuerdo entre sí sobre si un TR es o no anómalo.24 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org PROMOCIÓN Y ASESORAMIENTO SOBRE SALUD C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 613 Evidencia sobre la detección precoz. La detección precoz del cáncer de prósta- ta ha sido muy controvertida. Algunas organizaciones de profesionales comenzaron a recomendar la detección sistemática con el APE a principios de la década de 1990,25,26 aunque, como lo señaló el Preventive Services Task Force (USPSTF) de Estados Unidos, no hay suficientes pruebas de que la detección sistemática reduzca la mortalidad por cáncer de próstata.27 La prueba más sólida que apoya la detección precoz proviene de estudios que distribu- yeron de forma aleatorizada a los sujetos para aplicar o no este procedimiento; después se hizo el seguimiento de estos grupos durante muchos años para saber si la detección disminuye la mortalidad por cáncer de próstata. Se realizaron dos estudios importantes: el European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer (ERSPC)28 y el Prostate, Lung Colorectal, and Ovarian Cancer Screening Trial (PLCO),29 para evaluar la eficacia de la detección sistemática. Sin embargo, los resultados del estudio, informados por primera vez en el 2009, tuvieron datos contradictorios. El ERSPC, que asignó de forma aleatorizada a más de 160 000 hombres de 55-69 años de edad en siete países europeos para recibir la prueba de detección del APE sola cada 2-4 años o ninguna prueba de detección, encontró que la prueba redujo un 20% la mortalidad por cáncer de próstata.28 Sin embargo, la disminución del riesgo absoluto fue de 0.7 por 1 000, es decir, 1 400 hombres necesitaron las pruebas de detección dos veces en 9 años (y haber detectado 48 cánceres) para prevenir una muerte por cáncer de próstata. Una actualización reciente después de 13 años de seguimiento informó que el número de hombres que requieren una evaluación y la cantidad de cánceres que deben detectarse para prevenir una muerte por cáncer de próstata habían disminuido a 800 y 27, respectivamente.30 Sin embargo, el grupo de detección del ERSPC también tuvo un riesgo mayor del 70% de recibir el diagnóstico de dicho cáncer. Esto es preocu- pante porque la evidencia sugiere que el 42-66% de los cánceres que se detectan mediante APE se sobrediagnostican, lo cual significa que nunca tendrán el problema el resto de su vida.31 Sin embargo, la mayoría de los pacientes con cáncer identificado durante la detección sistemática reciben tratamiento quirúrgico o con radiación;32 esto con frecuencia provoca complicaciones, como disfunción eréctil, incontinencia urinaria y problemas intestinales que afectan de manera adversa la calidad de vida.33 La PLCO asignó de forma aleatorizada a más de 75 000 hombres estadounidenses de 50-74 años para la detección sistemática tanto con APE como con TR o a un grupo con- trol sin pruebas de detección.29 Este estudio encontró que no hay ningún beneficio en la supervivencia para la detección después de 13 años de seguimiento, aunque el grupo con pruebas de detección tuvo un riesgo aumentado del 12% para el diagnóstico de cáncer.34 Sin embargo, la validez de los resultados de la PLCO se ha puesto en duda porque muchos de los pacientes reclutados ya habían sido examinados antes de que comenzara el estudio, una proporción sustancial de los hombres en el grupo de controles también tuvieron una evaluación durante el estudio, y se realizó biopsia sólo en una fracción del grupo de hombres con resultados anómalos en las pruebas con APE.35 Pautas de detección precoz de las principales organizaciones. Las principa- les organizaciones profesionales, incluyendo la USPSTF,33 la American Cancer Society (ACS)7 y la AUA,8 publicaron pautas en los últimos años que se resumen más adelante. El USPSTF emitió una calificación de grado D para la detección precoz del cáncer de próstata, con recomendación de no realizarla en hombres asintomáticos sin importar su edad, procedencia étnica o antecedentes familiares. El USPSTF llegó a la conclusión de que los daños por la detección superan los beneficios. Las otras organizaciones alientan a los prestadores de servicios de salud a dirigir la detección por el riesgo promedio del https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 614 B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A PROMOCIÓN Y ASESORAMIENTO SOBRE SALUD paciente a partir de los 50 o 55 años de edad. Se indica que los prestadores del ser- vicio deben apoyar la toma de decisiones compartida, porque las decisiones sobre detección del cáncer son muy sensibles a las preferencias del paciente con respecto al beneficio potencial y los daños de la detección sistemática. Si el paciente está de acuer- do con el proceso de detección, se recomienda la prueba de APE cada 1 o 2 años; el TR se considera opcional. Los médicos deben dejar de ofrecer la detección cuando los pacientes alcanzan la edad de 70 años, o cuando su esperanza de vida es menor de 10 años. Es posible ofrecer la detección a los 40 o 45 años de edad en los hombres con alto riesgo de cáncer (de población negra y aquellos con antecedentes familiares de cáncer de próstata). Pautas para la detección precoz del cáncer de próstata American Urological Association8 American Cancer Society7 United States Preventive Services Task Force33 Tomar la decisión compartida Sí Sí (si es necesario, se solicita ayuda para la toma de decisión) Sí (cuando el paciente solicita la detección) Edad para empezar a ofrecer la detección Riesgo medio Alto riesgo 40 años 40 años 50 años 40-45 años Ninguna recomendación Edad para dejar de ofrecer la detección Esperanza de vida < 10 años Esperanza de vida < 10 años Ninguna recomendación Estudios de detección APE TR (opcional) APE TR (opcional) Ninguna recomendación Frecuencia de la prueba de detección Cada año Cada año (cada 2 años cuando el APE es < 2.5 ng/mL) Ninguna recomendación Criterios de referencia para la biopsia APE ≥ 4 ng/mL Datos anómalos del TR Evaluación del riesgo individualizado para valores de APE de 2.5-4 ng/mL Ninguna recomendación Abreviaturas: APE, antígeno prostático específico; TR, tacto rectal. Toma de decisiones compartida. Ayudar a los pacientes a tomar decisiones infor- madas sobre la detección puede ser un desafío debido al tiempo limitado del prestador de servicios de salud para conversar acerca de estos asuntos. La ACS recomienda como estrategia utilizar los apoyos para la toma de decisiones sobre detección del cáncer de próstata, que pueden proporcionarse con antelación a la consulta clínica.7 Los apoyos para tomar decisiones son herramientas educativas que proporcionan hechos sobre el cáncer de próstata, revisan las opciones para la detección precoz y el tratamiento, ex- plican el significado del valor de los resultados para el paciente y orientan acerca de la detección con un profesional de la salud. Los estudios han demostrado que el empleo de apoyos para la toma de decisiones aumenta el conocimiento de la enfermedad, reduce la incertidumbre sobre la toma de decisionese incrementa el compromiso en este proceso, aunque el efecto sobre la obtención de la prueba ha sido variable.36 A continuación, se puede consultar una lista de los apoyos disponibles en Internet para decidir sobre la detección sistemática de cáncer de próstata. Cuando los prestadores de servicios de salud hablan con los pacientes acerca de este problema de salud, el American College of Physicians recomienda esclarecer las preferencias del paciente y documentarlas en el registro clínico.37 Recursos para la información sobre el cáncer de próstata. Es necesario alentar a los hombres a aprovechar los diversos recursos disponibles que pueden ayudarles a tomar decisiones sobre la detección del cáncer de próstata. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org PROMOCIÓN Y ASESORAMIENTO SOBRE SALUD C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 615 Prevención y detección del cáncer colorrectal. En el año 2008, tanto el USPSTF como un grupo de colaboración multiorganizacional, conformado por el ACS Colorectal Cancer Advisory Group, el U.S. Multi-Society Task Force on Colorectal Cancer y el American College of Radiology Colon Cancer Committee, actualizaron las directrices para la detección precoz del cáncer colorrectal.38,39 Estas directrices se revisan en el capítulo 11, Abdomen, (pp. 469-470), pero a continuación se ofrece un breve resumen. ■ Ofrece a los pacientes con un riesgo promedio de cáncer colorrectal una gama de opciones de estudios de detección que inicien a los 50 años de edad. Pruebas de detección cada año con pruebas de sangre oculta en heces de alta sensibilidad (que incluyan aquellas que utilizan guayacol y pruebas de inmunoquímica fecal), colonoscopia cada 10 años, o sigmoidoscopia cada 5 años (la cual puede combinarse con pruebas de sangre oculta en heces de alta sensibilidad cada 3 años). El grupo multiorganizacional además comparte las opciones de enema de bario con doble contraste o la colono- grafía mediante tomografía computarizada cada 5 años y las pruebas periódicas de ADN fecal.39 Las pautas recomiendan no realizar las pruebas de detección con prue- bas de sangre oculta en heces seguidas por el TR. La detección sistemática debe continuarse hasta los 75 años de edad. ■ Identificar a las personas con un riesgo alto, con base en antecedentes personales de neoplasia colorrectal, o enfermedad inflamatoria intestinal de larga evolución; o antecedentes familiares de neoplasia colorrectal, incluidos los síndromes heredita- rios. Estos pacientes requerirán pruebas de detección intensivas y estudios de super- visión con colonoscopia; la detección sistemática comenzará a temprana edad y se repetirá a intervalos más cortos que para aquellos con riesgo promedio. Asesoramiento sobre infecciones de transmisión sexual. El coito anal coloca tanto a hombres como a mujeres en riesgo de abrasiones perianales y rectales, y de transmisión de la infección por el VIH y otras ETS. Las medidas de protección incluyen abstenerse de conductas de alto riesgo (pp. 547-550), el empleo de preservativos, la vacunación contra hepatitis B y VPH, y una buena higiene. Apoyos para la toma de decisiones sobre la detección precoz del cáncer de próstata ● Pruebas para el cáncer de próstata (Testing for Prostate Cancer, American Cancer Society), 2010: http://www.cancer.org/acs/groups/content/@editorial/documents/ document/acspc-024618.pdf ● Detección de cáncer de próstata: Take Time to Decide, Centers for Disease Control and Pre- vention 2013 (véanse también los sitios en la red para pacientes de la población negra y lati- noamericanos): http://www.cdc.gov/cancer/prostate/basic_info/infographic.htm ● Detección de cáncer de próstata: Should you get a PSA test?, Mayo Clinic: http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/prostate-cancer/in-depth/prostate-cancer/ art-20048087 ● PROSDEX: A PSA Decision Aid, University of Cardiff: http://prosdex.cf.ac.uk/index_content.htm ● Decision Aid Tool: Cancer Screening with PSA Testing, American Society of Clinical Oncology: http://www.asco.org/sites/www.asco.org/files/psa_pco_decision_ aid_71612.pdf Todos los sitios de la red se consultaron el 24 de febrero de 2015. Véase también una revisión más amplia de estas directrices en el capítulo 11, Abdomen, pp. 469-470. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 616 B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN Para muchos pacientes y profesionales de la salud, el tacto rectal no es una parte agrada- ble de la exploración física. Aunque puede causar molestias al paciente, rara vez causará dolor. Puede omitirse el TR en los adolescentes que no tengan alguna molestia relevante. En los hombres adultos de mediana edad o en los mayores es importante para la eva- luación de síntomas relacionados y puede ser parte de la detección precoz del cáncer de próstata. Asegúrate de explicar al paciente lo que puede sentir, incluso presión, posible incomodidad y un suave movimiento lento de tu dedo explorador. Exploración en hombres Posición del paciente. Elegir cualquiera de las posiciones apropiadas para realizar la exploración, con la colaboración del paciente cuando se requiera. Casi siempre, la posición en decúbito lateral (fig. 15-5) resulta eficaz y ofrece una buena visualización de las regiones perianal y sacrococcígea. Algunos médicos piden al paciente que, al estar de pie, se incline hacia delante con la parte superior del cuerpo apoyada sobre la camilla y las caderas flexionadas, aunque esta posición puede parecer menos digna. En cualquier posición, el dedo explorador no puede alcanzar la longitud completa del recto. Técnicas de exploración F I G U R A 1 5 - 5 . Posición del paciente sobre el costado izquierdo. Pide al paciente que se recueste sobre el lado izquierdo con las nalgas cerca del borde de la cama de exploración próximo al examinador. Al flexionar las caderas y las rodillas, sobre todo de la pierna situada arriba, se estabiliza la posición y mejora la visibilidad. Cubre de forma adecuada al paciente con sábanas y regula la luz para tener la mejor visión de las regiones perirrectal y anal. Colócate unos guantes y separa las nalgas del paciente. ■ Inspecciona las regiones sacrococcígea y perianal para buscar masas, úlceras, inflama- ción, exantema o excoriaciones. Es normal que la piel perianal del adulto esté más pigmentada y sea algo más áspera que la piel que cubre las nalgas. Se palpa cualquier zona anómala, percibiendo si hay masas o puntos dolorosos. Si hay sospechas de cáncer colorrec- tal, considera la realización de una endoscopia baja. Las lesiones anales y perianales inclu- yen hemorroides, verrugas venéreas, herpes, chancro sifilítico y carcinoma. Una grieta lineal o un desgarro indi- can una fisura anal producida por heces voluminosas y duras, EII o una ETS. Es importante preguntar si hay prurito anal cuando se observa piel perianal tumefacta, engrosada y con fisuras y excoriaciones. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 617 TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN ■ Exploración del ano y el recto. Se lubrica el dedo índice enguantado; se explica al paciente lo que se realizará, así como que la exploración quizá le provoque una sensación urgente de defecar, pero que eso no ocurrirá. Se le pide que puje como si fuera a defecar. Inspecciona el ano y busca cualquier lesión. ■ Palpación del conducto anal. Cuando el paciente puje, se coloca la yema del dedo enguantado y lubricado sobre el ano (fig. 15-6A). Conforme se relaja el esfínter, se introduce con delicadeza la punta del dedo en el conducto anal, en dirección al ombligo (fig. 15-6B). Si el esfínter se aprieta, se hace una pausa y se tranqui- liza al paciente. Después de un momento, cuando el esfínter se relaje, se continúa. Una masa dolorosa, purulenta y eritematosa, con fiebre o escalofríos,indica un absceso anal. Los abscesos que se tunelizan hasta la superficie cutánea desde el ano o el recto pueden formar una fístula anorrectal obstruida o que exuda. La fístula puede exudar sangre, pus o moco fecal. Considera una anoscopia o una sigmoidoscopia para una mejor visualización. A B F I G U R A 1 5 - 6 . Exploración delicada del conducto anal. A veces, un dolor intenso impide la entrada y la exploración interna. No debe apli- carse fuerza. En vez de ello, se colocan los dedos a ambos lados del ano, se abre con cuidado el orificio y se pide al paciente que puje. Si es posible proseguir sin provocar un malestar excesivo del paciente, observa: ■ Tono del esfínter anal. Por lo general, los músculos del esfínter anal se cierran de manera ajustada alrededor del dedo. El tono, en reposo inicial, refleja la integridad del esfínter anal interno. Para comprobar el tono del esfínter externo, pide al pa- ciente que trate de comprimir el dedo explorador con los músculos rectales. ■ Dolor durante la exploración, si es que lo hay. ■ Induración. ■ Irregularidades o nódulos. ■ Palpación del revestimiento rectal. Inserta el dedo en el recto hasta donde sea posible. Gira la mano en el sentido de las agujas del reloj palpando la mayor cantidad posible del revestimiento rectal del lado derecho del paciente, y luego en sentido contrario para palpar la región posterior e izquierda (fig. 15-7). Busca alguna lesión, como una fisura anal, que pueda explicar el dolor. Un esfínter apretado puede deberse a ansiedad, inflamación o cicatrización. El esfínter laxo se observa en algunas enfermedades neurológicas, como las lesiones medulares en S2-S4, y es un signo de posibles cambios en el esfín- ter urinario y el músculo detrusor. Con- sidera evaluar la sensación perianal. Las causas de una induración pueden ser inflamación, cicatrización o cáncer. Véase la tabla 15-2, “Anomalías del ano, la piel circundante y el recto”, pp. 621-622. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 618 B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN Se busca cualquier nódulo, irregularidad o induración. Para llegar a una posible lesión, se separa el dedo de la superficie rectal, se pide al paciente que puje y se palpa otra vez. ■ Palpación de la próstata. Se gira la mano en sen- tido contrario a las agu- jas del reloj hasta que el dedo explorador llegue a la cara posterior de la glándula prostática (fig. 15-9). Si el examina- dor se aleja un poco del paciente, podrá palpar esta zona con mayor faci- lidad. Explica al paciente que al revisar esta parte de la próstata quizá sienta ganas de orinar. Haz un barrido meticuloso con el dedo sobre la glándula prostática, identificando los lóbulos late- rales y el surco medio entre ellos (fig. 15-10). Se registra el tamaño, la forma, la movilidad y la consistencia de la glándula, y se localiza cualquier nódulo o zona dolorosa. La próstata normal tiene una consistencia gomosa, sin dolor a la palpación y sin evidencia de estar fija a los tejidos subyacentes. Si es posible, se extiende el dedo por encima de la próstata hasta la región de las vesículas seminales y la cavidad peritoneal, y se abarca la pared ante- rior. Nota cualquier nódulo o zona dolorosa a la palpación. Retira con cuidado el dedo explorador y limpia el ano o proporciona al paciente un pañuelo de papel para que lo haga. Observa el aspecto de la materia fecal sobre el guante. F I G U R A 1 5 - 7 . Palpación del revestimiento rectal. Busca masas con bordes irregulares indicadoras de cáncer rectal (fig. 15-8). F I G U R A 1 5 - 8 . Cáncer rectal. F I G U R A 1 5 - 9 . Palpación de la próstata. F I G U R A 1 5 - 1 0 . Palpación de los lóbulos y el surco medial de la próstata. Véase la tabla 15-3, “Anomalías de la próstata”, p. 623. Los hallazgos incluyen una “placa” de metástasis peritoneales (véase p. 615) o dolor a la palpación de la inflamación peritoneal. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org C A P Í T U L O 15 | Ano, recto y próstata 619 REGISTRO DE LOS HALLAZGOS Exploración en mujeres El recto suele explorarse después de los genitales, mientras la paciente se encuentra en posición de litotomía. Esta posición facilita el tacto bimanual y el reconocimiento de una posible masa anexial o pélvica, la evaluación de la integridad de la pared rectovaginal y puede ayudar a palpar un cáncer en la parte alta del recto. Si sólo se necesita explorar el recto, la posición lateral es adecuada y ofrece una visión mucho mejor de las regiones perianal y sacrococcígea. Se aplican las mismas técnicas que para los pacientes masculinos. Recuerda que el cuello uterino se palpa con facilidad a través de la pared rectal anterior. A veces, también se palpa un útero en retroversión. No se debe confundir alguna de estas estructuras, ni tampoco un tampón vaginal, con una masa sospechosa. Registro de los hallazgos Recuerda que al principio pueden utilizarse oraciones completas para describir los hallazgos, y que más adelante utilizarás frases hechas. Registro de la exploración física de ano, recto y próstata “Sin lesiones ni fisuras perirrectales. Tono del esfínter externo conservado. Ampolla rectal sin masas. Próstata lisa y sin dolor, con surco medio palpable (o, si se trata de una mujer, cuello uterino sin dolor). Heces marrones y prueba de sangre oculta en heces negativa”. O “Área perirrectal inflamada, sin ulceraciones, verrugas ni secreción. No puede explorarse el esfínter externo, la ampolla rectal ni la próstata, debido a espasmo del esfínter rectal e infla- mación e hipersensibilidad del conducto anal”. O “Sin lesiones ni fisuras perirrectales. Tono del esfínter externo conservado. Ampolla rectal sin masas. Lóbulo prostático lateral izquierdo con un nódulo indurado de 1 × 1 cm; lóbulo lateral derecho liso; surco medio borrado. Heces marrones y prueba de sangre oculta en heces negativa”. Estos datos hacen pensar en una proctitis de causa infecciosa. Estos datos indican un cáncer de próstata. EJEMPLOS DE ANOMALÍAS https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Botón1:
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