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La educaciòn hacia un nuevo paradigma

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LA EDUCACIÓN HACIA UN NUEVO PARADIGMA
	Los paradigmas desde una perspectiva general conforman modelos o normas que rigen las teorías, conceptos, procedimientos metodológicos y el reconocimiento y aceptación generalizada en una comunidad científica. Así pues, en el contexto medio ambientalista han emergido como alternativas a las tradicionales formas de abordar las problemáticas que padece el ecosistema planetario. En esta orientación, se replantea en el ámbito educativo tendencias epistemológicas orientadas a sembrar las bases de una verdadera educación ambiental.
	En el marco de las orientaciones previas, la presente investigación de tipo documental planteó como objetivo estudiar los fundamentos teóricos epistemológicos de la Educación de un nuevo milenio. Para ello, se procedió a la recolección de información mediante consulta a fuentes bibliográficas que aportaron las bases legales que sustentan el sistema jurídico venezolano en materia ambiental. El producto de la referida consulta se organizó en secciones identificadas con cada tópico en estudio, como resultado del análisis e interpretación de la información.
	La importancia y justificación que reviste la investigación se sustenta en la trascendencia que representa la temática, si se asume que desde el ámbito educativo se puede obtener múltiples beneficios en procura de la salvaguarda del medio ambiente como patrimonio colectivo de la humanidad, sustentado por principios educativos y culturales en primer orden, para luego acceder a los sustentos jurídicos que suponen las normativas legales que rigen la materia ambiental como mecanismos factibles para la retoma de la salud vulnerada del planeta por la acción desmedida del hombre. 	
LA EDUCACIÓN HACIA UN NUEVO PARADIGMA
Paradigma
	Partiendo de la generalidad que implica el término paradigma como modelo o patrón indistintamente en cualquier disciplina científica, religiosa u otro contexto epistemológico, el mismo es definido por Kuhn (1962) como el conjunto de “compromisos compartidos por una comunidad de científicos. Por un lado, los teóricos, ontológicos, y de creencias y, por otro, los que hacen referencia a la aplicación de la teoría y a los modelos de soluciones de problemas. Los paradigmas son, por tanto, algo más que un conjunto de axiomas” (Párr. 4). La definición previa permite establece de manera general que un paradigma constituye dentro del campo de las ciencias, un ejemplo o modelo que orienta el conjunto de prácticas que caracterizan y definen una disciplina científica en un determinado espacio de tiempo.
	Un ejemplo de paradigma en el caso particular del medio ambiente, se puede percibir en la trascendencia de un modelo que en sus inicios sólo era exclusivo de los gobernantes, quienes asumían decisiones unilateralmente sin consultar a los habitantes de la nación, esta actitud generó el fracaso de las políticas medioambientales expresado en el incumplimiento de los objetivos y metas propuestas. 
	Esta admisible realidad determinó que hace más de tres décadas luego de innumerables foros, congresos, encuentros, convenciones, entre otras tantas acciones de orden mundial, se comenzó abordar el tema del medio ambiente y el deterioro que está sufriendo la tierra producto de los efectos del hombre, como hábitos de consumo, ante esa realidad activistas ecológicos y luego los gobiernos se comprometieron en impulsar la educación ambiental, al razonar la importancia de tener ciudadanos comprometidos con el cuidado del ambiente quienes deben apartar la indiferencia, la pasividad y su irresponsabilidad en la contaminación del planeta, este paradigma orienta la nueva tendencia de preservación ambiental.
Elementos Conceptuales de Paradigmas
	Los elementos conceptuales de un paradigma que caracterizan al mismo orientan la labor científica en un campo específico de acción investigativa. En este sentido, Kuhn (1962) afirma que los modelos científicos son "realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica". (p. 45). Agrega el autor, que el paradigma comprende en esencia una base de afirmaciones teóricas y conceptuales; un cierto acuerdo entre los problemas urgentes a resolver; unas técnicas de experimentación concretas; unos supuestos metafísicos que encuadran y dirigen la investigación y sobre los que no hay ninguna duda aunque sean incomprobables. 
	Así pues, ese conjunto de supuestos que estructuran al paradigma es lo que determina el seguimiento y apego a un paradigma común por parte de una comunidad científica. 	Ampliando los elementos conceptuales de los paradigmas, dentro del mismo se ubican el aspecto ontológico, epistemológico y metodológico que rige su modelo o norma en la comunidad científica la cual define la imagen básica del objeto de una ciencia, define lo que debe estudiarse, lo que es necesario responder, dicho de otra manera, los problemas que deben estudiarse y que reglas han de seguirse para obtener e interpretar las respuestas.
	El elemento ontológico se refiere a la concepción y existencia de una naturaleza independiente de la voluntad humana, que posee una consistencia propia y posee un orden específico. Artigas (2008) sostiene que “La naturaleza debe ser inteligible, o sea, capaz de ser conceptualizada de modo lógico y coherente” (p. 62). Lo anterior equivale a decir la naturaleza de la realidad investigada, sus características, sus manifestaciones, causas, consecuencias, y toda expresión que trascienda a la realidad humana perceptible por los fenómenos que acontecen, propios de la naturaleza del mismo.
	Por su parte el elemento epistemológico vincula la capacidad humana para enfrentarse a la naturaleza como un objeto, para construir modelos y contrastar su validez apelando a la experimentación: esto plantea la existencia de un sujeto que posee una capacidad argumentativa, así como una estructura cognoscitiva que le permite articular los aspectos materiales y los intelectuales. Este supuesto epistemológico establecer el modelo (cuantitativo, cualitativo) de relación entre el investigador y lo investigado bajo una perspectiva hipotético-deductiva (paradigma cuantitativo) o inductiva (paradigma cualitativo) en atención a la naturaleza del objeto de estudio.
	En lo que respecta al elemento metodológico, se refieren a los objetivos que se buscan en la actividad científica; por tanto, a los valores que determinan esos fines, y a los medios para conseguirlos. El objetivo principal de las ciencias naturales es el conocimiento de la naturaleza, y el control experimental constituye la condición básica que deben cumplir las construcciones teóricas para poder ser admitidas en el ámbito de esas ciencias. La ciencia experimental tiene sentido como una búsqueda de conocimiento que permite el dominio de la naturaleza y, por tanto, el progreso en las condiciones de vida de la humanidad.
Características de los Paradigmas
Cada paradigma presenta características específicas y, por tanto, sería inoportuno describir un esquema general aplicable en todos los casos. no obstante, es visible en cada paradigma un conjunto de rasgos que destinan una particularidad y supremacía a cada paradigma desde diferentes posturas en función de los elementos que le componen. De esta manera, se sintetiza a continuación los rasgos generales existentes en la aceptación y hegemonía de un paradigma particular.
· Poseen una relación semántica: Es decir, el conjunto de significados, sentido o interpretación de un determinado conjunto de fundamentos teóricos mediante una estructura conceptual y que admite correspondencia entre expresiones de símbolos o palabras y situaciones o conjuntos de cosas que se encuentran en el mundo físico o abstracto que puede ser descrito por dicho medio de expresión.
· Por su ocurrencia genera un efecto: Se corresponde con la manifestación de un fenómeno que se puede percibir y describir con “lo que es para uno, no lo es para otro”. Genera conflictos pues no permite ver más alláde lo que “yo” pienso que es correcto. La flexibilidad paradigmática es adecuarse a los cambios paradigmáticos. El poder de los paradigmas depende de la claridad y calidad de los principios con los que se complementan los paradigmas identificados con la importancia de identificar principios sólidos y permanentes que iluminen los procesos de cambio de paradigmas. 
· Pueden retornar a cero: Cuando un paradigma cambia todo vuelve a cero. Se manifiesta con las transiciones de un paradigma a otro por lo que Khun denomina “revolución científica”. Por ejemplo, se puede citar en el campo de la física cuando se afirmaba que 
"No queda nada por ser descubierto en el campo de la física actualmente. Todo lo que falta son medidas más y más precisas". Cinco años después de esta aseveración, Einstein publicó su trabajo sobre la relatividad especial que fijó un sencillo conjunto de reglas superando a la mecánica de Newton, que había sido utilizada para describir la fuerza y el movimiento por más de doscientos años. En este ejemplo, el nuevo paradigma reduce al viejo a un caso especial, ya que la mecánica de Newton sigue siendo una excelente aproximación en el contexto de velocidades lentas en comparación con la velocidad de la luz.
Educación Hacia un Nuevo Paradigma
En función de las diferentes metodologías de aplicación de la materia ambiental y el ámbito en el que se desarrolla, cabe diferenciar entre educación ambiental formal y no formal. La primera es la que se imparte como un integrante más de los sistemas educativos, desde un nivel preescolar, pasando por niveles básicos hasta llegar al nivel universitario o de especialización. Para que sea operativa debe integrar una perspectiva interdisciplinaria, debe buscar el fundamento en los problemas de la comunidad en que se desenvuelve el alumno y debe enfocarse a la solución de problemas. 
Por el contrario, la educación ambiental no formal es aquella cuyos sistemas no forman parte de la educación convencional. En este caso, no hay métodos específicos debido a los múltiples grupos a los que va dirigida, desde legisladores y administradores (asistiendo a congresos, simposios, reuniones, debates, etc.) hasta escolares, estudiantes y otros grupos, en los que se pueden utilizar métodos muy diversos (juegos ambientales, simulaciones, empleo de medios de comunicación, interpretación ambiental).
Ante el contexto global, Venezuela no es ajena a la problemática. En las últimas décadas ha soportado cambios de diversas índoles: sociales, económicos, políticos y tecnológicos que orientan cambios fundamentales en el país. Es evidente entonces, la función que debe cumplir la reorientación paradigmática en educación ambiental por cuanto ella puede contribuir en la sensibilización, en la formación de nuevos valores y en la aprehensión de aptitudes que accedan a la participación activa en la solución de problemas y en resultado, mejorar las condiciones del ambiente, en sus aspectos naturales y sociales que lo conforman.
Desde esta perspectiva, la Educación Ambiental pretende pasar de personas no sensibilizadas a personas informadas, sensibilizadas y dispuestas a participar en la resolución de los problemas ambientales. Sin embargo, no podemos esperar que de la sola adquisición de información se derive necesariamente un cambio de conducta. Parece suficientemente demostrado que las relaciones entre conocimientos, actitudes y comportamientos no son causa-efecto aunque sí se influyen mutuamente. Se debe, por lo tanto, planificar actividades específicas para trabajar las actitudes y los comportamientos. 
La anterior estrategia se interpreta como un proceso dinámico, interactivo y proactivo con grupos organizados y en proceso de organización, mediante su participación orgánica para el conocimiento y solución de los problemas ambientales, en el ámbito local, regional, nacional e internacional, bajo una visión de totalidad e integridad entre los mismos. En tal sentido, Fergusson (2000) señala:
La Educación Ambiental debe inspirar a todos los miembros de una comunidad, actividades propias a la participación y a la colaboración colectiva de suscitar responsabilidades en materia de administración, protección y ordenación del medio ambiente; tiene pues una doble finalidad: por una parte, formar ciudadanos capaces de comprender y asumir sus responsabilidades en relación con el medio ambiente, y por otra, despertar la sensibilidad de los diversos grupos de la población con respecto a los problemas que plantean los ecosistemas y el medio socio-cultural en que viven y las actividades que desempeñan en ellas. (p. 21).
En consideración a la postura anterior, la Educación Ambiental cumple un papel esencial en la prevención, defensa y mejoramiento del ambiente, dirigido tanto a una población escolarizada como no escolarizada involucradas en actividades de desarrollo social, académico, político y cultural de la colectividad. La Educación Ambiental se determina en consecuencia por la realidad de vida de la gente y por su participación por mejores condiciones y calidad de vida.
Al respecto, Asunción y Segovia (2001), indican que: Entendemos por Educación Ambiental la transmisión (planificada o no) de conocimientos, aptitudes y valores ambientales, fuera del Sistema Educativo institucional, que conlleve la adopción de actitudes positivas hacia el medio natural y social, que se traduzcan en acciones de cuidado y respeto por la diversidad biológica y cultural, y que fomenten la solidaridad intra e intergubernamental. (p. 14).
En la perspectiva de la Educación Ambiental como modelo ambientalista aparece con el inicio de las primeras experiencias surgidas en la sociedad, en cuanto a la aparición de grupos ecologistas que buscan dotar al colectivo de una cierta dimensión educativa, a través de acciones participativas en defensa del ambiente: manifiestos, jornadas, talleres, seminarios, conferencias, entre otros; así como por las actividades desarrolladas por las instituciones extraescolares de tipo local para conformar estructuras de apoyo a la escuela u otras organizaciones de base.
De lo antes expuesto, se deduce que la Educación Ambiental enmarcada dentro de los enfoques paradigmáticos se presenta como una necesidad y una alternativa para afrontar los problemas ambientales de la escuela y la comunidad, la eventualidad de formar el ambiente próximo recurso, y la probabilidad de análisis de esa realidad desde una visual global e interdisciplinaria. Por lo tanto, la Educación Ambiental en el marco de la Educación Primaria, puede contribuir con fortalecer el conjunto de valores inicialmente incluidos en el proceso escolar, con la intención de alcanzar un proceso educativo adecuado a la localidad y región donde se desarrolla, además de propiciar la participación de la comunidad en el mejoramiento de las condiciones de vida de la escuela y la comunidad.
Nuevos Paradigmas y la Educación Ambiental
Desde la década de los 70 hasta el presente, en diferentes escenarios internacionales, nacionales y regionales, se ha planteado la necesidad de impulsar una conciencia ambientalista entre los diferentes grupos y sectores de la población, con el objeto de establecer una relación bidireccional entre el hombre-naturaleza-desarrollo; para ello, se ha señalado a la Educación Ambiental como la herramienta para impulsar los procesos dirigidos a generar y consolidar nuevas prácticas de convivencia y solidaridad humana, como fundamento de una sociedad que garantice la conservación y la calidad de vida. 
Visto de esta manera, la Educación Ambiental debe contribuir a construir y divulgar conocimientos científicos y técnicos, a desarrollar nuevas competencias, a clarificar y consolidar nuevos valores y actitudes; todo ello de forma interrelacionada en el proceso de aprendizaje que promueva la participación de todos los sentidos y afectos. En este sentido, se abordan de manera breve determinados paradigmas que han emergido en el contexto conservacionista del medio ambiente
Paradigmas de Valor Utilitario
	La importanciade conocer los distintos paradigmas de valor, surge al analizar alguna problemática ambiental en la que se contrapongan posiciones debido a que parten de paradigmas distintos. En este sentido, Martínez (2004) señala que muchos conflictos ambientales pueden
manifestarse a partir de una discrepancia de valoración dentro de un mismo sistema de valor. Por otra parte, en otros conflictos puede estar presente un pluralismo de valores, en donde la discusión pase por el sistema de valor que debe adoptarse para analizar el problema.
Paradigma Utilitario Antropogénico
	Expresa una concepción económica del valor de los servicios de los
ecosistemas. La teoría de la utilidad en su génesis no contempla la
valoración de los bienes y servicios del ecosistema. Posteriormente,
trata de utilizarse su instrumental para poder determinar el valor de los
mismos ante la preocupación y la necesidad de información que
manifiestan distintos sectores de la sociedad frente la problemática
ambiental.
El paradigma de valor utilitarista antropocéntrico generalmente
clasifica a los bienes y servicios del ecosistema de acuerdo a como éstos
son utilizados. Es representado como el área debajo de la curva de demanda. Los bienes y servicios ambientales pueden poseer un valor. El paradigma utilitario parte del hecho de que los seres humanos
perciben utilidad de los servicios del ecosistema de manera directa e
indirecta sea en el presente o en el futuro. Así se podría plantear que el
paradigma utilitarista antropocéntrico hace hincapié en aspectos
asociados a la demanda de servicios ambientales
El Valor Económico Total (VET):
	El Paradigma del valor utilitarista antropocéntrico generalmente clasifica a los bienes y servicios del ecosistema de acuerdo a como éstos son utilizados. El valor de uso o disposición a pagar total como contraparte de valor de cambio de una determinada dotación de servicio ambiental suele definirse por los economistas como el Valor Económico Total (VET) del mismo. Es representado como el área debajo de la curva de demanda, así, los bienes y servicios ambientales pueden poseer un valor desigual para diversos individuos y grupos de personas.
Paradigmas de Valor
El Paradigma de Valor Intrínseco
	El enfoque de valor intrínseco se contrapone al enfoque de valor utilitario. Para este modelo el medio ambiente posee un valor propio que no ha sido asignado por nada ni nadie. De esta manera asume que la totalidad de los elementos que conforman el planeta tienen valor en la medida en que beneficien la integridad, la estabilidad y la belleza del conjunto biótico. El sistema de valores que posee este modelo ambientalista para medir el valor intrínseco es la severidad de las consecuencias sociales y en determinadas situaciones legales, que tiene el daño de los elementos a los que la sociedad ha destinado valor.
El Paradigma de Valor Ecológico
	Los modelos de este enfoque tienen en común que los mismos no destinan atención al bienestar y las necesidades humanas. De esta manera los servicios del ecosistema constituyen un producto de la naturaleza, indistintamente de su relación con el hombre. En líneas generales, el enfoque de Valor Ecológico la analogía economía-ecología debe imperar en un marco se sostenibilidad lineal en equilibrio general, por tanto supone que la naturaleza puede sostenerse a la par de los cambios económicos que requieran su aprovechamiento.
Paradigma de la Ecología Profunda
	El paradigma de la Ecología Profunda puede interpretarse como
una reacción frente al paradigma predominante de la Economía de
Frontera. Este modelo reúne posturas filosóficas antiguas y otras emergentes, sobre la relación del hombre y la naturaleza, poniendo énfasis en cuestiones éticas, espirituales y sociales, que han sido minimizadas por
la concepción económica dominante del mundo. Este paradigma se sustenta en la igualdad intrínseca de las especies, no obstante asume que la tecnología es generador de perjuicios para la sociedad en lugar de significar progreso.
Paradigma de Protección Ambiental
	Este paradigma de tendencia antropocéntrica hace hincapié en la conservación del medio ambiente en equilibrio con el desarrollo económico. Reconoce los impactos de la contaminación en la salud y expresa preocupación por las especies en peligro de extinción; aboga por el establecimiento de organismos de gobierno encargados de la protección ambiental; plantea como respuesta a la degradación ambiental sobre la base de una estrategia reactiva-defensiva privilegiando a la naturaleza por encima del crecimiento económico.
Paradigma de la Administración de los Recursos
	Plantea la sustentabilidad a partir de la preservación de todos los capitales (incluyendo al capital natural) y de recursos biofísicos, humanos, de infraestructura y financieros en el estimado de las Cuentas Nacionales y de la productividad, el diseño de políticas de desarrollo y la planificación de la inversión. Defiende las tecnologías y estrategias de evaluación de impactos y el manejo de riesgos, la reducción de la contaminación, la eficiencia del uso de la energía y la estabilización de la población. Hace énfasis en un análisis de tipo biofísico-económico, incluyendo el capital natural en la maximización de beneficios, además de realizar constante supervisión sobre el estado de salud ambiental.
El Paradigma de Eco-Desarrollo
	Plantea un enfoque ecocéntrico de la relación entre el hombre y la naturaleza que sustituye el sistema económico cerrado por un modelo abierto de economía biofísica en términos termodinámicos insertada en un determinado ecosistema. El modelo circula a partir de los recursos biofísicos que fluyen del ecosistema a la economía, y los recursos energéticos degradados y otros sub-productos son devueltos al ecosistema. En un sentido sustituye el principio del contaminador paga por la idea de que la prevención de la contaminación puede ser rentable. Así pues, establece la subordinación de los mecanismos de desarrollo a las necesidades de la población en general y no de la producción como eje de degradación ambiental. 
En síntesis, plantea una reacción opuesta a las soluciones mundiales y a las fórmulas generalizadas de solución, privilegiando los medios originales en el seno de las sociedades. De esa manera el enfoque de eco-desarrollo se perfila en una posición intermedia entre la búsqueda de la conservación de la naturaleza y la postura economicista que pretende el beneficio económico a través del irracional aprovechamiento de los recursos naturales. 
El Paradigma de Valor Sociocultural
	Esta perspectiva protectora del ambiente asume el valor que asignan las personas a los elementos que componen el medio ambiente sobre las concepciones del mundo y de la naturaleza propia, vinculados a valores éticos, religiosos, culturales y filosóficos. El concepto de identidad sociocultural enmarca los ecosistemas en el cual se habita y existe dependencia, de manera tal, que permanecen vinculados a la identidad de la comunidad que los habita. Asume de esta manera que el valor sociocultural de los ecosistemas trasciende al orden colectivo como elemento del sistema que conforma. Expresa en su contenido el paradigma, que el valor sociocultural debe traspolarse al valor colectivo de interés por el medio ambiente a partir de un conjunto de metas compartidas en sociedad. 
Paradigmas y Educación Ambiental
	La reinvención de los paradigmas en materia ambiental han asumido en parte de ellos, una nueva forma de analizar la realidad desde lo social, lo ecológico y lo económico, fundamentando su pilar en la capacidad de los ecosistemas y las potencialidades de éstos para la sustentabilidad. Para ello, en el escenario mundial de la actualidad las dimensiones del ser y el hacer pedagógicos se replantea un cambio de paradigma, incorporado a las nuevas visiones conceptuales y metodológicas de la pedagogía ambiental en la amplitud del constructivismo y la complejidad que relaciona estratégicamente la Educación Ambiental, el desarrollo sostenible (social-económico-ambiental) yla misión de la institución educativa (investigación-docencia-extensión).
De esta manera se concibe a la Educación Ambiental como herramienta para el desarrollo de aprendizajes significativos que requiere transitar en la construcción de nuevos objetos de estudio interdisciplinarios, mediante la problematización de los paradigmas dominantes, de procesos de formación docente y de la integración de nuevos enfoques proteccionistas del ambiente en los nuevos programas curriculares, y en el marco de las política de desarrollo de cada nación. Se requiere entonces de la formación de capacidades que emplacen un desarrollo sustentado en las bases ecológicas, de equidad social, diversidad cultural y democracia participativa.
En el Sistema Educativo Venezolano se viene implementando desde 1980 acciones orientadas a la inclusión de la Educación Ambiental en el sistema educativo formal venezolano mediante reforma curricular para el desarrollo de la Dimensión Ambiental desde el Subsistema de Educación Primaria. Se interpreta que la Educación Ambiental comprende un medio de acción y participación de los actores, lo que propicia la identificación de las situaciones, la construcción y apropiación del evento ambiental por los mismos, en el marco de una relación de compromiso con el entorno a partir del escenario educativo como proceso activo de permanente interacción. 
Paradigmas Constructivistas en la Educación Venezolana
En el replanteamiento de las políticas educativas en Venezuela, las políticas y reformas educativas han destinado mayor importancia a la escuela, enfatizándose en la autonomía y la participación escolar como centro de una política educativa que pretende mejorar los resultados de la prestación del servicio educativo, expresados en términos de acceso, eficiencia y calidad. Sin embargo, es alto el desconocimiento que subsiste en la sociedad venezolana respecto a la manera en que deben forjarse el proceso educativo y la forma de diseñar e implementar planes de mejoramiento.
Se ha ampliado el concepto de comunidad educativa como contexto encargado de planear y organizar la dotación del servicio educativo desde el ámbito local, regional y nacional, así como a los maestros como responsables de la relación directa con los educandos, así como también padres y representantes de éstos, como un todo que conforma la comunidad educativa como parte de las políticas educativas implementadas en el país por intermedio de políticas públicas.
Desde la perspectiva general del paradigma constructivista orientado en materia ambiental pretende dotar a los docentes de formas para abordar la problemática ambiental a la luz de los enfoques cognitivos actuales en la educación. El modelo constructivista genera la participación activa del alumno en el proceso de aprendizaje y le estimula a ser una persona partícipe de la salvaguarda del ambiente en su contexto local, regional y nacional en un marco de aprendizaje significativo propio del paradigma constructivista.
El enfoque constructivista no pretende acumular conocimientos, procura integrar, modificar y establecer nuevas relaciones que propicien la coordinación y la comprensión de conocimientos previos en un proceso de desarrollo integral de los alumnos, forjadores de su propia interpretación personal. En el modelo constructivista la Educación Ambiental es de especial importancia la reflexión, el análisis y el debate, particularmente al abordar objetivos como el cambio de actitud y el compromiso. La reflexión consciente, en particular, conquista una especial preeminencia en el tratamiento sistémico y globalizador del contenido, la socialización y a la motivación inspirada en el contexto de la vida cotidiana del educando.
CONCLUSIÓN
	Los paradigmas como modelos que rigen en los diferentes ámbitos de las ciencias, comprenden en esencia un conjunto de referentes ontológicos, epistemológicos y metodológicos que rigen su hegemonía en determinada comunidad científica, que por la naturaleza del objeto de estudio particular, adquiere una específica manera de su conocimiento y abordaje atendiendo a la naturaleza del paradigma que le rige. 
	En esta tendencia, el ámbito educativo se ha enmarcado siguiendo las tendencias de emergentes de paradigmas que promueven desde un enfoque sistémico la salvaguarda del medio ambiente como alternativa viable orientada a establecer las bases de una verdadera educación ambiental en sus diversas expresiones. En el caso particular de Venezuela, el Estado mediante Convenios y Tratados Internacionales firmados replantea la inclusión de la Educación Ambiental como área de supremo interés para la colectividad nacional que trasciende hasta el nivel mundial.
	Dentro de la variedad de paradigmas ambientales, el modelo constructivista adquiere suprema relevancia si se interpreta que a partir del nivel escolar en sus diferentes subsistemas se pretende a través de la promoción de aprendizajes significativos que generen en los educandos tendencias socio-culturales de protección al medio ambiente a partir de la autoconstrucción del pensamiento reflexivo y crítico en un contexto natural próximo representado en primera instancia por la localidad a la cual pertenece como sujeto social. 
	
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Artigas, R (2008). Hacia dónde va la Educación Ambiental. Trillas, Buenos Aires.
Asunción y Segovia (2001). Educación Ambiental .Caracas: Océano.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Asamblea Nacional Constituyente (1999, diciembre 30). Gaceta oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 5453. (Extraordinario).
Hurtado I. y Toro J. (2001). Investigación Cualitativa en Educación. Fundamentos y Tradiciones. Madrid: Mc-Grawhill Interamericana de España S.A.
Khun, T (1962). La estructura de las revoluciones científicas. Universidad de Chicago. [www.paradigmasactuales.com.ve, consulta, junio de 2011].
Ley Orgánica de Educación (2009). La Piedra: Venezuela.
Ley Orgánica del Ambiente (2006). Venezuela.
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Martínez, P. (2004). Trabajo de Grado no publicado. Venezuela.
Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (1996) Política Ambiental. Caracas. Autor.
Tamayo, M (1995) El Proceso de Investigación Científica. México. Limusa.
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL, 2007) Manual de Normas para la Elaboración de Trabajos de Grado, Maestría y Doctorados. Caracas: Autor.
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