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Analisis literario El gran himno a hapy

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1 
Contenido 
Introducción 2 
Objetivos 2 
Metodología 2 
Estado de la cuestión 3 
El Gran Himno a Hapy 4 
Contextualización 4 
Antecedentes 5 
Dinastía XII 8 
Interpretación 11 
Himno y poesía en la literatura egipcia 11 
Ámbito religioso 12 
Ámbito de toponímico 19 
Conclusión 22 
Anexos 23 
El Gran Himno a Hapy 23 
Imágenes 26 
Bibliografía 28 
2 
Introducción 
El Gran himno a Hapy es una alabanza a la “personificación” del Nilo vinculada 
tradicionalmente al poeta egipcio Kheti, el cual lo escribió en la XII dinastía, 
perteneciente esta al Reino Medio, aunque las copias conservadas son de la dinastía 
XVIII. El gran número de copias encontradas, aunque la mayoría de ellas sean 
fragmentos, muestra la gran importancia que este tenía para la época, siendo 
considerado ya en el Imperio Nuevo como un texto clásico y utilizándose éste como una 
herramienta para enseñar a leer y a escribir. 
Para poder entender la grandeza de este himno y la gran importancia que se le dio, hay 
que tener en cuenta las características del periodo, ya que hasta este momento no había 
existido la necesidad de divinizar al Nilo. Fue fruto de una gran complejidad desde el 
punto de vista político, pues representa la toma del poder de una dinastía de visires en 
los convulsos momentos que se dieron tras la finalización de la gran desestabilización 
política del Primer Período Intermedio, debido al aumento de poder de los nomarcas tras 
la guerra civil precedente, lo cual influyó en todos los aspectos de la vida egipcia, como 
la religión y la literatura. 
 
Objetivos 
El objetivo de este trabajo es hacer una interpretación del Gran Himno a Hapy en base a 
las características propias de la época ya enunciadas, indagando en la utilización de 
recursos concretos para asentar el poder, como la creación de algunos dioses justo en 
este momento, siendo un ejemplo de ello Hapy, y sus causas y consecuencias. Este 
objetivo se perseguirá a través de una revisión historiográfica, en la cual nos serviremos 
para la contextualización de una serie de obras de referencia general y otra bibliografía 
más específica de literatura y religión del Primer Periodo Intermedio y Reino Medio. 
 
Metodología 
Dada la escasez de obras publicadas en castellano con motivo de este himno, esta 
revisión historiográfica e interpretación del texto se basa fundamentalmente en artículos 
y capítulos de libros extranjeros y se complementa con la lectura de fuentes literarias de 
la época de todos los géneros. Algunos ejemplos de estas lecturas son la Historia de 
Egipto de Manetón, El relato de Sinuhé y La instrucción de Amenemhat I.1 Estas 
lecturas complementarias han ayudado a entender mejor algunos hechos específicos del 
periodo que nos ocupamos y a tener en cuenta el punto de vista del momento, sin 
 
1 La historia de Egipto de Manetón la podemos encontrar en: C. VIDAL MANZANARES, Manetón. 
Historia de Egipto, Madrid, 1993.; El relato de Sinuhé nos lo podemos encontrar al completo, 
contextualizado y con un posterior comentario en: J.M. GALÁN ALLUÉ, Cuatro viajes en la Literatura 
del Antiguo Egipto, Madrid 1998, pp. 61-128.; Y finalmente Instrucciones de Amenemhat I nos podemos 
encontrar un fragmento junto con su comentario en: J.M. SERRANO DELGADO, Textos para la 
Historia Antigua de Egipto, Madrid, 1993, pp. 97-98. 
3 
olvidar que no constituyen una fuente de información fidedigna. 
 
Estado de la cuestión 
El descubrimiento de las copias del Gran himno a Hapy suscitó una gran fascinación 
por este y supuso un verdadero reto a la hora de descifrarlo y conocer su significado. 
Esto se debe a que en no se conserva ningún original del mismo, ni siquiera de la misma 
época, sino que todas las copias son posteriores a las XVIII dinastía. Además, el hecho 
de que en ese momento la literatura del Reino Medio (c. 1939-1760 a.C)2 fuese 
considerada como literatura clásica hizo que este texto fuese utilizado a la hora de 
enseñar a los escolares del momento a escribir y leer. Estos aprendían mediante la 
memorización, copia y realización de dictados de los textos3. Consecuencia directa de 
esto, ya en base al texto que estamos tratando, es que lo que haya llegado a nosotros sea 
mayormente fragmentos de óstraca o papiro con partes del himno y con muchos errores 
de escritura. 
Entre los papiros que se conservan se encuentra el Papiro de Salier II, el Anastasi VII, 
el Chester Beauty V y el de Turín. Los dos primeros, a pesar de ser copias completas, 
contienen muchos errores, por lo que al usarlos se puede inducir a confusión. El tercer 
papiro tiene una mayor fiabilidad, a pesar de estar fragmentado. Por último, el Papiro 
de Turín contiene información fidedigna pero se han conservado muy pocos fragmentos 
de este. También nos encontramos con dos tablas de óstraca, una denominada 
Golenischeff, en la cual se encuentra solo una tercera parte del himno; y otra de época 
ramésida denominada ODM 1176, semejante al papiro Chester Beauty V. Por último, 
tenemos varios fragmentos de óstraca con partes del Himno.4 
En base a estos fragmentos conservados numerosos egiptólogos han intentado 
reconstruir el himno, ya que los textos completos están demasiado errados y el resto de 
evidencias están incompletas, formando una suerte de puzzle. Entre los estudios más 
destacados se encuentran las obras de Gastón Maspero, Ernesta Bacchi y Wolfgang 
Helck. La obra de Gastón Maspero, Hymne au Nil, es de las más antiguas que tratan el 
tema, ya que fue escrita en 1912. Debido a esto se encuentra ante la problemática de que 
en ese momento no se habían descubierto todos los fragmentos del Gran himno a Hapy, 
basándose por tanto en los que había hasta el momento, que eran el Papiro de Sallier II 
y de Anastasi VII y la tabla de Golenischeff. Esto hace que con el paso del tiempo sus 
estudios fuesen superados debido al descubrimiento de fragmentos menos errados. 
En cuanto a Ernesta Bacchi, su obra L’Inno al Nilo escrita en 1942 es menos apta que la 
 
2 En el presente trabajo la cronología utilizada ha sido la establecida por E. HORNUNG - R. KRAUSS - 
D.A.WARBURTON, (eds.), Ancient Egyptian Chronology, Leiden, 2006. por ser un trabajo que ha 
intentado acercarse lo más posible a la realidad con bases científicas. 
3 J. ASSMAN, Egipto: historia de un sentido, Madrid, 2005, p.153. 
4 M. LICHTHEIM, Ancient Egyptian Literature, vol.1: The Old and Middle Kingdoms, London, 2006, 
p.205. 
4 
anterior a la hora de estudiar el tema debido a que, aunque incluye más fragmentos 
fidedignos a la hora de realizar su estudio, incluye el himno dentro del género de textos 
eclesiásticos sin incluir tras esto una transcripción con la que poder contrastar su teoría. 
Por último, nos encontramos con la obra Der Text des “Nilhymnus” de Helck de 1972, 
la cual cuenta ya con la totalidad de los fragmentos encontrados del himno, 
transcribiéndolos y realizando un comentario de estos. Gracias a esto se logra una 
mayor precisión a la hora de traducirlo y de estudiarlo. A pesar de ello, el egiptólogo 
John L. Foster hace ver a través de un artículo5 sus fallos a la hora de escoger los 
fragmentos en los que basa su obra y de clasificar el texto como un poema. 
 
El Gran Himno a Hapy 
Contextualización 
Se cree que el Gran Himno a Hapy fue escrito por el poeta Kheti en el Reino Medio (c. 
1939-1760 a.C), aunque tanto el género literario como el tema encaja a la perfección 
con el Reino Nuevo (c. 1539-1077 a.C), momento de esplendor de los Himnos. 
En cuanto a la percepción del tiempo egipcio, es interesante la apreciación del 
egiptólogo alemán Jan Assman, el cual distingue entre el tiempo que puede ser 
contabilizado y el tiempo cultural, siendo este último construido por cada sociedad y en 
cada etapa en base a su forma de pensar. Dentro de este tiempo cultural hay muchas 
variedades, distinguiéndose en Egipto el tiempo cíclico y no cíclico. 
El tiempo cíclico, Neheh, se asocia con el devenir, con el retorno y está determinado por 
los astros.Quizá debido a ello existía tal veneración al sol y se le atribuía tanta 
importancia al escarabeo, con el cual se simbolizaba este. En cuanto al tiempo no 
cíclico, Djet, está asociado a la permanencia, a lo eterno y por tanto a lo divino, siendo 
su mayor representante Osiris, el dios de los muertos. El hecho de que sea no cíclico no 
quiere decir que sea un tiempo lineal, como han expuesto algunos autores, sino que 
supone la superación de la linealidad, del olvido.6 
Por otro lado, en Egipto nos encontramos con una característica y continua mirada al 
pasado, dándose una canonización de su estilo y por tanto permaneciendo este 
inalterable. Este hecho explica que a lo largo de su historia nos encontremos con el 
mismo tipo de arquitectura, arte y escritura que en el Reino Antiguo. Esto enlaza 
directamente con el tiempo no cíclico, ya que mediante la permanencia de sus 
características propias logra la superación del tiempo lineal, la eternidad.7 
 
 
5 Concretamente: J. L. FOSTER, "Thought Couplets in Khety's "Hymn to the Inundation"," JNES 34, 
(1975), pp. 1-29. 
6 J. ASSMAN, Egipto a la luz de una teoría pluralista de la cultura, Madrid, 1995, pp. 6-8. 
7 Ibíd. p. 22. 
5 
Estas dos características formas egipcias de entender el tiempo se reflejan en todos los 
aspectos de la vida egipcia, no siendo menos la literatura ni en este caso el Gran Himno 
a Hapy. El tiempo cíclico a pesar de no ser nombrado en este se encuentra como base de 
la temática, ya que es una continua alabanza a las inundaciones del Nilo, las cuales son 
periódicas y se tenía más o menos controladas sus crecidas. Este fenómeno era usado 
por los egipcios para calcular el tiempo, pudiendo así organizar los cultivos. En cuanto 
al tiempo no cíclico, este aparece en el texto cuando alude a la permanencia de Hapy, 
usando específicamente las palabras “fijo en su tiempo”.8 
Antecedentes 
La continua mirada al pasado se puede observar perfectamente en el Reino Medio, el 
cual nace tras un periodo de convulsión y de crisis política bajo hechos completamente 
novedosos, como es el ascenso al poder de un visir en extrañas circunstancias. Esto no 
es más que el culmen de algo que comenzó a suceder en el Reino Antiguo y que no paró 
de aumentar: el poder y la complejidad de la Administración provincial en detrimento 
del central. La base de esta administración era la división del territorio en nomos, al 
frente de los cuales se encontraba un responsable, el nomarca. Con el paso del tiempo 
los nomos más alejados de la capital comenzaron a hacerse más independientes, siendo 
los nomarcas la máxima autoridad del lugar y comenzando estos a enterrarse en el nomo 
que regían y, como consecuencia de esto, a hacerse el cargo hereditario.9 El aumento de 
poder local provocó el consecuente crecimiento de la administración provincial y de 
responsables en el cargo.10 
Esto provoca una cierta laicización el gobierno, dejándose de considerar al faraón como 
un dios, lo cual posibilitó tanto el matrimonio del faraón con hijas de nomarcas como 
modo de establecer una alianza, como que una hija del rey se casara con el hijo de un 
nomarca. Esto último anteriormente era impensable, ya que el fruto de esa relación sería 
divino. Esta situación dio como resultado que los nomarcas no se vieran inferiores al 
propio faraón, lo cual era muy peligroso para este último, ya que le disputaban el 
poder.11 
El Primer Periodo Intermedio tiene unos límites cronológicos muy difusos, ya que se 
conoce que comienza tras el Reino Antiguo, pero no si sucedió tras el largo reinado de 
Pepi II o tras la VI dinastía. En cuanto a final del periodo se ha establecido que finaliza 
tras la reunificación de Mentuhotep II, pero esto no es apoyado por la literatura egipcia, 
que lo delimita en dinastías.12 El nombre de este periodo se debe a que aunque en las 
listas de reyes no se refleja interrupciones en las dinastías, actualmente se sabe que se 
 
8 El Gran Himno a Hapy extraído de J. M. SERRANO DELGADO, op. cit., p. 49. ha sido incluido en el 
Anexo. 
9 E. DRIOTON - J. VANDIER, Historia de Egipto, Buenos Aires, 1964, p.153. 
10 J.C. MORENO GARCÍA, El Primer Período Intermedio. En J. M. PARRA (Coord.), El Antiguo 
Egipto, Madrid, 2009, p. 185. 
11 E. DRIOTON - J. VANDIER, op. cit., pp.180-181. 
12 N. GRIMAL, Historia del Antiguo Egipto, Madrid, 1996, p. 155. 
6 
buscaba conseguir una continuidad, a pesar de no estar esta siempre ligada a la realidad. 
El objetivo de su redacción no era hacer historia, sino orientarse cronológicamente. La 
historiografía le atribuyó este nombre por la inestabilidad de los faraones de estas 
dinastías y por la consecuente crisis que en estas reinaba.13 La inestabilidad queda 
demostrada en la dinastía inmediatamente posterior, a la que Manetón atribuye un 
gobierno de 70 reyes en 70 días,14 lo cual parece más un acto poético que real, pero que 
pretende demostrar el gran desequilibrio e inseguridad que reinaba en ese momento. 
Esta situación se ve radicalizada por el cambio climático que venía sucediendo desde 
finales del tercer milenio, una mayor desertización, acrecentando la crisis reinante. Una 
teoría del egiptólogo Nicolas Grimal respecto a las causas de esta crisis es que, debido 
al aumento de independencia de los nomos, el poder central no tuvo capacidad de hacer 
que estos mantuvieran el cuidado de los canales de irrigación, provocando que se dieran 
grandes periodos de hambruna.15 La historia de Egipto se encuentra marcada en toda su 
evolución por un profundo dualismo norte-sur, a pesar de no existir límites reales entre 
ambas partes, encontrándonos en numerosas ocasiones con la representación de Hapy 
encarnando a la vez el Alto y el Bajo Egipto. Esta dualidad encuentra sus inicios en la 
prehistoria, dándose dos culturas contrapuestas como era la cultura del norte y la del sur, 
siendo representativa de esta la cultura de Nagada.16A pesar de los continuos intentos de 
unificación, en épocas de crisis volvía a aflorar esta dualidad,17 ocurriendo por tanto en 
el Periodo Intermedio. Esta concepción está fuertemente arraigada en el pensamiento 
egipcio, trascendiendo el mero hecho geográfico que puede encontrar su sentido en la 
diferencia entre la zona del delta y el resto de Egipto. 
En este periodo nos encontramos con un conjunto de provincias que se imponen al resto 
y que se enfrentan entre ellas. Por un lado, el Delta se estaba ocupado por un grupo 
nómada que aprovechó la debilidad egipcia para invadirlos. En la literatura egipcia se 
les denominaba “asiáticos”, pero actualmente se sabe que eran los Beduinos.18 Se cree 
que probablemente hubo conos de resistencia hacia estos invasores en el Bajo Egipto, 
pero no se ha conservado documentación que hable al respecto.19 Por otro lado, Egipto 
Medio se encontraba bajo el poder de Heracleópolis; la parte norte del Alto Egipto 
estaba dominada por Abidos; y la parte sur por Tebas.20 Como se puede deducir, los 
faraones de la VIII dinastía carecían de poder real en este momento. 
 
 
13 J. ASSMAN, “Egipto: historia de…”, op. cit., p.104. 
14 C. VIDAL MANZANARES, Manetón. Historia de Egipto, Madrid, 1993, p. 66. 
15 N. GRIMAL, op. cit., p. 156. 
16 La cultura de Nagada recibe su nombre de un yacimiento encontrado en el Alto Egipto. Y su 
importancia es debida a su carácter expansivo, conllevando a una posterior unión del territorio. Fuente: J. 
ASSMAN, “Egipto: historia de…”, op. cit., pp.42-44. 
17 J. ASSMAN, “Egipto a la luz de un…”, op. cit., p.28. 
18 N. GRIMAL, op. cit., p. 157. 
19 E. DRIOTON - J. VANDIER, op. cit., p.183. 
20 J. ASSMAN, “Egipto: historia de…”, op. cit., p.107. 
28 E. DRIOTON - J. VANDIER, op. cit., p.186. 
7 
 
La llegada de los Beduinos produjo un gran periodo de anarquía en el Delta, ya que 
realizaban constantes invasiones, saqueos e incluso hay constancia de que ocupaban el 
lugar de trabajo de los egipcios, impidiendo que estos continuaran con su labor. Todo 
este conjunto de hechos dio lugar a un gran malestar social quese tradujo en revueltas 
obreras.21 
En cuanto a Tebas, en un primer momento no tenía aún dominada toda la parte sur de 
Egipto, por lo que de entre todas las dinastías surgidas en los distintos nomos destacaba 
la dinastía heracleopolitana,22 reinando tanto en la IX como en la X dinastía según la 
Historia de Egipto de Manetón escrita a inicios del s. III a. C.23 No obstante, a pesar de 
la continuidad dinástica de Heracleópolis y más tarde de Tebas atribuida en esta obra, 
estos gobiernos no fueron correlativos, sino que tuvieron reinados paralelos y conflictos 
entre ambos como consecuencia.24 El hecho de que en la X dinastía (c. 2118-1980 
a.C)25 los reyes heracleopolitanos conservaran poderes monárquicos se debe al hecho de 
que los nomos se habían independizado con la misma intensidad que en el sur de 
Egipto.26 Sin embargo, la soberanía de esta dinastía fue menguando hasta llegar a influir 
solo la zona del Medio Egipto ya que, a pesar de los intentos de sus reyes de frenar a los 
invasores del Delta y de dominar todo el territorio, la realidad era que el norte seguía 
dominado por los “asiáticos” y que el sur cada vez iba ganando más fuerza y unidad 
territorial.27 
Una de las medidas tomadas para intentar doblegar al núcleo tebano fue atacarle con la 
ayuda de los príncipes del nomos de Hieracómpolis, destacando entre ellos Ânkhtifi, el 
cual les venció en varias ocasiones, llegando incluso hasta Tebas. Pero su avance se vio 
frenado por un periodo de hambrunas y aunque no se conserva documentación sobre los 
hechos posteriores, se deduce que no le fueron favorables, ya que culminó con la 
victoria tebana, produciéndose el inicio de la XI dinastía. 
Ahora bien, la victoria tebana no supuso el fin de los enfrentamientos entre los dos 
poderosos núcleos, al contrario, ya que comenzó un enfrentamiento descarnado entre el 
rey tebano, Antef II y Kheti III, de Heracleópolis. Este último obtuvo como importante 
y efímera victoria militar la invasión de Abidos. Pero tras su pérdida redirigió sus 
esfuerzos invasivos hacia el Delta, eliminando la presencia de extranjeros y 
contribuyendo al restablecimiento de la zona.28 
 
21 J. PIRENNE, Historia de la civilización del Egipto antiguo, Barcelona, 1964, p.286. 
22 E. DRIOTON - J. VANDIER, op. cit., p.184. 
23 C. VIDAL MANZANARES, op. cit., p.121. 
24 Ibíd. pp. 69-70. 
25 En el estudio en el que se basa la cronología de este trabajo (E. HORNUNG - R. KRAUSS - 
D.A.WARBURTON, (eds.), Ancient Egyptian Chronology, Leiden, 2006.), tanto la dinastía IX como la 
X quedan incluidas en las fechas que aquí referencio. 
26 J. PIRENNE, op. cit., p.299. 
27 Ibíd. p. 308. 
8 
Finalmente, aprovechando las revueltas del Norte en rechazo de los heracleopolitanos, 
Antef II (c. 2066-2017a.C) comenzó a expandir su dominio hacia el Bajo Egipto aunque 
no sin resistencias de los nomos que iba conquistando. A este rey le sucedió Antef III 
(c. 2016-2009), finalizando con la conquista y produciéndose por segunda vez en la 
historia de Egipto la unificación de todo el territorio. A pesar de ello esto no se produjo 
inmediatamente, sino que hubo que apaciguar ciertos núcleos de resistencia para 
alcanzar una estabilidad total. Esto no se consiguió hasta Mentuhotep II (c. 2009-1959 
a.C),29 el cual mantuvo la capitalidad en Tebas y comenzó a utilizar en la titulación real 
el nombre de Sematauy, título recuperado del Reino Antiguo y que simbolizaba la unión 
de ambas tierras, considerándose por tanto dioses del Alto y Bajo Egipto.30 
Un hecho que acaba siendo de gran importancia es la creación de la figura del visir, el 
cual forma parte de la corte del faraón y cuyo cargo no es hereditario. De hecho, en el 
caso de fallecimiento del faraón si no es aceptado por el suceso, deja de ser visir. Este 
título otorgaba gran importancia y responsabilidad a la persona que lo portaba, 
controlando tanto el tesoro como la administración territorial.31 
El final del periodo intermedio es incierto. Nos encontramos con el derrocamiento de 
Mentuhotep IV (c. 1947-1940 a.C), accediendo al poder un usurpador, el cual fue 
derrocado por otro usurpador al poco tiempo. Esta situación, ya de por sí inusual, 
muestra un momento de completa anarquía que culmina con el acceso al poder de 
Amenemhat I, antiguo visir de Mentuhotep IV, el primer usurpador mencionado. Esto 
hace que sea un momento de gran incertidumbre del cual la historiografía no tiene claro 
qué sucedió y porqué.32 
Dinastía XII 
La Dinastía XII fue la primera del Reino Medio y una de las más importantes de la 
historia de Egipto por todo el conjunto de características novedosas que pasaron a 
formar parte de la identidad egipcia, tanto en el ámbito cultural como en el ideológico. 
A pesar de ello su cronología es incierta. Teniendo en cuenta las corregencias que se 
comienzan a dar en este periodo, esta dinastía comenzaría en 1983 a.C con Amenemhat 
I y finalizaría en 1800 a.C con la reina Nefrusobek. 
Manetón le atribuye un total de siete faraones, teniendo los tres primeros largos 
reinados, lo cual referencia la estabilidad reinante en contraposición con el periodo 
anterior. A pesar de todo, no cuenta ni en esta dinastía ni en la anterior a Amenemhat I, 
verdadero fundador de la XII dinastía, dejándolo entre ambas.33 
Este periodo comienza de manera similar al Reino Antiguo, es decir, con la unificación 
 
29 J. PIRENNE, op. cit., p.309. 
30 N. GRIMAL, op. cit., p. 175. 
31 J. PIRENNE, op. cit., pp. 320-325. 
32 Ibíd. p. 334. 
33 C. VIDAL MANZANARES, op. cit., p.71. 
9 
del Alto y Bajo Egipto tras un periodo de gran crisis debido a los enfrentamientos por 
los distintos poderes territoriales. A pesar de ello nos encontramos con el conocimiento 
de su historia y la utilización de esta a la hora de legitimar el poder. Un ejemplo de esto 
es la evolución de la concepción divina del faraón. En el Reino Antiguo los faraones 
eran considerados dioses, siendo por tanto incuestionable su autoridad. Esto cambia 
radicalmente al final de esta etapa e inicio del Periodo Intermedio ya que, al proliferar la 
independencia de los nomos, se produce una laicización del poder, hasta que los 
patrones de los nomos necesitan legitimar su autoridad. Es en este momento cuando se 
proclaman representantes de dios. En la dinastía XII se da un paso más, pasando a 
considerarse los faraones como hijos de dios, el cual les escogió antes de nacer para 
ello. Como se puede observar, se intenta llevar a cabo las mismas acciones del Reino 
Antiguo pero modificándolas según las circunstancias de este periodo, ya que ambos 
tienen como diferencia fundamental el nivel cultural de la sociedad. Ya no existía una 
literatocracia como anteriormente, todo lo contrario. Esto provocó que se tuviera que 
sustentar el poder en la palabra más que en la fuerza y en las grandes construcciones.34 
La gran importancia que se le daba a la palabra queda referenciada en un texto de la 
dinastía X, Las instrucciones a Merikaré, el cual forma parte de la literatura sapiencial, 
en el que el padre de Merikaré le aconseja repetidas veces que haga más uso de la 
palabra que de la fuerza y que sea habilidoso con estas ya que les dará ventajas en los 
conflictos.35 Esta forma de pensar se vio reflejada en el hecho de que en este periodo se 
diera un desarrollo literario sin precedentes, naciendo nuevos géneros y utilizándose la 
literatura como medio propagandístico. Fue tal el florecimiento cultural y la calidad 
literaria que ya en el Reino Nuevo estos textos eran considerados como clásicos, 
utilizándose algunos de ellos en las escuelas como textos didácticos, como sucede por 
ejemplo con el texto a interpretar en este trabajo. Con estos textos, además de a leer y a 
escribir, se enseñaban valores culturales. 
Otro ejemplo de la utilización de su pasado es el hecho de que utilizaran el recuerdo del 
Periodo Intermedio como un periodo de crisis y desconcierto en contraposición con el 
presente. Presentándolo como el caos contra la calma, la paz, dotandoasí de un carácter 
mesiánico la nueva dinastía.36 
Según las corrientes historiográficas actuales los faraones más importantes de esta 
dinastía son Amenemhat I (c. 1939-1910 a.C) y Sesostris III (c. 1837-1819 a.C). Una de 
las primeras medidas tomadas por Amenemhat I, fundador de la dinastía, fue cambiar la 
nomenclatura real siguiendo el culto de Amón. El faraón siguiente, Sesostris I (c. 1920- 
1875 a.C), la vuelve a cambiar adoptando el culto a la diosa Useret. Ambas 
nomenclaturas se van turnando a lo largo de la dinastía.37 Otra medida importante fue la 
 
 
34 J. ASSMAN, “Egipto a la luz de un…”, op. cit., p.29. 
35 J. M. SERRANO DELGADO, op. cit., pp. 91-95. 
36 J. ASSMAN, “Egipto a la luz de un…”, op. cit., p.30. 
37 E. DRIOTON - J. VANDIER, op. cit., p.214. 
10 
creación de una ciudad llamada Itjitauy38 y el traslado de capitalidad de Tebas a esta por 
Amenemhat I. La nueva capital se encontraba en el Medio Egipto, en las cercanías de 
Licht, lugar donde construyó su pirámide y que fue utilizado como necrópolis. Para 
afianzar su poder, dio beneficios a los patronos de los nomos que le apoyaron, pero 
comienza a limitar su autoridad, limitación que irá acrecentando a lo largo de la dinastía 
hasta culminar con la eliminación de los nomos. Por último, vinculó a su hijo Sesostris 
al trono, dándose esta novedosa característica durante todo el periodo. Con esta acción 
el faraón intentaba prevenir una posible crisis de sucesión a su muerte y preparaba al 
futuro faraón, el cual en ese momento se encargaría de la política exterior.39 
El alto nivel cultural hace que los hechos más importantes del momento se vean 
reflejados en la literatura, como es el asesinato de Amenemhat I y la sucesión por su 
hijo Sesostris I. Este hecho marcó tanto a la sociedad egipcia que dio lugar a algunos de 
los textos más sonados del Reino Medio, como son el Cuento de Sinuhé y la Instrucción 
de Amenemhat I. Ambos posiblemente fueron utilizados para respaldar la sucesión de 
Sesostris I, ya que en el primero se muestra como un faraón benevolente al perdonar a 
Sinuhé y permitir su vuelta a Egipto (explicar brevemente a pie de página porqué 
huye) y en el segundo es asesorado por su difunto padre para que ejerza un buen 
gobierno. 
Durante el gobierno de Amenemhat I y después en el de Sesostris I se da una gran 
política exterior, quedando esta demostrada con la conquista de Sesostris hasta la 
Tercera Catarata. Además defendió las fronteras orientales y mantuvo el contacto con 
Siria-Palestina. Por otro lado, al igual que su padre, fue un gran constructor, lo cual 
queda evidenciado con la elevada explotación de algunas canteras. Todo esto fue 
posible por la paz imperante en su reinado, suerte de la que también gozó su sucesor 
Amenemhat II (c. 1878-1843 a.C). Pero tanto su gobierno como el de su hijo Sesostris 
II (c. 1845-1837 a.C) quedan un tanto oscurecido por las fuentes, las cuales se centran 
más en Sesostris III.40 
Este es considerado uno de los faraones más importantes de la dinastía debido a los 
cambios administrativos que produjo y a su política exterior. Los cambios 
administrativos fueron consecuencia de que los poderes locales alcanzaron su punto 
álgido, llegando a haber linajes de una antigüedad mayor que la del propio faraón y no 
teniendo muchas diferencias de funciones, por lo que acabó cortándolo de raíz 
eliminando el cargo de monarca y sustituyéndolo por un visir que controlase, con la 
ayuda de funcionarios y un consejo, el país dividido en ministerio del Norte, del Sur y 
 
 
 
38 Itjitauy no es más que la reducción que hacían los egipcios del verdadero nombre de la ciudad, el cual 
el egiptólogo N. Grimal transcribe como Imenemhat-itjitauy y traduce como “Amenemhat conquistó el 
Doble País” 
39 N. GRIMAL, op. cit., p. 179. 
40 Ibíd. pp. 180-184. 
11 
de Nubia.41 En cuanto a la política exterior, construyó fortalezas en Semna, Uronarti, 
Mirgissa y Askut, consolidando así el poder en Nubia.42 
Su hijo Amenemhat III (c. 1818-1773 a.C) tras sucederle continuó con la política 
exterior de su padre, ya que heredó de este un país próspero y en continuo crecimiento. 
Esto lo hizo reforzando la frontera de Semna, próxima a la segunda catarata, y la del 
Próximo Oriente. El periodo económico en alza le permitió la explotación del Fayum y 
de las canteras, alcanzando la dinastía su máximo esplendor. Su hijo Amenemhat IV (c. 
1772-1764 a.C) trató de continuar con la política exterior de su padre, pero 
inevitablemente a partir de este momento el esplendor del Reino Medio comenzó a 
decaer. El comienzo de la decadencia se debió a una serie de razones que en este 
momento ya no resultaban novedosas, como son los problemas hereditarios. 
Amenemhat IV falleció y fue sucedido por su hermana Nefrusobek (c. 1763-1760). Tras 
ella es cuando realmente sucede una crisis sucesoria, dándose el comienzo del Segundo 
Periodo Intermedio el cual, al igual que el primero, no deja de ser una construcción 
artificial historiográfica para delimitar una época de crisis, que en este momento fue 
marcada por la llegada de los Hiksos a Egipto.43 
Interpretación 
El Gran Himno a Hapy fue escrito por el poeta Kheti en el primer reinado de la dinastía 
XII, momento en el que se dará un salto cualitativo de la literatura egipcia respecto al 
Reino Antiguo. La literatura deja de ser únicamente un instrumento de poder y un modo 
de contabilizar el tiempo registrando las dinastías y los faraones de estas en listas reales, 
para pasar a analizar y reflexionar sobre el momento histórico que estaban viviendo. A 
pesar de no ser fuentes fidedignas, muestran el pensamiento y los valores de la época. 
Pero este cambio literario no es inmediato, sino que llevaba formándose desde el Primer 
Periodo Intermedio, momento en el que se comienza a dejar por escrito la situación en 
la que se encontraban en las inscripciones biográficas. Este hecho coincide con el 
aumento de poder y por tanto de independencia de los nomos, razón por la que pudo 
comenzar el cambio.44 
El hecho de que la literatura se vea tan influida por el tiempo en el que fue creada hace 
que a la hora de analizar este himno se deba de tener en cuenta no solo los hechos 
políticos que sucedieron, sino también las características literarias y el culto religioso 
del momento, lo cual se irá desgranando a continuación. 
Himno y poesía en la literatura egipcia 
Dentro de la literatura egipcia nos encontramos con una serie de géneros diferenciados 
entre sí por sus características gramaticales e intencionales propias. Una de las 
 
41 Ibíd. p. 186. 
42 M.R. BUNSON, Encyclopedia of Ancient Egypt, Nueva York, 2002, p.364. 
43 N. GRIMAL, op. cit., p. 187. 
44 J. ASSMAN, “Egipto: historia de…”, op. cit., pp. 118-119. 
12 
propuestas en el debate es que la literatura egipcia es una literatura en verso.45 Sin 
embargo, una de las participantes de este debate, Miriam Lichtheim, en base a la cual 
me ceñiré en este apartado del trabajo, distingue entre tres tipos de género literario: 
Prosa, verso y un estilo intermedio que denomina “estilo oracional”, que tiene 
características de ambas.46 
A la hora de encasillar al himno en uno de estos tres géneros, encajaría en el de la 
poesía, literatura en verso, ya que el himno egipcio no es más que un texto poético 
susceptible de ser cantado47 en el que se realizan alabanzas a dioses o reyes y 
exaltaciones de momentos importantes. Debido a ello a su vez estos quedan englobados 
en literatura cultual, ya que los himnos ensalzaban el carácter divino del faraón. 
Adentrándonos en el Gran Himno a Hapy, este fue escrito en la dinastía XII, siendo uno 
de los pocos himnos escritos en esta época, ya que el auge de estos se dió en Reino 
Nuevo, creándose hasta un subgénero denominado “Himno a los dioses”, en el que se 
englobaban la mayoría de ellos. Los más destacados eran los dedicados al dios solar en 
todas sus manifestaciones, siendo el que se le ha otorgado actualmente mayor 
importancia el Gran Himno a Atón,creado en el reinado de Akhenatón como una de las 
medidas para reforzar su intento de hacer una religión monoteísta teniendo como centro 
al dios solar Atón.48 
A continuación pasaré a exponer las características generales tanto del ámbito religioso 
como del ámbito toponímico egipcio, ya que teniendo estos conocimientos básicos 
resulta más fácil ahondar en el significado del himno que aquí atendemos. 
Ámbito religioso 
Egipto ha sufrido a lo largo de su historia una transformación constante en el ámbito 
religioso. No tenemos demasiada información acerca del nacimiento de las divinidades 
egipcias ya que, debido a la antigüedad de estas, solo nos podemos basar en evidencias 
arqueológicas, enfrentándonos a una gran dificultad a la hora de realizar una 
interpretación de estas. A pesar de ello, es evidente la deificación primigenia de 
elementos con los que se encontraban en el día a día. Con el nacimiento del estado nace 
tanto un conjunto de divinidades como la divinización del faraón, lo cual marca 
irremediablemente toda la historia egipcia.49 En el Reino Antiguo no hay un culto tan 
desmedido a los dioses como en el Reino Medio por ejemplo, centrándose este el 
ámbito funerario, sobre todo el faraónico. Este cambio se debe a las características 
históricas explicadas anteriormente, es decir, a la búsqueda de legitimidad en el poder 
de lo gobernantes mediante una justificación divina. Esto se intenta llevar a cabo 
 
45 D.B. REDFORD (ed.), The Oxford Encyclopedia of Ancient Egypt, vol.2, New York, 2001, p. 302. 
46 M. LICHTHEIM, Ancient Egyptian Literature, vol.2: The New Kingdom, London, 2006, p.8. 
47 Este aspecto se tratará en mayor extensión en el apartado del ámbito religioso, más específicamente en 
Fiestas Egipcias, pp. 17-18. 
48 M. LICHTHEIM, “Ancient Egyptian Literature, vol.2…”, op. cit., p.6. 
49 R.H. WILKINSON, Todos los dioses del antiguo Egipto, Madrid, 2003, pp.12-15. 
13 
realizando el culto de elementos que anteriormente no estaban divinizados y erigiendo 
monumentales construcciones ya no solo para el descanso eterno del faraón, sino para el 
culto a estos dioses.50 
Respecto a la evolución divina que los faraones han tenido a lo largo de todo este 
periodo de tiempo, que ha quedado reseñada en el punto de la Dinastía XII de este 
trabajo, es interesante destacar dos modelos creados por el egiptólogo J. Assman para 
clasificar esta evolución. Esto son el “Modelo encarnativo” y el “Modelo constelativo”. 
La diferencia entre ambos radica tanto en el dios en el que se basan como en el modo en 
el que este le afecta al faraón. En el Modelo encarnativo, el faraón cuenta en su 
titulatura real con el nombre de la divinidad Horus, siendo su título de mayor 
importancia y permitiéndole ser considerado la encarnación de dicho dios en la tierra y 
no su representante. En cambio, el Modelo constelativo supone el nacimiento del faraón 
como hijo del dios Ra. Este segundo modelo nació en la IV dinastía y llegó a su punto 
álgido en la V dinastía, produciéndose incluso la construcción de templos solares, 
aunque más tarde esta costumbre es abandonada. Lo relevante para este trabajo es su 
recuperación en la XII dinastía, debido a la necesidad urgente de presentarse como una 
dinastía mesiánica respecto al periodo anterior, el cual se presenta en los texto de la 
época como el caos absoluto. En ese periodo los gobernantes no eran más que 
representantes de los dioses y en contraposición ellos eran elegidos antes de nacer por la 
divinidad del lugar.51 
Finalmente, antes de adentrarnos en las divinidades que aparecen en El Gran Himno a 
Hapy, hay que tener en cuenta una serie de características básicas de las divinidades 
egipcias para así poder entenderlas, ya que el pensamiento actual difiere totalmente del 
egipcio, haciendo que nos quedemos en la superficie del tema si lo estudiamos desde 
nuestra perspectiva. 
Nos podemos encontrar dentro del panteón egipcio con dioses de apariencias 
antropomorfas, zoomorfas, híbridas y compuestas. Desde los inicios de la religión 
egipcia se han divinizado elementos y fenómenos naturales, a los cuales se les solía 
representar con figuras humanas, y animales. La combinación de ambas, ya fuera dioses 
animales con formas antropomorfas o viceversa, es lo que se denomina representación 
híbrida. En cuanto a las compuestas, estas eran las representaciones de dioses de alguno 
de los dos primeros tipos unidos, quedando figuras que quizá hoy en día nos resultan 
desconcertantes pero que en ese momento estaban dotadas de sentido religioso. 
Pero ni los dioses tenían una única identidad, ni estas representaciones eran exclusivas 
de cada dios, sino que iban variando en función a sus necesidades, teniendo por tanto 
que hacer un mayor esfuerzo a la hora de comprender estas divinidades. Uno de los 
mayores ejemplos de ello nos lo encontramos en un dios tan relevante como es el dios 
 
50 J. ASSMAN, “Egipto: historia de…”, op. cit., p.234. 
51 
J. ASSMAN, “Egipto a la luz de un…”, op. cit., p.43-45. 
14 
solar Ra. Este se caracteriza por contar con diversas manifestaciones, las cuales tienen 
nombre, características y funciones propias, sin desligarse de su identificación con el 
sol.52 
Otra característica importante de las divinidades egipcias es el sincretismo que entre 
estas se produce. Esto era muy habitual y consistía en la unión de distintos dioses, ya 
fueran dos o más, en uno solo, creando en ocasiones divinidades nuevas. A la hora de 
unirse no era relevante que fuesen dioses similares, ya que el objetivo de esta unión era 
la complementación de ambos.53 
Por último, estas divinidades se solían agrupar, formando parejas o familias completas, 
ya fuese por razones religiosas, geográficas o políticas. Nos podemos encontrar 
agrupaciones con distintos números de dioses, pero las más destacadas eran las diadas, 
triadas y enéadas. No es de extrañar la unión divina en diadas teniendo en cuenta la 
constante dualidad presente en el pensamiento egipcio, ya fuera en el ámbito geográfico 
con la división entre Alto y Bajo Egipto, o con las divinidades. Estas dualidades se 
fundamentaban en la necesidad de la segunda deidad para dotar de sentido su 
existencia.54 Encontramos la máxima expresión de esto en Horus y Seth, el orden y el 
caos, ya que no tendrían razón de existencia si alguno de los dos no existiera. 
Curiosamente, la XII dinastía inicia apelando a este concepto, presentándose como 
salvador ante el caos.55 Las triadas se caracterizan por estar formadas por familias, 
encontrándonos por ejemplo con la triada de Amón, Ra y Ptah en el Reino Nuevo. En 
cuanto a las Enéadas, estas son agrupaciones de nueve deidades, siendo una de las más 
importantes la Enéada de Heliópolis, la cual es nombrada en el Gran Himno a Hapy.56 
Dioses del himno 
 
- Ra57 
Ra era el dios solar por antonomasia y la divinidad más importante de Egipto. Fue uno 
de los más antiguos del panteón egipcio y su importancia ha sido constante a lo largo de 
la historia del país, por lo que se han conservado numerosas manifestaciones cultuales 
en su honor. 
Esta deidad solar estaba dotada de un gran carácter universalista, apareciendo tanto en el 
cielo, como en la tierra y en el subsuelo. Según las leyendas mitológicas egipcias Ra, en 
una época primigenia, se encontraba en la tierra y controlaba todas sus manifestaciones, 
como son por ejemplo las cosechas y las inundaciones. Cuando este era demasiado 
 
 
52 R.H. WILKINSON, op. cit., pp.27-30. 
53 Ibíd. pp. 33-35. 
54 Ibíd. p. 74. 
55 S. QUIRKE, La religión del Antiguo Egipto, Madrid, 2003, p.63. 
56 R.H. WILKINSON, op. cit., pp.78-79. 
57 Consultar ilustración 2 del Anexo. 
64 R.H. WILKINSON, p. cit., p. 117. 
15 
 
mayor para continuar con su labor, la diosa Nut se convirtió en una barca para 
transportarlo, convirtiéndose inmediatamente en rey del cielo, navegando por este 
durante las horas diurnas. Pero al finalizar el día con otra barca se introducía en el 
interior de la tierra y navegabaen su interior hasta que con el amanecer emergiera de 
nuevo a la superficie. Pero según estas leyendas, justo antes del amanecer se enfrentaba 
con su rival, el dios Apofis, representado en forma de serpiente. De esta manera, al 
vencerle y ascender lo hacía en calidad de renacido, luchando contra el caos por la 
noche para que pudiera nacer un nuevo día. Este mito enlaza con la visión del tiempo 
cíclico de los egipcios, ya que con esta lucha nocturna de Ra se producía el constante 
retorno de un nuevo día. Además era considerado padre de todos los seres vivientes, 
siendo por tanto comprensible que fuese el dios principal.58 
Como se ha mencionado anteriormente, Ra tenía numerosas manifestaciones, 
encarnando estas distintos aspectos solares, los cuales eran: Khepri el amanecer; Ra el 
sol del mediodía; Atum el atardecer.59 Y mediante el sincretismo producido con Horus, 
nace la deidad Ra-Horakhty, la cual simboliza el horizonte.60 
Al ser un dios de carácter universal su culto se daba a lo largo de todo Egipto, pero la 
base de este se encontraba en Heliópolis, lugar en el que se encuentra su enéada, la Gran 
Enéada.61 
- Geb62 
Geb es la divinidad de la tierra, siendo por tanto muy importante, ya que era gracias al 
cual se producían los cultivos. Pero tenía un doble filo, ya que a la vez era productor de 
males, como lo son por ejemplo los terremotos. Por lo cual se le adoraba y se le 
guardaba un gran respeto a la vez. Esta forma parte de la creación del mundo en la 
mitología egipcia, ya que tras la separación de la divinidad del cielo, Nut, por Shu, la 
divinidad del aire seco y su padre, nacieron cuatro deidades más, formándose así la 
Enéada solar Heliopolitana.63 
- Nepri (Neper) 
 
Esta era la divinidad agraria de los cereales, estando por tanto subordinada a las 
caprichosas inundaciones del Nilo para lograr una buena cosecha.64 Esta fue 
incorporada en la época de la unificación de Egipto al culto de Osiris. 
 
 
 
58 Ibíd. pp. 206-209. 
59 Ibíd. p. 33. 
60 S. QUIRKE, op. cit., p. 30. 
61 R.H. WILKINSON, op. cit., p. 209. 
62 Consultar ilustración 3 del Anexo. 
63 S. QUIRKE, op. cit., p. 37. 
16 
- Ptah65 
Ptah era la divinidad de los artesanos, lo cual le relacionaba directamente con la 
escultura en piedra y por tanto con la tierra. Esta relación con la tierra hacía que se le 
identificara también con el mundo de los muertos. Fue una de las primeras divinidades 
de Egipto y su culto se dio mayormente en Menfis.66 
- Khnum67 
Khnum era un dios creador de vida, representado por un carnero. Se le consideraba un 
dios alfarero porque se creía que creaba a los humanos como si estos fueran de barro. Se 
relacionaba a este con el Nilo porque estaba asociado a la Primera Catarata, desde 
donde podría controlar sus inundaciones. Su culto estuvo centrado mayormente en 
Asuán desde el inicio del Estado.68 
- Sobek69 
Sobek era una de las variadas divinidades dedicadas al cocodrilo, pero con el paso del 
tiempo fue asimilando la mayoría de estas.70 Era venerado en mayor medida en las 
zonas más susceptibles al peligro que suponía este animal, siendo un ejemplo de estas la 
zona del Fayum. Este se une al dios solar Ra bajo la denominación de Sobek-Ra.71 
- Hapy72 
Por último, en cuanto a Hapy hay varios aspectos a matizar en cuanto a su consideración 
como deidad y en cuanto a qué representa exactamente. A la hora de realizar un estudio, 
como es este caso, sobre el Nilo, las fuentes rápidamente lo identifican ya no solo como 
deidad, sino como personificación del Nilo. Si la afirmación de que Hapy es el dios del 
río ya es dudable, el uso de la palabra “personificación” para describirlo, dando por 
hecho que solo tiene una representación, hace imposible su comprensión desde nuestra 
perspectiva actual. Esto se debe a que con el estudio de los mitos de la creación 
egipcios, himnos, inscripciones y relieves, se puede observar la versatilidad de Hapy. 
Además este no se asocia tanto al Nilo, sino a la inundación de este, apareciendo 
vinculado a distintos ámbitos a la vez y de distintas formas. Por ello resulta tan 
complicado asociarlo únicamente a una divinidad, encajando más bien dentro del 
término de “Genio”. 
Apoyando el hecho de que con el nombre de Hapy se denomina a la inundación, nos 
 
65 Consultar ilustración 4 del Anexo. 
66 Ibíd. pp.123-124. 
67 Consultar ilustración 5 del Anexo. 
68 Ibíd. pp.194-195. 
69 Consultar ilustración 6 del Anexo. 
70 Ibíd. p. 218. 
71 S. QUIRKE, op. cit., p. 67. 
72 Consultar ilustración 7 del Anexo. 
17 
encontramos con que los egipcios denominaban al Nilo como Iteru, que no es más que 
la palabra “río” en egipcio, siendo el nombre que ha llegado hasta nosotros la traducción 
griega de este.73 
Hapy representaba la fertilidad, ya que gracias a las inundaciones del río, el limo que 
depositaba hacía posible una agricultura próspera. Pero como contraposición, a su vez 
podía provocar el caos al darse los denominados “Nilo alto y Nilo bajo”, es decir, la 
excesiva inundación o la sequía, provocando ambos grandes periodos de hambrunas y 
penurias en Egipto, de ahí que se realizara un mayor culto a Hapy en las zonas en las 
que el Nilo era más problemático, como por ejemplo Gebel el-Silsila y cerca de la 
Primera Catarata.74 Sin embargo, su culto no era tanto con la realización de 
monumentales construcciones, como sucedía con otros dioses, sino con rituales y 
ofrendas. Una de las manifestaciones de esto es la obra literaria en la que se basa el 
presente trabajo.75 
Fiestas egipcias 
 
La adoración y culto de estos dioses se podía observar en gran medida en las 
festividades egipcias, ya que eran uno de los pocos rituales en los que el pueblo llano 
podía participar y en los que se tenía un verdadero sentimiento de unidad de la ciudad 
donde se produjera. Este sentimiento de unidad se basaba en la veneración de toda una 
ciudad al dios patronal de esta. 
Estas fiestas se celebraban bajo la concepción de que durante esta se suspendía 
temporalmente la unión entre Geb y Nut, permitiendo la presencia de los mismos dioses 
en esta. Debido a ello, en estas se escenificaban las acciones que se producían en la 
época en la que estos se encontraban en la tierra.76 
Un concepto que cobraba mucha importancia en las festividades era el de renovación, 
teniendo muchos de estos al Nilo como elemento central. La vida en Egipto giraba en 
torno a este y las fiestas no iban a ser menos. Debido a ello, se crearon celebraciones 
coincidiendo con momentos clave en la inundación del Nilo, como son la crecida del 
Nilo y su retirada. En estos momentos se producían la festividad del Año Nuevo y las 
festividades al terminar el mes de Joiak respectivamente.77 
En relación con el Gran Himno a Hapy, se cree que este posiblemente era cantado en las 
fiestas en su honor, seguramente con un arpa como acompañamiento musical.78 De 
hecho, el mismo himno hace alusión a que en as fiestas egipcias se tocaba este 
 
 
73 Ibíd. p. 64. 
74 R.H. WILKINSON, op. cit., pp.106-107. 
75 S. QUIRKE, op. cit., p. 66. 
76 J. ASSMAN, “Egipto: historia de…”, op. cit., pp. 292-293. 
77 H. FRANKFORT, Reyes y Dioses, Madrid, 1976. 
78 M. LICHTHEIM, “Ancient Egyptian Literature, vol.1…”, op. cit., p.205. 
18 
instrumento. El hecho de que fuese cantado quizá es el causante de que al final del 
himno aparezca una especie de estribillo o estrofa con rima, que le da cierto ritmo a 
este. 
Interpretación del himno desde el punto de vista religioso 
 
A la hora de analizar el Gran Himno a Hapy desde el punto de vista de los dioses que en 
él aparecen, que son los explicados anteriormente, es relevante no solo en qué términos 
referencia a estos, sino que también en qué parte de este aparecen, ya que hay una 
degradación por importancia de estos. 
En la primera estrofa, tras la alabanza inicial del himno, ya aparecen las cuatro 
divinidades con las que tiene Hapy una mayor relación, ya que interactúan directamente 
con el Nilo y sus inundaciones. Estas son: Ra, Geb, Nepriy Ptah. Esta parece tratar el 
mito de la creación egipcia de Heliópolis, lugar del que se deduce por tanto que es 
donde pudo ser creado el himno. Esta conclusión radica en el hecho de que primero 
nombra a Ra, tratándolo como su creador, cuando este lo es según la concepción de 
creación que se tenía en este enclave. Tras esto nombra al rocío que desciende del cielo 
y seguidamente a Geb, dios de la tierra, lo cual parece enlazar directamente con el mito. 
En este se narraba como el dios solar en forma de Atón creó a Shu y a Tefnut, los cuales 
son los dioses del aire seco y húmedo respectivamente. Estos a su vez tuvieron a dos 
hijos, Geb y Nut, dioses de la tierra y del cielo. Al enamorarse estos Shu enfureció y 
decidió separarlos, quedando él en medio. Tras este suceso, según la mitología 
heliopolitana, nacieron el resto de deidades, como por ejemplo los hijos de dicha pareja 
que fueron Osiris, Seth, Isis y Neftis, formando así la Gran Enéada de Heliópolis. Esta 
teoría se vería reforzada por el hecho de que más adelante en el himno esta es 
nombrada.79 Tras esto se nombra a Hapy como soberano de Nepri, divinidad del grano, 
y como factor que hace que progrese la destreza del dios de los artesanos, Ptah. 
La siguiente deidad a la que hace alusión es Khnum, nombrándolo también como su 
creador. A pesar de parecer una contradicción, ya que su creador es Ra, es un hecho con 
mucho sentido en el pensamiento egipcio. Esto se debe a que Ra crea a un Iteru 
primigenio y Khnum es el que provoca las inundaciones desde las inmediaciones de la 
primera catarata, donde Hapy tiene su caverna, referenciada más adelante en el texto. 
El último dios que aquí aparece es Sobek. La frase exacta que en la traducción del 
Himno de Serrano aparece es “El que quedó encinta de Sobek, que dio a luz a las 
aguas”.80 Con esto puede hacer alusión tanto a la consideración egipcia de que Sobek 
despojaba a las mujeres de sus maridos, como de la creación del Nilo a raíz de su sudor, 
aludiendo en ambos casos a su capacidad reproductora y relacionándose por tanto con la 
 
 
79 Ibíd. p. 37. 
80 
Recordamos que el Gran Himno a Hapy extraído de M. SERRANO DELGADO, op. cit., p. 49. se 
encuentra en el Anexo. 
19 
fertilidad.81 
Observando la localización en donde se realizaba mayoritariamente el culto a estos 
dioses,82 nos encontramos con una concentración mayor de estos en el Bajo Egipto, 
encontrándonos como excepciones a Hapy y a Khnum. La adoración de estos dos 
último en el Alto Egipto se debe a que generalmente el culto a Hapy se daba en zonas en 
las que la violencia e impredecibilidad del Nilo era mayor, como es el área cercana a la 
primera catarata, y a que se creía que Khnum controlaba sus inundaciones desde las 
cavernas encontradas en esa zona. 
A pesar de la excesiva división que se observa en el mapa que se encuentra en el anexo, 
realmente la mayoría de estos dioses eran adorados a lo largo y ancho de Egipto, ya que 
simbolizaban a elementos fundamentales para la vida en Egipto, como lo son el sol, la 
tierra, las inundaciones del Nilo y el cultivo. 
 
 
Ámbito de toponímico 
El Nilo era la columna vertebral de Egipto, haciendo posible la existencia de distintas 
culturas a pesar de encontrarse en una de las zonas desérticas más grandes del mundo.83 
Gracias a la fertilidad del limo que depositaban las inundaciones, rápidamente se 
crearon comunidades de personas que se abastecían con lo que iban cultivando en estas 
tierras y que acabaron asentándose en el lugar. 
Egipto se encontraba delimitado por fronteras naturales, como lo era el estrecho valle 
que lo separaba de Nubia al sur, el mar Mediterráneo en el norte, una zona 
semidesértica al oeste y hacia el este una zona desértica. Gracias a las características 
geográficas del lugar no tenían demasiados conflictos con extranjeros, siendo la zona 
más peligrosa en ese sentido la frontera este, por la cual sufrían invasiones de 
comunidades nómadas tanto en el Periodo Intermedio como en el Reino Medio.84 
Dentro del país también existían características geográficas que provocaban grandes 
diferencias entre las distintas zonas, como son la zona del Valle y del Delta del Nilo, 
identificándose estas como Alto y Bajo Egipto respectivamente. La dualidad topográfica 
natural que aquí nos encontramos marca irremediablemente el pensamiento egipcio. Sin 
embargo, entre ambos se suele identificar una zona con particularidades propias entre 
Asiut y el Delta, denominada Egipto Medio. 
Un hecho que afectó notablemente a la vida en Egipto fueron los cambios climáticos, 
los cuales provocaron variaciones en el nivel del Nilo y una mayor aridez de la zona. 
 
81 R.H. WILKINSON, op. cit., p. 218. 
82 Mirar Imagen 1 del Anexo. 
83 B.J. KEMP, El Antiguo Egipto. Anatomía de una civilización, Barcelona, 1992, p. 17. 
84 J. PIRENNE, op. cit., p.17. 
20 
Esto hacía que se tuvieran que llevar a cabo canales de irrigación para intentar 
combatirla.85 
En lo que al Nilo se refiere, la época de la inundación comenzaba en el mes de Julio y 
duraba cuatro meses. Esta se veía aumentada notablemente gracias a los afluentes que 
confluían en el río, siendo los principales el afluente Atbara y el Nilo Azul, naciendo 
ambos en las montañas etíopes, junto con las lluvias de la misma zona, y el Nilo Blanco, 
proveniente de la región ecuatorial.86 En estos meses toda la zona quedaba bajo el agua 
del río a excepción de las aldeas y ciudades que estaban formadas en lugares más 
elevados. La inundación (ajet) transportaba todo tipo de minerales, dejando tras la 
retirada del agua sobre el mes de noviembre un manto de limo que fertilizaba la tierra, 
momento en el cual se cultivaba (peret). Los cultivos eran recogidos entre los meses de 
marzo y abril, tras lo cual hasta la siguiente inundación la tierra se secaba (shemu).87 
Estos tres periodos, inundación, cosecha y sequía, eran las tres estaciones del año 
egipcio, los cuales se relacionaban con el dios solar Ra y su capacidad de influencia en 
la tierra y por tanto en las inundaciones.88 
Como intento de controlar las inundaciones se crearon pequeños canales y embalses, 
pero a pesar de ello el Nilo era impredecible, dándose en numerosas ocasiones los 
llamados Alto y Bajo Nilo, que no son más que inundaciones excesivas o sequías, 
ambas hechos demoledores para la población egipcia, ya que provocaban malas 
cosechas y con ello hambrunas, como queda reiterado continuamente en el Gran Himno 
a Hapy. 
En cuanto a las cosechas, se producía tanto una agricultura de cereales, como son el 
trigo y la cebada, se plantaba lino, y se creaban huertos, con diversas frutas y 
verduras.89 
Interpretación del himno desde el punto de vista toponímico 
 
El Gran Himno a Hapy está plagado de referencias que hacen alusión a las 
características inherentes del Nilo, desde su topografía hasta los efectos de las 
inundaciones sobre la población. Debido a ello es importante para entenderlo tener una 
mínima base al respecto, tanto del Nilo y sus inundaciones, como de la época en la que 
fue escrito, ya que algunos hechos descritos pueden ser consecuencia de esta. 
Ya en el inicio del himno se hace una alabanza a Hapy como inundación del Nilo, lo 
cual no para de reiterar de diversas maneras. Tras esto hace alusión a su ocultación en la 
naturaleza y a su color oscuro, pudiendo referirse respectivamente a su impredecibilidad 
y a la oscuridad del limo que deposita. En este primer párrafo lo denomina “Leche del 
 
85 N. GRIMAL, op. cit., p. 156. 
86 J. M. PARRA, Introducción. En J. M. PARRA (Coord.), El Antiguo Egipto, Madrid, 2009, p. 15. 
87 B.J. KEMP, op. cit., p. 18-19. 
88 R.H. WILKINSON, op. cit., p. 206. 
89 Ibíd. p. 156. 
21 
Alto Egipto”90, haciendo referencia a la primera catarata, donde se encuentra la caverna 
de Hapy, y desde donde Khnum controlaba las inundaciones, irrigando por tanto los 
campos, como bien indica el himno. 
En el segundo párrafo ya comienza a hacer alusión al Bajo Nilo, a la sequía, utilizandola frase “(Cuando) falta, se obstruyen las narices”91. Esto puede ser tanto una expresión 
egipcia, como una consecuencia real producida por la aridez del clima, ya que por 
ejemplo esta provocaba que se tuvieran que pintar los ojos con grasa animal para que no 
se resecasen. Ante esta sequía es lógica la escasez de cosecha y por tanto la reducción 
de ofrendas a las dioses y de fiestas en su honor. 
Tras esto vuelve a aludir a la alegría que producen las buenas inundaciones, siendo estas 
conquistadoras del Alto y el Bajo Egipto. Y nombra el hecho de que posibilitaban la 
navegación en la marisma, lo cual propiciaba que el Delta fuera una zona marinera, con 
navíos y barcas que permitía el comercio con Asia por ejemplo.92 
El siguiente párrafo muestra el gran desconocimiento de los propios egipcios sobre la 
proveniencia de las aguas de la inundación y de como estas se podían controlar, ya que 
a pesar de los canales que creaban con esta intención, se producían de nuevo periodos 
de Nilo Alto y Bajo. 
En el mismo párrafo se nombran una serie de elementos importantes e imprescindibles 
para la vida en Egipto, como lo son la ropa, el alimento y la escritura, lo cual se lo 
aporta el Nilo. Esta referencia a la escritura y a la palabra muestra una vez más, dentro 
de la literatura egipcia, la importancia que se le daba. 
De nuevo hace alusión al Delta y a su contacto con el Mediterráneo y a las fiestas 
egipcias, nombrando que en estas se tocaba el arpa. En cuanto al ámbito territorial, 
nombra al Consejo de Magistrados del Sur. No hay que olvidar el momento en el que 
fue creado el himno, la XII dinastía, la capital se trasladó a Itjitauy, que se encontraba 
en Egipto Medio, para poder así llevar a cabo un mejor control territorial. Estos 
consejos eran por tanto consejos de la nobleza utilizados por el faraón para intentar 
controlar el poder levantisco del sur y así mantener el poder. 
En resumen, se pueden ver en el himno tanto las cosas buenas como las malas que 
conllevan las inundaciones del Nilo ya que, volviendo a referenciar a la marcada 
dicotomía del pensamiento egipcio, sin caos no hay orden, por lo que una forma de 
alabar en mayor medida a este fenómeno es nombrado las consecuencias que suponen 
su falta. 
 
 
 
 
90 J. M. SERRANO DELGADO, op. cit., p. 48. 
91 Ibíd. p. 48. 
92 J. PIRENNE, op. cit., p.19. 
22 
Conclusión 
El Gran Himno a Hapy es una alabanza continua al Genio, por ponerle una etiqueta, de 
la inundación del Nilo y la fecundidad. Respecto a la concepción de Hapy hay una gran 
confusión en las fuentes, siendo tratado de diversas formas según de la que se trate. Por 
regla general se encuentra nombrado como Dios de las inundaciones o personificación 
del Nilo en sí. El problema de esto radica en el hecho de que Hapy se asocia a ámbitos 
variados, acercándose más su definición como Genio. 
La creación de Hapy en este momento determinado, la XII dinastía, momento en el que 
se acababa de reunificar el Alto y Bajo Egipto, pudo ser debida a la intención de que 
reforzase esa unión, presentándose este como genio dual del país. El Nilo es el pretexto 
perfecto para lograr esta unión, ya que atraviesa a lo largo todo el territorio bajo la 
forma de un elemento natural que permite la vida en un lugar desértico, un río. Debido a 
ello, este himno no es más que una muestra de la gran importancia que tenía el río en 
Egipto para todos sus habitantes, sin importar en que lugar de este se encontrasen ni la 
clase a la que pertenecieran. 
Otra de las causas que pudo producir la creación de este himno fue la radicalización de 
las temperaturas, dándose una mayor desertización y provocando consecuentes cambios 
en la afluencia del Nilo. Es razonable llegar a la conclusión de que estos cambios dieron 
a épocas de malas cosechas y por tanto de hambrunas, intentando quizá el favor de los 
dioses a base de alabanzas como esta, festividades en su honor y ofrendas. 
La dualidad permanente en el pensamiento egipcio no queda tan solo adscrita al propio 
Hapy sino también a la hora de mostrar las dos partes de un mismo hecho, no pudiendo 
haber una buena crecida del Nilo si no existe el Alto y Bajo Nilo. Debido a ello, aunque 
se centra mayormente en los aspectos positivos de las inundaciones, muestra en cuatro 
párrafos de estos lo que conlleva que estas no se den o se produzcan en exceso. 
Tras su lectura reiterada y estudio del ámbito religioso, he llegado a la conclusión de 
que pudo ser escrito en Heliópolis o bajo el culto que en esta zona se predicaba, ya que 
las divinidades que en esta aparecen recuerdan a su mito de la creación. Además son 
nombrados primero dos de los dioses que participaban de este mito, cuando tras la 
lectura general del texto queda patente su disposición con degradación de importancia 
de mayor a menor. 
Como se puede observar en el ámbito religioso y toponímico del presente trabajo, es 
difícil nombrarlos por separado, apareciendo rasgos de ambos en los dos puntos. Esto se 
debe a que es una división artificial usada de manera didáctica para alcanzar a 
comprender mejor el himno. Lo que demuestra la imposibilidad de llevarlo a cabo es la 
gran unión que mostraban estos dos ámbitos, siendo los elementos geográficos y 
religiosos la base de la vida en Egipto. 
23 
 
 
Anexos 
El Gran Himno a Hapy 
Adoración a Hapy: 
¡Salve, Hapy, (tú) que has surgido de la tierra, que has venido para [dar la vida a 
Egipto! 
Oculto de naturaleza, oscuro en (pleno) día 
Leche del Alto Egipto que irriga los campos 
Creación de Re para vivificar a todo el que padece sed 
Que sacia al desierto (cuando) desciende el rocío (del cielo) 
Bienamado de Geb, que gobierna a Nepri 
Que hace prosperar las artes de Ptah. 
 
Señor de los peces, que permite que vayan hacia el sur las aves [migratorias 
Sin que ningún ave llegue a destiempo; 
Que hace la cebada, que produce la espelta 
Que pone los templos en fiesta. 
(Cuando) falta, se obstruyen las narices 
Todo el mundo se empobrece 
Se reducen las ofrendas a los dioses 
Y perecen millones de hombres. 
Se roba hasta en los confines de la tierra 
Yendo errantes grandes y pequeños; 
(Sin embargo) la gente se mezcla (gozosa) 
Cuando él llega, (después de que) Khnum lo ha creado 
(Cuando) él se desborda, la tierra se llena de júbilo 
Y todos los seres se alegran 
Todas las mandíbulas ríen 
Quedando todos los dientes al descubierto. 
 
Que provee de alimentos, grande de provisiones 
Que produce todos los bienes, señor de la crecida 
De dulce olor, (cuando) el incensario ha venido 
Que produce el pasto para el ganado 
Que permite los sacrificios para cada dios. 
Residiendo en el más allá, controla el cielo y la tierra 
Conquistador del Doble País, que llena los almacenes 
Que agranda los graneros, que da bienes a los indigentes 
 
Que hace florecer los árboles de cada remanso 
24 
Sin que por ello se debilite, 
Que hace que existan barcos en la marisma. 
Sin estar labrado en piedra, se apodera de las montañas en su [inundación; 
 
Sin que se le (pueda) apercibir, trabaja sin ser controlado. 
Que es exaltado en secreto, sin que (pueda) conocerse el lugar en el [que está, 
Sin que se encuentre su caverna en escrito (alguno). 
Agua que cruza las colinas 
Sin que su presa (pueda) ser atravesada, sin que su deseo (pueda) ser [guiado. 
Le acompaña un gran cortejo de magistrados; 
Se le saluda como a un rey, fijo en su tiempo 
(Cuando) ha venido en su estación para colmar el Alto y Bajo Egipto; 
Es esperado con todos los ojos fijos en él 
Que proporciona abundancia de bien. 
 
El que estaba en la necesidad sale en la alegría 
Habiendo respirado todos los corazones. 
El que quedó encinta de Sobek, que dio a luz a las aguas 
(Mientras que) la Enéada de Dioses que está con él se mantenía [apartada. 
 
(Cuando) escupe, atraviesa la marisma e irriga la tierra entera; 
A uno fortalece, a otro empobrece 
Sin que ninguno pueda disputar con él 
Creador de paz, no se le puede resistir, no hay quien lo limite. 
 
Creador de luzque ha salido de la oscuridad, engordando al ganado 
Cuya fama es todo lo que ha sido creado. 
Ninguna región puede vivir sin él 
Los hombres se visten con el lino que él ha originado. 
Que ha hecho que el Dios-Tejedor se aplique a su trabajo 
(Tras que) el Dios-Prensador haya hecho su aceite 
De cuya saliva se apodera Ptah. 
A través de él se producen todos los trabajos 
Todos los escritos de la palabra del dios 
(Ya que) es él quien provee de papiros. 
 
Que entra en el más allá, que sale del cielo 
revelándose (cuando) sale de su secreto; 
Poca gente se aflige (cuando) han matado al aguacero del año (?) 
(Después de que) haya sido vista Tebas como una marisma 
Todos los hombres sacan sus armas 
No hay cuerdas para las amarras, no hay ropas para vestir(se) 
Los hijos de los nobles no (pueden) engalanarse 
25 
No hay pintura de ojos, ni aceites 
Nadie puede ser ungido. 
Que fija la verdad en los corazones de los hombres 
(Cuando quieren) decir mentiras a los pobres; 
Que contrae nupcias con el mar 
Sobre cuyas aguas nadie tiene control. 
Todos los dioses te adoran 
Como el que hace que bajen las aves desde el desierto; 
Nadie (puede) golpear su mano con oro 
Nadie (puede) quedar ebrio de plata 
No (se puede) comer el auténtico lapislázuli 
El cereal es quién está al frente de la prosperidad. 
 
Se empieza a tocar para ti el arpa 
Siendo tocada con las manos para ti. 
Se regocija ante ti el Consejo de Magistrados del Sur... 
(Después de que) hayas sido provisto de una muchedumbre Que 
ha venido trayendo riquezas, adornada con finos ungüentos 
(Tú) que haces florecer el color de los cuerpos de los hombres 
Que vivificas el corazón de la mujer encinta 
Que deseas multitud de todo tipo de ganado. 
 
(Cuando) apareces sobre la ciudad del hambre 
Se sacian entonces ellos con los buenos productos del campo 
La jarra en la boca y la flor de loto en la nariz 
Habiéndose derramado todas las cosas sobre la tierra 
Habiendo todo tipo de plantas en las tierras bajas; 
El hambriento se ha olvidado de sí 
(Pues) la buena fortuna se ha establecido en las casas 
La tierra entera se pone a brincar. 
Cuando te desbordas, Hapy, se te hacen ofrendas, se te sacrifican [bueyes 
Para ti es la gran ofrenda, para ti se ceban aves 
Para ti se preparan los leones del desierto 
Para ti se provee el fuego del sacrificio 
Se hacen ofrendas a cada dios de acuerdo con lo que Hapy ha hecho 
A saber: incienso, aceite fino, bueyes de cuernos largos y bueyes de 
[cuernos cortos, y aves 
Como holocausto para Hapy en su caverna del sur 
Cuyo nombre no (puede) ser conocido en el más allá 
Y bajo cuya forma no (puede) aparecer ningún dios. 
26 
Vosotros, gente (toda) que alabáis a los dioses 
Respetad el temor que su hijo ha creado 
El señor del Todo que sostiene las orillas 
 
¡Oh, gozo cuando tú vienes! 
¡Oh, gozo cuando vienes, Hapy! 
¡Oh, gozo cuando tú vienes! 
Tú que alimentas a los hombres y rebaños 
Con el regalo de tus praderas 
¡Oh, gozo cuando tú vienes! 
¡Oh, gozo cuando vienes, Hapy! 
¡Oh, gozo cuando tú vienes!”.93 
 
 
Imágenes 
 
 
Ilustración 1. Zona de culto de los distintos dioses del Gran Himno a Hapy. Fuente: Elaboración propia 
 
 
93 J. M. SERRANO DELGADO, op.cit., 48-51. 
 
 
 
 
 
 
Ilustración 2. Divinidad solar Ra, dándole vida al 
faraón Ramsés III. Fuente: R.H. WILKINSON, op. 
cit., p. 207. 
Ilustración 3. Alegoría del mito de la creación 
según el culto de Heliópolis, en la que aparece 
el dios Shu entre Geb y Nut. Fuente: Ibíd. p. 
106. 
 
 
Ilustración 4. Dios Ptah. Fuente: Ibíd. p. 125. Ilustración 5. Dios Khnum con 
representación híbrida. Fuente: Ibíd. p. 
194. 
 
 
 
Ilustración 6. Dios Sobek. Fuente: Ibíd. p. 
219. 
Ilustración 7. Representación dual de 27 
Hapy. Fuente: Ibíd. p. 107. 
28 
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J.M. SERRANO DELGADO, Textos para la Historia Antigua de Egipto, Madrid, 1993 
 
C. VIDAL MANZANARES, Manetón. Historia de Egipto, Madrid 1993. 
 
R.H. WILKINSON, Todos los dioses del antiguo Egipto, Madrid, 2003. 
29 
DECLARACIÓN DE AUTORÍA Y ORIGINALIDAD DEL TRABAJO FIN DE 
GRADO 
 
 
 
 
 
Yo, María Castillo García, con documento de identificación 74744275-W, y estudiante 
del Grado en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, 
en relación con el Trabajo Fin de Grado presentado para su defensa y evaluación en el 
curso 2016-2017, declara que asume la originalidad de dicho trabajo, entendida en el 
sentido de que no ha utilizado fuentes sin citarlas debidamente. 
 
 
Granada, a 27 de junio de 2018 
 
 
 
 
 
 
Fdo.: María Castillo García 
	Introducción
	Objetivos
	Metodología
	Estado de la cuestión
	El Gran Himno a Hapy
	Contextualización
	Antecedentes
	Dinastía XII
	Himno y poesía en la literatura egipcia
	Ámbito religioso
	Ámbito de toponímico
	Conclusión
	Anexos
	El Gran Himno a Hapy
	Imágenes
	Bibliografía
	DECLARACIÓN DE AUTORÍA Y ORIGINALIDAD DEL TRABAJO FIN DE GRADO

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