Anatomía humana (536)

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CAP. 3
Las arterias son conductos museulomembranosos, de ram ificaciones divergentes, que 
llevan la sangre del corazón a los tejidos.
De cada ventrículo nace un a arteria . L a que p a rte del ventrículo derecho se llam a 
arteria pulmonar y conduce la sangre a los pulm ones. La arteria aorta sale del ventrículo 
izquiérdo y se encarga de d is trib u ir la sangre por todo el resto del organismo.
Las arterias, en su trayecto, orig inan ramos colaterales, y en su extrem idad term inal 
se dividen en dos o más ramos terminales. E n tre las colaterales que nacen de u n tronco 
arterial, algunas se d irigen en sentido más o menos opuesto al del tronco p rinc ipa l y por 
eso se llaman arterias recurrentes.
La forma de las a rte rias es cilindrica y su calibre no dism inuye en tan to que 110 se 
ramifiquen. A medida que va em itiendo ramas, el diám etro de una a rte ria va d ism inu­
yendo progresivamente.
Por consiguiente, y hablando en térm inos generales, una a rte ria es tan to más delga­
da, cuanto más lejos se encuentra de su lu gar de origen.
La dirección que tienen las a rte rias en el organismo es rectilínea, pues tienden a se­
guir el camino más corto p a ra llegar al órgano que tienen que irrig a r. Sin embargo, cuan­
do su recorrido lo hacen pasando po r regiones que se hallan sujetas a desplazam ientos am ­
plios, presentan flexuosidades más o menos numerosas, cuyo objeto es poder adap tarse a 
las distintas posiciones de los órganos cercanos.
Las arterias cam inan en el espesor de las partes blandas o den tro de las cavidades 
del cuerpo. Muy pocas son superficiales, y en cambio presen tan con frecuencia en su t r a ­
yecto relaciones óseas, bien directam ente o p o r interm edio de alguna capa m uscular. C uan­
do tienen que pasar al nivel (Je un a articulación, ocupan generalm ente el lado por donde se 
produce la flexión. Si cam inan en los in tersticios m usculares, con frecuencia las a rte rias 
se ponen en más íntim a relación con uno de los músculos, el que po r esta razón recibe el 
nombre de músculo satélite. A l pasar las a rte rias de una región m uscular a otra, no lo ha­
cen en contacto directo con las fib ras m usculares, sino a través de un anillo fibroso u 
osteofibroso que impide la compresión del vaso cuando se contrae el músculo.
Las arterias de p rim er orden (aorta , ilíacas, femoral, e tc .), van acom pañadas po r un 
tronco venoso; pero cuando las a rte rias son de m enor calibre, las venas acom pañantes son 
dos. En ambos casos estas venas que cam inan a l lado de las a rte rias reciben el nom bre 
de venas satélites. A veces tam bién u n ram o nervioso m archa al lado del haz vascular, 
formando un paquete vasculonervioso, que de una m anera general, va envuelto por una 
vaina fibrosa.
Las arterias comunican a m enudo en tre sí y los ramos que las unen reciben el nombre 
de ramos anastomóticos. Las anastomosis pueden hacerse por inosculación, cuando dos r a ­
mos se unen uno con otro para form ar un arco; por anastomosis transversal, en que el 
ramo que une dos arterias más o menos paralelas es casi perpendicu lar a am bas; por con­
vergencia, en el caso en que dos arte rias converjan oblicuam ente p a ra fo rm ar un solo 
tronco. La anastomosis longitudinal consiste en la bifurcación de una arte ria , cuyos r a ­
mos, después de cam inar separados, se unen de nuevo, reconstituyendo el tronco de origen. 
Finalmente, la llamada anastomosis por “ vas aberrans” (vaso aberran te ), está constitui-
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