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254 TRA TA D O D E A N ATO M IA HUM ANA A los lados de la línea media, existe una c in ta blanca anteroposterior que ocupa toda la extensión del espacio in terolivar; es la c in ta de R e ü m ed ia o lem nisco m edio, constitu ida por fibras longitudinales em anadas, como se sabe, de los núcleos de Goll y de Burdach. E n la p a rte m ás posterior de la c in ta de Reil y tocando casi el piso del cuarto ven trículo, se aprecia o tra pequeña banda de fib ras longitudinales que constituyen el haz lo n g itu d in a l "posterior. A este nivel se halla constituido por fib ras orig inadas en parte en la zona vestibu lar del mismo lado y del opuesto, y en p a r te en los tubérculos cuadri- géminos, así como en los núcleos de los nervios m otores oculares ( I I I , IV y V I) . E l men cionado haz está colocado a cada lado del ra fe medio, po r delante del piso del cuarto F ig . 1 8 8 . e s q u e m a d e u n c o r t e h o r i z o n t a l d e l b u l b o a l a a l t u r a d e l a s o l i v a s p a r a v e r EL TRAYECTO DE LAS FIBRAS OLIVOCEREBELOSAS. ventrículo. Sus fib ras te rm inan en los núcleos de origen de los nervios m otores cranea les y raquídeos. E n la m édula, p a rte de las fib ras que lo constituyen, van a form ar los ha ces vestibuloespinal y tectoespinal. Contiene, además, este haz, f ib ra s procedentes del n ú cleo d e l haz lo n g itu d in a l posterio r, situado en la p ared del ventrículo medio, cerca del orificio an te rio r del acueducto de Silvio, y fib ras orig inadas en los núcleos de la subs tancia re ticu la r gris de la protuberancia y el bulbo, así como f ib ra s re ticu loesp ina les, que como las anteriores, descienden por el cordón an terio r de la m édula donde ocupan su por ción m ás profunda. La substancia gris de las astas anteriores, sobre todo la que corresponde a la base de éstas, form a u n a lám ina bastan te com pacta que viene a ocupar el piso del cuarto ven trículo. E sta lám ina, por su p a r te externa, se continúa po r u n a m asa ancha que representa la base de los cuernos posteriores, cuya situación, po r fuera de las anteriores, se debe a la form ación del cuarto ventrículo, el cual corresponde al conducto del epéndimo ensan chado considerablem ente po r la divergencia que han sufrido los cordones posteriores. A este nivel, po r consiguiente, no existe en la p a rte posterior n inguna form ación blanca, pues los cordones posteriores divergentes, que pasan a fo rm ar los pedúnculos cerebelosos inferiores,
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