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Anatomía humana (976)

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494 TRA TA DO D E A N ATO M IA HUM ANA
las circunvoluciones o lfatorias se unen al área hipotalám ica an terio r y núcleo dorsal y ven­
tra l mediales. E sto ju stifica, según algunos autores, las relaciones en tre corteza cerebral 
y neurohipófisis. d ) E l hipotálam o igualm ente se reúne con el tálam o óptico po r conexio­
nes directas tales como las fib ras talam om am ilares en donde existen vías m am ilotalám icas. 
e) También se consideran relaciones del hipotálam o, aunque poco conocidas, con el cuerpo 
estriado, globus pallidus, considerándose tam bién que tienen relaciones con el lemnisco 
medio y la teral procedentes del rombeneéfalo y la m édula espinal. (Véase fig . 365.)
A lgunos autores consideran el pedúnculo m am ilar form ado po r vías bulbohipotalá- 
micas y espinohipotalám icas.
Conexiones eferentes. Todas ellas se relacionan por in term edio de los núcleos ta lá ­
rmeos, es decir, se corresponden a las conexiones hipotalam otalám icas, en tre los que pode­
mos m encionar el m am ilar p rin c ipa l hacia el núcleo m am ilar m edial, el cual form a los ha­
ces mamílotalámicos o de Vicq d 'A zy r y m am ilotegm entario.
E l prim ero se relaciona con los núcleos hipotalám icos y el segundo ju n to con el haz 
in terlongitud inal de Shiiltz, aunque desconocido en p arte , se orig ina en el hipotálam o, co­
mo una de sus vías aferen tes que lo ponen en conexión con los núcleos y centros autóno­
mos del tronco cerebrospinal.
No siendo el objeto de esta obra m ás que esbozar el conocimiento de los núcleos hipo­
talámicos, queremos señalar por últim o las fib ras hipotalám icas que, dirigiéndose a la hi­
pófisis, se orig inan en los núcleos supraópticos paraven tricu lares y tuberales.
A sí podemos considerar que el hipotálam o, a través de experiencias fisiológicas y 
farmacológicas, se ha considerado relacionado con los dos com ponentes del sistem a ve­
getativo sim pático y parasim pático.
La porción posterior (m am ilar) y la la tera l, se relacionan con el sistem a sim pático 
y estim ulándose se producen variaciones en la frecuencia de latidos cardíacos, presión 
arteria l, movimientos resp iratorios e inhibición de movimientos peristálticos, m idriasis, 
etc., cambios metabólicos y actividades en relación con estados de tensión emocional. Kn 
las regiones anteriores y m edial se relacionan con el sistem a parasim pático, produciendo 
reacciones como aum ento de peristaltism o, trasto rnos de glúcidos, de lípidos (obesidad), 
inhibición de actividad cardíaca, etc.
Centros vegetativos mesencefálicos. E n el mesencéfalo se encuentran los núcleos 
que rigen los movimientos del iris y del músculo ciliar. P o r el trayecto de las fibras del 
motor ocular común discurren sus ramos hacia el ganglio ciliar, cuyos centros se loca­
lizan en el mesencéfalo al nivel de los tubérculos euadrigém inos por delante del acue­
ducto de Sylvio, asegurándose que estos centros rad ican en el núcleo de W estphal o n ú ­
cleo anteroin terno, fib ras que están destinadas al ir is y al m úsculo ciliar. Cerca de la 
substancia gris del acueducto de Sylvio, en la porción caudal del teleneéfalo, se han lo­
calizado los centros de la vigilia y del sueño. (Véase fig. 366.)
Centros vegetativos del bulbo raquídeo y de la protuberancia. Se considera co­
mo centro vegetativo bulboprotuberancial el núcleo dorsal del neum ogástrico que comienza 
antes de que se ab ra el conducto ependim ario y se extiende hasta las proxim idades del 
núcleo de origen del nervio facial. E n su p a rte in ferio r se encuentra situado por fuera 
y por a trá s del núcleo del nervio hipogloso y po r dentro del haz solitario. Más arriba 
está colocado por fu e ra y po r delante del núcleo in te rca la r y po r detrás de la substan­
cia reticu lar. Sus neuronas alargadas o redondas, en su m ayoría bipolares, aunque a lgu­
nas son m ultipolares, se confunden con las neuronas del glosofaríngeo que rodean el haz 
solitario en form a de m anguito. Debido a estos caracteres histológicos, se incluye el n ú ­
cleo dorsal del neum ogástrico en tre los núcleos vegetativos, y se piensa que en el m is­
mo núcleo parasim pático debe considerarse la presencia de u n núcleo simpático.
Los centros vegetativos de la secreción salival y lagrim al se han localizado m edian­
te la experim entación, provocando degeneraciones centrales después de la sección de las 
fib ras de la cuerda del tím pano. Se encuentran por delante del núcleo de origen del 
nervio facial y en relación con el piso del cuarto ventrículo, teniendo a los lados el

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