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Anatomía humana (979)

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SIST E M A N ER V IO SO V E G E TA T IV O '197
sacro al segmento coccígeo y, finalm ente, un núcleo inferoin terno que se halla com pren­
dido entre la cuarta lum bar y la porción coccígea de la m édula espinal.
Las neuronas del asta la tera l aparecen bien caracterizadas en la m itad in ferio r del 
vsegmento cervical, pues más arrib a sólo se han encontrado células de la zona in term edia 
y de la zona reticular. E n cambio, más abajo, en tre el prim ero y el cuarto segmento dorsa­
les, se ag rup an form ando una prom inencia de la substancia gris (fig . 367), que a medida 
que desciende se hace más roma, desapareciendo en el p rim er segm ento lum bar donde los 
cortes no dem uestran la presencia de astas laterales. E stas parecen agruparse hacia las 
astas anteriores y posteriores, ocupando su borde externo. E n el segmento sacro de la mé­
du la espinal las neuronas vegetativas se ag ru p an en el ángulo form ado por las astas a n ­
te rio r y posterior y constituyen u n triángulo de base externa y de vértice ependim ario. 
E sta columna se extiende a p a r ti r del segundo segmento sacro, aum enta en tre el tercero 
y cuarto , y dism inuye después hasta te rm inar en la porción coccígea de la m édula espinal, 
constituyendo el núcleo sim pático la tero ín ferio r de Jacobson.
Además de estos grupos celulares cuyas características histológicas son idénticas a 
las de los grupos celulares de las astas laterales, se ha dem ostrado la presencia de n eu ­
ronas sim ilares en la zona interm edia, zona localizada en la substancia gris en tre las as­
tas an terio r y posterior. Estas, neuronas son más abundantes en la porción cervical, se 
encuentran en menor can tidad en la porción lum bar, y su núm ero es escaso en las po r­
ciones dorsal y coccígea de la m édula espinal.
P o r los trabajas-experim entales -mediante-secciones-ne-rv-iosas--y--los-estudios -anatóm i­
cos en el embrión, se ha comprobado la naturaleza vegetativa de las neuronas de las astas 
laterales y de la zona in term edia, y aun parece cierto que los centros .simpáticos está» si­
tuados en las neuronas de las asías laterales. Los centros parasirnpátieos, en cambio, so en­
con trarían en la zona interm edia, hecho que apoyan los experim entos de la fisiología al 
hallar una inervación antagónica p a ra las glándulas sudoríparas.
La localización precisa de los núcleos m edulares p a ra las diversas funciones vegetati­
vas 110 está su je ta a una exacta topografía . S in embargo, cxperim cntalm ente se ha demos­
trado la presencia de un centro m idriático entre las porciones cervical y dorsal de la mé­
dula espinal, cuyas fibras preganglionares del d ila tador p u p ila r hum ano cam inan por las 
raíces octava cervical y prim era y segunda dorsales.
También m ediante observaciones patológicas y anatóm icas, y por otros hechos expe­
rim entales, se ha establecido la presencia de centros m edulares p a ra la erección y la eva- 
culación, lo mismo que p a ra la micción y defecación, sin que por esto se concluya que 
cada órgano pélvico esté supeditado a determ inado grupo de neuronas. E n la economía 
hum ana, en efecto, los mismos músculos voluntarios no reciben siem pre su inervación de 
grupos independientes de neuronas. Así, se ha comprobado que el plexo nervioso, adosado 
a los órganos genitales internos, denom inado plexo hipogástrico, recibe fibras de los ramos 
com unicantes de los segmentos superiores de la m édula lum bar y o tras que proceden de 
los nervios sacros y que constituyen los nervios erectores o nervios pélvicos. E s de su­
poner que las neuronas de estos nervios estén situadas unas en la p a rte superior de la 
médula lum bar, en tan to que las o tras se encontrarían en la p a rte in ferio r de la médula 
sacra ju n to a los núcleos de la eyaculación, de la micción y de la defecación.
P a ra los órganos in ternos torácicos y abdom inales sólo se ha precisado el segmento 
m edular como origen de las fib ras del ganglio paraverteb ra l respectivo. Así, el origen de 
estas fibras p a ra el corazón se encuentra en tre los segmentos dorsales 1’ a 39; para 
la visceras abdominales, in testino y glándulas anexas, en tre los segmentos 49 dorsal y 
2” lum bar; para la tráquea y los bronquios entre los segmentos dorsales l 9 a 39. (F ig . 368.)
Las vías vegetativas de la m édula espinal, que de los centros prim ordiales del istmo 
del encéfalo conducen las excitaciones a los centros espinales, no se han definido anató ­
micamente, seguram ente porque las vías vegetativas no form an haces bien deslindados, 
sino que cam inan diseminados, mezclándose con las demás vías. S in embargo, parece 
dem ostrado que las vías pupilares que del istmo del encéfalo se d irigen al centro cilio- 
espinal cam inan por el cordón antero lateral. Asimismo, se ha observado que las vías ve-
A n a t o m í a H u m a n a , I I . — 3 2 .

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