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SIST E M A N ER V IO SO V E G E TA T IV O '197 sacro al segmento coccígeo y, finalm ente, un núcleo inferoin terno que se halla com pren dido entre la cuarta lum bar y la porción coccígea de la m édula espinal. Las neuronas del asta la tera l aparecen bien caracterizadas en la m itad in ferio r del vsegmento cervical, pues más arrib a sólo se han encontrado células de la zona in term edia y de la zona reticular. E n cambio, más abajo, en tre el prim ero y el cuarto segmento dorsa les, se ag rup an form ando una prom inencia de la substancia gris (fig . 367), que a medida que desciende se hace más roma, desapareciendo en el p rim er segm ento lum bar donde los cortes no dem uestran la presencia de astas laterales. E stas parecen agruparse hacia las astas anteriores y posteriores, ocupando su borde externo. E n el segmento sacro de la mé du la espinal las neuronas vegetativas se ag ru p an en el ángulo form ado por las astas a n te rio r y posterior y constituyen u n triángulo de base externa y de vértice ependim ario. E sta columna se extiende a p a r ti r del segundo segmento sacro, aum enta en tre el tercero y cuarto , y dism inuye después hasta te rm inar en la porción coccígea de la m édula espinal, constituyendo el núcleo sim pático la tero ín ferio r de Jacobson. Además de estos grupos celulares cuyas características histológicas son idénticas a las de los grupos celulares de las astas laterales, se ha dem ostrado la presencia de n eu ronas sim ilares en la zona interm edia, zona localizada en la substancia gris en tre las as tas an terio r y posterior. Estas, neuronas son más abundantes en la porción cervical, se encuentran en menor can tidad en la porción lum bar, y su núm ero es escaso en las po r ciones dorsal y coccígea de la m édula espinal. P o r los trabajas-experim entales -mediante-secciones-ne-rv-iosas--y--los-estudios -anatóm i cos en el embrión, se ha comprobado la naturaleza vegetativa de las neuronas de las astas laterales y de la zona in term edia, y aun parece cierto que los centros .simpáticos está» si tuados en las neuronas de las asías laterales. Los centros parasirnpátieos, en cambio, so en con trarían en la zona interm edia, hecho que apoyan los experim entos de la fisiología al hallar una inervación antagónica p a ra las glándulas sudoríparas. La localización precisa de los núcleos m edulares p a ra las diversas funciones vegetati vas 110 está su je ta a una exacta topografía . S in embargo, cxperim cntalm ente se ha demos trado la presencia de un centro m idriático entre las porciones cervical y dorsal de la mé dula espinal, cuyas fibras preganglionares del d ila tador p u p ila r hum ano cam inan por las raíces octava cervical y prim era y segunda dorsales. También m ediante observaciones patológicas y anatóm icas, y por otros hechos expe rim entales, se ha establecido la presencia de centros m edulares p a ra la erección y la eva- culación, lo mismo que p a ra la micción y defecación, sin que por esto se concluya que cada órgano pélvico esté supeditado a determ inado grupo de neuronas. E n la economía hum ana, en efecto, los mismos músculos voluntarios no reciben siem pre su inervación de grupos independientes de neuronas. Así, se ha comprobado que el plexo nervioso, adosado a los órganos genitales internos, denom inado plexo hipogástrico, recibe fibras de los ramos com unicantes de los segmentos superiores de la m édula lum bar y o tras que proceden de los nervios sacros y que constituyen los nervios erectores o nervios pélvicos. E s de su poner que las neuronas de estos nervios estén situadas unas en la p a rte superior de la médula lum bar, en tan to que las o tras se encontrarían en la p a rte in ferio r de la médula sacra ju n to a los núcleos de la eyaculación, de la micción y de la defecación. P a ra los órganos in ternos torácicos y abdom inales sólo se ha precisado el segmento m edular como origen de las fib ras del ganglio paraverteb ra l respectivo. Así, el origen de estas fibras p a ra el corazón se encuentra en tre los segmentos dorsales 1’ a 39; para la visceras abdominales, in testino y glándulas anexas, en tre los segmentos 49 dorsal y 2” lum bar; para la tráquea y los bronquios entre los segmentos dorsales l 9 a 39. (F ig . 368.) Las vías vegetativas de la m édula espinal, que de los centros prim ordiales del istmo del encéfalo conducen las excitaciones a los centros espinales, no se han definido anató micamente, seguram ente porque las vías vegetativas no form an haces bien deslindados, sino que cam inan diseminados, mezclándose con las demás vías. S in embargo, parece dem ostrado que las vías pupilares que del istmo del encéfalo se d irigen al centro cilio- espinal cam inan por el cordón antero lateral. Asimismo, se ha observado que las vías ve- A n a t o m í a H u m a n a , I I . — 3 2 .
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