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Figura 13.1. Trofozoíto de Balantidium coli. Obsérvese el macronúcleo grande y el citostoma (flecha). 150 µm. Balantidium coli El Balantidium coli es el único protozoo ciliado que rutinariamente infecta a los seres humanos. La balantidiasis ocurre en todo el mundo, pero la prevalencia de la infec- ción humana no se conoce. Es endémica en Japón, Nueva Guinea, Micronesia, Islas Seychelles, Tailandia, Sudáfrica, Europa, Centro y Suramérica.1,6 Se han producido epidemias esporádicas en poblaciones insti- tucionalizadas. El B. coli se localiza en el intestino grueso, donde provoca disentería, ocasionando ocasionalmente muertes. Tiene muchos reservorios, incluyendo mamíferos domésticos y salvajes (primates no humanos, conejillos de indias, caballos, ganado, cerdos, jabalíes y ratas).1 Cuando los pacientes que sufren de VIH se encuentran con B. coli, la infección puede localizarse en sitios distintos del tracto gastrointestinal.7 Información histórica En 1857, Pehr Malmsten describió en detalle los organismos de B. coli en dos pacientes de Estocolmo, Suecia, que suf- rían de enfermedades diarreicas agudas.8 Un paciente se recuperó, mientras que el otro sucumbió a la infección. En 1861, Rudolph Leuckart describió este mismo organismo que aisló del intestino de un cerdo.9 Estos dos aislamientos fueron equiparados por F. Stein y ambos fueron llamados Balantidium coli.9,10 Actualmente todavía existe cierta controver- sia acerca de si el el organismo asociado al cerdo, Balantidium suis y el organismo aso- ciado al hombre, Balantidium coli, son la misma especie. Ciclo de vida Hay dos etapas producidas por Balantid- ium coli; el trofozoíto (Fig. 13.1) y el quiste (Fig. 13.2). La etapa invasora es el trofozoíto. El B. coli reside en los tejidos del intestino grueso (Fig. 13.3) en un hábitat similar al de la Entamoeba histolytica (Figuras 12.4, 12.6), de la cual debe distinguirse clínicamente. El trofozoíto de B. coli ingesta células vivas y provoca ulceraciones en el sitio de la infec- ción. Mientras que el quiste de Entamoeba histolytica tiene sólo 10-20 μm de diámetro y suele estar presente en heces blandas, la etapa del quiste de Balantidium coli mide 65 μm de diámetro, normalmente sólo se observa en heces formadas.9 La infección comienza por la ingestión del quiste, generalmente mediante el consumo de alimentos o agua contaminados. El trofo- zoíto exciste en el intestino delgado luego se traslada al intestino grueso. El sitio preferido Figura 13.2. Quiste de Balantidium coli. Observe macronúcleo. 65 µm. Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com Figura 13.3. Sección histológica de intestino delgado infectado con B. coli (flechas). de infección es el epitelio del colon transverso y descendente. El B. coli se limita general- mente al intestino, aunque se ha informado de un caso de absceso hepático, así como de infección en los pulmones y el corazón.6,11,12 El trofozoíto se divide por simple fisión binaria dentro del huésped, pero en cultivo, se comporta como todos los demás ciliados libres, sometidos a la singamia, un tipo espe- cializado de reproducción sexual similar a la conjugación.13 Los trofozoítos causan una destrucción extensa del tejido circundante (Fig. 13.3). Durante la infección prolongada, algunos tro- fozoítos entran en el lumen del colon, donde secretan una capa acelular hialina imperme- able que da lugar a la formación de la etapa del quiste. El quiste sale del huésped en la masa fecal y es inmediatamente infeccioso sin la necesidad de un huésped intermedio, lo que permite la transmisión directa de humano a humano. En muchos ambientes ecológicos, los cerdos son los depósitos probables, ya que la infección es más común cuando los cerdos viven en estrecha asociación con hábitats humanos. Se cree que los conejillos de indias albergan al B. coli como huésped y han sido fuente de algunas infecciones humanas.6 Patogenesis El Balantidium coli sobrevive en condi- ciones anaeróbicas y aeróbicas y utiliza los carbohidratos como su principal fuente de energía.9 El trofozoíto posee una hialuroni- dasa que se presume facilita la lisis de las células y la disrupción de las células epitelia- les mucosas.14 Las proteasas, muy probable- mente de origen lisosómico, liberadas dentro de las vacuolas de los alimentos (fagolisoso- mas), participan en el proceso de digestión de los restos celulares que entran a través del peristoma (abertura bucal) que se encuentra en el extremo estrecho del trofozoíto. Enfermedad Clínica Las cuatro presentaciones principales que pueden resultar después de la exposición humana al B. coli son; la falta de síntomas con el transporte o el aclaramiento, la coli- tis aguda, la infección crónica y la enfer- medad invasiva.4,12,15,17 Aunque parece que la mayoría de los individuos expuestos per- manecerán asintomáticos, una minoría desar- rollará una balantidiasis aguda con diarrea acuosa o disentería.12 Se han descrito fiebres, náuseas, vómitos y astenia (debilidad física o falta de energía) y se han descrito algunas muertes asociadas con perforación intestinal y consecuente sepsis.16 La infección crónica ha sido estudiada en áreas endémicas y puede ser responsable de los efectos negativos en el crecimiento de los niños infectados.18 Rara- mente, el B. coli causa enfermedad ulcerativa o granulomatosa en el colon y el apéndice que conduce a la tiflitis (inflamación del ciego) ya la apendicitis.19 Las personas inmunodeprim- idas por malnutrición, de otras causas puede desarrollar enfermedad invasiva con organ- ismos invasores, los pulmones, el tracto uri- nario, el hígado y el corazón.6,7, 11,12,20 Diagnóstico El diagnóstico definitivo consiste en iden- tificar el microorganismo (trofozoíto o quiste, ver Fig. 13.1, 13.2) por microscopía en una Prevención y control Un buen saneamiento y una fuente limpia de agua potable son requisitos previos para controlar la propagación del B. coli. La con- centración habitual de cloro usada para puri- ficar el agua no es adecuada para destruir la etapa de quiste del Balantidium coli.9 Los cerdos domésticos necesitarían ser limitados de liberar quistes infectantes en aguas que terminen en el suministro de agua municipal, y así para interrumpir la transmisión. Con- siderando que un alto porcentaje de cerdos en muchas partes del mundo está infectado con Balantidium coli, cuando los cerdos comparten el mismo espacio con los seres humanos, como ocurre en muchas partes del mundo menos desarrollado, el riesgo de infección es alto.24,25 muestra de heces o en una sección teñida de tejido de una biopsia de una úlcera identi- ficada por colonoscopia.21 Se podrían encon- trar trofozoítos en heces frescas y acuosas, mientras que sólo la etapa de quiste está pre- sente en las heces formadas. No se dispone de pruebas diagnósticas serológicas o molecula- res establecidas.22 El cultivo tampoco se uti- liza rutinariamente para el diagnóstico, por lo que la microscopía en muestras de heces es la única prueba diagnóstica.22 Tratamiento Aunque hay datos limitados para guiar la terapia, se han utilizado tetraciclina, metroni- dazol, iodoquinol, paromomicina, nitazoxan- ida y cloroquina para tratar la balantidia- sis.9,21,23 La cirugía (resección intestinal) es a veces necesaria en casos graves de disentería. References 1. Nakauchi, K., The prevalence of Balantidium coli infection in fifty-six mammalian species. The Journal of veterinary medical science / the Japanese Society of Veterinary Science 1999, 61 (1), 63-5. 2. Nuti, M.; Comarmond, C.; Dac, C., An endemic focus of balantidiasis in the Seychelles Islands. In Abstracts of the 10th Internat Congr Trop Med Malaria p 1980, 13 3. 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En su lugar, observó que el insecto de la vinchuca (reduvid) tenía tripanosomas en su tracto intestinal e hizo la asociación entre los insectos y la infección en las personas al encontrar tripanosomas en la sangre de una niña infectada. Continuó describiendo muchas de las características clínicas de lo que se conocería como tripanosomiasis americana. La llamó Trypanosoma cruzi, después de su amigo y mentor, Oswaldo Cruz. Chagas continuó descubriendo a Pneumocystis carinii (renombrado Pneumocystis jirovecii) una taimada infección fúngica que devastó a los pacientes de VIH/SIDA al comienzo de la epidemia de SIDA.
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