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Trabajo Práctico de Epidemiología y Salud Pública - Amebiasis - Gildete Góis Cunha

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL PARAGUAY
CÁTEDRA DE EPIDEMIOLOGÍA Y SALUD PÚBLICA
Gildete Góis Cunha
Grupo D - 4º Semestre
AMEBIASIS
UNA ENFERMEDAD OLVIDADA
PEDRO JUAN CABALLERO - PY
2021
11
Gildete Góis Cunha
AMEBIASIS
UNA ENFERMEDAD OLVIDADA
Trabajo práctico presentado a la disciplina de Epidemiología y Salud Pública de la carrera de Medicina de la Universidad Central del Paraguay. 
Sob orientação: Profª. Dra. Rumilda Aquino
PEDRO JUAN CABALLERO - PY
2021
ÍNDICE
1 INTRODUCCIÓN	4
2 LA AMEBIASIS Y SU CADENA EPIDEMIOLÓGICA	5
2.1 FACTORES CAUSALES	6
2.2 SÍNTOMAS	6
3 SERVICIOS DE ATENCIÓN DE SALUD	8
3.1 DIAGNÓSTICO	8
3.2 TRATAMIENTO	9
4 COMENTARIOS FINALES	10
1 INTRODUCCIÓN
La historia de la colitis amebiana o enfermedad extra intestinales muestra que se producen hasta 100.000 muertes en todo el mundo, y que unos 50 millones de personas desarrollan estas enfermedades, que podrían interrumpirse fácilmente1. 
Se trata de una enfermedad que se adquiere al ingerir alimentos y agua contaminados por heces humanas, lo que supone un problema complicado de controlar, ya que es un problema de salud pública ligado a las peores condiciones higiénicas de las poblaciones, que contaminan el agua que se va a ingerir o a utilizar para la higiene de los alimentos, o para el riego de verduras y frutas1.
Otra cuestión importante es la alta incidencia de portadores asintomáticos que pueden acabar desarrollando enfermedades invasivas, ya que se consideran enfermedades desatendidas, ya que los profesionales sanitarios las consideran un "problema menor", adoptando actitudes tolerantes hacia la enfermedad2.
Estas cuestiones justifican una investigación destinada a conocer mejor esta enfermedad, sus síntomas y sus tratamientos. Así, pretendemos realizar una investigación bibliográfica cualitativa en las siguientes bases de datos virtuales como SciELO - Científico, MEDLINE - Sistema de Búsqueda en Línea, así como libros impresos, artículos de revistas, compendios, entre otros que puedan enriquecer la investigación.
2 LA AMEBIASIS Y SU CADENA EPIDEMIOLÓGICA
Las parasitosis intestinales, en general, son infecciones, llamadas popularmente infestaciones parasitarias comunes del tracto intestinal, y aunque son enfermedades comunes, son endémicas en los países del tercer mundo, por lo que constituyen un grave problema médico, sanitario y hospitalario, y generalmente el poliparasitismo, en algunas regiones del mundo, entre ellas Paraguay, es la regla, lo que repercute en los índices de productividad de la atención clínica, morbilidad y mortalidad2.
La amebiasis, también conocida como oxiuriasis, es una infección que afecta al intestino grueso y está causada por un protozoo llamado Entamoeba Histolytica, que pertenece a la familia Entamoebidae. La ingestión de quistes de protozoos se dirige principalmente al intestino, lo que puede provocar diarrea, colitis o enterocolitis amebiana, pero el parásito también puede invadir otras partes del cuerpo utilizando el torrente sanguíneo, en cuyo caso puede causar inflamación y necrosis en los tejidos3.
El ciclo de la cadena epidemiológica de la entamoeba es monoxénico, lo que significa que sólo tiene un hospedador definitivo; por lo tanto, este ciclo se inicia con el hombre que se infecta al consumir agua o alimentos que contienen quistes de protozoos de Entamoeba histolytuca maduros, o por contacto fecal-oral u oral-fecal, que es una vía de transmisión de la enfermedad en la que los patógenos en partículas fecales se introducen en la cavidad oral de otro hospedador potencial3.
Como estos parásitos son resistentes al jugo gástrico, los quistes atraviesan el estómago y llegan al final del intestino delgado o al principio del intestino grueso, donde se eliminan y los metacristos salen a través de una hendidura en la pared quística. Después de sufrir divisiones citoplasmáticas nucleares, se transformarán en trofozoítos metacíclicos, migrando al intestino grueso donde colonizarán. Viven como comensales (conviven naturalmente con el hombre) adhiriéndose a la pared de la mucosa intestinal, alimentándose de bacterias y detritus, y con el tiempo adquieren un fenotipo patógeno, se desprenden de la mucosa y pasan al colon, donde se deshidratan y se transforman en prequistes, y posteriormente desarrollan una membrana quística y evolucionan a la forma de quistes mononucleados, y finalmente se convierten en tetranucleados y sólo son eliminados en las heces normales por los portadores asintomáticos, mientras que los portadores sintomáticos sufrirán la invasión de la mucosa intestinal por los trofozoítos, infectando órganos como el hígado, el cerebro y los pulmones a través del torrente sanguíneo3.
2.1 FACTORES CAUSALES
La infección, como ya se ha mencionado, se produce a través de la ingestión de alimentos contaminados con quistes maduros de Entamoeba; por lo tanto, el ser humano es responsable de la contaminación del medio ambiente, donde elimina los quistes junto con las heces, y dependiendo del lugar, contaminará a otras personas, ya que junto con las heces, este parásito puede permanecer vivo hasta 20 días; por lo tanto, si contamina el agua, y si se ingiere sin tratamiento, o se utiliza para higienizar los alimentos, se convierte en una potente fuente de transmisión2. 
Así, se puede decir que los lugares que no tienen tratamiento de agua y alcantarillado tienen su situación agravada, los suelos contaminados con desechos fecales humanos y de otros animales también contribuyen a la transmisión y diseminación de la parasitosis intestinal, y también existe el riesgo de contaminación por insectos, como cucarachas, moscas y hormigas, porque llevan los quistes en sus patas, o regurgitan quistes ingeridos, y la contaminación también puede ocurrir a través de las relaciones sexuales orales y anales1.
Sin embargo, la transmisión más común y directa es la fecal-oral, y la persona, en un ambiente propicio, en el que hay una falta de cuidados higiénicos primarios, y también por coprofagia (hábito de ingerir heces) también contribuye a la diseminación y enteroparasitosis3.
2.2 SÍNTOMAS
En cuanto a los aspectos clínicos, se puede observar la forma asintomática, y también la forma caracterizada de amebiasis invasiva intestinal como desintegración, colitis, apendicitis, megacolon, peritonitis, absceso hepático, absceso pleuropulmonar, lesiones oculares y genitales, pero entre estas la amebiasis hepática es la forma invasiva que más muertes causa en el mundo4.
Los pacientes con colitis amebiana presentan diarrea y dolor abdominal, y en algunos casos diarrea sanguinolenta profusa, siendo frecuente que se produzcan gradualmente, pequeños y múltiples volúmenes de heces mucoides, pero también puede producirse una diarrea acuosa profusa, y aunque la sangre no sea visible en las heces el examen será positivo, en algunos casos puede visualizarse pus, fiebre en cerca del 40% de los pacientes, llevando al paciente a la anorexia y a la pérdida de peso4. 
El absceso amebiano puede acompañarse de perforación intestinal, pero la forma invasiva hepática que más afecta a los pacientes, 10 veces más frecuente en hombres y raramente en niños, presenta síntomas agudos y de corta duración, menos de diez días, pero puede ser crónica, con anorexia, anemia y pérdida de peso4.
La invasión del tracto respiratorio sólo ocurre en el 7 al 20% de los pacientes con abscesos hepáticos, y la invasión del cerebro es rara y también sólo ocurre después de la ruptura del absceso hepático; este último puede presentar cefalea, vómitos, convulsiones y cambios de comportamiento. En el caso del sistema urinario, puede presentar fístulas retrovaginales, en la región perianal, en la piel e incluso en los huesos, aunque son raras4.
3 SERVICIOS DE ATENCIÓN DE SALUD 
3.1 DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la infección intestinal requiere un examen microscópico y, cuando esté disponible, un inmunoensayo enzimático en heces, pruebas moleculares para detectar el ADN del parásito enlas heces y/o serología, también pruebas de imagen y serología o prueba terapéutica con un amebicida5.
Si se trata de una amebiasis no disentérica puede ocurrir que la prueba no proporcione el diagnóstico preciso, como es el caso del síndrome del intestino irritable, la enteritis regional o la diverticulitis, o que una masa en el colon ascendente se confunda con un cáncer, una tuberculosis, una actinomicosis o un linfoma5.
Por otro lado, la amebiasis disentérica puede confundirse con la shigelosis, la salmonelosis, la esquistosomiasis o la colitis ulcerosa. El diagnóstico se ve reforzado por la presencia de trofozoítos y/o quistes amebianos, que pueden estar en las heces o en los tejidos. Sin embargo, la Entamoeba histolytica patógena es morfológicamente indistinguible de la Entamoeba dispar no patógena y de la Entamoeba Moshkivskii y la Entamoeva Bangladeshi, y no se puede identificar su patogenicidad. Existen algunos inmunoensayos para confirmar el diagnóstico, ensayos de detección de ADN específicos para Entamoeba histolytica a partir de la reacción en cadena de la polimerasa, que muestran una alta sensibilidad y especificidad5.
En caso de serologías positivas, los posibles resultados son: 95% de pacientes con absceso hepático, más del 70% con infección intestinal activa y alrededor del 10% asintomáticos. Las pruebas más utilizadas son los inmunoensayos enzimáticos (EIA), aunque algunos títulos de anticuerpos son capaces de confirmar la infección por Entamoeba Histolytica, ésta puede persistir durante meses o años sin ser identificada5.
En la infección amebiana intestinal, debe realizarse una sigmoidoscopia o colonoscopia, que puede identificar alteraciones inflamatorias inespecíficas o lesiones en la mucosa. En la infección hepática, normalmente el test de heces es negativo y la recuperación de trofozoítos del pus aspirado no es frecuente, por lo que ante la sospecha se debe realizar una ecografía, una Tomografía Computarizada o una Resonancia magnética 5.
3.2 TRATAMIENTO
Como forma de tratamiento existen algunas opciones posibles6.
I - Formas intestinales: 
· 1ª Opción - Secnidazol para el tratamiento en adultos, 2g en dosis única, y para el tratamiento en niños debe administrarse 30mg/kg/día, VO, sin exceder el máximo de 2g/día. Y debe evitarse en el primer trimestre del embarazo y durante la lactancia;
· 2ª Opción - Metronidazol para adultos 500g, 3 veces/día, durante 5 días, y para niños se recomienda 35mg/kg/día, dividido en 3 tomas, durante 5 días.
II - Formas severas:
· 1ª Opción - Para la amebiasis intestinal sintomática o extraintestinal, tratamiento en adultos de metronidazol 750 mg, VO, 3 veces al día durante 10 días, y en niños 50mg/kg/día durante 10 días.
· 2ª Opción - Tinidazol 2g, VO, para adultos, después de una comida durante 2 días, para las formas intestinales. No hay recomendaciones para los niños.
III - Formas extraintestinales:
· 1ª Opción - 50 mg/kg/día durante 2 o 3 días dependiendo de la forma clínica, en las formas graves se debe utilizar la misma dosis que en las formas leves durante 3 días. En los niños la dosis recomendada es la misma. 
· 2ª Opción - recomendada sólo para las formas leves o asintomáticas, teclozam 1500 mg/día, dividido en 3 dosis de 500mg, dosis única para adultos, y para niños la dosis recomendada es de 15mg/kg/día, durante 5 días. Para los casos de abscesos hepáticos, en algunos casos debe asociarse el drenaje quirúrgico, y en los casos de abscesos inaccesibles debe realizarse la aspiración si no hay respuesta en 4 días.
4 COMENTARIOS FINALES
Sin duda, la medicación puede ser la solución para muchos casos de amebiasis, pero las condiciones sanitarias y la higiene son esenciales. De este modo, la acción de los poderes públicos, facilitando el tratamiento del agua, del alcantarillado y de la vivienda, contribuye en gran medida al control e incluso a la erradicación de esta enfermedad tan olvidada por la sanidad pública.
Por otro lado, también debe producirse un buen diagnóstico, debidamente investigado para ofrecer el tratamiento adecuado, por lo que está claro que el médico responsable del diagnóstico debe realizar las pruebas necesarias para que no se confunda con otras enfermedades, ya que hay muchas con síntomas similares.
En relación con el tratamiento, conocer sus efectos y su destino produce buenos resultados. En otras palabras, la identificación de los casos y la distinción entre ellos de manera adecuada dirige la medicina correcta, y estos son los puntos ideales en el tratamiento de las enfermedades infecciosas y parasitarias.
REFERENCIAS
1. Oliveira M. Amebíase. [En línea], Portal do governo Brasileiro [Fecha de Acceso 31 oct. de 2021], Portal In Vivo [Disponible en: http://www.invivo.fiocruz.br/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?infoid=90&sid=8], FioCruz, 20--?.
2. Ajeje ET. Seção: Parasitoses Intestinais [En línea], Unidade 3 [Fecha de Acceso 01 nov. de 2021] In: Doenças do Aparelho Digestivo [Disponible en: http://production.latec.ufms.br/new_pmm/u3a6.html], UNA-SUS - Universidade Fedeeral do Mato Grosso do Sul / Fio Cruz MS.
3. Nicoli BM, Kunzendorff BA, Luz FA, Martins KG, Randow RMV. Amebíase: uma revisão bibliográfica e visão epidemiológica. [En línea] III Seminário Científico da FACIG [Fecha de Acceso 01 nov. de 2021], II Jornada de Iniciação Científica [Disponible en: http://pensaracademico.facig.edu.br/index.php/semiariocientifico/article/download/412/343] 9 e 10 de novembro de 2017.
4. Cordeiro TGP, Macedo HW. Amebíase. [En línea] Revista de Patologia Tropical [Fecha de Acceso 02 nov. de 2021], vl. 36(2): 119-128. mai-ago/2007 [Diponible en: https://revistas.ufg.br/iptsp/article/view/1784/1722] Departamento de Patologia, Universidade Federal Fluminense/RJ.
5. Pearson RD. Amebíase [En línea] MD, University of Virginia School of Medicine [Fecha Acceso 30 oct. de 2021], Manual MSD - Versão para Profissionais de Saúde [Disponible en: https://www.msdmanuals.com/pt-br/profissional/doen%C3%A7as-infecciosas/protozo%C3%A1rios-e-microspor%C3%ADdios-intestinais/ameb%C3%ADase], modificado em abril de 2020.
6. Brasil. Ministério da Saúde. Secretaria de Vigilância em Saúde. Departamento de Vigilância Epidemiológica. Doenças infecciosas e parasitárias: guia de bolso Secretaria de Vigilância em Saúde, Departamento de Vigilância Epidemiológica. 8. ed. rev. Brasília: Ministério da Saúde, 2010. 444 p.: Il. (Série B. Textos Básicos de Saúde)

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