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Figura 22.1. Wuchereria bancrofti adultos en vasos linfáticos. Filarias filiformes Wuchereria bancrofti (Cobbold 1877) Brugia malayi (Brug 1927) Introducción Existen tres especies de nemátodos de origen vectorial que causan filarias linfáticas en los seres humanos; Wuchereria bancrofti, Brugia malayi y Brugia timori.1 Estos son nemátodos filamentosos cuya etapa adulta vive dentro del lumen de los vasos linfáticos.2 Más de 100 millones de personas en el sud- este asiático, África y la América Latina están infectados con alguna forma de filariasis, con más del 90 por ciento debido a la infección por W. bancrofti.3,4 De estos, aproximadamente 40 millones sufren de enfermedad clínica. Sólo unos 10 a 20 millones de personas están infectados con B. malayi, mientras que B. timori es un parásito filarial menor limitado en gran medida a las islas de Timor y Flores en el sudeste de Indonesia.5 La elefantiasis, una enfermedad deformante causada por el bloqueo de los vasos linfáticos, afecta a un gran número de individuos que viven en áreas endémicas. Los gusanos son ovovivíparos, y sus larvas se llaman microfilarias. La filaria- sis linfática (FL) es transmitida por especies de mosquitos culicina y anofelina. Los seres humanos son el único huésped de W. bancrofti. La infección está amplia- mente distribuida en los trópicos, especial- mente en Asia meridional, África (incluida Egipto) y regiones tropicales de la América Latina. Los principales vectores son los mos- quitos culicinos en la mayoría de las zonas urbanas y semi-urbanas, los anofelinos en las zonas rurales de África y otros lugares, y las especies Aedes en las islas del Pacífico. Con excepción del Pacífico Sur, la mayoría de las cepas de W. bancrofti son nocturnas, refirié- ndose a la periodicidad con la que las micro- filarias aparecen en la circulación periférica. La infección con B. malayi, por otra parte, es una zoonosis, con depósitos en felinos y en mono. Los Mansonia spp. sirven como el vector principal del mosquito, aunque los anofelinos también participan a veces en la transmisión. Infecciones con B. malayi se producen en la India, Malasia, y otras partes del sudeste de Asia. Hay otros miem- bros menores del género Brugia que causan enfermedades en seres humanos, incluyendo el B. timori en las islas indonesias de Timor y Flores, y las infecciones accidentales de brugia en animales (por ejemplo, B. beaveri y B. lepori) que ocurren esporádicamente en los Estados Unidos Estados.6,7 Se está llevando a cabo un importante esfuerzo mundial para eliminar la FL hacia el año 2020, sobre la base de los éxitos de reducir la prevalencia ajustada por edad en aproxi- madamente la mitad en los últimos veinte años.8,10 (https://www.neglecteddiseases.gov/ El término “eliminación” se refiere a la reduc- ción de la incidencia de la enfermedad a cero o cerca de cero, con requisitos de continuados esfuerzos de mantenimiento y control.11 La estrategia para la eliminación de LF se basa Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com en la interrupción de la transmisión de mos- quitos mediante la administración masiva de terapia combinada en regiones endémicas con el fin de reducir el número de microfil- arias que circulan en el torrente sanguíneo de individuos infectados. Información histórica En 1863, Jean-Nicolas Demarquay, un cirujano francés describió las microfilarias de wuchereria en fluidos de hidrocele.12 En 1866, Otto Wucherer describió las microfilarias en orina en Brasil.13 En 1872, un médico escocés que trabajaba en Calcuta, Timothy Lewis, confirmó la presencia de las microfilarias en la orina, así como en la sangre y reconoció la conexión con el linfedema severo y las defor- midades conocidas como elefantiasis.14,15 En 1877, Spencer Cobbold presentó una descrip- ción del gusano adulto y nombró el gusano Filaria bancrofti en honor de Joseph Ban- croft, el cirujano que había investigado las causas del hidrocele y la enfermedad linfática en Australia.15,16 Lewis describió el gusano adulto en la India ese mismo año.17 En 1878, Patrick Manson completó la descripción del ciclo de vida mientras trabajaba en Amoy (ahora llamado Xiamen) a lo largo de la costa china en la provincia de Fujian.18 Hoy en día, la filariasis linfática ha sido erradicada en gran parte de China. Manson demostró por primera vez que los mosquitos eran hués- pedes intermedios para el parásito. Durante dos décadas, Manson sostuvo que la infec- ción se adquiría cuando las personas bebían agua contaminada con larvas liberadas de mosquitos muertos o moribundos. Eventual- mente, llegó a aceptar el concepto de que las larvas fueran transmitidas por la picadura de los mosquitos. La filariasis puede, de hecho, ser una enfermedad transmitida por el agua en algunas circunstancias, ya que las infec- ciones experimentales pueden ser inducidas por vía oral.19 Uno de los desarrollos más importantes en la historia del control de LF fue el descu- brimiento por Francis Hawking (padre de Stephen Hawking) y otros de que es posible reducir la prevalencia de LF a través del trata- miento masivo, y en algunos casos adiciona- ndo la sal de cocina enriquecida con citrato de dietilcarbamazina (DEC) para las pobla- ciones afectadas.20,21 Durante los años setenta y ochenta, los parasitólogos chinos pensaron que era posible ampliar dramáticamente este proceso a nivel nacional. Esto se logró prin- cipalmente enriqueciendo los suministros regionales de sal con DEC. El ciclo de vida de la LF fue descubierto en China y la LF fue eliminada por primera vez allí también. Los logros de los chinos aportaron la prueba que en principio podría ser posible eliminar la LF en todo el mundo a través de medidas simil- ares. Ciclo de vida Los gusanos adultos ocupan el lumen de los vasos linfáticos (Fig. 22.1), y se han encontrado en todos los sitios dentro de la cir- culación linfática. Más comúnmente, viven en los vasos linfáticos de las extremidades inferiores y superiores y los genitales mascu- linos. Las hembras wuchereria adultas miden entre 0,3 y 1 cm de longitud mientras que los machos wuchereria adultos tienen aproxi- madamente la mitad de esta longitud. Las hembras adultas de brugia son más peque- Figura 22.2. Microfilaria de W. bancrofti. 250 mm ñas, midiendo 0.4-0.55cm en longitud, y los machos de brugia adultos que son menos de la mitad de esta longitud. Después del apa- reamiento, el gusano femenino libera 10.000 crías o más por día. En lugar de liberar óvulos, los gusanos liberan larvas L1 (microfilarias). Cada microfilaria (Figuras 22.2, 22.3) mide aproximadamente 270 μm por 10 μm y con- tiene núcleos que típicamente no se extienden hasta la punta de la cola. Otra característica distintiva es que la microfilaria está encerrada en una vaina compuesta de quitina, un rema- nente de su cáscara de huevo. Las microfilarias migran de la circulación linfática al torrente sanguíneo. Típicamente están presentes en gran número en la sangre periférica solamente en la noche (entre las 10 pm y las 6 am) en la mayoría de las áreas endémicas del mundo. Durante el día, las microfilarias se congregan en los capilares de los pulmones cuando aumenta la actividad del huésped (es decir, durante el ejercicio extenu- ante). La periodicidad nocturna puede ser el resultado de la inclinación de la microfilaria por la baja tensión de oxígeno, momento en el que se encuentran en el torrente sanguíneo periférico, o puede reflejar cambios sutiles de pH en la circulación venosa pulmonar durante el sueño.22 Experimentos en los que los hábi- tos de sueño con voluntarios infectados en quienes invirtieron los hábitos del sueño, también invirtió la periodicidad de las micro- filarias. No se ha explicado satisfactoriamente el patrón de periodicidad diurna característico de la cepa del Pacífico Sur. Las microfilarias viven alrededor de 1,5 años y deben ser inge- ridaspor un mosquito para continuar su ciclo de vida. El W. bancrofti se transmite por una amplia variedad de géneros y especies de mosquitos, siendo los más importantes Culex pipiens quinquefasciatus, Culex pipiens pipi- ens, Anopheles gambiae y A. polynesiensis. El Aedes aegypti, el mosquito de la fiebre amarilla, también puede transmitir la infec- ción en algunas de las islas del Pacífico. Las microfilarias ingeridas penetran en la pared del estómago del mosquito hembra y se local- izan en los músculos del tejido torácicos. Allí, se someten a tres mudas, desarrollándose en larvas L3 y se vuelven infecciosas después de 10-20 días de crecimiento y desarrollo en el tejido muscular del insecto. Las larvas L3 infectadas se localizan en las partes bucales mordedoras y se depositan sobre la piel adyacente a la herida de la picadura durante el consumo de una subsiguiente ingesta de sangre. Cuando el mosquito retira sus partes bucales, las larvas se arrastran hacia la herida abierta. Los gusanos inmaduros migran a través de los tejidos subcutáneos a los vasos linfáticos y llegan a descansar cerca de los ganglios linfáticos drenantes de cada uno de esos vasos. Los gusanos lentamente se con- vierten en adultos maduros en alrededor de 1 año, y poco después de la cópula, comienzan a derramar microfilarias. La longevidad de los adultos, medida por la producción conti- nua de microfilarias, se estima en 5-8 años. Se han reportado infecciones con una duración de 40 años.23 Los estadios adultos y larvales de B. malayi se asemejan a los de W. ban- crofti. Los ciclos de vida de las dos especies de filarias son similares, aunque existen res- ervorios animales para algunos miembros del género Brugia. La cepa sub-periódica de B. malayi es una zoonosis adquirida de monos de la selva y otros animales silvestres, y trans- mitida a través de la picadura de mosquitos infectados con Mansonia spp.6 Figura 22.3. Microfilaria de Brugia malayi. 220 mm Patogenia celular y molecular La patogénesis de la linfangitis que con- duce a la elefantiasis no ha sido completa- mente explicada. Puede ser el resultado de una secuencia de eventos inmunopatológi- cos mediados por el huésped que ocurren en respuesta a los adultos muertos y moribundos dentro de los vasos linfáticos (Fig. 22.4). En contraste, se cree que los gusanos adultos vivos o las microfilarias suprimen estas respu- estas, y típicamente los gusanos adultos no desencadenan una respuesta inflamatoria.24,25 Los procesos asociados con la linfangitis y la elefantiasis pueden tardar años en desar- rollarse y no se ven comúnmente en niños. Exactamente cómo los gusanos vivos y las microfilarias suprimen la respuesta inflama- toria del huésped es aún sujeto de investig- ación. Se ha observado que las microfilarias producen prostaglandina E2, un agente mod- ulador de los leucocitos y los gusanos adultos segregan sustancias antimitóticas e inmuno- supresoras.26 Los gusanos adultos también pueden influir en las respuestas inmunitar- ias del huésped a través de la liberación de pequeñas vesículas exosomales de ARN que influyen en la expresión del gen de la célula inmune del huésped.27 Cuando los gusanos adultos muertos y moribundos abandonan el control de los mecanismos de defensa del huésped, se pro- duce una serie de reacciones inflamatorias que causan alteraciones en las paredes de los vasos linfáticos. Después de una intensa infil- tración linfocítica, el lumen del vaso se cierra y los restos de los gusanos adultos se calci- fican. El bloqueo de la circulación linfática continúa en individuos muy infectados hasta que la mayoría de los canales linfáticos prin- cipales están ocluidos, causando linfedema en la región afectada del cuerpo. Además, la hipertrofia del tejido del músculo liso ocurre en el área que rodea inmediatamente el sitio de la implicación. Los individuos pueden desarrollar complicaciones, como el desar- rollo de nuevos hidroceles cuando se tratan con agentes que matan a los gusanos filarios adultos.28 El proceso de bloqueo linfático es pro- longado y resulta de infecciones repetidas. Por lo tanto, los individuos que visitan áreas endémicas por períodos cortos usualmente no desarrollan linfedema. No todos los pacientes con exposición crónica de larvas infecciosas de W. bancrofti desarrollan enfermedad clínica evidente. No está claro por qué, a pesar de los niveles de exposición relativamente iguales, algunos residentes infectados permanecen en gran parte asintomáticos, pero con evidencia de microfilaremia, mientras que otros progresan a enfermedad clínica avanzada compuesta de linfangitis y elefantiasis. Frecuentemente, los pacientes con enfermedad clínica avanzada no tienen evidencia de microfilarias circu- lantes, mientras que los pacientes con niveles elevados de microfilarias circulantes son a menudo asintomáticos.29 Se han observado diferencias en los patrones de citocinas del huésped entre estos diferentes grupos de paci- entes. Se ha sugerido que diferentes poblacio- nes son propensas a los sesgos Th2 o Th1 en sus respuestas inflamatorias celulares.24,30,31 Creciente evidencia sugiere que existe vari- abilidad genética del huésped que explica el Figura 22.4. W. bancrofti adultos calcificados en vasos linfáticos bloqueados. diferente rango de manifestaciones clínicas observadas entre pacientes con exposiciones similares.32,33 Existe una relación compleja entre el huésped y el parásito, ya menudo hay una compleja secuencia patológica de eventos que conduce a linfangitis, linfedema y ele- fantiasis. Mientras que mucha inflamación ocurre una vez que los adultos han muerto, hay evidencia de los estudios del ultrasonido conducidos en áreas endémicas de LF que los gusanos filarial adultos vivos inducen cambios patológicos importantes, incluyendo la dilatación linfática, que puede conducir a cambios linfáticos crónicos subsecuen- tes. Las infecciones bacterianas y fúngicas secundarias contribuyen significativamente a la patología crónica de la elefantiasis, además de ser complicaciones significativas en paci- entes con elefantiasis completa. Los gusanos adultos de W. bancrofti albergan simbiontes bacterianos del gen Wolbachia. Los adultos de W. bancrofti dependen de estos simbion- tes para su supervivencia, y los antibióticos que se dirigen a ellos exhiben un efecto anti- helmíntico. Además, la wolbachia contiene moléculas similares a endotoxinas y la evi- dencia sugiere que estas moléculas pueden contribuir a las respuestas inflamatorias observadas a los gusanos muertos y mori- bundos. La Wolbachia juega un papel impor- tante en la patogénesis de la enfermedad filarial. Parte de la progresión de la enferme- dad clínica parece ser debida a las respuestas inmunes desencadenadas por el wolbachia endosimbiótico.34,37 Enfermedad Clínica Existe un espectro de manifestaciones clínicas resultantes de infecciones por W. ban- crofti o B. malayi, que van desde la infección asintomática hasta la elefantiasis avanzada. Infección Asintomática (Dilatación Linfática) La mayoría de los residentes que viven en una zona endémica no manifiestan fuertes respuestas inflamatorias a su carga filarial de parásitos. Se observa que son asintomáticos aunque tengan microfilarias circulantes. Se ha observado que algunos de estos llamados pacientes asintomáticos presentan patología sutil cuando son examinados más de cerca por estudios con ultrasonidos o radionúcli- dos.38 El evento central en la patogénesis de una enfermedad más avanzada puede comenzar en esta etapa cuando comienza a producirse la dilatación de los vasos lin- fáticos. La dilatación inicia una serie subse- cuente de eventos que dan como resultado las manifestaciones clínicas crónicas de la FL, incluyendo linfedema e hidrocele.39 En algu- nos casos, los vasos dilatados se rompen para producir chiluria y quilocele. Figura 22.5 Paciente que sufre de infección a largo plazo con W. bancrofti.La mayoría de los gusanos adultos han muerto y calcificado, bloqueando todo el drenaje linfático de la ingle. El resultado es la elefantiasis de ambas piernas. Linfadenitis Aguda y Fiebre Filarial La muerte del gusano adulto causa el siguiente paso en la progresión de la enfer- medad produciendo una respuesta inflamato- ria aguda que se manifiesta como linfadenitis aguda. En las áreas endémicas, esto ocurre con frecuencia durante los años de la ado- lescencia del paciente y se manifiesta con fiebre e hinchazón dolorosa sobre los gan- glios linfáticos.40 Lo que ocurre típicamente en el área inguinal. Episodios de hinchazones dolorosas pueden durar hasta una semana y comúnmente recurren. También pueden pro- ducirse infecciones bacterianas secundarias. La linfadenitis filarial aguda es exacerbada por infecciones bacterianas secundarias. Algunas personas que han viajado y pasado varios meses en las zonas endémicas también pueden desarrollar linfadenitis aguda, aunque la patogénesis de este proceso se produce por un proceso mal entendido. Este fenómeno se describió en la década de 1940 entre las tropas estadounidenses que regresaban de la guerra en el teatro del Pacífico.41 Elefantiasis Un subconjunto de pacientes con linfan- gitis aguda y fiebre filarial desarrollarán lin- fedema de los brazos, piernas, senos y geni- tales que conduce a la elefantiasis (Fig. 22.5). Durante estos procesos inflamatorios, la piel se hace pastosa y exhibe algún grado de pica- dura, aunque es bastante firme. A medida que la reacción inflamatoria continúa, el área se vuelve más firme todavía, y la picadura desa- parece. Existe una diseminación sustancial de la inflamación en el tejido subcutáneo y consiguiente pérdida de elasticidad de la piel que lo cubre. Característicamente, y en contraste con la celulitis causada por algunas bacterias, la celulitis filarial no muestra línea de demarcación entre la piel afectada y la sana. En la filariasis bancroftiana, las piernas son más propensas a estar involucradas que las extremidades superiores, y las porciones inferiores de las piernas están más involucra- das que las superiores. El escroto se ve fre- cuentemente afectado en forma de hidroceles y puede llegar a ser gigantesco, pesando hasta 10 kg; Escrotos mucho más grandes han sido descritos en casos raros. Eosinofilia Pulmonar Tropical (TPE) La TPE se desarrolla en algunas personas con infecciones filarias. Este síndrome, que ocurre con frecuencia en el sur de la India, particularmente en hombres jóvenes adultos, se caracteriza por altos niveles de inmuno- globulina E (IgE) en suero, asma nocturna con infiltrados intersticiales en radiografías de tórax, fatiga, pérdida de peso y eosino- filia circulante.42 La TPE puede progresar a la enfermedad pulmonar restrictiva crónica. La dietilcarbamazina es altamente eficaz en estos pacientes. La patogénesis de este síndrome está relacionada con las respuestas inmunitar- ias locales a microfilarias en el sistema vascu- lar pulmonar y resulta en la acumulación de eosinófilos en el pulmón con la liberación de productos eosinófilos citotóxicos (por ejem- plo, proteína básica mayor y proteína cat- iónica eosinófila) 42. Diagnóstico La filariosis linfática debe ser sospechada en un individuo que reside en una región endémica, está más allá de la primera década de vida, y tiene linfedema en las extremi- dades o genitales. El diagnóstico definitivo depende tradicionalmente de la observación microscópica de las microfilarias caracter- ísticas en la sangre (Figuras 22.2, 22.3, C.46 - C.53). Ocasionalmente, la infección es tan aguda que se pueden observar microfilarias en un frotis de sangre delgado manchado con Giemsa. En infecciones más ligeras, los métodos incluyen filtrar sangre en un filtro de nucleóforo de 0,45 μm de tamaño de poro y luego teñirlo con solución de Giemsa. En el caso de una infección muy ligera, 1 ml de sangre se conserva en 9 ml de formalina al 1% y luego se concentra por centrifugación (prueba Knott, véase el Apéndice B). El gránulo contiene glóbulos rojos de sangre y microfilarias. Los frotis manchados del gránulo se examinan entonces microscópi- camente. Debido a la periodicidad nocturna de algunas cepas, lo mejor es sacar sangre durante las horas habituales de sueño (gener- almente entre las 22:00 y las 02:00 horas). Se han desarrollado pruebas de antígeno que detectan antígenos circulantes de W. bancrofti, que son más sensibles que la microscopía, se pueden usar para pruebas diurnas y pueden dar un resultado cuanti- tativo que se correlaciona con la carga de gusanos adultos.43.45 Estos están disponibles en forma de prueba ELISA o en una tarjeta inmunocromatográfica46. E l a nálisis b asado en tarjetas, que reconoce un antígeno de 200 kDa de gusano adulto, tiene una sensibilidad de 96-100 por ciento y una especificidad que se aproxima al 100 por ciento.47 El ELISA también tiene una sensibilidad cercana al 100 por ciento en pacientes microfilarémi- cos. Para ambos ensayos, el antígeno filarial circulante permanece diurnamente constante, de modo que la sangre para el diagnóstico se puede recoger durante el día. Se han desarrol- lado pruebas basadas en la PCR, aunque se utilizan para monitorear la infección filarial en mosquitos, actualmente no se usan rutinar- iamente en la práctica clínica. Se han desarrollado pruebas serológi- cas que detectan los niveles de IgG humana dirigida contra los gusanos que causan filaria- sis linfática y están en uso clínicamente. Éstos sirven como pruebas rápidas que pueden ayudar en el diagnóstico de esta enfermedad pero detectan la exposición más bien que con- firman la infección actual.49,51 En forma creciente, el ultrasondiso ha provisto una importante manera no invasiva para hacer seguimiento a la eficacia de los fármacos antifilariales.34 El ultrasonido de los vasos linfáticos del cordón espermático de los hombres infectados da lugar a un signo distintivo, conocido como “signo de la danza filarial”, que refleja los nidos de vida Gusa- nos en el sistema sinfático.52 La muerte del gusano adulto después del tratamiento con DEC puede ser seguida posteriormente. Tratamiento Se recomienda que todos los pacientes sean tratados, ya que incluso los pacientes con la llamada infección asintomática pueden tener un sistema linfáticos anormal, y hay evidencia creciente de que el tratamiento temprano puede prevenir el daño linfático posterior y puede revertir la disfunción lin- fática temprana.53 Es fundamental que, antes del tratamiento, se descarte la coinfección con Loa Loa con una carga microfilarial de Loa Loa alta, debido al riesgo de eventos adversos graves si se administra el tratamiento a estos pacientes..54 Para el tratamiento de pacientes monoinfectados, la dietilcarbamazina (DEC) tanto macrofilaricida (gusano adulto) como microfilaricida, es el tratamiento de elección para estos pacientes. En muchas regiones se administra en una dosis de 6 mg/kg/día durante 12 días consecutivos para un total de 72 mg/kg de peso corporal.34,55 Para las infec- ciones por W. bancrofti, esto resulta en una reducción de al menos un 90% microfilare- mia en el plazo de un mes. DEC disminuye la incidencia de linfangitis filarial y, en algunos casos, invierte el daño linfático existente. La adición de doxiciclina durante 4-6 semanas puede ser beneficiosa basándose en eviden- cias que demuestren actividad macrofilari- cida y patología reducida.56,58 En hombres, la eficacia del tratamiento se puede monitorear mediante exámenes de ultrasonido en serie (ver arriba) y por muestreo sanguíneo en serie.34 Dado que la DEC es sólo parcialmente efectiva contra el gusano adulto, a menudo se requieren tratamientos repetidos. Esto se hace a menudo cada 6-12 meses.34 Datos recien- tes han sugerido que el tratamiento de dosis única con 6 mg/kg de DEC tiene una terapia microfilaricida macrofilaricida y de largo plazo. Algunos médicoshan sugerido que el tratamiento de dosis única puede repetirse cada 6-12 meses.34 La DEC está asociada con fiebre (probablemente como resultado de la desintegración de algunos gusanos adultos), náuseas y vómitos ocasionales y erupciones cutáneas fugaces. La ivermectina, un fármaco eficaz para la terapia de la oncocercosis, tam- bién mata las microfilarias de W. bancrofti, pero parece que no tiene propiedades mac- rofilaricidas. Ivermectina y albendazol, un fármaco que también no mata a los gusanos filarios adultos, se han utilizado en campa- ñas masivas de fármacos y la dosis reduce los niveles sanguíneos microfilariales y dis- minuye la transmisión.59 Aparte del uso de medicamentos anti- helmínticos, existen varias modalidades de tratamiento que ayudan a mejorar las secuelas crónicas de la FL, incluyendo linfedema y elefantiasis. Ambas condiciones, cuando ocurren en la pierna, son reversibles con un régimen higiénico que incluye la preven- ción de infecciones bacterianas secundarias por tratamiento antibiótico rápido de ataques bacterianos agudos, tratamiento agresivo de lesiones cutáneas, incluyendo las causadas por candida y otros hongos, y fisioterapia.34 El tratamiento de las infecciones bacteri- anas secundarias ha sido identificado como una modalidad de tratamiento crítico para empeorar el linfedema y la elefantiasis. El drenaje de hidrocele sin cirugía correctiva, si bien proporciona alivio, suele asociarse con la reacumulación de líquido.60 Para ciertas áreas afectadas (por ejemplo, el escroto) interven- ciones quirúrgicas correctivas pueden ser necesarias.61 Se han desarrollado técnicas quirúrgicas que pueden aliviar los hidroceles y mejorar en gran medida la morbilidad aso- ciada con la morbilidad escrotal y otra aso- ciada con infecciones filarias.62 Prevención y control La microfilaremia manifiesta se detecta por primera vez en niños de 5 a 10 años de edad que viven en regiones endémicas.6 La inmunidad transplacentaria y la lactan- cia materna pueden limitar la intensidad de la infección en individuos más jóvenes. La prevalencia de infección microscópicamente confirmada aumenta gradualmente hasta la edad de 30-40 años. La frecuencia de exposición a las larvas de la tercera etapa por vectores es el determinante más importante en la prevalencia de la filaria- sis en la comunidad.63 La prevención depende del control de los mosquitos vectores, que, lamentablemente, ha tenido un éxito limitado porque los mosquitos desarrollan resistencia a los insecticidas. Las redes de mosquiteros tratados con insecticidas han sido eficaces para reducir la transmisión en áreas donde los mosquitos anofelinos transmiten la enferme- dad.64 La urbanización de vastas áreas de Asia tropical ha dado como resultado un aumento concomitante en la prevalencia de las varie- dades de filariasis de W. bancrofti y B. malayi, traídas por mosquitos que se reproducen en hábitats no silvestres. En 1997, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución en la que instaba a sus estados miembros a emprender un programa de eliminación mundial de la FL. La estrate- gia principal para la eliminación de la FL se basa en dos principios: 1) interrumpir la trans- misión de la infección y 2) aliviar y prevenir el sufrimiento y la discapacidad causados por la FL. Para interrumpir la transmisión, es esencial reducir los niveles de microfilarias en la sangre por un período sostenible. Para la mayoría de los países, los fármacos reco- mendados son DEC (6 mg/kg) y albendazol (400 mg).65,66 El objetivo de este enfoque es proporcionar un tratamiento anual con esta combinación de fármacos, aunque en algunos países se utiliza sal enriquecida con DEC. Sin embargo, en muchas partes del África 1. Knopp, S.; Steinmann, P.; Hatz, C.; Keiser, J.; Utzinger, J., Nematode infections: filariases. Infect Dis Clin North Am 2012, 26 (2), 359-81. 2. Nelson, G. S., Current concepts in parasitology. Filariasis. The New England journal of medicine 1979, 300 (20), 1136-9. 3. Global programme to eliminate lymphatic filariasis: progress report for 2012. 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Esto incluye higiene local meticulosa, uso juicioso deantibióticos, fisioterapia y educación para la salud.
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