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Giardia lamblia

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Giardia lamblia (también conocida 
como G. duodenalis o G. intestinalis)
 (Stiles 1915)
Introducción
La Giardia lamblia (también conocida 
como G. duodenalis o G. intestinalis) es un 
protozoario flagelado que carece de una mito-
condria 1. Es aerotolerante, pero respira como 
un anaerobio y vive en el intestino delgado. 
Otros protozoos que comparten esta estrate-
gia metabólica incluyen el Entamoeba histo-
lytica, y el Trichomonas vaginalis. La especie 
de Giardia se divide en ocho grupos genéti-
cos, de los cuales los grupos A y B infectan a 
los seres humanos.2 Giardia lamblia produce 
un etapa de quiste que es resistente al medio 
ambiente.3 La infección se adquiere a través 
de la vía fecal-oral, generalmente por medio 
de aguas, para beber, contaminadas. 4 La G. 
lamblia tiene una distribución mundial y es 
endémica en muchas regiones.5 La giardiasis 
ocurre con frecuencia en niños, (especial-
mente en los que asisten a guarderías), via-
jeros, inmunocomprometidos (incluidos los 
infectados por el VIH) y pacientes con trastor-
nos genéticos como Fibrosis quística.6-11 G. 
Lamblia es también una infección común 
en humanos y animales domésticos en los 
Estados Unidos12. Es probable que muchas 
personas infectadas sigan sin diagnosticarse 
y muchas más puedan albergar la Giardia 
en forma asimtomática.13 Los castores son 
los principales huéspedes del reservorio que 
a menudo son responsables de contaminar 
el suministro público de agua potable, y la 
infección con Giardia lamblia es conocida 
en muchas partes del país por el nombre 
común de “fiebre del castor” .14, 15 La Giardia 
es objeto de una investigación muy intensiva, 
incluyendo un análisis completo de la secuen-
cia de su genoma.16 Un estudio de su genoma 
ha revelado la presencia de genes para la mei-
osis, aunque una etapa sexual para este pro-
tozoario aún no ha sido descrito.17 En el año 
2001, Adam publicó una excelente revisión de 
la biología de la Giardia lamblia, aunque se ha 
agregado mucho trabajo a este campo, desde 
que se publicó esta revisión exhaustiva.18 
Información histórica
Antony Van Leeuwenhoek, el famoso 
microscopista holandés, en una carta escrita 
a Robert Hooke en 1681, describió en detalle 
la etapa de trofozoitos vivos de Giardia, que 
observó en una muestra de su propio taburete: 
“. . . Animálculos moviéndose muy ágilmente. 
Sus cuerpos eran algo más largos que anchos, 
y su vientre, que era plano, provisto de peque-
ñas garras. . . Sin embargo, a pesar de todo 
lo que investigaron, el progreso fue lento. “19
En 1859, Vilem Lambl describió las prin-
cipales características morfológicas de la 
etapa trofozoítica que obtuvo de las heces de 
varios pacientes pediátricos en Praga.20 Sus 
elegantes dibujos científicos siguen siendo 
impresionantes, incluso en el mundo actual 
de la sofisticada y tecnológicamente avanzada 
microscopía óptica. En 1921, C.E. Simon 
completó la descripción de su morfología.21
Ciclo vital
La Giardia lamblia existe en dos formas: 
el trofozoíto (Fig. 1.1) y el quiste (Fig. 1.2). El 
trofozoíto es en forma de pera y móvil, midi-
endo 10-20 μm de largo y 7-10 μm. en diá-
metro. Posee ocho flagelos y es bi-nucleado. 
Figura 1.1. Trofozoito de Giardia lamblia. 15 µm
Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com 
Ambos núcleos tienen actividad transcrip-
cional.22 Además, contiene dos estructuras 
rígidas, llamadas cuerpos medianos, que 
ahora se sabe forman parte del complejo y 
único citoesqueleto.23 La G. lamblia no tiene 
mitocondrias, peroxisomas, hidrogenosomas 
ni organelos subcelulares relacionados que 
podrían estar asociados con el metabolismo 
energético, pero parece utilizar un homólogo 
de la glicerol-3-fosfato deshidrogenasa mito-
condrial (GPDH) que participa en la glicoli-
sis.24 Algunas cepas del parásito transportan 
virus de ARN de cadena doble, conocidos 
como Giardiavirus, cuyo impacto sobre la 
virulencia se sigue explorando25,26. Estos virus 
han facilitado la expresión de genes extraños en 
Giardia, sirviendo como vectores lanzadera.27
La región ventral anterior de la Giardia 
lamblia tiene un organelo, tipo disco, que 
utiliza para su fijación a la superficie de las 
células epiteliales. La integridad del disco es 
mantenida por la tubulina y las giardinas.28 
Estos últimos son miembros de las anexi-
nas de clase III de baja afinidad vinculantes 
al calcio.29 Su estructura ha sido investi-
gada usando microscopía cryoelectrónica30.
La infección comienza con la ingestión 
del quiste cuadrinuclear, que debe desen-
quistarse en respuesta a una secuencia com-
pleja de señales ambientales recibidas por 
el parásito.31 Ingiriendo en la etapa de trofo-
zoíto no se produce infección. A medida que 
el quiste pasa a través del estómago y hacia 
el intestino delgado, se expone secuencial-
mente al HCl y luego a las enzimas pancreáti-
cas.32,33 La desenquistación puede ser inhi-
bida por los jabones desinfectantes para las 
manos que contienen etanol e isopropanol.34
Cada quiste produce dos trofozoitos bi-
nucleados que luego se unen a las células 
epiteliales por sus discos ventrales (Fig. 1.3). 
La G. lamblia se une a las células huésped utili-
zando este organelo de unión especializado, el 
disco ventral, que parece utilizar un homólogo 
de epsinR (Glepsina) para unir tanto fosfati-
dilinositol (3,4,5) -trifosfato fosfolípidos sin 
dominios canónicos para la interacción con el 
recubrimiento de clatrina Una vez unidos a las 
células epiteliales, los trofozoítos bi-nuclea-
dos crecen y se dividen por fisión binaria. 
Los quistes son incapaces de reproducirse.
La G. lamblia se puede cultivar in vitro 
(Fig. 1.4). Las necesidades nutricionales 
totales del trofozoíto aún no se han determi-
nado completamente, pero se conocen algu-
nas de sus vías de energía bioquímica.36, 37 La 
glucosa y la arginina parecen ser sus princi-
pales fuentes de energía y pueden acceder a 
una parte de su necesidad de ellas a través de 
la descomposición del moco.38,39 La Giardia 
es incapaz de sintetizar las bases de ácido 
nucleico de novo y, en consecuencia, emplea 
vías de recuperación.40 Los lípidos son absor-
bidos directamente, probablemente facil-
itado por la bilis y las sales biliares, y quizás 
por la endocitosis de las lipoproteínas.41, 42 
Figura 1.3. Exploración EM de un trofozoito de G. 
muris en el epitelio del intestino delgado de ratón. 
Cortesía R. Owen..
Figura 1.2. Quiste de G. lamblia. Se pueden ver dos 
núcleos. 13 µm.
también se requiere una novedosa transglu-
taminasa para la enquistación.48 Los parási-
tos enquistados pueden permanecer durante 
largos lapsos fuera del huésped si permane-
cen húmedos y la temperatura no es elevada.49 
Tanto los quistes como los trofozoítos pasan 
por el intestino en la masa fecal, pero sólo el 
en etapa de quiste sobreviven. Los quistes 
pueden resistir la exposición a tratamien-
tos químicos suaves, como el agua clorada 
durante lapsos cortos a bajas temperaturas.50
La congelación, la ebullición, 
la exposición a los rayos UV o el 
secado pueden destruir los quistes.51
La producción de quistes ocurre durante 
toda la infección, pero el número produ-
cido cada día varía mucho, dependiendo 
de una amplia variedad de condiciones, 
incluyendo el desarrollo de la inmuni-
dad protectora adquirida.52 La inmu-
nidad protectora aparece dirigida tanto 
contra los antígenos de superficie53 como 
contra los antígenos que son secretados.54
Patogénesis Celular y Molecular
La esteatorrea y la malabsorción con 
aplanamiento de las vellosidades (Fig. 1.5), 
a menudo acompañadas de importante pér-
dida de peso, son las consecuencias patológi-
cas dominantes de la infección crónica.55,
56 A pesar de que existen numerosas espe-
cies relacionadas de Giardia y que pueden 
ser manipulados in vivo e in vitro, se sabe 
sorprendentemente poco sobre su efecto 
biológico en la fisiología y la bioquímica del 
intestino delgado.18 Parece que parte de la 
diarrea generada por la G. lambliase debe al 
aumento de peristaltismo y alteración de las 
uniones estrechas de la célula huésped.57, 58
La infección por G. lamblia induce numer-
osas respuestas celulares y humorales, algunas 
de las cuales son de naturaleza protectora.59-61 
Particularmente importante es la IgA secre-
tora. Se ha demostrado para los no secretores 
que la infección es fácilmente contagiada y no 
La G. lamblia no se considera un parásito 
invasivo o de tejido, pero su capacidad de 
adherirse estrechamente a las células colum-
nares a nivel de las microvellocidades y su 
inclinación por la secreción de proteínas en 
el sitio, da lugar a la producción de anticu-
erpos y, eventualmente, a la inmunidad pro-
tectora. 43 Para salir del huésped y sobrevivir, 
los trofozoítos deben enquistarse, y pasar al 
intestino grueso. Las sales biliares parecen 
estar implicadas en el desencadenamiento de 
este proceso.3, 44, 45 La enquistación in vitro 
es inducible por la exposición en la etapa 
de trofozoíto a la bilis y a un pH elevado, 
posiblemente capturando colesterol.46 Los 
trofozoítos absorben y liberan sales biliares 
conjugadas.45, 47 Estas condiciones pueden 
ser necesarias para su supervivencia en su 
nicho esencial (Figura 1.3). Aparentemente, 
Figura 1.5. Vellosidades del intestino delgado 
aplanadas y fusionadas de un paciente que sufre de 
síndrome de malabsorción debido a G. lamblia.
Figura 1.4. Trofozoitos de G. lamblia en cultivo. 
Cortesía D. Lindmark.
Figura 1.6a. G. lamblia trofozoíto en muestras de 
heces.
Figura 1.6b. quiste de G lamblia en muestra de 
heces.
se controla con facilidad.62 Los cambios fisi-
ológicos experimentados durante la infección 
sintomática podrían relacionarse con estas 
respuestas basadas en el huésped e incluso 
podrían ser inducidos por mecanismos rela-
cionados con las alergias,60 como los observa-
dos en individuos sensibles al gluten de trigo.61
La variación antigénica de los componen-
tes superficiales del trofozoíto es típica en 
la fase temprana de la infección 53, 63 y muy 
probablemente ayude al parásito a evitar la 
eliminación por respuestas humorales (por 
ejemplo, anticuerpos IgA) 62 dirigidos a las 
proteínas superficiales de los trofozoítos.64 
El cambio de cisteína- ricas en proteínas de 
superficie variante (VSPs) también se pro-
duce cuando el parásito está a punto de desen-
quistar, permitiendo que el parásito evada la 
eliminación inmunológica.65 Los ratones de 
inmunodeficiencia combinada (SCID) no 
inducen la conmutación de VSP, una indi-
cación de que el proceso global está bajo el 
control de las respuestas del huésped medi-
adas por células B. Sin embargo, el cambio 
también ocurre espontáneamente o en respu-
esta a la selección fisiológica, pero a un ritmo 
mucho más lento que en huéspedes inmuno-
competentes. Se han desarrollado sistemas 
virales de transferencia para la transfección 
de G. lamblia.66 Por lo tanto, la manipulación 
genética es ahora posible, lo que puede con-
ducir a una comprensión más completa de los 
eventos moleculares que rigen la patogénesis.
La leche materna humana es protectora 
porque contiene anticuerpos de la clase IgA.67 
Las defensas no específicas, como la lactofer-
rina o los productos de la hidrólisis lipídica 
de la leche en el tracto digestivo normal, 
también pueden desempeñar un papel ya 
que cada uno es tóxico para la Giardia.68-70 El 
óxido nítrico, liberado luminalmente por las 
células epiteliales intestinales en respuesta a 
la infección, inhibe el crecimiento y la dife-
renciación del parásito, aunque la Giardia 
podría desarmar este potencial mecanismo 
de defensa al consumir competitivamente la 
arginina que necesitan las células huéspedes 
para la síntesis de óxido nítrico. En sínte-
sis, la duración y la gravedad de la infec-
ción dependen tanto de las defensas inmunes 
como no inmunes del huésped, así como 
de la capacidad del parásito para evadirlas.
Enfermedad Clínica
Se estima que una gran parte quienes entran 
en contacto con G. lamblia y se infectan no 
progresan a un estado de mala salud.72, 73 Los 
individuos infectados pueden permanecer 
asintomáticos durante largos lapsos, aunque 
todavía estén infectados y podrían conver-
tirse en portadores crónicos llamados porta-
dores de quistes. Los síntomas de la diarrea 
aguda de la giardiasis se describen clási-
camente por su mal olor con flatulencia, 
náuseas, pérdida de peso y calambres abdom-
inales con hinchazón75. Una minoría de los 
pacientes puede describir síntomas sistémi-
cos tales como fiebre. Sin tratamiento, este 
tipo de diarrea puede durar semanas o meses, 
aunque varía generalmente en intensidad, los 
niños afectados a menudo no prosperan.76 Las 
infecciones crónicas se caracterizan por la 
esteatorrea acompañada de síndrome de mal-
absorción, pérdida de peso sustancial, debili-
dad general y consiguiente fatiga.39 Además, 
algunas personas pueden quejarse de mal-
estar epigástrico, anorexia e incluso dolor. 
Ciertos grupos de pacientes corren mayor 
riesgo de adquirir giardiasis y de desarrol-
lar una infección crónica. Los pacientes que 
sufren de condiciones inmunocomprometidas 
(por ejemplo, hipogamma globulinemia, qui-
mioterapias contra el VIH / SIDA o el cáncer), 
fibrosis quística y niños con desnutrición 
subyacente pueden tener una enfermedad 
prolongada con síntomas más severos.11, 77-79
Diagnóstico
El diagnóstico de giardiasis ha cam-
biado dramáticamente con la introducción 
de nuevas modalidades diagnósticas. El 
diagnóstico definitivo todavía depende de 
la observación directa y microscópica de 
los trofozoítos (Figura 1.6a) o de los quistes 
(Figura 1.6b) en las deposiciones concentra-
das de heces.80 Debido a los desafíos inher-
entes a la obtención de tales especímenes y 
al número limitado de personal de laboratorio 
estos ensayos de detección de antígenos de 
heces, en particular la prueba directa de anti-
cuerpos fluorescentes (DFA), tienen mayor 
sensibilidad que la microscopía de heces, 
tiempo de manipulación más rápido y sólo 
requieren una sola muestra de heces.82, 83 La 
prueba de la cadena (entero test) que impli-
caba tragar una cápsula de gelatina unida 
al extremo de una larga cuerda, está ahora 
relegada a un lugar en la historia ya que 
nuevas técnicas de diagnóstico mejor tolera-
das están disponibles. Ya están disponibles 
pruebas de amplificación de ácidos nucleicos 
(NAAT) que están revolucionando el diag-
nóstico de diarrea infecciosa. El BioFire, el 
FilmArray y el panel de patógenos gastroin-
testinales xTAG de Luminex están entre las 
pruebas NAAT comercialmente disponibles 
que pueden detectar con alta sensibilidad y 
especificidad un amplio número de patóge-
nos virales, bacterianos y protozoarios.85-87 
Tratamiento
Se recomienda que todos los pacientes sin-
tomáticos infectados con Giardia sean tratados 
con terapia antimicrobiana, ya que se ha dem-
ostrado que alivia los síntomas con mínimos 
efectos secundarios.88 Los nitroimidazoles, el 
metronidazol y el tinidazol son los fármacos 
primarios utilizados para el tratamiento.88, 89 El 
Metronidazol, es una opción barata, se admin-
istra generalmente a una dosis de 250 mg. 
por vía oral tres veces al día durante 5-7 días 
para adultos, mientras que el tinidazol puede 
administrarse como una dosis oral única de 2 
gramos con una alta eficacia. Otra opción de 
fármaco preferida es la nitazoxanida 500 mg. 
por vía oral dos veces al día durante tres días. 
Los antimicrobianos alternativos incluyen 
paromomicina (durante el embarazo), 
furazolidona, quinacrina y albendazol.88
La recurrencia o persistencia de los sín-
tomas debe evaluarse cuidadosamente, ya 
que la persistencia de la malabsorción y la 
intolerancia a la lactosa pueden durar, de 
semanas a meses, después de la infección90. 
Antes del nuevo tratamiento se recomienda 
nuevamente valorar al paciente y confirmar 
la presencia de infección.91 Cepas resistentes 
de las giardias son cada vez más frecuentes 
y muchos se eliminarán, pero con una clase 
diferente de terapiaantimicrobiana o un curso 
más prolongado del agente original.92-95 En 
algunos casos resistentes, la terapia antimi-
crobiana combinada puede ser necesaria.96
Prevención y control
La Giardia lamblia es principalmente una 
infección transmitida por el agua, aunque 
los manipuladores de alimentos y los niños 
infectados en guarderías, sin duda, juegan un 
papel importante en la transmission.4,97 Las 
estrategias de prevención incluyen la elimi-
nación adecuada de los desechos humanos, la 
filtración del suministro de agua potable, el 
mantenimiento de las zonas de amortiguación 
alrededor de las cuencas hidrográficas cuando 
la filtración no se practica (por ejemplo, en la 
ciudad de Nueva York), y mantener los más 
altos estándares de higiene en guarderías e 
instituciones mentales, aunque esta última 
recomendación es sin duda la más difícil de 
lograr. Existe un modelo con ratones de labo-
ratorios para una vacuna contra la giardia, sin 
embargo los esfuerzos para desarrollar vacu-
nas candidatas clínicas, incluyendo trabajo en 
vacunas caninas, se ven obstaculizados por la 
falta de una necesidad médica bien articulada 
para conseguir nuevos recursos en el estab-
lecimiento de muchas opciones terapéuticas 
efectivas. 98
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Joseph Bancroft, MD (1836-1894)
La pasión de Joseph Bancroft por la medicina fue incrementada por su 
interés en las plantas comestibles, y realizó una investigación dirigida a 
mejorar la resistencia a enfermedades para algunos cultivos comerciales 
importantes (por ejemplo, trigo, caña de azúcar, banano). Bancroft 
también trabajó con lepra y fue el primero en describir al gusano adulto 
de Wuchereria bancrofti – que lleva su nombre y el de Wucherer. 
Sugirió que la filaria linfática podría ser transmitida por los mosquitos, 
una idea que más tarde fue defendida por Patrick Manson, a quien se le 
da crédito por describir esa parte del ciclo de vida del gusano.

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