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Trichuris trichiura

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Figura 17.1. Trichuris trichiura hembra adulta.
Figura 17.2. Macho adulto Trichuris trichiura.
 Trichuris trichiura
El Trichuris trichiura, comúnmente lla-
mados tricocefalos debido a su forma carac-
terística, es uno de los tres principales hel-
mintao transmitidos por el suelo (STH) que 
causan una grave morbilidad en los países 
en desarrollo.1,4 La infección por Trichu-
ris coincide con frecuencia con infecciones 
causadas por el otros STHs, el Ascaris lum-
bricoides y los anquilostomas. La prevalen-
cia de tricuriasis es de aproximadamente 477 
millones de personas en todo el mundo, con 
el mayor número de infecciones en Asia, el 
África subsahariana y las regiones tropicales 
de América.5 Se desconoce si la tricuriasis 
aún se produce en la región sudoriental de los 
Estados Unidos.1,3,6
El T. trichiura no tiene huéspedes reser-
vorio. Otras especies de trichuris infectan una 
amplia gama de mamíferos (por ejemplo, T. 
vulpis caninos, T. muris en el ratón, T. suis en 
el cerdo). Las cargas de gusanos debidas a 
trichuris suelen ser más altas en los niños que 
en los adultos, y la enfermedad es consecuent-
emente más grave en ese grupo de edad.6 Los 
niños en edad escolar están particularmente 
afectados. Los niños fuertemente infectados 
a menudo desarrollan colitis y atrofia del cre-
cimiento, y aquéllos con infecciones cróni-
cas pueden incluso desarrollar deficiencias 
intelectuales y cognitivas.6,7
Información histórica
En 1740, Giovanni Morgagni describió 
con precisión la localización del T. trichiura 
en el ciego y en el colon transverso.8 En 1761, 
un informe de Johannes Roederer, describía 
la morfología externa del T. trichiura.9 El 
informe de Roederer estaba acompañado por 
versiones científicas que todavía se consid-
eran muy precisas. En 1771 Carl Linnaeus 
clasificó a este parásito, entonces llamado 
“teretes”, como un nemátodo.10 Encontrar 
los huevos petrificados y característicos en 
coprolitos de seres humanos prehistóricos ha 
identificado la infección humana con trichu-
ris como un patógeno que ha infectado los 
humanos por más de 5.000 años.10
Ciclo de vida
La hembra adulta (Fig. 17.1) mide 30-50 
mm, mientras que el macho (Fig. 17.2) tiene 
una longitud de 30-45 mm. La infección 
comienza cuando se tragado el huevo embri-
Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com 
Figura 17.4. Exploración EM de trichuris adultos, in 
situ. Cortesía K. Wright.
Figura 17.3. Huevo fertilizado, no embrionado, de 
T. trichiura. 50 mm x 20 mm.
onado (Fig. 17.3) La larva L1 se incuba en 
el intestino delgado, penetra en el epitelio 
columnar y se extiende justo por encima de 
la lámina propia.
Cuatro meses más tarde, el adulto inmad-
uro emerge, es llevado pasivamente al intes-
tino grueso, donde se repliega en las célu-
las columnares, y luego induce su nicho 
esencial. El Trichuris trichiura adulto vive 
en el colon transverso y descendente (Fig. 
17.4). El esófago anterior, estrecho y alar-
gado está embebido dentro de un sincitio de 
células huésped creado por la lombriz. Este 
sincitio probablemente es el resultado de la 
exposición del huésped a las secreciones de 
lombrices que emanan de su stigosa. El abdo-
men posterior sobresale en el lumen, permi-
tiendo que los huevos escapen. No se sabe 
nada sobre las necesidades nutricionales de 
este parásito, pero la evidencia experimen-
tal sobre especies relacionadas sugiere que 
no ingeren sangre.11 Los parásitos crecen y 
maduran en el intestino grueso, donde tam-
bién ocurre el apareamiento.
La permeabilidad (es decir, la primera vez 
que los huevos son detectables en las heces) 
es aproximadamente de 90 días después del 
momento de la ingestión de huevos embrio-
nados. Las hembras pueden producir 3.000-
5.000 huevos por día y viven entre 1,5 y 2,0 
años.12,13 Los huevos fertilizados se depositan 
en el suelo con las heces y deben embrion-
arse en el suelo antes de ser infecciosos. Los 
factores ambientales, como la alta humedad, 
el suelo arenoso o limoso y una temperatura 
cálida (20-30 °C), favorecen el desarrollo 
rápido del embrión.14 En condiciones ópti-
mas, el desarrollo embrionario tiene lugar 
durante un período de 18 a 22 días.15
Patogenia Celular y Molecular
En las zonas endémicas de trichuris, las 
poblaciones pediátricas suelen albergar las 
cargas más grandes de la peste porcina, con 
las cargas más altas en los niños entre 5-15 
años de edad. No se sabe por qué estas pesa-
das cargas de lombrices disminuyen en los 
grupos de edad avanzada. Algunos estudios 
indican que la susceptibilidad a infecciones 
agudas por trichuris pueden depender de una 
incapacidad para montar una respuesta fuerte 
de tipo 2 de células T auxiliares16. También 
parece haber un componente genético a la 
susceptibilidad.17
La presencia de lombrices adultas en el 
intestino grueso produce defectos estructura-
les en el epitelio.18 Para invadir la mucosa 
colónica, los trichuris adultos liberan una 
nueva proteína formadora de poros y for-
madora de canales.19 In vitro, estas proteí-
nas secretadas inducen poros conductores de 
iones en bicapas lipídicas. La formación de 
poros en las membranas de las células epite-
Figura 17.5. Prolapso del recto con T. trichiura 
adulto.
liales puede facilitar la invasión y permitir al 
parásito mantener su ambiente sincitial en el 
epitelio cecal. Los genes que codifican estas 
nuevas proteínas están compuestos por rep-
licaciones.
A pesar de la capacidad inmunomodula-
dora del trichuris adultos, en algunos casos 
se puede presentar una respuesta inflamatoria 
de bajo grado a la presencia de adultos, junto 
con la regulación positiva de biomarcadores 
inflamatorios y un cuadro clínico similar a la 
enfermedad inflamatoria intestinal (IBD) de 
colitis ulcerosa o puede presentarse la enfer-
medad de Croh.21 Estas últimas condiciones 
se caracterizan por un daño histopatológico 
más extenso en el intestino. Con las infec-
ciones agudas, la población de lombrices 
puede extenderse desde el extremo proximal 
hasta el terminal del íleon y causar ileitis. La 
anemia es el resultado de una combinación de 
daño capilar y erosión que conduce a pérdida 
de sangre y anemia de inflamación crónica.21 
En general, la anemia resultante de una infec-
ción intensa con T. trichiura es mucho menos 
grave que la anemia asociada a la anquilosto-
miasis.
En contraste con situaciones en las que 
existe una inflamación de bajo grado, los efec-
tos inmunomoduladores de tricuros adultos 
pueden predominar. Irónicamente, estas car-
acterísticas de la lombriz han sido explotadas 
para desarrollar un nuevo tratamiento para 
la enfermedad de Crohn. Se ha demostrado 
que la ingestión de huevos embrionados de 
la lombriz porcina T. suis ha reducido los 
síntomas de la enfermedad de Crohn durante 
cortos períodos sin efectos adversos significa-
tivos sobre el paciente.22,23 El mecanismo pre-
ciso de cómo el T. suis reduce la inflamación 
del huésped es todavía activamente estudi-
ada, pero la evidencia actual sugiere que el 
T. suis cambia el sistema inmunitario delTh1
a una respuesta Th2 y cambia los niveles de
ciertas citoquinas, posiblemente, en parte, a
través de cambios en el microbioma del intes-
tino.24,25 La investigación sugiere que los pro-
ductos excretados/secretados afectan el epi-
telio intestinal, los macrófagos y las células
dendríticas y suprimen la producción de cito-
quinas pro-inflamatorias por estas células.26,27
Enfermedad Clínica
La enfermedad clínica ocurre principal-
mente en niños28. Aquéllos con infecciones 
trichuris muy agudas pueden presentar dis-
entería o colitis crónica. La disentería indu-
cida por Trichuris produce pérdida de peso, 
emaciación y anemia. Debido a la hinchazón 
mucosa extensa del recto, el deseo de pujar 
como si las heces estuvieran presentes (tenes-
mus) puede ocurrir. El tenesmo prolongado 
puede conducir al prolapso rectal (Fig. 17.5).18
La colitis crónica trichuris en pacientes 
pediátricos puede parecerse a las caracter-ísticas de las formas más conocidas de enfer-
medad inflamatoria intestinal, como la enfer-
medad de Crohn y la colitis ulcerosa. Los 
niños que sufren de tricuriasis aguda desar-
rollan desnutrición crónica, estatura baja, 
anemia y uñeros.18 Después de la quimiote-
rapia específica, muchas de estas condiciones 
disminuyen, lo que a menudo resulta en una 
rápida recuperación.
Una creciente evidencia sugiere que, 
además de los síntomas físicos de la tricu-
riasis, la infección crónica también puede 
producir deficiencias, a largo plazo, en el 
desarrollo cognitivo e intelectual del niño.7 El 
mecanismo por el cual esto ocurre aún no se 
conoce.
Diagnóstico
Los huevos de Trichuris tienen un aspecto 
característico y son fácilmente identificables. 
En casos de infección leve, la concentración 
de heces antes del examen microscópico 
puede ser necesaria para identificar los 
huevos. Los cristales de Charcot-Leyden en 
las heces deben conducir a un examen adicio-
nal incluso en ausencia de identificar huevos 
en un primer examen de heces. La búsqueda 
de protozoos patógenos, como Entamoeba 
histolytica o Giardia lamblia, es indicada 
dada la alta frecuencia de múltiples infec-
ciones. Aunque la identificación de huevos 
de trichuris es relativamente fácil, encontrar 
giardia o entamoeba es más difícil, y requi-
ere un microscopista experimentado. Las 
lombrices trichuris adultas también pueden 
ser identificadas mediante la visualización 
directa en la colonoscopia.29 Cuando existe 
duda, es razonable tratar al paciente para la 
infección por trichuris y solicitar asesora-
miento experto si los síntomas del paciente 
no disminuyen. El fracaso en el control de la 
diarrea después de erradicar el tricuris obliga a 
una evaluación más completa de otras causas 
de diarrea. Se deben usar cultivos de heces 
para determinar la posible presencia de pató-
genos entéricos procarióticos o virales. En 
las preparaciones histológicas, los trichuris 
adultos pueden identificarse fácilmente por la 
variabilidad característica de su diámetro en 
diferentes secciones.
Tratamiento
Un benzimidazol - mebendazol o alben-
dazol - es el tratamiento de elección para la 
tricuriasis.1 El mecanismo primario de estos 
fármacos es inhibir la polimerización de los 
microtúbulos por afinidad de unión a la única 
beta-tubulina de los invertebrados. Aunque 
la mayoría de los programas mundiales de 
desparasitación antihelmíntica dependen del 
uso de una sola dosis de cualquiera de los dos 
fármacos, generalmente se requieren varias 
dosis para curar la tricuriasis30. Alternativa-
mente, la desparasitación tricuris se puede 
mejorar a veces añadiendo ivermectina o 
oxantel.31 En África, actualmente es común 
combinar albendazol con ivermectina en 
programas que simultáneamente se dirigen 
contra infecciones de helmintos intestinales 
incluyendo tricuriasis y filariasis linfática o 
oncocercosis.32
Tanto el albendazol como el mebendazol 
tienen un excelente perfil de seguridad en los 
niños. En las dosis utilizadas para tratar las 
infecciones por helmintos transmitidas por 
el suelo (STH), ninguna de las dos drogas 
causa toxicidad sistémica significativa en el 
uso rutinario, aunque se han reportado dolor 
abdominal transitorio, diarrea, náuseas y 
mareos. El uso a largo plazo se ha asociado 
con supresión de la médula ósea, alope-
cia y hepatotoxicidad. Hay un sólo informe 
que indica que en niños con tricuriasis asin-
tomática, el albendazol resultó en un creci-
miento deteriorado, aunque esta observación 
no se ha confirmado en otros estudios.28
El mebendazol y el albendazol son terato-
génicos y embriotóxicos en ratas de laborato-
rio preñadas en dosis de 10 mg/kg. En vista 
de estos hallazgos, la Organización Mun-
dial de la Salud recomienda el uso de estos 
fármacos en el embarazo sólo después del 
primer trimestre y cuando los beneficios de 
la desparasitación para la salud de la madre 
y del feto superan los riesgos. En previsión 
del uso de mebendazol y albendazol entre las 
grandes poblaciones pediátricas de los países 
en desarrollo, la OMS convocó una consulta 
informal sobre su uso en niños menores de 
2 años de edad.33 De esto se concluyó que la 
incidencia de efectos secundarios probable-
mente sea la misma en éstos como en los 
niños mayores, y que ambos agentes podrían 
utilizarse para tratar niños de hasta 12 meses 
utilizando dosis reducidas.
Prevención y control
La infección por Trichuris trichiura es 
común en áreas tropicales, donde se ha 
documentado una prevalencia tan alta como 
el 80%. La mayoría de las infecciones son 
ligeras y asintomáticas. Los suelos cálidos 
y húmedos en las regiones tropicales y sub-
tropicales favorecen el mantenimiento de 
los huevos, que pueden permanecer vivos 
durante meses bajo estas condiciones ópti-
mas. Al igual que ocurre con los huevos de 
áscaris, la exposición de los huevos del T. 
trichiura a la luz solar directa durante 12 horas 
o la exposición a temperaturas superiores a 40
°C durante 1 hora mata al embrión dentro del
huevo. Los huevos son relativamente resis-
tentes a los desinfectantes químicos y pueden
sobrevivir durante períodos prolongados en
las aguas residuales crudas o tratadas. La
eliminación adecuada de las heces es el prin-
cipal medio de prevención. En las zonas del
mundo donde se utilizan heces humanas no
tratadas para fertilizar cultivos, el control de
esta infección es imposible.
Debido a que los niños en edad escolar 
albergan típicamente las infecciones más 
agudas de trichuris (y ascaris), y la quimiote-
rapia antihelmíntica específica con albenda-
zol o mebendazol puede dar como resultado 
un crecimiento de recuperación y una mejor 
cognición para las personas fuertemente 
infectadas, estos agentes se han usado en 
escuelas.6,34,35 En 2001, la Asamblea Mundial 
de la Salud aprobó una resolución que reco-
mendaba a sus estados miembros administrar 
dosis única de albendazol y mebendazol de 
manera frecuente y periódica (1-3 veces al 
año) para controlar STH (áscaris, trichuris, 
anquilostomiasis). Debido a que los niños 
en edad escolar contribuyen más a la trans-
misión de trichuris y áscaris en la comuni-
dad, también hay cierto optimismo de que el 
tratamiento generalizado podría teóricamente 
interrumpir la transmisión. Los altos índices 
de reinfección de helmintos transmitidos por 
el suelo después del tratamiento requieren 
que los niños reciban tratamiento al menos 
anualmente. Si bien existen claros beneficios 
de salud y educación para la intervención 
en la escuela, existe la preocupación de que 
las dosis únicas de albendazol o mebenda-
zol a menudo no sean suficientes para curar 
las infecciones por trichuris, de manera que 
la adición de ivermectina o oxantel quizá se 
justifique.
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