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77 © E ls ev ie r. E s un a p ub lic ac ió n M A S S O N . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Capítulo 7. Enfermedades del oído externo autolimpieza, la maceración de la piel del CAE que aparece por el calor y la humedad, la escasez de ceru- men, las dermatosis eccematosas, etc. Sintomatología y exploración El síntoma predominante es la intensa otalgia, que se exacerba con la masticación y el tacto. La hipoacu- sia sólo se presenta si la inflamación ocluye el CAE y, en todo caso, el dolor la relega a un segundo plano. El signo característico de la exploración es el em- peoramiento agudo de la otalgia que se intensifica al presionar sobre el trago. Mediante la otoscopia, en las fases iniciales sólo se aprecia una hiperemia cutá- nea, pero a medida que evoluciona la inflamación, se estenosa el CAE, lo que impide o dificulta la intro- ducción del otoscopio, de modo que visualizar el CAE y el tímpano puede resultar imposible. Suele aparecer una secreción turbia que humedece la piel del CAE (fig. 7-4). En ocasiones, una otitis externa difusa puede ir acompañada de una importante reacción inflamato- ria periauricular y retroauricular, hasta el punto de que se llegue a plantear un diagnóstico diferencial con una mastoiditis. Sin embargo, de modo general, el surco retroauricular está conservado e incluso se hace más acusado en las otitis externas, mientras que se borra en las mastoiditis (signo de Jacques). En caso de duda, una radiografía simple en proyección de Schüller muestra la ausencia de ocupación mastoidea en las otitis externas. En ocasiones, la otitis externa se produce sobre un eccema del CAE y, además, se sobreinfecta por hongos. En estos casos, el diagnóstico se ve dificulta- do por la suma de los signos y síntomas correspon- dientes a estas enfermedades que también se estudian en este capítulo. Tratamiento Es esencialmente tópico. Tras una limpieza meticu- losa por aspiración del CAE bajo control otomicroscó- pico, y toma de muestras para cultivo, se procede a ins- tilar gotas óticas: las más empleadas son las quinolonas asociadas con corticoides. Con frecuencia resulta útil mechar el CAE con gasa orillada o esponjas autoexpan- sibles, empapadas con gotas durante horas o días, que asegurarán una correcta aplicación del tratamiento. A Figura 7-3. Herpes zóster ótico. En la figura A se observa la clásica distribución de las lesiones herpéticas en la región inervada por el nervio facial en el pabellón auricular (zona de Ramsay Hunt). Se aprecian vesículas, así como una región en la que se ha desarrollado una pericondritis en las raíces del antihélix. En la figura B se presenta un caso de síndrome de Ramsay Hunt con pocas lesiones en la oreja, pero sin embargo floridas en la región profunda del CAE y con una parálisis facial homolateral. La paciente presenta, además, pérdida de audición neurosensorial en este oído y crisis vertiginosa. Dermoepidermitis CAE Absceso folículo Pericondritis trago Figura 7-4. Otitis externa. En este paciente se aprecia un absceso folicular en el introito del conducto auditivo externo, correspondiente a una otitis externa circunscrita. Sin embargo, en su evolución se ha desarrollado también una otitis externa difusa que estenosa y ocluye el resto del conducto auditivo externo (dermoepidermitis). El trago ha desarrollado una pericondritis. B
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